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Rotación: indicador % de cobertura
Un indicador posible de evaluar en las rotaciones es la cobertura que queda entre los cultivos. La diversidad e intensidad nos dirá qué tan eficientes somos a la hora de rotar.
La rotación de cultivos es el método que implica alternar diferentes especies vegetativas que se cultivan en un mismo lugar, con la intención de evitar que el suelo se agote y no favorecer el desarrollo de enfermedades. Dicho método, junto con la no remoción del suelo, son dos de las principales Prácticas de Producción Sustentables que se desarrollan en los establecimientos agropecuarios. Con la rotación de cultivos, las especies que se siembran en un terreno se van alternando en ciclos que suelen estar vinculados a las estaciones. Esto contribuye al control de enfermedades y plagas y mejora la eficiencia de los cultivos (si se plantan diferentes especies en un mismo terreno de manera simultánea, hay que analizar las distintas necesidades de cada una vinculadas al riego, el abono, etc.).
La rotación de cultivos apunta a minimizar el desgaste del suelo. Además, cuando la técnica se desarrolla de manera eficiente, se reduce la aparición de malezas ya que el suelo se encuentra ocupado durante todo el año. Otro de los beneficios es el aumento en la reserva de humus: al alternar diferentes especies -algunas que tienden a consumir nutrientes del suelo con otras cuyo aporte en materia orgánica es mayor que su gasto-, se estimula la actividad de aquellos microorganismos del sustrato que son generosos con el terreno y se promueve un suelo más sano y vivo. Un indicador posible de evaluar en las rotaciones es la cobertura que queda entre los cultivos. Una cobertura permanente del suelo es importante para:
• Proteger al suelo contra el impacto de la lluvia y el sol.
• Proporcionar un suministro constante de “alimentos” a los micro y macroorganismos del suelo.
• Alterar el microclima para un óptimo crecimiento y desarrollo de los organismos del suelo, incluyendo las raíces de las plantas. Los efectos de la cobertura del suelo son:
• Mejora en la infiltración y retención de la humedad del suelo que resultan en un menor y más breve estrés de agua del cultivo, y en un incremento de la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
• Una fuente de alimento, hábitat y energía para las diversas formas de vida del suelo: formación de canales para el aire y el agua, la labranza biológica y del substrato para la actividad biológica mediante el reciclaje de la materia orgánica y de los nutrientes de las plantas.
• Incremento de la formación de humus.
• Reducción del impacto de las gotas de lluvias sobre la superficie del suelo, lo que implica una reducción del encostramiento y el sellado de la superficie.
• Consecuente reducción de la escorrentía y la erosión.
• La regeneración del suelo es mayor que su degradación.
• Atenuación de las variaciones de la temperatura sobre y dentro del suelo.
• Mejores condiciones para el desarrollo de las raíces y el crecimiento de las plántulas. Cada cultivo utilizado en la rotación, según sean gramíneas o leguminosas, dejará distinta cantidad y calidad de rastrojo, que es lo que va a producir la cobertura del suelo en los períodos de barbecho. Para medir qué tan eficientes somos al momento de rotar podemos hacerlo con dos indicadores muy fáciles de calcular: diversidad e intensidad. La diversidad de una secuencia de rotación determinada se refiere a la alternancia de especies incluidas en el esquema de rotaciones planteado. La intensidad por su parte, hace referencia a la cantidad de cultivos en un mismo periodo de tiempo. La primera variable se estimará en función de la proporción de gramíneas y leguminosas que presente una rotación determinada. Mientras que la intensidad se calculará como la cantidad o número de cultivos realizados en el período de la rotación, dividido el número de años que dura la misma. La rotación de cultivos y la no remoción de suelo es sustentabilidad. Es cuidar los recursos para generaciones venideras. Es gestionar la producción de manera amigable y responsable con la salud humana y el ambiente. Es planificar para que el éxito de nuestro trabajo sea fructífero en el tiempo. Aapresid entiende que en el mediano plazo, las empresas agropecuarias deben maximizar la eficiencia en el uso de los recursos a través de nuevas estrategias de producción, incorporación de tecnologías, profesionalismo en la gestión técnica y medición de indicadores edáficos (que conforman las Prácticas Empresariales y Agrícolas de Producción Sustentable), a las que deben sumarse otras prácticas sustentables que generen relaciones confiables, transparentes y comprometidas con la comunidad en las que están inmersas.
Soja sobre cultivo de cobertura.