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Los indispensables para una bioeconomía exitosa

Políticas de innovación, mejoramiento vegetal, protección de la propiedad intelectual y diseño de estrategias a largo plazo, entre los elementos claves.

Los desafíos que hoy enfrenta la humanidad, en particular la seguridad alimentaria y energética, la eficiencia en el uso de los recursos de las cadenas productivas y el cambio climático, son temas de discusión permanente. La bioeconomía puede aportar importantes elementos para enfrentar tales retos, como ya lo demuestran destacados desarrollos. El concepto de bioeconomía refiere al uso sostenible de biomasa renovable para generar una variedad de bioproductos, como alimentos, forrajes, fibras y combustibles a partir de los denominados cultivos 4F (food, feed, fiber and fuel, por sus siglas en inglés) y servicios ecosistémicos. En algunos casos, la biomasa no requiere ser cultivada, como sí sucede con los pastizales naturales o algunos bosques. En este contexto y para garantizar el éxito de la bioeconomía, se deben considerar ciertos aspectos que podrían concentrarse en la necesidad de generar políticas de innovación, fortalecer el mejoramiento de los cultivos 4F, la protección intelectual de los desarrollos y la programación de un horizonte más inteligente y sustentable para las generaciones siguientes. Todos estos temas se discuten en algunos artículos publicados recientemente en el número 40 de la revista New Biotechnology. A continuación, se comparte una síntesis de cuatro artículos:

La necesidad de generar políticas de innovación

Schütte (2018) afirma que la transición a una economía de base biológica sólo tendrá éxito si se presta atención a la protección del medioambiente, el clima y la biodiversidad, y esto requiere de un diseño de políticas claras. El autor muestra el caso de Alemania, donde las políticas se articularon desde los Ministerios de Agricultura, Economía, Medio Ambiente y Asuntos Exteriores, y asignaron un presupuesto de investigación y desarrollo de 2.400 millones de euros en un período de 6 años. Esto impulsó el diseño de una estrategia nacional de política de bioeconomía y fue el Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura el que estableció el marco normativo y legislativo desde el año 2013. Así, el direccionamiento de recursos hizo que la bioeconomía represente en pocos años un aumento de la creación de valor económico general en el sector agrícola y alimentario alemán, y más del 12% de los empleados trabajaron en el sector bioeconómico. Las actividades clásicas, como la producción de alimentos, el procesamiento y la comercialización, así como la producción de papel y la utilización de la ma- dera, dominaron el sector manufacturero de la bioeconomía, aunque también creció el sector químico-industrial vinculado a los procesos biológicos. Esto último se conoce como “biologización”, pudiendo tomar formas muy diferentes en la práctica e incluir a todos los sectores económicos importantes: agricultura y silvicultura, productos químicos, productos farmacéuticos, energía, ingeniería mecánica, las industrias de alimentos y textiles, bienes de consumo e industrias de la construcción. La biologización brinda la oportunidad de aprovechar la eficiencia de la naturaleza con fines económicos. La consideración socioeconómica de la bioeconomía también se convirtió en un tema cada vez más importante en el transcurso de los años en Alemania, donde se están abordando cuestiones relacionadas en el marco de diversas medidas de financiación bajo el título “bioeconomía como cambio social”. El objetivo es establecer experiencia específica en investigación en el campo de las ciencias sociales, políticas y económicas para hacer frente a los procesos de transformación necesarios. Los resultados de esta investigación, a su vez, proporcionarán el marco para discutir procesos de cambio integrales con todas las partes interesadas. Es importante involucrar activamente a la sociedad en la formación de la bioeconomía y desarrollar nuevos instrumentos y métodos para este diálogo. Las preguntas fundamentales para potenciar este aspecto son: ¿Qué puede hacer la política y qué pueden hacer los gobiernos para el desarrollo de una bioeconomía sostenible a nivel mundial? y ¿Qué medidas son más adecuadas para fomentar la interacción entre la política, la ciencia, la industria y la sociedad?

El mejoramiento vegetal como pilar de la bioeconomía

La biomasa, el sustrato de la bioeconomía, debe crecer adecuadamente frente a varios desafíos, incluidos los cambios ambientales y los cambios climáticos abruptos.

Malyska y Jacobi (2018) sostienen que la innovación en el mejoramiento genético de los cultivos es la piedra angular del suministro sostenible de biomasa. La investigación y el desarrollo en este sector no solo tienen como objetivo proporcionar cultivos de alto rendimiento para maximizar la producción, sino que la I+D en este campo también permitirá obtener variedades de plantas altamente especializadas con características nuevas o mejoradas que se ajusten a aplicaciones específicas. La Plataforma Europea de Tecnología Vegetal identifica una serie de cuestiones clave que afectan al progreso de la bioeconomía y brinda una serie de recomendaciones para que Europa pueda abordar los grandes desafíos sociales de una manera inteligente y sostenible. Esta Plataforma describe tres aspectos cruciales: a) el reconocimiento del papel clave del sector de mejoramiento de plantas en la producción de materias primas de origen biológico; b) el desarrollo del conocimiento y las tecnologías, así como asegurar las infraestructuras de investigación en el campo de la mejora vegetal y áreas de investigación relacionadas; y c) el hecho de asegurar condiciones óptimas, incluido el marco legal y las consideraciones socioeconómicas de la mejora de cultivos. Estos autores describen el rol del fitomejoramiento en la bioeconomía y destacan que el mismo mejora la eficiencia en el uso y la administración de los recursos (nutrientes, suelo, tierra, etc.). Asimismo, mejora el rendimiento y permite asegurar cosechas confiables para una mayor capacidad de recuperación en entornos dinámicos (incluida la tolerancia al estrés abiótico en un clima cambiante); también mejora la salud de las plantas mediante la lucha contra las enfermedades prevalentes y la resistencia a ciertas plagas; y fortalece los esfuerzos para anticipar las enfermedades emergentes y para desarrollar plantas con una composición mejorada para la nutrición animal, reduciendo la huella ambiental.

Protección de la propiedad intelectual

La propiedad intelectual hace referencia a las patentes que se pueden obtener como consecuencia del conocimiento generado. En investigación, lo habitual son las publicaciones y la mayoría de las universidades mencionan el objetivo de generar y difundir libremente el conocimiento a través de dichas publicaciones como parte de su misión. Al mismo tiempo, las carreras científicas también dependen de publicaciones y las patentes generalmente no son atractivas para este propósito. En este sentido, retrasar o demorar la publicación de información para patentar parece a primera vista estar en conflicto con dicho enfoque. Y muchos investigadores son reacios a incluir la generación y el manejo de la propiedad intelectual en sus actividades de investigación, y a cambiar el paradigma de que los resultados de la investigación académica no deben ser patentados y comercializados. Todo esto genera un dilema. Krauss y Kuttenkeuler (2018) opinan que, por malentendidos y desinformación con respecto a las leyes y procedimientos de propiedad intelectual, se pierde una gran parte de las grandes ideas e inventos generados en el entorno del sector académico y quedan sin explotar para la bioeconomía moderna. En contraste con la opinión de muchos investigadores, unirse adecuadamente a la bioeconomía basada en el conocimiento no requiere que un investigador se convierta en un abogado de patentes. Lo que se requiere es una conciencia básica de ciertas reglas legales que son relevantes y un “plan maestro” cuando se trata de la generación y manejo de la propiedad intelectual. Las patentes ofrecen el logro de un valor per se al conocimiento (invento y/o descubrimiento, según la legislación de los países) y por lo tanto, permiten una captura del valor luego de aplicar ese conocimiento. Al hablar de bioeconomía, la captura de valor por patentes y licencias, y los aspectos de la propiedad intelectual son claves.

El destino de la bioeconomía: un futuro más inteligente y sostenible

Dupont-Inglis y Borg (2018) hacen un análisis de los resultados de un programa de la Unión Europea para desarrollar la bioeconomía y que integra diferentes actores (académicos, industriales, productores, políticos, etc). Los autores concluyen que para prepararse para el futuro, se necesita un esfuerzo concertado para garantizar que se fundan las bases que se establecieron como resultado de esa primera estrategia de Bioeconomía de la UE. En este sentido, es necesario hacer una revisión completa de la estrategia actual y se necesita un enfoque de política transversal que involucre a todas las partes interesadas de la UE. Según afirman, durante muchos años la bioeconomía ha sido un concepto difícil de abordar y existe una necesidad constante de generar nueva información y ejemplos para demostrar su progreso y su importancia para la vida cotidiana. Esto está mejorando, pero para que la bioeconomía futura sea verdaderamente inclusiva y atractiva para las próximas generaciones, se necesitará una mayor dedicación de recursos y compromiso. En el diálogo sobre el desarrollo de la bioeconomía, no siempre habrá acuerdo pero debería haber consenso sobre la necesidad de permitir a las generaciones futuras hacer frente a los desafíos que enfrentarán y tener suficiente comida, alimento, combustible, fibra (los cultivos 4F) y otros materiales para satisfacer sus necesidades sin comprometer el clima, el medioambiente o sus ecosistemas. Así y como consecuencia del desarrollo de la bioeconomía, se logrará mayor bienestar en la sociedad en un marco de sostenibilidad ambiental.

Referencias: Schütte G. (2018). What kind of innovation policy does the bioeconomy need?. New Biotechnology, 40: 82–86. Małyska A and Jacobi J. (2018). Plant breeding as the cornerstone of a sustainable bioeconomy. New Biotechnology, 40: 129–132 (2018) Krauss JB and Kuttenkeuler D. (2018). Intellectual property rights derived from academic research and their role in the modern bioeconomy – A guide for scientists. New Biotechnology, 40: 133–139. Dupont-Inglis J and Borg A. (2018). Destination bioeconomy – The path towards a smarter, more sustainable future. New Biotechnology, 40: 140–143

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