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Tecnologías y procesos para optimizar la producción de forraje
Silaje de maíz Por: Cattani, P. Correo: cattani.pablo@gmail.com
Recomendaciones para mejorar la conservación y la dinámica productiva de las empresas ganaderas, y que la relación precioproducción sea aún más atractiva.
El silaje de maíz es una de las tecnologías de forrajes conservados que logró más impacto productivo en los sistemas pecuarios de Argentina. Como todo, merece algunos ajustes para incrementar su influencia a la hora de analizar su relación precio-producción. En este artículo, se pretende detallar algunos factores de toma de decisión que influyen de forma directa no solo en la conservación, sino también en la dinámica productiva de las empresas ganaderas y en los costos de alimentación.
Ambiente productivo y elección de variedades A la hora de analizar la confección de silaje de maíz, lo primero que se debe observar es el ambiente en el que se desarrollará el cultivo, para así poder elegir la variedad adecuada. En los tiempos productivos que corren, lo importante no es la cantidad de alimento ofrecido sino los nutrientes que éste aporta, principalmente a nivel ruminal. Por esta razón, siempre debemos priorizar la digestibilidad del forraje que, en términos directos o indirectos, significa aporte de energía y por consiguiente, producción. Si lo más importante de un cultivo de maíz para la producción de silaje es el aporte de granos por la energía y digestibilidad, serán el ambiente y las condiciones los que determinen el maíz a utilizar. De esta manera, en ambientes sin restricciones climáticas y edáficas, lo ideal será elegir materiales con alta producción de grano, tratando que represente más del 50% de la Materia Seca (MS) total del cultivo. Esto evitará limitantes productivas o de inclusión en la dietas ya que el grano es la porción de la planta que mayor digestibilidad e ingestibilidad aporta, independientemente de la fase productiva en la que se lo utiliza. Al hacer el cálculo de costo por energía aportada, sin duda será el alimento más económico. En la probable situación de que nuestro ambiente productivo pueda ser una limitante para el cultivo del maíz, deberíamos compararlo con la factibilidad de un correcto cultivo de sorgo y analizar la cantidad de nutrientes o mega calorías aportadas por cada uno de estos cultivos en nuestro ambiente. Así, podremos decidir a ciencia cierta si vamos a sembrar maíz o si aseguramos la producción con sorgo que, gracias a los adelantos tecnológicos como los sistemas de quebrado de grano, hoy permite el aprovechamiento del almidón a nivel ruminal. Una alternativa intermedia son los materiales con bajo nivel de fibra. Ante una eventual merma en la producción de grano, la fibra no será una limitante a la hora de incrementar kg de participación en la dieta. Esto se debe a que aporta mayores índices de inclusión como así también de digestibilidad, incrementando el potencial de las dietas producidas a base de estos materiales. Otro aspecto a decidir es la morfología y características de los granos. Si bien los estudios determinan que la calidad del almidón de los materiales denominados “Flint” o colorados duros es superior a los de los maíces dentados, estos últimos presentan una mayor facilidad de partido de grano. Si se tiene en cuenta que la posibilidad de aportar energía a nivel ruminal depende de que las bacterias intrarruminales accedan a los gránulos de almidón y esto sucede solamente con un correcto procesado de los mismos, se debe priorizar la factibilidad y/o facilidad de partir todos los granos. Esto resulta mucho más sencillo y económico con las variedades que tienen granos dentados en contraposición con los Flint (Imagen 1).
Imagen 1. Ante la factibilidad y facilidad de un mejor procesado de granos, siempre convendrá la elección de materiales del tipo dentados
Momento de picado El momento de picado de un cultivo de maíz para silaje dependerá de dos factores fundamentales: en primer lugar, de la variedad elegida para el cultivo y, a partir de allí, la materia seca; si la proporción aportada por el grano, ya sea por limitantes climáticas y/o edáficas, no supera el 50% del total de MS de la planta, la parte vegetativa tendrá mayor proporción. Por lo tanto, esto se deberá observar al momento de decidir cuándo hacer el picado. Ante esta situación, no se deberá trabajar en estadios fenológicos muy avanzados ya que a medida que el tiempo pasa, decrece la calidad de la fibra y también su posibilidad de inclusión en la dietas, además de la digestibilidad y la energía aportada. En estos casos, es adecuado trabajar con un promedio de 35% de MS y se deberá evitar siempre el trabajo con índices de MS por debajo del 30%, ya que generará pérdida de efluentes y, con ellos, de nutrientes solubles de alto potencial de producción y digestibilidad. Cuando las condiciones agronómicas son las adecuadas y se siembra una variedad que ofrece una producción de más del 50% de Materia Seca en Grano, este último será el que aporte mayor cantidad de nutrientes así como el parámetro para determinar el momento de picado. En este caso, lo ideal es poder trabajar con granos que prácticamente no tengan “línea de leche” para que el aporte de almidón sea máximo y, por consiguiente, la digestibilidad y potencial de producción. Si bien en los últimos años se discutió mucho este aspecto, los ensayos realizados recientemente demuestran que en la medida que el aporte de grano supera el 50% del total de MS de la planta en estadios fenológicos avanzados, los silajes de maíz presentan mejor digestibilidad y aporte de almidón en las dietas. De acuerdo a lo que demuestra el ensayo realizado en la campaña 2016/17 (Cattani, Sánchez y Urrets Zavalía) en la estación experimental de INTA Manfredi, cuando el grano tiene un aporte de MS superior al 50%, el incremento de materia seca siempre se traduce en incremento de almidón y por consiguiente, de digestibilidad (Figura 1). Por otra parte, es fundamental destacar que cuando se avanza en MS, la participación del almidón crece de manera lineal, con todas las ventajas nutricionales y económicas que esto significa, pudiendo lograr dietas más productivas con un costo menor (Figura 2).
Figura 1. Digestibilidad de maíz en función de los niveles de MS del cultivo.
Figura 2. Almidón en mazorca en función del estadio del cultivo (%).
*Fuente: Cattani, P.; Sánchez, F.; Urrets Zavalía, G.;Bragachini, M.
Cómo se conjugan las decisiones agronómicas y estrategias de picado en el costo total del silaje En Argentina, el cobro de la confección del silaje tiene un componente fijo por hectárea y uno variable de acuerdo al rendimiento de MS/Ha, a lo que se suma el procesado de grano y otras variables menores, como pueden ser el metro de bolsa, la distancia de transporte del material del lote al lugar de confección, etc. Para el presente análisis, se toman los parámetros referenciales de la Cámara de esfuerzo para el compactado del material será menor, ya que consume menos tiempo así como esfuerzo humano y económico para alcanzar una anaerobiosis adecuada al momento de compactar los silos producidos. Finalmente, diremos que la tecnología del silaje de maíz es conocida y utilizada hace mucho tiempo y en Argentina logró un gran salto cualitativo y cuantitativo en las empresas de producción pecuaria. Sin embargo, como toda tecnología, debe mejorarse en la medida que las condiciones de trabajo lo requieran. De esta manera, la toma de decisiones y la implementación de procesos para orientar estas decisiones es fundamental, sobre todo en un contexto que nos exige día a día mayor análisis a la hora de implementar tecnologías y tomar decisiones adecuadas para salvaguardar la rentabilidad del negocio.
Contratistas Forrajeros, que señala que el costo de la ha tiene un valor relativo de 100 y el resto de la variables, se toman como porcentuales referentes a la ha. Al momento de un análisis detallado del costo del silaje de maíz, se observa que aquello que tiene más impacto en un primer momento, es la producción de Materia Verde por ha. El partido de grano se ve como una necesidad innegociable y su impacto en el costo es mínimo con respecto a las buenas prácticas agrícolas que apuntan al mayor rendimiento por ha (Figura 3). Para analizar el costo del kg de MS en referencia al porcentaje de MS logrado al momento de picado, tomaremos un cultivo con un rendimiento de 35.000 kg de MV/ ha y un precio referencial de 6,84 por T de MV con procesador de grano. Como se puede observar en la Figura 4, una vez determinadas las variables de cultivo, el segundo punto de mayor impacto en el costo productivo tiene que ver con la determinación de la MS al momento de la confección del silo. En la actualidad y pese a que la determinación y predicción de rindes y MS es una tecnología conocida y muy utilizada, los vuelos auto dirigidos de drones con cámaras y software que permiten hacer una curva de rendimiento y MS en el tiempo, son una herramienta más para la correcta toma de decisiones y para disminuir los costos productivos. En referencia a la maquinaria utilizada para el picado, lo más importante es tener en cuenta el afilado de las cuchillas y principalmente el ajuste de cuchillas y contracuchillas, ya que impactará de manera directa en los siguientes aspectos:
• Consumo de combustible: siempre que el esfuerzo realizado en el corte sea menor, disminuye el consumo de potencia y, por lo tanto, también disminuye el rendimiento de la maquinaria y el consumo de combustible.
• Capacidad de compactado: cuando se logra un tamaño de picado uniforme y sin el “deshilachado de las partículas”, el
Figura 3. Análisis detallado del costo del silaje de maíz.
Figura 4. Impacto de la MS en el costo de producción del kg de forraje.