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Caracterización de ambientes productivos en sistemas mixtos y ganaderos
Una metodología para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías, ganar eficiencia y estabilidad.
DISERTANTEI. Bibiloni (asesor)
Para el especialista en sistemas mixtos Ignacio Biblioni, la inadecuada implementación de tecnologías en sistemas ganaderos – en especial en zonas marginales- provoca efectos muy distintos a los esperados. Pero lejos de culpar a las tecnologías, explica que “hay que pensar que el ambiente es mucho más que suelo y clima, y que la incorporación de tecnología puede hacerse compleja frente a los nuevos paradigmas de sustentabilidad, que exigen la consideración de múltiples variables y el entendimiento de sus interacciones. La caracterización de ambientes ayuda a simplificar esta interpretación y adaptar las tecnologías según necesidades específicas para obtener resultados deseados”.
La metodología de caracterización se apoya en tecnologías como la agricultura de precisión sin dejar de escuchar a la voz de la experiencia. “Utilizamos la información dura que proveen, por ejemplo, los mapas de ambiente, con conocimientos blandos vinculados a la experiencia del productor, su percepción del sistema y el esquema de gestión de la empresa”.
Las variabilidad a identificar incluye aquella determinada por variaciones temporales, espaciales - a nivel potrero, campo o zona – y de manejo diferencial. “La agricultura de precisión es una herramienta para visualizar esta variación, pero debemos recordar que sólo se trata de una foto del sistema que no da cuenta de las causas. Estas últimas son múltiples y pueden vincularse a la profundidad suelo, régimen lluvias, pero también a accesos, personal de campo, disponibilidad de maquinarias, etc.”. La caracterización de ambientes analiza en cambio tres categorías de variables: generales, particulares y de decisión o manejo. Las generales incluyen variables zonales como clima, suelos o frecuencias adversidades, mientras que las de orden particular se ubican a nivel de campo o potrero como tipo explotación, ubicación, suelos, mejoras. La no consideración de la escala puede llevar por ejemplo a gastar mucho dinero en una tecnología de última generación sin reportar resultado alguno, como la siembra de genética de punta en un bajo salino de un campo pequeño.
Por último, las variables de decisión y manejo tienen en cuenta el organigrama, perfil e idiosincrasia del productor, capacidades y habilidades blandas del personal, disponibilidad de contratistas, etc. “De nada sirve proponer un planteo disruptivo a un productor con poca aversión al riesgo, una transición a la agricultura en una empresa de tradición ganadera, o una suplementación con reservas cuando faltan capacidades de manejo de la maquinaria”, ejemplificó Bibiloni. Una caracterización integral nos dará una idea cabal de cada ambiente, que será el resultado del conjunto de condiciones físicas y económicas pero también de aspectos sociales y culturales.
Para concluir, el especialista advirtió que las mejores expectativas en ganadería nos animan a incorporar tecnologías, pero que la diversidad de condiciones productivas y particularidades de cada explotación hacen que su incorporación deba estar acompañada de estrategias adecuadas. Para ello, la caracterización de ambientes es una herramienta clave.