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Impacto del estrés al cultivo de soja

Especialistas analizaron el impacto de la defoliación tardía y el estrés hídrico durante el período reproductivo del cultivo de soja

DISERTANTE

“¿Cómo afecta el stress al cultivo de soja?” fue la pregunta que se intentó responder en este taller, a cargo de Constanza Carrera, investigadora del INTA y Conicet, y Marcos Murgio, del INTA Manfredi.

La primera en tomar la palabra fue Carrera, quien compartió algunos resultados de ensayos a campo que se realizaron para cuantificar el impacto que tienen distintos niveles y momentos de defoliación tardíos durante el período reproductivo del cultivo de soja sobre el rendimiento, sus componentes numéricos, la calidad química del grano y la intercepción de radiación. A continuación, se resumen los principales resultados a los que llegaron:

C. Carrera; M. Murgio• Una defoliación del 33%, ya sea que se aplique en R5 o R6, no genera cambios ni de rendimiento ni de los componentes numéricos. Tampoco altera la concentración y el contenido de los componentes principales que determinan la calidad de ese grano, pero sí cambia la calidad del aceite generado hacia una mayor insaturación.

• Una defoliación del 66% no genera cambios del contenido ni de proteína ni de aceite cuando ocurre en R5, tampoco de concentración de proteína y aceite, pero sí genera mermas de rendimiento en R5, principalmente, por caídas en número de granos; y en R6 por caídas en peso.

• Ante defoliaciones del 100%, hay respuestas de todas las variables analizadas. Se exacerban las mermas del rendimiento, cae el contenido de proteína pero en mayor proporción el de aceite, y se sigue acentuando la insaturación de ese aceite.

A continuación, disertó Marco Murgio sobre el impacto del estrés hídrico en el período de generación de destinos reproductivos en soja. El especialista sostuvo que para enfrentar la sequía, los cultivos tienen cuatro principales estrategias:

1) el mantenimiento del estatus hídrico, para evitar la deshidratación a través de la disminución de la transpiración por control estomático o menor conductancia epidérmica, reducción de la superficie foliar, o mantenimiento de la absorción de agua (raíces profundas, etc.);

2) la tolerancia per se asociada con procesos que mantienen la turgencia (por ej. el ajuste osmótico) o la defensa al estrés oxidativo;

3) el “escape” de los cultivos;

4) la plasticidad fenotípica, que implica la adecuación del ciclo a la disponibilidad hídrica.

Según afirmó, el cultivo de soja tiene la capacidad de compensar pérdidas por estrés temporales al inicio del periodo de producción de vainas. Mientras que a medida que progresa la etapa de generación de vainas, se pierde la capacidad de compensar pérdidas.

En cuanto al rendimiento en función de la fecha de siembra, mostró que en ambientes con una productividad media mayor, las fechas tempranas tienen rendimientos promedio mayores. “En ambientes con menor agua almacenada en el suelo durante la primavera, no necesariamente adelantar la fecha de siembra aumenta el rendimiento”, agregó.

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