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Sistema Chacras: aprendiendo desde y para el suelo
Rodolfo Gil ofreció un repaso de los aprendizajes más importantes que dejaron los primeros 10 años del programa que ya es un emblema de Aapresid.
DISERTANTE R. Gil (INTA- Sistema Chacras Aapresid)
El especialista de INTA abrió el panel remontándose a los orígenes de Aapresid, cuando llegara el primer aprendizaje: “el suelo es sólo un sustento de las plantas porque éstas necesitan de radiación, agua y nutrientes para crecer. Así aprendimos que debíamos identificar las verdaderas limitantes y eso nos llevó a nuestro primer gran logro: producir donde creíamos imposible”. En siembra directa esas limitantes fueron mecánicas, y ahí llegó la segunda lección: “saber adaptar la tecnología al problema. Tuvimos que modificar la maquinaria para sembrar sobre rastrojo”.
Pero esas primeras experiencias fueron lideradas por los productores. La ciencia llegó más tarde para acompañar ahí donde ellos ya no podían: “la siguiente lección fue entender que productores son los protagonistas del desarrollo a través de su experiencia”.
“Más adelante se supo que el suelo era parte de un sistema más complejo que es la biosfera, y que si queríamos producir teníamos que dar vida al suelo generando actividad biológica”. Este fue el puntapié inicial para pasar de una agricultura tradicional basada en insumos - donde se modificaba el ambiente a través de la labranza para que la genética exprese su potencial -, a una agricultura sustentable basada en procesos, donde lo que se adapta es la planta y la tecnología, a cada ambiente en particular.
En otras palabras: es el ambiente el que expresa el potencial. “Sistema Chacras surge bajo este nuevo paradigma donde no sirve trasladar recetas. Empezamos a trabajar en cada ambiente con el productor”. Luego de un convenio con INTA se fundó la primera Chacra en Chaco.
El Programa que ya lleva un total de 16 Chacras fundadas se sostiene sobre 6 ejes conductores que incluyen la atención sobre los recursos naturales, el enfoque sistémico, el profesionalismo, el trabajo en red, el protagonismo horizontal y el ‘aprender produciendo’. “Esto último significa hacerlos sobre escenarios reales, a partir de planteos crecientes y dejando de lado la indecisión en el proceso de aprendizaje”, explicó Gil.
El técnico se refirió a las enseñanzas puntuales de cada Chacra: “en Chaco aprendimos la relatividad del barbecho como periodo de acumulación de humedad y empezamos a aprovecharlo para producir biomasa en lugar de perder agua por evaporación. La Chacra Inriville nos enseñó a usar tecnologías de escape frente limitantes imposibles de eliminar como los suelos sódicos. En Patagonia aprendimos que la agricultura y la SD eran posibles, y en Per- gamino que el manejo incide sobre el bioma del suelo. La Chacra del Valle Inferior Nor-Patagónico nos enseñó que esos suelos son rocas en ausencia de agua, pero con riego son plataformas productivas y reactores biológicos sin precedentes”.
Para terminar, Gil explicó que “la responsabilidad sobre el suelo debe dejar de ser una cuestión de buena voluntad para transformarse en una obligación y un rasgo intrínseco de nuestra cultura, sin importar las circunstancias”.
Sistema Chacras
Busca dar respuestas sustentables a las demandas tecnológicas de los productores en sus ambientes y sistemas de producción, a la vez de contribuir a la formación de recursos humanos y a la transferencia del conocimiento, a través de dos banderas conductoras el “aprender produciendo” y el “protagonismo horizontal”.
Este año Sistema Chacras cumple 10 años.Conocé más sobre Sistema Chacras Aapresid.