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El suelo, sus usos y su conservación

En el marco del Simposio del Suelo, se llevó a cabo el panel titulado “Salud del Suelo: si sabemos cómo cuidarlo, ¿por qué nos cuesta hacerlo?”.

DISERTANTES J.C. Acuña; M. Gallacher; H. Ghio; G. Fernández Palma

El abogado y consultor Juan Carlos Acuña, de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo repasó en el Simposio del Suelo las normativas jurídicas en torno a la cuestión agrícola. Con el foco puesto en la preservación de los suelos y la necesidad de promover prácticas que reduzcan su impacto ambiental, Acuña reflexionó sobre el camino que falta caminar para contar con un marco regulatorio que fije pautas claras sobre el uso del suelo.

Tal como mencionó, en el sinuoso recorrido de las normas que rigen la vida de los argentinos, el nuevo Código Civil de 2015 ya no habla de un derecho de propiedad absoluto sobre las tierras. En este pasaje de la concepción de la propiedad de los suelos y sus usos, juega un papel clave el avance a nivel mundial de la conciencia sobre el impacto ambiental de algunas prácticas productivas.

“La cuestión ambiental llegó para quedarse y vamos a tener que convivir con ella. Hoy se estima que en Argentina el 60% de los suelos padecen la erosión. Proteger la salud del suelo es un gran desafío para los productores y un compromiso con la sociedad”, sostuvo.

Acuña dijo que avanzar en este camino requiere de la creación de estrategias de acción público-privadas para fijar pautas de promoción de aquellas prácticas de producción sustentables tendientes a conservar el suelo, con mecanismos de compensación o estímulos. “El costo ambiental de los macronutrientes en nuestros suelos requiere de algún tipo de exención tributaria que sirva de estímulo”, concluyó.

Por su parte, Marcos Gallacher (Universidad del CEMA), aportó una mirada económica al tema de la producción agrícola sostenible, y en la que puso atención a dos aspectos: el abc del análisis costo/beneficio de tecnologías y prácticas agrícolas; y sobre quién recae la decisión respecto al uso del suelo agrícola.

“La apuesta a la conservación de nuestros recursos implica asumir una lógica de costos presentes con beneficios a futuro, y la macroeconomía argentina atenta contra eso”, afirmó. Y agregó: “Las tecnologías conservacionistas serán adoptadas cuando la tasa de retorno sea atractiva”.

En este sentido, señaló que aplicar altas tasas de descuento implica castigar enormemente a aquellas inversiones con costos hoy e ingresos mañana. “Por lo tanto, el principal responsable de la no sostenibilidad de los sistemas en general (agrícola, energía, pesca, etc.) es el desorden macroeconómico”, afirmó.

Del panel también participó el productor y pionero de Aapresid, Hugo Ghío, quien recordó cómo era el modelo productivo antes de la década del 70 (agricultura + pradera) y cómo evolucionó después (agricultura continua).

Sobre el final, Ghío enumeró una serie de propuestas para lograr una producción sustentable. “Tranqueras adentro, el propietario de la tierra es el principal responsable en el cuidado del suelo; debe hacer un aprovechamiento pleno de las potencialidades y generar riqueza; y cubrir la demanda de intereses públicos. Mientras que tranqueras afuera tenemos que pensar que, en lugar de los derechos de exportación que gravan la producción, debemos gravar la propiedad para potenciar su uso y manejo con mejores prácticas”, dijo y agregó: “Mantener la fertilidad y productividad del suelo debe ser una política de Estado con incentivos hacia quienes la practican y de fuerte gravamen para quienes no la realicen”.

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