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¿Cuál es la adopción de Sistemas de siembra directa en Argentina?
Nuevas tecnologías disponibles para conocer la superficie argentina bajo sistemas en siembra directa
Antes el productor sólo era reconocido y valorado por gestionar eficientemente los recursos naturales para obtener alimentos. Ya desde hace un tiempo se extendió este concepto a la producción de biocombustibles. Así es como podemos decir que el Productor maneja recursos naturales para eficientizar un proceso que captura la energía solar (fotosíntesis) para transformarla en Alimentos, Fibras y Energía.
Cada vez conocemos mejor la complejidad del sistema que el productor gestiona y las múltiples relaciones que tiene con la Biosfera, en la cual todos vivimos. Y los cambios que están sucediendo en este nivel nos desafían a repensar nuestros sistemas de producción.
Es por eso que el productor no solo será valorado y retribuido por la producción de alimentos, fibra y energía, sino también por el impacto que genera en las variables de control del Cambio Climático.
Si nos detenemos en la variable más importante, la emisión de Gases con Efecto Invernadero, la agricultura juega un rol muy importante. Creemos que la Siembra Directa entendida como un “Sistema” tiene una gran oportunidad de generar un balance positivo de Carbono.
El hecho de no mover el suelo es un punto a favor muy importante. Reduce drásticamente la mineralización, es decir el pasaje del Carbono del Suelo, a CO2.
La Siembra Directa como sistema también tiene una gran ventaja: El uso eficiente del agua, (aumentando la infiltración y reduciendo la evaporación). Como el agua es el factor clave en la fotosíntesis, esta ventaja permite alcanzar valores de producción de Biomasa significativamente mayores.
Para poder verdaderamente ver algunos de estos beneficios del Sistema de siembra directa: menor mineralización de MO y uso más eficiente del agua (entre muchos), hace falta incorporar otras variables de manejo a la no remoción del suelo que tendrán un efecto importante, dos de ellos son: la rotación de cultivos, adaptando el número de cultivos por año y la diversidad de especies por zona, y la nutrición balanceada del sistema (no solo de los cultivos). Sistemas que no cumplan simultáneamente con la no remoción del suelo y la adopción de todo un conjunto de buenas prácticas a través del tiempo probablemente entrarán en un procesos de degradación.
Sabemos que en Argentina desde hace casi 10 años (Aapresid - Bolsa de Cereales de Buenos Aires) la superficie no removida (siembra directa) se mantiene en niveles superiores al 90%, y sin embargo observamos como gran parte del suelo argentino sufre un proceso de degradación. Por lo tanto es importante conocer no solo la técnica de labranza utilizada sino también tener un panorama de las otras variables del Sistema para entender dicho proceso.
¿Cómo se pueden “monitorear” estas variables?
LA OPORTUNIDAD TECNOLÓGICA:
Hasta ahora, los intentos de crear “bonos de carbono” no lograron indexar de manera eficiente las externalidades y el mercado no se desarrolló.
Pero ahora es distinto. No solo por la urgencia de resolver el problema, sino por las tecnologías disponibles.
Tres son las tecnologías que consideramos relevantes:
1. Internet de las Cosas (IoT): Mediante sensores, podemos generar flujos de datos en tiempo real conectándonos con cualquier objeto. No solo sobre electrodomésticos o góndolas de un supermercado, sino también, sobre las plantas!. Mediante el uso de “Sensores Remotos” dispuestos en constelaciones de satélites, podemos monitorear en tiempo real el crecimiento de las plantas.
2. Inteligencia Artificial (IA): Nos permite, con procesos de Machine Learning, desarrollar algoritmos que interpretan esta casi infinita cantidad de datos que producen los sensores, transformándolas en una regla de negocio.
3. Blockchain: Puede incorporar las reglas de negocio en contratos inteligentes, donde los valores se distribuyen dentro de una cadena transacciones de manera eficiente y segura.
Bajando estas generalidades a tierra, utilizando sensores remotos podemos desarrollar algoritmos que nos permiten:
1. Conocer qué cultivos se están sembrando
2. Conocer cuánta biomasa se está produciendo
A partir de esto se pueden generar los modelos que permitan estimar balances de Carbono, de manera inequívoca y trazable, y con contratos inteligentes generar el mercado necesario para traccionar un cambio global positivo en la gestión de los recursos naturales para producir alimentos.
LOS PRIMEROS PASOS:
El interrogante planteado entonces fue: qué porcentaje de la superficie agrícola que hoy está bajo siembra directa (mejor dicho: no removida o sin labranzas), puede considerarse bajo un verdadero Sistema de siembra directa?S4 junto con Aapresid, comenzaron a explorar esta visión intentando responder a una primer pregunta más simple: Cómo estamos rotando los cultivos?
Un primer indicador es conocer cuánto hay de Soja sobre Soja en cada campaña. Cada cultivo tiene una “firma espectral”, que es capturada por los satélites. Esto nos permite construir algoritmos de reconocimiento de cultivos, creando una especie de “código de barras” para cada uno. El algoritmo que desarrollamos en S4 tiene un nivel de predicción del 92%.
Y al correrlo para cada campaña, podemos reconocer cuantos “pixeles” (de 6.25 has) están repitiendo soja. Este proceso lo hicimos desde el año 2000 hasta la actualidad.
El resultado, presentado en el Congreso Aapresid 2019, fue el siguiente:
Figura 1 Porcentaje de soja sobre soja, promedio 2001- 2019
CONCLUSIONES
Sobre el resultado, llama la atención la alta proporción de píxeles que repiten soja.
Este resultado pone de manifiesto la necesidad de crear políticas que incentiven la rotación de cultivos, mejorando el margen de las gramíneas.
Sobre la metodología, vemos clara la potencia de la tecnología en Indexar activos biológicos que contribuyan a un mercado que premie la captura de CO2.
En este sentido, usando IoT + AI , en S4 creamos los algoritmos nos permite conocer:
1. El tiempo de ocupación del suelo.
2. Que cantidad de biomasa se está generando en cada momento.
3. Cuál es la calidad de esta que biomasa, dependiendo del tipo de cultivo,
Luego, utilizando Blockchain, podemos generar los contratos para que el Productor Agropecuario pueda capturar valor en un potencial mercado.
Como próximo paso, estamos trabajando en “La Integral anual de Biomasa”, como input para los Modelos de Captura de CO2, que nos permitirán crear los Índices para un mercado emergente de externalidades.