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Siembra de refugio en maíz, una práctica sine qua non para asegurar la continuidad productiva
Para preservar la durabilidad de la tecnología actual, es fundamental lograr un aumento considerable en la adopción del refugio
AutorTurri, G.R. 1
Para el Programa de Manejo de Resistencia de Insectos (MRI) 1 Profesor Asociado. Ciencias Agrarias UB. Asesor en sistemas de siembra
Según una encuesta a 907 empresas CREA (Proyecto Plagas ASA-CREA, campaña 2018/19), el 70% siembra correctamente el refugio en maíz. Los dos principales argumentos para no sembrarlo son la dificultad en la siembra y manejo del refugio (30%), y la diferencia de calibres entre la semilla Bt y la no Bt (14%).
LA SEMILLA
Actualmente, la mayor demanda de semilla corresponde a híbridos simples porque con ellos se logra mayor rendimiento en todos los ambientes de siembra. En la producción y clasificación de semilla de estos híbridos puede haber numerosos calibres (entre 12 y 20) correspondientes a semilla proveniente de diferentes lotes. Es decir que los híbridos simples de maíz presentan dificultades para ser calibrados uniformemente.
Con la rápida adopción de híbridos simples en Estados Unidos, este problema surgió hace más de 20 años en aquellas latitudes. Por este motivo, realizaron un importante y estratégico cambio en sus sistemas de siembra: reemplazaron los dosificadores mecánicos de placa por la dosificación neumática.
La tecnología de siembra neumática permite utilizar semillas sin calibrar (de menor costo) y, según datos de INTA, el 60% de las sembradoras vendidas en la campaña 2016/17 estaban equipadas con dosificadores neumáticos.
EL REFUGIO
En el cultivo de maíz, la siembra del refugio tiene una importancia estratégica para preservar la durabilidad de las tecnologías. La recomendación de siembra de refugio en zonas de alta presión de cogollero es un 10% del lote con un híbrido no Bt. En zonas donde la plaga principal del cultivo es barrenador del tallo, se puede sembrar refugio en bolsa (refugio integrado o RIB, por sus siglas en inglés).
Debido a la dificultad en la producción de semillas, no es posible tener para cada hí- brido Bt su isohíbrido no Bt. Por eso, las empresas producen híbridos de refugio para una paleta de híbridos Bt de similar ciclo. Por lo tanto, es sencillo imaginarse que casi nunca habrá coincidencia de calibre entre la semilla Bt y la del refugio.
Una sembradora con dosificación mecánica o por placas no puede sembrar correctamente semillas de diferentes calibres. La semilla se traba en los alvéolos de la placa, hay roturas y el resultado es una siembra despareja con faltantes y dobles. Calibrar dichas sembradoras puede llevar medio día de trabajo, mientras que calibrar un sistema neumático en todas las líneas de siembra de una máquina podría llevar 15- 30 minutos. Esto se debe a que en ellos solo interesa el peso de la semilla relacionado con la presión o succión del aire necesaria, y no su forma.
¿CÓMO ESTAMOS Y CÓMO SEGUIMOS?
Casi la mitad de la siembra de maíz corresponde a maíces tardíos y la presión de cogollero es muy alta. Exponer las tecnologías Bt que controlan eficientemente dicha plaga sin el correspondiente refugio es equivalente a poner en riesgo 2.500 millones de dólares en producción, ya que no habrá proteínas Bt de reemplazo en los próximos 8-10 años.
Actualmente, según la encuesta ReTAA (Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el 95% de los productores de maíz siembra híbridos Bt pero solo el 33%, el refugio. Para preservar la durabilidad de la tecnología hay que lograr un aumento considerable en la adopción del refugio y es responsabilidad de todos los actores involucrados trabajar en ello. Un paso para lograrlo sería cambiar, gradualmente, el sistema de siembra.