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El problema de la Queratoconjuntivitis infecciosa bovina
Recomendaciones para el manejo de esta enfermedad ocular en rumiantes que estresa al ganado, al personal, al productor y al veterinario.
Por: Koval, A.Médico Veterinario
Se acerca el verano, aumenta la radiación ultravioleta, la presencia de moscas y polvo, y los pastos encañan. Todos factores que predisponen para la aparición de una vieja y conocida enfermedad, la Queratoconjuntivitis Infecciosa Bovina. Una enfermedad insidiosa, que no mata a los animales, pero les provoca dolor y malestar que se traducen en pérdida de estado corporal y menor ganancia de peso.
Una enfermedad que requiere un trabajo continuo del personal para recorrer e intentar detectar precozmente los animales afectados, apartarlos, tratarlos y dejarlos aislados de los compañeros para evitar el contagio.
Una enfermedad que estresa a todo el sistema, al ganado afectado, al personal, al productor y al veterinario. Una enfermedad controvertida, multifactorial y que es abordada de diferentes formas por los colegas.
Los factores predisponentes
Mucho se ha escrito sobre el estrés térmico y su impacto en la producción. Sin embargo, muchas veces no está en el radar de los productores de carne el aporte de sombra a los animales. A los escépticos, los invito a que compartan 15 minutos de pastoreo con sus animales al mediodía en pleno verano. Definitivamente es un factor de estrés de suma importancia, con impacto directo sobre la reproducción, ganancia de peso y funcionamiento del sistema inmunológico. Plantar árboles y que los animales tengan acceso voluntario a “montecitos” con sombra es una tarea que se debería considerar, porque trae enormes beneficios a los animales y, por lo tanto, a sus dueños. El aumento del fotoperiodo e intensidad de los rayos ultravioletas pueden afectar la córnea, lo que aumenta el riesgo de lesión.
El ciclo natural de las plantas hace que en verano encañen y formen sus espigas y semillas. Esto implica que, durante el pastoreo, el animal sufra microtraumatismos en los ojos que predisponen a la aparición de la enfermedad. No se debe descartar una desmalezada alta en pasturas encañadas como medida preventiva de manejo.
El viento y el polvo, que suelen ser frecuentes en primavera-verano, provocan la desecación e irritación corneal, y la tornan susceptible de ser invadida y colonizada por microorganismos.
La presencia de moscas que actúan como vectores de bacterias patógenas, desde los animales enfermos a los animales sanos, favorece el contagio y la rápida propagación de la enfermedad en los rodeos afectados.
En general, los más susceptibles son los animales jóvenes, sobre todo las razas de Bos taurus más que Bos indicus. Pero puede afectar a animales de todas las edades y razas.
En definitiva, el estrés, las carencias de minerales como el cobre y todos estos factores predisponentes asociados a la época estival proponen un desafío importante para evitar pérdidas económicas que pueden ascender a los 15 kilos por animal afectado.
El estrés, las carencias de minerales como el cobre y todos estos factores predisponentes asociados a la época estival proponen un desafío importante para evitar pérdidas económicas que pueden ascender a los 15 kilos por animal afectado.
El agente causal
Moraxella bovis es la bacteria responsable de esta enfermedad, aunque Moraxella (Branhamella) ovis y más recientemente Moraxella bovoculi están frecuentemente implicadas. Los herpesvirus Bovino tipo 1, los micoplasmas y las clamidias son otros actores de reparto que aportan lo suyo; con estrategias diversas para lograr su cometido, elementos para adherirse a la córnea y toxinas para dañar el epitelio, alta variabilidad antigénica, diferente grado de virulencia, capacidad para potenciar el daño cuando dos o más agentes infectan el ojo y aliados externos como las moscas de la cara, para transmitirse de un animal a otro.
Los factores de virulencia
Básicamente M. bovis cuenta con dos armas principales: sus “pili”, estructuras proteicas delgadas que le permiten adherirse al epitelio corneal, pese a los mecanismos fisiológicos de barrido con los que cuenta el ojo, como el parpadeo y las lágrimas; y en segundo lugar una citotoxina, que produce un poro en las células blanco favoreciendo el estallido celular. Se describen siete serotipos de pili denominados de la A a la G. Las bacterias que no expresan pili resultan no patógenas.
Este enemigo formidable domina también el arte del camuflaje, es capaz de mutar sus pili para evadir al sistema inmunológico.
¿Qué herramientas desarrolló Biogénesis Bagó para enfrentar esta enfermedad?
Bioqueratogen Oleo Max
Es una vacuna específica para el control de esta enfermedad, desarrollada para elevar el estatus inmunitario del rodeo, disminuir el número de animales afectados, disminuir los casos graves de lesión ocular y el score de lesión en los ojos afectados, y acelerar el proceso de curación. Por la multicausalidad y complejidad de esta enfermedad, las vacunas brindan protección parcial. Pero para que esa protección parcial se materialice, la vacuna debe ser elaborada con cepas piliadas de los serotipos prevalentes y toxoide, que es la citotoxina inactivada.
Bioqueratogen Oleo Max se elabora con cepas que representan a los tres serotipos de pili más prevalentes.
El otro antígeno importante, la citotoxina, se obtiene de una cepa altamente productora, propagada en medio líquido, inactivada, purificada y concentrada. Así también se obtiene el antígeno de Moraxella (Branhamella) ovis, que también se incluyó por la frecuente aparición de esta bacteria como agente causal de brotes de queratoconjuntivitis.
El Herpesvirus Bovino tipo 1 es un agente que ocasiona conjuntivitis y cuando se asocia con las bacterias complejiza el cuadro. Además, participa en cuadros respiratorios y reproductivos.
El adyuvante oleoso es otro pilar de Bioqueratogen Oleo Max, confiriendo una liberación lenta de los componentes antigénicos y una mayor duración de inmunidad.
Estos atributos hacen de Bioqueratogen Oleo Max la vacuna más completa para luchar contra la Queratoconjuntivitis y disminuir las pérdidas que ocasiona.
Sin recetas, pero sí con recomendaciones validadas por la experiencia
Se sugiere la vacunación de terneros al pie de la madre con dos dosis de Bioqueratogen Oleo Max. En rodeos problema, se recomienda la vacunación anual, 30 días antes de la aparición estacional conocida de la enfermedad. Pero nunca esta debe ser la única medida a considerar.
La participación de nuestro servicio técnico en brotes de queratoconjuntivitis en distintas zonas del país logró aislamientos de agentes etiológicos que permiten evaluar la respuesta a los antibióticos a través de antibiogramas, además de monitorear las variantes antigénicas actuantes. Es fundamental conocer cuál es la mejor alternativa si se pretende controlar un brote, curar a los enfermos y no frustrarse ante reiterados tratamientos poco eficaces que solo incrementan el gasto.
La detección precoz de la enfermedad es fundamental para cortar el brote, apenas se detecta lagrimeo en los animales. Tener personal capacitado, responsable y comprometido es fundamental para el negocio, ya que permite ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo. Este aspecto es uno de los más relevantes para el control de ésta y otras enfermedades.
Una práctica empírica pero que demostró su utilidad es la aplicación de Bagodryl (diluido 1:2000) en ambos ojos de los animales todavía no afectados del lote problema. Este tratamiento busca barrer con una solución antiséptica las bacterias que están en proceso de adhesión a la córnea y bajar la carga bacteriana en animales portadores sanos, para cortar la transmisión. La aplicación debe realizarse con mochila provista de un aspersor, como las que se utilizan para fumigar las plantas.
El control de moscas, el monitoreo de potenciales carencias minerales (cobre, Zinc, Selenio), la separación de los animales afectados para ser tratados y seguir su evolución, completan las recomendaciones para el control de la problemática.
Este tratamiento busca barrer con una solución antiséptica las bacterias que están en proceso de adhesión a la córnea y bajar la carga bacteriana en animales portadores sanos, para cortar la transmisión.