Juegos Olímpicos
Los llamados “juegos del milenio” se llevaron a cabo en la extensa y lejana isla de Australia y fueron calificados como uno de los mejores de toda la historia.
L
os Juegos de la XXVII Olimpiada se celebraron en Sídney, Australia, entre el 15 de septiembre y el 1° de octubre de 2000. Participaron 10.651 atletas (6.582 hombres y 4.069 mujeres) de 199 países que compitieron en 28 deportes y 300 especialidades. La ciudad australiana también recibió a una gran cantidad de voluntarios y periodistas de todo el mundo que cubrieron estos juegos calificados –por el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch– como “los mejores de la historia”. ¿A qué se debe tal designación? Más que nada se basa en el éxito de organización y en las impecables instalaciones deportivas; pero también se relaciona con la gran popularidad de los deportes en general entre los habitantes del país oceánico.
UN COMIENZO ESPECIAL Durante la Ceremonia de Apertura, la atleta Cathy Freeman se convirtió en la primera nativa en encender la llama olímpica y la segunda mujer en hacerlo, después de la mexicana Enriqueta Basilio. Cathy es especialista en pruebas de velocidad, además, fue campeona olímpica en Sídney: se llevó el oro en los 400 metros llanos. Cabe destacar, por otro lado, que ya había participado en los Juegos Olímpicos (JJ. OO.) de Barcelona 1992, siendo la primera atleta aborigen en participar en un evento así. En relación con el encendido, vale mencionar que la unión entre el fuego y el agua se convirtió en la estrella de la ceremonia de inauguración. Cuando Cathy encendió el pebetero, estaba rodeada de ambos elementos naturales. Un aro de fuego la rodeó y luego, mediante un moderno sistema tecnológico, el pebetero se elevó por 43