N° 1 - Año 1 Octubre de 2017
aullido
ENTREVISTA A NADIA BURGOS “Lucho porque no soporto ser indiferente” MI GRITO ES COLOR VERDE HISTORIZACIÓN DEL NI UNA MENOS Y DEL ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES
Página 4 Recapitulando ¿Cómo surge #NiUnaMenos? Breve recorrido por la historia del movimiento. Página 8 Mi grito es color verde Crónica sobre La Marcha Global por el Aborto Legal. Página 12 “Lucho porque no soporto ser indiferente” Nadia Burgos, comparte su experiencia de protesta y analiza la problemática de la violencia de género. Página 17 Al lado, no al frente ¿Cuál es el lugar que les corresponde a los varones en la lucha feminista?
STAFF Editor responsable Macarena Andrés
Diseño
Macarena Andrés
Redacción
Jésica Dittrich Micaela Soperez Florencia Espíndola
au@aullidorevista.com
EY!
NOS ESTAMOS DESANGRANDO “Cuando te disparan, sangras” dejó asentado el escritor japonés Haruki Murakami en su libro Sputnik, mi amor. Cuando sangramos escribimos, decimos nosotras: las editoras. Cuando nos quieren silenciar, gritamos. Cuando dicen que los jóvenes no tenemos ideales y somos individualistas, reivindicamos nuestro compromiso luchando. Y aunque estemos gobernados por un sistema demasiado burocrático en el que la ley manda a todos a callar, nos cansamos de obedecer y decidimos crear Aullido. Portadora de los ecos de todas las voces que ya no están y de las que continuamos en pie, a pesar, de las heridas abiertas que al igual que una gangrena, parecen ir pudriéndonos. La revista por sí misma es la contracara de los que fuimos olvidados por el Estado, y aunque las balas nos perforen, con la sangre denunciamos. En esta primera edición abordaremos las diversas actividades que realizan las mujeres en defensa de sus derechos. Destacándose como nota central la entrevista a Nadia Burgos, candidata a diputada por el Movimiento Socialista de los Trabajadores y una fiel asistente a las movilizaciones en la calle. Asimismo,
se podrá leer una nota de opinión acerca de la participación masculina en las denuncias que realizan las agrupaciones feministas. Sin dejar de historizar cómo logramos llegar al poder que hoy tenemos, tanto en el país como en la ciudad, remarcando la ausencia de políticas estatales y la fuerza de la sororidad. Nos honra pasar a formar parte de las opciones posibles a elegir en un kiosco, de ser los responsables de disparar y hacer sangrar ideas, de crear un nuevo modo de lucha. Somos los restos de los cuatro Sputnik perdidos en el espacio que han renacido de las cenizas. Tenemos peso, velocidad y meta. Venimos a impregnar las páginas con las movilizaciones que cada día adoptan las más variadas formas. No solo nos reencontramos en la calle, sino también en las universidades, en las redes sociales, en estas hojas para hacerle frente a los femicidios, la precariedad laboral, los escasos recursos económicos para la educación pública, entre otras problemáticas que nos interpelan. Les damos la bienvenida a la primera edición. Bienvenidos al Aullido. ¿Preparados para dar vuelta la página?
RECAPITULANDO
HISTORIZANDO BATALLAS NI UNA MENOS “Ni una menos, ni una muerte más” dejó escrito en 1995, la mexicana Susana Chávez. En 2011 la mataron, violaron y mutilaron. En 2014 en Argentina según estadísticas no oficiales, provenientes de La casa del Encuentro fueron 277 las ausentes. Mataban a una mujer cada 30 horas. En 2015 las cifras siguieron aumentando y el 12 de mayo, con la muerte de la adolescente santafesina Chiara Páez, se inició el movimiento Ni una menos, el cual el 3 de junio realizó su primera marcha en 80 ciudades del país. La movilización fue la más multitudinaria contra la violencia de género en la historia de la nación, porque estuvo apoyada por sindicatos, agrupaciones feministas, personas del mundo del espectáculo, organizaciones sociales y una gran mayoría del pueblo. El femicida de la joven de la provincia vecina fue su novio, quien en septiembre del corriente año fue condenado a 21 años de prisión. Si bien en este caso la Justicia actúo, hoy en día el Instituto de Políticas de Género “Wanda Taddei” suple la ausencia del Estado y contabilizó que una mujer muere cada 18 horas víctima de la violencia machista. Así como en el 2015, cada 3 de junio, en todo rincón del país, millones de mujeres y varones salimos con los carteles de Ni una menos en las manos y un aullido de protesta en la garganta. Hoy la convocatoria ha tomado la connotación de asunto público: las marchas son parte de la agenda periodística y cada vez adquieren mayor relevancia. Nuestra ciudad no se erige como una excepción a esta regla: cada año vemos crecer exponencialmente el número de asistentes a las movilizaciones, de la cual participan centros de estudiantes de las facultades paranaenses, organizaciones como Sexualidades Disidentes, Dora te Escucha, la fundación Mujeres tramando, H.I.J.O.S, La Poderosa, el Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Movimiento de Participación Estudiantil, Juntas y a la izquierda, Mala Junta, entre tantas otras que se unen con la población en general en pos de lograr cambiar la realidad a la que estamos expuestas las mujeres por el hecho, precisamente, de ser mujeres.
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ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES Hace 31 años que las mujeres de todo un país decidimos unirnos, anualmente, en un lugar de la vasta geografía argentina para levantar nuestra voz en un grito desesperado de lucha. Nos reunimos para pedir que dejen de matarnos y nos permitan ser libres. Para debatir sobre los temas que nos preocupan: femicidios, aborto, educación sexual integral y un largo etcétera. Para protestar por las Melina Romero, las Micaela García, las Chiara Páez y tantos otros nombres más que integran una macabra lista que suma una muerte cada 18 horas. En fin, para que la violencia de género deje de perseguir cada paso de nuestras vidas.
El primer encuentro se realizó entre el 24 y el 25 de mayo de 1986, con una concurrencia de casi 1000 mujeres. Se desarrolló en el teatro San Martín de la ciudad de Buenos Aires y surgió como una iniciativa de un grupo de activistas que habían participado, un año antes, de la Clausura de la Década de la Mujer en Kenia. Para estas feministas era necesario generar espacios para abordar la problemática de género en nuestro país. Estos puntos de reunión debían responder a una lógica de auto organización y de pluralidad de opiniones, como mostraban tener las primeras impulsoras. Este año será Chaco la provincia testigo de un nuevo
Violencia de género: Las Naciones
Unidas la definen como todo acto de agresión del varón hacia la mujer que resulte, o pueda tener como resultado, un daño físico, sexual o psicológico; inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada. Esta problemática se origina por una desigualdad de fuerza física, estructural y simbólica en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los varones sobre las mujeres.
momento para hermanarse en un aullido que le dice “basta” al patriarcado. Un “basta” que tiene las tonadas de todos y cada uno de los rincones del suelo argentino. Un “basta” que comenzará a expulsarse con rabia a partir del acto de apertura, el sábado 14 de este mes a las 10:00. A lo largo de los tres días que durará la edición número 32 del encuentro se desarrollarán diferentes actividades, tales como espectáculos culturales, una peña y dos marchas. La ceremonia de cierre será el lunes 16 a la mañana. Como los debates y la necesidad de información están a la orden del día y son necesarios en toda lucha, se dictarán 71 talleres. En ellos se abordará la relación de la mujer con la educación, la discapacidad, las empresas, el cannabis y con el activismo lésbico, entre tantos otros temas que componen el micromundo feminista y al que la mayoría le prestará atención sólo en esos días del fin de semana largo. EXIGENCIAS Durante la primera movilización del Ni una menos, realizada en el Congreso nacional, Maitena, Erica Rivas y Juan Minujín leyeron un documento en el cual se detalló una serie de exigencias hacia el Estado. Se pidió, en primer lugar, la adecuada implementación de la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, entre lo que se incluyó la puesta en marcha del Plan Nacional establecido en la normativa. Asimismo, se pujó por la publicación de números oficiales sobre violencia de género, la apertura y funcionamiento de Oficinas de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia en todo el país, la garantiza-
ción de la protección a las víctimas de violencia y su sencillo acceso a la Justicia, como así también, a dos años de la lectura del texto, se continúa luchando por lograr tener todos los recursos necesarios para poder abordar adecuadamente los casos en los que hay niños, niñas y adolescentes implicados. También se sigue peleando en pos de pedir por más Hogares Refugio, Hogares de Día y subsidios habitacionales. Como se considera que la educación es uno de los puntos en los que hay que detenerse a la hora de generar un cambio estructural, se propuso instaurar la incorporación y profundización, en las escuelas, de la temática de la violencia machista y de talleres para prevenir noviazgos violentos. Pero no todo debe quedarse en un aula con estudiantes: también los trabajadores necesitan ser parte de este proceso. En tal sentido, se exigió la implementación de capacitaciones obligatorias sobre el problema que nos golpea a millones de personas del sexo femenino, destinadas al personal del Estado, agentes de seguridad, operadores judiciales y profesionales que trabajan con la temática en diferentes dependencias oficiales del país. Con la lucha mancomunada y a fuerza de salir al mundo a pelear por ideales, estas transformaciones aún hoy están en las mentes de cada una de las mujeres y varones que se movilizan cada 3 de junio, con un grito pelado de rabia. De una rabia que no permite que nos quedemos quietos. De una rabia que puja por salir y romper con las estructuras opresoras. De una rabia que no tiene miedo. Como aúlla una canción de Callejeros: “Las calles son nuestras”. Y tienen aroma de mujer.
LA CONSIGNA QUE SE REPITE EN CARTELES, REMERAS Y REDES SOCIALES SE TRANSFORMÓ EN UN LEMA DE LA LUCHA FEMINISTA.
Femicidio: Es una de las formas más
extremas de violencia hacia las mujeres. Es el asesinato cometido por un varón hacia el género femenino por su condición de ser mujer y porque la considera de su propiedad.
Femicidio vinculado: Este término fue
desarrollado desde el Área de Investigación de La Asociación Civil La Casa del Encuentro. En su definición se registran dos categorías: 1- Personas que fueron asesinadas por el femicida, al intentar impedir el asesinato o que quedaron atrapadas “en la línea de fuego”. 2- Personas con vínculo familiar o afectivo con la víctima, que fueron asesinadas por el femicida con el objeto de castigar y destruir psíquicamente a la mujer a quien consideran de su propiedad.
Feminicidio: Este concepto se aplica para
aludir a un femicidio del que el Estado es responsable. Es decir, cuando el poder político no mueve sus mecanismos para evitar una muerte causada por la violencia sexista. Casi siempre que se habla del asesinato de una mujer deberíamos referirnos a este término, ya que el Estado es responsable de la falta de políticas públicas, de compromiso en esta problemática y de no modificar los mecanismos incompetentes.
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LUCHAR ES SABER
LAS AUSENCIAS NO SON SOLO DE MUJERES
En una marcha feminista un cartel expresaba: “La violencia deja marcas, no verlas deja femicidios”. Y se podría agregar: no querer ver los femicidios es negar que existen. La ausencia de estadísticas oficiales sobre mujeres asesinadas por su condición de género da cuenta de este deliberado ocultamiento. En nuestra provincia, el único recuento oficial es el de denuncias por ataques físicos, verbales y psicológicos, que emiten desde la Oficina de Género del Poder Judicial. Pero de femicidios no se sabe. Más aún, la mayoría de las exposiciones que presentan las mujeres por situaciones de maltrato son registradas bajo la Ley Nº 9.198, de Prevención de la Violencia Familiar, que engloba todo tipo de agresión que se produce en el espacio doméstico. Se ignora así que estas denuncias suponen un caso más particular y problemático: la ofensa ejercida por una cuestión exclusiva de género y en aprovechamiento de una superioridad de fuerza física, como sí lo contempla la Ley Nº 26.485, de Protección Integral a las Mujeres. Ante esta faltante de números oficiales, que refleja una ausencia mucho más grave, el Observatorio de Feminicidios de la Red de Alerta de Entre Ríos, encaró la tarea de contabilizar las víctimas, detallando sus nombres y edades, características del asesinato, como así también, en caso de que mujer sea madre, la cantidad de hijos que quedan sin su progenitora. Tareas que, a nivel nacional, cumple La Casa del Encuentro. Desde la creación de esta dependencia de la ONG, en 2007, hasta la fecha se llevan registradas 87 muertes por violencia sexista y más de 17 feminicidios vinculados. En cuanto a la edad, la mayoría de los fallecimientos se registran en la franja etaria comprendida entre los 30
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y los 40 años. La actualización de los datos se realiza mensualmente con la correspondiente refrendación de los documentos en la División Homicidios de la policía. “Accediendo a información policial hemos descubierto, por la descripción de los hechos, que algunos feminicidios estaban asentados como homicidios. Indudablemente la Justicia, al momento de caratular un delito, se niega a hablar de feminicidio”, confiesa la presidenta de la Red de Alerta de Entre Ríos, Silvina Calveyra. Además del minucioso seguimiento que lleva adelante, el Observatorio se encarga de detectar a los familiares de las mujeres asesinadas para acompañarlos, en el caso de que lo requieran o necesiten, en la dura situación de pérdida. Actualmente también interviene en la promoción de una ley que está siendo evaluada en el Senado de la provincia y que propone una pensión para los hijos de las víctimas de feminicidios, la que sería otorgada hasta los 21 años de edad o mientras estén cursando sus estudios secundarios. Calveyra explica que, para generar políticas públicas efectivas, es necesario trabajar sobre una base territorial y de datos, y agrega: “Si se analiza la estadística del año pasado publicada por La Casa del Encuentro, se observa que Entre Ríos ocupa el séptimo lugar en cantidad de feminicidios. Pero si estos datos se promediaran con la cantidad de habitantes, estaríamos en segundo lugar”. En lo que respecta a la base de datos, por más que se trate de números que nadie quisiera contar, se hizo necesario y urgente, como aclara la presidenta de la Red de Alerta de Entre Ríos, conformar una estadística para visibilizar la alarmante situación y comenzar a trabajar sobre un problema que existe más allá de que no se lo quiera ver.
RETRATANDO
TUS GOLPES
POR MICAELA SOPEREZ
La primera vez no me creyeron, yo tampoco lo hacía. La segunda vez me escucharon pero también me juzgaron. La tercera vez, quisiera decir la tercera vez, pero no puedo porque ellos me mataron. Sí, fue el Estado. Un Estado que engendra y cuida a los femicidas, travesticidas y todas las palabras terminadas en cidas de América Latina. Ese pueblo casi desaparecido, pobre, excluido, pero que igual camina. Ese al que le van matando todas las mujeres pero no piensa declararse en emergencia. Porque no la quiere ver, porque verla significa aceptarla y aceptarla significa asumir responsabilidades. Hacerse cargo de la tan repetitiva frase dominical por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Y cuando digo verlas me estoy refiriendo a las mujeres. A las que pedimos que queremos un lugar igual que el que tiene el hombre. Y aunque no nos los quieren dar, nosotras no vamos a dejar de gritar. No queremos ni escribir Un cuarto propio como Virginia Wolf para tenerlo, ni transformarnos en hombres como Sor Juana Inés de la Cruz para estudiar, ni la exclusión ni la censura de tantas poetizas como Alfonsina Storni, Gabriela Mistral por sublevarse al machismo. Me pregunto cuántas mujeres estarán detrás de los nombres
de hombres que leemos. Solo pedimos que se nos escuche y se nos igualen las condiciones. No es posible que los siglos pasen y sigamos a un lado de las decisiones y el sistema. Que tengamos que crear La casa del Encuentro en Buenos Aires para comenzar a contar a cuántas nos estaban matando y brindarles asistencia a las que quedaban, pero de esa, la verdadera, la que no hay. Somos las que buscamos y encontramos, cadáveres en la mayoría de los casos, pero otras veces las hallamos vivas y cuando la suerte está de nuestro lado, llegamos a salvar a otras que no sabíamos que necesitaban ayuda. Somos las que reaccionamos brindando ciclos para saber cómo actuar ante casos de violencia y nos instruimos, ya que nadie lo hace. Somos las que creamos centros de día e improvisamos refugios para quien lo necesite. Somos esas las que nos sacamos los rosarios de los ovarios, las que demostramos que al macho no lo necesitamos, las que nos juntamos y solucionamos lo que en realidad está en las manos de ese al que votamos que sufrió una demencia tan grande que se olvidó que acá estamos.
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MI GRITO ES COLOR VERDE
EN CARNE PROPIA
POR JÉSICA DITTRICH
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Jueves 28 de septiembre, 5 de la tarde. El sector de la peatonal que besa la plaza 1º de Mayo de nuestra ciudad comenzaba a pintarse de verde. Pero no de cualquier tono de ese color, sino de uno que dice mucho y, a veces, se escucha poco. De un verde que grita. De un verde que protesta. De un verde que tiene una bandera que se hace consigna: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. El clima paranaense ya tenía la temperatura de la lucha. El Grito global por el aborto legal estaba comenzando. A las 18:00 se estipulaba el inicio de la concentración, sin embargo, la calle comenzó a ocuparse desde antes. Cada minuto que pasaba se sumaban más personas con un pedido de emancipación en la voz. Aunque había varones, la mayoría de los participantes éramos mujeres que teníamos un pañuelo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal abrazando nuestros cuellos. Parecía que todos estábamos uniformados. Se trataba de un gran equipo en el que cada jugador pedía lo mismo que el resto. “Queremos ser dueñas de nuestros cuerpos”, fue una de las exigencias que más se oyó en el lugar. La instauración de la libertad femenina fue un deseo que volaba por el cielo gris de la capital provincial. Un deseo que muchas esperamos que no se quede en el anaquel de las utopías. La plaza principal estaba decorada con carteles que simulaban ser bombachas, las cuales ostentaban frases que apuntaban directamente a quebrantar la mentalidad conservadora que aún perdura en nuestra sociedad. Leyendas como: “Soy monja/madre/lesbiana/niñera y aborté”, se repetían por los papeles que colgaban, orgullosos, de hilos que atravesaban la mitad de la calle. De fondo, se erigía la Catedral que miraba, inmensa, a quienes pedían que la religión se separe del Estado. ¡Qué contraste se podía apreciar en pocos metros cuadrados! En una mesa plantada sobre el césped verde que decora la plaza, se disponía una pequeña alcancía en la que se podía dejar dinero y llevarse a cambio un pañuelo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. A su vez, entendiendo que no hay cambio posible sin información adecuada, organizadoras de la concentración repartían folletos en los que se explicaban las ventajas de la legalización de la interrupción del embarazo. La gente circundante los aceptaba, en su mayoría. ¿Acaso esas personas se habrán sentido interpeladas por los datos ahora conocidos? Nadie les preguntó. A las 18:28 los micrófonos se encendieron y una voz fuerte y aguerrida comenzó a escucharse. Era la de Jorgelina Londero: una militante que lleva la lucha feminista en la sangre y siempre encabeza las marchas y concentraciones que pugnan por los derechos de las mujeres. A su lado estaba Nadia Ahumada, una joven morocha, de ojos negros y profundos como la noche y de una dureza en la mirada cual trozo de mármol. Ellas, hermanadas por un aullido de protesta, brindaron un discurso sobre el tema que nos autoconvocaba en la calle, haciéndole burla al mal tiempo que, tal vez, quería que nos quedemos en nuestros hogares. Ambas militantes exclamaron una frase que fue repetida al unísono por todos los que asistimos a la concentración: “¡Grito global, aborto legal!”. Entre las organizaciones que, levantando sus banderas decían “presente” en el gritazo, estaban las Socorristas en Red, el Movimiento Socialista de los Trabajadores, Sexualidades Disidentes, Pan y Rosas, La Fede - Federación Juvenil Comunista y el Partido Comunista. El feminismo en su conjunto se unió en una causa que, a pesar de los matices políticos, luchaba por el mismo pedido. Y lo seguirá haciendo. La música fue una de las protagonistas de la tarde.
Cada canción se exponía como una forma de movilización y como un grito de guerra con melodía y una pregnancia quizás mayor que la de una palabra que se pronuncia sin ritmo. “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios. Saquen sus doctrinas de nuestras vaginas”, fue una de las frases que más resonó en los oídos de quienes pasaban por la concentración en el fresco y, por momentos, lloviznoso jueves de la ciudad. Algunos de los que caminaban por el sector ya teñido de verde, aplaudían las palabras a favor de la emancipación de la mujer. Otros, en cambio, reprochaban criticando una supuesta falta de moral. “Hay mucho por hacer”, remarcó una adolescente de 15 años que estaba parada con una bandera de Pan y Rosas, mientras, enérgica, agitaba un pañuelo. Cuando el reloj marcó las 19:00, se anunciaron los nombres de quienes estarían luchando con su cuerpo y levantando la voz con su ritmo. Se trataba de Lumiere Bellydance, Danza Combate y ARI tambores. A pesar de
¿POR QUÉ EL 28 DE SEPTIEMBRE? En el marco del V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que se realizó en nuestro país en 1990, la Asamblea del Movimiento Feminista Latinoamericano decidió declarar el 28 de septiembre como el Dia por la Despenalización del Aborto.
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LUCHAR ES SABER
DEL OTRO LADO DEL TELÉFONO
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la pluralidad de propuestas, todos los integrantes de los grupos presentes coincidieron en un aspecto: dar batalla no es sólo salir a la calle con un cartel, sino que también se puede pelear con el vaivén de piernas, brazos y cinturas al son de un tema que habla de no quedarse mudo ante las injusticias. Las formas de manifestarse están mutando. Y lo hacen para bien: en ningún otro momento del Grito Global el público se mantuvo más expectante y atento a lo que ocurría en el epicentro improvisado del lugar. Los celulares con las cámaras encendidas para captar lo que se ponía en escena estaban listos. El primer turno le fue adjudicado a Lumiere Bellydance, un grupo que deleitó a una masa de personas cada vez más creciente, con su danza tribal moderna. Envueltas en las tradiciones de Oriente, el Mediterráneo y África, las dos coreografías de las cuatro chicas vestidas con vistosas polleras y grandes joyas, se llevaron miradas, aplausos y un encendimiento de la llama de la curiosidad: pocas personas llegamos conociendo su baile, pero muchas nos fuimos con elogios en nuestros labios hacia las chicas del grupo. “La libertad y la recuperación de valores tribales y ancestrales es lo que nos identifica”, comenta Luján Nuit, la joven líder del taller de danza. “En las tribus, las mujeres eran solidarias entre ellas. Queremos exponer eso en cada una de nuestras coreografías”, dice, con voz fina y exaltada por el nerviosismo posterior a la performance, otra de las integrantes que llenó de movimiento el concreto rugoso y gris de la calle San Martín. Cuando Lumiere Bellydance abandonó el centro de la escena, la concentración fue acaparada por el ritmo latino: Danza combate se encargó de darle calor a una tarde que, aunque de primavera, pareciera haberse quedado estancada en el otoño. “Estas pibas la rompen”, comentó una chica que usaba una remera con la frase “¿Cuerpo de quiénes? De nosotras”. Usando tops, zapatillas y joggings o jeans holgados, las cuatro mujeres que irrumpieron el gritazo bailaron dos canciones de contenido feminista, de la mano de coreografías que mezclaban movimientos de reggaetón, hip-hop y los propios de las
acrobacias circenses. Los aplausos, en toda la tarde, nunca fueron tan intensos como en este momento. Incluso, los presentes, entre gritos y acompañamiento del ritmo de los temas con nuestros cuerpos, nos encargamos de pedirles otra actuación a las exhaustas jóvenes. Exhaustas, aunque su motivación no dejaba que se note el cansancio. Las gotas de transpiración acariciaban los rostros cálidos de las artistas, pero aún así siguieron. “Las ganas de expresarse pesan más que la fatiga”, comentó una de las integrantes del grupo. Al público no nos quedó ninguna duda de que así sea. La oscuridad de un cielo cerrado se quería hacer notar, imponiendo a la noche como el manto que cubriría lo que restaba de la concentración. Incluidos los tambores. La voz de Josefina Londero anunció quiénes iban a ser los próximos en presentarse: ARI tambores. Su intervención fue más breve que las anteriores, pero, aún así, su ritmo pegadizo llevó a la gente a mover sus caderas al son del candombe. El carnaval llegó hasta las costas del Paraná y se pintó de emancipación femenina. A las 20:10, una suave llovizna comenzaba a decorar el piso con una fina película resbaladiza que jugaba con las luces de la calle. Luces de colores que, aunque brillantes, no podían competir con el verde reluciente de los pañuelos y banderas a favor del aborto. El agua que caía de las nubes pasó a segundo plano. A nadie le importaba el estarse mojando, pues el foco estaba puesto en el pedido desesperado por la legalización de la interrupción del embarazo. Las canciones feministas seguían sonando, las exigencias continuaban estallando frente a la plaza principal de la ciudad. Y lo hicieron por unos minutos más. Las 21:00 se acercaban incipientemente y muchos de los congregados comenzaban a irse. El sendero se estaba despoblando. Los abrazos de despedida empezaban a repetirse incansablemente con un dejo utópico en cada contacto que, sin pedir permiso, sueña con que las circunstancias de la vida vuelvan a encontrar a quienes luchamos por la emancipación de la mujer, en medio de una celebración por un derecho adquirido. ¿Lo lograremos?
Estar. Contener. Sacar miedos. Acompañar. Palabras sueltas a las que un grupo de feministas, denominadas socorristas, llevan como banderas desde hace tres años. Estas activistas hoy conforman Dora te escucha: un servicio telefónico que se encarga de brindar apoyo a las mujeres que deciden abortar, estando a su lado antes, durante y después de realizarse la interrupción del embarazo. El 27 de abril de 2014 la agrupación realizó su primer acompañamiento. Ese mismo año estuvo junto a 36 mujeres. A partir de esa fecha mantiene su disponibilidad, a través de su número de celular, de lunes a sábados de 09:00 a 21:00. Su apoyo puede ser personal o solamente virtual y siempre es de manera gratuita. “Tenemos que demostrarles a las chicas que no están solas, a pesar de que el Estado las ignore”, comenta María Elena Ale, una mujer de 44 años que integra el grupo. El colectivo tiene el objetivo de que el procedimiento sea realizado de forma segura y con el menor dolor posible. En tal sentido, promueve la implementación de un método medicamentoso: la utilización del Misoprostol, no sin antes informar acerca de su uso. De todos modos, la colaboración que brindan las socorristas no debe ser vista como una relación unilateral: ellas afirman que aprenden con y de las mujeres acerca de lo que conlleva abortar de esta manera. Hay una nueva construcción de conocimientos que no tiene la impronta de la dicotomía entre dominador y dominado, entre alguien que sabe y alguien que desconoce. A su vez, las activistas indican que
en este nuevo conjunto de saberes tampoco se impone la marca del patriarcado. Repensar lo establecido y darle paso a otras voces es una forma de dejar un poco más a un lado la violencia machista que tanto nos perjudica. En función de dar a conocer su tarea, el grupo de feministas brinda charlas en diversas instituciones, tales como universidades situadas en la ciudad. Las socorristas también están presentes en marchas y otras actividades en las que salen a la calle, exigiendo que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Desde su posición, el acto de darle visibilidad a su labor encierra el objetivo de que se pueda hablar de la interrupción del embarazo con más datos empíricos que tabúes. Para ellas, acompañar también incluye pelear para “sacar al aborto del lugar trágico en el que habitualmente se lo coloca y permitir que las mujeres ejerzan la ciudadanía sobre sus propios cuerpos”, asegura una de las activistas paranaenses. El trabajo de las socorristas no siempre es bienvenido en la ciudad: afirman que habitualmente reciben insultos y amenazas por lo que vienen haciendo desde 2014, fundamentalmente de parte de grupos católicos. “La Iglesia sigue estando muy presente en nuestra sociedad. La actitud del Estado frente a la problemática del aborto es un claro ejemplo de que la moral cristiana pesa más que la libertad femenina”, comenta una miembro de Dora te escucha, mientras, luchando y ayudando, sigue esperando un cambio cultural en la capital provincial y en cada rincón del país.
Un engranaje de emancipación Dora te escucha está enmarcada en una trama mayor: la de las Socorristas en Red, con presencia en toda la nación. La agrupación actúa desde 2012 y asiste entre 430 y 570 mil mujeres al año. El nombre de la organización a nivel país es Socorros Rosas. La denominación fue tomada en clave genealógica, inspirada en los acompañamientos de feministas a chicas que decidieron abortar en la década del 60 y 70, fundamentalmente en Italia, aunque también se replicaban estos movimientos en Francia y Estados Unidos. ¿Cómo contactarse con Dora te escucha? El grupo de socorristas tiene tres vías de comunicación. La principal es la telefónica, a través del siguiente número de celular, de empresa Personal: (343) 4724949. Las dos restantes son su página de Facebook y su Blog, cuyos nombres, en ambos casos, es Dora te escucha.
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DE PRIMERA MANO
NADIA
BURGOS “LUCHO PORQUE NO SOPORTO SER INDIFERENTE”
DE SANGRE VILLAGUAYENSE, FEMINISTA Y LUCHADORA. CON 29 AÑOS ENCABEZA EL MOVIMIENTO SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES - NUEVA IZQUIERDA, QUE SE ERIGIÓ COMO TERCERA FUERZA EN LAS PASO. EL CRECIMIENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO, LA VINCULACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LA IGLESIA, EL PAPEL DE LA JUSTICIA EN LAS DEMANDAS DE LAS MUJERES, SON ALGUNOS TEMAS TRATADOS EN ESTA ENTREVISTA QUE ABRE EL DEBATE SOBRE TODO AQUELLO QUE NATURALIZAMOS.
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¿Qué te lleva a movilizarte? Lucho porque no soporto ser indiferente. Si nosotros no intentamos cambiar las injusticias, las opresiones y la explotación nadie lo va a hacer. Hoy estructuro mi vida en relación a pelear. Veo a las batallas que damos a diario como una herramienta de transformación que está al alcance de todos, solamente hay que tomar la decisión de llevarlas adelante. Rosa Luxemburgo decía que hay que pelear por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres. Para mí esa frase simboliza el tipo de lucha que me representa. ¿Cuáles considerás que son las demandas fundamentales de los jóvenes? En primer lugar, que seamos escuchados, porque no somos inmaduros, desconectados de lo social e individualistas, sino que tenemos fortaleza y miles de opiniones para expresar. Hay configuraciones institucionales y mediáticas que promueven una visión peyorativa hacia nosotros. Por eso, damos una pelea para demostrar que nuestras voces y vidas valen, algo similar a lo que hacemos desde el movimiento de mujeres. ¿Mediante qué espacios ejercés tu lucha? Por todos lados. Las redes sociales, por ejemplo, son un lugar muy importante de disputa y discusión. Sin embargo, el mayor campo de batalla es la calle, ya que es el sitio en donde se pueden expresar de forma más genuina nuestros reclamos. Estas protestas generan operaciones como la presencia de infiltrados que intentan desvirtuar el carácter de las manifestaciones y movilizaciones. Sin embargo, uno pelea en todos los espacios en los que está, como en la facultad: ya ir a estudiar es un acto de lucha. ¿Desde cuándo te considerás feminista? Desde hace pocos años, porque crecí en una familia católica, con todo lo que ello conlleva. No puedo citar un momento particular, porque es un proceso continuo, una construcción. Todos los días nos estamos repreguntando y vamos rompiendo estructuras y enseñanzas machistas y patriarcales que nos fueron impuestas de manera verticalista. ¿Por qué crece la violencia de género? Es un problema sistémico. El capitalismo encontró en el patriarcado un aliado fundamental, no solo para la instauración del propio sistema económico sino principalmente para la acumulación de ganancias. Por ejemplo, las mujeres realizamos el trabajo doméstico y el de atención de los hijos, entre otras complejas tareas, que no son remuneradas, pero que son necesarias para la reproducción del modelo. Por eso se utilizan todas las instituciones para perpetuar los roles de género establecidos por el patriarcado: el hombre trabajador, la mujer en la casa. Cuando se cuestiona todo esto se generan contradicciones, porque los varones que están en el rol de macho protector y proveedor se sienten desconcertados. Estos planteos provocan situaciones de abusos extremos, acrecentando así el número de femicidios. ¿Qué se debería hacer urgentemente en relación con la problemática? Por empezar, se debe declarar la emergencia en violencia de género, que requiere medidas inmediatas. La creación de equipos interdisciplinarios, que puedan hacer una atención psicológica, médica y jurídica de manera gratuita es un primer paso. De todos modos, si no se rompe con las cuestiones materiales que subyacen, es imposible que la mujer pueda salir de esa situación. El Estado tiene que generar subsidios habitacionales, eco-
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LEY DE EMERGENCIA POR VIOLENCIA DE GÉNERO EN ENTRE RÍOS Su sanción implicaría que el Estado reconozca la dimensión real de la problemática y que se elaboren políticas públicas integrales. A nivel nacional se decretó en 2009 la Ley de Protección Integral a las Mujeres N° 26.485. Sin embargo la propuesta no cuenta con un presupuesto para su implementación.
nómicos, y una reinserción laboral para la víctima. Ahora bien, todas estas medidas deben ir acompañadas de la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral en todas las escuelas, que atienda a la configuración de roles, porque si no se instaura, estamos atacando al problema cuando ya está presente y no de raíz. urgentes y no nos pueden responder con impunidad, porque así habilitás un montón de crímenes nuevos. Si no hay nadie que ponga un límite, la ley no está cumpliendo su función. Por eso, es necesario avanzar profundamente en una restructuración de la Justicia, sino no hay chances de cambiar. Sin embargo, cuesta implementarla porque tenemos el obstáculo de la fuerte impronta católica en nuestro país.
“El dinero destinado a la curia es de 32 mil millones de pesos al año para sueldos y para mantenimiento de los edificios es un presupuesto aparte” ¿Cómo consideras que la Iglesia se vincula directamente con el Estado? La religión tiene una injerencia ideológica brutal dentro del gobierno. Por lo tanto, es necesaria y urgente la separación de ambos para poder avanzar. El dinero destinado a la curia es de 32 mil millones de pesos al año para sueldos y para mantenimiento de los edificios es un presupuesto aparte. Imagínense la cantidad de refugios y de subsidios habitacionales y laborales que se pueden conceder con 32 mil millones de pesos al año. A su vez, esta institución ejerce una fuerte presión en toda nuestra vida sexual y en la instauración de un modelo específico de familia, de mujer y de hombre. Por otro lado, esta unión es un obstáculo para discutir el aborto, que es la segunda causa de muerte materna en nuestro país y no se trata, porque estamos inmersos en un sistema patriarcal que afecta a todas las instituciones. ¿También influye en la Justicia? Totalmente. Este poder es machista y no está actuando con perspectiva de género. Todavía tenemos casos que quedaron sin culpables, como el de Gisela López de Santa Elena, en el que aparentemente ella decidió violarse, matarse y tirarse a un descampado sola. Fue una investigación mal hecha desde la fiscalía, que no le aportó nin-
“Todavía tenemos casos que quedaron sin culpables, como el de Gisela López de Santa Elena, en el que aparentemente ella decidió violarse, matarse y tirarse a un descampado sola”
guna posibilidad al juez de definir una resolución distinta a la que dictó. Entonces hay un problema estructural, que es reflejo de la misoginia que existe en la sociedad. Hay que tomar medidas urgentes y no nos pueden responder con impunidad, porque así habilitás un montón de crímenes nuevos. Si no hay nadie que ponga un límite, la ley no está cumpliendo su función. Por eso, es necesario avanzar profundamente en una restructuración de la Justicia, sino no hay chances de cambiar.
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LUCHAR ES SABER
HACIENDO TEORÍA
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“Entendemos que no alcanza con ejercer la lucha en la calle, sino que es necesario, además, teorizarla”, expresan quienes idearon y produjeron Mujeres en revolución. La nueva ola feminista mundial, constituyéndose como la premisa principal que impulsó la producción de este libro. Al contemplar la existencia de esta nueva generación feminista, desde la Comisión de Género del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) - Nueva Izquierda de todo el país y la agrupación Juntas y a la izquierda, consideraron conveniente y necesario plasmar este proceso de avanzada de la lucha de las mujeres en un material que permita ampliar y profundizar el debate acerca de cuál es el momento histórico que estamos viviendo y qué estrategias emplear para poder erradicar la violencia de género y lograr así la liberación de las mujeres y del colectivo LGBTTIQ+. Con la teorización no solo se logra la profundización y difusión que requieren los reclamos feministas, además habilita las condiciones para que adquieran la repercusión que busca y merece en la sociedad. La ola que avanza es cada vez más grande y más fuerte, porque esta nueva contienda que lideran las mujeres adquiere carácter internacional: se expresa de manera masiva en las calles de Estados Unidos, Italia, Polonia, y por supuesto que en Latinoamérica; por cierto, nuestro país está en la vanguardia de la batalla. La elaboración colectiva en los procesos de lucha es fundamental: para las mujeres significa no quedarse con cuestiones coyunturales de su país porque les permite acceder a una mirada omnisciente acerca de lo que ocurre con el movimiento feminista en el mundo y así poder organizar las peleas futuras. Este libro se enmarca dentro de una línea de ediciones que viene realizando el MST, como De la opresión a la liberación; La diversidad sexual; La historia de María Ovando; Mujer, violencia y capitalismo, Aborto legal, seguro y gratuito; entre otras. Quedará esperar por la nueva publicación y por la repercusión que, como dijimos, persigue toda teoría.
AL LADO, NO AL FRENTE
NUESTRA VOZ
POR FLORENCIA ESPÍNDOLA
Todavía persiste la incertidumbre acerca del rol que cumplen o deben cumplir los varones en la lucha feminista. Más aún, la duda radica en si deben participar o no. Desde luego que es importante el compromiso masculino con las demandas. La pregunta principal es cómo, de qué manera. En la búsqueda de esta respuesta está la clave. Si se comprende la base del problema, que recae en el hecho de que los varones están privilegiados desde que el mundo es mundo -incluso, se considera que el mismo Dios es hombre- debido a la estructura patriarcal y machista que moldeó nuestra sociedad, se sabría dónde y de qué forma actuar para modificar un sistema desigual que permea cada espacio de nuestras vidas. El privilegio se materializa en diferentes aspectos tales como mayores y mejores posibilidades de acceso a distintos ámbitos, la distribución del salario, el desligamiento de las tareas domésticas, la atribución cultural de menos prejuicios y más respeto en relación con el género femenino, entre otros. Entonces es necesario, como primer paso, que los varones tomen conciencia de su lugar de preferencia y estén dispuestos a ceder ciertas ventajas que históricamente les fueron adjudicadas, para que la balanza comience a equilibrarse. Si realmente queremos igualdad necesitamos de las dos partes. En este sentido, el licenciado en Comunicación Social y activista feminista, Elías Moreira Aliendro, afirma: “Después de todo el proceso que se viene dando, estoy totalmente convencido de que no hay lucha feminista posible sin un varón involucrado en esa pelea”. Este involucramiento por parte del género masculino debe demostrarse mediante el apoyo y la presencia en las marchas y en las distintas manifestaciones que llevamos adelante las mujeres. Esa es la respuesta al cómo de la participación que deben tener: el acompañamiento.
Esto implica, precisamente, estar al lado y no al frente. Es decir, los varones no tienen que perder de vista que la protesta es de nosotras y que, por lo tanto, no deben tomarla como propia ni protagonizarla. “No lucho por mis derechos ni porque me estén avasallando. Peleo por lo que le corresponde a mi hermana, a mi mamá, a mi esposa o a mi novia”, explica Moreira Aliendro. Ahora bien, el acompañamiento no empieza ni termina en la calle. Sino que debe ser una accionar de todos los días y desde cada lugar posible. Porque si un varón asiste a una marcha y se pone la camiseta del #NiUnaMenos, pero luego regresa a su casa y tiene actitudes machistas para con su cónyuge, o al otro día en su empleo para con sus compañeras, no está apoyando en lo más mínimo, sino todo lo contrario. Lo mismo sucede con el discurso: algunos pueden sonar feministas, correctos y bien intencionados, pero para que las palabras adquieran verdaderamente valor tienen que volverse acción. La regla de hacer más y decir menos encajaría bien en esta lucha, pero mejor cabría la de decir y hacer al mismo tiempo. Se trata de acciones pequeñas y cotidianas pero significativas, como el tratarnos con respeto en todos los ámbitos, el evitar comentarios que nos denigren o menosprecien en nuestra condición de mujer, el entender que estamos capacitadas para que trabajemos a su par, el no ofenderse si percibimos un mejor sueldo, el intercalar los días para cocinar y lavar los platos, el coordinar para llevar o buscar a los hijos de la escuela y ayudarlos con su tarea; entre tantas otras actitudes que marcan la diferencia. Porque es el accionar diario el verdadero vestigio que delata al machismo. Y, por lo tanto, es a través de estas actitudes cotidianas que se pueden generar cambios reales en vista a la tan deseada igualdad.
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LUCHAR ES SABER
EL ARTE COMO MEDIO DE LUCHA
Poner el cuerpo para luchar por lo que se cree y elevar la voz frente a las injusticias que nos golpean a diario, cada día adquiere más formas. Formas, que involucran un accionar distinto para interpelar y despertar conciencias dormidas. Formas que tienen ritmo y color. Baile, en fin. ¿Quién dijo que la pelea sólo se da levantando una pancarta en la calle? Lumiere Bellydance y Danza combate nos invitan a pensar en el arte como un arma de expresión, batalla y solidaridad femenina.
PASADO NO PISADO: BAILADO A veces, en el rescate de las costumbres de nuestros antepasados está la clave para pensar en liberarnos”, comenta Luján Nuit, la profesora y bailarina de Lumiere Bellydance. El grupo se encarga de practicar y dar a conocer el Estilo Tribal Americano, una danza del vientre moderna creada en Estados Unidos y que fusiona elementos de la cultura de Medio Oriente, Mediterráneo y parte de África. Vestidas con vistosas polleras y portadoras de grandes joyas que se esparcen por toda su piel, las chicas que integran el taller de danza tienen un claro objetivo: rescatar las tradiciones de las tribus de nuestro continente y los valores que tenían las mujeres que habitaban en aquellas sociedades. Para lograr su meta, le dan rienda suelta a la cooperación y solidaridad entre cada integrante del grupo. Se centran en identificar las formas en las que las aborígenes se ayudaban entre sí, para recuperar su comportamiento y volcarlo en un baile del que todas participen por igual, sin establecer jerarquías: en
sus actuaciones no hay alguien que mande y otras que acompañen, cuales sombras. La igualdad se hace carne cuando suenan un par de acordes de sororidad. Hace cinco años que el grupo muestra sus performances ante un público heterogéneo, dada la pluralidad de espacios en los que se presentan. Sin embargo, tienen un lugar predilecto: las marchas y concentraciones feministas. En estas actividades, tratan de poner en primera plana la libertad: cualquier persona puede bailar, sin importar su edad, condición física y experiencia. El elenco se compone de entre 10 y 15 mujeres –el número de integrantes oscila continuamente— cuyas edades abarcan desde los 20 hasta los 30 años. Actualmente no tienen un lugar físico para ensayar, sino que continúan buscando su propio espacio. Su premisa es la de expresarse y hablar con el cuerpo mediante las coreografías, acto que, según ellas, puede generar más impacto que usar la palabra. ¿Quién dijo que sólo nos podemos expresar de forma verbal?
LAS CANCIONES DE MISS BOLIVIA Y KRUDAS CUBENSI SON DE LAS MÁS ELEGIDAS POR EL GRUPO.
REARMAR EL MUNDO CON UN MOVIMIENTO
EL GRUPO DURANTE SU ÚLTIMA PRESENTACIÓN, EN EL GRITAZO GLOBAL POR EL ABORTO LEGAL. 18
“Cuando todo se cae a pedazos, tenemos la obligación de salir y expresarnos”, dice Florencia Barrera. La joven, desde diciembre de 2016, dirige Danza combate: un grupo que arrancó como una respuesta a las, según su perspectiva, desacertadas propuestas del gobierno de Mauricio Macri. “No teníamos que dormirnos y necesitábamos empezar a sacar el arte a la calle, porque lo estético es una herramienta de lucha que te permite generar una revuelta”, nos comenta la bailarina quien siente aires de revolución y los quiere plasmar dentro de una coreografía. La perspectiva del grupo no es sólo denunciar, sino también cambiar la realidad. Sostienen que el baile ayuda a desarmar las estructuras sociales que oprimen y a formar unas nuevas en las que la libertad sea palabra mayor. Por lo tanto, su prioridad es bailar en los espacios de resistencia. “Siempre estamos en las marchas para resignificarlas, para que la gente se acerque más. Ver a alguien haciendo arte es atractivo y permea más en las personas que otras formas de expresión”, comenta Florencia quien aclara que el feminismo representa los ideales de Danza Combate, entre los que se enumeran la
solidaridad, la sororidad y la batalla por la libertad de las mujeres. Entre sus pasos, se pueden encontrar influencias de la capoeira, el rap, hip-hop, reggaetón y una danza contemporánea que sale del lugar de élite que, según ellas, se le adjudica. Estudian el cuerpo y sus movimientos, con la premisa de que todos podemos bailar. Sus ensayos y performances se proponen como una instancia para compartir conocimientos: no todas saben lo mismo y la clave está en hacer circular las capacidades de cada una. En tal sentido, sostienen que toda chica que quiera ser parte del grupo puede acceder a las prácticas que se brindan en espacios otorgados por la Escuela Municipal de Danzas, el Teatro 3 de Febrero y la Casa de la Cultura. “Hay que animarse. Hay que salir y movilizarse. El baile está para eso: para darle más vida a una marcha, para llegar a más personas”, nos cuenta Florencia. Si hay quienes aún creen que el arte sólo está para ser contemplado en un museo, desconocen toda una faceta de la estética que las chicas de Danza combate han entendido muy bien.
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LUCHAR ES SABER
NUESTRA VOZ
VESTIGIOS
DE DOMINIO POR MICAELA SOPEREZ
“EL LENGUAJE ES UNA PIEL, YO FROTO MI LENGUAJE CONTRA EL OTRO”
Roland Barthes
La capa que recubre es resistente y a la vez flexible, protege y visibiliza lo que hay debajo. Decir debajo ¿no es acaso invisibilizar lo que está arriba de? La piel, es decir, la lengua implica una contradicción. Hablar es limitarse y lo sabemos muy bien. Estamos atrapados dentro del lenguaje y si bien podemos realizar pequeñas modificaciones que le den dinamismo y no lo constituyan como un sistema cerrado, no hay posibilidad de ser fuera de la palabra. La lengua madre nos mutila. Como bendición existe la performatividad. Este decir que hace, que transforma la realidad pero a la vez nos castra. El lenguaje nos traiciona e implica en sí mismo mucho más de lo que vemos. Desde el comienzo de la Segunda Ola del Feminismo, en el año 1960 hasta nuestros días, la manera en cómo hablamos y nos nombramos es fundamental. Debatimos si tenemos que dejar de usar el genérico O y empezar a usar la X, la E o la @ para alcanzar un lenguaje más inclusivo y no sexista. Pero ¿qué es lo que está en juego realmente detrás de los grafemas propuestos? Valentín Voloshinov escribió en El marxismo y la filosofía del lenguaje que el signo era la arena de la lucha de clases. Con esta afirmación deja en claro que lo que se
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disputa no es solo una cuestión de significación, sino también un asunto social, ya que quienes dominan son los que le van a proporcionar el sentido que deseen al signo. A su vez, el lingüista afirma que la palabra es el fenómeno ideológico por excelencia, debido a que todos los sectores la utilizan y está presente en todo acto de vida consciente. Por lo tanto, es difícil alcanzar la mono acentuación, pues siempre quedan vestigios de la clase dominada. Por ejemplo, en un momento el sombrero fue un símbolo utilizado y característico de la burguesía. En la Revolución Rusa, el proletariado se subleva contra dicha clase y se apropia de ese objeto para convertirlo en una de sus marcas identitarias. La problemática entonces no se reduce a qué grafema utilizar para poder incluir a todos cuando se habla, sino romper con los esquemas y estructuras que el lenguaje trae consigo y comenzar a modificar las bases sociales para poder cambiar las condiciones materiales de los sujetos. Mientras el Estado continúe dependiendo de la Iglesia y las tradiciones sigan ganándole a las innovaciones, resulta una tarea sumamente compleja poder sacar los restos de las pieles impuestas y cubrirnos con nuevas capas.
LA UNIVERSIDAD NO SÓLO IMPLICA LIBROS NOTA ACERCA DE LAS SECRETARÍAS DE GÉNERO EN DOS FACULTADES Facultad de Ciencias de la Educación Universidad Nacional de Entre Ríos “La universidad no es una isla, es parte de una sociedad patriarcal”, comenta Anabella Dallinger, la titular de la Secretaría de Género de la Facultad de Ciencias de la Educación. La joven alumna de Comunicación Social destaca que el espacio académico debe ser utilizado como un lugar de resistencia, de grito contra la opresión, de escenario para decirle basta a las lógicas machistas. Con estos objetivos y junto a sus compañeros del FUEL (Frente de Unidad de Estudiantes en Lucha) se formó el espacio que actualmente actúa de rincón de encuentro y organización entre los futuros profesionales de la institución educativa. La secretaría lleva adelante diversas actividades en pos de darle visibilidad, en las paredes de la facultad, a las problemáticas a las que estamos expuestas las mujeres. En tal sentido, a mitad de año se realizó una charla abierta al público en general con las socorristas, con el fin de hablar acerca del derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que “es una necesidad en la sociedad y en nuestra universidad”, comenta Dallinger. La ayuda a las estudiantes expuestas a situaciones de violencia es una de las tareas primordiales del espacio. La titular de la secretaría afirmó que este año se llevó adelante el primer caso de la apertura de un sumario contra un docente de la carrera de Educación por acoso. Otra de las medidas en las que se está trabajando es en el darle impulso al foro contra la violencia patriarcal y heteronormativa. Este año es el primero en el que la universidad tiene su propia Secretaría de Género. Se trata de una nueva iniciativa
que intenta generar la participación de todos los estudiantes por medio de reuniones periódicas. Asimismo, también es una novedad la creación de la Comisión de Género, cuyos integrantes partirán este mes al Encuentro Nacional de Mujeres, a realizarse en Chaco.
Facultad de Trabajo Social Universidad Nacional de Entre Ríos “Tenemos el objetivo de generar lugares de acción, que apunten a la erradicación de patrones culturales que sostienen prácticas de discriminación y violencia, fomentando la igualdad de géneros”, comentó Claribel García, integrante de la Secretaría de Géneros y Diversidad del Centro de Estudiantes de la Facultad de Trabajo Social. El espacio surgió en el año 2015 y está destinado a la promoción y visibilización de toda tarea referida a las luchas encabezadas por sectores feministas y llevadas adelante por alumnos, agrupaciones políticas o la institución educativa. “Ofrecemos talleres, debates y jornadas. Hay una pluralidad importante de actividades, pero todas comparten un mismo fin: tratar de expulsar cada vestigio del patriarcado que podemos encontrar”, afirmó García. La organización está compuesta por un secretario titular y un suplente. Asimismo, en la próxima reunión de distribución de cargos, que se realizará luego de las elecciones estudiantiles, se decidirá la próxima agrupación que esté al frente del espacio.
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NUESTRA VOZ
HERRAMIENTA
VIRTUAL
POR FLORENCIA ESPÍNDOLA
Hashtags a modo de pancartas, el pajarito azul como un megáfono y nuestro inicio como una calle interminable de perfiles marchando por la misma causa, aunque opinando distinto. Este es el escenario que se nos presenta en las distintas redes sociales y al que sin querer asistimos. Se evidencia así, un cambio cada vez más notable en el uso de estos espacios virtuales. Si bien siguen siendo un medio a través del cual se comparten contenidos de índole personal o comercial, últimamente las redes sociales son utilizadas para hacer reclamos o pedidos, expresar indignación por ciertas injusticias, compartir aquello con lo que estamos de acuerdo o defenestrar aquello con lo que disentimos, como así también difundir los innumerables casos de violencia de género, desapariciones de mujeres y femicidios. Con esta variación en el uso de las redes sociales se ha generado la discusión acerca de si constituyen o no un medio de lucha. En un primer momento puede pensarse que sí porque nos permiten, como mencionamos anteriormente, manifestarnos, expresarnos y compartir nuestra ideología. Sin embargo, cabe replantearse si todo este movimiento logra traspasar el espacio virtual y llegar a uno real con medidas y soluciones concretas, o queda supeditado a un mero intercambio de opiniones entre diferentes usuarios en el que no se tiene, siquiera, la intención de lograr un acuerdo. Un estudio que analiza el funcionamiento de Facebook, Twitter y Google en la lucha contra los grupos extremistas vinculados al terrorismo, publicado por The Wall Street Journal, sugiere que las campañas en las redes sociales si bien pueden generar efectos activos en los usuarios, provocando diálogo y debate, no tienen un efecto directo en la reducción de la radicalización de estos grupos. De todas formas, por más que la revuelta generada no pase del diálogo interminable entre comentarios o de publicaciones que se replican incansablemente, la discusión de ideas es suficiente para visibilizar, para activar opiniones, para lograr lo que en los medios masivos de comunicación se conoce como el establecimiento de agenda: determinar en qué
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EL ARTE SE HACE ECO DEL DOLOR
RECOMENDADOS
pensar. Un vistazo en las redes sociales nos basta para enterarnos lo que está pasando y de qué se está hablando; nos alcanza para quedarnos pensando en eso que vimos y nos obliga a opinar. El Instituto para el Diálogo Estratégico, basado en el análisis de campañas en video difundidas por las tres redes sociales anteriormente nombradas, señala: “Lo positivo en el fondo es que la generación de debate y diálogo significa que hay una reflexión en torno a lo que está sucediendo, y no se está aceptando a tontas y a locas la información a la que estamos siendo expuestos los usuarios gracias a estas campañas”. Focalizando en esto último de la información a la que estamos expuestos, debemos reconocer que las redes sociales son una puerta abierta a un flujo informativo permanente, continuo y variado, al que accedemos libremente. Distinto de lo que sucede con la mayoría de los medios tradicionales de comunicación; ya que restringen, censuran, omiten o tapan ciertas informaciones para ofrecer una imagen de la realidad maquillada a su gusto. Las plataformas virtuales no solo nos muestran la realidad a cara lavada, sino que además permiten que la información perdure varios días, haciéndola viral en muchas oportunidades. En este sentido, la difusión que se logra con las redes sociales resulta indiscutible, como también es cierto su poder visibilizador y generador de un espacio para la expresión y el debate; pero no por ello se vuelven un medio de lucha. Los grandes logros y avances de los reclamos sociales fueron gracias a concentraciones y movilizaciones en las calles y a manifestaciones frente a distintas instituciones estatales. Las redes sociales constituyen más bien una herramienta de lucha, que sirve de apoyo para la militancia, para la activación y difusión, para contactar y congregar a más personas interesadas y activistas. El espacio virtual puede considerarse entonces como una gran mesa sobre la que se presentan todas las cartas, y en la que el resultado del juego y las estrategias de avance se definirán en un espacio concreto de lucha.
CANCIONES “No sumisa ni obediente. Mujer fuerte insurgente. Independiente y valiente Romper las cadenas de lo indiferente.” Antipatriarca, Ana Tijoux
CORTOMETRAJE
“Nuestros cuerpos no están hechos para tu diversión. Contra tu piropo tenemos la solución.” Golpe de Coño, Klitosoviet
LIBROS
“Revolución es que te pueda besar, en cualquier lado sin sentir la vergüenza. No quiero un mundo de Patriarcas sexistas.” Compañerx de Piquete, Sudor Marika “Si tocan a una, nos tocan a todas, el femicidio se puso de moda, el juez de turno se fue a una boda, la policía participa de la joda.” Paren de matarnos, Miss Bolivia
Propiedad Privada. Carolina Camacho. Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda – Buenos Aires, 2011
Código Rosa, relatos sobre abortos. Dahiana Belfiori. Ediciones La Parte Maldita. Buenos Aires, 2015 Lo que ellas (y ellos) dicen. July Chaneton, Nayla Vacarezza. Editorial Marea. Buenos Aires, 2011 PROGRAMA RADIAL Furia bebé. Conducen: Malena Pichot, Señorita Bimbo y Martín Rechimuzzi. Lunes a viernes de 16:00 a 18:00.
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