Carolina Unrein:
« Hago política a través de mis producciones artísticas » Tierra bomba: el rincón local donde el arte explota Una peña donde se encuentran géneros musicales y geografías
Teclas de un mismo piano Emprendedurismo joven, Programa Crecer
Sumario
Staff: Valentina Aldecoa Rodrigo Benitez Florencia Duré Micaela Sánchez Luciana Viso Editoras responsables: Valentina Aldecoa Luciana Viso
Teclas de un mismo piano Programa Crecer: la autogestión como lucha.
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Carolina Unrein: «Hago política a través de mis producciones artísticas»
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La desición es nuestra Mujeres empoderadas, cuerpos y soberanía
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Tierra Bomba: el rincón local donde el arte explota El sitio musical por excelencia de Paraná
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San Martín 868 - (0343) 429-0718 editores@revistaey.com www.facebook.com/RevistaEY
Desde adentro Alguna vez nos dijeron que la juventud debía ser el punto de inflexión en la construcción de un nuevo tiempo. Que debíamos organizarnos y andar, recorrer las calles, las universidades, los trabajos y nunca rendirnos. Que era nuestra responsabilidad apropiarnos de los espacios y reconstruirlos, abrazar la democracia, y luchar siempre juntos desde la heterogeneidad. Celebrar la rebeldía y encontrarnos en la fortaleza. Hacer EY! es una manera de comunicar la enérgica unidad que desde la diversidad forjamos como juventud. Entendiendo que no sólo tenemos que reconocer los espacios como propios, sino también trabajarlos y socializarlos. Por eso estamos convencidos de que producir esta revista en su totalidad es una forma concreta de representarlo. EY! es un varieté cultural apta para todo público realizada con dedicación, compromiso y, sobre todo, mucho amor. Para nosotros realizar EY! también significa comenzar un camino de deconstrucción de estereotipos que relegan a los pibes a la haraganería y la ignorancia. Es por eso que todas las notas que vas a encontrar acá son de personas que luchan desde su lugar para cambiar el supuesto orden de las cosas. Reconociéndonos así, elegimos expresar en la revista nuestra resistencia y responsabilidad, sabiendo que la mejor herramienta de transformación es la acción. En esta primera edición vamos a conversar con Carolina Unrein, una joven trans de 17 años que nos relata su experiencia y cosmovisión de género desde la poesía. Contamos también con el humor del grupo Litoral Stand Up y el activismo de los chicos de Ecoclubes Paraná. Exploramos un espacio de diversidad cultural como lo es Tierra Bomba y presentamos a Crecer, una nueva forma de emprendedurismo, entre otros movimientos y organizaciones que además nos acompañan en este recorrido. «Lo personal es lo político» dijo Carol Hanisch una vez, una reconocida activista del feminismo radical, y esa es la bandera que como equipo levantamos. La política no es una esfera aislada de la vida social, todas las actividades que realizamos son decisiones de ese rango. Reconocer la propia disidencia de género y hacer de ella un arte, no es otra cosa que una postura de resistencia y empoderamiento. Los pibes y las pibas estamos empoderados hace rato, y ahora lo ponemos en papel.
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Transformarnos
Sumando esperanza en las calles de Paraná La ONG Suma de Voluntades todos los días realiza recorridos nocturnos por la plaza Alberdi y el hospital San Martín con el fin de llevar una vianda de comida a aquellas personas que están en situación de calle. Distribuyen alrededor de 1.000 raciones de comida por semana. Ey! se sumó a ellos y te cuenta cómo es el antes, el durante y el después de un recorrido de solidaridad.
Era un lunes sumamente caluroso, caminé por calle Libertad y, tres metros antes de llegar a Bavio, me detuve en una casa colorida. En sus paredes se observaban dibujos y la siguiente frase: «Acá nos divertimos, hacemos ruidos, nos reímos, nos besamos, nos abrazamos, pedimos perdón, damos segundas oportunidades, cometemos errores, creemos en el otro, en las señales y en los sueños… ». Toqué timbre y en seguida me abrió una de las chicas saludándome amablemente. Me dirigí hacía la cocina mientras leía las frases que había en todas las paredes. «¿Y hoy qué cocinamos? » se preguntaban los voluntarios de Suma de Voluntades, a lo que otro contestó «vamos al almacén y vemos que hay», motivo por el cual nos dirigimos a una de las habitaciones de la «casita», en la cual había estantes con diversos productos donados por las personas: galleti-
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tas dulces y saladas, golosinas, arroz, fideo, polenta, prepizzas, conservantes, puré de tomate, leche, aceite, sal, azúcar, entre otros. Si bien sus paredes eran blancas, las mismas no se podían apreciar debido a la cantidad de alimentos que allí había. Solamente había un espacio desocupado en el cual se plasmaba la siguiente oración: «Ningún acto de bondad por pequeño que sea, es una pérdida de tiempo». Pasado unos minutos, los voluntarios decidieron cocinar arroz y albóndigas con salsa. Uno de ellos se dirigió a la verdulería y otro a la carnicería, ambos negocios dan sus productos una vez a la semana. Mientras que otras carnicerías y verdulerías colaboran el resto de los demás días. Una vez que tenían todos los insumos, Soraya (una de las voluntarias) se sentó en una mesa rectangular de aproximadamente dos metros y comenzó a pelar y picar las verduras. Era un día más en donde el tiempo que tenían disponible les jugaba en contra ya que eran las 19:10 hs y debían partir a la Plaza de los bomberos a las 21. Hacía muchísimo calor, la sensación térmica marcaba 27º. Los jóvenes decidieron trasladar la garrafa y las hornallas portátiles hacia afuera. Buscaron las ollas y en una de 20 litros colocaron aceite, luego las verduras y en otras dos de 15 litros el agua para el arroz. Eran las 20:00 cuando la salsa ya estaba lista. «Las papas están a punto» expresó Mario, el cocinero voluntario de los lunes, día en el que se pone el delantal y juega a ser chef. Se acercó la Vicedirectora, María, y levantando el dedo pulgar, manifestó: «esto está riquísimo. Imposible hacer dieta acá». En cambio, al arroz que todavía le faltaba cocción lo retiraron del fuego debido a que, una vez que le colocan la salsa, este se sigue cocinando y a veces “se pasa y se hace puré”. En seguida fuimos y buscamos tres tachos de 20 litros, en los cuales se pone siempre la comida preparada para llevar a los recorridos nocturnos. A medida que echaban el arroz, le iban colocando la salsa. «¿Vos decís que nos va a alcanzar? » preguntó Mario, «siempre llegamos bien aunque tal vez nos quedemos cortos con la salsa » le contestó Nadia.
Suma de voluntades en la Plaza de los bomberos.
No son siempre los mismos los que participan en la cocina o en los recorridos, al ser voluntario, cada colaborador ayuda cuando puede. Por ende, en algunas ocasiones son tres cocinando y otras, diez. Una vez que todo estaba listo se podía sentir un alivio en cada uno de ellos. No obstante, la casita se había llenado de más vida y esperanza. «Bueno, ya estamos» dijo Mario mientras Soraya lavaba las ollas. La vice, que recién había llegado de su trabajo, se puso ropa cómoda y se dirigió al vestuario, una habitación más de la casita. Pero no era cualquier pieza. Antes de ingresar a ella, en la puerta había carteles que decían, por ejemplo, «José Narváez: Pantalón de algodón nena talle 6, jean hombre talle 46, campera fina talle 4. Preparar para el jueves 28 de septiembre. Hospital San Martín». Al entrar se podían ver estantes con ropa apilada por talle, por sexo y por estación y un sector con zapatillas, también ordenadas por número. A la vez, se observaban bolsas sin abrir con más ropa y calzado. En el medio de la habitación había una torre de colchones de una y dos plazas y, encima de ellos, sábanas y frazadas. En fin, María entró al vestuario y buscó ropa que le había encargado una familia de la Plaza de los Bomberos. Eran las 20:50 cuando comenzaron a llegar más voluntarios, entre ellos Oscar y Daniel que ofrecían su auto para trasladar la comida, el jugo, utensilios y la
ropa. Así es como todos aportamos un granito de arena aunque sea subiendo las cosas a los vehículos. El recorrido constaba de una primera parada en la Plaza de los bomberos y una segunda en el Hospital San Martín. Camino a la plaza, se notaban todos muy relajados pero con la incertidumbre de que si iba a alcanzar la comida o no. A metros de llegar al destino, el conductor puso las balizas y automáticamente las personas comenzaron a formar una fila. Al llegar, bajamos todas las cosas y nos ubicamos delante de ellos. En la mayoría de sus rostros se les dibujó una sonrisa llena de luz y felicidad, es que sabían que esa noche iban a poder cenar comida caliente y recién cocinada. Mario se ubicó a delante de los tachos con un cucharon, Juan le pasaba las bandejas, Romina servía el jugo, Nair el pan y yo los tenedores, otros estaban a disposición de estas personas. Algunas cabezas sobresalían por el costado de la fila, tentados por saber cuál era el menú. ¿Cocinaste vos Mario?, le preguntó un hombre flaco, petiso y morocho de unos 50 años, a lo cual aquel afirmó. «¡Ah esto tiene que estar bueno entonces!». Por cada bandeja que se daba sabíamos que estábamos ayudando al prójimo, personas que no tienen casas, otros no tienen trabajo y viven en la calle. Sin em5
bargo, saben que todas las noches tienen su platito de comida. «A mi poneme muchas albóndigas sino no”, “¿me podrás dar una porción para mi suegra que quedó en mi casa?», «yo quiero ropa después», «puedo llevar para mis tres hijas», «aquel hombre que está acostado en el banco dice que no tiene hambre pero pregunta que si le dejas una porción para más tarde», «¿se puede repetir? »; eran algunas de las frases que se escuchaban, sumado al «¡gracias!» de todos los que recibieron su vianda. Mientras todo esto ocurría, los jóvenes voluntarios acompañados por la vice, se mostraban felices por lo que estaban haciendo, incluso aquellos que se quejaban de estar cansados por el trabajo o facultad. «No te imaginas cómo nos despeja y lo bien que nos hace sentir hacer esto. Nos llena el alma », me comentó Soraya. En los alrededores de donde se estaba sirviendo la comida se podían observar ancianos, adultos, jóvenes, niños y hasta bebes sentados en el pasto, algunos solos y otros en grupos. Unos comían riéndose, otros hablaban o le gritaban a aquel que estaba a unos metros y el resto permanecían callados. Después de que terminaban de cenar se acercaban a pedir el postre: budín de pan, elaborado también por los jóvenes voluntarios. Seguidamente nos dirigimos 6
al Hospital San Martín, allí había muchísima menos gente. Mientras en la plaza se repartieron 60 porciones, en el Hospital se dieron 20. Muchos de ellos estaban adentro del edificio, resguardando el lugar en el que duermen. Por ende, algunos voluntarios entraban con las viandas y las repartían. Eran las 22:30 cuando terminamos de servir. «Ahora si nos toca a nosotros, ¿quién quiere? » preguntó Mario. Las puertas del hospital estaban abiertas de par en par, nosotros estábamos apoyados en el auto que estaba enfrente a la misma, otros estaban en la vereda y en el medio estaban los tachos con la comida. Algunas personas pasaban y nos miraban asombrados, es que todos nosotros estábamos parados con una bandeja en la mano, comiendo arroz y albóndigas con salsa. En ese momento pensaba en lo que sentirán estas personas cada vez que pasan aquellos que no les falta nada en la vida y los miran de forma rara. No obstante, entendí lo que me había dicho una voluntaria: «ayudar te llena el alma » y, tal como dice uno de los vinilos que hay en una de las paredes de la casita de Suma de Voluntades, «ningún acto de bondad por pequeño que sea, es una pérdida de tiempo».
Micaela Sánchez
Teclas de un mismo piano Autogestionarse en el trabajo, ser tu propio jefe, manejar tus horarios, participar colectivamente en ferias y exposiciones, ser receptores de distintos programas en Entre Ríos que apunten para fortalecer autoempleos. La experiencia de la Economía Social y Solidaria. El caso del Programa Crecer en la provincia.
Feria Mujeres Emprendedoras 2017. Paraná.
Cada vez son más quienes se dedican al mundo del emprendedurismo, buscando como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas que están involucradas. En particular jóvenes que piensan un proyecto laboral que les permita una rentabilidad económica, la satisfacción de necesidades y participar en el mercado laboral en calidad de emprendedores, trabajadores y ciudadanos. Distintos rubros y necesidades que hacen de los pequeños y medianos productores o vendedores de servicios queden amparados por la lógica de la Economía Social. El mercado laboral ofrece oportunidades desiguales para las personas según su edad, recursos socio-educa-
tivos, barrio, sexo, etc. Entre los motivos de esta situación se encuentra el hecho de que la oferta laboral está cubierta por sujetos «con experiencia y una educación formal cada vez más especializada». Como consecuencia se genera una alta tasa de desempleo y de trabajo precarizado o informal de los jóvenes, sufriendo la desocupación por que no cumplen con ninguno de esos requisitos. La realidad es que mucho de estos jóvenes han tenido que abandonar sus estudios para realizar «changas» con lo que refuerzan y consolidan un círculo de exclusión. De esta manera, viven en la trágica paradoja de tener que incorporarse al mercado laboral a temprana 7
Transformarnos
“Con ayuda de familiares pudimos comprarnos una cocinita y con eso empezamos a producir. Mi marido me enseñó el oficio de panadería y mientras se iba a trabajar yo cocinaba, cuando podíamos salíamos a vender. Con el tiempo nos quedamos sin lugar para cocinar, porque la casa quedó chica. Así que conseguimos un galpón en el Paraná V, y todos los días me iba a cocinar desde La Base hasta allá. Después el Crecer nos entregó la cocina industrial y ahí pudimos alquilar un local más cerca de mi barrio” Gisela, participante del Programa Crecer.
edad para realizar trabajos ocasionales y mal pagos o sufrir la frustración de no conseguirlos. Hay que señalar además que las mujeres jóvenes se encuentran en desventaja, especialmente si son madres. Debido a su tradicional rol de cuidadora de los hijos y el hogar, no buscan activamente trabajar y sus oportunidades de capacitarse son muy limitadas, dado que en pocos ámbitos laborales o educativos pueden asistir con sus hijos o disponen de guarderías infantiles. Por otra parte se encuentran a la orden del día los prejuicios y las representaciones sociales de los jóvenes: vago, delincuente, drogadicto, que refuerzan esos patrones de exclusión social, sumados a la falta de experiencia y educación formal. Surgen con fuerza los «emprendedores sociales» que buscan en distintos rubros como por ejemplo la gastronomía, peluquería, albañilería, jardinería, decoración, que se pueda ver y sentir valorado su «quehacer» y buscar así su estabilidad económica, la construcción de un proyecto a futuro y así ir mejorando su calidad de vida. Cuando los jóvenes son quienes toman sus decisiones y eligen que es lo que van hacer están pensando en la independencia económica, pero además buscan pautar sus propios horarios, poder trabajar de lo que saben y les gusta, o en el hogar atendiendo a los niños en el caso mayoritariamente de las madres. Buscan entonces no depender de un sueldo que muchas ve-
Entrega de materiales en Villaguay
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ces es insuficiente o esclavizante, no prestarse a tratos denigrantes de patrones o jefes y valorar los ingresos propios. Comparando a la Economía Social con un piano en la que distintas teclas como los emprendedores, el estado y otros participantes hacen que se forme una melodía que les hace saber que en ese territorio no están solos, que avanzan cuando el resto avanza y que además del capital material hay un capital social. Con todas las características que posee un emprendedor y a la cual se suman las cooperativas, las mutuales, las organizaciones como el trueque, se encuentran bajo el paraguas de la Economía Social. Se entiende a la economía desde un nuevo paradigma social: una economía que desde la solidaridad procura poner en discusión y tensiona la visión y práctica de la economía de mercado, cuyas consecuencias son un sistema injusto y desigual para las mayorías,y donde pocos concentran las riquezas. «Esta economía es social porque produce sociedad y no sólo utilidades económicas, porque genera valores de uso para satisfacer necesidades de los mismos emprendedores o de sus comunidades y no está orientada por la ganancia y la acumulación de capital sin límites». Así lo define el Dr. José Luis Coraggio, especialista en Economía social. Participar de un ámbito laboral sustentable que no responde a las lógicas competitivas y destruyentes del mercado capitalista actual.
En Entre Ríos existe un ejemplo de fomento a estos nuevos modos de concebir la economía y de organización. El programa Crecer tiene como protagonistas a jóvenes de 18 a 35 años de la provincia de Entre Ríos, pertenecientes a sectores sociales en situación de vulnerabilidad, que se encuentran desempleados o sin un ingreso formal. Es un programa diseñado y ejecutado por el Ministerio de Desarrollo provincial de la provincia, desde el año 2014. Con un cursado de cuatro meses sobre emprendedurismo y formas de administrar un emprendimiento es destinado a entrerrianos que buscan y desean desarrollar un empleo sustentable. Finalizado el mismo, se les otorga a emprendedores herramientas para que puedan desarrollar sus emprendimientos y los fondos provienen de la Ley de Economía Social, sancionada en 2014, que destina un 10% de lo recaudado por el IAFAS a programas de la Economía Social. El programa Crecer otorgo herramientas a 1500 jóvenes paranaenses en los últimos dos años.
Rodrigo Benitez
Capacitación en Diamante
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Transformarnos
Construyendo nuestro mundo El Ecoclub Paraná reúne a jóvenes de entre 14 y 25 años de nuestra ciudad y forma parte de la red nacional e internacional de Ecoclubes que aglutina a todos los grupos de Argentina y el mundo. Cada ecoclub es un espacio donde se fomenta la capacitación y organización de los miembros, buscando incentivarlos a que implementen acciones planificadas y articuladas con otras instituciones de la comunidad para mejorar la calidad de vida.
Actualmente, estamos atravesados por cambios climáticos catastróficos en tanto y en cuanto observamos un aumento progresivo de las lluvias, las cuales generan inundaciones; los glaciares se derriten amenzando la disponibilidad de agua potable; entre otros fenómenos. Pero, ¿quiénes son los causantes de esta crisis climática? Es evidente que no es la naturaleza, ya que ella es más bien la principal víctima. No obstante, sí son las acciones que realizamos nosotros, los sujetos, en contra de nuestro planeta. Una manera determinar con esto es contribuyendo a la no contaminación de nuestro medio ambiente, pero hay una condición: ¡tenemos que actuar ya! En Paraná existe un grupo de jóvenes entre 14 y 25 años, que se organiza para concientizar a la población sobre las medidas que debemos tomar para contribuir con nuestro planeta. Ellos conforman lo que se llama: Ecoclub Paraná, el cual forma parte de la red nacional e internacional de Ecoclubes que concentra a todos los grupos de Argentina y el mundo. A nivel nacional, los primeros Ecoclubes se crearon en Rosario en 1992, cuyos pioneros fueron grupos movilizados conformados por estudiantes de la secundaria que participaban en el «Plan de Reutilización Productiva de Residuos Sólidos Domiciliarios». A través del trabajo «puerta a puerta”, buscaban concientizar a la población sobre la separación de residuos en orgánicos e inorgánicos. Así es como esta práctica comenzó a expandirse en otras provincias de Argentina, entre ellas Entre Ríos. En cada Ecoclub se busca incentivar a cada uno de sus miembros para que se organicen e implementen acciones articuladas con otras instituciones de la comunidad con el fin de mejorar la calidad de vida de todos, por lo cual se genera un espacio que promueve la formación para el liderazgo de prácticas que incenti10
ven a la sociedad en la búsqueda de soluciones para los problemas que afectan nuestro medio ambiente. En cuanto a la estructura de esta organización, se podría decir que sus autoridades representantes son elegidos democráticamente a través del voto, tanto a nivel local como regional, nacional e internacional. En espacios como este, los jóvenes que participan se convierten protagonistas con conocimientos y herramientas que les permite incidir en las problemáticas que tanto nos atraviesan y, por ende, afectan nuestro entorno. En este sentido, sus objetivos son: implementar acciones planificadas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas; trabajar en la concientización de la población sobre la necesidad de su participación para solucionar los problemas que afectan la estabilidad del ecosistema; difundir todas aquellas actividades que contribuyan al bienestar de la población, a lapreservación de los recursos naturales y al logro de un desarrollo sustentable. Para poder cumplir con ellos, realizan actividades tales como campañas de concientización, charlas, eventos, campamentos y convivencias. También desarrollan capacitaciones en las cuales se tratan diferentes temáticas tales como: dengue, agua, residuos, arbolado urbano, cambio climático, entre otros. En relación a esto, «Canje x Cambio» es una jornada de reciclaje organizada por estos jóvenes. La última se realizó el 17 de marzo de este año en la plaza Alvear. En ella los ciudadanos tenían que entregar sus diarios,revistas, cartón y aluminio a cambio de plantines donados por diferentes viveros de la ciudad. Esta es otra de las maneras en las que se busca la sensibilización de los ciudadanos por la separación de residuos, la reutilización y el reciclado. Motivo por el cual se destaca continuamente que por cada tone-
lada de papel o cartón que se recicla se logra evitar la tala de árboles y ahorrar grandes cantidades de agua y energía utilizadas en el proceso de fabricación. Con respecto a los materiales recibidos, estos son adquiridos y reciclados por la empresa Papelera Entre Ríos S.A. en el marco del Programa de Responsabilidad Social Empresaria. Este grupo de jóvenes organizados nos muestran que se puede conseguir una mejor calidad de vida siempre y cuando seamos consiente de las acciones que llevamos a cabo, las cuales deben contribuir al bienestar y la preservación de nuestro ecosistema. Así que no esperes más y ¡unite al cuidado de nuestro planeta! Micaela Sánchez
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Fotos: Nicolรกs Almeira
Carolina Unrein:
«Hago política a través de mis producciones artísticas»
Carolina Unrein nació en la ciudad de Zapalá, provincia de Neuquén y actualmente vive en Diamante, Entre Ríos. Se autodefine como «una pendeja trans de 17 años» y milita en diferentes espacios de su ciudad, entre ellos el centro de estudiantes de su colegio y las organizaciones La Colectiva y La Barranca.
¿A qué edad te mudaste a Entre Ríos? Me vine cuando tenía 5 años porque toda mi familia es de esta provincia. Yo siempre digo que soy originaria de Neuquén porque los pocos años que viví ahí tuvieron una influencia demasiado grande en la persona que soy hoy. Primero me mudé a Viale, cerca de Paraná, donde hice toda la primaria y finalmente cuando tenía 12 a Diamante, lugar en el que vivo actualmente. ¿A qué te referís cuando decís que vivir en Neuquén marcó la persona que sos hoy? No me refiero a Neuquén como provincia, ni a Zapalá como ciudad. Sino que durante esa época empezó el proceso en el que comencé a sentir que era una niña, me identifiqué con el género femenino y formé esta identidad. Fue un período demasiado feliz por un tiempo, en el que jugaba con mi hermana y yo era una niña como cualquier otra. Cuando mis padres vieron que había algo raro con la situación fue que comenzó el «no, vos sos un nene y no podés hacer estas cosas, no
podés tener el pelo largo». A lo que yo les decía «pero yo no soy un niño, soy una niña. No entiendo, yo quiero tener el pelo largo como el resto de las nenas». Por eso digo que me marcó demasiado esa época. ¿Qué rol jugó la escuela en ese proceso de construcción de tu identidad? Como persona trans ya salida del clóset, no tuve ningún problema en ninguna escuela secundaria. No sé si conocían la identidad de género y sus artículos pero sabían perfectamente cómo manejarse, de todas formas sé que mi experiencia no es representativa de toda la comunidad trans. Por otra parte, sí puedo decir que en la primaria la pasé espantoso. Escribí varias veces sobre mi experiencia durante esa etapa porque hubo problemas con mis compañeros y compañeras, con sus padres, las profesoras y los directivos. Todo el entorno que enmarca el ámbito educativo estaba en mi contra y de todo lo que yo hacía en el colegio. Es terrible y fueron los años que más me traumaron. 13
Destacado
Presentación de su fanzine
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¿A qué edad empezaste con las producciones? Cuando era muy chica. La primera forma de expresarme que conocí fue el dibujo, lo hacía mucho. Era la única salida que encontraba para poder representar ese mundo utópico en el quería vivir y no me estaban permitiendo. Nos dibujaba a mi hermana y a mi como niñas, pero mi mamá siempre pensó que se trataba de ella y sus amigas. Un par de años más tarde, mientras todavía iba a la primaria, conocí el teatro y me enamoré de él. Luego, mientras ya estaba en diamante, descubrí mi faceta escritora a raíz de que empecé a leer y redactar producciones propias. Durante esta época también conocí el espacio cultural La Barranca, en el que me choqué con un montón de gente que actuaba y lo hacía con una perspectiva desde la diversidad para visibilizar esas identidades. Fue en aquel entonces que decidí formar un grupo de teatro en que se sostiene hasta el día de hoy. Finalmente en 2016 publiqué mi primer fanzine, que fue el disparador de un montón de oportunidades, como por ejemplo que me hicieran una entrevista, escribir un capítulo para un libro y poder actuar en el Festival de Mala Junta en la Facultad de Trabajo Social. - ¿Sobre qué trata el capítulo que escribiste? Se llama «Si yo tuviera un deseo sería revisar mis privilegios». Está escrito en primera persona y habla sobre un proceso que hice el año pasado: ubicarme en un contexto histórico político, de entender cuál es el legado que me fue dejado y así poder continuarlo. Lo hice hablando de Lohana Berkins y Diana Sacayán que son las figuras más representativas de la militancia trans de los últimos 20 años. Entender toda la lucha que conllevó a que se sancione la Ley de Matrimonio Igualitario (2010) y la Ley de Identidad de Género (2012). Y que alguien debe continuar con esas luchas porque falta mucho por hacer. ¿Por qué empezaste a socializar tus producciones? El fanzine fue la primera producción que socialicé y lo pensé como una forma de militancia. Me encontré con la posibilidad de compartir mis escritos para que volaran e hicieran lo que necesitaran, así de paso puedo concientizar a un montón de gente que todavía no termina de entender cómo es la experiencia de vida de una persona trans y, mucho menos, si se trata de adolescentes o niños, porque en ningún medio se habla de eso. Entonces lo pensé desde ese lado, me dije: «Voy a hacer política a través de mis producciones artísticas». Como militante, ¿qué opinas sobre la desaparición de Santiago Maldonado? Es muy complicado hablar de esto, en especial por toda la movida que hace el grupo Clarín junto a otros medios hegemónicos de comunicación para justificar su desaparición, eso me enoja. En esta misma línea, la Ministra de Seguridad, que se supone que es la encargada de velar por la seguridad de todos, dijo que no quiere encontrar a Santiago. Entonces me pregunto, ¿en qué país estoy viviendo que la gente no está rom-
piendo todo? Y cuando lo hacen, otros se indignan porque pintan el Cabildo, dicen que son hijos de montoneros y se escucha una ensalada de pelotudeces que el ciudadano promedio que vive pegado a la tv reproduce. Me pega muy fuerte porque se que mañana puedo ser yo o cualquiera de mis compañeras y también porque me dí cuenta de que me rodeo de un montón de personas que no se si me buscarían. Obvio que voy a seguir militando. Por lo pronto de La Barranca nunca me voy a ir y cuando me mude a Paraná a estudiar, viajaré las veces que sea necesario para militar.
Luciana Viso
La fila de la diversidad «Cuando era chica pedía permiso especial para estar en la fila de las niñas y dependiendo de las maestras, me dejaban o no. Otras veces hacían una hilera en el medio en la que estaba yo sola. Era la fila de los raritos».
Marcha del Orgullo 2016
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Opinión
Amor, cosa de valientes Dirá Paulo Freire sobre el diálogo: «No es posible la pronunciación del mundo, que es un acto de creación y recreación, si no existe amor que lo infunda. Siendo el amor fundamento del diálogo, es también diálogo... El amor es un acto de valentía, nunca de temor, el amor es compromiso con los hombres. Donde quiera que exista un hombre oprimido, el acto de amor radica en comprometerse con su causa. La causa de su liberación. Ese compromiso por su carácter amoroso, es dialógico»
Incluir es la tarea Como semillas que se van sembrando en terrenos hostiles, jóvenes se organizan para desembarcar en los barrios de Paraná a través de la lógica de la Educación Popular. ¿En qué consiste? ¿Tiene resultados? Experiencias en la ciudad. Cuando los contextos son difíciles, cuando nos rodea el conflicto, los estereotipos, cuando el territorio es adverso suele decirse que, para quienes lo recorren, construir y pensar otras formas de habitar el mundo es posible. Los hay quienes creen que eso se cambia y es simplemente modificable, sólo con el esfuerzo personal de cada uno. Los hay quienes piensan que es necesario intervenir en esos lugares donde sino se sigue reproduciendo la desigualdad, las injusticias y que los sectores más vulnerados de la sociedad sigan siendo los mismos durante generaciones. Contrario a lo que piensan algunos, de que si los pibes dejan la escuela, están todo el día en la calle es por culpa de la familia y cada uno debe hacerse responsable. En el Barrio Gaucho Rivero de la ciudad de Paraná jóvenes universitarios y militantes se calzan los zapatos del otro y acuden como en tantos otros puntos del 16
país y Latinoamérica a las experiencias de la Educación Popular. Con herramientas de inclusión que permiten generar oportunidades; apoyo escolar para reforzar el aprendizaje, murga barrial, juegos, comedor y copa de leche. Niños, adolescentes y adultos construyen cada vínculo y cada taller según sus características. En el apoyo escolar, jóvenes universitarios deciden dos veces por semana en el Centro Cultural brindar clases de apoyo escolar y abordar distintos temas como la violencia, las normas, el cuidado del medio ambiente. La educación popular ofrece herramientas puestas al servicio de la construcción de nuevos conocimientos, no son un fin en sí misma, no portan el contenido. Son vehículos a partir de la educación del conocimiento espontáneo, del sentido común ir hacia nuevos conocimientos que aporten contenido y sustancia a lo que ya existía. Que aporten mirada crítica, que complejicen, por ejemplos en situaciones cotidianas del barrio como la recolección de basura, el alumbrado, etc. Cada práctica, cada taller que es atravesado por la lógica de la educación popular consiste en construir conocimiento, tomando como punto de partida los
Apoyo escolar en el Centro Cultural Chilo Zaragoza
valores e historia de cada persona. La palabra de cada persona. El hecho de que todos participen, tomen la palabra y sean reconocidos y valorados. Configura vínculos muy sólidos, entre los educadores populares y los participantes de los distintos encuentros. Se utilizan técnicas lúdicas que permiten fomentar la crítica y la autonomía. Desde esta perspectiva las dinámicas y juegos de presentación e integración generan un clima de confianza, desestructuración, que son habituales en todos los encuentros. De lo que se trata entonces es de generar lazos y vínculos desde otros lugares, poniendo el cuerpo. «Que el pibe vuelva a la escuela, que los pibes puedan auto-concluirse, puedan creerse válidos, que sepan que nosotros confiamos en ellos, el tema es que puedan confiar en nosotros» dice Florencia, una de las educadoras barriales del Centro Cultural Chilo Zaragoza. Los objetivos de la educación popular son que los que participan crean en sus propias cualidades y capacidades, que se empoderen. El juego es fundamental para incentivar la participación de todos. Con distintas dinámicas participativas progresivamente se va de-
jando atrás la pasividad y el miedo a moverse. La comunicación en el grupo ayuda a que todos participen seguros de sí, con toda la dificultad que esto conlleva. Muchas veces surgen conflictos, que no van de la mano de las visiones que tienen los educadores populares. Pero en esto es donde está latiendo el nuevo conocimiento. El diálogo se basa en esta metodología: diálogo que respeta al otro y no lo anula. De lo que se trata entonces es de acercarse a los otros, de contraponer los saberes de la academia porque la tarea entonces es incluirnos en un mundo un poco más justo e igualitario.
Rodrigo Benitez
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Opinión
La decisión es nuestra Actualmente en Argentina no existe una regulación legal que contemple la soberanía de derechos en el cuerpo de la mujer. Abortar, entonces, resulta una práctica que no debería realizarse o un negocio para ciertos sectores profesionales, que lejos de querer brindar asistencia buscan lucrar con la causa. En Paraná, las Doras viven una utópica y empoderada aventura de acompañar a las mujeres que se saben dueñas de su cuerpo
Hace décadas que el feminismo viene poniendo en debate el tema del aborto y las consecuencias de su estado legal para la vida y salud de las mujeres. Entre 2003 y 2004, en Argentina, se creó la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de la mano de aquellas que se congregaban cada año en el Encuentro Nacional de Mujeres. En la actualidad, cuenta con la adhesión de 305 grupos, organizaciones y personalidades vinculadas a organismos de derechos humanos, de ámbitos académicos, científicos, trabajadoras/es y otros. Se puede coincidir o no con la causa, pero la verdad es que el aborto es algo que sucede y estas mujeres decidieron dar una respuesta a lo que el Estado no es capaz ni de nombrar. En Paraná está la agrupación «Dora te escucha» que, a su vez, forman parte de las Socorristas en Red a nivel nacional. Estas activistas feministas se articulan para pasar información, acompañar y cuidar a aquellas que deciden abortar de manera segura. El grupo está formado por mujeres de entre 20 y 50 años que residen en la capital de la provincia y hacen «socorros rosas» desde el 2014. Las Doras, como tantas otras feministas, consideran necesario organizarse y hacer una especie de rebelión ante leyes que nos dicen qué cosas no debemos hacer y que nos impiden la ciudadanía sobre nuestros cuerpos. Las estadísticas arrojan datos atroces, las muertas por abortos clandestinos parecen convertirse nada más en números para el aparato estatal. Las Doras, como suelen llamarse, acompañan a las mujeres en situaciones de vulnerabilidad respecto a la decisión de interrumpir su embarazo, esto es, a todas, ya que cada una de nosotras somos vulnerables ante el ejercicio de la soberanía de nuestros cuerpos y las leyes que no nos acompañan, son igual de responsables de nuestras muertes. «El Estado es responsable» se escucha y se ve en las calles, en las marchas, donde esas cuerpas que se saben soberanas se abrazan y contienen. Pero hay otra verdad, y es que no estamos solas. Las Doras afirman que en la capital entrerriana también se aborta y cuentan que ellas acompañaron, entre 18
Grito Global por el Aborto Legal 2017. Paraná
Entre abril y diciembre de 2016, 101 mujeres abortaron en la sorora compañía de las Doras. El procedimiento se realizaba con misoprostol, fármaco recomendado por la OMS para interrumpir el embarazo de forma segura y no invasiva.
abril y diciembre de 2016, a 101 mujeres que decidieron abortar con misoprostol (fármaco recomendado por la Organización Mundial de la Salud para interrumpir embarazos de forma segura y no invasiva). El mismo debería venderse sin ningún tipo de cuestionamiento al cliente en las farmacias pero eso no sucede. El abuso de poder de algunos profesionales farmacéuticos, sumado a su conducta machista, provoca que no todas las compañeras puedan acceder al fármaco. Además, actualmente, el precio de venta no baja de los $1500 y eso materializa otro de los pilares de la campaña por el aborto: la gratuidad. Todas las mujeres que abortaron en compañía de las Doras lo hicieron en forma exitosa, segura y en sororidad. La lucha por el aborto sigue. En su seno, tiene cada vez a más mujeres de todo el mundo y eso es una conquista de todas las activistas. En el mes de octubre, en Argentina se realizó el Grito Global por el Aborto Legal, una jornada gestionada por varias organizaciones feministas y de mujeres. Las Doras estuvieron presentes en Paraná y también estuvo EY! sosteniendo la bandera del empoderamiento de las mujeres. Nosotras no debemos mirar para otro lado, porque las pibas se mueren en condiciones nefastas por un derecho que el Estado no es capaz de reconocer. Las que tienen la posibilidad de abortar en clínicas privadas, son esta-
fadas por la misma razón. Las que tuvieron y seguirán teniendo la oportunidad de abortar con las Doras, lo harán en el anonimato, porque de lo contrario se las criminalizará y penalizará. El debate por el aborto no está saldado y las organizaciones feministas están más que dispuestas a dar la charla. No hace falta aclarar que lo seguiremos haciendo, seguiremos debatiendo y seguiremos abortando organizadas. Las Doras están ahí donde el Estado criminaliza, penaliza y oculta. Nosotras sororas y empoderadas, abortaremos al patriarcado.
Valentina Aldecoa
Si tenés dudas o querés abortar, comunicate al teléfono 0343-154724949 (empresa Personal) por mensaje privado a la página de facebook: Dora te escucha. ¡No estamos solas!
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Arte y Cultura
Litoral Stand Up Comedy: la risa viene en paquete de 6
El stand up pisa más fuerte que nunca los escenarios alrededor del mundo y se impone en el mercado teatral. Si bien se trata de una práctica que data de varias décadas pasadas, en la actualidad parece ser la elección preferida de la gente a la hora de buscar algún tipo de diversión que le permita salir de la rutina diaria. Desde el actor Chris Rock en Estados Unidos hasta Antonio Gasalla en nuestro país, la comedia en vivo se convirtió en un género en crecimiento que no sólo se puede ubicar en las grandes capitales, sino que se propagó hacia todas las ciudades y son cada vez más los artistas con gran potencial capaces de darse a conocer. Nuestra localidad, por su lado, usualmente es señalada como atrasada y poco novedosa por sus mismos habitantes; sin demasiadas expectativas de vida en lo que a entretenimiento respecta. Sin embargo el ambiente artístico se ha modificado con el correr de los años y la diversidad de propuestas culturales a realizar un viernes por la noche abunda en las carteleras de las redes sociales y existe para todos los gustos. Entre tanto virtuosismo, el público paranaense escoge quedarse semana tras semana con los shows que lo haga reír y Litoral Stand Up Comedy como buen anfitrión, sabe manejar esa asignatura a la perfección. El grupo de cómicos surgió en 2013, cuando Ignacio Koornstra y Belisario Ruiz, dos amigos de la infancia, decidieron unirse a raíz de un factor denominador en común: el stand up. En sus cabezas comenzó a gestarse la idea de presentar un género teatral despojado de escenografías, vestimenta o personajes, para darle lugar a un humor de formato básico pero que fuese com20
plejo en sus contenidos. De esta manera atravesaron el resto de aquel año dedicándose a perfeccionarse en el oficio mediante lecturas teóricas, videos en internet y actuaciones en vivo de la mayor cantidad de expertos en el tema posibles. Luego decidieron que era hora de agrandar el círculo e invitaron a amigos a sumarse, de modo que se estableció un grupo de 6 personas con distintos grados de experiencia y formación, entre los que estaba Mateo Izza. En 2014 ya sintiéndose preparados, el grupo debutó en el bar La Copa y quedó sorprendido ante la recepción de la gente que llenaba función tras función, impulsándolos a apostar más alto y esta vez traer artistas de Capital Federal para que actuaran y también brindaran talleres intensivos que permitiera el aumento del caudal de comediantes en Paraná. Finalmente al año siguiente se incorporaron al proyecto Eva Cabrera, Ignacio Grunbaüm y Lisandro Riera, conformándose así el equipo que hasta hoy está vigente. El concepto que define al Litoral Stand Up Comedy es que se trabaja en grupo y no en solitario, sus integrantes ensayan y se dirigen mutuamente enriqueciendo el material que cada uno aporta. Además su principal protagonista es la autogestión, dado que ellos mismos son sus propios productores; es decir que se encargan de organizar las funciones, difundirlas a través de todas las plataformas que se puedan, armar el espacio, cobrar la entrada y posteriormente actuar. En la actualidad los humoristas se presentan todos los viernes en el Club Español y también cuentan con dos funciones al mes en La Casa de al Lado y en Uh
Lala Café Concert en la ciudad de Santa Fe, sumado a otras apariciones y eventos esporádicos en el interior de nuestra provincia. Cada show en el que actúan los seis humoristas juntos tiene una duración de 90 minutos y se divide en 15 minutos por comediante, lo que le brinda agilidad al evento y una variedad de estilos y temáticas. En cuanto al contenido, no se tratan de historias sino de chistes vinculados a la personalidad de uno mismo, a la realidad que nos rodea y a jugar con las cosas que no se dicen. Por eso se trata de un género caracterizado por la libertad de expresión y el constante movimiento. Si bien los integrantes del grupo tienen propuestas por separado, todos coinciden en la aspiración que mantienen por consolidarse como referentes de la comedia en vivo en Paraná. Lejos de conformarse, buscan seguir sumando herramientas de trabajo, traer personajes importantes de la escena nacional y contribuir a la formación de una nueva generación de humoristas mediante el dictado de talleres. Nos encontramos frente a una comedia con aires independientes, hecha por gente que sabe cómo y lo que quiere: el dolor de abdomen producto de tu carcajada disparatada.
Litoral Stand Up Comedy cuenta con más de cien funciones en Paraná, Concordia, Federación, Chajarí, Hasenkamp, Viale y Santa Fe. En junio, el grupo de jóvenes comediantes organizó el Primer Festival de Stand Up de la región, que duró cuatro días y reunió a numerosos artistas de nuestra localidad, Bueno aires y los vecinos santafesinos.
Florencia Duré
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Arte y Cultura
Tierra Bomba: el rincón local donde el arte explota
Es domingo a la madrugada en nuestra ciudad y la oferta de actividades para divertirse son reducidas e invariables: un boliche, algún bar de moda o simplemente encerrarse en la habitación a mirar Netflix. En un escenario paralelo, en el centro paranaense, una casa antigua ubicada en calle Urquiza con barandas escolares en la vereda, reúne a cinco personas que parecieran estar esperando para ingresar al lugar. Los autos que circulan por la zona no entienden de qué se trata, mientras que quienes participan del evento sonríen porque comprenden a la perfección que detrás de esas dos puertas hay un mundo diferente del que se imagina afuera. Como si se tratase de un juego estratégicamente pensado, la entrada se caracteriza por una oscuridad 22
ensordecedora que desemboca finalmente en un espacio repleto de habitaciones con colores brillantes. A medida que avanzamos, nos encontramos con pisos en blanco y negro que recuerdan al tablero de ajedrez, un imponente ventanal iluminado de forma psicodélica, bandas tocando en vivo y un centenar de personas bailando a su propio ritmo. La energía es otra y se nota, estamos frente a un territorio que pertenece a nadie y a todos a la vez, donde los estereotipos sociales poco importan y relajarse es norma obligatoria. Tierra Bomba nació en junio del 2015, de la mano de tres jóvenes oriundos de Paraná que se conocieron dando sus primeros pasos como músicos. Fue en aquella época, cuando Nicolás, Martín y Emiliano decidieron darle identidad a un lugar cuya esencia fuera ge-
nerar encuentros y celebraciones que siempre tuvieran como protagonista central a la música. Se trata de un proyecto ideado desde la autogestión, con la motivación de generar propuestas diferentes en una ciudad que tiene mucha cultura para explotar y artistas con pocos derechos a la hora de tocar. La aventura comenzó con el alquiler por una sola noche de la vivienda radicada en el corazón de la capital provincial, ocasión en la que se presentaron los grupos Factor Fun y Canciones de Luca y Sumo ante un inesperado público de 400 personas. Con la primera edición aprobada, el formato de la peña quedó definido: se estableció la organización de dos eventos al mes, que constarían de ahí en más con la participación de un gran número de artistas del circuito regional, nacional e inclusive de escala internacional. Sus creadores, al ser afines al ambiente musical, son conscientes de las condiciones injustas y precarias en las que las bandas muchas veces tocan, es por eso que desde el primer día e inclusive en la actualidad, se propusieron pagarles un cachet por contratación, brindarles acceso a camarines y ofrecer los sonidos e iluminaciones propicios para un show de calidad. La diversidad y la libertad pisan fuerte en la personalidad de Tierra Bomba, cada fiesta es temática y está pensada acorde a un género musical determinado, de modo que se puedan tener dos números artísticos tocando en la misma velada, que provengan de distintas ciudades y de esta forma lograr desdibujar los límites geográficos y aportar a la inclusión cultural. Bajo esta premisa, por el lugar han transcurrido incontables grupos como Cuatro Pesos de Propina y Onda Vaga (Uruguay), Rosario Smowing, Refunkiados, El Combo Mutante, Lo’ Pibito y Mustafunk (Buenos Aires), mientras que de Colombia invitaron a El Caribe Funk. La casa que alberga a Tierra Bomba, ocupa un rol tan importante en la historia como los eventos que allí se realizan. En este templo musical que ha ganado gran cantidad de adeptos en los últimos dos años, funcionó la división de investigaciones de la provincia de entre ríos durante la última dictadura militar que sacudió a nuestro país. El patio del lugar que hoy está envuelto en melodías y risas de charlas entre amigos, aún conserva intactos los calabozos de lo que alguna vez fue un centro clandestino de detención, donde el miedo y el horror quedaron grabados en sus paredes. Tal vez la
conexión entre estos dos relatos fuertemente contrastados sea una mala jugada del destino, tal vez se trate de una mera coincidencia, pero ¿sería muy errado pensar en la posibilidad de que este ambiente festivo haya llegado para sanar un pasado oscuro? La esencia de la peña logra que los desconocidos se vuelvan amigos, que solo se mire al de al lado para invitarlo a tomar algo. Se asiste al evento con la certeza de que nadie va a juzgar las acciones del otro, es un rincón oculto de la ciudad en el que diferentes grupos sociales pueden convivir y disfrutar a la par, sin importar la edad, vestimenta o preferencia sexual. La energía transpira música por doquier y los artistas se fusionan el público, haciéndolos partícipes de la experiencia y viceversa. Una vez ingresado al lugar, se forma parte de manera implícita de una hermandad que cuida la edificación como si fuese su propio hogar; si bien nunca nadie escribió las reglas de permanencia, está claro que el mutuo respeto es lo que ahí mayor cuenta. A la hora de analizar los factores del crecimiento de este espacio socio cultural, descubriremos que no hay ninguna fórmula secreta que revelar. Es la voluntad emprendedora de los organizadores y su constante deseo de innovar lo motoriza el concepto artístico que se proponen concretar, manteniéndose fieles a las raíces basadas en la independencia, la pasión musical y el compromiso que los impulsó en primera instancia. No podemos afirmar que Tierra Bomba es la cura a cualquier mal, pero sí que es un pequeño y alternativo universo que por una noche vale la pena explorar.
Florencia Duré
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