2019
Revista del Taller de Producción: Gráfica-Redacción (FCEdu-UNER)
ición Nº 3 Ed
¿CÓMO FUNCIONA LA DEMOCRACIA?
Análisis de la legislación electoral nacional
ENCUENTRO CON ALFREDO HOFFMAN
RESURGIR DE LAS CENIZAS
EL GRITO DE SUDAMÉRICA
Pensar la memoria a través de la militancia
Visita a la Biblioteca Popular C. Vigil
Repaso de los conflictos políticos recientes
STAFF redacción
Seshat: Cristal Bella Estefanía Jaen Frank Azul Acosta Balmas Victoria Boxler Lady Welby: Ariel Bacigaluppo Octavio Berardo Juan Francisco Delgado Regina Phalange: Aldana Riffel María José Perezlindo Tiago Martínez Amatistas: Zoe Pacheco Cano Sabrina Gil Avalos Agustina Suarez Domé Khaos: Maira Espíndola María Pía Román Arce Beatriz Velázquez Las Persas: Agustina Labath Lucía Lucero diseño y diagramación
Olivia Arques Sofía Barrancos María Belén Cabrol Lourdes Ibarlucea Valentina Fernández Daniel Balzer Franco Maggioni Nicolás Domínguez Valentina Reche Lago Karen Alvarez Guadalupe Boc-ho Amira Reyas Dana Olivera Bruno Hernandez Agustina Maidana Regina Politi docentes responsables
Guillermo Hennekens Leonardo Caudana Milena Ceccato María Florencia Benitez Rausch
Posta fue elaborada en el marco del Proyecto de Innovación e Incentivo a la Docencia: «Revista producida por estudiantes del ciclo lectivo 2019 del Taller de Produccion Gráfica-Redacción»
Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos octubre/noviembre 2019
SUMARIO 04 08 11 12 16 18 21 22
Alfredo Hoffman: «Militar en algún espacio es una necesidad» El comunicador social habló sobre la democracia, la memoria y la relación con los medios de comunicación.
Pasión política Un recorrido por las elecciones estudiantiles de la fhuc y la militancia universitaria.
Una comparación que banaliza Crítica al paralelismo entre hinchada y militancia. El fanatismo como un concepto que deslegitima la política.
Los engranajes de la democracia Un análisis sobre la ley electoral 26.571.
El medio de desinformación masiva Un cuestionamiento a Internet y a las redes sociales como un aporte a la pluralidad de voces en la democracia.
‹La Vigil›, punto de encuentro popular en Rosario Un relato sobre la visita a la biblioteca que fue desmantelada durante la última dictadura. Memorias de fuego La quema de libros durante la dictadura y la lectura como un símbolo de resistencia.
América Latina: territorio en disputa Latinoamérica fue siempre un escenario de lucha. Los pueblos combaten, resisten y construyen alternativas colectivas.
PERDIMOS EL MIEDO «Sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles», cerraba Rodolfo Walsh su Carta abierta a la Junta Militar. Su ejemplo se erige para Posta como un faro que ilumina el camino del periodismo. La distancia entre él y nosotros es inmensa, pero nuestra intención es ser como los arqueros que apuntan bien alto para acertar en el blanco más lejano. Siguiendo al periodista nos aseguramos de que, aunque nos quedemos atrás, será por el camino correcto. La referencia a Walsh es imprescindible en un momento como este, en el que Latinoamérica agoniza frente a la amenaza fascista. Es la juventud la que dirige e impulsa la lucha por los derechos del pueblo. Los estudiantes de Chile elevaron su voz en manifestaciones contra el sistema desigual a semanas de los levantamientos en Ecuador y días antes de las protestas en Bolivia. Mientras tanto, el gobierno brasileño hostiga a las minorías. Los jóvenes del sur de América no dejaremos que la historia se repita. Tal vez definir la democracia sea limitarla. No podemos decir en dónde está, porque la entendemos como dinamismo. Es una idea que se moldea colectivamente, viaja con las voces, en los textos, en las ciudades, de mano en mano con un mate compartido en una clase abierta, entre los cuerpos que se manifiestan en las marchas. Por eso nos proponemos profundizar en los lugares comunes pero, a su vez, explorar esta otra mirada. Sin embargo, lo primero que se nos presenta asociado a esta idea refiere a la elección de nuestros representantes. Está claro que para criticar el sistema es necesario comprender sus engranajes, pero no se agota ahí. Y en este tiempo en que los viejos medios, holgazanes y cubiertos de telarañas, se doblegan frente a las urnas y las encuestas, Posta se configura como un espacio para pensar y manifestar también la otra política. Esa menos evidente, que se respira e impregna en la relación de cada individuo con otro. En nuestro país, otro sentido que cala en la palabra democracia refiere a tiempos en que no la tuvimos. Por eso en estas páginas recorreremos lugares como la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, cuya historia fue profundamente marcada por la dictadura. Pero no queremos dejar que la democracia se estanque en ese pasado oscuro, también la abordaremos desde la política que sienten a flor de piel los alumnos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la unl en la elección de su centro de estudiantes. Levantamos esta antorcha encendida por estudiantes de años anteriores y la cargamos con responsabilidad y orgullo. No dejaremos que sigan repitiendo: «La juventud está perdida», lo único que perdimos es el miedo. Ya no nos quedamos callados, nuestras voces rugen como el viento y serán oídas. Hoy y siempre la Posta es un grito contra las ideas arcaicas que se sedimentan y atascan el fluir del pensamiento crítico.
Periodismo y política
ALFREDO HOFFMAN:
«MILITAR EN ALGÚN ESPACIO ES UNA NECESIDAD»
por seshat
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Aunque sus raíces están en Concordia, vive en San Benito y trabaja en Paraná. Se recibió de Licenciado en Comunicación Social en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (fcedu-uner) y actualmente conduce el programa La Huella del Caracol en Radio La Imposible, perteneciente a la Asociación Civil Barriletes. Se trata de un proyecto de la sede regional de la organización Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (h.i.j.o.s.), en la que participa activamente. También conduce el programa Marcha, que depende del Sistema Integrado de Radios de la uner, en el que recorre las luchas populares de la provincia y del país.
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¿cuánto influyen los medios de comunicación hegemónicos en el ejercicio de la democracia?
—¿Cómo definirías la democracia? —Acuerdo con la descripción clásica del concepto: es el gobierno del pueblo a través de sus representantes. Pero no debiera reducirse al mero hecho de emitir el voto, también debe ser un modo de vida en el que los ciudadanos nos involucramos y nos comprometemos para transformar la realidad. Las organizaciones sociales son su máxima expresión, porque demandan al Estado y, si éste no responde, actúan en consecuencia. Además, logran ocupar espacios institucionales ante el descrédito que tienen los partidos tradicionales, algo que es muy importante para que la democracia sea genuina. —¿Qué factores mejorarían nuestro régimen democrático? —Los responsables de las entidades sociales deberían estar capacitados y formados políticamente para ocupar cargos. Actualmente las decisiones a nivel estatal son tomadas por un gru-
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po reducido: el llamado gobierno de los CEOs, comandado por empresarios que se benefician de las políticas que el Estado ejecuta. Es responsabilidad de todos, principalmente de las facultades, de los docentes, de las organizaciones y de los políticos, que se represente al pueblo en su conjunto y no a una minoría. Por eso se debería incentivar el crecimiento de la militancia. —¿Cuáles son los derechos más vulnerados actualmente en Argentina? —El acceso a la vivienda, a la salud, a la vida y a la justicia. La posibilidad de una alimentación saludable es la más perjudicada, porque el hambre es el principal problema de nuestra sociedad debido a los ajustes que se realizaron en los últimos años. Las situaciones en los barrios son cada vez más graves porque los comedores y los merenderos están desbordados. Otra cuestión ineludible es la llamada Doctrina Chocobar, que da poder a las
fuerzas policiales para actuar ante la duda, en lugar de preservar la integridad física del presunto delincuente. —¿De qué manera se puede concientizar a los adolescentes acerca de la importancia de la democracia? —Desde los medios de comunicación y en los espacios educativos, con el objetivo de dar una disputa por el sentido. h.i. j.o.s. tiene un programa llamado Jóvenes por la Memoria que trabaja en escuelas de todos los departamentos entrerrianos. Allí presentan una investigación propia en un encuentro anual mediante algún dispositivo artístico, ya sea una canción, una obra o un mural, y de esa forma aprenden y toman conciencia. —¿Qué te impulsó a ser parte de h.i. j.o.s.? —Integro la organización desde 2013. Originariamente estaba formada por familiares directos de asesinados, des-
aparecidos y exiliados durante la dictadura, luego se amplió y permitió que nos incorporemos quienes no tenemos vinculación sanguínea con las víctimas pero compartimos la misma lucha. Me acerqué porque entiendo que militar en algún espacio es una necesidad y me siento plenamente identificado con sus objetivos. Mi generación estuvo marcada por el escepticismo debido al desprestigio del menemismo hacia la política. Desde 2001 comencé a cambiar mi mirada porque hubo una ebullición importante en materia de organización política, barrial y sindical. Quizás por estar metido en el microclima del periodismo, uno de mis vicios era pararme a cierta distancia de los hechos para poder criticarlo todo, hasta que me convencí de que tenía que intervenir, salir de ese lugar inmaculado para asumir el compromiso. —¿Y por qué elegiste trabajar con Barriletes? —Con la asociación compartimos una visión de la comunicación. Opté por laburar en el programa La Huella del Caracol en Radio La Imposible porque tiene una lógica comunitaria, no comercial. Con mis compañeros tomamos la información como un derecho y no como una mercancía, porque creemos que la única forma de transformar la realidad es de modo colectivo. Agruparse tiene una potencia muy importante para seguir incentivando a participar y a comprometerse en pos de mejorarle la vida a los demás. —¿Por qué es importante tener memoria? —Para que no vuelvan a ocurrir hechos que fueron tan dolorosos para América Latina durante las dictaduras militares. Los comunicadores somos actores importantísimos para darle espacio al ejercicio de la memoria, poniéndola en práctica para que la gente no minimice las violaciones de los derechos humanos. Debemos visibilizar también aquellos sucesos violentos ocurridos en el pasado reciente, porque responden a operaciones que nunca son ingenuas. En el otro programa que conduzco, Marcha, tratamos sobre las luchas populares que necesitamos refrescar todo el tiempo, porque la historia es un devenir: lo que ocurre hoy no es un hecho aislado, sino que se vincu-
la con lo que pasó antes y condiciona lo que vendrá. No debemos olvidar ciertas políticas y algunos apellidos como Massot y Blaquier —nombró en referencia a los empresarios Vicente Massot y Carlos Pedro Blaquier, sindicados por h.i. j.o.s. como genocidas civiles por su participación en la última dictadura cívico militar—, ni el papel que cumplían las grandes empresas en aquella época.
Distintos actores sociales que habían luchado por esa norma salieron a la calle para defenderla, pero el gobierno de Macri se la llevó puesta porque no le convenía a los medios hegemónicos. También por eso seguimos resistiendo y eligiendo hacer este programa en una radio comunitaria. Durante la vigencia de la Ley de Medios, con h.i. j.o.s. participamos en el proyecto fomeca — expresó en referencia al Fondo de Fo-
«Los comunicadores somos actores importantísimos para darle espacio al ejercicio de la memoria». —¿Y qué rol juegan los medios de comunicación? —Como comunicador le doy mucha importancia a lo que sucede con los medios hegemónicos y concentrados, ya que muchas veces logran incidir sobre las opiniones de los ciudadanos. La famosa grieta existe, pero no de la forma en la que las corporaciones intentan presentarla, sino que la profundizan creando un enemigo interno, un otro negativo que por lo general es pobre, militante o pertenece a una agrupación política opositora. Así influyen sobre lo que creemos o lo que pensamos y diseñan discursos que imponen lo que está bien y lo que está mal en función de sus intereses y sus bloques de poder. Por ejemplo, aunque en nuestra sociedad se logró un consenso sobre el Nunca Más, también se generó un sentido negativo de la lucha por los derechos humanos. —¿Cómo transitaste la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual? —Me acuerdo que se hicieron manifestaciones que no fueron masivas porque la gente no tiene conciencia sobre el derecho a la comunicación.
mento Concursable de Comunicación Audiovisual— y obtuvimos financiamiento económico para hacer un ciclo de microprogramas de televisión que luego se dificultó por la falta de apoyo a los medios comunitarios. —¿Qué pensás del uso del lenguaje inclusivo en los medios de comunicación? —Estoy totalmente de acuerdo. Es una disputa política y social que está cada vez más instalada y que nos obliga a rever a fondo la manera en la que hicimos comunicación hasta ahora. Nos dimos cuenta de que aunque en el programa pensábamos que nos dirigíamos a todas las personas, en realidad estábamos excluyendo a un montón de gente. Los más grandes hacemos un esfuerzo para incorporarlo porque no estamos tan familiarizados como los jóvenes que participan.
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Democracia en acción
Pasión política por regina phalange
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El fervor de las masas que se vive en nuestro país durante un año electoral es innegable. Por suerte no hace falta esperar casi media década para presenciar el gran festejo de la democracia ya que, dentro del cuerpo universitario, ese ejercicio se repite todos los años. El martes 8 de octubre nos acercamos a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral (fhuc-unl) para experimentar en la piel esa rara mixtura de retórica futbolera y conciencia cívica que moviliza a la juventud. La pasión y el entusiasmo son rasgos característicos de los santafesinos. Desde siempre, la ciudad de los mosquitos y el Puente Colgante divide las fervientes pasiones entre sus principales colores: o sos de Unión o sos de Colón, no queda otra. Cada vez que esos equipos se enfrentan la capital se paraliza, las personas se inquietan esperando la hora del partido y la tensión se puede sentir en el aire mientras los nervios se apoderan de los cuerpos. En el campo académico no hay pelota que patear para mantener un lugar en la tabla, pero no por eso el rol de los jugadores pierde interés. El voto de los estudiantes contribuye en el juego de los modelos de universidad que confrontan y buscan construir, y la puesta en práctica de proyectos que atañen al paso de la juventud por la facultad. El superclásico universitario se repite en cada elección estudiantil. Y si hablamos de la fhuc, se vuelve una verdadera fiesta. El lugar se convierte en un auténtico estadio de fútbol, los militantes se adueñan de todos los espacios y los cánticos que dan a conocer sus convicciones resuenan a los cuatro vientos. Comenzó el juego Durante el segundo día de votación la jornada transcurrió rozando la normalidad. En el edificio sólo se veían carteles con la conformación de las listas. No había otra señal de militancia, la veda electoral estaba cumpliendo su función. Las remeras con las distintivas insignias estaban escon-
didas debajo de camperas ordinarias y las opiniones políticas se perdían en los susurros de quienes hablaban disimuladamente. Fue recién a las 19:00, cuando finalizó el tiempo de la votación, que los hinchas comenzaron a asomarse en el verde césped. Los cierres de las camperas dejaron ver al fin los escudos de sus camisetas y empezaron a aparecer las banderas de las agrupaciones en los balcones. Cuanta más gente se acercaba, los militantes ponían a la vista sus herramientas para combatir: redoblantes, bombos y tachos. El escrutinio estaba por comenzar. Franja Morada fue la primera en teñir el fondo con sus colores. En un costado de la derecha, como siempre, se los podía encontrar haciendo sonar sus canciones que recuperan ideales sostenidos en la Reforma del 18 que dicen defender. Sonaron un poco tímidos al principio, pero fueron ganando potencia a medida que más voces se sumaban a la hinchada. Aunque, según se comentaba en los pasillos, estas provenían de otras facultades. Por otro lado, los socialistas del mnr comenzaban a llenar, irónicamente, el ala izquierda del hall con sus colores azul y anaranjado. Entonaban rimas en contra de los radicales, que fueron devueltas con más vehemencia por sus contrincantes. Se llevan como perros y gatos, como tatengues y sabaleros, como Lifschitz y Corral. Pese al ímpetu de la competencia, la política nos demuestra una vez más que se puede coexistir en la diferencia. Afuera, las agrupaciones que conforman un frente unidad, como alde, Octógono, JPEvita y mue, comenzaban a apropiarse de la entrada. Las mismas banderas rojas de siempre con las caras del Che Guevara y de Eva Perón flameaban al compás del viento, acompañadas de fuegos artificiales y bengalas de colores. Los militantes avanzaban a pasos agigantados detrás de una gran tela que vislumbraba el nombre de la anterior conducción del centro de estudiantes. Hicieron notar su entrada en el centro del hall entre canciones, saltos y gritos con el
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¿qué se juega en cada elección?
Una comparación que banaliza por amatistas
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mismo fervor que en la popular o la platea evocan siempre a la pobre madre del referí. La rivalidad entre los dos frentes que llevaron la delantera en el escrutinio fue un verdadero duelo de hinchadas que resonaba mientras esperaban ansiosos el pitido final. Franja declaró la guerra al levantar un cartel que anunciaba «Mucho Twitter pero poco militar». Las estrategias quedaban cortas para devolver el golpe y Octógono se sumó al juego de la misma manera, respondiendo: «Para militar a Macri me quedo en Twitter». Hasta acá: Oficialismo 1 - Franja Morada 0. «Te procesaron a todos tus funcionarios, que papelón, son mercenarios, esa campaña te la bancaron los narcos» vociferaron los radicales, quienes, de esta manera, lograron empatar el marcador. En un cuarto vidriado que se ubica en uno de los lados del famoso octógono que comparten las facultades de humanidades y de arquitectura se llevó a cabo el recuento. Tal como se anotan los puntos del truco, los responsables del escrutinio registraron los votos de los estudiantes bajo la atenta mirada de los espectadores. La tensión que se vivió por el cambiante mano a mano que se disputaba con el conteo de las boletas fue disimulada
entre canciones y saltos eufóricos. Las horas avanzaban, la fiesta continuaba y el resultado final estaba cada vez más cerca. El estallido al darse a conocer al ganador se escuchó como un grito de gol. El pueblo eligió. Con el 47% de los votos Octógono fue designado como el responsable de contribuir a mejorar el modelo de universidad que quieren y su paso por ella. La clave de la democracia universitaria no es la mera elección de una agrupación y las decisiones que esta toma, sino el hecho de que todo lo que se decida sea a favor y en representación del cuerpo estudiantil. La democracia en la universidad refiere a lo colectivo, a buscar formas
conjuntas de resolver los problemas que atañen a los estudiantes. Discutir políticas, contraponer proyectos, contrastar ideas y llegar a consensos, todo en espacios de participación pública. Pero hay una diferencia constitutiva que nunca debemos olvidar. Tener el poder de elegir quién nos representa en cada órgano político de la esfera social es muy distinto que acompañar a un equipo de fútbol. A través del sufragio se juega en parte el destino de una facultad o de una universidad, es más que una copa o un partido, es la vida universitaria. La fiesta es la misma, pero no depende de la cantidad de anotaciones en el arco contrario, es el recuento de un pequeño pueblo que habló en democracia.
Es habitual escuchar comparaciones entre el hincha apasionado de fútbol y la persona que defiende y se siente representada por un partido político. A ambos se los tilda de fanáticos, cegados por su amor a determinadas banderas o ideales. Pero lo cierto es que entre estos dos polos que parecen ser tan similares hay más diferencias que coincidencias. Quizás lo único que comparten es el fervor que despiertan, ese que mueve multitudes. Mientras que el fútbol moviliza solo a los apasionados y a quienes se interesan por este deporte, la política nos interpela a todos. Aristóteles definió al hombre como «zoon politikón», es decir, un animal político que tiene la capacidad de relacionarse en sociedad. En definitiva, la política está en todos nosotros, hasta en los que no creen en ella ni toman partido. Por medio de la política se ponen en juego modelos económicos y sociales. Es decir, el rumbo que va a tomar un país y la vida de las personas que lo habitan. Distinto es lo que ocurre en un partido de fútbol, actividad popular y recreativa en la que está en juego la victoria de un equipo. Lo que se gana y se pierde en cada caso es muy diferente.
Las intenciones del hincha y del militante son distintas. Mientras que el primero busca el triunfo inmediato de su camiseta, el segundo pone la mira en el futuro de la sociedad. Mediante un festejo egoísta, el fanático alcanza el objetivo al ver a su equipo levantar una copa vacía representando la derrota absoluta del rival. El simpatizante político, por su parte, entrega la vida a un propósito más grande que sí mismo, el bien común.
de pensar, de sentir y de vivir. Se vincula nuestra efervescencia y nuestra garra con el grito desaforado de un hincha en una cancha o frente al televisor o la radio. Trivializar la política al punto de hablar de ella como la continua pelea de opuestos antagónicos, de un Boca - River o un Colón - Unión, es desprestigiar y quitarle importancia a una cuestión que es de todos. La política es histórica, plural, coyuntural, mul-
Mientras que el fútbol moviliza solo a los apasionados y a quienes se interesan por este deporte, la política nos interpela a todos. Tildar de fanático al que con vehemencia defiende un proyecto político es una forma de degradar, descalificar y deshonrar la militancia de los jóvenes que le ponemos el cuerpo a nuestros ideales. Es banalizar un propósito, una lucha, una ideología y una forma
tifacética, diversa, social y cívica. No puede ser algo superficial en nuestras vidas porque nos atraviesa. Es el eje vertebrador de toda sociedad, por el solo hecho de estar conformada por personas que se relacionan entre sí.
La democracia en la Universidad refiere a lo colectivo. 11
Nuestra forma de decidir
LOS ENGRANAJES DE LA DEMOCRACIA Análisis del funcionamiento del sistema electoral argentino en base a la ley. ¿Quiénes tienen derecho a votar? ¿Qué es un partido político? Requisitos para su conformación, mecanismos de financiamiento estatal y asignación de pautas publicitarias. Explicación de los comicios legislativos y su método de proporcionalidad entre votos y escaños.
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por lady welby
El viento arrastra y amontona las boletas en el cordón de la vereda. Autos con números de listas en el parabrisas pasan rápido y las desparraman de nuevo. Es domingo y la ciudad está sumida en la modorra de la siesta. Solo en torno a las escuelas parece conglomerarse la actividad civil. Sucede que este es un día especial porque, como cada cuatro años, el pueblo elige a sus representantes. La cola se hace eterna para los votantes que esperan frente al cuarto oscuro mientras los presidentes, auxiliares y fiscales firman los sobres que se depositarán en las urnas. Para las elecciones de octubre hubo 32.064.323 ciudadanos registrados en el padrón. Cada argentino tenía en sus manos el 0.0000031187% de la responsabilidad de elegir a nuestro presidente. Por más ínfimo que nos parezca este porcentaje, el voto aún así es una cuota de poder esencial para el funcionamiento del sistema democrático. Como reza el artículo 22 de la Constitución Nacional: «El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes». ¿Quién dice que una suma de pequeñas voluntades no pueda transformar nuestro país? Este informe es una invitación a hacerlo con conciencia. Antes de votar es necesario tener información precisa y accesible de cómo funcionan los pesados engranajes de la democracia. «La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana y federal», proclama el primer artículo de la Constitución. Representativa significa que el pueblo delega su potestad de decisión a alguien. Republicana hace referencia a que cada representante es elegido por el sufragio y existe una división de poderes. Por último, federal implica que las provincias son autónomas a pesar de estar reunidas bajo un gobierno común. Este esquema es el pilar y el fundamento de nuestra democracia.
El llamado a las urnas Quienes votamos creemos entender cómo funciona el sistema. Una vez cada cuatro años participamos de las elecciones primarias, las generales y eventualmente del balotaje. A su vez, a mitad de camino nos convocan las legislativas. Las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias ( paso) fueron creadas en 2011 mediante la Ley Nro 26.571 que establece un mínimo del 1,5% del total de los votos para presentarse a elecciones generales. Sirven para decidir las listas definitivas, ya que cada agrupación presenta precandidatos que compiten entre sí. En las generales se eligen, entre los ganadores de las paso, a nuestros futuros representantes. Respecto del presidente y vice, el artículo 149 del Código Electoral Nacional (cen) dictamina que la fórmula que obtenga el 45% de los votos triunfará, aunque de no ser así puede vencer si consigue por lo menos el 40%, siempre que esté 10 puntos sobre el subsiguiente. Si nadie cumple con estas condiciones se llevará a cabo una segunda vuelta, también conocida como balotaje, en los 30 días siguientes, entre los dos candidatos más votados. ¿De quién hablamos cuando decimos «el pueblo elige»? La democracia de Atenas contemplaba que sólo podían intervenir en la Asamblea los varones adultos, ciudadanos y atenienses que hubiesen terminado el entrenamiento militar. Las sociedades oligárquicas limitaban la participación política a los terratenientes y a los aristócatas. En nuestro país, las únicas condiciones para acceder a los derechos políticos garantizados por la Constitución son la ciudadanía natural o adquirida y ser mayor de 16 años. Todos los individuos habilitados al sufragio están en el Registro Nacional
de Electores, que es único para todo el país y actualizado por la Cámara Nacional Electoral. Durante 2012 la sociedad se vio dividida por un arduo debate acerca del voto de los jóvenes de 16 años. La entonces diputada Patricia Bullrich dijo que era «meterlos en un conflicto de adultos», mientras que su par Laura Alonso declaró: «Esta reforma no busca ampliar derechos, busca recortar la libertad de ser chico». Aunque aún haya quienes no acuerden, el 31 de octubre de 2012 se sancionó la Ley Nro 26.774 que otorga a más personas la posibilidad de votar. Agrupaciones en disputa Un partido político es una entidad de interés público fundada para promover la participación ciudadana y contribuir a la democracia. Su creación implica el cumplimiento de ciertos requisitos ante el Juzgado Federal. Luego de la solicitud de personería jurídica, se debe acreditar dentro de los 150 días posteriores la afiliación de por lo menos el 0.4% del padrón. Mientras que antes de los 180 días se deben definir sus autoridades mediante elecciones internas. Para que un partido sea nacional necesita ser reconocido al menos en cinco provincias. Según el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Viviendas, el 30 de agosto de 2019 existían 44 partidos nacionales y 671 distritales. Cuando dos o más se unen con fines electorales forman alianzas, coaliciones o frentes. «Hacer política es participar en espacios que generan transformaciones sociales, utilizando instrumentos específicos para llevar adelante objetivos concretos que modifican alguna situación establecida. Por eso es importante asociar la democracia y la política en relación a la existencia de partidos políticos, preguntarnos si son necesarios, cómo funcionan, si son células
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¿estamos seguros de cómo funciona en realidad el sistema electoral?
de poder y si representan realmente a los ciudadanos», declaró a este medio Francisco Morel, abogado diplomado en gobernabilidad. El Estado destina fondos al financiamiento de los partidos. Según el artículo 36 de la Ley Nro 26.215, el 50% del presupuesto total asignado se reparte equitativamente entre cada uno de los frentes políticos. El porcentaje restante se distribuirá dos veces: primero le corresponde una parte a cada distrito electoral proporcional a su población, luego ese monto es reasignado a los partidos en función de la cantidad de votos que hayan obtenido en la elección anterior. En los recientes comicios, el Boletín Oficial publicó en el decreto 260/2019 la cifra de 570 millones de pesos destinados a gastos de campaña. Para las elecciones generales fueron 170 millones para la esferas de presidente y vice, igual monto para diputados y 40 millones para senadores. En las paso los fondos fueron de 85 millones para presidente y vice, lo mismo para diputados y 20 millones correspondiente a senadores.
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La cámara de representantes El artículo 44 de la Constitución Nacional establece la bicameralidad del poder legislativo. Esto significa que tenemos una Cámara de Senadores y una de Diputados. ¿Por qué dos? Como la cantidad de diputados es proporcional a la población de cada provincia, se corre el riesgo de relegar a las más pequeñas. Por eso es necesaria una segunda cámara, el Senado, con idéntica cantidad de representantes por distrito, dos para la lista ganadora y uno para la segunda. La Constitución fija la base de proporcionalidad de la cámara baja en un diputado cada 33 mil habitantes, con la posibilidad de aumentarse luego de cada censo. En la realidad se dan fenómenos de sobre y subrepresentación. Esto sucede debido a la Ley
Nro 22.847, que fija la base en 161 mil habitantes por diputado. Pero además, suma tres de ellos al resultado de la fórmula y pone un mínimo de cinco por distrito. Así, la provincia de Buenos Aires tiene 70 de los 257 diputados y Tierra del Fuego solo cinco. Pero uno de Buenos Aires representa a 223.215 bonaerenses y uno de Tierra del Fuego representa solo a 25.441 fueguinos. Resulta compleja la asignación de lugares para cada partido en relación al resultado de los comicios. El problema radica en que el porcentaje de votos no siempre puede reflejarse exactamente en escaños. Para solucionarlo, el cen prescribe el Sistema D'Hondt, usado por primera vez en nuestro país en 1957. «Como tal, el Sistema D'Hondt no tiene críticas importantes salvo que tiende a favorecer un poco más al partido que tiene más votos», expresó a los medios Ana María Mustapic, directora del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella. Según la Constitución Nacional, los diputados tendrán el cargo por cuatro años, pero la cámara debe renovarse por mitades cada dos. Por su parte, los senadores tienen un mandato de seis años pero la cámara alta renueva bianualmente una tercera parte de los distritos. Medios masivos en campaña «Ahora Alfonsín». «Dicen que soy aburrido». «Menem lo hizo». Nada indica que las elecciones se aproximan tanto como la avalancha de spots de campaña en la radio y la televisión. Según el cen, estos empiezan en los 25 días previos a la elección y cesan 48 horas antes. En estas paso se distribuyeron 62.687 horas de publicidad en 2.137 radios y 1.029 servicios de televisión. Ante tales cifras no hace falta caer en la teoría de la aguja hipodérmica para admitir que los medios pueden influir en el re-
sultado de una elección. La ley toma las precauciones necesarias para que los servicios de comunicación no inclinen demasiado la balanza. Está prohibido que los partidos contraten publicidad en radio o televisión por cuenta propia. Los medios están obligados a ceder el 10% de sus espacios publicitarios para la campaña política y la Dirección Nacional Electoral se encarga de distribuirlos entre las coaliciones, con un método parecido al de la repartición de aportes públicos: 50% de forma equitativa y 50% proporcional a los votos obtenidos en la elección general anterior para diputados. Los horarios de publicidad se definen por sorteo público y cada partido debe ocupar las horas centrales al menos dos veces por semana. Además, los mensajes deben ser autorizados por el Ministerio del Interior. En suma, votar no es sólo un trámite, tampoco algo que debamos hacer únicamente porque sea obligatorio. Se trata de elegir a las personas que guiarán el rumbo del país. Necesitamos estar informados y hacerlo a conciencia. Es un derecho que debe ser ejercido, una responsabilidad como ciudadanos. La única forma de poder expresar nuestra opinión política con injerencia directa sobre los representantes es votar entendiendo el sistema. Y aunque resulte complejo, este texto es un aporte a ello.
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Internet y política
El medio de desinformación masiva por lady welby
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¿realmente internet favorece la pluralidad de voces?
No podemos negar que la revolución de Internet ha pateado el tablero de la comunicación. Nunca en la historia tal cantidad de gente ha leído y ha escrito tanto. En el siglo xv Johannes Gutenberg protagonizó otra revolución en el acceso a la información. Mediante la creación de la imprenta de tipos móviles logró la producción en serie de libros que antes debían copiarse a mano. ¿Cuántas biblias imprimió Gutenberg? 180. No se desmerece la hazaña, pero sirve para ilustrar el punto: nunca en la historia tal cantidad de gente ha leído y ha escrito tanto. En la web cualquiera que quiera escribir puede publicar y, eventualmente, llegar a millones de personas. Resulta común escuchar hablar de la democratización y del poder ciudadano que propician las redes. Sin embargo tal vez sea mejor posicionarnos, sólo por un momento, en una sana suspicacia. Así podremos analizar ciertos aspectos en los que la mediación de Internet resulta hasta nociva para el desarrollo de la democracia. El primero es el aumento del número de emisores que, lejos de favorecer la pluralidad de opiniones, crea un ruido que supone una superposición de información. Esto dota a todo enunciado del carácter de rumor. La cantidad de discursos impide distinguir el que vale la pena del que no, lo que nos arroja a la indiferencia. ¿Quién dice esto? ¿Un experto? ¿Un papanatas? Da igual: en el tsunami de enunciados todos revisten el mismo valor. Un segundo problema es el sesgo de confirmación. Cada ‘me gusta’, cada página, cada perfil que seguimos es un ladrillo más colocado a una inmensa muralla ideológica construida a nuestro alrededor que refuerza opiniones previas. Todo lo que encontramos en las redes es lo que el algoritmo sabe que nos gusta. Las noticias que prevalecen son las que nuestras creencias nos hacen sentir a flor de piel. Las que requieran meditación sosegada quedarán sumidas en el desinterés.
La red se convierte, como rezaba cierto diario argentino, en una tribuna de doctrina, pero esta vez erigida por nuestros propios clics. En su artículo Posverdad y exposición selectiva a Fake News, Juan Alberto Clavero habla de dietas informativas personalizadas, y sobre ellas afirma que «terminan generando el riesgo de exacerbar las divisiones entre las comunidades de manera creciente, sin una base común de noticias ni, por tanto, de una realidad compartida». Diferentes percepciones de la cotidianeidad, crónicamente reafirmadas, conducen a la radicalización de esferas sin posibilidad de diálogo. ¿Alguien podría pensar que ello sea beneficioso para la democracia? Por último, hay que considerar la dinámica misma de las redes. La televisión tiene una fragmentación clara entre los programas de información y los de entretenimiento. Ese medio proporciona una serie de elementos paratextuales que nos indican cuándo algo es un dato o es un chiste. En las redes sociales el informe sobre el estado de la salud pública, la broma y el mensaje de campaña aparecen rodeados por la misma interfaz. Las páginas de noticias falsas tampoco tienen problemas para imitar el entorno de un portal serio. Los nativos digitales somos menos propensos a caer en tales engaños, pero al ojo poco entrenado se le dificulta identificar el caballo de Troya de esas falacias. Nada de lo dicho es intrínseco a la red, sólo se trata de usos instituidos. Como toda herramienta, Internet se presta a múltiples fines, muchos nos facilitan la vida y nos hacen más fuertes. Pero debemos ser precavidos: junto a ellos existen poderosos mecanismos de desinformación que refuerzan opiniones y merman el pensamiento crítico. Esto es un peligro para la democracia porque sólo a través de la información fidedigna seremos libres. 17
Sitio de memoria
‹LA VIGIL›,
PUNTO DE ENCUENTRO POPULAR EN ROSARIO por seshat
El río Paraná, 187 kilómetros y tres horas de viaje en colectivo nos separaban de la ciudad donde la bandera nacional fue izada por primera vez. Nuestro destino era un lugar clave para la reconstrucción de la memoria. Emprendimos la travesía temprano en la fresca mañana del 20 de septiembre.
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Los campos sembrados nos recordaban que aún estábamos en tierras entrerrianas, aunque más tarde el puente Nuestra Señora del Rosario nos despidió del departamento Victoria para sumergirnos en la provincia de Santa Fe. Ante nuestros ojos comenzó a plasmarse paulatinamente el panorama rosarino con múltiples edificaciones. Bajamos en el Parque Yrigoyen del barrio obrero, conocido popularmente como Tablada, y recargamos energías para iniciar el prolongado tour por la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, situada sobre calle Alem al 3078. El edificio cuenta con una fachada plenamente vidriada para no perder el contacto con el exterior y luce una placa que la denomina ‘Sitio de Memoria’ desde 2015. En la entrada la guía e historiadora Carolina Zoppi nos recibió con la advertencia de que recorreríamos siete pisos y dos subsuelos con recovecos, escaleras estrechas y muchos misterios que develaríamos en cada rincón. Al ingresar, nos topamos con la sala de lectura principal en la que reposan estanterías repletas de libros, abundantes sillas y mesas. No sólo nos saludó el bibliotecario allí presente, sino que también nos dio la bienvenida una estatua de madera del Gauchito Gil obsequiada por un vecino del ba-
rrio. Sobre el ventanal lindante a la calle todavía permanece una escalera a la cual, paradójicamente, le amputaron los escalones que la conectaban al suelo. A pesar de que era ella la que aunaba cada metro de la construcción, fue mutilada en la década del cincuenta para agrandar el espacio debido a que las actividades se volvían cada vez más multitudinarias. En el segundo piso fuimos espectadores de una proyección sobre la historia del lugar. Durante casi una hora observamos viejas fotografías recopiladas por los socios luego del desmantelamiento que sufrió la institución en la última dictadura cívico, militar y eclesiástica. Supimos además que el nombre de la biblioteca fue elegido por los niños, que en aquel entonces estaban fascinados con los libros de cuentos infantiles del fundador de la Editorial Atlántida y creador de la emblemática Revista Billiken. Con una mochila simbólica de relatos e imágenes, comenzamos el recorrido hacia arriba. Entre historia, lectura y memoria, La Vigil, manera en que la conocen en el barrio, desprende de sus paredes, sus obras y su gente una emocionante dialéctica entre el pasado y el presente. En el séptimo piso, en un pequeño cobertizo esférico al que se llega mediante una angosta escalera caracol, descansan
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¿qué significación tienen los sitios de memoria en la relación dialéctica entre cultura e identidad?
Memorias de fuego por las persas
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los restos de un telescopio que la primera Subcomisión Directiva adquirió en los sesenta tras la instalación del Observatorio Astronómico. La idea de construir este espacio surgió de un vecino que una noche miraba el firmamento, amparado en que cualquiera tiene derecho a disfrutar del espacio infinito y sus atractivos. La terraza del edificio nos brindó una vista extraordinaria del barrio en todas sus direcciones. Los silos, los techos de las viviendas y el río adornaban el paisaje. El viento ferviente, que competía con los rayos vigorosos del sol a media tarde, arremolinaba nuestros cabellos a su compás. Nuevamente en la planta baja nos encontramos con una puerta vaivén tapizada que aprisionaba el teatro Sala Saulo Benavente. Una vez dentro, Carolina saludó a la nada en voz alta y dijo: «Hola Carlos, ellos son estudiantes de la uner, te los presento». Mientras nos mirábamos aterrados la guía nos comentó que los artistas que se suben a esas tablas sienten la presencia del fantasma del Padre Carlos Mugica, un sacerdote comprometido con las luchas populares y con La Vigil que alcanzó el paraíso celestial cuando,
después de brindar la Santa Misa en la Iglesia San Francisco Solano de Rosario, la Triple A lo arrancó a balazos de la vida terrenal en el otoño de 1974. El último lugar que recorrimos fue el primer subsuelo, el único al que teníamos acceso. El segundo está clausurado por ser un lugar clave para pericias de la mayor causa por delitos de lesa humanidad de la provincia de Santa Fe, conocida como Feced iii. Esta cuenta con 150 víctimas, entre ellas ex miembros de la comisión directiva de La Vigil. Las violaciones a los derechos humanos fueron cometidos en 1977 bajo las órdenes del entonces comandante de Gendarmería, Agustín Feced, quien asumió el control de la Policía rosarina. En contraste al resto de los espacios, es frío, húmedo, apenas iluminado y se llega a él cruzando laberínticos rincones en reparación. Allí pasan las cañerías, el entramado eléctrico, y descansa un Fiat 1500 verde con un aire siniestro, polvoriento, sin patente y de procedencia desconocida. Del techo brotaban efímeras gotitas de agua que se unían a los charcos desperdigados por el inmenso y lúgubre lugar. A la izquierda, un viejo artefacto oxidado del tamaño de un mueble pero estrecho, largo, con 25 círculos en el frente y una
pequeña puerta cerca del piso, reposaba de forma tétrica en una esquina. Más de uno se preguntó si se trataba de un crematorio, un interrogante sombrío pero no tan errado. Aún se sigue investigando si este sitio fue un lugar de tránsito de desaparecidos durante la dictadura. Los socios afirman con certeza que en el aparato de hierro se quemaron documentos y libros, porque hace cuatro años, cuando recuperaron el edificio y se dedicaron a su limpieza, encontraron partículas de papel. La lucha de La Vigil no es sólo contra las cenizas, lo es además contra la represión, el olvido y el silencio. Es del barrio trabajador, de los niños que juegan y de los jóvenes que reescriben la historia. En un momento de su relato, Carolina contó que fueron rescatados 30.000 libros desde que la dictadura se apropió de este lugar que hoy es un sitio de identidad. Con este dato reafirmamos que la memoria debe inyectarse en nuestro adn pero además nos convencimos, en la ironía del destino, de que los números también hablan. Como expresa Fito Páez en la canción Tema de Piluso: «Y algo, me dice que perdimos algo, perdimos y ganamos algo».
En 1953, Ray Bradbury publicó Fahrenheit 451, una novela distópica en la que imaginó una sociedad totalitaria en la que los libros estaban prohibidos. Los bomberos eran los encargados de quemar todo ejemplar existente y de perseguir a quienes se resistían a la norma. En nuestro país la realidad superó ampliamente a la ficción. El 26 de junio de 1980, la dictadura cívico militar y esclesiástica ordenó incinerar más de un millón y medio de libros del Centro Editor de América Latina (ceal) por considerarlos material subversivo y peligroso. Más de 24 toneladas ardieron ante la mirada de todos en un baldío de Sarandí, en el partido de Avellaneda de la provincia de Buenos Aires. Fue una de las quemas más grandes de la historia. Durante esos años ocurrieron episodios similares en Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires. El plan sistemático de exterminio de personas y la instauración de un modelo económico neoliberal tuvieron su correlato en la persecución y en la destrucción bibliográfica. Hubo un genocidio cultural planificado y ejecutado. La censura no fue una mera improvisación, sino que funcionó de forma prolija y eficiente. En los archivos secretos de la Junta Militar desclasificados en 2013 se registraron más de 7.100 decretos referidos a la prohibición de la circulación y la edición de libros. La lista negra prohibió autores como Antonio Gramsci, José Martí, Eduardo Galeano, Julio Cortázar y Pablo Neruda, entre otros cientos, incluyendo también a escritores de literatura infantil. Poseer uno de estos ejemplares podía implicar la detención o hasta la muerte.
Una biblioteca configura una identidad tan privada como social, y la dictadura encontró allí una huella para detectar a quiénes perseguir. Los libros se transformaron en delatores de la vida política. Sin embargo, muchos no se quemaron y fueron escondidos o enterrados en los patios de las casas como un gesto silencioso de resistencia. En estos últimos años, varios de ellos fueron recuperados como restos fósiles que transparentan una historia de violencias, la cual no sólo se inscribe
sobre los cuerpos sino también en nuestra cultura. La lectura fue una forma de insurrección y de supervivencia para quienes vivieron el horror y seguirá siendo un arma poderosa de los pueblo en defensa de su libertad. Por eso queda en manos de nuestra juventud conservar el amor por la lectura y recordar a quienes les fue arrebatada esta posibilidad. Tal como escribió Bradbury, «quizá los libros nos saquen un poco de esta oscuridad».
Una biblioteca configura una identidad tan privada como social, y la dictadura encontró allí una huella para detectar a quiénes perseguir. Los libros se transformaron en delatores de la vida política.
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¿por qué el pueblo latinoamericano salió a las calles? Cerca de la revolución
América Latina, territorio en disputa 22
por khaos
El genocidio aborigen en Latinoamérica tiene más de 500 años, el saqueo y la imposición del Evangelio por parte de Europa fue apenas el comienzo. Como escribió Eduardo Galeano, «El 12 de octubre de 1492 América descubrió el capitalismo». Más tarde, los intentos de dominación vendrían desde otras partes del mundo. La historia da cuenta del espíritu de lucha de los pueblos que conforman nuestra región, porque no solo hubo sometimiento, sino también rebelión. A mediados del siglo xx, América Latina vivió una ola de dictaduras sangrientas que todavía ponen en evidencia la expansión de la disputa en el territorio. El Plan Cóndor, orquestado por Estados Unidos y vigente durante la década del setenta, eliminó enemigos políticos para instalar economías neoliberales que aún persisten en estas latitudes. Según un informe de 2018 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal), la región sur de nuestro continente es la más desigual del mundo. ¿Cómo es posible que en un lugar tan rico haya pobreza? La contradicción es pura retórica. Hubo gobiernos que han oscilado entre el conservadurismo y el progresismo, pero está claro que ninguno achicó la brecha entre los más poderosos, que son solo un puñado, y los que menos tienen, la mayoría. Los primeros no proponen eliminar esas barreras y los segundos, tal vez, quisieron prosperar y no pudieron. Los proyectos económicos neoliberales se expandieron e instalaron en nuestra región, arrasando con las bases del Estado de Bienestar, que en su momento garantizó el acceso a ciertos derechos para los sectores populares. Es el capitalismo salvaje reacomodándose en las sucesivas crisis, dejando cada vez más hambre, miseria y destrucción de los recursos naturales. Son los gobiernos de derecha que excluyen a una parte de
la población, como en el caso de Chile, donde hace 30 años abunda la desigualdad. El país vecino endeuda para toda la vida a quienes desean acceder a la educación. El pueblo se hartó y salió a las calles, pero el Estado le respondió con represión, tortura, desaparición y muerte. Las imágenes reviven en los cuerpos los momentos más oscuros de la historia chilena, flagelada por la dictadura de Augusto Pinochet hasta 1990. Durante 2019 el hartazgo por este sistema desigual volvió a despertar a quienes estaban dormidos. Puso sobre el tapete la crisis de los partidos políticos tradicionales y su representatividad, pero también la credibilidad de los medios masivos como la televisión, que realizaron coberturas sesgadas de las manifestaciones. Las redes sociales fueron protagonistas y funcionaron como una herramienta de resistencia y de visibilización de la ciudadanía que salió a protestar. La crisis de representación no es un fenómeno nuevo. En Argentina, las décadas del ochenta y del noventa fueron preludio del desastre político y social que en 2001 impuso la consigna «Que se vayan todos». Frente a estas situaciones se corre peligro de caer en la despolitización de la sociedad. Sin embargo, todo el tiempo asistimos a una reconfiguración de los partidos políticos y a la construcción de nuevas alternativas de crítica, lucha y organización colectiva que le dan otros sentidos a la vida democrática, más allá del hecho de votar cada cuatro años. En los procesos políticos que atraviesa América Latina las lógicas se repiten: la represión y los oídos sordos de los gobiernos. Pero también las movilizaciones y el poder popular en las calles, el feminismo y la fuerza de la juventud como motor de cambio.
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ENTRAMADO COLECTIVO EN LA DISPUTA DE SENTIDO Nuestra intención fue ahondar en el concepto democracia desde un punto de vista joven para evidenciar nuevas visiones. La primera conclusión fue que no resuelve por completo los problemas de la sociedad. No todos los argentinos tenemos un plato de comida sobre la mesa, miles de adolescentes no tienen la posibilidad de culminar sus estudios secundarios, las mujeres aún no podemos decidir libremente sobre nuestros cuerpos. Si bien en el recorrido resaltamos la importancia de vivir en un régimen democrático y significamos su ausencia en épocas sombrías de nuestro país, sostenemos que no sólo hay que pensarlo en contraste con la dictadura sino además problematizarlo como sujetos nacidos en democracia. El puntapié principal fue huir de los lugares comunes para narrar y diseñar, por eso rompimos nuestros propios límites para disputar sentidos. Cultivar y cosechar este proyecto disruptivo y confrontativo fue un desarrollo incesante de pruebas y errores, que convertimos en vértices para volcar en Posta lo mejor de quienes nos involucramos, y construimos en ella una mirada crítica y representativa. Llevamos adelante una producción, a través de acuerdos no unánimes, en la que intentamos reflejar la pluralidad de voces en cada página. Más de una vez nos inquietamos ante la incertidumbre desafiante propia del trabajo colaborativo, que consistió en despojarnos de ciertas individualidades y barajar ideas entre 35 estudiantes de Comunicación Social. Los borradores y bosquejos personales nos guiaron hacia la cooperación y discusión de percepciones respecto a la construcción de ejes en nuestras piezas. Escuchar nuestras voces a lo largo y a lo ancho del aula cristalizó la manera en que pensamos la democracia.