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Parque en Altura de Buenos Aires

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Diagonal Verde

Diagonal Verde

La ciudad de Buenos Aires –capital de la República Argentina–, pasó de disfrutar de un entorno costanero de excepción a principios del siglo xx, a bloquear casi por completo su relación con el río de la Plata tras la consolidación, por una parte, de los puertos Madero y Puerto Nuevo, y la construcción sucesiva de anillos viarios de circunvalación que irían forzando la incomunicación y el aislamiento, no sólo de la ciudad con el río, sino también de ciertos barrios que quedaron excluidos de la trama regular de la ciudad. Este es el caso de la Villa 31, un asentamiento informal con alrededor de 85 años de historia y 40.000 vecinos, atravesado y dividido por la autopista Presidente Arturo Umberto Illia y envuelto por las playas logísticas y ferroviarias que abastecen al puerto. La infraestructura viaria –de uso exclusivo vehicular–, supone una barrera física que interfiere en la convivencia vecinal, dificultando la movilidad peatonal y fomentando el aislamiento de la Villa en relación a la ciudad pese a la cercanía de la emblemática Avenida 9 de Julio.

Villa 31 es, además, una de las más representativas ‘villas miseria’ del país, muy a pesar de que algunos de los barrios pudientes se encuentren a escasa distancia. Años de demandas vecinales, estudios y diferentes políticas de intervención podrían estar llegando a buen término tras la voluntad histórica de dignificar la Villa, convirtiéndola en un Barrio más de la ciudad. Los procesos de mejora se han iniciado con el Plan Integral de Urbanización y la ubicación de edificios gubernamentales en las proximidades. Pero es el desvío de la autopista a un nuevo ramal y, la libera- ción de 115.810 m2 de espacio público, lo que permitirá introducir infraestructuras y equipamientos, recuperando las conexiones internas y externas a través de un gran corredor verde de más de 2 km.

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De barrera a gran corredor verde vertebrador del barrio

La construcción del Parque en Altura se plantea como oportunidad para generar un espacio verde, pero también para corregir las carencias de la Villa en infraestructuras básicas, equipamiento y espacio público de calidad, implementando estrategias que favorezcan el desarrollo social y que, al mismo tiempo, permitan al resto de la ciudad el descubrimiento de un sector prácticamente desconocido para sus habitantes. Paralelamente, el Parque en Altura repercutirá en importantes cambios de conectividad, accesibilidad y movilidad asociados a diferentes escalas: escala-ciudad y escala-barrio. En la escala-ciudad, la liberación del espacio de la autovía dibujará dos ejes longitudinales principales que permitirán, en el primer caso la conexión del Barrio 31 con la Avenida 9 de Julio, y en el segundo la conexión con la Terminal Ómnibus. Ambos ejes estarán planificados a partir de criterios de pacificación de velocidad, que garantizarán la movilidad peatonal, el transporte público y el servicio Ecobici que fomentará la permeabilidad del Barrio.

A escala-barrio, la autovía supone una barrera física y simbólica que sólo permite el cruce por la calle 9 o por el Playón, tras casi 870 metros de fractura e impenetrabilidad. A partir de este dato, el proyecto plantea articular 8 ejes transversales que aumentarán cualitativamente la permeabilidad. Estos 8 ejes establecerán una sucesión de espacios públicos diversos: una suma de calles peatonales en convivencia con automóviles y pequeñas plazas-canchas que funcionarán como espacios de relación en un tejido urbano altamente densificado. El encuentro de estos ejes con el Parque se traducirá en pequeñas plazoletas de proximidad que, a la manera de “salones-recibidores”,

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