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El COVID-19 no puede detener a los pioneros

Ha sido un año atípico para nosotros. Todos en nuestro país estaban hablando del nuevo coronavirus. Todos los días se encontraban muchos nuevos casos en diferentes partes del país. Se cerraban parques, mercados, escuelas y oficinas gubernamentales. También debimos suspender la plantación de nuestra iglesia hasta un nuevo aviso por parte de las autoridades. Se esperaba que todos estuvieran en cuarentena en el hogar. Era una orden.

Al principio, sintonizábamos los noticieros de la televisión y veíamos que las personas en nuestro país comenzaban a usar mascarillas quirúrgicas, alcohol en gel y elementos de esterilización. La gente salió corriendo a comprar. Estaban en pánico comprando alimentos e insumos esenciales para sus familias. La gente necesitaba mascarillas, sin embargo, era muy difícil encontrarlas en las farmacias o a través de internet. Día tras día, más y más personas se daban cuenta de lo grave que era el virus. Se convirtió en una pandemia.

Podíamos sentir el temor de la gente. Estaban desesperanzados y deprimidos, porque carecían de equipo de protección personal. Muchos perdieron amados miembros de sus familias. Familias sufrientes. Era angustiante.

Durante la cuarentena en casa, no podíamos adorar en nuestra iglesia plantada, así que adorábamos con nuestros miembros, e interesados, a través de internet. Estábamos muy agradecidos por la tecnología moderna que nos permitió seguir reuniéndonos con las personas, dar estudios bíblicos y cantar juntos. Teníamos dos cultos de oración diarios, a través de las redes sociales: uno, de 5 a 6 de la mañana; y otro, de 6 a 7 de la tarde. También participamos de la iniciativa 100 Días de Oración de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Recibíamos el material devocional de parte de los líderes de la iglesia, y no solo orábamos por nuestro país, sino por todos los países del mundo.

Después de los momentos de oración de cada mañana y cada tarde, dirigíamos un estudio bíblico de una hora. Comenzamos con Génesis, y ya hemos pasado por los libros de los profetas mayores. Creemos que todo esto elevó nuestra relación con Dios hasta otro nivel.

Finalmente se nos permitió salir de nuestros hogares. Comenzamos a conversar con nuestros miembros de iglesia e interesados sobre cómo podríamos servir a nuestra comunidad y compartir el amor de Jesús con personas que nunca habían oído acerca de Él. Preparamos paquetes de difusión que incluían el libro misionero de la Iglesia Adventista para el año 2020. Imprimimos en los libros la información de contacto de nuestra iglesia, para que las personas pudieran comunicarse con nosotros en el futuro. Los paquetes también incluían artículos esenciales como mascarillas, toallitas desinfectantes y guantes desechables. Distribuimos los paquetes entre nuestros vecinos y personas que ayudaron a nuestra comunidad durante la pandemia, tales como guardias de seguridad, aseadores y carteros. Pero mientras hacíamos eso, no olvidamos nuestra misión: compartir las buenas nuevas de Jesús con las personas que querían saber más. Incluso usamos nuestras Biblias para responder sus preguntas, algo que realmente disfrutamos.

Durante nuestro servicio comunitario nos encontramos con muchos no cristianos. Aunque algunas personas rechazaron nuestros obsequios, creemos que Dios está obrando en ellos. Nuestro propósito era hacerles saber que hay un Dios que los ama mucho, y que nuestra iglesia está abierta para ellos.

Todavía no podemos volver a nuestra iglesia, ni reunirnos. Seguiremos usando las plataformas por internet para adorar, compartir a Jesús, y estudiar la Biblia con nuestros miembros e interesados. ¡Nuestra clase bautismal tiene tres personas que pronto estarán listas para el bautismo! Por favor, ore para que la lluvia del Espíritu Santo caiga sobre nuestra iglesia plantada y sobre la gente de nuestra ciudad reservada.

Este artículo fue escrito por una joven pareja de Misión Global que, recientemente, se mudó a un país reservado. Antes de que ellos llegaran, no había Adventistas del Séptimo Día en esta ciudad. Por favor, oren por ellos y por su importante trabajo.

Global Mission

La prioridad de Misión Global es establecer nuevos grupos de creyentes entre personas de grupos aún no alcanzados. A menudo, esto significa que los pioneros de Misión Global, los fabricantes de tiendas, y los Centros Urbanos de Influencia operan en lugares desafiantes. Cuando compartimos una historia de una región sensible, la verá identificada como “País reservado” o “Ciudad reservada”. Por favor, ore por estos proyectos especiales y apóyelos visitando Global-Mission.org/giving y seleccionando Proyectos reservados, FUND GM5040.

Para ver videos con historias sobre pioneros, visite m360.tv/pioneer.

Por favor recuérdenos en su testamento y fideicomisos. Visite Global-Mission.org/ PlannedGiving o llame al 800.648.5824.

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