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Río de la salud
“[La iglesia] fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el evangelio al mundo” “Es maravillosa la obra que el Señor determina que sea realizada por Su iglesia, a fin de que Su nombre sea glorificado. Se da un cuadro de esta obra en la visión de Ezequiel del río de la salud: …’[Y todo aquello a donde llegue este río vivirá]’”.1
Layla es parte de ese río de la salud. Cada mañana despierta, pasa tiempo con Jesús orando y estudiando la Biblia, y le pide a Dios que la llene con el Espíritu Santo para que pueda ser una bendición para otras personas. Como parte de su rutina matinal, ella toma su celular y escoge un mensaje de ánimo que enviará a todos sus amigos a través de las redes sociales. Después, Layla se va a su trabajo como enfermera de un gran hospital en uno de los países más cerrados del mundo, donde podría ser muy peligroso que ella compartiera su fe. Puesto que ella cuida de los pacientes, los escucha y les da una palabra de aliento. Si el Espíritu Santo se lo indica, ella ora por los pacientes o les regala un libro religioso.
Dios está haciendo cosas maravillosas por medio de Layla. Ella acaba de compartir con nosotros la siguiente cita, e inspiradora historia, con sus propias palabras.
Relatado por la propia Layla
“Dios no solamente pide vuestra caridad, sino vuestro semblante alegre, vuestras esperanzadas palabras, el apretón de vuestra mano. Aliviad a algunos de los afligidos de Dios. Algunos están enfermos y han perdido la esperanza. Devolvedles la luz del sol. Hay almas que han perdido su valor; habladles, orad por ellas… y traedlas a Jesucristo. Y en toda vuestra obra Cristo estará presente para impresionar los corazones humanos”.2
Yo tomo estas palabras muy en serio. Cada vez que voy al trabajo, le pido a Jesús que me use. Le pido a Dios que me guíe a las personas con quienes Él quiere que hable.
El jueves pasado fui designada para cuidar a Sara, que estaba muy enferma y tenía problemas respiratorios. Hace dos años a Sara le trasplantaron un pulmón y debe usar oxígeno. Ni siquiera puede ir al baño por sí misma. Pero fue un agrado para mí ayudarla en sus necesidades básicas. Debido a sus problemas de salud y al estrés, su presión sanguínea estaba muy alta cuando se la controlé. Le di algunos consejos sobre cómo bajarla en forma natural, comiendo alimentos saludables tales como frutas y verduras. También la animé a orar y a pedirle al Señor que la sanara. De hecho, en ese mismo momento, le pregunté si podía orar por ella, y dijo que sí. Me preguntó acerca de mi religión y yo le dije que soy una seguidora de Jesús. Ella tomó mi mano y la besó, y pude ver cuán agradecida estaba de que yo hubiera orado con ella, a pesar de que ella no es cristiana.
Después, en la tarde, el doctor de Sara decidió que podía ser dada de alta. Ella estaba feliz de regresar a su casa. Pero me preocupaba su presión alta, así que la verifiqué nuevamente y estaba mucho más baja que antes. Le dijo a su hijo, en su idioma local, que mi presencia tenía un efecto calmante en ella. Todo lo que pude decir fue: Alabado sea Dios. Tal como dice en la cita de más arriba, Dios estaba impresionando su corazón.
Mientras estaba en el hospital, conseguí el número telefónico de su hijo para poder preguntar por Sara. Justo ayer, sentí que debía enviar un mensaje de texto a su hijo.
Escribí: “Hola, ¿cómo está tu mamá? ¿Te parece bien si comparto un video acerca de Jesús? Es sobre cómo Él salvó y sanó a las personas. Creo que Jesús puede sanar a tu mamá, también. Dime si quieres que comparta contigo el video”.
Él contestó: “Espero que te encuentres bien, y gracias por lo que haces por las personas. Estamos bien, y la salud de mi madre ha mejorado y ella está de buen ánimo. Sí, envíame el video para compartirlo con mi madre. Gracias”.
Le envié el video acerca de Jesús.
Más tarde me escribió: “Mi madre está mucho mejor que antes. Tus mensajes son beneficiosos y nos dan esperanza”.
Por favor, oren para que Sara y su hijo puedan conocer pronto a Jesús.
Únase al movimiento
Esperanza. Aliento. Luz. Es lo que Layla transmite a sus pacientes en este país cerrado. El río de Dios está fluyendo y tocando vidas de formas tangibles. ¿Se unirá Ud. a este movimiento de salud? ¿Dirá Ud., “¡Yo iré!”?
1 Elena G. de White, Los Hechos de los Apóstoles (Mountain View, CA: Pacific Press®, 1911), 9, 13. El versículo bíblico que se cita aquí, corresponde a la versión RVA-2015, mientras que en el texto original, la cita corresponde a la versión RVR1960: “Y será que toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos arroyos, vivirá”. Ezequiel 47:9.
2 Elena G. de White, Un Llamado al Evangelismo Médico y a la Educación Sanitaria (Nashville, TN: Southern Publishing Association, 1954), 23.
Yo iré
Alcanzar al mundo: Yo iré es el plan estratégico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para el quinquenio 2020 a 2025. Es un grito de batalla para todos los miembros de iglesia para alcanzar al mundo, inspirándolos y capacitándolos para usar los dones espirituales que Dios les ha dado para testimonio y al servicio de Cristo.
La Gran Comisión de Mateo 28 es clara: los seguidores de Jesús deben ir y hacer discípulos a todas las naciones. El evangelio debe ser compartido con los cientos de grupos de personas no alcanzados del mundo. Yo iré describe objetivos y formas específicos de cumplir esta tarea.
Examine el plan Yo iré en IWillGo2020.org/es, ¡y encuentre su lugar en este movimiento global!