Cartelera digital de Asociación Escuela de Auto-Realización - abril 2024

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JAMÁS EN ALGÚN MOMENTO DE MI VIDA ME HA ASALTADO SIQUIERA LA TENTACIÓN DE PONER EN DUDA AQUELLA CONFESIÓN DEL APÓSTOL PEDRO: “TÚERESELMESÍAS,ELHIJODELDIOSVIVO”(MT, 16, 16).

ESTA FE DEL APÓSTOL TRADUCE MI FE Y PUEDO ASEGURAR TAMBIÉN QUE LA DE AUTO-REALIZACIÓN. Padre CÉSAR A. DÁVILA G.

AEA

ASOCIACIÓN ESCUELA DE AUTO-REALIZACIÓN

La nube viajera que se esfuma en la blanca cima de una montaña de cara al cielo, el mustio pajonal de un páramo que agoniza de nostalgia en la inmensa soledad, el lago cuajado como una lágrima en los repliegues de un monte, la estrella peregrina, una avecilla cualquiera, una hormiga, un pequeño insecto, una brizna de heno, una hoja seca que rueda en el torbellino, el tintineo de una gotita de agua… susurran queda, calladamente, un divino mensaje…

¿QuédecirdeloscielosquecantanlagloriadeDios?(Salmo 17,2). ¿Qué del “hermanosolquellevaporlos cielosjusticiadesuAutor”? ¿De la “hermanaluna”? ¿de las “hermanasestrellastanlimpias,tanhermosas”? de la “hermanaaguaquecanta,humilde”? ¿del “hermanofuego”? ¿de la “hermanamadretierra”? ¿de las “hermanashierbas,frutosyflores”? ¿de la “hermanamuerte”?... A quienes el dulce Francisco de Asís invitó a cantar aquel: “Loado,seasmiSeñor” . (Canto al hermano sol, San Francisco de Asís)

¿Qué decir de esos incontables mundos esparcidos como lluvia de brillantes en la inmensidad de los espacios? ¿Qué decir de esos otros mundos ultramicroscópicos que palpitan en el corazón del átomo?

¿Qué de todas las demás fuerzas del gran cosmos?

Todos, absolutamente todos nos hablan de ÉL, saben Su Nombre, musitan a nuestro oído el suave aleteo de Su presencia… Así lo expresa el gran iniciado Pablo en otras palabras: “LoquepuedeconocersedeDios lotienenloshombresalavista,Diosmismoseloshapuestodelante;desdequeelmundoesmundolo invisibledeDios,esdecir,SueternopoderySudivinidad,resultavisibleparaelquereflexionasobreSus obras,demodoquenotengadisculpa” . (Romanos 1, 19-21)

Padre CÉSAR A. DÁVILA G. Fundador y Guía Espiritual AEA

Nuestra Asociación de Auto-Realización y Meditación, fiel al Magisterio de la Iglesia expresado a través de un Concilio Ecuménico como el Vaticano II, reforzado una y otra vez por otros documentos del mismo Vaticano II y citado muchas veces por el santo Padre, ha hecho suyas estas enseñanzas y se esfuerza por difundirlas en donde las circunstancias lo permiten. Pues tenemos la convicción que las grandes escuelas de mística oriental y las nuestras, representadas por místicos como san Francisco de Asís, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús y otros, tienen positivos y vitales puntos de convergencia.

P. CÉSAR A. DÁVILA G.

ASOCIACIÓN ESCUELA DE AUTO-REALIZACIÓN: Personería jurídicaenelfuerocivildesdeel12dediciembrede1972. En elfueroeclesialdesdeel5deabrilde1984.

ELPadreCésarA.DávilaG.,tuvolavisiónjurídicadequela AsociaciónEscueladeAuto-Realizaciónqueconstituyóenel fuero civil, quedara constituido también en el fuero eclesiástico.

En su página 83 el Estatuto de AEA incluye el decreto aprobado.Elmismoquedicelosiguiente:

Tenemos mis queridos estudiantes, todos y cada uno de nosotros, un inmenso recurso, un manantial inagotable del cual podemos nosotros aprovecharnos en todo momento.

Así como podemos acercarnos, cuantas veces queramos saciar nuestra sed a un manantial que perennemente desciende de la montaña, tenemos ese manantial inagotable. Manantial en el cual nosotros podemos beber cuantas veces queramos. Y ese manantial es pues: esa vida Divina, ese Amor Divino, esa Misericordia Divina.

Quisiera contribuir a que vosotros os forméis, o más bien perfeccionéis esa idea que ya tenéis de la Persona de ese Cristo Bendito que vino a esta tierra. Ese Cristo que debe ser para nosotros todo, absolutamente todo. Ese Cristo que representa para el hombre el signo más grande, el representante más excelso de la humanidad como tal. Ese Cristo que vino a la tierra por y para nosotros.

Si, es imposible hacer una descripción siquiera aproximada de Esa figura; es que con palabras finitas no se puede describir lo infinito, sólo se siente lo que es Él, mis queridos estudiantes.

Nosotros tenemos la dicha de tratar de buscarle y de tratar de conocerle a Él, más que a nadie. ¿Por qué? Porque Él es el gran Maestro, el Maestro de todos los maestros... Junto a la figura de Él todo palidece, todo se oscurece. Porque Él no está dentro de ningún género, dentro de ninguna especie humana, ni nada. Está sobre todo género, está sobre toda especie, porque Dios no pertenece a ningún género ni a ninguna especie, porque es Dios. Y ese Cristo Bendito que se encarnó siendo Dios está sobre todo género y sobre toda especie y sobre toda criatura.

Pero quiero solamente ahondar en un pensamiento y es este: quiero que vosotros lo descubráis a Él, pero a través de una sola palabra, de esa palabra que varias veces repite Juan en su primera carta y muchas veces en su evangelio: AMOR. Quiero que descubráis a ese Cristo-Amor en cada uno de vosotros.

Si. ¡Qué hermoso es sentir realmente esa vibración, ese impacto, esa onda oculta ardiente de un corazón, de un espíritu que nos transmite su amor! Nosotros no hacemos sino permanecer mudos, estáticos, tratando de sentir más hondamente esa onda que viene de la persona amada. ¡El amor es eso! Es silencio y sentimiento. Silencio y sentimiento que profundiza más y más, a medida que se agranda la imagen del amado en nosotros.

¿Qué representa para nosotros ese Cristo Bendito a través de esa palabra Amor? Para contestar esta pregunta necesitamos contestar también algunas interrogantes -sencillas desde luego- y que vamos a formular brevemente.

Yo Le hago esta pregunta, y esta pregunta la hacéis vosotros por mí. Este diálogo que voy a entablar yo con Él lo hacéis vosotros en mí y por mí. Y le pregunto, le digo a Él primero:

-¿Quién Eres? ¿Quién Eres? Él me contesta esto:

-“Mira,yalosabes.Túnotienesningunadudadeesto,pero sinembargo,noportisinoportushermanosquepueden teneralgunaduda,tecontestoytedigo:queYosoyaquello quemeconfesómiapóstolPedro“SoyelCristo,elHijode Dios”.Ysiquierestodavíaunconceptomásprofundo,tedigo, terespondoloqueJuandiceensuPrólogodelEvangelio:“En elprincipioeraelVerbo”.EseVerbodelcualhablamidiscípulo Juan,eseVerboSoyYo.Éldice:porelVerbofueronhechas todaslascosasynadadecuantosehizoporelVerbo,nada decuantosehizodejódeserhechoporelVerbo. Puesbien, todaslascosasprocedendeMí¡SoyelVerbo!

PudierairdeclarandomásymásloqueSoy,peroconestono acabaríamosnunca. Mebastarecordarteesto.

-Si Señor, le digo. Eso yo lo creo, yo lo sé. Ahora te hago otra pregunta, que aclare más mi relación contigo. Bueno, y esta pregunta la hago y la formulo, así a quemarropa: ¿Y qué es para Ti la tierra? ¿Y qué es para Ti el hombre?

- La tierra, este minúsculo planeta, esta arena en la inmensidaddelCosmos,esunaobraMía,hechaporMí. Yel hombreylahumanidadtambiénsonobrasMías,hechaspor Mí,comotúlosabes. Estatierrayelhombreylahumanidad, mepertenecen.

- Ya lo sé Señor, de esto estoy también convencido… Le hago otra pregunta y le digo: Bueno, y no puedo realmente preguntarte si amáis a ese hombre, porque me repugna preguntar eso porque yo sé que amáis, y le amáis mucho.

-Si.Perotúnopuedescomprendercuántoamoestatierra, ycuántoleamoaestahumanidad.Quecuántoteamoati personalmente,ycuántoamoatodosycadaunodeestos quesellamanhombres,deestosquesellamanmujeres. El sexoesunacosatotal,absolutamentesecundariaparaMí. Sabeshijomío,sabesqueelespíritunotienesexo;elespíritu esespírituynadamás.YYolesamo.YlesamoconunAMOR quetúnopuedescomprenderporqueeresfinito.Túnosabes loqueesamarconunamorinfinitoalofinito;conunamor

grandealoinfinitamentepequeño;conunamorinmensoa aquelloqueparecelanadainsignificante.

- Y luego le hago la otra pregunta, que me va a dar una comprensión todavía más clara de Su relación conmigo. Le digo: Bien, viniste acá a la tierra...Y en este momento, yo mentalizo el lugar donde viniste. En mi mente está grabada la figura, la imagen de una cueva a la cual bajé un día, y vi en esa cueva una inscripción: “HicgnatusestIesus”“Aquínació Jesús” y sentí el impacto, la impresión que quedaron eternamente grabados en esos lugares y en esa Gruta en que naciste un día. Pero gruta-cueva oscura, cueva que servía de albergue a animales. Yo recuerdo -y está en mi mente- clara, absolutamente clara esa cueva. Pero veo también llenarse de Luz esa cueva, y esa Luz encarnarse, condensarse en un Niño…

Allí, esa cueva brilla con un resplandor especial. Yo Te pregunto: bueno, ¿y qué haces? ¿y por qué estás ahí? Él me invita a reflexionar. Yo no dudo naturalmente, no lo dudo porque yo sé. Pero me invita a reflexionar y me dice:

-Túmismotienesquedarunarespuesta. Túlosabes.

-Si. Voy a dar la respuesta, Señor. Voy a dar la respuesta del por qué estás allí. Y para mí la respuesta es esta palabra, esta palabra que la encuentro grabada en Ti: AMOR, AMOR, AMOR.

Pero, en verdad ¿yo merezco tal cosa? Mis hermanos, todos mis hermanos, todos los hombres ¿merecen tal cosa? ¿que Tú nos ames hasta esta humillación, hasta esta pequeñez?... ¿el hombre merece esto?

-Si lo merece. Porqueelhombre,túycadaunodemis hermanossonotroYo. AsícomoelPadreyYosomosuno,así tambiénYoymishermanossomosuno. Entiendebien:así comoelPadreyYosomosuno,Yoymishermanossomos

uno...AsícomoelPadreyYosomosuno,Yoymishermanos somosuno.

- Si, yo os lo comprendo. Y esto creo que me inhibe de hacerte las demás preguntas. De preguntarte por qué vas después de Tu niñez a un lugar que los Evangelios ignoran. ¿Por qué ese vacío de los 12 a los 30 años? ¿En dónde estás? ¿Qué haces? ¿Te ocupaste, como dicen algunos, en el oficio de José el carpintero? Yo no lo creo, nunca lo he creído así.

- Estás en la verdad. Porque no vine Yo para ser un carpintero.Osiquieres,sípuedestenermeporuncarpintero, peroporuncarpinteroquevinoperoatallarlasalmas,a tallarlosespíritus.AtallarlosyaformarlaImagendeDios,la ImagendelPadreencadaunodemishermanos. Asísídebes entender:comoelcarpinterodelasalmas.Aquelquevinoa tallarlaimagendeunamujer,quedespuésdeserpecadora fueunaluzencerradaenunhumildevasodearcilla,peroya unaluzpurificadora.

Vine a tallar como un carpintero, aquello que estaba desfigurado.Aquelloqueeraalamaneradeuntroncoque vienereciéndelbosqueparasertalladoporelartista.Yvine atallarlasalmas,atallarlosespíritus.

Siquieres,puedesdecirmecarpintero.Ypuedesllamarme carpintero,porquevineparaesto.

- Señor, lo comprendo. Pero hay mucho más en todo eso. Tú eres el Maestro.

- Si. Pero Maestro, Maestro de alumnos, no de bancas. Maestrodeestudiantes,peronodeseressinespíritu.Maestro dealmas. Sí,¡esosíloSoy! Yporesoesestemiafán,deque Mimensajeseextiendaatodos,absolutamenteatodos.

Yhehabladotanto,dedistintasmaneras. Hubierapodido decir una sola palabraa los hombres. Y hablar una sola palabraydeciraquelloquetúestásdiciendo,aquelloquetú estáscomentando:esapalabraAMOR. Hubierapodidodecir hermanomío,solamentealhombreque“YOLEAMO”. Peroel hombrenoestaríaencondicionesdeentenderesapalabra, noestáencondiciones.Quizásíalgunos,ydehecho,algunos comprendieronesapalabraensutotalidadsinesperarotra cosa. Peronosolamentedijeesapalabra,sinodemostrécon hechosque“YOTEAMABAATIyamabaatodosycadauno demishermanos”.

Mira,Yodijeesto: Elquedalavidaporsusovejasesel verdaderopastor. Quelagranpruebadequeuno ama a otrosesdarsuvidaporaquelqueama. ¡Yolohice! Tediesa pruebadelamormásgrande:elofrecerMivida.Peronocreas que he ofrecido una sola vida. Tú estás completamente equivocadosicreeseneso.

- No Señor. Yo creo eso, que Tú no solamente has dado una sola vida.

-Sí,yaestáscomprendiendoyestásenlaverdadhijomío.

Sabes,Yo he dado no unavidasinomilvidas;he dado millones de millones de vidas. He dado tantas vidas Mías cuantoshermanosmenorestengo –fíjatebien-.Yrepito,he dadotantasvidascuantoshermanosMíospequeñostengo.Y porcadaunohedadoMividaensutotalidad.Yporcadauno hesufridounacruzensutotalidad.

- Pero, ¿cómo puede eso ser?

Permite, una explicación mejor de esto: ¿Tú tienes tantas vidas cuantos hermanos somos?

quieres?Yapuedescomprenderporeso,hermanoquerido, queestandoYoentodosmishermanos,hesufridoenellosy estoycrucificadoymueroenellos. Yasuvez,sinquesepan: todosestánmuriendoenMí,hanmuertoenMíytambién resucitaránenMí.¿Yaentiendes?

-Ahora sí entiendo. Y puedo meditar en esto.

- Puedes ir examinando cuántos hechos he realizado, cuántas cosas que he hecho y cuántas cosas que sigo haciendoparaquetepruebeesto,loquetedijealprincipio: quesivineaquíaestatierraesporAMORamishermanos.

-Señor, lo comprendo.

- Peroquierohijomío , manifestarte unapruebamásdemi amor,yesesta:Yomehequedadoparasiempreaquí.¡No! También,esodehabermequedadoestásmalinterpretado, porquenoesexacto,¡YOESTOY! Porquecuandotúdicesque alguiensehaquedadoesporqueundíanoestuvo,poresose quedó.PeroYOHEESTADO,ESTOYYESTARÉSIEMPREeneste minúsculoplaneta,enelhombreyentodoslosseresdetodos losplanos. Estarésiempre,eternamente.Estoypresente.Mi omnipresencia lo llena, lo invade todo. Estoy presente siempre.

Yotengopodermiqueridohermano,Yotengopoderpara hacerloqueYoquiero, paraestaromanifestarmedeunao deotramanera . Yhequeridoestardeunamaneradistintaa Mi omnipresencia universal, cósmica. He querido que Mi concienciacósmica,queMimentecósmica,queMivoluntad, quetodoMisersecondenseenALGO,quetúlosabesya.

- Sí. TedijealprincipioqueasícomoelPadreyYosomos uno, así Yo y mis hermanos somos uno. Entonces ¿qué

-Sí Señor, yo sé. Tú quieres referirte a lo que instituiste Tú mismo en Tu Última Cena, cuando tomaste el pan y tomaste el vino y pronunciaste las palabras sagradas, esas palabras que tienen poder para todo. Esas palabras que hicieron

también la Creación cuando dijiste: Hágase la luz. Esas mismas palabras nuevamente realizaron el poder de condensar Tu omnipresencia, el poder de condensar Tu conciencia cósmica en un signo muy pequeño; en el signo del pan y del vino.

- Y ese poder de condensar Mi omnipresencia te lo he concedidoati.Yestemismopoderiniciático,queestásobre todoslospoderes,seloheconcedidotambiénalsacerdote.Y selosheconcedidoaPedro,yél-asuvez-loshatransmitido atodos:esepoderdecondensarmiomnipresenciaenunpoco depan.Yquienmerecibecondensadoasí,merecibeaMí:Yo estoyenélyélestáenMí.

Yrecuerda,túpuedesverloyellostambiénpuedensentirlo cuando hayas pronunciado esas palabras sagradas, esa fórmulainiciáticadelaConsagración,¡esoquevesallíseha transformado!

Y si tú tienes bien despierta tu vista astral, verías perfectamente -ypuedeshaceresaexperienciacuando se adora la Sagrada Eucaristía en un Templo- en esa hostia consagradaunRESPLANDORESPECIAL,unaluzespecialque puedes verle aún FÍSICAMENTE. ¡Podrías ver esa transformacióndelamateriaquesignificalaCONDENSACIÓN DEMIPRESENCIA!Podríaisverme,esosí,siquieres.

Yelquehacomulgado,recibeunaluz.Yesaluzesvisiblea unapersonaquetienelosojosastralesdespiertos.Yquienme recibiócondensadoenesapresenciaMíaenlaEucaristíase transformatambiénenunaluz.Enunaluzindefinible,enuna luzenvidiable,enunaluzqueadoranlasjerarquíascelestiales, porqueMevenaMíenesehermanomíotransformado.

Yoleveoaesehermanoysientoloquedijeundíayloque midiscípuloJuandiceensuEvangelio:“QuequiencomeMi carne y bebe Mi sangre, está en Mí y Yo en él”. Y a ese

hermanomíoleenvíomisbendiciones,paraquecontinúey persevereensuluchadiaria.

- Sí Señor. Te agradezco por esto y por cuantas cosas nos habéis dicho.

El diálogo me ha parecido a mí demasiado corto, muy corto Señor.

Pero quiero solamente una cosa: quiero que Tú sepas que hablo como Tú lo sabes, con la sinceridad de mi corazón; que quiero amarte, no diré como Tú me has amado porque esto es imposible; que quiero amarte de alguna manera y expresarte mi amor siempre amando a mis hermanos y viendo en cada uno de mis hermanos a Ti mismo; y cumpliendo lo que Tú dices por tu discípulo Juan; y realizando aquello que Tú quieres que realice.

Juan dice pues: queelquenoamaasuhermano,noama aDios . Y la prueba del amor a Dios es el amor al hermano.

Permite que a mi hermano le ame con todo mi amor, con toda mi alma y con toda mi vida. Y permite también que mis ondas mentales se extiendan a todos mis hermanos en quienes está Tu presencia cósmica ¡oh, Cristo Bendito!

Y permite que quienes estamos aquí presentes y congregados alrededor de la Mesa de Altar, podamos sentir más de cerca la bendición de Tu presencia. Que podamos ver cómo esa Luz de Tu conciencia crística se hace presente en nosotros. Y permite que siempre que asistamos a este acto, a esta ceremonia iniciática ¡la más grande de todas las ceremonias, el más grande de todos estos actos iniciáticos, TE SINTAMOS aquí mismo y Te glorifiquemos a Ti, y por la glorificación hecha a Ti, le glorifiquemos también a Nuestro Padre Bendito!

La mayoría de los hombres no vive sino de la emoción del momento, del acontecer diario, del sensacionalismo intrascendente de la última noticia, del dato trivial abultado en grandes titulares de revistas y publicaciones que hacen dinero de todo esto.

¡Qué difícil resulta encontrar cerebros que piensan, almas que reflexionan, espíritus que se esfuerzan por penetrar en los deslumbrantes misterios del cosmos o en las cimas abismales de las divinas perfecciones!

¡Qué difícil resulta encontrar la respuesta a tantos hechos trascendentales de la historia humana! ¿Por qué? ¡Porque hace falta el verdadero filósofo, el investigador inquisitivo que se esfuerza por descifrar las inquietudes y los signos de los tiempos!

Nos encontramos frente a un hecho extraordinario, que trasciende los límites del vivir prosaico, que necesita una explicación, alguna explicación. Las circunstancias que forman el marco de este hecho, no son nada extraordinarias. ¿Qué tiene de extraordinario un comedor en donde están cerrando en las primeras horas de la noche unos niños? ¿No

sucede esto todos los días, centenares de miles de veces? ¿Qué tiene de extraordinario que en ese comedor presida desde el lugar principal algún cuadro, alguna imagen de Cristo, de la Virgen, de algún santo o simplemente algún paisaje? ¿No se decoran con estos objetos, salas y comedores en todo el mundo?

Pero, aquí viene lo excepcional, lo extraordinario, lo trascendente: Una imagen de la Virgen María, Madre del Verbo, que creo un artista anónimo, bajo la inspiración del dolor lacerante… que trasladó al lienzo el rostro de una mujer única, tierna como ninguna; de mirada dulce con la dulzura de todas las madres de la tierra; con los ojos nublados por infinita tristeza; con las mejillas humedecidas con las lágrimas que condensan todo el dolor de la raza humana, con las manos delicadas de pétalos de azucena que han florecido la paradoja de agudas espinas; con el corazón despedazado por simbólicos puñales… Que ese cuadro la noche del 20 de abril de 1906, pendía de una pared del comedor de los niños del Colegio de los PP Jesuitas, de pronto cobrara vida, que en ese Cuadro se produjera una verdadera transmutación, que toda la contextura externa de esa imagen, dejara de ser por unos momentos la sencilla representación del símbolo más excelso de los cristianos y se convirtiera en la Madre verdadera, exactamente en esa misma Madre que experimentó en su corazón la muerte del Hijo que ofrendó Su vida por el hombre, que palideciera, que moviera los párpados, que expresaría el dolor supremo con el mejor lenguaje: el de las lágrimas…¿ No es esto, en verdad un hecho excepcional? ¿Único? Imposible de explicar siguiendo los cánones estrictos del razonamiento meramente humano.

Esto sucedió en Quito, en el comedor del antiguo Colegio San Gabriel, en presencia de numerosos niños y del sacerdote que ejercía entonces la vigilancia.

Cada quien explique e interprete como quiera la motivación de este milagro. El milagro es incontrovertible. La Virgen María quiso manifestarse a nosotros, a nosotros ecuatorianos. A nosotros que, en la corta vida de nación independiente, hemos tenido tantos, tantos altibajos en todo orden: en el social, económico, cultural, político, religioso. A nosotros que estamos hasta el día de hoy

todavía en la encrucijada. Queremos una nación fuerte y la hemos minado en sus instituciones. Queremos una nación próspera y no pensamos sino en la prosperidad egoísta de unos pocos. Queremos una nación respetable internacionalmente y utilizamos al hombre mediocre para que nos represente. Queremos una nación territorialmente íntegra, intocable y expulsamos con saña inaudita a los misioneros del Oriente, centinelas vigilantes únicos de nuestras fronteras. Dios nos ha hecho el regalo de un suelo ubérrimo con todos los climas y nuestra desidia lo va convirtiendo en erial inhóspito. Queremos para el futuro, hombres responsables en la conducción de los destinos de esta Patria Bendita y hemos creado escuelas, colegios, universidades de niños, adolescentes, jóvenes –triste es decirlo- ¡mediocres! ¡Mientras otras naciones civilizadas ni siquiera plantean si en su legislación encabezarán o no sus Constituciones con el Santo Nombre de Dios, nuestros legisladores se enfrascan en discusiones bizantinas para terminar matándolo, esto es, expulsándolo de sus leyes! Pudiéramos añadir otras brochadas más a este Cuadro. Pero basta, basta para hacernos reflexionar que con las leyes divinas no se juega. O se las observa o no. O se las cumple o se las viola. Aparejada va a cada una su sanción o su recompensa.

Madre Dolorosa, que Tu mirada permanezca puesta siempre sobre el Ecuador. Es tu pueblo. Somos tus hijos engendrados en el dolor. Vela especialmente por la niñez, por la juventud, por el gobierno de esta Patria terrena para que aquí aprendamos todos el arte de prepararnos debidamente a vivir la vida verdadera.

P. CÉSAR A. DÁVILA G.

¿Qué religión? ¿Qué tratado filosófico? ¿Qué tratado teológico, no enseñan algo acerca de Dios?

Su nombre está consignado en todas las lenguas primitivas o modernas, civilizadas o no. Su Nombre encabeza todos los códigos, inspira todas las artes, vibra en el canto de los poetas, es invocado en todas las oraciones.

Los libros sagrados de todas las religiones hablan acerca de ÉL. Ahí están entre otros: La Biblia, el Dzyan, los Vedas, los Upanishadas, el Zend Avesta, el Popol Vuh, el Bhagavad Gita, el Corán. A estos libros acuden los grandes maestros para fundamentar sus enseñanzas, para afianzar la verdad de sus doctrinas. En cada una de las páginas de la Biblia cristiana se descorre muchos velos que ocultan los misterios de la vida divina. Sin embargo, ninguna Escritura, ninguna Revelación Divina, pueden darnos una idea completa, menos agotar aquello que podemos conocer acerca de Dios…

Al margen de los Libros Sagrados, está lleno el mundo de otros libros, escritos también para darnos alguna idea acerca de Dios. Pero casi todos teorizan mucho, dogmatizan mucho, realizan mas bien un análisis externo y periférico. En otras palabras, solo ven y describen a Dios desde afuera, desde el exterior.

Pero ese Dios oculto, ese Dios esotérico, ese Dios que está detrás de muchos velos, ese Dios que habita y que actúa en las profundidades del ser humano, pasa casi ignorado o desapercibido. La mayoría de esos libros no aborda sino de paso aquella relación íntima, vivencial, profunda entre Dios y el hombre, entre el hombre y Dios, entre ÉL y tú, entre tú y ÉL.

Lo que más interesa es conocer mejor esta relación y sobre todo SENTIR ÍNTIMAMENTE a ese DIOS OCULTO, a ese Dios que no está sólo afuera, que no vive sólo afuera, que no actúa sólo desde afuera, sino desde adentro, en lo más íntimo de cada ser, y adentro, muy adentro de cada uno de nosotros…

Guía espiritual y Fundador AEA

Padre CÉSAR A. DÁVILA G.

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