CUANDO COMIENZAN A BRILLAR CERCANOS, LOS LUCEROS DE ALMAS QUE BRILLAN EN LOS INCONMENSURABLES ABISMOS DE ETERNIDAD… ENTONCES SE HACE OÍR LA GRAN MÚSICA CELESTIAL DE LAS ESFERAS… ENTONCES EL ESPÍRITU COMIENZA A SER ILUMINADO POR LA LUZ VERDADERA.
Padre CÉSAR A. DÁVILA G.
¡Todo, absolutamente todo en la naturaleza canta!
La creación de los mundos visibles e invisibles, es una inmensa sinfonía.
Cada átomo, es una nota que vibra en una determinada escala.
Hay tantos átomos, hay tantas notas, hay tantos signos, ¿Quién puede contarlos?
¡Esta es la gran sinfonía!
Esta es la gran música de las esferas.
Tú, yo, todos, somos también una sinfonía, un canto, una partitura de esa gran sinfonía de las esferas. Por muchas veces, quizá nunca hemos llegado a sentir o a comprender lo que somos.
La suma de todos los seres de la creación, absolutamente de todos compone esta gran sinfonía que escribió Él.
Eres una sola nota. ¡No importa!
Eres una simple corchea, una fusa, una semifusa, en fin, cualquier signo musical, ¡Qué importa!
Si el todo eres tú, si tú eres el todo, sin ti, sin mí, sin ellos, la sinfonía estaría inconclusa. Pero la obra de Él no es estática, no es inmóvil, no es una mole de granito enclavada
en la garganta de una montaña, es simplemente móvil, es siempre dinámica, es siempre cambiante, siempre antigua y siempre nueva como los amaneceres de las tardes o como las tardes multicolores de los crepúsculos vesperales, cuando el sol se lava sus trenzas de oro en las ondulantes ondas de los océanos.
¡Qué lejos están de comprenderle a Él quienes piensan que Su obra es una momia apergaminada en un ataúd! No. Su obra no es así, ¡es siempre viva, siempre nueva, siempre cambiante!
Más allá del tiempo, en los mares de luz de los mundos astrales, en los océanos de material mental del mundo de la mente, en las oleadas eternas del mundo de las ideas que gravitan como las inmensas constelaciones en los dominios abismales del espíritu, en todo, en todo hay variedad infinita.
Un día en el astral, un día en el mundo mental, un día en el mundo espiritual son siempre nuevos, porque Él es siempre nuevo.
Si estamos acostumbrados a contar sólo, instante tras instante, minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día, año tras año, esto no significa que no haya
otro modo de contar, esto no quiere decir que no exista una sola gran pantalla panorámica en que se represente simultáneamente, todo el inmenso Drama Cósmico.
Eso sí, amanecerá el día, en que la noche del tiempo pase, cuando despunte el alba sobre las colinas del tiempo del más Allá, cuando los luceros vivientes de hermanos nuestros que reciben la Luz del Verbo de Dios, nos miren con su sonrisa de luz y nos iluminen con sus pupilas de espíritu. Entonces cambiará todo, absolutamente todo. Entonces escucharemos en el Supremo Éxtasis, en el Nirvikalpa Samadhi: la Gran Sinfonía del Universo. Sinfonía que simultáneamente es luz y sonido, sonido y luz, amor y paz, paz y amor, gozo y bienaventuranza, bienaventuranza y gozo, conocimiento e intuición, intuición y conocimiento.
¡Padre Bendito! Permite que siendo la más pequeña e insignificante nota de esta gran sinfonía universal, no desentone jamás. Permite vivir siempre al impulso de lo que Tú quieres, de lo que Tú deseas, de lo que Tú inspiras, de lo que Tú con Tu eterno amor, dispones. ¡Padre, hágase en mi Tu voluntad! Padre CÉSAR AUGUSTO DÁVILA GAVILANES
“Hermanos queridos, toda la obra de nuestra SANTIFICACIÓN depende de una sola cosa: de HACER la Voluntad de Dios.
Procurar hacer la Voluntad de Dios, luego, esforzarse por hacer la Voluntad de Dios y no la nuestra”
P. CÉSAR A. DÁVILA G.
Nuestro Bendito Señor, nos creó a todos libres, con la alternativa de decir SIo NOa ese mensaje. Y esta alternativa, también se nos presenta a todos y cada uno de nosotros. Pero de ese sí , de ese no que digamos a ese mensaje, depende nuestra suerte presente y futura. Este es un hecho indiscutible, un hecho revelador de nuestro Dios Bendito, no quiere imponer Su voluntad, quiere que sus hijos: nosotros, digamos SI o NO a éste mensaje. Y de eso depende, que ese mensaje produzca o no el fruto.
Hermanos entonces, si por una parte ese Dios Bendito ha hecho todo por nosotros, también es preciso que nosotros hagamos algo para que ese mensaje, de fruto en nosotros. Se creyera a primera vista que ese mensaje como tal, debiera ser aceptado sin vacilación por los hombres. Pero hermanos, ¿en qué estaría el mérito, si nuestro
Señor Bendito coarta de alguna manera, el libre albedrío del hombre? No lo hace, esto está demostrado a través de todos los Libros Sagrados.
Hermanos entonces, lo importante es que nosotros, en los episodios más sencillos de nuestra vida, tengamos en cuenta que para que esos episodios tengan una repercusión en la vida futura, es necesario que nosotros digamos ese sia ese mensaje, aeseDiosBendito . Tengamos por otra parte, en cuenta que nosotros, no podemos llegar a aquella SANTIDAD que pide a la que lleguemos nuestro Bendito Señor, si nosotros no nos esforzamos por CUMPLIR la VOLUNTAD DE DIOS en las cosas sencillas que nos suceden a diario.
Muchas veces, uno pregunta y dice, bueno ¿qué debo hacer para que este estancamiento que tengo yo en la vida espiritual, ya siga creciendo y progrese? Yo en realidad -se dice- no hago ninguna cosa extraordinaria ¿y cómo puedo llegar entonces, a la SANTIDAD? Hermanos, la SANTIDAD no nos pide absolutamente que hagamos ninguna cosa extraordinaria. La SANTIDAD solamente DEPENDE de esto:delcumplimientodiariodeesoquenosotros llamamosdeber,DELCUMPLIMIENTODIARIODEESEDEBER .
¿Y qué significa eso? ¿cumplir con ese deber? Cumplir con ese deber, no es otra cosa que VIVIR la vida diaria, el momento diario, el momento ordinario de nuestra vida, pero haciendo esto: quiere exactitud que nosotros tomamos en aquella decisión, en aquella resolución, en aquel acto de la vida diaria, no se aparte de la Voluntad Divina, no se aparte de la Voluntad de Dios.
¡Hermanos qué sencillo! ¿No es cierto? Qué sencillo parece todo esto, pedir al Señor y decirle: Señor,quese hagaTuvoluntadencadainstantedemivida. ¡Qué sencilla es esta oración!
Yo quisiera que ustedes en su meditación, en su meditación profunda, hicieran esta oración siempre antes de la meditación: Señor, permíteme hacer Tu voluntad en este día, y que en este día no haga mi voluntadsinolaTuya.
Mirad hermanos, de esto depende el que nosotros lleguemos a esa perfección a la cual nos pide llegar, ese Bendito Señor.
P. CÉSAR A. DÁVILA G.
¡Qué bueno! ¡Qué agradable, es vivir unidos los hermanos!
Esto mis queridos estudiantes, debemos sentirlo todos nosotros. Por lo que a quien os habla toca, os manifestaré que para mí no hay momento más feliz en mi vida de relación con mis hermanos que éste que comparto con vosotros. Para mí, esto representa la mayor recompensa que Él se digna darme.
Al mismo tiempo, mis queridos estudiantes, siento también la grave responsabilidad que tengo respecto de cada uno de vosotros.
El Señor en su oración final, cuando se despedía de sus apóstoles, les daba gracias, le daba gracias a Dios porque no se había perdido ni uno solo de ellos, solamente dijo Él: excepto este hijo de perdición. Él sentía también la responsabilidad –para ejemplo nuestro- que tenía respecto de los suyos. Y por eso les cuidaba tanto.
Mis queridos estudiantes, tengo que repetiros lo que siempre os he repetido, lo que siempre os he dicho: no puedo -por más que quisiera hacerlo- pero no puedo olvidarme de cada uno de vosotros. A todos os llevo en mi espíritu, en mi corazón.
Y esto, durante todos los momentos de mi vida, pero especialmente en mis meditaciones, en las celebraciones de la Divina Eucaristía. En los momentos más solemnes de esta celebración, estáis presentes vosotros.
Sabéis bien, que para la oración no hay barreras de tiempo, de espacio. Estas barreras desaparecen por completo. Por eso os digo nuevamente, que a cada uno de VOSOTROS os LLEVO siempre CONMIGO y os llevaré siempre, siempre.
P. CÉSAR A. DÁVILA G.
https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_D%C3%A1vila_(sacerdote)#:~:text=C%C3%A9sar%20Augusto%20D%C3%A1
EXPERIENCIA DE DIOS-LUZ (en Uyumbicho, 1952)
Eranaproximadamentelas8delamañana.Eldíaeraclaro. No había nubosidades. El sol comenzaba a calentar tibiamenteelhuertodondepaseaba.Lascolinascercanasse desperezabancobijadasdelaesmeraldadelostrigalesen sazón,delosmaizalesenflor,delospotrerosymatorrales.A lo lejos, los blancos y silenciosos centinelas de nuestros Andes,consusmelenasdenievebruñidaporelsolmatinal.
Había meditado hace pocos instantes. Más bien, mi meditacióncontinuaba.Pedí,pedíintensamentealPadreque semerevelara,quesiquieraporunosmomentosdescorriera esacortinainvisibleconquevelasuBenditaPresenciaalos mortales.PedíquesiendoÉllaLuzVerdadera–Luzdetodaluz-sedignaramanifestarsecomoÉles. Ahoracomprendo,quepediraquelloera,sinembargo,unaniñeríapor decir lo menos. Una cosa innecesariaen sus planes. ¿Accedió, sin embargo, ami petición, quizáporque realmente en ese momentomeveíacomounniño?¿Noesdelosniñoselreinodeloscielos?¡Si!YocreoqueelPadre tuvoencuentatodoesto.
Cuandomipedidosevolvióintenso,deprontovi,omejor,sentíentodomiserunacomollamarada intensísima,algocomounaluzdeslumbradora,comounacorrienteeléctricademillonesymillonesde voltios.Algo,almismotiempo,tanpoderoso,taninmenso,taninfinitamentegrande,unamezclade gozo,dealegría,debienaventuranza,depaz,degrandeza,enfin,detodo,quemeesimposible expresarconpalabras.
Conocíquesiesaexperiencia –quenoduróamientendersinosólomillonésimasdesegundo- se hubieseprolongadoalgunafracciónpequeñísimadetiempo,mehubiesefundidoydesaparecidoen la Divina Esencia, sin dejar rastro alguno, como desaparece una insignificante paja en un gran incendio.DesdeentoncespedíalPadre,quejamásvuelvaarepetirsealgosemejante.Quejamáspase siquierapormimente,vivirloquevivíentonces.¿Porunsentimientodeterrorytemblor?No.¿Porquenoconocítodoenesa millonésimapartedetiempo?No.¿Porquénolomerecíaaquello?Si.Nolomerecía.Nolomerezco.Nopodíamerecerlo.La nadaesnadasiemprefrentealTodo. P.CÉSARA.DAVILAG.
Ese Bendito Señor se encarga de ir preparándonos, lentamente, para coronar la cumbre del “Monte Carmelo”, para nadar en el mar inefable de Su esencia, para bañarnos en la luz inaccesible de Su gloria. P. CÉSAR A. DÁVILA G.
“Cuandoenunasalacomoéstasehareunidounpúblicotan selectocomoeldehoynoparaunafiesta,noparaunacto socialprotocolario,noparaunareuniónpolítica,literaria,cívica ocientífica,sinoparatenerlapacienciadeescucharuna conferenciasobreMeditación,sientounaemociónincontenible depensarquecomienzaaalborearunanuevaauroraentre nosotros:Laqueprecedealbrillodelsoldelaespiritualidad. Graciasporhabertenidolapacienciadeseguirme.Graciaspor vuestraconcurrenciaaestacitadeespiritualidaddela AsociaciónE.deAuto-Realización,quemehonroendirigir.”
P.CÉSARA.DÁVILAG.
…Yo empleo esos términos, sabiendo plenamente lo que ello significa. Brillante: donde hay brillo, donde hay resplandor, hay luz. Y donde hay luz, donde hay verdadera luz ahí está precisamente Dios, porque Él es la Luz.
Digo que esta reunión es, constituye también un punto de hermosura –y es así- porque aquí están reunidos todos: jóvenes, personas adultas, matrimonios, en fin, gente y estudiantes de toda condición humana. Este es un verdadero ramillete, pero ramillete en el sentido verdadero de la palabra. Ramillete de flores muy escogidas y selectas.
Cuando una novia pasea por el jardín, la novia está enamorada no solamente de aquel a quien entregará un día su vida, sino está enamorada de todas las cosas y de esas flores que cada día florecen, unas más hermosas que otras. Y va escogiendo en el jardín las flores más hermosas y va arrancándoles y besando sus pétalos y aprisionándolos contra su pecho. Es que del jardín ha escogido lo mejor. Y si en ese corazón bulle ese amor, pero ese amor algo trascendente, algo que domina el tiempo y el espacio, ese amor que viene también de Él, de DIOS; si domina en ella este amor, irá a depositar este ramillete a los pies de una imagen, a los pies de algo a quien ella más estima.
Yo considero en este momento, que vosotros constituís ese más hermoso ramillete; y para mi vosotros sois, cada una de esas flores más bellas y más selectas, y yo un instrumento, no soy nada más que eso: un mero instrumento de Él. No hago sino, recoger estas flores que sois vosotros y presentarlas a Él y tratar de que cada uno de vosotros cada día siga en este ramillete hermoseándolo más, y siga en ese ramillete reflejando cada día más, los hermosos colores de la luz que es el símbolo de Dios.
Cuando la madre de los Gracos sacaba a relucir sus joyas, y cuando alguien se acercó a preguntarle, ¿cuálessonlasjoyas máspreciosasquetenéis? Ella guardó en su cofre esas joyas que llamaban tanto la atención y fue, y tomó de la mano a sus dos hijos y entonces les presentó y les dijo: ¡éstassonmisjoyasmás preciosas! YO PUEDO DECIR EXACTAMENTE LO MISMO DE CADA UNO DE VOSOTROS.
Pablo de Tarso decía exactamente una cosa semejante de los suyos, de quienes estuvieron más cerca de él y de quienes más le comprendieron:vosotrossoismicoronaymigloria.
¡No puedo decir algo más significativo que esto de cada uno de vosotros! Si yo pudiera emplear esa palabra tan trillada: orgullo , yo pudiera decir que YO ME SIENTO ORGULLOSO DE VOSOTROS.
Y de estar entre vosotros y de vivir entre vosotros y de darme a vosotros. LO DEMÁS –lo sabéis ya- lo demás lo comprendéis perfectamente, no necesito alargarme más en estas consideraciones.
Interpreto también el gozo que sentís cada uno de vosotros al encontraros los unos junto a los otros. Estudiantes de Cuenca, de esta ciudad que no de hoy sino de ayer, de hace mucho tiempo tiene ese ancestro de espiritualidad, ese ancestro de las conquistas de las cosas del orden del más Allá. Aquí, estudiantes de esa bella, de esa bellísima ciudad a la cual me tocó visitar un día y a la cual –decía también- que de aquí saldrán los mejores estudiantes; y eso se ha cumplido y se está cumpliendo, ¡los mejores estudiantes!
De Guayaquil, de Guayaquil, de esa bella ciudad, de esa ciudad que parecía no iba a dar estos frutos que está dando hoy. Hice varios intentos, más de dos intentos para relacionarme allá en la ciudad, con alguien que tuviera esta inquietud que tenéis vosotros. Pero si, la respuesta vino y la respuesta está en la presencia de todos los estudiantes de Guayaquil.
De estos estudiantes de Quito que están unidos a todos vosotros.
Se decía de esas primeras comunidades cristianas, se decía este elogio: Mirad,¡cómoseamanycómonosonsinounsolocorazónyuna solaalma!Este era el distintivo de esas comunidades.
Yo pienso y me digo a mí, porque os conozco a cada uno de vosotros, y digo lo mismo: Mirad,¡cómoseaman!¡miradcómonosamamos! Y estamos tan íntimamente unidos los unos a los otros.
Pero este mensaje de amor, este mensaje de paz, este mensaje de gozo, esto tenemos que guardarlo no en un cofre, no guardarlo para nosotros, no guardarlo dentro de las paredes de una sala, ¡NO! Tenemos que ir más allá.
Es que las ciudades, los pueblos, las naciones de esta tierra necesitan de estos MENSAJEROS DE LA PAZ, DEL AMOR, DE LA COMPRENSIÓN, DE LA UNIDAD entre los hombres. VOSOTROS TENÉIS QUE SER ESTOS MENSAJEROS, en vuestras familias, en vuestros hogares. Vosotros tenéis que ir con este mensaje a todas partes, a vuestro medio. Porque en este mundo saturado de tanto egoísmo, en este mundo en donde no se piensa sino en intereses y en cosas del orden puramente material, se necesita tanto de este lastre, se necesita tanto de esta vida del espíritu. Y los jóvenes en la Universidad, las señoritas o las señoras en la oficina o en el taller; o en el santuario del hogar, las madres con sus esposos y con sus hijos: todos tienen que dar el testimonio de este mensaje, absolutamente TODOS.
Por eso os repito: lo que aquí sembráis y lo que aquí sembramos, debemos darlo ya a los demás. Entonces, esta semilla que os decía… que nació hace 22 y más años, esta semilla que nació con uno, ya irá fructificando cada día más y más y podrá dar los frutos que el mundo necesita.
Vamos a tener estos tres días de convivencia, y vamos a oír ya a cada uno de los conferencistas en los distintos días, a los conferencistas delegados por los estudiantes de Cuenca, de Guayaquil y de aquí de Quito. Y vamos también, a recoger los frutos de las enseñanzas que en Auto-Realización han tenido. Esto me llena una vez más, de profunda alegría.
Y espero que estos días para vosotros, van a ser unos días inolvidables. Y espero que esta inyección –si así puedo decir- esta inyección que vais a recibir en estos días, esta inyección de unión, esta inyección de amor al trabajo, esta inyección de comprensión entre vosotros, esto va a serviros durante mucho tiempo. Pero permaneced siempre CONSTANTES, ser fieles a las enseñanzas, a las prácticas de la Escuela de Auto-Realización.
Pido a DIOS, A QUIEN YO LE MIRO PRESENTE AQUÍ EN ESTA SALA, que bendiga todos los actos que van a realizarse, -todos- para que cada uno de vosotros sigáis con más constancia en el sendero y que vayáis adelantando día a día en vuestra realización.
Y espero que sí ahora nos hemos reunido más de un centenar, en la próxima Convención que tengamos, ya con el mensaje que los estudiantes de Cuenca, Guayaquil y Quito llevarán a los demás, el número se duplique, o se centuplique.
Pero reflexionemos en esto: que el número cuando se trata de estas cosas, relativamente no cuenta. Nonnummerantusestponderantes , dice un adagio latino. Dice: nohayquefiarseenelnúmero , sino en la calidad, en la esencia misma de quienes están integrando una agrupación.
Sí, podemos tener nosotros en las listas, en los registros de asistencia –quizá- muchos estudiantes. Pero eso de tener en los registros no significa nada si no va unida también la calidad de sus estudiantes. Y la calidad se VA ADQUIRIENDO, es cuestión de adquirirla a través de las prácticas de Auto-Realización. Especialmente las prácticas de concentración, las prácticas de meditación, los ejercicios de Hatha yoga, los ejercicios de respiración, etc., etc., así iremos creciendo y así daremos el fruto apetecido.
P. CÉSAR A. DÁVILA G.
“Benditoseasmilveces
Porquehasestablecidolamuerte:
Loquemuereeselcuerpofísico;
Esteespírituquemeanima, ÉstevivirájuntoaTi,enTi,
Enplenituddegraciaydeverdad, Parasiempre…”
P.CÉSARA.DÁVILAG.
Entre Dios, Espíritu Supremo, y el hombre en el cual está como en prisión nuestro espíritu, existe una comunión plena como aquella que se establece entre el amante y el ser amado. Esta unión o matrimonio espiritual está oculto para el hombre mundano. En el momento de la Muerte, si el hombre está preparado, se rompen las ataduras mundanas que impedían esta unión, y la unión de ese matrimonio es eterna. La Muerte es el paso necesario para esto.
La existencia humana se asemeja a una línea transversal, que comienza en las lejanías del Infinito y se hunde en aquellas mismas lejanías. En el ser humano, la primera parte de esa línea descansa en el Infinito; la del otro lado, es cambio y movimiento. Por la primera está unido a Dios, por el amor; por la segunda está anclado en el tiempo y en el espacio, permanece obstinadamente en la obscuridad, no reconoce a su amante y sólo conoce el mundo disociado de él, oscila en medio de la duda, oscila en medio de la duda y llora entre dolores y humillaciones. Pasa de esfuerzo en esfuerzo, de dificultad en dificultad, de temor en temor y así le sorprende la Muerte. De cuando en cuando en medio de las oleadas turbulentas de incertidumbre, de angustia, de dolor, levanta el grito: “¡Barquero,llévameentubarcoalaotraorilla!”. ¿Por qué este grito? Porque no ha alcanzado la meta y no ha llegado a su fin.
¿En dónde está la causa de todo esto? En el distanciamiento, entre el amante y el amado. ¡Cuando el espíritu se da cuenta de la necesidad absoluta que tiene de su Fin-Dios; cuando puede decir: TúhabitasenmíyyoenTi,sinTinadasoy ; se soluciona el gran problema! P. CÉSAR
Muchas veces nosotros en el trabajo diario, en esa ocupación ordinaria y ni siquiera ocupación –hermanos, escuchadme bien- ocupación en la cual nosotros estamos dedicando ese momento, por ejemplo, a la meditación, a una obra buena, a una obra de misericordia, etc., sino a cualquier obra diaria, a cualquier obra diaria, sí. Puede ser la obra más simple, más elemental, recordad estos hechos solamente de un hermano que fue apellidado, es apellidado como el Santo de la escoba: SAN MARTÍN DE PORRES, que, con la escoba en mano, barriendo los corredores, barriendo las celdas, barriendo el comedor, barriendo allá, entonces hace una obra agradable a Dios. Recordad también la conducta de tantos otros santos, que, en el oficio diario de su vida, llegan a ésta perfección a la cual nos invita el Señor.
Y miren, y esto que os acabo de decir, esto nos dice que lo hagamos nuestro Bendito Señor y en una oración que nos enseña, en el Padre Nuestro, cuando dice esto, que recemos al Padre en esa plegaria “Señor,hágaseTuvoluntad”hermanos queridos. Entonces, nosotros si hacemos la Voluntad de Dios en las cosas más insignificantes, no necesitamos nada más hermanos, no necesitamos nada más. Y que mejor, si, por ejemplo, nuestro Bendito Señor nos pide que vayamos, hablemos de Él, tengamos una misión encaminada a Su servicio, ¡qué mejor!
P. CÉSAR A. DÁVILA G.
Es el 21 de noviembre de 1976,díadelafiestadelaVirgencitadeElQuinche. ¡CuántasveceshevenidoaesteSantuario! ¡Paramí,comolossantuariosdondese veneraalaMadre de Dios, esun lugar tan querido! Cuántas bendiciones he recibidodelaMadreenesteSantuario. ¡Siemprequelohevisitadohevuelto,lleno, muyllenodeaquelloquenoesposibleexpresarconpalabras! ¡Mehesentidotan feliz,tanfeliz,enotroplano,enotradimensión,enotromundomuydistintode éste,deincomprensión,demiseria,decontradicción!
Son las 4 y 30 de la mañana aproximadamente. Afuera hay mucho ruido. Muchísimo. Peroenmísehaceunsilenciomuygrande. Estoymuycontento. Es tanprofundoestesilencio. Meencuentrotanlejos,tanlejosquemeesmuydifícil regresarpronto.Presientoquealgohermosovaapasar,algoquemevaadar infinitaalegría.Enefecto,conlapreparacióndeeseprofundosilencioydeesa alegríainefablequesiento,sucedealgoquemecausainfinitogozo:Miencuentro conPablitoyMaríaEugenia.Estamosenunlugarmuybello,llenodeluz,degozo,dearmonía,depaz.MaríaEugeniaestásentada. Pablitodetrásaciertaaltura,tambiénsentado.
Elgozodelencuentroesdemasiadogrande. ¡Hemosanheladotanto,tanto,esteencuentro! Nohaypalabras. Haysolo,comoen otrasocasiones,intercambiodevibraciones. Peroestavez,aestesilencioseacompañalapresenciafísica. Somostanfelices. Elloscomoyo,anhelamostantoesteencuentro.Seencuentranmuybien,muybien. Siempreestánjuntos. Ellossonmuyfelices. Nohaypalabrasparaexpresarlo. Quierenquesedigaesto,quetodossepanesto,quenohayalamenordudadeesto,susformas soncomolasqueconocimos.Perotransformadas,perfeccionadas,hermosísimas.Hechasdeluz,deunaluzsuficientementedensa parapercibirperfectamentesusformasfísicasyperfectamentesutilparanoperdersudelicadezadeluz.Quierenquetodosiga adelante,quetodosigabien,contodadedicación,contodoesfuerzo. Lafidelidadalsenderoeslomásimportante.
Comprendo que estavisitade contacto es un regalo de la Virgencita de El Quinche en su día. Gracias Madrecita. Gracias. ¡Bendícelesunavezmásaellosyaquienesenesteplanoguardanparaelloslomejordesuamor!
Jesús habló muchas veces de un REINO. Muchas de sus hermosísimas parábolas de sabor oriental se relacionan con este Reino. El mismo se presentó a los hombres como REY DE ESTE REINO.
En hora trágica, cuando la perfidia humana luchaba a muerte con la divina mansedumbre, cuando Pilato, representante del poder efímero de los emperadores de Roma, pregunto de manera solemne al Cristo, convertido en criminal por delitos que jamás cometió, si era Rey: sin vacilar dio esta respuesta: “Losoy.Paraestonací.Paraestovinealmundo,paradar testimoniodelaverdad”(Jn. 18,37). Aclaró sin embargo la naturaleza de su Reino diciendo: “Mi Reinonoesdeestemundo:SideestemundofuesemiReino,entoncespelearíanmissiervos paraqueyonofueseentregadoalosjudíos:AhoraemperomiReinonoesdeaquí“(Jn. 18,36).
Otro día los fariseos, le preguntaron cuándo habría de venir el Reino de Dios. Él les contestó: “ElReinodeDiosnovienecon manifestaciónexterior”(Lc- 17,20). “Nidirán:¡Heloaquíoheloallí!PorqueelReinodeDiosestádentrodevosotros”(Lc. 17,20).
Hay un Reino oculto que quizá tú, aún no lo has descubierto, talvez ni has sospechado que exista. Este Reino es el tesoro escondido. No lo has descubierto porque tu conciencia, tu mente, tu espíritu, tus actividades, tus sentidos están dirigidos solamente hacia afuera, a este mundo físico. Este mundo que ves, que tocas, que mides, que sientes, en que gastas tus energías y que es objeto de tus afanes, no es el mundo verdadero, no es el mundo para el cual fuiste hecho por el Creador.
El verdadero Reino según la enseñanza de nuestro Maestro Jesús: No viene con manifestación exterior. No hay en él ni oro, ni plata, ni billetes de banco, ni casad de cambio, ni palacios, ni automóviles lujosos, ni siquiera catedrales de mármol, ni torres que desafían las alturas… El Reino verdadero no tiene nada de esto, ni nada que se parezca… No está afuera. Está dentro. Dentro de ti, dentro de mí, dentro de todos los hombres, nuestros hermanos.
Se entra en los dominios de este Reino con una luz que ilumina más que toda luz: LA FE. Se lo siente con la conciencia, se lo percibe con la mente, se lo saborea con el corazón, se lo goza con el espíritu.
Si hasta ahora no has encontrado este Reino, tata de buscarlo. Afánate en descubrirlo. Cuando lo hayas encontrado, nunca podrás abandonarlo. Si tienes a Dios, tendrás también todo lo demás que sólo es un complemento: Dinero, placeres, felicidad, paz. El Reino de Dios es Reino verdadero.
NOTA: Tomado de nuestro archivo, carta dirigida al Excmo. Mons. José Antonio González Z., Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.Quito,19defebrerode1988.
Excelentísimo Monseñor:
Vuelvo a molestar su atención con esta carta, para expresarle una vez más, en mi propio nombre y en el de la Asociación que dirijo, mi sincera adhesión y respeto al Pastor de esta Arquidiócesis y Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, implorando a nuestro Bendito Señor muchas bendiciones para que su acción pastoral se inspire en todo momento, en el querer y actuar del Pastor de pastores.
La Iglesia ecuatoriana por sus dirigentes y por quienes somos Iglesia, en estos momentos se encuentra profundamente preocupada por el desarrollo de los acontecimientos políticos que todos conocemos: son tan serios, revisten tanta gravedad que, humanamente hablando no se vislumbra siquiera una solución aceptable. Los cálculos políticos, los recursos meramente humanos, las directivas, los acuerdos los pactos, las componendas entre los que directamente están llamados a intervenir en la Política del Estado, en fin, cualquier otro recurso humano, no son nada confiables, por ineficaces y falibles, dado el momento histórico crucial que atravesamos. Por otra parte, la H. Conferencia Episcopal va a reunirse para conjurar la actual coyuntura de la que depende el futuro del Ecuador.
Hay algo que no falla jamás: DIOS. Hay una ley rectora ley infalible, ley sobre toda ley, a la cual nuestro Bendito Señor no puso ninguna limitación: es la ley de la eficacia de la oración. Nuestro Ecuador, entre todos los pueblos de la tierra, tiene a su haber un título para que se cumpla esta ley y reciba el auxilio que ha menester: su consagración oficial al Corazón Divino de Cristo.
En segundo lugar, contamos con la ayuda incondicional de la “Omnipotenciasuplicante”, la bendita Madre de Dios en su triple advocación del Quinche, de la Dolorosa del Colegio, del Cisne.
En tercer lugar, tenemos a Santa Mariana de Jesús, a nuestro santo Hermano Miguel, a la beata Sor Mercedes Molina, hermanos nuestros que están haciendo por nosotros, guardia de oración permanente a nuestro Dios Bendito.
Por último, hay muchas personas anónimas que, en la privacidad, en el ocultamiento, en el silencio, en la soledad, oran a nuestro Bendito Señor por esta querida patria.
Mi pedido especial y el de todos los Centros de nuestra Asociación de oración contemplativa de dentro y fuera del país a usted Monseñor, como Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y por su intermedio a la misma, es que se emprenda en una CRUZADADEORACIÓNPORLAPATRIA.Las razones expuestas me eximen de cualquier otro razonamiento.
Por nuestra parte, tenga la seguridad que -como hicimos en la tremenda sequía que acabamos de pasar- ya ha comenzado esta cruzada de oración contemplativa y continuará hasta el fin.
Por pura y exclusiva bondad de Él, de ese Dios Bendito, hemos aprendido en la escuela de oración contemplativa, a sentirle y a vivirle como una REALIDAD EXISTENCIAL nuestra y tenemos la seguridad de ser escuchados.
Disponga una vez más de su afectísimo cohermano en el sacerdocio de Cristo Nuestro Señor.
Dr. CÉSAR A. DÁVILA G. Director de la Asociación E. de Auto-Realización