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Mantras de la Mística Judeo-Cristiana
Ing. Com. Ángel A. Ledesma Ginatta
El Mantra en la tradición oriental es una palabra o frase que repetida incesante y continuamente en la meditación, procura la sintonía del meditador con Dios. En la tradición cristiana equivaldría a una Jaculatoria.
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Mantra etimológicamente viene de dos palabras del Sánscrito: “Man” que significa mente. “Tra” aquello que guía. El Mantra sería entonces aquello que guía a la mente hacia un objeto, meta, fin, o finalidad.
El Señor pronunció una máxima: “Mis palabras son Espíritu y Vida” (Juan 6, 63). Para los cristianos, tanto el Antiguo y el Nuevo Testamento, están inspirados por el Espíritu Santo en todos sus libros, y en todas sus partes.
Eso significa que dentro del ropaje de cada palabra de nuestra Biblia, está presente el Espíritu de Dios, “Ruah ha Kadosh”, El Espíritu Santo.
Si utilizamos palabras y frases tomadas de la Biblia para invocar a Dios en la meditación u oración contemplativa, es para percibir la vida que el Espíritu de Dios, ha impregnado en estas palabras, para que nos lleven a la sintonía con Él.
Voy a mencionar algunas palabras y frases que podemos usar como mantras o jaculatorias, tomadas de la biblia.
En el libro El Dios Vivencial escrito por el Padre Dr. César A. Dávila Gavilanes en el capítulo XIV YHVY “Yo Soy el que Soy” nos introduce a los setenta y dos nombres de Dios que se encuentran en el Antiguo testamento, y en la tradición judía. También nos explica el significado del Sagrado Tetragrámaton, que está compuesto por las cuatro palabras del nombre de Dios, revelado a Moisés en la zarza ardiente: Yod He Vah He. Que algunos traducen como Yahvé o Jehová.
En la mística hebrea nunca se utiliza el nombre explícito de Dios, YHVH, porque solamente lo pronunciaba el sumo sacerdote una vez al año cuando ingresaba al Sancta Sanctorum, el día del Yom Kippur. Desde la destrucción del templo construido por Herodes el grande en marzo del año 70 d.C., se dejó de pronunciar explícitamente este nombre, y los rabinos y el pueblo judío cuando se refieren a Dios usan distintas denominaciones como: Adonai, Eloheinu, Ha Shem y otros.
Los maestros de la Cábala Mística hebrea hacen Kavanot utilizando los setenta y dos nombres de Dios. Esta palabra significa: “Intención” o “Sentimiento sincero” o “Dirección del corazón”.
Otro de sus mantras es: “Ain Soph Aur “. Esta es “La luz Increada”, de donde emanan los diez sefirot de “Otz Haim”, el Árbol de la Vida. En este se encuentran cuatro planos de creación:
Atzilut: El mundo de las emanaciones o causas. Corresponde al plano causal. Se encuentran los sefirot: Kether; Hokmah y Binah.
Briah o Beriyah: El mundo de la creación. Equivalente al plano mental. Se encuentran los sefirot: Chesed o Hesed; Geburah y Tipheret.
Yetzirah: El mundo de la formación. Es similar al plano astral. Se encuentran los sefirot: Netzach; Hod y Yesod.
Assiyah: Mundo de la acción, se plasma el plano denso o concreto conocido como mundo físico. Se encuentra el sefirat Malkut, “El Reino”.
En estas diez esferas, y cuatro mundos u Olamim, del Árbol de la Vida, hay 22 senderos de sabiduría, que permiten conocer, como Dios creó el mundo de la nada, formó al hombre de barro y arcilla, e insufló aliento de Vida para que sea un ser viviente.
Vamos a presentar algunos mantras o jaculatorias tomados del Nuevo Testamento.
Abba significa: Papá, papito, o papi. Es el nombre con el cual Cristo, invocaba a Dios Padre. Es una invocación hecha a un Padre, que denota confianza, intimidad y amor incondicional.
“Yo y mi Padre somos uno” (Juan 10, 30). “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; Yo estoy en el Padre y el Padre en mí.” (Juan 14, 9-10). Estas frases del evangelio sirven para que Jesús nos lleve al Padre.
El que quiere unirse a Jesús, puede utilizar su santo Nombre, que provine del hebreo Yeshúa que significa: YHVH es Salvación. Su nombre denotó siempre su misión: Salvar a la humanidad y reconciliar al hombre caído con Dios.
Amén. Es la contracción de dos palabras hebreas: Aleph y Mein. Hay dos versículos, uno en el Antiguo y otro en el Nuevo, en el que se usa esta palabra como nombre propio de Dios.
“Aquel que es bendito sobre la tierra, será bendito en el Dios Amén. Y el que jura en la tierra, jurará en el Dios Amén.” (Isaías 65, 16).
“Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios. ”(Apocalipsis 3, 14)
Con estos tres nombres de la Sagrada y Augusta Trinidad, tomados de la Biblia podemos hacer una meditación trinitaria.
El fundamento de la meditación lo encontramos en el Sermón del Monte, verdadera Carta Magna de la Humanidad. “Mas tú cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará. ”(Mateo 6, 6)
Adicional a salvarnos el deseo de Jesús expresado en la Oración por la Unidad, pronunciada antes de instituir la Última Cena, es que el género humano experimente la Unidad que Jesús vive con el Padre. “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno; como tú, Oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros: para que el mundo crea que tú me enviaste.” Juan 17, 20-21
En el libro El Lago Sagrado escrito de mayo a junio 1978 por el Padre Dávila en el lago de Galilea, Tiberíades, Mar de Genesaret, o en hebreo Kineret que significa arpa, se comentan todos los milagros que hizo Jesús en Galilea durante los tres años de vida pública.
Vamos a mencionar algunas frases o palabras que se pueden usar como Mantras.
Cuando queramos orar profundamente e interiorizarnos, podemos utilizar: “Boga mar adentro” o en latín “Duc in Altum”. (Lucas V, 4)
Si nos sentimos impuros como la hemorroisa, y estamos convencidos que acercándonos a Jesús nos sanaremos. “Si tocare solamente la orla de su manto seré sana”. (Marcos V, 28)
Al leproso que se le acercó al Señor, diciendo, “Tame, Tame”, “Impuro, Impuro”, podemos usar la expresión de Jesús: “Quiero. Sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él”. (Lucas V, 13)
Si nos sentimos como muertos en vida, sin anhelos, ilusiones y esperanza, estamos caídos y no podemos levantarnos. Repitamos: “Thalita Kumi”, el sagrado mantra que pronunció el Señor para que la niña muerta vuelva a la vida. “A ti te lo mando, levántate”. (Marcos V, 41)
Si estamos sin rumbo en la vida, y oímos su voz que dice: “Sígueme”, tenemos que hacer como Mateo el Publicano que oyó este llamado “Sígueme”, y “Al instante, el publicano se levantó y dejándolo todo le siguió.” (Mateo IX, 9)
Si estamos como sordos espirituales, que oímos pero no escuchamos, y hablamos cosas banales y no los asuntos que nos llevan a Dios, entonces debemos pronunciar en nuestra meditación: “Effetá”, “Ábrete” (Marcos 7, 34-37) fue la palabra que usó Cristo para cuando le abrió el oído al sordo de nacimiento, y le destrabó la lengua.
Si queremos que venga pronto el Señor a nuestra vida, debemos repetir “Maranatha” que viene de una expresión aramea: “Maran Atha”, que significa: “Ven Señor” o “El Señor viene”. La encontramos al final de la primera carta a los Corintios, capítulo 16, versículo 22.
CONCLUSIONES
1.- El judaísmo es la tradición religiosa monoteísta más antigua de la tierra que subsiste organizadamente, tiene 5782 años. Es la cuna de las tres grandes religiones más grandes del mundo: Judaísmo, Cristianismo e Islamismo.
2.- El Antiguo Testamento es la revelación progresiva de Dios, que se tuvo su culmen en el Mesías, Jesucristo y en la revelación del Nuevo Testamento. 3.- Antes de la revelación mosaica, el pueblo de Israel conocía a Dios como el Dios de Abraham, Isaac y Jacob.
4.- En el evento de la zarza ardiente, Dios revela su nombre propio a Moisés: Yod He Vav He que se escribe como Yahvé, significa “ Yo Soy el que Soy”. Denota el Ser cuya mente y conciencia vive en un eterno presente. No hay pasado ni futuro, solo presente. También no está limitado por las variables espaciales, lo que explica su Omnipresencia.
5.- La religión judía solo pronunciaba este nombre en el día del YOM KIPUR o día del gran perdón o expiación de los pecados personales y sociales de Israel, en la que el sumo sacerdote entraba al Sancta Sanctorum del templo. Desde la destrucción del templo en el siglo I después de Cristo, se ha perdido la pronunciación explícita de este nombre.
6.- La tradición religiosa de Israel tiene distintas oraciones vocales que se utilizan durante sus fiestas religiosas a lo largo del año y también durante el día.
7.- La meditación judía utiliza los 72 nombres de Dios.
8.- La santificación del nombre de Dios es uno de los mitzvot o mandamientos fundamentales del judaísmo contenido en el libro de Levítico: “Ser santos como Yo Soy Santo”.
9.- El Señor Jesucristo habiendo nacido judío, incluye este mitzvot o mandamiento en el Padre Nuestro, y reza así: “Santificado sea tu nombre”.
10.- Todos los nombres de Dios tienen significado, el objeto de repetirlos es realizar el aspecto de Dios contenido en dicho nombre.
11.- Todo mantram o jaculatoria tienen el poder de llevarnos a Dios porque fue revelado por Él.
12.- El Espíritu de Dios está presente en cada palabra que nosotros llamamos mantram, y este Espíritu está revestido de palabra. El Señor dijo: Mis palabras son Espíritu y Vida (Jn 6, 13). 13.- La tradición Judeo-Cristiana nos enseña como Dios creo al mundo y está presente activo y actuante en él llevándolo de retorno al Padre.
14.- La meditación Judeo-Cristiana ofrece las palabras pronunciadas por Yahvé Dios y por Jesucristo como medio para que los creyentes nos sintonicemos con Dios a través de éstas.
15.- El meditador da respuesta a través de la meditación a la invitación a orar que realiza el Espíritu Santo conocido como Ruah Ha Kadosh y que recibimos mediante su gracia.
16.- La realización espiritual es una tarea que todo ser humano debe acometer, según San Agustín: “El Dios que te hizo sin ti, no te salvará sin ti”.
17.- La finalidad de este artículo es presentar como la tradición religiosa dentro de la cual hemos nacido, tiene un camino de meditación usando las palabras o mantrams revelados en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento por nuestro Señor Jesucristo que con el poder del Espíritu Santo y su Gracia nos sintonizan con Cristo Jesús, y por medio de Él nos llevan al Padre.