FLORES PARA EL PRÍNCIPE LA DIPLOMACÍA CULTURAL DE LORENZO DE MÉDICI 1480–1492 Ingrid Hali Tokun Haga Alvarez
Man is mortal. This is his fate. Man pretends not to be mortal. That is his sin. Man is a creature of time and place, whose perspectives and insights are invariably conditioned by his immediate circumstances.1 Reinhold Niebuhr A finales del siglo XV, la estabilidad del gobierno de Lorenzo de Medici era precaria. Por un lado, dependía del equilibrio de poder entre los principales estados italianos — Florencia, Venecia, Nápoles, Milán y los Estados Pontificios—;2 por otro lado, debido a que Florencia continuaba siendo formalmente una república, su autoridad carecía de todo sustento legal. El poder de los Medici se cimentaba en su capacidad para manipular
1
p.84.
Reinhold Niebuhr, Reinhold Niebuhr: Theologian of Public Life, Minneapolis, Fortress, 1991,
2 Riccardo Fubini, «The Italian League and the Policy of the Balance of Power at the Accession of Lorenzo de’ Medici», The Journal of Modern History, 67 (1995), pp. S166-S199.