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HABLAR DE LA INDIA: OBSESIONES Y RETRATOS DE UN MUNDO ACOSADO POR TÁBANOS

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MARGO GLANTZ, CORONADA DE MOSCAS, SEXTO PISO, MÉXICO, 2012.

Mitzi Julio Arguijo

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eL trabaJo de Margo gLantz, reconocida autora mexicana, se caracteriza por estar impregnado de un tono autofccional que da cabida a diversas tipologías textuales: van desde los testimonios que pasan por las memorias hasta llegar a las confesiones. Coronada de moscas, trabajo publicado en 2012 por la editorial Sexto Piso, es un relato de viajes que enlaza el carácter testimonial con la dimensión literaria. En él, construye la imagen que anuncia el poema insertado a manera de epígrafe: Ternera acosada por tábanos de la poeta peruana Blanca Varela. Éste preside el texto de Glantz e impregna, de manera impetuosa, la sensación que atraviesa el relato: ser incapaz de comprender con exactitud lo que se mira. El poema describe una fgura, tal vez humana o tal vez animal, obnubilada por el halo de moscas que la rodea.

Glantz, en su calidad de narradora, recurre la mencionada imagen para poder relatar sus tres viajes a la India y así, Coronada de moscas se convierte en el texto en donde la pasión por el viaje se combina con esa imperante necesidad de hablar respecto a la India. Para ello, recurre a la tradición literaria occidental al mencionar a Octavio Paz, a E.M. Forster ––el escritor de origen trinitense-hindú––, a V.S. Naipaul y a casi todos aquellos autores cuya obra refrió al subcontinente alguna vez. Esta cualidad enciclopédica forma parte del estilo de la autora y permite la transición ineludible entre la narración fccional y la descripción objetiva; Coronada de moscas posee una estructura de relato desde una perspectiva factual.

Los tres viajes realizados por Glantz, en diferentes periodos de tiempo, son el hilo conductor del relato debido a que se puntualizan ciudades, regiones, monumentos, templos y lugares de interés específcos en la India. Sin embargo, esto no convierte al texto en un libro de viaje documental pues, dentro de la descripción, se insertan recuerdos y se narran experiencias que aluden a otras latitudes. Espacios, tiempos y realidades diversas convergen para conformar una especie de fcción realista que linda con la crónica literaria y el diario de viajes.

Las anécdotas se detallan de forma fragmentada en un inicio, la voz de la narradora advierte su obsesión y necesidad por contarnos su experiencia. Casi de manera automática, recurre a un dato cultural respecto de la religión brahmánica para después retomar su testimonio: “En el lapso de cinco años transcurrido entre mis tres viajes a ese país, aún lo aparentemente banal se ve distinto a simple vista”. Las intervenciones descriptivas parecen ser caóticas, pero, de manera intermitente, se van planteando imágenes que van desde la Ciudad de México y Nueva Delhi hasta París, Rajastán, Londres y Bombay.

A pesar de tener una estructura poco convencional, que más bien remite a escenas o episodios fragmentados de anécdotas y experiencias vividas, hay elementos que proporcionan continuidad a la obra, además de temáticas que amplían su sentido y le otorgan cualidad eminentemente poética. Una de las temáticas más importantes es el viaje en esencia comprendido por Glantz como un transitar constante entre la multiplicidad de matices que ofrece la vida, como una travesía de la memoria. A partir de éste, se cuenta la historia y se organiza el anecdotario que confgurará los pensamientos e ideas que permiten un recorrido simbólico a través de la vastedad cultural que supone la India y su vínculo con occidente. Esto, a su vez, permite que el trayecto mismo cobre sentido; es decir, las muchas historias que se cuentan, la infnidad de datos y referencias culturales (aparentemente colocadas al azar) dan forma a una idea del acontecimiento. Glantz refere a una narración de la experiencia en el sentido más profundo, que alude Marcel Proust, como un aprendizaje constante y una renovación necesaria. En este sentido, lo vivencial se entiende como algo que involucra una refexión de lo acontecido y una transferencia de la conclusión particular a algo más general. En el caso especial de Coronada de moscas, el viaje a India y la posibilidad de refexionar alrededor de éste a través del ejercicio de memoria, permite discernir una posición respecto a temas universales. Tales como la importancia de las prácticas religiosas, la diversidad cultural, el lugar en el que se habita y los vínculos ideológicos que existen en el mundo, son exponentes en el texto de Glantz.

La India, como bien podemos deducir, es el tema central del texto y la manera de abordarlo es la más propicia. En pimer lugar, para ejemplifcar mi punto, la narradora se pregunta por qué hablar de la India: “Sin pensarlo dos veces, de manera automática, vuelvo a las vacas, las de siempre, las que, como es sabido, abundan en el subcontinente asiático”. En este caso, la imagen de las vacas es perfecta para describir la complejidad de este país y Glantz sabe retomarla con maestría. En otras palabras, para la autora aquellos animales que deambulan por ciudades y pueblos impasibles al ritmo acelerado de la vida y que al tiempo forman parte de la dinámica social, son ejemplo claro de la particularidad del lugar.

Así, las posibilidades de interpretación se vuelven el pilar de la experiencia del viaje, es decir, observar de cerca las prácticas religiosas, por ejemplo, no supone lo mismo que poseer la información concreta de los aspectos que la diferencian. Este es un argumento que Margo Glantz apuntala como esencia de su trabajo: los datos precisos no se desdeñan, las citas textuales y las referencias de toda índole no están peleadas con la subjetividad de una mirada. Por ello, el relato de la autora aborda y abunda en acercamientos de toda índole: las identidades y posturas ideológicas, defensores de la doctrina maoísta y de múltiples partidos políticos que conviven en el mismo espacio, por nombrar algunos.1

Finalmente, como le es inherente, Margo Glantz no se limita a la fascinación positiva, sino que también alude a cosas que la perturban. Algunos de sus motivos son recurrentes a lo largo de la obra, éstos le sirven para explicar y comprender el abanico de imágenes que se despliega ante sus ojos. Así, por ejemplo, el polvo, la suciedad, el tiempo, los olores, las especias, los colores, la literatura y las vacas confguran la imagen total de su relato. Desconocer qué es lo que mira y no desistir de mirarlo por esta simple condición es el conficto principal de este trabajo que explora, a través de una mirada caleidoscópica, el transcurrir de la vida en India.

1 Otro elemento que fascina del texto de Glantz es su genuino interés por los ritos y costumbres asociadas a la religión, la superstición y el pensamiento mítico reproducido en expresiones artísticas; la enorme diversidad gastronómica enriquecida por siglos de intercambios y sinergias con distintas culturas; así como las formas fascinantes en las que se manifesta la cultura popular, la manera de vestir, la música, la danza, el cine y el performance.

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