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AL PLANETA

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MARIA GISELA TARAZONA

Constantemente escuchamos sobre los beneficios que la tecnología renovable tendrá en el planeta, pero a menudo se pasa por alto los medios para obtener los materiales que necesitamos para construir este futuro.

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Por lo general, cuando pensamos en la extracción, nos vienen a la mente los combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo, pero la minería del litio tiene impactos adversos propio que se acentuará a medida que aumente la demanda de oferta.

La eliminación de estas materias primas puede provocar la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad y la escasez de agua. En ese último punto, se necesitan aproximadamente 2.2 millones de litros de agua para producir solo una tonelada de litio a través de estanques de evaporación, y la escasez de agua resultante está causando conflictos en las comunidades aledañas. Vamos hacia un mundo con cada vez mayor escasez de recursos naturales, si además desperdiciamos aquellos que nos son útiles, llegará el punto en que no dispongamos de los mismos.

¿Qué pasa con el reciclaje?

A pesar de los recientes esfuerzos, siguen existiendo algunas barreras importantes para el reciclaje sustentable de baterías. Parte de lo que hace que estas baterías sean difíciles de reciclar son las variaciones entre sus diferentes tipos.

Las baterías para diferentes dispositivos requieren diferentes diseños y materiales. Esto significa que no todas las baterías de iones de litio pueden tratarse de la misma manera. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a las baterías de los vehículos eléctricos.

Cada fabricante de automóviles eléctricos tiene una batería diferente que puede requerir un proceso separado para desmontar y reciclar. Lo que agrava el problema es el hecho de que los fabricantes de vehículos eléctricos no están obligados a proporcionar ninguna información sobre los materiales que contienen sus baterías.

Las baterías de vehículos eléctricos también pueden ser difíciles de desmontar. Dado que las baterías pueden ser inflamables si se dañan, las baterías de los automóviles eléctricos están diseñadas para resistir un accidente automovilístico. Pero estas baterías no están hechas para desmontarse, lo que significa que a menudo es necesario cortarlas para abrirlas. Si se hace mal, este proceso puede provocar un incendio, lo que lo hace potencialmente peligroso para la salud de los trabajadores.

Tanto el proceso de extracción como el reciclaje de estas baterías sigue generando problemas importantes.

El litio es un mineral escaso y además está presente en países donde hay una gran inestabilidad, lo que impide adoptar medidas de extracción que reduzcan la contaminación actual.

Además, el litio es muy contaminante, pero el reciclaje es poco efectivo. No sólo el proceso no es ecológico, sino que la recuperación de su capacidad está entre un 50% y un 80%.

La búsqueda de alternativas para baterías menos contaminantes sigue siendo la máxima prioridad, para que los coches eléctricos se acerquen más a ese objetivo de cero contaminaciones.

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