Articulo las encantadas

Page 1

Los Primeros Enganches de mi Futuro Pescador PAG. 24 POR YAISA CORRALES

www.apescar.net

La Revista de Pesca Deportiva en México

Récord Histórico

Carlos Bortoni Nuevo campeón y poseedor del actual récord del Sábalo en el XIV Torneo Internacional de la Pesca del Sábalo del Club de Regatas Corona

PAG 8 ALVARO DEL GADILLO

Pescando con Ninfas PAG 14 PEDRO SORS

Circuito Baja California 2011 PAG 22 JUAN RAMON VARGAS

Pescando en la Región Totonaca REGISTRO POSTAL PUBLICACIONES PP 2B 0012 AUTORIZADO POR CORREO DE MEXICO

EDICION # 25

PAG 28 BERNARDINO MUÑOZ

Que se vale y que no de la Pesca en México

$50.00 MEX-$5 DLLS. WORLD

PAG 54

ENRIQUE CARAZA

La Mortandad Retardada de las Lobinas


DIRECTOR GENERAL PEDRO SORS GARCIA DIRECTOR EDITORIAL PEDRO SORS MUÑOZ DE ALBA GERENCIA DE MERCADOTECNIA ALAN EDUARDO SIFUENTES ATTA DISEÑO EDITORIAL RAYMUNDO MARTINEZ TORNEOS Y SISTEMAS FIDEL MALDONADO GUEVARA MIGUEL ANGEL OLVERA BRICEÑO ADMINISTRACION GENERAL BERTHA RODRIGUEZ FOTOGRAFIA GABINO GONZALEZ DOMINGO PEREZ REDACCION Y ORTOGRAFIA AURORA GARCIA LOPEZ PRODUCCION EDITORIAL DEPORTIVA MEXICANA S.A. DE C.V.

PUBLICIDAD VENTAS pedro@apescar.net alansifuentes@apescar.net Tel. 01 800 831 1918 01 833 228 18 65 www.apescar.net CARTAS AL EDITOR Y COMENTARIOS comentarios@apescar.net COLABORADORES ALVARO DELGADILLO JUAN RAMON VARGAS BERNARDINO MUÑOZ ANTONIO ROVIRA GERMAN TOLEDO ALBERTO TAPIA EDUARDO OLVERA ENRIQUE CARAZA CARLOS BORTONI JOSE MANUEL LOPEZ MARCO ZONI YAISA CORRALES MARCOS DAVISON

Articulos 8 14 22 32 38 44 50 56 62 66 70 74 76

Indice

Pescando con Ninfas Por: Alvaro Delgadillo Tercer Circuito Baja California Por: Pedro Sors Pescando en la Región Totonaca Por: Juan Ramón Vargas Pescando en el Río Paraná Por: Antonio Rovira Embarcaciones Por: German Toledo Las Encantadas Por: Alberto Tapia La Carnada Por: Eduardo Olvera Entrevista a Carlos Bortoni Las Capturas Excepcionales Suceden Por: José M. López Juan el Pescador Por: Juan Ramón Vargas Los Primeros Enganches de mi Futuro Pescador Por: Yaisa Corrales Torneo Infantil de Pesca Por: Marcos Davison Zacatecas Serial Regional de Pesca Dep. 2011 Por: SEC. TUR. Zacatecas

Secciones 4 5 20 28 53 54 60 64 80 82 84

Editorial Por: Pedro Sors Cartas al Editor IGFA: Posición de los Señuelos y Velocidad del Troleo Que se Vale y que No Por: Bernardino Muñoz Tips: Pesca de Lobina Del Escritorio del Currican Por: Enrique Caraza La Receta: Brocheta de Salmón y Camarones Del Tintero Marino Por. Marco Zoni Mandanos tu Foto Gadgets Reflexión Por: Pedro Sors

CON CAÑA Y CARRETE Revista mensual, Enero 2012 Editor Responsable: Lic. Pedro Alfredo Sors García. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2004-120613033900-102. Número de Certificado de Licitud de Titulo: 13038. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 10611. Número de Socio de la Delegación Tamaulipas Sur de la Cámara de Artes Gráficas: 080. Domicilio de la Publicación: Prolongación Faja de Oro 704 Colonia Universidad Pte. Tampico, Tamaulipas. Cp. 89336. Distribución a cargo de Servicio Postal Mexicano, Fco. I. Madero 309 Ote. 89000 Zona Centro, Tampico, Tamaulipass. Tiendas Soriana, también distribuida en locales cerrados y voceadores por distribuidora Televisa Intermex. En Tampico y zona conurbada por Editorial Deportiva Mexicana S.A. de C.V Distribuida en el sur de Texas por Comercializadora génesis S.A. de C.V. LAS OPINIONES EXPRESADAS EN LOS ARTICULOS DE ESTA PUBLICACION SON RESPONSABILIDAD DIRECTA DE LOS AUTORES, ASI COMO LA PUBLICIDAD DE LOS DIFERENTES ANUNCIANTES DE LA REVISTA.


Las Encantadas Texto y fotografía / Alberto Tapia Landeros / CICMuseo, UABC.

A

media costa del Golfo de California en mi estado natal Baja California, hay un archipiélago casi desconocido. Pocos lo nombran, pocos lo conocen. Para los viejos pescadores del siglo pasado, nombrar a Las Encantadas era nombrar el paraíso de la pesca, la casa de la tremenda totoaba. Y tenía ese encanto porque eran casi inaccesibles, por tierra y por mar. Apenas hoy se pavimenta el camino que nos lleva a ellas, al sur de Puertecitos, B.C.

Frente al huerfanito está un campamento de pescadores que recibe con gusto a los que casualmente acudimos a pescar de playa y embarcados. La ventaja es que el dueño del campo, el popular Tano, tiene un vehículo doble tracción muy oxidado con el que mete y saca del mar, botes de pescadores. Cuenta con baños y lugar para acampar. Eso resulta una verdadera ayuda en medio de la nada. Pero si eso es hoy, ¿cómo sería hace 471 y 264 años?

Algunos intrépidos llegaban en lancha por mar, otros, como mi padre, jalaban una panga ligera desde Mexicali, en jornadas de 10 horas entre crueles y afilados pedregales, hasta llegar enfrente de la primera de sus islas, El Huerfanito. Sus otras islas se llaman: El Muerto (Miramar), Lobos (Salvatierra), Encantada, Isla Poma y la mayor de todas, San Luis, frente a Punta Bufeo, al norte de la encantadora Bahía de San Luis Gonzaga, B.C. En los 30°07” de Latitud Norte, El Huerfanito es un islote casi blanco, debido al guano de las aves marinas. Y como está muy apartado del resto del archipiélago golfeño, su padrino le puso El Huerfanito, por estar solito. A menos de un kilómetro de la costa, el islote es muy visitado por pangas de pescadores con cimbras, redes y anzuelos. Su cercanía lo hace alcanzable hasta para pequeños botes inflables y kayaks a remo.

En los 30°07” de Latitud Norte, El Huerfanito es un islote casi blanco, debido al guano de las aves marinas. Baja California, México.

44

La primera expedición española por mar enviada por el conquistador Hernán Cortés, navegó la costa bajacaliforniana del Mar de Cortés en 1539, hace 471 años al momento de escribir esto, en noviembre de 2010. Fue la exploración de Francisco de Ulloa, que con tres naves salió del puerto de Santa Cruz (La Paz) en busca de un pasaje hacia la Mar del Sur (Océano Pacífico), porque todavía se creía que la California era una isla. Aunque la relación de Francisco Preciado, escribano de Ulloa, no da cuenta de haber sido sorprendidos por la abundancia de peces, el siguiente párrafo de su relación pone en evidencia ambas cosas: “Pescaban (los indígenas) con anzuelos de hueso. Les encontramos tal cantidad de peces, que les quitamos tres o cuatro docenas. En cuanto se vió en nuestras manos el indio prisionero, no hacía otra cosa sino llorar; pero el capitán lo llamó y lo acarició mucho (?) dándole algunas cuentas con un sombrero y algunos anzuelos de los nuestros y luego lo dejó irse”.


Es posible que esos anzuelos sean históricos, quizá los primeros hechos de metal, que los nativos bajacalifornianos tuvieron en sus manos, para compararlos con los suyos de hueso y espinas de biznaga. Me pregunto, ¿qué pasaría por la mente de los cochimíes al comparar ambos artefactos, producto de diferentes culturas pero para un mismo fin, pescar? La modernidad llegó temprano a estas aguas. El pasaje, además de dar cuenta de un indio chillón, es testimonio de la desnudez del californio. ¿Sería acaso por el calor?, En 1746, hace 264 años al momento de escribir esto, en noviembre de 2010, el padre Fernando Consag desembarcó en esta costa el día 2 de julio. Fue el primer “hombre blanco” o europeo que pisó esta playa (Ulloa no dice haber desembarcado frente a El Huerfanito). Pero no estaba sola, pues había muchos gentiles. De sus mujeres, Consag escribió en su diario: “Las mujeres se puede decir que absolutamente están desnudas, pues carecen de todo, aun de aquel insuficiente abrigo que usan las más australes, en defensa y velo de la honestidad. En este recodo termina la cordillera de islas que comprende esta ensenada” (Consag en Lazcano, 2001:179). Consag daba cuenta de su periplo de sur a norte. El Huerfanito sigue siendo la primera isla de norte a sur, de la llamada “cordillera” (marina) por Consag: Las Encantadas . Como vemos, el jesuita no se molestó en bautizar al islote huérfano, por lo que tendré que buscar otro padrino. Por el contrario, al llegar a la pequeña y hermosa bahía hoy de Puertecitos, el misionero lo bautizó como Santa Isabel, tres días después de haber estado en El Huerfanito. El topónimo de “Santa Isabel” no se perdió como muchos otros, fue heredado a una punta y a la sierra desértica que corre paralela a la costa 25 kilómetros tierra adentro.

noche llegaba una brisa fresca desde lo alto de Matomí, la punta sur de la Sierra de San Pedro Mártir. Según mi amiga, la arqueóloga Julia Bendímez Paterson, “matomí” es un vocablo cucapá y significa “donde llora la tierra”. ¿Qué andaban haciendo los cucapá tan al sur de su Gran Nación? Tengo la sospecha de que ellos viajaban hasta el desierto central, en territorio cochimí. En la colección arqueológica del Instituto Smithsoniano de los EE.UU., existe una muestra de anzuelos hechos de espina de biznaga recolectados de los cucapá a principios del siglo XX, por investigadores estadounidenses. Pero la biznaga que habita el territorio cucapá es la especie Ferocactus acanthodes, la cual tiene espinas rectas, no curvas como anzuelos. En cambio la biznaga de tierras cochimíes, 200 kilómetros al sur, reconocida por la Botánica como Ferocactus gracilis, sí tiene las espinas como anzuelos naturales bien formados.

Siempre que leo este derrotero de Consag realizado en 1746, me pregunto ¿porqué no daría cuenta de la riqueza pesquera de las aguas del golfo? Quizá no era para sorprenderse. Quizá no gustaban mucho del pescado. Pero en un lugar donde la carne roja es prácticamente inexistente, el pescado debería de haber sido importante. El fraile dejó asentado en su diario cómo los indígenas cazaban el berrendo en estos desiertos costeros. El testimonio de Preciado referente a que los indios traían mucho pescado y les quitó tres docenas nos dice tres cosas. Primero, que aún con anzuelos de hueso y sin red, los cochimíes podían capturar mucho pescado, de lo cual deduzco los había y en abundancia. Segundo, el haber regalado “anzuelos de los nuestros” confirma que los españoles pescaban para comer, aunque no lo refieren en sus diarios. Tercero, desde entonces estaba claro que el pescado es para el poderoso, no para el débil. De muchos es sabido, que el célebre capitán y oceanólogo fr ancés Jack Costeau, llamó al Golfo de California “El acuario del Mundo”, en referencia a su abundancia y diversidad de especies biológicas, entre ellas 890 especies de peces, con 77 casos de endemismos. Con estos antecedentes de abundancia Ictia veamos ahora cómo nos fue Con caña y carrete en dos días de “muestrear” peces en las mismas aguas que lo hicieron los personajes históricos citados. Estuvimos en El Huerfanito del 15 al 17 de septiembre de 2010, y todavía estaba muy caliente. Apenas a las diez de la www.apescar.net


Entonces el hecho de que en los 32°20” de latitud Norte, a la altura de Puertecitos precisamente haya un lugar con nombre en cucapá y que éstos pescaban con anzuelos hechos de espina de biznaga, cuyo hábitat queda cientos de kilómetros al sur de su tradicional e histórico territorio, me lleva al atrevimiento de insinuar que esta tribu del delta del Río Colorado, visitaba para recolectar espinas de biznaga gracilis o las intercambiaba con los cochimíes del centro peninsular ya desaparecidos. Entonces me pregunto: ¿Qué tan válidos son los mapas que hacemos hoy sobre los supuestos territorios indígenas? Pero nosotros, visitantes de estas aguas en pleno siglo XXI, usamos anzuelos metálicos de acero o acerados. Y para atrapar un pez con ellos en este archipiélago bajacaliforniano, es necesario cebarlos. Cebar significa cubrir la punta del anzuelo con una carnada o cebo, pero con la delicadeza de dejar la punta ligeramente afuera o a punto de aflorar de la carnada, para que en el menor intento por comerla un pez, podamos “sentir” su presencia y dar el jalón para ensartar el anzuelo en su cartílago bucal.

Después de reparar el motor fuera de borda de los hermanos Ortega, Marcos y Alberto, nos hicimos a la mar el primer día. Luego de horas de intentar, la ilusión del “bigfish” se disipó. Solamente mordieron el anzuelo cabrillas pintas y cochis, como llamamos al pez gatillo, Balistes polylepis, llamado así porque al alarmarse levanta sus filosas espinas de la aleta dorsal para evitar ser comido. Y la única forma de plegar la espina principal y poder asirlo es oprimiendo “el gatillo” que es la tercera espina. Una vez tocada, todas se pliegan dócilmente hacia atrás, quedando el pez inofensivo. No sé porqué en el Golfo de California le llaman “cochi”, quizá porque sus dos filetes laterales y triangulares son de carne blanca, exquisita en ceviche y empanizados. O porque comen de todo, como puercos en chiquero. A éstos les encantó el calamar, y a nosotros ellos.

Una vez “anzueleado” y gracias a dos cosas: al arpón del anzuelo que impide que el pez se suelte; y a mantener la línea tensa para evitar lo mismo, estaremos en condiciones de subir a bordo un reluciente, resbaloso y más tarde sabroso miembro del género Pisces. Llevamos de carnada calamar congelado. Pequeño entero y lonja del grande de Humbolt. Tradicionalmente atamos dos anzuelos, uno arriba del otro pendiendo de la línea principal. Algunos ventajosos atan hasta cuatro. Dos son suficientes sobre todo cuando se pesca a profundidad: si se comen una carnada, hay otra disponible sin tener que subir a veces cientos de metros el arreo, para cebar de nuevo. El arreo también es útil para probar dos carnadas distintas y averiguar la preferida por los peces en ese espacio y tiempo. Pero en estas aguas ese no era el caso. Cuando mucho había 20 metros de profundidad y los peces eran de menores a medianos.

Una cabrilla pinta atacó mi curricán

Un cochi o pez gatillo

46

La otra especie que pescamos fue la cabrilla pinta. Un pez de silueta y apariencia similar a la lobina de agua dulce, pero que a la vez tiene rayas y puntos en su piel. La Taxonomía la bautizó como Paralabrax maculatofasciatus, donde su apellido significa “con manchas en la cara”, supuestamente porque eso la distingue de otras cabrillas. En inglés la llaman unos “sand bass”, otros “rock bass”, es decir, lobina de arena o de roca. En mi libro Pandión, El arte de pescar, propongo llamarla cabrilla “pintarayada”, atendiendo a la característica de sus manchas. Pero nadie me ha hecho caso y la especie sigue teniendo a veces, hasta más de cuatro nombres.


Alrededor de la Isla de El Muerto, llamada así porque desde la playa su silueta asemeja la de un hombre tendido con las manos en el vientre, intenté buscar alguna curvina. Para ello até un curricán de cuchara niquelada, pero con aspas giratorias enfrente y cola de filamentos de plástico atrás. Ninguna curvina la atacó, a pesar de estar en pleno hábitat curvinero, pero quizá el calor aún no desencadenaba su dinámica alimenticia. Mis lances no fueron en vano pues varias cabrillas menores mordieron mi curricán. Aunque sólo conservé una de ellas y las demás las regresé vivas al mar con la súplica de que crecieran un poco más para el año próximo.

El tano, anfitrión en en el huerfanito bien nacido, una noche cenamos exquisito caldo de cabrilla. Para ello, el “limpiador” oficial sólo descamó y evisceró las cabrillas dejando cabeza y cola.

Isla el muerto vista desde la playa El 17 de septiembre de 2010 amaneció con estruendo de explosiones y caliente. Los constructores de la nueva carretera San Felipe-Laguna Chapala dinamitaban piedra para abrirse camino. Una vez terminada esta vía muchos pescadores llegarán a estas otrora aisladas y limpias playas, para contribuir con su basura a degradar el ecosistema marino más rico del Pacífico, según Costeau. Pero la verdad es otra en esta primera década del siglo XXI. Ese segundo día sacamos los mismo: cabrillas y cochis, aunque de mayor tamaño. Deducimos: “La curvina todavía no iniciaba su corrida anual a la desembocadura del Río Colorado para desovar”. Pero estas aguas también es hábitat de la fabulosa totoaba, el gigante del alto golfo que llegaba a medir más de dos metros y pesar más de 135 kilogramos. El acuerdo entre nosotros es que si incidentalmente pescamos a una de ellas, inmediatamente la regresamos viva al mar. El simple hecho de tenerla en el bote constituye un delito federal ambiental. Pero no apareció ninguna a pesar de navegar sus aguas. Más tarde en el campamento de El Tano, un pescador narró su odisea cuando fue sorprendido con totoabas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, PROFEPA, y fue encarcelado. Tardó meses en recuperar su libertad pero el juicio sigue. Estoy seguro que al final, el Juez si se apega a Derecho, obsequiará la orden de aprensión y la pena de prisión que puede ir de 3 a 9 años. Si esas totoabas fueron capturadas en aguas de un área natural protegida, la pena puede elevarse a tres años más de prisión. Así de serio es poseer una totoaba o su despojo. El intenso y sofocante calor húmedo nos hizo regresar rápido a la sombra de la ramada de El Tano y recuperarnos con cervezas heladas. Como es tradición en todo pescador

Con los cochis fué distinto. Desprendió sólo los dos filetes triangulares laterales y los pasamos por harina condimentada. Luego a la disca, para salir dorados y sabrosos. La disca es una bandeja, un wook, hecho originalmente con una disca de arar, hoy en día muy popular en Baja California.

Canasta de “cochis” La noche del 15 nadie dio el grito a pesar de contar con bandera. A media noche solamente se escucharon ronquidos guturales en varios tonos y desde distintas profundidades traqueales. En mi larga vida de visitar estas aguas he observado un cambio gradual con disminución en la abundancia pesquera. Lo que sacamos esos días desde un bote con motor fuera de borda, antes lo sacábamos desde la playa sin necesidad de www.apescar.net


embarcarnos y arriesgarnos. Quienes pescaron desde la playa, sacaron peces todavía de menor tamaño, pero los conservaron para comer. Sigue presente el vicio que se sintetiza en esta expresión: “Quédeselo, compa, con otro de esos hace un taco”. Con esta anti-ecológica filosofía, no se permite a la especie llegar a madurar y reproducirse, contribuyendo a la disminución de su población. Paradójicamente, mientras navegábamos veía pintada de fábrica (en calcomanía), a estribor y babor de la lancha de los Ortega, una regla en pulgadas, con marcas de tamaño mínimo legal para cada especie de la costa de California, EE.UU. El pescador saca y confronta con la regla, si no dá el mínimo para ser conservada, la regresa viva al mar a que madure y contribuya genéticamente a la viabilidad de su especie. Esa es cultura ambiental, que quizá nunca vea en mi país.

la misma comparación a fines de la vigésima primera centuria, con el fin de comparar y obtener conclusiones válidas sobre nuestro concepto de “aprovechamiento marino sustentable”. Espero que alguien lo haga

La luna estaba en cuarto creciente y el calor es así casi todo el verano, por lo que no son motivo de escases piscícola. Lo triste del asunto es que si hoy sin carretera e invasión urbana tenemos pobres resultados, ¿qué será a mediados del siglo con desarrollos turísticos en esta costa? Para no dejar solamente mi testimonio, cito a Ángel Bassols Batalla, quien como miembro de la expedición que la Sociedad de Geografía y Estadística llevó a cabo a mediados del siglo XX, sintetizó respecto a estas aguas: “…un mar extraordinariamente rico. Mi memoria recuerda otras especies que pescamos en ese extraordinariamente rico mar el siglo pasado. ¿Dónde están los jureles, sierras, pámpanos, lenguados, cazones, pargos y hasta gallos de las aguas costeras de antaño? Quizá una respuesta esté en que aquí se pesca el camarón con barcos y redes de arrastre. Esa pesquería saca del mar, además de camarón, 100 especies de peces y 114 de invertebrados, que por pequeños y desconocidos, se mueren y se tiran al mar. A los camaroneros que hicieron su propia Ley, les basta declarar ese crimen como “pesca incidental” y se lavan las manos. Científicos ya calcularon la biomasa de esa pesca incidental, que suma ¡200 mil toneladas¡ ¿Y sabe usted cuánto camarón capturan mediante tal crimen, solamente 30 mil toneladas . Entonces… ¡Cómo no van a faltar peces en todo este tiempo que se sacrificaron inútilmente 10 millones (en medio siglo) de toneladas que ya no podremos pescar más los pescadores de Con caña y carrete ¡ Los pescadores deportivos no podemos seguir solamente observando la depredación que hace la pesca comercial. ¡Debemos actuar ya! La bibliografía contiene nombres de científicos también preocupados, que nos pueden ayudar. El propósito de este texto es dejar evidencia de cómo está la situación en 2010. Reconozco la insuficiencia de datos para asegurar una tendencia negativa en la abundancia pesquera, por lo tanto, se trata de sólo una percepción personal. En mi libro mencionado doy cuenta cómo era la pesca en estas aguas hace medio siglo. No sé si alguien hará

Archipiélago Las Encantadas, Baja California, México

48


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.