6 PLACERES ENTORNOS “SE LLAMA ASÍ A UNA CAÑADA QUE NACE DEL CORAZÓN DEL CERRO DEL BORREGO Y CORRE AL GOLFO DE CALIFORNIA”.
ALBERTO TAPIA LANDEROS altapialanderos@gmail.com
EL ARRAJAL
L
os días 17 y 18 de febrero de este 2018, el Grupo Explorador Universitario, GEU, realizamos una exploración en el llamado Desierto de San Felipe o del Colorado, en busca de un territorio para crear un Santuario para el borrego cimarrón. Con la autorización y participación del Ejido Plan Nacional Agrario, recorrimos los alrededores de este geosímbolo llamado Cerro del Borrego desde tiempos misionales. En el mapa oficial del INEGI, esta porción de Baja California aparece con el nombre El Arrajal, cuyo arroyo sólo corre con alguna rara lluvia torrencial. En 1978 exploré la región para ubicar una tinaja natural y ampliar su vaso mediante sencilla albañilería, con el fin de proporcionar agua extra al cimarrón. En esta ocasión y 40 años después, no tuvimos tiempo para localizar esta obra de antaño y evaluar su situación. Pero constatamos que la región está libre de amenazas para el borrego, con muy poca o nula presencia humana. Sus árboles, el mezquite, palo fierro, palo verde y la uña de gato, estaban muy verdes y el ovejo come sus hojas tiernas que brotan después de cualquier llovizna.
EL PAISAJE
Y avistamos lo menos esperado en esta latitud: dos cardones separados kilómetros uno del otro, sin ningún acompañante de su especie con ellos. Quizá sean también exploradores en busca de hábitat apropiado para colonizar. Tuvimos la fortuna de que al avanzar por un arroyo lejos de El Arrajal, a escasos metros de la defensa delantera del jeep líder, se cruzaron tres borregos cimarrones machos. Los 10 carros 4X4 se vaciaron en segundos para presenciar este pocas veces visto espectáculo natural. En esta época del año los machos adultos se apartan de las hembras que están pariendo, y forman grupos como éste. El de mayor cornamenta punteaba, luego el mediano y atrás el más joven. Esa es su jerarquía. Corrieron entre ocotillos con sus ancas blancas, pequeños rabos prietos y ocres cornamentas, hasta trastumbar la colina y desaparecer en unos cuántos minutos a un kilómetro del encuentro. Investigamos su ruta y encontramos que iban de paso, pues no estaban sus huellas en los alrededores del punto de cruce, ¡fue una casualidad! Minutos antes o después no nos hubiésemos encontrado. Lucían sanos en muy buen estado físico. Luego exploramos varios arroyos que bajan de Arroyo Grande y confirmamos que no hay paso. Hacemos esto porque mi padre conocía un paso muy estrecho de Arroyo Grande al Cerro del Borrego, que todavía no hemos encontrado. Buen sitio para conservar al símbolo de Baja California y mascota de la UABC.
UN CARDÓN
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SUPLEMENTO |
TRES BORREGOS
LUNA Y FOGATA INVESTIGADOR AMBIENTAL INDEPENDIENTE FOTOGRAFÍA: ARMANDO TAPIA LANDEROS
| LA CRÓNICA | JULIO 2018