ENTORNOS
EL DESIERTO ES UN LUGAR INHÓSPITO, PELIGROSO. POR LAS CONDICIONES, LA VIDA HUMANA PELIGRA. HAY QUE TOMAR PRECAUCIONES, DE LO CONTRARIO SE PUEDE FALLECER. ALBERTO TAPIA LANDEROS
MÁRTIRES DEL DESIERTO
T
odos los desiertos del mundo tienen historias de seres humanos que murieron en ellos. Esto se debe a que no son el lugar apropiado para vivir nosotros. Áridos, sin agua, con radiación solar excesiva y despoblados, muy pocos humanos nos atrevemos a incursionar en ellos, y cuando lo hacemos, debe ser tomando todas las precauciones posibles.
FOTOS: ARMANDO TAPIA LANDEROS
Lava y dunas en el horizonte.
altapialanderos@gmail.com
En este ENTORNO nos referimos al Desierto de Altar y Escudo Volcánico de El Pinacate, en Sonora. Cronológicamente, hemos observado el fenómeno en tres momentos, 1 prehistórico y 2 históricos. Del prehistórico sin fecha conocida hasta ahora, comprende varios sitios crematorios de humanos desconocidos que pueden tener milenios de antigüedad.
RESTOS HUMANOS
En el Oeste del Escudo Volcánico,
con las autoridades de la reserva, visitamos varios puntos con restos humanos en la superficie, pero bajo tierra pudiese haber más de ellos. Son huesos de diferentes partes del cuerpo parcialmente quemados. La historia nos dice que los primeros pobladores de esta región cremaban a sus muertos. No tenemos la seguridad de la causa de su muerte, pero bien pudo haber sido ocasionado por el entorno inhóspito. El primer caso histórico en el área de estudio es el de unos trabajadores que tendían la vía ferroviaria entre Puerto Peñasco y Mexicali, en julio de 1937. En las dunas sureñas de Altar, se perdieron y murieron de insolación y deshidratación. Ellos nunca supieron que humanos prehistóricos pasaron muchas veces por ahí en busca de sal en la costa del Golfo de California. De ellos sí sabemos su identidad: Jorge López Collada, José Sánchez Islas, Jesús Torres Burciaga y Gustavo Sotelo.
Osamenta en crematorio.
evidencia de los fallecimientos como éste. En el kilómetro 150 sobre la vía del ferrocarril hay un obelisco y cuatro cruces blancas en memoria de la tragedia de hace ya 80 años. Además hay tres estaciones del ferrocarril con sus nombres. Ayer y hoy, el desierto en verano puede significar la muerte si no se toman las debidas precauciones.
HICIERON BÚSQUEDA
Ciudad sumergida.
Un amigo de mi padre y compañero de caza, Raúl Quiroz Morando, apodado “El Zorro del Desierto” por su habilidad para conducir en la arena, participó en la búsqueda y contaba la historia. Finalmente, el segundo caso histórico que hoy narramos, se refiere a una tumba que visitamos al Este del Escudo Volcánico. La historia local cuenta que fue un leñero a quien se le descompuso su camión e intentó salir a pie pero el desierto se lo impidió. Familiares y amigos construyeron un acomodo de piedras con una cruz de varilla y escribieron en el cemento “14 de junio de 1973. Pedro Peralta M. Víctima del desierto. Recuerdo de sus hijos y amigos”. En ambos casos históricos hay
Tumba.
SUPLEMENTO |
INVESTIGADOR AMBIENTAL INDEPENDIENTE.
| LA CRÓNICA | SEPTIEMBRE 2016
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