Peregrinaciones ancestrales de la sal doc final 2016

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Peregrinaciones por Los Senderos Ancestrales de la Sal Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar Sonora, MĂŠxico

Alberto Tapia Landeros Federico Godinez Leal


Índice Introducción Agradecimientos I La antigüedad del hombre en esta región II El clima y el paisaje III La biodiversidad IV La cultura material: la sal, la obsidiana y las almejas V La cultura inmaterial: Los motivos espirituales y la supervivencia VI Conclusiones Apéndices Bibliografía


Introducción El objeto de este texto consiste, con fundamento en investigaciones realizadas por arqueólogos, antropólogos, geógrafos, geólogos, historiadores, y ambientalistas entre otras profesiones, en evidenciar al gran público que desde la prehistoria americana quedaron marcadas en el suelo del Gran Desierto Sonorense, las huellas de paleo indígenas que transitaron principalmente desde el Norte y Este, hacia el escudo volcánico en el noroeste sonorense conocido como El Pinacate, el cual cruzaron visitando el sistema de tinajas naturales que se recargan con agua de las escasas lluvias que se registran en esta región, la más árida de Norte América, y continuaron hacia el Sur para converger en las salinas de Bahía Adair, en la costa Este del Alto Golfo de California. Además de la evidencia lítica material, en la región persiste sobre el “pavimento del desierto”1, figuras hechas con piedras y escarbadas en el suelo, que pudiesen ser elementos de una comunicación simbólica temprana. También existen a la vera de veredas antiguas amontonamientos o túmulos de piedras de varios tamaños que quizá fueron utilizados para orientarse por aquellos caminantes. En este siglo XXI, descendientes de aquellos grupos que vivieron en esta árida región y que emigraron en busca de mejores condiciones de vida, están reviviendo la práctica cultural del peregrinaje y expresan que lo hacen para mantenerse en contacto con sus sitios sagrados, visitar el mar e iniciar a sus jóvenes en sus tradiciones y creencias, además de recolectar sal, conchas y obsidiana. Esto apunta a que la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, RBEPGDA, ha sido asiento y tránsito de culturas ancestrales integrales, con las dimensiones de lo material e inmaterial, quizá desde hace 10 mil años o más. En forma independiente, existen 1

elementos para considerar que también en diferentes períodos se dieron las condiciones climáticas y de biodiversidad que permitieron asentamientos permanentes en varios sitios dentro de la actual poligonal de la Reserva de la Biosfera. Método. - Para redactar este texto se revisó la bibliografía clásica del siglo pasado sobre esta región. También se revisaron varias Tesis para obtener los grados de Maestría y Doctorado producto de intenso trabajo de campo en el noroeste sonorense y suroeste estadounidense. Se consideró la bibliografía anotada en O’odham Trails in Organ Pipe Cactus National Monument 2 y por último, se asistió al 4th Tri-National Symposium: Past, Present, & Future of the Sonoran Desert, celebrado del 7 al 10 de marzo de 2016, en Ajo, Arizona, en donde un equipo técnico 3 de la RBEPGDA presentamos sendas ponencias sobre el tema y recabamos información pertinente con algunos especialistas. En Sells, Arizona, entrevistamos a dos líderes del grupo nativo arizoniano Tohono Oodham que se asume también como descendientes de los pinacateños areneños o hiaced o’odham. También se realizaron visitas e intercambios de información y documentación con los sitios arqueológicos de Paquimé en Chihuahua y Trincheras, Quitovac y La Proveedora en Sonora, así como Casa Grande, Moctezuma Castle y Painted Rocks, monumentos naturales del estado de Arizona. Parte del equipo de trabajo asistió a simposiums y talleres sobre temas arqueológicos y museográficos al Museo del desierto de Saltillo y a las ciudades de Hermosillo y Caborca. El resultado de tales acciones pretende mediante este ensayo, plantear una visión nueva y fresca sobre la presencia temprana del hombre en una de las regiones más áridas de América, y la trascendencia de su cultura hasta nuestros días.

Se llama pavimento del desierto a la compactación que adquiere la grava del desierto con el transcurso de los siglos de no ser alterada.

2

Harmon, Brian, Sharlot Hart, Amanda Hilton, Gabriella Soto y T.J. Ferguson (2015) O’odham Trails in Organ Pipe Cactus National Monument. Annotated Bibliography. Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona. Tucson. 3

Federico Godínez Leal, director; Horacio Alfonso Ortega Morales, sub director; Claudia Reyna Romero, arqueología y cultura; Armando Tapia Landeros, museógrafo; Alberto Tapia Landeros, investigador y de UNESCO México, Dra. Nuria Sanz.


Agradecimientos La Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar agradece a nombre de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, CONANP, el apoyo de las siguientes instituciones en la realización de este trabajo: National Park Service de USA Museo del Desierto Sonora-Arizona, de Tucsón Arizona Organ Pipe National Monument y Reserva de la Biosfera. Dirección General de la UNESCO en México. Nación Tohono O’odham, Arizona USA Comunidad de la Tribu Papago Quitovac, Sonora México. International Sonoran Desert Alliance, ISDA. Comunidad de académicos e investigadores que se citan en la bibliografía. Se agradece en forma especial la colaboración del propio personal de la Reserva de la Biosfera en trabajos de campo, elaboración de cartografía, fotografía, investigaciones colaterales, etc. Horacio Ortega Morales (HO) Claudia Reyna Romero (CR) Israel Barba López (IB) Rubén Góngora Romero Daniel Zamora Miranda


Algunos sitios visitados durante la investigación y asistencia a eventos relativos al tema

Casa Grande National Monument Arizona

Zona arqueológica Paquimé Chihuahua


Museo de Topawa Nación Tohono O´dham, Arizona

Séptimo coloquio internacional de historia, cultura y medio ambiente Caborca, Sonora

Simposium trinacional sobre culturas ancestrales, Ajo, Arizona


Moctezuma Castle National Monument, Arizona

Zona arquelรณgica, Trincheras, Sonora.

Painted Rock National Monument, Arizona.


Zona de petrograbados La Proveedora, Caborca, Sonora.

Museo arqueológico, Paquimé, Chihuahua.

Museo del desierto Saltillo, Coahuila.


Museo en el Parque Nacional San Pedro Martir, Baja California.

Museo de Quitovac, Comunidad Papago, Sonora.

Comunidad en Quitovac, Sonora.


I

La antigüedad del hombre en esta región El debate científico sobre la antigüedad del hombre en el suroeste de los Estados Unidos de América y el noroeste de México, específicamente en nuestra región de estudio, ha sido uno de los más memorables en la historia de la arqueología, antropología e historia, quizá de toda América. Y ha sido especial precisamente por la discrepancia entre las fechas que proponen unos y otros. Julián Hayden, arqueólogo independiente que exploró el escudo volcánico de El Pinacate a mediados del siglo XX, murió convencido de haber encontrado “concheros”4 en Bahía Adair que datan de hace entre 35,200 y 32,700 años. Esta antigüedad la obtuvo junto con el geólogo Michael Walters y supuso que fueron trabajados por manos humanas. Propuso que los artefactos culturales que recolectó de “Sierra Pinacate”, como llamó él al escudo volcánico, tuvieron una edad de 17 mil años de antigüedad y que esta fue la cuna del hombre en América (Martynec, 2011:18). El hecho de que Hayden nunca encontró en esos concheros herramientas de piedra ni restos humanos con esa antigüedad, hizo que la comunidad científica rechazara su propuesta. Arqueológicamente hablando, la edad de la presencia del hombre en este continente menos disputada y mayormente aceptada es la del complejo Clovis en Nuevo México, y esta ha sido establecida en alrededor de 11 mil años (Martynec, 2011) 5 . Esta discrepancia ha acentuado el debate ya citado. Hoy, pocos académicos se aven4

turan a fechar la aparición del hombre en el Gran Desierto Sonorense. No obstante lo anterior, en 2007 fue descubierto en una gruta hoy inundada por agua dulce denominada Hoyo Negro, cerca de Tulum, Quintana Roo, un esqueleto completo de una mujer joven de entre 15 y 16 años de edad, con una antigüedad comprobada de 12 a 13 mil años 6 . Este hallazgo de arqueólogos submarinos mexicanos nos hace pensar que la antigüedad del hombre en El Pinacate podría ser incluso mayor que éste, pues para llegar y reproducirse en la península de Yucatán, primero, es decir, antes en el tiempo, tuvieron que pasar por los desiertos Sonorense y Chihuahuense, según la teoría generalmente aceptada de la migración humana desde Asia por el Estrecho de Bering. En un estudio arqueológico realizado por el Servicio de Parques Nacionales en Organ Pipe Cactus National Momument, la autora Connie Thompson Gibson menciona que en el manantial natural de Quitovaquito, a escasos metros de la línea divisoria internacional con México y vecino de la RBEPyGDA, se encontraron puntas de proyectil que datan hasta de 16,000 años antes de la presente era, en otras palabras, más de 18,000 años de antigüedad. Este material se considera pre Clovis, lo que abona a la posibilidad de una mayor antigüedad del hombre en la RB, que la oficialmente aceptada por la ciencia arqueológica.

Conchero: cúmulo de conchas de bivalvos intervenidos por manos humanas. También 11,500 años en The people of southern Arizona Past and Present, (2000) Statistical Research Inc., Tucson. 6 Excelsior, 15 de mayo de 2014. 7 Thompson Gibson, Connie (2015) A Class III archeological survey of prehistoric site on the old salt trail AZ: Z13:13:30 (ASM) including portions of the Growler Wash, Old Pozo Nuevo Road, and Historic Growler Area Mining Roads. NPS Cultural Resources Report No. ORPI 2014N.1. Ajo. Pág. 3. 5


Senderos sobre piedra volcรกnica que se dirige a las dunas y finalmente hacia el mar al fondo. Foto CR

Mortero giratorio. Foto CR

Geoglifo o intaglio. Foto IB


Calzadas que indicaban la correcta direcciรณn o utilizadas para rituales o ceremonias sagradas. Foto CR

Calzada cerca del crรกter el elegante y el cono Salvatierra al fondo. Foto CR

Senderos. Foto CR


Senderos. Foto CR

Calzada en tinaja los chivos. Foto CR

Calzada en el tule. Foto CR


Intaglio o geoglifo. Foto CR

Calzada en la tinaja el tule indicando la direcciรณn a tres ojitos al otro lado de las dunas. Foto CR


II

El clima y el paisaje El Gran Desierto de Altar, el escudo volcánico El Pinacate y demás superficie desértica que compone las 714,556.5 hectáreas protegidas por la ley y el gobierno mexicano mediante la declaración de una Reserva de la Biosfera, RB, (1993), es el escenario natural en donde multidisciplinarmente, se ha estudiado el fenómeno migratorio recurrente que exponemos en este texto. Actualmente, el clima en esta RB podemos sintetizarlo como “extremoso, muy árido desértico, seco semicálido, con lluvias predominantes de invierno “para esta clasificación de Köppen, las estadísticas meteorológicas de la RB nos dicen que la temperatura media

anual fluctúa entre los 18° y 22° grados centígrados, con un récord de alta diurna de verano de 56.7 C° y baja nocturna en invierno de -8.3 C°, es decir, bipolar extrema. En la Sierra de El Rosario, en medio del “mar de dunas” de 5 mil kilómetros cuadrados del Gran Desierto de Altar, se ha registrado un período de 34 meses sin lluvita. En la vecina ciudad fronteriza de Sonoyta se han registrado hasta 250 milímetros de precipitación pluvial anual, mppa. En las otras poblaciones vecinas de Puerto Peñasco y San Luis, 102 y 82 mppa., respectivamente. Para el total de la RB el promedio histórico es de solo 82 mppa.

Los picos de El Pinacate nevados en enero de 2016. En primer plano, sahuaro, chamizo y ocotillo entre lava. Foto RBEPGDA HO.


La salina grande. Foto CR

Paisaje de transiciรณn entre escudo volcรกnico y dunas. Foto CR

Al centro, crรกter Cerro Colorado. Foto CR


Flujo de lava. Foto CR

Sierra del Pinacate al fondo. Foto CR

Crรกter Maar Celaya. Foto CR


CrĂĄter cerro colorado. Foto CR

En primer plano castillo de I´itoi. Foto CR

Llovizna en el Pinacate. Foto CR


Flujos de lava. Foto PR

Los volcanes La vulcanografía de la zona es lo que mejor caracteriza a esta RB, ya sea desde las alturas de donde los satélites la retratan o a nivel de piso. Rodeado de arenas que si no son blancas casi alcanzan ese tono claro, toparse con el suelo volcánico oscuro y sobre todo, con sus más de 400 conos cineríticos o volcanes, impacta al espectador hoy en día. Podemos imaginar el asombro que padecían aquellos grupos humanos provenientes del Norte y Este, principalmente, en donde no existen estas manifestaciones geológicas. La parte más elevada del sitio que tiene una elevación superior a los 1200 metros sobre el nivel del mar, debió resaltar e impresionar a su imaginario colectivo, como impactó al primer europeo que ascendió, el jesuita Eusebio Fran8

cisco Kino al doblar el siglo XVII en sus tres visitas al sitio (1698,1701 y 1706) llamándolo Pico de Santa Clara; o a los colonos que lo rebautizaron más tarde como El Pinacate. 8 A estos volcanes los hiaced o’odham, o pinacateños areneños, le llamaron Shuck Toak que quiere decir Montaña Negra, otra interpretación que se le da es Montaña Sagrada. En sus laderas hay muchas cuevas o moradas de I’itoy, personaje que en la cosmogonía pápago fue el creador de todas las cosas. Entonces pues, hablamos de un sitio sagrado para los últimos descendientes de aquellos grupos prehistóricos que llegaron a lo que hoy llamamos RB, los tohono o,odham, o pápagos de hoy, pero sin tener la certeza desde cuándo el imaginario colectivo de la gente del desierto le otorgó ese significado sacro.

Pinacate es el nombre en Sonora, de un escarabajo negro del Desierto Sonorense (Elodes armata), que levanta su cola y excreta un líquido mal oliente para desanimar a sus enemigos.


Típico volcán cinerítico. Foto CR

Cono cinerítico. Foto CR

Volcán con flujo de lava. Foto CR


La famosa tinaja de los pápagos, destino de vital importancia para los peregrinos del Sendero de la Sal. Foto del autor.

Las tinajas Las tinajas son oquedades naturales en la roca volcánica basáltica. También las hay en el granito erosionado por la fuerza del agua. Ambos constituyen recipientes naturales que capturan y conservan agua de lluvia. Y en un lugar en donde cae poca agua del cielo, encontrar agua debió haber parecido un milagro para los grupos humanos que se aventuraban a explorar la región, o bien para transitar por ella en su paso a la costa del Alto Golfo de California. Julián Hayden, el arqueólogo estadounidense ya citado, fue el primero en observar y publicar que esas tinajas estaban interconectadas por una red de senderos o veredas que permitía, y permite aún hoy en día, viajar de una a otra con el mínimo esfuerzo y sin riesgo de extravío o pérdida de tiempo (véase el mapa de su ubicación). El mismo autor, Hayden y otros posteriores, están convencidos de que los grupos humanos que habitaron el escudo volcánico de forma permanente, cuando las condiciones de temperatura y humedad fueron más propicias para los humanos, utilizaron esta red

cultural para sobrevivir. Nosotros deducimos de esta evidencia, que cuando las condiciones ambientales ya no sustentaron vida humana aquí, otros grupos humanos que pasaron por la región hicieron uso también de esta red de senderos para localizar al agua, el elemento más valioso en todo desierto. Y no es difícil imaginar el tránsito de fauna silvestre entre las tinajas por el mismo motivo. Mucha de esa fauna fue el sustento proteínico de aquellos humanos primitivos, como se ha confirmado en excavaciones de fogatas ancestrales que contienen restos de sus huesos, algunos quemados, lo que confirma que fueron cocinados al fuego. Cuando hablamos de la biodiversidad que alberga la RB, destacamos entre las plantas más comunes al mezquite y al palo fierro (véase adelante su identificación científica). Este último, representa una de las maderas más sólidas, densas y pesadas del Gran Desierto Sonorense, tan densa que no flota en el agua, en cambio, produce el fuego más intenso y altamente calórico como para fundir metales, cosa que los humanos de entonces nunca hicieron. Pero sí tuvieron a su


Tinaja los chivos. Foto CR

disposición en todo momento leña para calentarse y cocinar. A las dos plantas mencionadas más el palo verde, se les conoce como “la trinidad botánica del desierto sonorense”, y cuando se dan juntas estas leguminosas, es seguro encontrar vestigios de asentamientos humanos del pasado. Estas tres fuentes de energía, la proteína animal, el calor de la combustión de sus maderas, aunado a las vitaminas, proteínas y fibra que proporcionan las vainas comestibles de estas plantas pinacateñas, además del agua de las tinajas, permite entender por qué fue posible en otros tiempos que el hombre viviese aquí. También que más tarde, y todavía se reproduce en pleno siglo XXI, humanos modernos lleven a cabo peregrinaciones a pie a través del escudo volcánico y el mar de dunas del Sur, utilizando un sistema vial tan arcaico, que pudiese tener hasta 18 mil o más años de antigüedad. Simplemente uno de los sistemas viales construidos por el hombre más antiguos de América, con algunos tramos originales perfectamente conservados en el pavimento del desierto. Tinaja el Tule. Foto CR


Tinaja Emilia. Foto CR

Tinaja Suvuk. Foto CR

Tina I´itoi. Foto CR


Tinaja Romero con petrograbados y figuras de conchas. Foto CR

El Pinacate entre sierrras graníticas. En primer plano suelo y vegetación típica de esta Reserva de la Biosfera. Foto: Armando Tapia Landeros.



Paisaje de dunas con El Pinacate al fondo Foto CR

Las dunas La Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, cuenta con un “mar de dunas” vivas de 5 mil evidenciar un sendero arcaico que cruza el escudo volcánico y se interna en las dunas sureñas de la RB para llegar a Bahía Adair en el alto Golfo de California, nos referimos a las dunas que deducimos fueron cruzadas en múltiples ocasiones por aquellos viajeros del desierto. Diversos trabajos arqueológicos y observaciones directas de este equipo de trabajo dan cuenta de “concheros”, montones de conchas de almeja supuestamente intervenidas por manos humanas, en donde por la dinámica de las dunas de arena ha permitido encontrar estos talleres prehistóricos. Quizá pronto contemos con alguna tecnología nueva de rastreo y se detecten nuevos concheros hoy sepultados en la arena. En virtud de que también existe múltiple evidencia del uso de la concha de la almeja en la confección de

joyería y herramienta, es lógico pensar que el sendero no sólo fue para acarrear sal, sino almeja viva para comer en el camino y sus conchas para aprovecharlas como materia prima de los artefactos culturales ya mencionados. Según Gifford (1933:262), “una banda pequeña de pápagos cerca de Somerton, Arizona, vivían de alimentos silvestres excepto las hortalizas que obtenían en Yuma [Arizona] a cambio de conchas del golfo”. En cuanto a las dunas localizadas entre el escudo volcánico y la costa, podemos decir que en línea recta representa una media de 20 kilómetros de distancia. Y precisamente por tratarse de un sistema de dunas vivas, con fuerte dinámica debido a los procesos eólicos, esos 20 kilómetros se multiplican por algunos más, y es imposible calcular la distancia exacta que resulta de sumar las distancias de subir y bajar dunas en el trayecto. (Véase adelante 2016 Tohono O ohdam, Peregrinaje de la sal para hombres).


Dunas y el Pinacate. Foto CR

Pero para los antiguos peregrinos por Los Senderos de la Sal divisar desde los volcanes las dunas significaba que al trasponerlas, llegarían al mar. Caminar 20 y más kilómetros subiendo y bajando dunas de decenas de metros de altura debieron significar un sacrificio que era redituado con alcanzar la costa con todo su significado. Pero la salida al mar tenía por fuerza que coincidir con un vital punto geográfico: los tres ojitos de agua y otros muy pequeños manantiales. Se llama así a manantiales de agua dulce sin el cual, quizá los senderos de la sal no hubiesen existido. Un proverbial regalo al viajero capaz de soportar la jornada. ¿Un obsequio de I’itoy? 9 Hoy la dinámica de la arena de las dunas de Altar ha borrado cualquier vestigio de aquellos migrantes que la cruzaron. No obstante, nuestra especie se aferró a sobrevivir en esta región de lava y arena hasta que le fue imposible sobrevivir en lo que hoy es la RB. Esta aridez extrema provocó durante el transcurso del último siglo la ausencia tanto de los remanentes de grupos nativos como de colonos modernos. Y debido a que al área mostraba poco impacto 9

I’itoy es el creador del mundo pápago.

antropogénico y a la vez sustenta una diversidad biológica y vestigios culturales importantes, fue declarada Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar en el año citado. La información que comentamos necesariamente nos transporta imaginariamente a un paisaje desolado, desierto y muerto, más de ninguna manera es así. A partir de Hayden ya mencionado, otros investigadores estadounidenses y mexicanos, tales como arqueólogos, antropólogos, biólogos, sociólogos, geógrafos, geólogos e historiadores entre otros más, han escogido a esta RB como su objeto de estudio y es gracias a ello, que hoy contamos con suficiente información académica para dejar en un solo texto, una versión integrada del conocimiento generado de esta región, en este caso con un enfoque en las prácticas culturales migratorias, ocasionales y recurrentes, que pretenden proponer una visión nueva y fresca del significado cultural que para la raza humana ha tenido esta área de estudio. Después de conocer la información anterior, mucha de ella corroborada en campo por este


Paisaje de dunas con El Pinacate al fondo. Foto: Héctor Munro

Tres ojitos. Foto CR

equipo de trabajo en donde inclusive han surgido nuevos elementos e hipótesis, podemos ya comentar sobre las culturas ancestrales que antecedieron a la colonización de finales del siglo XIX e inicio del XX. A la fecha, la estancia de grupos humanos en lo que hoy es la RBEPGDA corresponde al patrón de poblamiento del Norte del Estado de Sonora, que son tres períodos clásicos: 1 El paleo indio, representado por los grupos humanos conocidos como malpaís y san dieguito, entre hace 11,000 y 7,500 años A.C.; 2 El arcaico, donde destacan las culturas amargosana y hohokam, desde hace 7,500 A.C. hasta hace 400 años D.C.; 3 El prehistórico tardío que abarca la presencia de los hiaced o’odham o pinacateños areneños y los Pápagos en México y tohono o’odham en los Estados Unidos de América, desde hace 400 años D.C. a la fecha. Debido a que este texto tiene por objeto evidenciar una extensa y compleja red social por la cual grupos humanos han transitado a través de milenios por lo que hoy denominamos RBEPGDA,

con fines prácticos y de supervivencia para recolectar sal, almeja y obsidiana, y probablemente también como parte de su cultura inmaterial, se ha propuesto que los senderos aún observables en el llamado pavimento del desierto datan del período clásico del paleoindio (Garduño, et. al., 2011: 23) por lo que fueron iniciados por las culturas sandieguito y malpáis, quienes fueron cazadores recolectores. En cuanto a la antigüedad de estas culturas los investigadores María Julia Bendímez y Don Laylander, han determinado que esas mismas culturas en el Estado de Baja California tienen una antigüedad de 10 mil años. Pudiese ser la misma para los senderos de la sal que nos ocupan. Esta fecha concuerda en lo general con la antigüedad sin disputa de Clovis, Nuevo México ya citada aunque es inferior a la fecha reciente del descubrimiento submarino en Quintana Roo. Cabe pensar que la mayor edad corresponde al paso de humanos migrantes hacia el sur y que, la menor de 10 mil años, pertenece a las migraciones periódicas que hacían vecinos como los amargosanos y hohokam.


Pequeños manantiales de agua dulce denominados “ojitos”. Foto CR

Ojo de agua dulce en humedal. Foto CR

Humedales costeros. Foto CR


Pedacería de ollas de cerámica de diversos tipos y orígenes. Foto CR

Otras muestras de cerámica dispersas a ambos lados de los senderos. Foto CR


Olla encontrada en un asentamiento ancestral. Foto CR

Cerámica decorada. Foto CR

Pedacería de cerámica. Foto CR


III

La biodiversidad En un texto como este no hay espacio para mencionar siquiera a las plantas y animales que viven en la RB actualmente. Pero podemos decir que se tienen confirmadas 560 especies de plantas vasculares, 41 de mamíferos, 184 de aves, 43 de reptiles, 4 de anfibios y 2 especies de peces nativos de agua dulce (INE, 1995). No obstante, esta riqueza biológica, el visitante que por vez primera visita la RB, se desilusiona de NO ver tal cantidad de vida. Lo que sucede es que, primero, siempre transita por rutas turísticas que muchas especies evitan. Segundo, que tal biodiversidad se distribuye en un área sumamente extensa, aportando una baja densidad de animales para observar. Y tercero, que como en todo desierto, la mayoría de los animales son nocturnos, invisibles de día, sobre todo al medio día que es cuando se recibe la mayor parte de las visitas a la RB. A manera de síntesis mencionamos a la biodiversidad más observable y que caracteriza a esta RB, cita tomada de Garduño, et. al. (2011:18,19): “Entre las plantas más notorias se encuentran las siguientes: sahuaro (Carnegiea gigantea), mezquite (Prosopis glandulosa), palo fierro (Olneya tesota), palo verde-azul (Cercidium floridum), palo verde-amarillo (Cercidium microphyllum), palo verde mexicano (Parkinsonia aculeata), tornillo (Prosopis velutina), uña de gato (Acacia gregii), biznaga (Ferocactus cylindraceus), senita (Lophocereus schottii), pitahaya (Stenocereus thurberi), pino salado (Tamaris ramosissima), ocotillo (Fou10

Un mezquite y un halcón cola roja perchado. Foto del autor.

La Real Academia de la Lengua reconoce solamente la designación de “saguaro” para esta planta icónica del paisaje del desierto sonorense, no obstante lo anterior, aquí utilizamos “sahuaro”, en base al consenso generalizado en el Estado de Sonora y en atención a la cultura popular, que le denomina sahuaro.


queria splendens), hediondilla (Larrea spp.) nopal (Opuntia spp.), copal (Bursera microphylla), choyas (Cylindropuntia, spp) de hasta siete especies diferentes, canutillo (Ephedra spp.), árbol de humo (Dalea spinosa), cabeza de viejito (Mamilaria spp.), incienso (Encelia farinosa), estafiate (Ambrosia acanthicarpa), chamizo salado (Artiplex spp.) de hasta cinco especies y pasto galleta (Hilaria rigida), entre muchas otras. Entre la fauna del lugar podemos citar, entre los mamíferos, al berrendo (Antilocapra americana sonoriensis), borrego cimarrón (Ovis canadensis mexicana), venado bura (Odocileus hemionus eremicus), puma (Puma concolor), zorra del desierto (Vulpes macrotis) y zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), coyote (Canis latrans), tejón o tlacoyote (Taxidea taxus), gato montés (Lynx rufus), pécari de collar (Pecari tajacu), liebre cola negra (Lepus californicus), conejo (Sylvilagus auduboni), rata canguro (Dypodomis spectabilis), rata cambista (Neotoma lepida), ratones de hasta diez especies diferentes, y 23 tipos de murciélagos. Entre las aves se encuentran: águila dorada (Aquila chrysaetos), tecolote chillón (Otus asio), tecolote zancón (Speotyto cunicularia), búho Un viejo palo fierro. Foto del autor.

Un palo verde. Estas tres leguminosas constituyen la llamada “trinidad botánica“ del Desierto Sonorense. Foto del autor.


(Bubo virginianus), lechuza (Tito alba), zopilote (Cathartes aura), cuervo (Corvus corax), carpintero de Gila (Centurus uropygialis), tapacamino (Phalaenoptilus nuttallii), correcamino (Geococcyx californianus) , codorniz de Gambel (Callipepla gambelii), paloma ala blanca (Zenaida asiática), paloma huilota (Zenaida macroura), gavilán cola roja (Buteo jamaiscensis), halcón de Cooper (Accipiter cooperii), halcón de Harris (Parabuteo unicinctus), matraca del desierto (Campylorhynchus brunneicapillus) y cuitlacoche (Toxostoma lecontei). Los reptiles por su parte, incluyen víboras de cascabel de cinco especies: la cascabel “lomo de diamante” (Crotalus atrox), que es la de mayor tamaño pues llega a medir más de dos metros de largo. La cascabel de “cuernitos” (Crotalus cereastes), que vive en las dunas y es la más pequeña, ya que mide 82 centímetros. Las otras especies son: Crotalus mitchelli, de 132 centímetros, Crotalus scutulatus de 129 centímetros, y Crotalus tigris de 90 centímetros. También hay culebras de seis tipos distintos, lagartijas de catorce especies entre las que destaca la llamada “perrita” (Callisaurus draconoides) , monstruo de Gila (Heloderma suspectum), iguana del desierto (Dipsosaurus dorsalis), chuckwalla (Sauromalus obesus timidus), tortuga de tierra (Gopherus agassizii) y la tortuga de lodo (Kinosternon sonoriense). Entre los insectos están: alacranes o escorpiones de tres tipos diferentes, cienpiés, araña viuda negra, abejas, avispas, tábanos, tarántulas. Y por último, en los humedales existen cuatro especies de peces de agua dulce: el Gila de Sonora (Poeciliopsis occidentalis), el pez mosquito (Gambusia affinis), el pupo (Cyprinodon eremus) y el endémico cachorrito del desierto (Cyprinodon macularius). Estos dos últimos pececillos, el pupo y el cachorrito, nacieron de una especie original que vivió en el ancestral Río Sonoyta que desembocaba en la Bahía Adair. Al parecer, la evolución de esta especie en los actuales Cyprinodones, se debió a la emergencia de la zona volcánica que transformó el ecosistema y cambió de rumbo al Río Sonoyta”.

Ocasionalmente, un venado bura aparece en la esquina noreste de esta Reserva de la Biosfera. Foto del autor.

La codorniz de Gambel también vive en esta RB. Foto del autor.

El pececillo endémico llamado “cachorrito del desierto” Foto del autor


IV

La sal, la obsidiana y la almeja ¿Únicos motivos para viajar a través de El Pinacate? Un consenso académico interdisciplinario considera que la sal generada de manera natural en Bahía Adair, ha sido desde la prehistoria, un elemento natural atractivo para el ser humano. Estas concentraciones de cloruro de sodio “en su forma mineral halita, es un compuesto químico con la fórmula NaCl” 12 . La historia universal registra su importancia en la antigüedad en tal forma que durante el Imperio Romano se llegó

a retribuir el trabajo físico con una bolsa de sal, práctica cultural que llevó al nombre de “salario”. De acuerdo a aseveraciones científicas, esta sal es diferente, es decir, se origina no solamente con la evaporación de agua de mar, sino que se origina con la conjunción de varias formas y maneras de la evaporación de agua dulce proveniente del subsuelo con cierta cantidad también de aguas salobres. (Dr. Francisco paz, UNISON)

Panorámica de una salina con El Pinacate en el horizonte. Foto CR 12

https://es.wikipedia.org/wiki/Cloruro_de_sodio


Mapa tomado de la pรกgina 134 de Felger, Richard Stephen y Bill Broyles, editores (2007), Dry Borders, The University of Utah Press. Salt Lake City.


Como fundamento para esta hipótesis, de que el hombre prehistórico acudió a la costa del alto Golfo de California a recolectar sal, podemos imaginar la utilidad de este elemento natural en la cotidianidad de un campamento efímero de cazadores recolectores, o bien en una aldea ribereña, como las muchas que encontraron los europeos desde el siglo XV sobre el cauce de los ríos Gila, Colorado y Sonoyta. En el resto del planeta la sal era utilizada para condimentar el sabor; para conservar alimentos, para curtir pieles y cómo moneda de cambio. Por lo tanto, es lógico pensar que es altamente probable que ese haya sido el caso también para los grupos humanos que vivieron en vecindad con lo que hoy es esta RB. La necesidad de sal parece ser el motivo práctico y utilitario más poderoso para viajar hasta la costa del alto Golfo de California. Este mapa sitúa la ubicación aproximada de las tribus cEste mapa sitúa la ubicación aproximada de las tribus conocidas que vivían a la llegada de los europeos en la vecindad de la RB. En el Río Colorado los Cucapá y los Pai Pai de la sierra bajacaliforniana, tenían a la mano a las Salinas de Omepetec en la costa oeste del alto Golfo de California. En Sonora, seris, yaquis y mayos vivían sobre la costa Este del mar citado. Pero el resto de las tribus hacia norte nunca tuvieron costa ni sal disponible para tanto uso cotidiano que se le daba, por lo tanto, hipotetizamos que sus ancestros pudieron haber viajado periódicamente a través de El Pinacate y las dunas sureñas del Gran Desierto de Altar, a recolectar el preciado elemento en las salinas de Adair. Recientemente, Johnson et. al. 13 , recuperaron información de nativos arizonianos descendientes de los pinacateños areneños o Hia-Ced O’ odham, que indica que el peregrinaje y la re-

colección de sal en la costa del Golfo de California, constituía y constituye un rito ceremonial que significa que los jóvenes que logran ir y volver con sal, pasaron a ser adultos y están listos para ejercer tales responsabilidades. En la bibliografía anotada de Johnson, investigador ya citado, encontramos una información que consideramos elemental para entender cabalmente cómo se orientaban para realizar el peregrinaje. Darling J. Andrew y otros investigadores han recuperado de entre descendientes de los pinacateños areneños o Hia-Ced O’ odham, que, mediante la historia oral, conservaron canciones que llaman “canto del oriol” 14 , que describen el paisaje ubicando cerros, veredas, tinajas y orientaciones de piedra dejados por sus antepasados, y mediante su canto se van orientando. Darling opina que se trata de “mapas cognitivos espirituales que se conciben metafóricamente previo al peregrinaje y los orienta al caminar. 15 La obsidiana Esta piedra oscura y vidriosa es un silicato de origen volcánico con un 70% de dióxido de silicio que al trabajarse en los talleres líticos prehistóricos y modernos, se obtienen filos cortantes muy finos, por lo cual era altamente codiciada. Con ella se elaboraban puntas de flecha, cuchillos, navajas y joyería decorativa. Artefactos culturales como los mencionados han sido encontrados en la región. En algunos sitios específicos, cerca de los senderos que recorrían aquellos grupos ancestrales existen algunos vestigios de afloramientos y de talleres líticos con pedacería producto del trabajo realizado con la finalidad de fabricar alguna clase de herramienta. Un motivo más para viajar una larga distancia, sobre todo, para los migrantes provenientes del Río Gila y de más al Norte.

13 C Johnson, Beverlene, Leroy J. Juan, Maren P. Hopkins, T. J. Ferguson y Magda E. Mankel (2013) Am Ha Gohki Oidk G T Shoshon (In the footsteps of our ancestors): Tohono O’ odham History and Traditions on Barry M. Goldwater Range, East. Tohono O’ odham Cultural Affairs Office Tohono O’ odham Nation, Topawa, Arizona. En Harmon, et. al. (2015). 14 El pájaro llamado oriol en inglés, en español se conoce como bolsero debido al tipo de nido que construye. En el Desierto Sonorense la especie bolsero enmascarado, Icterus cucullatus, pudiese ser la referida si acaso esta etnia distingue entre especies de Icterus. En primavera y verano ha sido más observado en la RBPGDA. Se trata de un ave migratoria y es probable que los peregrinos lo imitaran. 15 Darling J. Andrew (2009) O’ odham Trails and the Archeology of Space. In Landscapes of Movement; Trails, Paths and Roads in Antropologican Perspective. Edited by James E. Snead, Clark L. Erickson, and Andrew Darling. University of Pennsylvania Museum of Archeology and Anthropology, Philadelphia.


PedacerĂ­a de obsidiana sobre el sendero de la sal. Foto RBEPGDA.

Taller ancestral. Foto CR


Las almejas Primero, la carne de estos moluscos, altamente nutritiva y que no estaba a disposición de los grupos norteños y del Este que suponemos utilizaban esta red vial ancestral, debió ser toda una delicia a su paladar. Abundaba y su recolección era sencilla. Podían comer lo que quisieran en las playas del Alto Golfo de California. Podían llevarla viva e ir comiendo a las que se fuesen muriendo en su viaje de regreso. También podían llevar una provisión de almeja deshidratada con la sal que tenían a su disposición. Y como ya apuntamos, las conchas fueron utilizadas como moneda de intercambio y materia para ornamentos. Las especies más comunes encontradas en los “concheros” en esta Reserva de la Biosfera (Felger y Broyles, 2007) , son las siguientes: 1 Arca pacifica 2 Carditamea affinis 3 Chione (varias subespecies) 4 Leavicardium elatus 5 Dosinia ponderosa

Conchas para ornamento y cerámica. Foto CR

En medio del desierto y sobre la ruta del sendero de la sal, la concha de una almeja leavicardium semi enterrada en la arena. Foto CR


Conchas y caracol al lado de un sendero. Foto CR

PedacerĂ­a de almejas al lado de un sendero. Foto CR

Parte de una concha muy antigua. Foto CR


En la Tinaja Romero, muy lejos del mar, estos petroglifos representan conchas de almejas segĂşn varios especialistas. ÂżAcaso se trata de un anuncio ancestral de que se iba sobre la ruta correcta hacia el Golfo de California? Foto del autor.

Objetos pĂĄpagos fabricados con materia prima de piedra y concha de almeja en el Museo de Sells, Arizona. Foto del autor.


Sobre piedra volcánica, un raspador hecho de concha encontrado por el autor y dejado en el sitio. Foto del autor.

En dos tinajas existen petroglifos que expertos han propuesto representan a la segunda especie de la lista. También es abundante en sitios arqueológicos tierra dentro. La tercera es una de las más abundantes en concheros costeros. De la primera de la lista se han encontrado algunas de sus conchas perforadas, indicador de haber sido utilizadas como ornamento en forma de pendiente. Información tomada de Felger y Broyles, 2007.n forma de pendiente. Información tomada de Felger y Broyles, 2007. Estos son los motivos prácticos y materiales para viajar desde tan lejos a El Pinacate. Pero, ¿tenían también motivos subjetivos y creencias de una cultura inmaterial como lo tienen ahora sus descendientes? Un conchero casi pulverizado muy lejos del mar, sobre la ruta del Este. Al fondo El Pinacate. Foto del autor.


V La cultura inmaterial:

Los motivos espirituales y la supervivencia Ha sido hasta recientemente, y a raíz del trabajo del equipo, que se obtuvo información detallada y suficiente para incluirse en este trabajo como prueba de que existió, y aún existen, motivos espirituales que son el motor que impulsa a generaciones actuales que se consideran descendientes de los pinacateños areneños, o hiaced o’odham. Este colectivo que

hoy vive en el estado de Arizona, Estados Unidos de América, ha revivido en el año de 2015 la tradición de peregrinar a través de El Pinacate y hasta el Golfo de California. Si bien el tema es “ir por la sal”, hemos podido obtener de primera mano algunos valiosos motivos espirituales de su líder actual, de nombre Ken José María.

Los intaglios o geoglifos pudiesen ser elementos ancestrales de una comunicación simbólica y subjetiva que implicara alguna creencia. Como se aprecia en la esquina superior izquierda, un camino moderno (1940-1960) partió en dos esta figura hecha con acomodo de piedras sobre el pavimento del desierto. Foto Claudia Reyna.


Otro símbolo del pasado. Al fondo la Sierra Suvuk. Foto Claudia Reyna.

Él nos proporcionó una copia de un documento que obra en los archivos del Smithsonian Institute, y constituye un documento histórico que ellos consideran auténtico, pues coincide con su historia oral que han heredado de sus antepasados. A continuación, una traducción de un fragmento: Pápago de José Lewis, iendo por sal [Traducción Original] ARCHIVO DEL BURÓ DE ETNOLOGÍA AMERICANA INSTITUCIÓN SMITHSONIANA No. 1744 (Con Vol. 1) (Páginas sueltas) Todos los Pápagos de Freshnal, Quijotoa y Santa Rosa creen que el océano es un ser supremo. Pero como con otras cosas hoy en día, ellos se apartan gradualmente [de esta creencia] 16 . Pero el océano [Alto Golfo de California] nunca se ha considerado

y nunca debe considerarse como agua común o como un ser misterioso sin valor alguno. El océano encierra la idea de ser igual de poderoso como Dios y cuando así lo desee destruirnos elevándose y ahogándonos. Así es que los Pápago para obtener la sal llevan a cabo ceremonias masculinas en las que cada hombre tiene que sufrir más de lo que es necesario para tener la oportunidad de obtener algo de poder del océano en forma de cantante o doctor. Ellos dicen que algunas veces una persona puede obtener cualquier clase de poder, puede llegar a ser un experto (apostador), corredor, cazador, pateador de pelota [de fútbol americano] 17 . Página 2 Jinete, o un (svi ‘tipi ki = el que corta los testículos de los animales sin dañarlos) Yo [presumiblemente José Lewis] estuve allá tres veces y nunca obtuve ningún poder o suerte y así con muchos otros que constantemente fueron por la sal. Estuve allá por primera vez en 1879 y dos veces en 1885. [Véa-

16 Corcheas [..] de parte del traductor. 17 En 1892 se firmó el primer contrato profesional y en 1920 se constituye la American Professional Football Association. https://es.wiki-

pedia.org/wiki/F%C3%BAtbol_americano


se la referencia de pié de página número 2]. Cuando una persona hace su primer viaje al golfo de la baja California para obtener sal, sufre más que otros que han estado allá antes. Hay muy pocos que pueden ser líderes para ir por la sal. El líder debe conocer el tipo de ceremonias para darlas a conocer a los que van con él. La gente que va por la sal debe dejar todo en casa, esto es, él no debe pensar en nada más cuando deja su casa. Porque si hace este viaje puede [en blanco el resto de la página]. Página 3 Sé exitoso. El líder les dice a las demás personas que desean ir por la sal y si cualquiera desea ir con él va a ser muy bienvenido. El líder le da oportunidad a cualquiera que tenga el deseo de ir pero debe estar listo en cuatro días. Después de cuatro días ellos dejarán sus hogares alrededor de las 7-8 o 9 de la mañana y quizá viajen 40 o 60 millas y acampen. Personas que lo hagan por primera vez supongo que sienten lo que un hombre siente cuando se convierte primero a la vida cristiana. Yo me sentí así cuando fui por primera vez. Por supuesto la persona debe ser enseñada antes para que no espere pasarla bien cuando va por el camino. Las personas no deben hablar entre sí cuando vayan por el camino. Página 4 A las personas se les permite decir una o dos palabras cuando es necesario. Por la tarde en el campamento se les permite a las personas hablar pero solamente de la pasada jornada y nada más, como la gente cristiana cuando tratan de convertir personas, ellas hablan o sermonean solamente en nombre de Jesús Cristo y sobre nada más. Después de quizá una hora, el líder saca un carrizo y corta un trozo de unas seis pulgadas de largo, una pulgada y media de circunferencia y media pulgada de diámetro y la llena con tabaco. Esta es cal va ‘pk oatc’ k = cigarillo de caña o cigarro de caña. Este cigarro dura mucho tiempo porque se usa sólo en ocasiones. En tiempos viejos se fumaba cuando hacían la guerra contra los apaches. Después que el líder ha tomado [en blanco el resto de la página].

Infortunadamente, el documento no está fechado. No ha habido la oportunidad de verificar el nombre, José Lewis, en archivos de Arizona. El documento contiene más fragmentos que tienen que ver con carreras de caballo y otras ceremonias fuera del peregrinaje que analizamos en este texto. Al final, incluimos la copia completa del original para quienes tengan interés en investigar el tema, aparece como Apéndice A. Ahora bien, para una mayor abundancia de información que quede documentada en este texto, como producto del 4th Tri-National Symposium: Past, Present, & Future of the Sonoran Desert, celebrado del 7 al 10 de marzo de 2016, en Ajo, Arizona, tuvimos la oportunidad de entrevistar a dos miembros activos de los pinacateños areneños, o hiaced o’odham, el ya mencionado Ken José María, y la curandera María García. A continuación, lo más sobresaliente respecto de la tradición de peregrinar por el sendero de la sal y que no aparece en el documento traducido: Ken. - “Por 150 años no celebramos la ceremonia” [peregrinar por el sendero de la sal]. “Las guerras mundiales I y II fueron la causa”. “José Lewis [en el audio se entiende el segundo apellido como Moranda], fue enviado por los jesuitas a aprender a leer y escribir. Cuando regresó pudo escribir y señala el documento del Smithsonian. La Dra. Nuria Sanz Directora de la UNESCO en México pregunta si en esa institución estadounidense hay más material sobre los tohono o,odham y las peregrinaciones y dice que sí, pero ellos no han hecho contacto con la institución. Ken. - “Mi principal intención es revivir la tradición de la ceremonia [del peregrinaje por el sendero de la sal hacia el Mar de Cortés]. Para eso necesitamos reconstruir el sendero desde Gila Bend hacia el mar “. “El peregrinar no es para cualquiera. Ahora tenemos mala condición física y estamos débiles. Cuando mucho pueden ir tres o cuatro muchachos. El año pasado el más joven tenía 14 años. Este año 16”. “Algunas familias [pápagoanteros] acostumbran ir al mar [presumiblemente en vehículos] para encontrarse con el mar, para nosotros es una iden-


tidad, una persona, y le piden que traiga lluvia al desierto, para todos. María cura con agua de mar. Ahora la sal es prueba para los que fueron al mar a través del desierto. Antes la sal se intercambiaba por cosas, comida. Pero ahora es prueba de una hazaña”. María.- “La sal lava a la persona, a la comunidad. Las mujeres apoyamos el peregrinaje, cocinando, ayudando, pero no caminamos como los hombres”. Ken.- “En la caminata los hombres oran todo el tiempo, es espiritual. Pero sobre todo es estar con uno mismo. Se trata de resistencia, paciencia y aprendizaje. Se han utilizado caballos anteriormente para cargar la sal, no para montarlos”. “En Adair levantamos la sal en placas, las rompemos y la acarreamos en redes porque viene escurriendo, tiene mucha agua”. “La gente sabe que tenemos que cambiar. Estamos débiles y enfermos. Necesitamos el contacto con lo natural y alimentarnos mejor”. María.- “Los viejos nos dicen que antes estába-

mos mejor que ahora. Necesitamos un cambio para seguir aquí” Ken José María nos entrega una copia del programa para este año de 2016. A continuación, su traducción: 2016 Tohono O’odham Peregrinaje de la sal para hombres Pinacate / Schuk toak Programa y distancias Marzo 18 empiezan 4 días de limpia en Pisinimo Ceremony Grounds Marzo 22 Se parte de Pisinimo hacia el Paso de Agua Dulce – 41.8 kilómetros Marzo 23 De Agua Dulce a Rancho Papalote (ya en México) – 43.4 kilómetros Marzo 24 De Rancho Papalote al Campamento O’ odham – 41.8 kilómetros Marzo 25 Del Campamento O’ odham a Gu Gach (Estación Sotelo) – 43.4 kilómetros Marzo 26 De Sotelo a Tres Ojitos y regreso a Sotelo – 38.6 kilómetros Marzo 28 Descanso, recuperación y re abastecimiento en el Campamento O’ odham

Ken José María en los ojitos de agua dulce al borde de las salinas de Bahía Adair. Foto CR.


Marzo 29 Del Campamento al Rancho Papalote – 41.8 kilómetros Marzo 30 Rancho Papalote al Paso de Agua Dulce – 43.4 kilómetros Marzo 31 De Agua Dulce a Pisinino Ceremony Grounds – 41.8 kilómetros TOTAL 381.4 kilómetros De marzo 23 a marzo 31, todas las actividades se realizan en territorio de la RBEPGDA, bajo el cuidado y apoyo del personal de la Reserva, que no participa directamente, solo al pendiente de ellos. Abril 1 Empiezan los cuatro días de limpieza para los hombres y la sal. Abril 4 Cena de despedida y conclusión de nuestra Ceremonia de Peregrinación de la Sal. La interpretación obligada a esta información, el documento del Smithsonian y las declaraciones tanto de Ken José maría como de María García, nativos del desierto sonorense que se asumen como hiaced o’odham, es decir, descendientes de los legendarios “pinacateños areneños” que según Julián Hayden desaparecieron en 1912 con la muerte de Juan Carbajales, tiene que ser en el sentido de que esa cultura que durante el siglo pasado para muchos había desaparecido, sigue viva y fortaleciéndose con la reactivación de la ceremonia Peregrinaje por el Sendero de la Sal. Y como toda cultura integral vive en sus dos dimensiones, la material y la inmaterial. La primera representada por la recolección y traslado de la sal desde las salinas de la Bahía Adair, así como por el uso de objetos de culto como el cigarro de caña. La inmaterial al profesar su creencia de que el mar es un ente superior al que le piden y otorga beneficios como la lluvia. También porque creen que el reencuentro con plantas y animales de su tierra nativa les permitirá alimentarse mejor y curar sus males. Sin embargo, parece que en el fondo subyace una idea, un principio supremo que es la supervivencia. “Necesitamos el contacto con lo natural y alimentarnos mejor; Necesitamos un cambio para seguir aquí” declaran ambos nativos del Desierto Sonorense. Es como si el nuevo siglo los llamara a reinventarse, y qué mejor que agarrados firme-

mente y completamente convencidos de la tradición de sus antepasados. Ellos no se inspiran para mantener su cultura en el presente ni menos en el futuro, sienten que la tienen en su pasado, creencia y convicción que caracteriza a muchas culturas hasta ahora sustentables sobre la Tierra.



VI

Conclusiones La emergencia del sendero de la sal A medida que la exploración y arqueología del desierto progresa, empiezan a emerger tramos de senderos en el pavimento de origen volcánico del desierto en donde todavía es posible identificarlos como ancestrales, es decir solo usados por pies humanos. En la tierra y en la arena ha desaparecido, pero la reconstrucción que se viene haciendo en un trabajo conjunto de académicos y autoridades de la RBEPGDA, pronto tendremos un mapa que integre todos esos esfuerzos y entonces podamos apreciar una de las primeras redes sociales en la historia de América. En el presente documento se muestra un avance de ello, sin duda alguna se ira enriqueciendo.

Aún se desconoce qué tan ramificado termine, por ello el mapa que incluimos se califica como una “red parcial” solamente. Afortunadamente ya se ha manifestado el interés de las dos naciones que lo comparten, México y los Estados Unidos de América, pero sobre todo, el interés vivo y activo del colectivo arizoniano de los Tohono Oodham, de los hiaced o’odham, o “pinacateños areneños”, para quienes la RBEPGDA anunció en Ajo, Arizona, durante el cuarto simposio Celebrando el Gran Desierto Sonorense en marzo de 2016, que tienen el permiso y apoyo del Gobierno Federal Mexicano, para que lleven a cabo el peregrinaje por el Sendero de la Sal, aún en territorios de la

Como escala humana, Federico Godínez, director de esta RB, transita por un tramo del sendero de la sal sobre el pavimento del desierto. Foto Claudia Reyna.


Un túmulo de rocas parece orientar hacia el siguiente punto en la travesía, el último cerro antes de divisar las dunas del Sur. Foto del autor.

Y arriba del último cerro, otro túmulo que al ser visitado por la vereda que se aprecia parcialmente, confirma la vista del “océano”, como llaman los pinacateños areneños al Golfo de California. Foto Armando Tapia Landeros.

reserva cerrados al público. Esta manifestación demuestra que para esta área natural protegida mexicana, la biodiversidad que tutela, es tan importante como la cultura que desde tiempos inmemoriales se ha manifestado en ella. A la vera del sendero y otras veredas, se ha observado la presencia de túmulos de piedras acomodadas de distintos tamaños y volumen. El arqueólogo Andrew Darling ya citado, distingue por lo menos dos usos para estos montículos: aquellos que simplemente servían para marcar un punto en la travesía del cual ignoramos si tuvo o tiene algún significado religioso o ideológico y que llama en inglés cairns; y los santuarios en los que aún se depositan ofrendas y por lo tanto tienen algún significado espiritual. A estos Andrew y otros investigadores los llama en inglés shrines. A toda esta evidencia del pasado y aún en uso en el presente, veredas, montículos, petroglifos, geoglifos y santuarios, Andrew lo define como:

es la Comunidad Indígena de Gila al sur del valle de Phoenix. La migración proveniente del Este pasaba o partía del poblado y manantial pápago de Quitovac. El investigador americano Darling, ya citado, sugiere que el símbolo conceptual Pápago conocido en inglés como The Maze, or Sehe’e Ki, que en español llamamos El Laberinto, representa la red material y espiritual de veredas y senderos de su mundo, que quien lo descifra llega a su destino, metafóricamente a reunirse con su creador en otro mundo.

“La red de senderos es parte y producto a la vez de una estructura funcional donde se relaciona el espacio con el paisaje” En la introducción de este texto dijimos que las veredas hacia El Pinacate venían principalmente del Norte y el Este, ahora que tenemos un panorama más completo debido al conocimiento de nueva evidencia podemos precisar que los antiguos viajeros provenían de la cuenca del Río Gila y quizá más allá desde el Río Colorado y de lo que hoy

Tomado de Darling (2009).


Los volcanes y el concepto de geosímbolo Reflexionamos sincrónicamente, es decir “desde las sandalias del otro”, cómo pudo haber sido el arribo, desde cualquier punto cardinal, al escudo volcánico, casi humeando todavía, si consideramos que el flujo Ives de lava, se formó hace de 8 a 13 mil años. Para seres humanos caminando por el desierto que rodea a esta vulcanografía, cuyo suelo es de tierra o arena de un color beige o amarillo pálido, encontrarse con el piso oscuro de lava, más de 400 conos cineríticos entre los cuales dos picos se elevan a más de 1200 metros sobre el nivel del mar y cráteres gigantescos al ras del suelo, significó necesariamente arribar a “otro mundo”. Esos impactos visuales en el hombre siempre han disparado la imaginación y con ella la superstición. Arribar a la llamada por Julián Hayden “Sierra Pinacate”, que les ofrecía proteína de origen animal y vegetal, agua en sus tinajas, leña para el mejor de los fuegos y la “trinidad botánica” de leguminosas ricas en carbohidratos, significó llegar a lo que los cristianos conceptualizan como la tierra prometida. Hoy, resulta fácil imaginar cómo esta realidad generó necesariamente una cosmovisión. Esta reflexión nos lleva a entender el porqué de los inta-

glios o geoglifos en el pavimento del desierto, el porqué de los petroglifos, el porqué del surgimiento del creador del mundo Pápago, I’itoy, y el bautizo a El Pinacate como Shuck toak, “Cerro Negro” o “Montaña Sagrada”, morada de I’itoy. Los geógrafos franceses propusieron el concepto de geosímbolo. Un accidente geológico al que el hombre le otorga un significado. Eso es El Pinacate en la modernidad, pero con un rico pasado ancestral. Altatl y mortero giratorio, exclusividades de El Pinacate Si observamos el mapa que ubica aproximadamente las tribus nativas que encontraron los colonizadores del oeste americano, resulta intrigante que ninguno de esos grupos humanos haya fabricado y utilizado el llamado por Julián Hayden, mortero giratorio. Un mortero circular pero perforado en su centro y fondo. Al menos a esta fecha no se ha descubierto ninguno de estos artefactos culturales en la región de las tribus vecinas. Una posible explicación a esta circunstancia podría ser que fuera del escudo volcánico al no haber esa clase de piedra, no hubo la materia prima para fabricarlos. El hoyo del mortero se hacía por fricción con

Construidos en piezas de piedra volcánica, abundaron en El Pinacate, aun existen. Solamente en el almacén de Hayden en Tucson, Arizona, vimos alrededor de 50 piezas arqueológicas de éstas. Foto Julián Hayden.


una pieza de piedra granítica y después de palo fierro que molía vainas conteniendo semillas de mezquite, palo fierro y palo verde, fabricando una harina que utilizaban de diferentes maneras como alimento. Pero surge otro elemento de exclusividad pinacatense, el Atlatl. Una pieza de madera con gancho en una punta para lanzar dardos, que se utilizó antes del advenimiento del arco y la flecha. En El Pinacate se encontró el único Atlatl hallado en el estado de Sonora y tiene una antigüedad de 3,450 años (Ferg y Peachey, 1998). Los más cercanos se han encontrado en Nuevo México, Texas, Colorado y Baja California Sur. Estas dos exclusividades de El Pinacate necesariamente nos recuerdan la teoría de Julián Hayden, que como ya vimos, murió convencido de que el hombre llegó a este escudo volcánico desde hace 35 mil años, posiblemente bajo la premisa de que el territorio entonces era mucho más húmedo, consecuentemente con una mayor biodiversidad. Pero su propuesta no es congruente con la antigüedad sin disputa de Clovis, Nuevo México ya citada. Reflexionamos aquí sobre un par de datos arqueológicos.

Primero, que los arqueólogos Richard y Sandra Martynec (Martynec, 2011), plantean el hecho de que además del puente entre Asia y América por el Estrecho de Bering, expuesto debido a que los océanos del planeta estaban 130 metros más debajo de la presente línea costera en virtud que grandes masas de agua de mar se encontraban congeladas en los polos, algunos navegantes en canoas de pieles de animales pudieron arribar a la costa oeste de Norte América. Y si eran navegantes, pudieron haber continuado en sus frágiles embarcaciones siguiendo la costa americana hacia el sur y haber desembarcado en cualquier punto y lograr establecer un asentamiento hasta ahora desconocido. Es fácil imaginar navegantes aventureros que dieran la vuelta a la península de Baja California y hayan avanzado hasta el alto Golfo de California y desembarcado en Bahía Adair y otros puntos costeros y lograran establecerse con una cultura distinta a la de los grupos migrantes por tierra.

Este es el Atlatl encontrado en El Pinacate de 55.3 centímetros de largo. Foto Ferg y Peachey, 1998.

Segundo, que estudios recientes de ADN en grupos humanos en Perú detectaron un linaje polinesio en actuales nativos sur americanos. La revista científica Plos Genetic, publicó que hay un "desacoplamiento entre genética, lenguaje y geografía en las comunidades nativas del sur del continente americano que explican que los primeros pobladores americanos llegaron desde diversos puntos” 18 . Entonces resulta lógico aceptar también la posibilidad de que el hombre llegara a El Pinacate vía el Golfo de California a una edad más temprana, y por esta razón no hay vestigio de su paso por el Canadá y los Estados Unidos de América. Esta hipótesis explicaría por qué el “mortero giratorio” 19 , bautizado así por Hayden, no fue utilizado por ninguna de las culturas vecinas de El Pinacate. Varias instituciones académicas, entre ellas la CONABIO de México, ha publicado mapa de nuestro país durante la última edad del hielo, cuando los mares estaban unos 130 metros más abajo que ahora. Esto significa que gran parte del alto Golfo de California estaba seco. Y por los restos fósiles encontrados en el Golfo de Santa Clara, noroeste de Bahía Adair, el alto golfo pudo haber sido una pradera rica en biodiversidad. Véase el siguiente mapa:

18 Lutz Roewer, La Charité - Universitätsmedizin de Berlín, Daniel Turbón, catedrático del Departamento de Biología Animal de la Uni-

versidad de Barcelona, y especialista en antropología molecular y forense y en origen y evolución de los homínidos, entre otros expertos. revista científica Plos Genetics. 19 Se trata de un mortero cónico y abierto en el fondo, labrado en piedra volcánica. Véase adelante “Los actores anónimos”.


Porción superior del mapa que muestra como “espacio terrestre” al alto Golfo de California. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, CONABIO, México, publicado como cartel desprendible en la revista National Geographic en español, de diciembre de 2012.

En la periferia de El Pinacate hay restos fósiles de mastodonte, mamut, perezoso gigante, berrendo primitivo, caballo y camello americanos, oso hormiguero gigante, oso de anteojo que hoy sólo se encuentran en Los Andes, tapir, boa, lobo terrible y tigre diente de sable entre otros muchos (Davis, et., al. 1990). Esta abundancia animal y el agua de tres ríos que desembocaban en esa hipotética pradera, el Colorado, Gila y Sonoyta, pudo haber sido un lugar para algún asentamiento humano en la región que nos ocupa. Berrendo, caballos y camellos americanos son especies de pastizal que quizá vivieron en esa pradera. El bajo nivel del mar de 130 metros menos que el actual, alejaron la costa unos 50 kilómetros en el alto golfo . Esto significa que el hombre, si ya estaba aquí hace 20 mil años, pudo haber caminado de Puerto Peñasco, Sonora, a San Felipe, Baja California, previo vadeo del Río Colorado en algún punto intermedio. Entonces pudiese haber vestigios culturales bajo el mar del alto Golfo de California. Pero salta una pregunta que nos remite al debate planteado el inicio sobre la antigüedad del hombre en esta región: ¿Si los concheros de Bahía Adair encontrados por Hayden y Walters tuvieron una antigüedad de entre 35,200 y 32,700 años; y la CONABIO asegura que el alto Golfo de California era “espacio terrestre” hace 20 mil años, entonces como es que hubo almejas marinas en tierra seca? Entonces la edad de más de 35 mil años no fue determinada correctamente y los concheros de Adair tienen menos de 20 mil años, es decir, sus almejas llegaron una vez que el alto Golfo de California fue inundado por aguas del Océano Pacífico. El Programa de Conservación y Manejo, Reserva de la Biosfera Alto Golfo y Delta del Río Colorado (CONANP, 2007) reconoce una antigüedad máxima para los concheros de sólo 5 mil años. 21 Mexicali, B.C., marzo de 2016. Revisado en julio de 2016.

20 Estudio batigráfico: Bischoff, J.L. and Niemitz, J. W. (1980) Bathymetric maps of the Gulf of California: U.S.G.S.

Miscellaneous Investigation Series. Map. 1.11244

21 Kowalewsky, M., 1995. Quantitative taphonomy, ecology, and paleoecology of shelly invertebrates from the intertidal environments of

the Colorado River delta, northeastern Baja California, México. Tesis de Doctorado, Universidad de Arizona, Tucson..


Apéndices fotográficos Fotografías : CR

1. Visitas preliminares de reconocimiento por parte de integrantes de la peregrinación por los caminos ancestrales de la sal encabezados por Ken José María de la Nacion Tohono O´dham y atendidos por personal de la RBPGDA



2. Equipo de trabajo en visitas de campo


3. Personal del INAH clasificando las piezas arqueolรณgicas en el museo Schuk Toak


Referencias: Bendímez, María Julia, Don Laylander (1986) El arte rupestre en el norte de Baja California, manuscrito inédito. Bischoff, J.L. and Niemitz, J. W. (1980) Bathymetric maps of the Gulf of California: U.S.G.S. Miscellaneous Investigation Series. Map. 1.11244. Tomado de Davis, et., al. 1990. Darling J. Andrew (2009) O’ odham Trails and the Archeology of Space. In Landscapes of Movement; Trails, Paths and Roads in Antropologican Perspective. Edited by James E. Snead, Clark L. Erickson, and Andrew Darling. University of Pennsylvania Museum of Archeology and Anthropology, Philadelphia. En Harmon, et, al., 2015. Davis, Owen K., Alan H. Cutler, Keith H. Meldhal, Manuel R. Palacios Fest, Joseph F. Schreiber Jr., Nicholas Lancaster, Christopher A. Shaw, Stephen M. Sinitiere, Brian E. Lock, Lester J. Williams (1990). Quaternary Geology of Bahia Adair and the Gran Desierto Region. Documento. Unesco. CONABIO. (2012) La edad de hielo en México. Revista National Geographic en español. Noviembre de 2012. México. Felger, Richard Stephen y Bill Broyles, editores (2007), Dry Borders, The University of Utah Press. Salt Lake City. Ferg, Alan y Peachey Williams. (1998) An atlatl from the Sierra Pinacate. Revista KIVA, vol. 62, núm. 2, invierno. The Arizona Arqueological and Historic Society, Tucson. Gifford, E.W. (1933) The Cocopa. University of California Publications in American Archeology and Ethnology. University of California Press. Berkeley. Graduño Everardo, Alberto Tapia, Eva Caccavari (Shuk Toak. Historia natural y cultural de un geosímbolo de Sonora. Revista de Historia de América. Núm. 144, enero-junio 2011. Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Ciudad de México. Harmon, Brian, Sharlot Hart, Amanda Hilton, Gabriella Soto y T.J. Ferguson (2015) O’odham Trails in Organ Pipe Cactus National Monument. Annotated Bibliography. Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona. Tucson. INE, (1995) Programa de manejo Reserva de la Biosfera El Pinacate y gran Desierto de Altar. Instituto Nacional de Ecología. México.


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