ENTORNOS
“PARA QUIENES NO VIVIMOS EN LAS SIERRAS, LA NIEVE EN LA MONTAÑA INVITA A VIVIRLA Y NOS DEJA RECUERDOS IMBORRABLES”.
ALBERTO TAPIA LANDEROS altapialanderos@gmail.com
LA SIERRA NEVADA
P
ara los habitantes del desierto y las costas, la nieve es un espectáculo. Pero cuando se vive en ella días o meses se vuelve una calamidad. Como mexicalense que no experimentó las nevadas de 1928 y 1932 en esta capital, la nieve significa la sierra, elevada y fría. Cuando era joven cualquier nevada invitaba a estar en ella aunque fuese por unas horas.
AMOR A LA NATURALEZA
Heredé de mis padres el amor a la naturaleza y la exploración. Lo mismo hice con mis hijos y ahora lo intento con mis nietos. En “El reino de Calafia” relato cómo el 27 de enero de 1962 llevé y traje a un grupo de preparatorianos hasta Picachos con la sierra completamente nevada en un jeep sin capota. Pero mis recuerdos en la nieve se remontan a los primeros años de mi vida. La foto con mi hermano Oscar en la nieve el invierno de 1950 atestigua este temprano contacto con el hielo de
Sierra de Juárez
las altas montañas. A mediados de los años sesenta exploramos Sierra de Juárez nevada y en la siguiente década buscamos rifle en mano al elusivo venado cola prieta de esas serranías.
REFUGIO EN EL CAMPO
En 1952 mi padre construyó una casa pequeña en la recién nacida Colonia Alaska, contiguo al antiguo Campo Alaska, que juntos hoy en día llamamos La Rumorosa. Con techos muy planos, recuerdo que la nieve que se acumulaba vencía los barrotes de madera y al derretirse se formaban estalactitas. Ese lugar nos sirvió de refugio durante las exploraciones invernales. Por lo menos once veranos en la transición de niño a adolescente y llegada a la juventud, los pasé enteros en esta casita así como los fines de semana de la primavera. También visitábamos la sierra en otoño para cazar codorniz, conejo y ardilla. Sin embargo, la experiencia más impactante fue cuando la sierra estaba nevada.
DIFÍCIL CAMINATA
1950.
Fotos de Armando Tapia Landeros.
Recuerdo como uno de los ejercicios más arduos el caminar por la nieve a campo traviesa. Depresiones y obstáculos ocultos bajo el hielo propician caídas y hasta lesiones graves. Caminar en la tundra helada del círculo polar ártico fue aún más difícil. En este valle agrícola, caminar en una siembra de espárrago crecido imita muy de cerca las experiencias que comparo. He vivido días en la nieve en la Sierra de San Bernardino, California, con todas las comodidades modernas, pero los recuerdos en nuestra sierra nevada se imponen.
De caza.
Cualquier sierra cuando está nevada es todo un espectáculo a la vista, pero estar en él implica algunas incomodidades y riesgos, a pesar de ello, los naturalistas exploradores los aceptamos.
Estalactitas de hielo INVESTIGADOR AMBIENTAL INDEPENDIENTE
SUPLEMENTO |
| LA CRÓNICA | FEBRERO 2017
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