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Miguel Angel Calderón Solís Reseñas del Pasado y del Presente

RESEÑAS: LETRAS DEL PASADO Y DEL PRESENTE

Miguel Ángel Calderón Solís

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En la presente sección, abierta para las colaboraciones de nuestros lectores, se presentarán reseñas de libros de antigua y reciente publicación; como una invitación a descubrir y retomar la lectura del pasado sin descuidar los libros recientes.

«LA PESTE» de ALBERT CAMUS.

Camus, A. (2017). Obras Selectas. Ciudad de México: Sello Editorial Mirlo. Editores Mexicanos Unidos S.A.

Esta novela fue publicada en 1947 por un joven Camus quien había nacido muy cerca del mediterráneo, en el litoral noreste de la Argelia francesa, en 1913. Esta fue su segunda novela, luego de «El extranjero» de 1942.

Seguramente, en este año horrible de pandemia, a muchos se les pudo haber ocurrido leer «La Peste» como una referencia literaria -digamos natural- y quizá con el objeto de entender un poco mejor estas circunstancias. Pero, el lector poco avezado o que espere un relato lineal, anecdótico o puramente descriptivo de las crueldades de la epidemia, saldrá decepcionado o -en el mejor de los casos- confundido. Ciertamente la trama central de la novela es un episodio grave de peste bubónica, que es situado en la ciudad de Orán, en la propia costa argelina durante el siglo pasado, y aunque efectivamente ocurrieron allí en Orán epidemias de cólera que azotaron a esa ciudad siglos atrás, la novela no relata ningún hecho histórico. 58 «La Peste» no es el retrato de la peste, o por lo menos no es solamente eso. Camus entra en los pechos y las cabezas de los personajes que sufren los embates de la enfermedad, el encierro y la muerte, y nos descubre, en carne viva, la angustia de no querer morir, pero también la de estar vivo; la solidaridad y hasta cierta santidad laica; la entrega a los demás pero también el egoísmo. Y las visiones, distintas y complejas, de la religiosidad y el ateísmo, de la apología de la razón o de la fatalidad del absurdo. Su novela tampoco creo que sea una analogía o una alegoría para posicionarse filosóficamente o aleccionar sobre ciertas manifestaciones de un discurso sobre el rigor de vivir y de morir. Creo que «La Peste» antes que nada es arte, y Camus antes que nada es un artista, y como tal su palabra escrita se vuelve recurso y afán literario, pero también indagación sobre lo humano, lo terreno y sobre la idea de dios. Y todo ello cae a colación en la aparición, desarrollo y epílogo de una enfermedad terrible que ataca a una ciudad completa, no solo a sus desconcertados habitantes, sino a su misma estructura, su historia y su futuro.

De cualquier manera, leer La Peste en estos momentos nos lleva a contrastar nuestra actitud y las respuestas del entorno y de la sociedad ante este nuevo pasmo, con lo que ocurre en lo que nos cuenta el testigo narrador de

Camus, y hace además que aquilatemos mejor la profundidad y solidez de la novela a través de la densidad humana que teme, celebra y cuestiona la vida y la muerte en el seno de un contagio, que quizá es el mismo contagio que nos da en la espiral del tiempo humano.

Albert Camus tuvo una vida corta, intensa, productiva y también traumática. Murió a los 46 años en un absurdo accidente carretero.

Obtuvo el Premio Nobel dos años antes, siendo el segundo más joven de la historia en lograrlo. (Sin que tenga que ver nada con la novela, quiero comentar aquí la nota que Camus, precisamente con motivo del

Nobel, escribió a su maestro de primaria, el Sr. Germain, a quien en una docena de líneas sencillas y puras agradece «la mano afectuosa que le tendió al niño pobre» que era el autor).

Con pandemia o sin ella hay que ir a descubrir o redescubrir «La Peste».

«LA CONQUISTA DE AMÉRICA CONTADA PARA ESCÉPTICOS» de JUAN ESLAVA GALÁN.

Eslava Galán, J. (2020). La conquista de América contada para escépticos. Ciudad de México: Crítica. Ediciones Culturales Paidós, S.A. de C.V.

El autor, nacido en Arjona, Jaén, España en 1948, es un destacado y prolífico escritor con casi una centena de obras, donde se amontonan novelas, cuentos, poesía, historia, viajes, biografías, leyendas, sociología, y una serie que se llama precisamente «historia para escépticos», donde en diferentes volúmenes nos ha contado las historias del mundo, de España, de las guerras mundiales, de la guerra civil española, de la revolución rusa, y la historia de la conquista de América que ahora nos ocupa. Ha apilado también varios premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Planeta de novela. Su dedicación de esta serie a los escépticos creo que no solamente se dirige a ese gran sector de descreídos o recelosos de la historia o de cualquier otro asunto, sino a todo el público sediento de lecciones históricas sin interpretaciones estiradas o vaciadas en bronces solemnes. Los textos que nos ofrece Eslava Galán en esta historia peculiar y extraordinaria en todo sentido, son accesibles, lejanos de correcciones políticas pero buscando siempre el rigor de los hechos. Y con un ingrediente generalmente ausente en este tipo de tratados: el humor. El autor es un humorista nato, que encuentra siempre momentos y circunstancias para notar que los hechos dan para conocer, para interpretar y también muchas veces para reírse. Esto no quiere decir que la historia desemboque en parodia o en vulgar chacota, desde luego que no, pero el autor se toma esas libertades (muy gratificantes, por cierto) sin desligarse de la investigación propia y vasta que exige esa labor. En esta historia de la conquista de América, el recorrido nos lleva desde los canales de Venecia, las benditas especias, los vericuetos de Colón, sus viajes, tropelías y contratiempos; los años en las Antillas y las expediciones, la llegada al continente, y la gran epopeya del viaje a Tenochtitlan y su conquista, hasta pasar al sur, con toda la pléyade de conquistadores y porfiados pioneros, y llegar a Pizarro y la conquista del Inca. Terminando con algunas notas sobre los virreinatos y las independencias, sin dejar de poner sus acotaciones sobre el indigenismo versus

hispanidad. Son 600 páginas pletóricas de relaciones, noticias y circunstancias, con un sustento que se maneja al final del libro, en quince páginas apretadas de bibliografía recomendada. En fin, una historia que se agradece y se disfruta. Un escrito ameno, prolijo y sorprendentemente bien escrito, donde nos vemos reflejados todo el tiempo y se ven azotadas frecuentemente nuestras creencias o certezas de la historia que nos fue grandilocuentemente contada desde la primaria, llena de héroes impolutos y de pérfidos villanos. Una historia que en los tiempos que corren -especialmente en este México disparatado de un sexenio extraviadoviene muy a cuento, pues ahora la historia patria se nos quiere vender todos los días desde un púlpito tempranero, igualmente con espejos y baratijas. Y he dejado para la despedida justamente un anexo que alcanzó a meter el autor, refiriéndose a la «extemporánea» petición de perdón por la conquista del presidente mexicano, y donde el propio autor acude al texto de un colega suyo que reproduce íntegro y que, entre muchas cosas bien puestas, dice que tal solicitud es escapista e incongruente, pues si no se asume lo malo tampoco se puede reivindicar lo bueno. Y allí se suelta con una serie de peticiones de perdón (de los españoles, se entiende) donde incluye perdones por Sahagún, Vasco de Quiroga, la primera Universidad, las obras cimeras del Barroco; por Carlos Sigüenza y Góngora, por Sor Juana, y un largo etcétera; y por el desarrollo económico y social del virreinato que en 1776 duplicaba en población y superaba en todos los sentidos a las colonias inglesas. Y por tanto –dice- habría que tomar las responsabilidades desde 1821 sin colgar culpas a lejanos conquistadores. Un texto digno de que lo lean y contrargumenten los trasnochados indigenistas que pululan en palacio nacional. Es muy relevante puntualizar que Eslava Galán no elude las barbaries cometidas por conquistador alguno, pero tampoco se va al extremo de idealizar a las civilizaciones precortesianas. Ni endiosa al conquistador, ni endiosa al conquistado.

En definitiva, la historia contada por Eslava Galán es una lectura que además de muy aconsejable es muy bienvenida para entender mejor nuestros antecedentes y alejarnos de los dogmas extremistas de cualquier signo.

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