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Xitlali Pedraza Una Mirada Hacia la Razón Poética de María Zambrano

UNA MIRADA HACIA LA RAZÓN POÉTICA DE MARÍ A ZAMBRANO X i t l a l i Pe d r a z a

¿Desde cuándo los erizos son elegantes?, ¿desde cuándo sus agudas agujas pueden dotar de gracia?, pues…desde que ese animal nocturno decidió mostrarse al mundo sin estar a la defensiva fue cuando su sabiduría interior lo hizo tan bello y ¿cuándo fue eso? Pues cuando fue capaz de transmutarse con el mar. Doy inicio a este trabajo con un lenguaje poético y ¿por qué menciono esto?, pues bien, se sabe que María Zambrano no sólo escribía de filosofía sino también de poesía, y es que estás dos hermanas son mencionadas en sus obras, pero más que ser mencionadas están en cada pliegue de su pensamiento y se manifiesta en el libro Filosofía y poesía (1939 /1993). Donde nació más que ser creado según María Zambrano, y es, fue y será sin duda una gran pensadora y escritora ante nuestra mirada dado que nos ha de plasmar la exigencia de una razón poética, es por ello que esta razón poética debe de observar más que ver, de sentir más que tocar, de oír más que escuchar y no concentrarse en un sólo pensamiento o sentir, sino más bien en una universalidad. Este cosmos que Zambrano planea en esta obra Filosofía y poesía (1939 /1993) habla sobre la palabra, el Logos, siendo el primer lenguaje que la poesía quiere recuperar. Pues la poesía no es sino la huella de esa forma del lenguaje que es propia de otro tiempo y de otra vida. Con ella no aprendemos de la verdad «pura» por asalto sino más bien es sobre una revelación carismática y gratuita para la razón poética como lo veremos en esta cita: «La palabra, Logos, es lo universal, lo que expresa la comunidad en lo humano. Y el poeta usa la palabra, no en su forma universal, sino para revelar algo que solamente en él ocurre, en el último fondo de lo individual, que incluso para Aristóteles es irracional.» (Zambrano, 1993, p.108). Es por esta razón que quiero hablar de este libro y reforzar la idea con estos pensadores como Chantal Maillard, Rosario Herrera Guido y Octavio Paz, entre otros; a través de la exposición de sus ideas, así como la escritora Chantal Maillard en su libro La creación por la metáfora, introducción a la razón poética (1992/ 1999), nos habla de un sistema constituido de Zambrano en cuanto a la metafísica donde la palabra poética es capaz de desvelar una verdad 49 esencial y oculta del ser, como lo señala esta cita: La Ontología de Zambrano va acompañada de un proyecto ético y de una metafísica que, lejos de partir de conceptos apriorísticos carentes de referente, se construye a partir de fenómenos vivenciales, recuperando, para su ordenación, la terminología simbólica de las tradiciones herméticas. (Maillard, 1999, p.118) Por esta razón para Chantal M. la ontología es el principio de la escritura de María Zambrano porque anida en el pensamiento moderno buscando a través de la filosofía para llegar al fondo cognitivo en el que tan vehementemente se empalma con el pensamiento y la experiencia. Es por ello que esta realidad debe de ser desvelada para alcanzar su verdad y esencia, por lo cual la verdad es algo preexistente y estable, que se cubre con el manto de la palabra, dando así el sugerir con la esencia previa a una razón, de tal forma que concuerdo con esta cita de C. Maillard: La razón poética es apertura para la visión, camino hacia la visibilidad, estado de atención y disponibilidad para el conocimiento de su ser en esta tensión hacia la apertura se realiza. La razón poética es, por tanto, acción ética y estética por cuanto que es acción creadora esencialmente cuando aquello en lo que estamos (el objetivo de nuestra acción, cualquiera que sea) ocupa toda nuestra atención, es decir, cuando en ello va nuestro ser. (1999, p. 125). En atención a lo anterior María Zambrano realizó una explicación muy clara y contundente en su libro Filosofía y poesía (1939 /1993) en el que manifiesta al filósofo y al poeta con sus tintes de unidad. Esa unidad donde no se pueden desprender una de la otra, es decir, el poeta no puede huir o despojarse de la filosofía y viceversa ya que estos dos conceptos son una sola unidad; razón y pasión que no pueden estar separados. En los capítulos de este libro Filosofía y poesía (1939 /1993) existe la inefabilidad que consagra la poesía ya que está asentada desde sus orígenes en lo inafectable, lanzada a decir lo inexpresable como veremos a continuación con esta cita: «Desde el primer instante, se sintió arrastrada a expresar lo inefable en dos sentidos: inefable por cercano, por

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carnal; inefable, también, por inaccesible, por encima de toda razón. Es el drama que humildemente ha conllevado a todo poeta; unos entendiéndolo, otros sin entenderlo.» (Zambrano, 1993, p. 109).

De ahí mismo se deriva estas características en la filosofía de María Zambrano, por lo que resulta exaltante y con esto me refiero a que la autora sin miedo se refiere a la razón que va enlazada con las pasiones puras. Es por esta razón que su pensamiento tiene personalidad, pues no es algo que sólo reside en el interior del filósofo, sino más bien es buscar ser parte de un mundo universal donde no sólo exista pensamiento sino también emociones.

Para María Zambrano su pensamiento es revelador, ya que se manifiesta en el saber distinguir entre saber y pensar, por un lado, el saber se compone con esencias en las diferentes culturas y por otro lado el pensar que forma a la razón poética, es decir, rescata la vida en su plenitud, ya que para la filosofía y la poesía es necesario desentrañar, acceder al

Logos y al Ismo empapándolo con lenguaje.

María Zambrano concilia dos términos que son razón y poesía en su método filosófico donde capta la realidad plena del ser humano, ya que no se trata d e h u i r d e l a r a z ó n p a r a profundizar a otros ambientes, como dice Zambrano en su obra:

La aurora (1984/ 2004) «Así pues, el conocimiento que aquí se evoca, por el que se suspira, este conocimiento postula, pide que la razón se haga poética sin dejar de ser razón, que acoja al «sentir originario» sin coacción, libre cas i n at uralm ent e, co mo un a phys is dev uelta a su origi nal condición». (Zambrano, 2004, p.56).

Esta capacidad del ser humano por completo le otorga un lugar muy especial en el canon aunado a su filosofía que levanta las pasiones desde sí, el poeta es soledad o pasión por la sencillez d e l o q u e e s c r i b e h a s t a l a grandeza de la misma autora por levantar día a día todo lo que los demás dejaron.

Es por esta razón que defiende Zambrano la necesidad de lo poético en toda la indagación filosófica, esto es sin duda el tema q u e d i o o r i g e n a u n a m p l i o estudio que es titulado como: 50 Razón poética, es decir, buscaba encontrar una nueva razón más allá de la literatura y filosofía; esa que se ocultaba detrás del amor y del sufrimiento, diría Paz: «La poesía, como la filosofía (…) es c o n t e m p l a c i ó n ( … ) e s u n a a c t i v i d a d a n f i b i a ( … ) q u e participa en las aguas movientes de la historia y de la limpidez del movimiento filosófico, pero que no es ni historia ni filosofía. La poesía siempre es concreta, es singular, nunca es abstracta, nunca es general». (Paz, 1993, p. 187).

Estas reflexiones tiene una larga trayectoria y una audiencia considerable para poder adquirir mucho más fuerza de la que se ha obtenido, ya que son temas de forma sutil donde se pretende transmitir sentimientos con los autores que representan el movimiento del simbolismo mediante sus marcas textuales que son armonizadas con la razón y con una sutil pasión, debido a que junto con su historia profunda logra impactar los sentidos, según Paz, en su capítulo: «El arco y la lira» (1991 /1998), en el que concluyó sus investigaciones con esta cita: «Las audiencias juveniles usan las palabras con fines emocionales (entre las formas de recepción), para relajar cuerpo y alma, para levantar el ánimo, para ver la vida y el conocimiento de una manera subjetiva (bella)…» (Paz, p. 27).

Y es que vivimos de la mano con el existencialismo, es decir, desde el momento en que nacemos y nos cultivamos nuestras existencias se fragmentan para volverse un exilio del ser, es por esta razón que nace la imaginación poética, una imaginación poética que puede tener ciertas dulzuras con la utopía ya que en pleno auge es posible que una imaginación poética sea el oráculo de nuestro pasado y nuestro futuro como manifiesta Rosario Herrera Guido con esta cita: «De la falta de fundamento de nuestra existencia brota la imaginación poética, la creación, la producción, la invención, la hipótesis, la interpretación, la creación de nuevas realidades, conocimiento y metáforas del mundo. A este deseo de sentido responde la imaginación poética». (Herrera, 2010, p. 6).

Estos tres autores, María Zambrano, Rosario Herrera Guido y Octavio Paz, ven el pasado como un comienzo en la tragedia y comedía de los cantos de los dos poetas Homero y Hesíodo, y un fin provisional en su poesía. Este es

provisional porque altera a medida que transforma el presente otorgándole un nuevo sentido. En cambio, si no hay una relación viva entre el presente y el pasado, si el pasado es insensible a la acción se afirma que hay una ruptura y ese pasado no nos pertenece. Esta obra de María Zambrano es el nacimiento de una nueva protesta hacia el pensamiento platónico, ya que Zambrano defiende a la poesía como un cuerpo vivo que puede moverse, sentir y al mismo tiempo razonar. Por ello la poesía se considera como un poema hermenéutico, la dificultad consiste en querer abarcar todo el lenguaje que se expone. Por ese motivo, es natural que un lector no ignore algunos de sus temas preferidos y no logre afianzar el sentido total del poema como veremos en este fragmento del poema AMOR de Juan Ramón (1986 /1992).

[…] No has muerto, no. Renaces, con las rosas, en cada primavera. Como la vida, tienes tus hojas secas; Tienes tu nieve, como La vida… Más tu tierra, amor, está sembrada de profundas promesas, que han de cumplirse aun en el mismo olvido. ¡en vano es que no quieres! La brisa dulce torna, un día, el alma; Una noche de estrellas, Bajas, amor, a los sentidos, casto como la vez primera.[…] (Jiménez, 1992, p.107-108).

Repito es natural que el lector no logre conectarse con el texto, más no por ello la experiencia de la lectura será menos rica, ya que en el sólo aspecto poético se logra el encuentro con la obra de arte, es decir, una obra como la filosofía y poesía que no contiene únicamente pasiones sino también pensamientos como lo vemos en el libro de los Presocráticos 51 (1981) de Morey. La filosofía no es sólo una actitud y un punto de vista, es también un género expresivo «una forma de escritura que se diferencia claramente de otros géneros, anteriores o contiguos. Dos modalidades expresivas vecinas son singularmente importantes: la poesía lírica y la tragedia. Surgida de la música para ser cantada, la lírica propone una primera ordenación simbólica de la realidad sin recursos a categorías teológicas. La categorización de la realidad que la lírica pretende responder, antes que a un punto de vista objetivados o consista, a un asiento de las intensidades vividas. (Morey, p.21). La cita anterior muestra la razón de que el lenguaje deja de ser instrumental y se relaciona con el arte, con el juego de las palabras, empezando por el movimiento de un hombre que no está completo, pero sin dudase encuentra en la búsqueda. Al leer poesía exponemos sentidos más allá de las pasiones para lo leído según nuestra propia experiencia del mundo. Además, considero que entre el lector y la obra se produce un diálogo que abre a nuevas interpretaciones enriqueciéndolo con posibles sentidos y razones para el texto que ni siquiera el mismo autor imaginó. De esta manera la gran tragedia no es saber cómo evitar la nada, si no saber como se muestra. Para María Zambrano el paso del hombre por el mundo es una imagen y un hábitat poético, es decir, el momento en que Octavio Paz manifiesta «Dios no es Dios sino que Dios es el lenguaje.» (Paz, 1993, p.18) y para Heidegger «La poesía es Dios.» (Heidegger, 2002, p. 43) y por ultimo Baudelaire «El poeta es Dios.» (Baudelaire, 2008, p.78). Por todo ello, María Zambrano presenta la teoría de la razón poética, sin embargo la poesía no puede ser creación poética sino más bien una razón poética, es decir, un acto de unidad donde fucsina al filósofo con el poeta haciéndolo una sola idea, pero con un lenguaje más amplio que envuelve la pasión y la razón, ya que es el lenguaje de la verdad en el que está instalado en la nada y a través de estos estados de la mímesis lo que se pretende es no construir paisajes artificiales sino construir la verdad.

Filosofía y poesía (1939 /1993), es una obra que tiene un gran marco de posibilidades en las relaciones que trastoca la historia del poeta y la histeria del filósofo en torno a la unidad que nos habita siendo el otro. Esta conexión con la soledad, el deseo, las pasiones, los silencios, la voz y la razón...son instantes puros donde finalmente terminan siendo poesía, ya que el poeta y el filósofo emiten su mejor juicio que es escribir desde el charco de la memoria universal. Es por ello que podemos hablar sobre la importancia de la poesía que se centra en la capacidad de tener relaciones entre la literatura y la realidad, ya que es una forma de otredad. Sin embargo, la poesía representa una realidad efímera donde al leerla se proponen sentidos para lo leído según nuestra propia experiencia del mundo. Además, considero que la poesía produce un diálogo, pues depende de la visión del otro con sus vivencias, su edad, sus tradiciones y sus intereses, etc. Por esta razón, el texto se abre a nuevas interpretaciones que lo puedan enriquecer con posibles sentidos que ni siquiera el mismo autor imagino. Para un mejor enfoque de lo mencionado cito: «La poesía posee un tono revelador que contribuye a dar una visión dramática de la existencia; parte de la precisión metafórica para desembocar en un verso claro y directo, capaz de revelar y revalorar el mundo que la rodea.» (Paz, 2004, p. 25). La creación de los mundos alternos dentro del plano poético se manifiesta en la realidad misma, ya que considero esta visión que presenta el poema como el receptor ideal quien se percata en demostrar el interés de la existencia del diálogo, sin duda al concebir la filosofía y la poesía como un proceso de diálogo que conforma enunciados donde se genera el sentido. Es por tal motivo que me doy la libertad de exponer este trabajo por el simple hecho de que el conocimiento es pues, no la conquista de contenidos estables si no un proceso destinado a reanudarse continuamente a partir de los niveles de la conciencia, pero ¿qué quiero decir con esto? Los niveles de conciencia son pues, sin dudad de la relación entre filosofía y poesía, ya que es fundamental y necesario porque sin filosofía la poesía no podría consumarse como poesía, es decir, la poesía no puede por ningún motivo ser un cuerpo vegetal, tiene que tener a parte de sentidos, conocimientos, por el simple hecho de que es una palabra y las palabras están vivas como todo ser humano.

BIBLIOGRAFÍA. Albornoz, A. (1992). Juan Ramón Jiménez, NUEVA ANTOLOGÍA. BRCELONA. NEXOS. Boudelaire, C. (2008). Las flores del mal. España: Planeta. Haidegger, M. (2002). Ser y tiempo. Madrid: Trotta. Herrera, R. (2010). LA IMAGINACIÓN POÉTICA. Levadura. Paz, O. - (1993). La casa de la presencia. México: FCE. - (2004). Poesía en movimiento. México: S. XXI.

Maillard, C. (1992 /1999). La creación por la metáfora, introducción a la razón poética. Barcelona: Anthropos. Morey, M. (1981). Los presocráticos: de mitos a logos. Barcelona: Montesinos. RAE. (2014). Diccionario de la lengua española. España: REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. VOX. (2015). Diccionario bilingüe. Manual Griego clásico- Español. Barcelona: Larousse Zambrano, M: - (1993). Filosofía y poesía. México: FCE.

- (2004). La aurora. México: Porrúa.

Xitlali_Pedraza@hotmail.com

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