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Rafael Calderón Brindis por el Poeta Ernesto Hernández Doblas

!BRINDIS POR EL POETA ERNESTO HERNÁNDEZ DOBLAS! R a f a e l C a l d e ró n

Este año 2021, que se conmemoran cien y setecientos años de la muerte de Ramón López Velarde y de Dante, respectivamente, mi estimado amigo y poeta Ernesto Hernández Doblas (1971), originario de Morelia, Michoacán, México, autor de varios libros de poesía, llega en este mediodía a los 50 años de vida. Ahora mismo intento recordar cuándo lo conocí, y debo decir que no tengo la fecha exacta, ni recuerdo el día que estreché su mano, pero sé que inicialmente es autor de un cuaderno de poesía, Bitácora clandestina, y que por medio de un amigo, le envié una carta el día que lo presentó, donde le decía que sus poemas estaban llamados a ser parte de una tradición lírica que no pueden pasar inadvertidos por el lector y aquello aconteció antes que terminará el siglo XX. Ahora intentó hacer m e m o r i a d e a q u e l l a osadía, recuerdo que por s u p a r t e n u n c a e n r e a l i d a d r e c i b í respuesta; así pasan a v e c e s l a s c o s a s . E l a m i g o q u e m e h i z o favor de entregarle esas l í n eas en tre n o s ot ro s sigue presente, y ahora Hernández Doblas llega al medio siglo de vida, y nuevamente la celebro y reconozco su lírica y sé que su condición de poeta es parte de nuestro t i em p o generaci o n al . Para decirlo con un don d i f e r e n t e , c o n u n postulado, pero ya de e s t o s d í a s , h a y q u e anotar aquí que estamos ya en pleno siglo XXI y d e a q u e l a ñ o q u e p r e s e n t ó l a p r i m e r a han pasado ya varios, colección de poemas, pero me alegra decir que 67 sigo siendo lector del poeta y que sus poemas para fortuna de nuestra tradición son una huella portentosa y definitiva d e n u e s t r a t r a d i c i ó n literaria. Así que si hay un libro de todos los que h a p u b l i c a d o q u e h e celebrado y llamo a leer, ese no es otro que el que titula Museo de musas y, por ello, hago extensiva e s t a i n v i t a c i ó n p a r a descubrir los poemas de Inventar París; sin duda, u n a o b r a p o r t en t o s a , llamada a ser clásica de la poesía entre los de su generación, es Museo de musas que fue publicado por jitanjáfora y, otra obra, igualmente fundamental, es aquella que toma el título de un poema de Orlando Guillén y lo convierte en digno heredero de una suma poética que es ingrata, con futuro, que sufre con su dolor y es un duro encuentro con la vida y el amor, asimismo un recuento de dudas es la que llama Lugar de muertos. Y, si para el primer título de su poesía contribuyen Antonio Mendiola y José Antonio Alvarado; el siguiente, una colección de poemas sin título, es José Luis Rodríguez y el Colectivo Artístico quien le publica; para Museo de musas tiene que ver la voluntad explícita de José Mendoza Lara y esa generosidad de su pasión de editor; y, todavía recuerdo con satisfacción que, los poemas de Inventar París, es parte de un hallazgo de su poética: el resumen de su vida en y desde la literatura o recordar que fue el poemario que en 2009 se alzó con el Premio Estatal de Poesía «Carlos Eduardo Turón» en el Estado de Michoacán; el que no se puede explicar sin la complicidad generacional es Lugar de muertos que fue editado en El Árbol Ediciones, que desde Chile, hoy día impulsa la portentosa editora Carmen Avendaño; y por último, quiero decir que la aventura de la revista PalabraPoesía entre nosotros y con Sergio J. Monreal, fue parte de la más prolongada búsqueda y de una realidad generacional, así sumar un ideario a la tradición lírica entre los autores de nuestro tiempo y con acierto enriquecer la

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poesía y decir con el poema de dónde venimos, hacia donde vamos y consolidar una poética propia, y finalmente consolidar esa búsqueda en los cuadernos que fueron corolario de la revista para anotar que Ernesto Hernández Doblas entregó Aeroplanos (2011), para así sumar una realidad llena de solvencia y madurez en la vida y por la poesía. Así que celebro al poeta en este mediodía del 02 de enero del 2021 y, con su poesía, hay que celebrar y por esto le escribo ahora estas líneas y le lanzo este brindis para destacar que lo importante es que está presente por la poesía y por ésta le celebro e invito una vez más y leer sus poemas, recordar que está presente entre nosotros y decir con sus versos que:

Hacer poesía es dejar que sangre lo que tiene corazón de ave. Mover embarcaciones sobre mar del viento. Estar dispuesto a perecer en el interior de la primavera. Hacer poesía es andar a ciegas, el ciego camino de la vida y a goniza r ca nta ndo…

Esto sin que sea un punto final sino como encuentro con la bitácora de su escritura y sabiendo que no guarda silencio sino que muestra prudencia. Es un poeta que acometió con la palabra, su poesía, y como lo dice Carmen Avendaño,

«la voz de Hernández Doblas nos asalta desde sombríos territorios que desenmascaran la muerte en vida». Así que hay que reconocer que sí, los poemas de Lugar de Muertos, son evocación de la penumbra: «umbral de la extinción 68 humana». Es decir, «epitafios y avenidas se entrecruzan, ahí donde la palabra agónica se vuelve canto». Como resumen hay que precisar que «adquiere forma la interpretación estética del abismo». Además de esto, quiero señalar que Hernández Doblas se ha desempeñado como promotor de la lectura y ha coordinado diversos talleres literarios.

Entre ellos destaca su labor con internos del extinto centro penitenciario de Morelia «Fco. J. Mújica», cuyas experiencias dieron como resultado varios guiones teatrales. Tanto sus trabajos poéticos como dramáticos han obtenido premios y reconocimientos. Hace algunos años, participó en el intercambio artístico Morelia / Valparaíso que realizó la Fundación Pablo Neruda, desde aquella ciudad, con esta, la ciudad de Morelia. Ya que, volviendo a Lugar de

Muertos es, nada menos que el segundo título de la colección Signos del Umbral, impulsada en México por El Árbol

Ediciones y se puede recordar que aquí umbral es disposición para acceder a lo sospechado (y sumar ese postulado de la editorial al poemario de Hernández Doblas). Ya que avala el convite de traspasar nuestra condición pasiva sin contraseñas. Es un umbral que se colapsa en las fronteras donde no hay necesidad de rúbricas. La escritura del umbral puede comprenderse como la compresión de los contrasentidos al relacionarnos entre diferentes. Entendiendo, por contrasentido la tensión irresoluble del pensar en donde se conjuga el desenvolvimiento humano. Una escritura como tal se encarga de señalar los ámbitos escindidos entre literatura y cultura. Entendido, claro está y a cabalidad por un título como Lugar de Muertos para nombrar la tradición poética de estos tiempos y que ya son los años plenos del siglo XXI.

Pero, de esto hay que decir una vez más que, no estamos exentos de ir a sus páginas, más bien hay que vivir la lectura de sus versos, descubrir por su atenta lectura el cómo lo dice, el cómo descubre la cura de renglones, pero que no son torcidos sino que incluyen el diálogo fraternal. Así que cierro con un ejemplo de su osadía lírica y poder decir que el verso permite reconocer esa fuerza de vanguardia o sonoridad que práctica nuestro poeta con la escritura:

Estas palabras D e r r a m á n d o s e desde mis dedos, son en realidad navajas buscando al silencio

Morelia. 02 de enero del 2021.

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