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después del confinamiento?
from Revista Aduanate
by alfonsogomea
¿Existe una mayor igualdad de género después del confinamiento?
Amelia Martínez Jiménez
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De acuerdo con los datos obtenidos en varias encuestas realizadas a mujeres, durante el primer confinamiento los hombres contribuyeron un poco más en las tareas del hogar y en aquellas que se derivan de la crianza de los hijos tales como: ayudarlos con las actividades escolares, jugar con ellos, dar de comer a los más pequeños de la casa etc. lo que vivió y sintió en aquella época tan oscura de su corta vida.
¿Es entonces el confinamiento un punto de inflexión que ha permitido lograr cierta paridad entre hombres y mujeres en relación a las tareas diarias del hogar?
A lo largo de la historia, hemos observado como el rol de la mujer en la sociedad ha ido evolucionando positivamente hacia un papel más liberal y participativo no solo en el mundo laboral, sino también en otros aspectos sociales o de ámbito legal como son el derecho al voto, al divorcio o al aborto.
Desde la antigüedad más primitiva, pasando por la época clásica, la Edad Media y hasta llegar al siglo XIX, la figura de la mujer era tratada como un ser inferior respecto al hombre, cuya principal labor era la de tener hijos y cuidar de la familia. A partir del siglo XIX, se observa que en ciertos estratos sociales algunas mujeres comienzan a despuntar en campos como la investigación científica, como es el caso de Marie Curie, en la literatura como Rosalía de Castro, o en la política con la figura de Clara Campoamor.
Sin embargo, no es hasta principios del siglo XX cuando la mujer experimenta una mayor apertura a la sociedad. Un hecho fundamental que enmarca esta nueva situación de la que la mujer comienza a gozar es el derecho al voto por sufragio universal, que logró Clara Campoamor tras un arduo debate con otra de las figuras políticas femeninas de la época, Victoria Kent.
A partir de este hecho, la figura de la mujer cobraría mayor fuerza en la sociedad, lo que posibilitaría la aparición de los primeros movimientos feministas cuyo principal objetivo era la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.
En la actualidad, es cierto que en la mayoría de países desarrollados las mujeres disfrutan de los mismos derechos que los hombres, pero estos movimientos siguen el camino en busca de la igualdad más absoluta exigiendo, por ejemplo, la equiparación salarial o la supresión del techo de cristal1 .
1 El techo de cristal se refiere al conjunto de normas no escritas en el interior de las organizaciones que dificulta a las mujeres tener acceso a los puestos de alta dirección.
Aduánate, 1(2021)
Desafortunadamente, el papel de «mujer del hogar» o de «mujer encargada mayoritariamente de la crianza de los hijos» continúa siendo un lastre incluso en pleno siglo XXI.
Y es en este siglo, concretamente en el mes de marzo de 2020 cuando la sociedad global se vio completamente paralizada por un hecho que nunca nadie hubiera imaginado, esto es, la pandemia ocasionada por el virus covid-19.
A raíz de este acontecimiento, muchos sectores del tejido empresarial vieron cómo se sentían en la obligación de echar el cierre de sus empresas, otros intentaban paliar la situación enviando a sus trabajadores al ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), o en el mejor de los casos a teletrabajar desde sus hogares. Como consecuencia, familias enteras tuvieron que convivir encerradas en casa durante 24 horas, los 7 días de la semana, durante de 3 meses.
A partir de ese momento, los hombres, quienes son los cabezas de familia en muchas ocasiones, y apenas disponen de tiempo libre a causa del trabajo, de repente, empezaron a involucrarse un poco más en las tareas diarias del hogar como: cocinar, hacer la compra, limpiar…, y por supuesto, ayudar a los críos con las tareas escolares, leerles un cuento antes de ir a dormir o pasar tiempo jugando con ellos entre otras. Tareas que, día tras días, hasta antes de la pandemia, la mayoría de las mujeres las llevaban a cabo prácticamente en su totalidad, y muchas de ellas, además de trabajar en sus respectivos empleos con jornadas laborales iguales que las de los hombres. Esto me lleva a pensar si entonces, es cierto que el confinamiento ha supuesto un verdadero punto de partida para que los hombres compartan las tareas del hogar y el cuidado de los niños a partes iguales con las mujeres y que, por tanto, esos roles del pasado de «hombre encargado de trabajar y mantener económicamente a la familia» y «mujer
Cartel propagandístico creado por el diseñador gráfico estadounidense J. Howard Miller durante la Segunda Guerra Mundial. A partir de los años 80 se comenzó a utilizar para promover el feminismo.
Óleo sobre lienzo pintado por Eugène Delacroix en 1830. En él se retrata a la mujer como la guía que llevará al pueblo hacia la libertad.
encargada de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos» no se vuelvan a repetir en el futuro.
Honestamente, creo que para muchas mujeres este confinamiento solo ha supuesto «una pequeña ayuda» o «un cambio eventual» en cuanto a la distribución cotidiana de las responsabilidades familiares. Por el contrario, para el gobierno de nuestro país, sí debería de haber supuesto un punto de reflexión para darse cuenta que es totalmente necesario crear leyes más justas con el fin de erradicar la desigualdad entre ambos géneros.
Y es que, ¿por qué tiene que ser la mujer la que abandona su puesto de trabajo de forma parcial o completa en la mayoría de los casos para poder criar a los hijos cuando son pequeños? Esto hace que el hombre siga empoderándose y progresando en su trayectoria profesional, y que el fenómeno del techo de cristal continúe vigente. De igual modo me pregunto, ¿por qué casi siempre es la madre el primer referente para su hijo en
Aduánate, 1(2021) cuanto a reuniones en el colegio, tutorías con familias, ayuda con los deberes etc.?
Si nos paramos a pensar, aquel modelo clásico de la «mujer a cargo de la familia» sigue recreándose en nuestra sociedad actual.
Estos hechos son completamente inadmisibles en la época que vivimos, por eso creo firmemente que el gobierno debería impulsar y promover medidas que aboguen por una igualdad real. Por ejemplo, equiparando la temporalidad de los permisos de paternidad y maternidad, o garantizado la flexibilización de horarios en las empresas para permitir la conciliación familiar entre los dos miembros. Será entonces, cuando las mujeres comencemos a ver un verdadero cambio en la sociedad y cuando podamos beneficiarnos plenamente de la igualdad entre géneros por la que tantos años llevamos luchando.
Mi nombre es Amelia Martínez Jiménez, natural de Morón de la Frontera (Sevilla), aunque he pasado algunos años viviendo en el extranjero, concretamente en lugares como Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica o Francia. Soy graduada en Traducción e Interpretación (Inglés-Francés) por la Universidad Pablo de Olavide y cuento con un Máster en Educación. Mi trayectoria profesional en el sector de la docencia transcurre en centros de diversa índole como escuelas de idiomas, centros de enseñanza de español para extranjeros, institutos públicos y concertados. Siento una gran pasión por los viajes, por vivir en el extranjero, por conectar con personas de otras culturas y por explorar cualquier rincón de este mundo. Además, adoro el arte, la música indie-folk y la novela negra.