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MARÍA ELENA ANDRADE UITZIL

MARÍA ELENA ANDRADE UITZIL

MÉRIDA, MÉXICO

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Resplandor

Ahí estás… mas no te veo… te percibo En mi nuca siento tu espirar, tus manos llenan mis altiplanos, me vistes con buganvilias de colores, raíces nos envuelven, tus espinas, se incrustan en mi piel, agridulce placer. Armonía ondulante... Mi luna se mueve, sobresaltada despierto Suspiro el aroma de tierra húmeda, miro mis manos un hilo escarlata se escurre tibia, Sola estoy… ¿Acaso fue una ráfaga de luz en una noche de otoño? sigiloso hieres, Hidalgo en las sombras.

Entretiempo

Yo, he explorado en mi recorrido de vida, lugares con huella desconocidos y lejanos, atravesé prados, puentes, ríos, estaciones de ferrocarril, mis pies de Artemisa en busca de aventuras. Mi boca, ha disfrutado el sabor a moras, a sandías, a pitahayas, a cerezas, a café, el néctar de un cuerpo anhelante y [desfallecido. Mis ojos se han regocijado de lunas, del cielo azul, del manto de la noche, del color de otoño; se nutrieron con miradas dulces, tristes, anhelantes, vibrantes, frías y acusadoras. Mi piel se ha estremecido ante el fuego efímero mi sangre ha palpitado como los caballos al viento en cabalgata hasta el éxtasis. Mis oídos han escuchado con deleite bellos cantos, palabras de miel, palabras de sal, palabras de breves instantes al compás de lluvia de estrellas, palabras que desgarran el alma y voces de helado fuego. He aspirado el olor a tierra mojada de un camposanto, la dulce esencia de un ser naciente, he vibrado con el duelo y la felicidad. Mis brazos de cuarto creciente han arrullado los frutos de esa dulce armonía de la llama y mi locura de amor.

Olas

Ondinas del mar… Parpadean... Tal vez contentas. Tal vez desorientadas. Tal vez traviesas. Tal vez amorosas. Destellan… Azuladas Ambarinas Aceitunadas Escarlatas Pálidas Ondulan… Tal vez cadenciosas Tal vez poseídas Tal vez excitadas Tal vez amorosas. Húmedas.

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