4 minute read
La mosca fucsia de bombín
from Alkymia 04: R.E.M.
by Alkymia Zine
De La Eugenia
(nota al lector: antes, durante o después de leer a placer lo siguiente, favor de escuchar “If you leave me now” de Chicago)
Era una casita sin ninguna otra habitación, solo cuatro paredes, la de enfrente tenía la puerta de cristal con una sábana anaranjada como cortina, en las otras tres había ventanas totalmente desnudas, luego en el centro estaba la cama en donde yo soñaba. Todo tenía ese negro característico de las madrugadas, este fue apagado por una luz fosforescente fucsia que atravesó cada cristal de cada ventana. Sin embargo, aún no se iluminaba el silencio, sólo el zumbido de una mosca increíblemente hermosa y fastidiosa, de largas alas, patas estiradas y un cuerpo bien redondo, era inmensa, casi del tamaño de mi palma. Su aleteo rutinario únicamente paseaba por lo fucsia colado en la noche, hasta que un zumbido mucho más poderoso que el suyo la asustó; un motor apagándose, un auto, un Ford 77 estacionandose justo enfrente de la casa. Y comenzó:
“You’ll take away the biggest part of me”
Caminé hasta la puerta y salí pero ya no era enteramente noche, tampoco de día, era ese intermedio del cielo azul oscuro espeso causante de la huida del sol cansado, dejando atrás sombras rojas de personas que hace mil años no me había encontrado. El suelo era liso y cortante (arena) y un paisaje enteramente limpio, con una que otra montaña quizás a unos 19 kilómetros, pero a veinte pasos interrumpía un gran cactus con tres brazos, aunque no lo podía ver bien porque el Ford ya fente a mi estaba de costado; dentro veía otra sombra enfrente del volante, esta vez negra con un bombín.
Oooh no, baby please don’t go
No se que tenía puesto, pero el frío neblinoso me besaba mis mejillas ardientes de fiebre y calmaba las plantas de mis pies sudorosos con pedazos de arena adheridos, creo, me abrazaba una cobija, o quizás solo era el viento. Creí que la radio del Ford estaba descompuesta, pues repetía una y otra vez la misma canción “If you leave me now” de Chicago. Sentí que pasaron cuatro meses, o un año, quizás un mes o dos semanas; yo ahí parada sin sentir absolutamente nada más que mi fiebre. Mi cabeza comenzó a danzar al ritmo de la única voz melodiosa que escuchaba. ¿Recuerdas las sombras rojas? estaban impregnadas en la arena, hasta que tres de ellas al movimiento de la pequeña alegría de mi cuerpo por comenzar a bailar (brazos alzados y deditos despegados) se desprendieron, seguían siendo sombras pero supe muy bien quienes eran. Tres de mis verdugos, tres de los causantes de mi fiebre, se lanzaron hacia mí pero corrí siete pasos hacia el auto, abrí la puerta y subí. -Buenas noches. - Le dije al conductor del bombín. No hubo respuesta.
And if you leave me now You’ll take away the very heart of me
Quise evitar mirar por las ventanas porque las tres sombras nos habían rodeado, una frente al auto y las otras dos en cada ventana de costado, solo quedaba libre el retrovisor, lo miré pero inmediatamente se ensució con la mosca que me había acompañado dentro de la casa. Sentí un miedo asfixiante, las pupilas se me salían de los ojos, sudor frío y espasmos. Traté de gritar pero ese grito se atascó justo en medio de mi garganta como una bola de pelos gigante , mi boca se abrió pero no emitió ni un solo sonido y mi cuerpo ya era incapaz de moverse. Me sentí morir y acepté mi destino; no, no lo hice. Entonces sentí paz, supe que quería despertar.
“Oooh no, baby please don’t go”
De reojo supe que la sombra de bombín sacó algo de su bolsillo, parecía pesado así que lo recargó en mi cien, yo seguía inmovil, pero sentí la presión y el olor a futura pólvora quemada.
“Oooh girl, I just want you to stay”
En mi boca nació el único suspiro lento que quizás duró cinco días o tres horas . Entonces tiró del gatillo. Entonces, ¡un disparo a distancia corta!
“A love like ours is love that’s hard to find”
después, ruido blanco ensordecedor, así a todo volumen.
después, la canción se repitió otra vez, sentí nuevamente la fiebre y la luz fucsia fosforescente entrando por mis ventanas.
How could we let it slip away