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Entrevista Spotlight: Daniella Serrano

Patricio, parte del equipo de Alkymia, se reunió con Daniella Serrano de 23 años, autora de Sueños de leche, el Spotlight de esta edición. Lo siguiente fue editado por claridad.

Cuéntanos de ti y tu trayectoria, ¿qué te trajo hasta aquí?

Es una pregunta complicada, creo. Desde que era chica, mi mamá buscaba formas de mantenerme ocupada. Buscaba y me metía a clases de todo, o me ponía a hacer lo que se le ocurriera. Empezó todo con una cámara de rollo que tenía mi mamá. Cuando mi papá le regaló una digital, de repente me la prestaba a mí. Yo iba a revelarlas. Creo que ahí es donde empecé a ver el mundo desde otros ojos; empecé a buscar otras cosas. También tomaba clases de artes plásticas. Según yo, entonces, quería ser doctora, pero con el tiempo decidí seguir el camino del arte. Creo que tiene que ver con que siempre he sentido curiosidad por las cosas. Eventualmente, esa curiosidad se convirtió en una necesidad por encontrarle sentido a inquietudes que tenía. Nada profundo, cualquier inquietud que se puede pensar cuando se es niñe. Ya siendo más grande, me di cuenta de que tengo cosas que decir porque hay cosas que me importan. No por pensar “voy a decir cosas importantes”, es más saber que hay cosas de mí que quiero compartir. Antes hacía más foto, pero cuando tenía 19, tuve un asunto de censura en la universidad y muchas cosas empezaron a pasar. Me alejé de la foto y empecé a buscar nuevos medios y nuevos formatos. En 2021 tiré todo lo que había hecho posteriormente, sentí que ya no me representaba. Sé que a muchas personas les gusta conservar los proyectos que hacen, pero para mi no tuvo mucha relevancia. Estaba muy molesta y muy inconforme. Creo que me liberé mucho, fue un nuevo comienzo. Cambió mi forma de trabajar y me empecé a centrar en la exploración. Aunque todavía, hasta la fecha, me cuesta considerar mi trabajo como “arte”. Creo que puede ser una palabra hostil. Creo que es bueno que cada quien desafíe ese concepto.

¿Como te sientes al definirte como artista?

En sí, no me molesta. Creo que me causa conflicto la respuesta que puedan tener otras personas; todo el debate sobre qué sí es y qué no es. Y a veces me pasa que ni siquiera yo sé muy bien qué estoy haciendo. Titubeo con la cuestión de asumirme como artista. Todavía no encuentro una palabra que pueda definir lo que creo que yo hago. A veces ya lo pienso más como proyectos y nada más. Creo que no todas las prácticas artísticas creativas caben en una obra, porque van más allá. No sé. Externamente no tengo ningún conflicto con la idea y la palabra “artista”, pero sí es algo que me cuestiono. Digamos que soy artista hasta que encuentre otra palabra.

Con respecto a tu obra: Nacer de ti misma, ¿cómo surgió eso?

Fue un sueño que tuve. Fue muy extraño, todavía me causa terror recordar la imagen. El concepto puede sonar simbólico pero, aunque sí fue, literalmente me vi en una pesadilla naciendo de mi misma. No como bebé. Nacer yo, actual, como soy, de mí, actual, como soy. Fue una cosa muy rara, además no me podía despertar. Sentía una angustia muy grande, como si algo me tronara adentro. Fue muy extraño. Pienso mucho de dónde viene, a qué me remite, por qué mi cerebro configuró así la imagen. Pues qué pregunté, ¿no? De todas las vueltas que le he dado, no sé si tiene que ver con emerger de mis propios miedos o algo así. Lo sigo pensando y sigo sin saber.

¿Crees que tiene algo que ver con, tal cual, ser madre? ¿Qué significa ser tu propia madre?

Creo que, en realidad, tiene más que ver con no ser madre. Mi deseo de no ser madre. Me aterra profundamente por una variedad de razones. Tiene que ver con mi relación con mi propia madre, ha sido complicado para las dos, pero fuera de eso, me alejo mucho de la construcción social detrás de la maternidad. Toda la idea es muy aterradora, son muchos procesos. Y en este sueño, no pude decidir entrar en esa situación, solo pasó. Eso de ser mi propia madre está muy fuerte. Está difícil de contestar. Supongo que tiene que ver con ser mamá de todos mis miedos. Siento que implica hacerme cargo de todos estos miedos, traumas y experiencias porque son míos. Tomar responsabilidad de mí, reconocer estos miedos como míos.

¿Cómo denominarías que es tu proceso creativo?

Me baso mucho en mi experiencia y en monitorear mi sentir. Cómo me siento con respecto a un tema o un material. El sentir se liga directamente al contexto. Me es más fácil detectar que algo está sucediendo enfocándome exclusivamente en lo que siento. Ya, después, llega el medio de representación. Aunque, a veces, el sentimiento nace del medio. Puedo empezar mi proceso a partir de como me siento hacia la cerámica, por ejemplo. Busco qué decir y qué sentir a partir de cómo se va a decir. Es por el capricho de querer trabajar con algo en particular.

En base a lo que nos has contado y tu trabajo esta edición, ¿crees que tu arte duele? ¿Cómo se presenta este factor?

Desde que surgió la idea de Sueños de leche fue desafiante. Me tardé mucho en decidir si hacerlo o no, pero la incomodidad me llevó a realizarlo. Cuando la incomodidad me invade es que creo que soy capaz de empezar. Me incomodan muchas cosas, me incomodan mis ideas, me incomoda tratarlas, la parálisis, me incomoda pensar en incomodar. Cuando la incomodidad interna sobrepasa la externa es que genuinamente logro soltar. No la puedo contener. Más que ser visceral o explosivo, actúo en rechazo a lo intolerable. Desde que hice las paces con estar incómoda, ya puedo utilizarla a mi favor; ya es parte de la experiencia. Me da gusto saber que puedo, más que compartir, contagiar un sentir.

¿Qué es el sueño para ti?

Creo que es muy fuerte y muy importante. Ahí desembocan nuestros deseos. Es una ficción que parte de nuestra realidad. Nos habla de nuestras vidas, nuestras situaciones, nuestros temores, nuestros motivos. Da un panorama relativamente decodificado, pero a la vez confuso. Se libra de las reglas convencionales para hablarnos en un lenguaje que no entendemos realmente.

Si has tenido la oportunidad de leer esta edición de Alkymia, ¿Cuál es tu aportación favorita?

En Alemania no se da la guanábana. Creo que es muy importante, hablando de los sueños. Toda la parte de las memorias que se pueden evocar en imágenes mentales y narrativas de sueño. Moverse a través de recuerdos, de palabras y de experiencias no es muy diferente a soñar. Es provocador en el mejor de los sentidos.

No te pierdas Daniella Serrano y de lo que es nacer de ti mismx en Sueños de leche y camina dormidx por Alkymia: R.E.M.
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