POEMA
TORTURAS Wisława Szymborska Traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia
Nada ha cambiado. El cuerpo es doloroso, tiene que comer y respirar, y dormir, tiene una piel delgada y justo debajo de ella, sangre: tiene una considerable cantidad de dientes y de uñas, sus huesos son frágiles, sus articulaciones moldeables. En las torturas, se tiene en cuenta todo eso. Nada ha cambiado. El cuerpo tiembla como temblaba antes y después de la fundación de Roma, en el siglo veinte antes y después de Cristo; las torturas son como eran, sólo la Tierra se ha hecho más pequeña, y cualquier cosa que pasa sucede en casa del vecino. Nada ha cambiado. Únicamente hay más gente, junto a antiguas culpas aparecieron nuevas, manipuladas, reales, momentáneas y no culpas, pero el grito con el que el cuerpo responde por ellas era, es y será un grito de inocencia, según una escala y un riesgo eternos.
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