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Leyenda del puente inka Q’eswachaka y del negro

Leyenda del puente inka Q’eswachaka y del negro

Antiguamente, al puente inca Q’eswachaka lo renovaban el 5 de enero de cada año, durante tres días consecutivos.

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El encargado de renovar el puente era llamado kuraka (varón). Él se vestía durante un año con una montera negra redonda, un punchu tejido de lana de oveja, color gris y una chalina tejida de lana de vicuña, color marrón, que se amarraba en la cintura. También lucía una chunta adornada con incrustaciones de oro y plata, y utilizaba un ch’uspa en el cuello llena de coca. La mujer del kuraka era llamada wayru; vestía montera negra, phullu negro, pollera negra, unkhuña gris y llevaba una khipucha llena de coca y llipta. Estas parejas andaban de casa en casa, invitando coca y alcohol a las personas, convenciéndolas de ayudar en la renovación del puente inca Q’eswachaka, durante un año.

En ese entonces, no habitaba mucha gente en la comunidad de Huinchiri y el chaka ruwaq, llamado Juan Huanca, hacía sus pagos a los apus y a la tierra Pachamama durante tres días para que no pase ningún accidente en la renovación del puente.

El primer día, querendones y familiares, entran al puente inca llevando q’eswas. Las mujeres traen el kharmu para realizar el allwiy. El segundo día, realizan el tizado de los duros donde no se podía estirar bien. Por falta de personas, el chaka ruwaq hace el pago al “negro” para que le dé su fuerza y logren estirar bien el puente.

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—Negro, oso, kallpallaykita qoykamuwayku kay chakallayku chutanaykupa1 . Al recibir el pago y escuchar aquellas voces tan hermosas, el negro les entrega su poder a las personas de la comunidad, lo que hace que el puente inca Q’eswachaka quede bien estirado y bonito. El tercer día, los comuneros hacen el tejido con sirpha y kallapu, y con esta actividad termina la construcción del puente Q’eswachaka.

Durante un año, las personas que habitaban en la comunidad Huinchiri y otros que venían de diferentes pueblos, hacían pasar las llamas y las ovejas en la temporada de lluvia (poqoy killa) gracias a este negro, un oso que vive pegado al apu Llanthuku y que hasta el día de hoy podemos ver en el costado del apu.

Autora: Yuly Madeleyne Vilca Puma Edad: 11 años

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Negro, oso, danos tu fuerza para poder estirar este puente.

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