El Summum 38

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EDITORIAL

ELECTRODOMÉSTICOS DIVINOS

OVIDIO PARADES

DOCUMENTARTE

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EDEN PROJECT

ILEGALES

NO MA

LABORAL CENTRO DE ARTE

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FICXIXÓN

L’ALMA ROBADA

DISEÑU NA WEB

EL NO-RÍO NAVIA

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ANDRÉS CASTILLO

PABLO MAOJO

FESTIVAL DE JAZZ

FRANCISCO PIMIANGO

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CHRISTIAN DOMÍNGUEZ

RICARDO MENÉNDEZ SALMÓN

RÚA QUINCE

LA FALLERA CÓSMICA

46/47 ANTONY AND THE JOHNSONS

Editores: Inaciu Iglesias y Alberto Suárez. Coordinación de redacción: Henrique G. Facuriella (henrique@ambitu.com). Dirección de arte: ÁMBITU. Diseño y maquetación: Eduardo Carruébano, David García y Mercedes Piñera. Escriben en este número: Juan Carlos Aparicio Vega, Damián Barreiro, Laura Cuch, Maite Fernández Urquiza, David García, Manuel García, Henrique G. Facuriella, Ovidio Parades, Víctor Rodríguez, Ricardo Saavedra, Marina Sanmartín Pla, Charo Taberna. Fotos e ilustraciones: Marta Bermeyo, Andrés Castillo, Nanel Costa, Laura Cuch, Christian Domínguez, Don Felix Cervantes, David García Lezink, Henrique G. Facuriella, Lernert & Sander, Paula Llorenti, David Morei, Daniel Mordzinski, Francisco Pimiango. Imagen portada: Christian Domínguez, Purple world. Empresa editora: Publicaciones Ámbitu S.L. San Juan, 5, 3º dcha. 33003 Uviéu (Asturies). Publicidad: publicida@lesnoticies.com. Administración: José Trabanco. Depósito legal: AS-1372/01 Fax: +34 985 221 537 - Teléfono: +34 985 204 601 redaccion@lesnoticies.com / www.ambitu.com / www.lesnoticies.com Publicación gratuita trimestral. Desde el número 27 esta revista cuenta con la ayuda de la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias.


DAVID GARCÍA, LEZINK

We don’t like this cup of tea


FOTOGRAFÍAS DE LERNERT & SANDER

Los escaparates de los almacenes Selfridges en Londres (400 Oxford Street) lucían este otoño las creaciones de los diseñadores holandeses Lernert & Sander. La ocasión la brindaba el estreno de las nuevas galerías de calzado, para lo que Selfridges encargó al dúo holandés once instalaciones escultóricas que llevasen modelos míticos de zapatos hasta extremos surrealistas. Para conseguirlo, Lernert & Sander han tomado algunos de los electrodomésticos más usuales y los han remodelado cómicamente hasta hacer de un lavavajillas un modelo de Chanel, dos máquinas de coser se transforman en un par de zapatos de Yves Saint Laurent, mientras que unas planchas negras toman la apariencia de dos zapatos de tacón de aguja de Stella McCartney. El objetivo confeso de ambos diseñadores era «tomar la moda de una manera chistosa de tal manera que se convirtiera en la vía de escape ideal para huir de la rutina diaria».

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TEXTO DE OVIDIO PARADES El extraño viaje es el segundo libro de Ovidio Parades (Oviedo, 1971), después de L’habitación azul. Su origen inmediato hay que buscarlo en el blog que el autor empezó a escribir en 2009, aunque el idilio de Parades con la escritura arranca desde una edad muy temprana. Sus cuentos y relatos han recibido diferentes premios y sus artículos sobre libros, música, cine o teatro pueden encontrarse en publicaciones como Clarín, Les Noticies o La Nueva España.

El extraño viaje Ovidio Parades Trabe, 2010 192 páginas

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La idea de crear un blog surgió el año pasado, a finales de octubre, en Llanes. Íñigo trabajaba, como de costumbre, en Llanes al Cubo y yo quería hacer algo más que pasear, contemplar la belleza del paisaje, comer y beber, aunque todas esas cosas se puedan hacer estupendamente en esa localidad. Creamos el blog en esa casa desde la que se oye el mar y el graznido de las gaviotas que lo revolotean, y que tantas veces nos ha servido de refugio. Lo llamé El extraño viaje, como homenaje a la inolvidable película de Fernando Fernán-Gómez y al disco con el que Fangoria, hace unos pocos años, quiso homenajear al genial cineasta. Y, como siempre que emprendo una tarea literaria, sea del tipo que sea, me la tomé muy en serio. Hay alguna gente que desdeña y habla con cierto retintín de la literatura que se escribe en los blogs –es cierto que hay blogs de muchos tipos: no se puede generalizar–, pero, en mi caso, como en el de muchos otros colegas, me enfrento a ese espacio en blanco con la misma seriedad, rigurosidad y profesionalidad con la que lo hago para estas páginas, para las otras en las que también escribo o para las que pudiese hacer en un futuro. Es el espacio en blanco en el que nos expresamos todos aquellos que no tenemos el hueco que desearíamos tener en los periódicos. Esos periódicos en los que tan buena literatura se ha escrito y se escribe en este país. Cada cual pondrá aquí los ejemplos que más se acomoden a sus gustos, estilo y preferencias, siempre tan particulares. Yo me quedo hoy con dos: Francisco Umbral y Elvira Lindo. El extraño viaje –mi blog– se fue llenando, cada mañana, casi antes del amanecer, que es cuando habitualmente escribo, de muchas cosas. Recuerdos, vivencias, libros, mujeres, ciudades, amigos, músicas, películas, obras de teatro, luces de neón, luces de otras ventanas, amor... La memoria hizo también su papel. Y así rememoré todas las ciudades en las que había estado y todos los recuerdos que, caminando por aquellas lejanas calles, parques, librerías, teatros, terrazas, puertos, avenidas, museos, mercados y mercadillos callejeros, recordé. Un callejón decadente de aquel invierno de Buenos Aires me trajo el recuerdo del pozo minero que había enfrente de la casa de mis abuelos maternos, en Mieres, y el de los hombres cansados y sudorosos que salían de él; los gigantescos carteles iluminados de los teatros de Broadway me trajeron el recuerdo de todos los instantes llenos de emoción vividos antes de entrar en un teatro de mi provincia, donde actuaba alguna de mis actrices favoritas y el deseo de encontrarlas luego por la calle como un día me encontré a Charo López y otro, ya tan lejano, a Aitana Sánchez-Gijón cuando, convertida en Maggie la gata, se subía al tejado de zinc caliente de Tennessee Williams; los puentes de San Francisco me devolvieron todos los instantes de la infancia en los que llegaba a casa, después del cole-

gio, y merendaba viendo algunas de las más emblemáticas series de televisión americanas de los años 70 y 80. Son sólo algunos ejemplos. Hay más, claro, porque lo bueno de los recuerdos es que se van hilando con la misma facilidad con la que un gato tira del hilo hasta deshacer por completo toda la madeja. Hablando de gatos, Francesca, nuestra gata, también está ahí, en las páginas de este libro y detrás del ordenador desde donde estoy escribiendo estas otras, mirando a ratos las luces encendidas de las ventanas del edificio de enfrente y otros, guiada por el sonido, los dedos de mis manos tecleando el portátil. Aparte de muchos de los recuerdos, buenos y malos, de los años vividos hasta la fecha y de las ciudades visitadas, el blog se fue llenando de mujeres, de muchas mujeres, siempre tan importantes en mi vida. Mujeres como mi abuela, mi madre o mi hermana, colegas, amigas que están ahí, cómplices, con las que me entiendo sin apenas cruzar dos palabras, y otras que se fueron quedando en el camino porque la vida no siempre es como quisiésemos sino como nos van dejando, ay. También mujeres desconocidas que veo por las calles, en el día y en la noche, y a las que sólo por un mínimo y determinante gesto deseo atrapar con mis palabras. Mujeres detrás de las que hay vidas que merecerían con toda probabilidad ser contadas. Y también, como el buen mitómano que soy, por iniciativa propia y aprendiendo de los grandes mitómanos, de esas mujeres que nos fascinan del mundo del cine, del teatro, de la radio, de la literatura, de la fotografía, de la música... Todas ellas imprescindibles, fundamentales compañeras de viaje. Hay dos constantes en el libro, dos hilos que unen todas las palabas, de principio a fin. Íñigo, la persona con la que comparto mi vida, y Nueva York, esa ciudad que tanto anhelaba conocer durante años y que no sólo no me defraudó sino que en mi mente está muy presente la idea de visitarla una y otra vez, redescubrirla –si es posible– cada año. Todo se andará, sí. Porque cuando uno está a punto ya de cumplir los 40 años, ésa es la lección que la vida te termina enseñando. Todo, tarde o temprano, pese a los cientos de trabas y dificultades, termina por llegar. Las plegarias culminan siendo atendidas. Sólo es cuestión de paciencia y perseverancia. Así, para finalizar, veo mi imagen delante de la máquina de escribir en la casa de mis padres durante muchas noches de muchos años, con el silencio cómplice de mi madre al fondo, y veo mi imagen delante de la casa que Truman Capote tuvo en Brooklyn y pienso en la poderosa presencia del azar y en cómo las cosas a veces están extrañamente unidas. El viaje comenzó en una casa, la de mis padres, y terminó en otra, delante de la casa del genial escritor americano. Y, entre medias, está este viaje, este extraño viaje.




Los museos y colecciones de arte asturianos albergan tesoros muy poco conocidos: sus bibliotecas. Con el fin de documentar la procedencia de las obras, coleccionistas públicos y privados han ido adquiriendo un patrimonio bibliográfico que hoy puede consultarse en instituciones como el Museo de Bellas Artes o la Casa Natal de Jovellanos.

TEXTO DE JUAN CARLOS APARICIO VEGA FOTOGRAFÍAS DE NANEL COSTA

La necesidad de documentar la procedencia de las obras de arte ha permitido que al tiempo que éstas se reunían en colecciones públicas y privadas, se formase otro patrimonio muchas veces obviado e inexplorado: las bibliotecas y archivos de arte. Y es que no se puede comprender el significado y mensaje de un objeto cultural sin conocer adecuadamente el contexto en que surge y sin tener clara la historia del mismo. En Asturias, donde en las últimas décadas han proliferado los museos de nueva creación localizados a lo largo de todo el territorio, con resultados de muy diverso nivel y tipo, se han multiplicado también los fondos bibliográficos y papeles relacionados con el contenido artístico atesorado. En este sentido, cabe reseñar que algunos de los más significativos testimonios documentales custodiados en la comunidad asturiana permanecen olvidados y prácticamente ignorados. Es el caso del importantísimo archivo que complementa a la colección arqueológica reunida en el Tabularium Artis Asturiensis, fundado en Uviéu por Joaquín Manzanares en la década de los años cuarenta y desde donde puede seguirse paso a paso el devenir del estado de conservación del patrimonio monumental

Biblioteca del Museo de Bellas Artes de Asturies.

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asturiano a través de miles de fotografías, dibujos y anotaciones, materiales aún inaccesibles para los investigadores. Ya en relación con las artes de vanguardia, otro fondo absolutamente inédito es el que todavía sigue acrecentando y conservando en precario la pionera galerista asturiana Carmen Benedet también en la ciudad de Uviéu. Su archivo, centrado exclusivamente en la plástica contemporánea española e internacional, contiene cientos de miles de noticias hemerográficas y otras tantas tarjetas, folletos y catálogos de mano agrupadas principalmente por artistas. Es este repertorio documental único en España por la calidad y cantidad de su contenido, que permite componer el estado de las artes desde 1960 hasta el presente. Continuando con este esbozo del estado de los centros bibliográficos documentales especializados en arte existentes en nuestro ámbito geográfico, destaca en primer lugar el caso del Museo de Bellas Artes de Asturias, abierto en 1980 en pleno casco histórico de Uviéu y que reúne una muy importante colección artística que trasciende los límites territoriales de la comunidad asturiana y cuya conformación y puesta en valor es inconcebible sin su rico fondo bibliográfico. La biblioteca del museo, ubicada en lo más alto de la antigua y noble Casa de Oviedo-Portal, guarda más de 25.000 volúmenes, muchos de ellos de elevado interés e incluye los libros que pertenecieron al prestigioso historiador del arte y profesor Diego Angulo. Este centro ha incrementado en los últimos años las partidas presupuestarias orientadas a la adquisición de auténticas joyas bibliográficas y libros de artista. Otra destacada incorporación es la de la biblioteca del pintor Luis Fernández (Uviéu, 1900 - París, 973) en el año 2000. Asimismo, el principal museo asturiano custodia un rico material gráfico y manuscritos procedentes de varios archivos personales. Por último, el número de folletos que posee es muy relevante y se conserva en buena medida unido a un rico fondo documental organizado por carpetas de artistas representados en la colección. En Uviéu, además el Museo Arqueológico de Asturias guarda una pequeña pero fundamental biblioteca y archivo en que se recoge una parte importante de la historia del coleccionismo institucional asturiano, iniciado forzosamente a partir de las desamortizaciones decimonónicas, ya que permite seguir de forma detallada la actividad de la Comisión Provincial de Monumentos. En el ámbito de los museos municipales tiene importancia la biblioteca del Museo Casa Natal de Jovellanos, ubicada en el barrio gijonés de Cimavilla. Fundado en 1971, se reunieron allí libros, publicaciones periódicas, folletos y documentos que no se pusieron en valor hasta principios de la década de los años noventa y especialmente durante los últimos diez

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años, en que se comenzó a trabajar intensamente para completar la colección y divulgarla. De este modo, el museo de Xixón ha conseguido materializar un centro de documentación dependiente de la biblioteca, instrumento activo e indispensable para seguir formando la colección artística del centro y para documentar lo que ya se posee. El número de libros de que dispone la pinacoteca se aproxima ya a los 10.000 ejemplares. Además conserva un abundante fondo de impresos compuesto por tarjetas y catálogos de mano. Una de las principales tareas que se han venido desarrollando en esta biblioteca se refiere al tratamiento de la prensa ordinaria, organizada por artistas, museos, galerías o certámenes y que supera los 20.000 registros catalogados. Finalmente, en este centro se ubica un incipiente repertorio documental en que sobresalen los conjuntos coleccionados por Patricio Adúriz y los papeles del escultor Amador Rodríguez. El museo gijonés dedicado desde 1991 a custodiar el legado del pintor Nicanor Piñole y su esposa Enriqueta Ceñal cuenta también con libros y documentos que pertenecieron al artista que se han visto incrementados gracias a la labor llevada a cabo desde el centro documental del museo Jovellanos. En la misma ciudad otro centro está consagrado a la custodia de parte de la obra del pintor extremeño Juan Barjola, dependiente de la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias, e incluye en su programa espacial una pequeña estancia dedicada a biblioteca en que se superan ampliamente los 2.000 volúmenes y se compilan publicaciones periódicas de arte contemporáneo. La Fundación Museo Evaristo Valle, constituida en 1981 y con sede en el barrio de Somió (Xixón) tiene libros y documentos que pertenecieron a María Rodríguez del Valle y su esposo José María Rodríguez González. Hay además libros, publicaciones periódicas y otros materiales relacionados con la actividad del museo y con la obra del pintor Valle, pero lo más significativo es la custodia de una colección ligada a la historia de la casa, de sus moradores y de su entorno social e intelectual, y, por tanto, muy vinculada al pensamiento de los fundadores y a su familia. En Candás, el pequeño y noble inmueble dedicado a la salvaguarda y difusión de la producción del artista local Antón y a la promoción de la escultura contemporánea, posee también una biblioteca artística. En cuanto a los archivos especializados, sobresale el de la Obra Social y Cultural (OSYC) de la actual entidad financiera Cajastur, que ha desarrollado una importante actividad en el campo de las artes plásticas desde 1949. El conjunto convive con la sede de las oficinas de la OSYC en Uviéu. Además, la misma entidad creó en 2003 el Centro Documental Muralla Romana en Xixón, que reúne un surtido conjun-

to de monografías, revistas, catálogos de exposiciones y folletos e incluye la colección de libros de arte que perteneciera a Carmen Díaz Castañón. Si la biblioteca del Museo de Bellas Artes es sin duda la más valiosa de cuantas existen en el Principado entre las públicas, no se puede obviar que entre las privadas especializadas en arte la más sobresaliente es la de la ovetense familia Masaveu, poseedora de un importantísimo fondo de arte que también se enriquece con un patrimonio bibliográfico del máximo interés donde se incluyen, tal y como ha señalado el principal estudioso de nuestras bibliotecas Ramón Rodríguez, las bibliotecas de Javier de Salas, Bernardino de Pantorba e incluso ejemplares que pertenecieron a José Francés. Es, por tanto, una colección bibliográfica muy selecta que crece y se desarrolla en paralelo a la compra de obras de arte por parte de la misma propiedad tanto para la familia como para el grupo de empresas agrupado bajo la conocida denominación de Colección Masaveu. En esto difiere de la Caja de Ahorros de Asturias, entidad que formó su fondo documental y bibliográfico al tiempo que programaba exposiciones y como consecuencia de éstas se producía la adquisición de obras de arte. Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, abierto en marzo de 2007 en Cabueñes (Xixón) ha puesto en funcionamiento este mismo año de 2010 un departamento denominado Mediateca-Archivo donde han comenzado a recoger todo tipo de documentos relacionados con la creación contemporánea, incluido lo relacionado con artistas asturianos. Por otra parte, en el contexto de las bibliotecas municipales destaca el caso de Villa Magdalena, instalada en 1999 en un céntrico palacete centenario del centro de la ciudad de Uviéu a partir del legado artístico y bibliográfico del ovetense Andrés Tamés del Valle. La colección de arte se encuentra actualmente depositada en el Museo de Bellas Artes y el millar largo de libros y las colecciones de publicaciones periódicas fueron el origen de una biblioteca especializada dentro de la red local cuyo fondo se ha incrementado notablemente en la última década. De todo lo expuesto se puede deducir que el panorama asturiano que tratamos de esbozar ha mejorado sensiblemente a lo largo de las últimas décadas y a partir de modestos conjuntos de libros se ha logrado conformar centros bibliográficos y documentales especializados de un nivel superior a cargo de personal con formación específica. No se puede dejar de mencionar en este breve itinerario por las bibliotecas y archivos de arte asturianos el caso de los centros de enseñanza artística. En primer lugar, cabe señalar el papel de la prestigiosa Escuela de Arte de Uviéu, heredera directa de la Escuela de Dibujo de la Sociedad Económica de Amigos del País de Astu-

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rias y fundada en 1785, que en la actualidad cuenta con una biblioteca en su sede junto al campus de El Cristo, donde se encuentra desde los años setenta del siglo pasado. En Avilés tiene importante tradición la Escuela de Artes y Oficios local, cuyos interesantes archivos resultaron totalmente destruidos. En la desaparecida documentación se daba cuenta de la intensa actividad alcanzada en la villa asturiana por el prestigioso crítico José Francés, cuyos veraneos en la comarca durante los años veinte y treinta se reflejaron en la celebración de exposiciones de arte apoyadas en la delegación asturiana de la Sociedad de Amigos del Arte. Además, recientemente ha abierto sus puertas en la misma ciudad la nueva Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias, centrada fundamentalmente en la implantación de estudios de restauración, conservación y diseño. Por otra parte, existe también la biblioteca del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, concentrada sobre todo en su sede principal de Uviéu, ciudad en la que se encuentra también su mayor aportación en este sentido, el archivo de la entidad, que, organizado durante años por el arquitecto Benigno Gómez López, va a ser incorporado próximamente en calidad de depósito al nuevo Archivo Histórico de Asturias. La exitosa sala de arte del Instituto Asturiano de la Juventud, cuya actividad se remonta al año 1987 bajo el nombre y marca de Borrón, no vino acompañada de la creación de un centro documental a pesar de que la administración de que dependía contaba también con el Centro Regional de Información y Documentación Juvenil, aún activo, donde bien podría haberse habilitado una sección dedicada a esta función. La pugna presupuestaria habida entre ambos proyectos, CRIDJ y Sala Borrón, se plasmó en la carencia de tan necesario complemento. Por último, no se puede dejar de considerar el hecho de que muchos de los fondos impresos de arte publicados se conservan en bibliotecas no especializadas. En este sentido, es preciso señalar el caso de la Biblioteca de la Universidad de Uviéu, que conserva

La biblioteca del Bellas Artes se encuentra en lo más alto de la Casa de Oviedo-Portal.

un muy nutrido conjunto de publicaciones centradas en la materia tanto en su sede central de la calle San Francisco como en la Biblioteca de Humanidades. El otro gran centro bibliográfico de la región es la Biblioteca de Asturias Ramón Pérez de Ayala, ubicada en el ovetense barrio d’El Fontán. Allí, entre los aproximadamente 400.000 materiales conservados, existe una parte significativa de obras que versan sobre arte, si bien en este caso muchos de los fondos se refieren a Asturias, dado que esta biblioteca es la sede del Depósito Legal en nuestro territorio. Asimismo, se preservan en la vieja casa de comedias numerosos impresos aportados por coleccionistas y que se refieren a la actividad de las galerías de arte, destacando en ese sentido el rico legado Canteli, entre otros muchos. Igualmente en la capital asturiana y actualmente dependiente de la administración autonómica, se alza el Real Instituto de Estudios Asturianos, una institución fundada en la posguerra por la extinta Diputación Provincial que posee un buen número de publicaciones sobre arte regional y también múltiples

registros referidos a la actividad expositiva local y en particular de la noble sede en que se encuentra, el Palacio de los Condes de Toreno. En Xixón, la referencia es la Biblioteca Pública Jovellanos, en la calle homónima, donde en relación a lo que comentábamos más arriba no es desdeñable el número de impresos reunido por el erudito bibliófilo José María Patac de las Traviesas, concentrado en la llamada Biblioteca del Padre Patac y depositada en la anterior. De todo lo expuesto cabe concluir que el ámbito asturiano posee en la actualidad un buen número de centros públicos donde se conservan testimonios documentales fundamentales para explicar y comprender las obras de arte conservadas en nuestros museos o para contextualizarlas adecuadamente. Al mismo tiempo, aún quedan destacadísimos repertorios en manos privadas, como el archivo Benedet, que bien podrían sumarse al patrimonio público asturiano para poner de este modo a disposición de los investigadores un bien cultural único y aún no suficientemente apreciado.


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Eden Project tien como oxetivu principal comunicar la dependencia del ser humanu de la naturaleza y aprender les llecciones importantes que se pueden sacar d’ello, amás de descubrir maneres d’aprender a vivir nel sieglu XXI y esplorar idees nueves pa crear futuros meyores. TESTU Y FOTOGRAFÍES D’HENRIQUE G. FACURIELLA

Cerca de la villa de St Austell (Cornualles, Reinu Uníu), a pocos quilómetros d’enclaves rellacionaos col Rei Arturo de tanta sonadía como’l castiellu de Tintagel o l’abadía de Glastonbury, atópase un espaciu que bien podía considerase una Isla d’Avalón del sieglu XXI: l’Eden Project. Configuráu a la manera d’un xardín botánicu, l’Eden Project trespasa la idea de la pura exhibición

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de plantes más o menos exótiques pa poner el focu d’atención na dependencia absoluta del ser humanu cola naturaleza y, a resultes d’ello, la necesidá de garrar conciencia sobre la obligación de mirar pola biodiversidá y los ecosistemes nel planeta si ye que’l ser humanu quier sobrevivir como especie. Tim Smith, un productor musical que nos años ochenta dexó Londres pa asitiar cola familia en Cornualles, echó-y el güeyu a últimos de la década de los noventa a una esplotación minera abandonada allugada mui cerca d’onde, unos años enantes, restaurara Los Xardinos Perdíos de Heligan (The Lost Gardens of Heligan). La esperiencia de recuperar les tierres de la vieya casona solariega de Heligan fixo que Smith s’encandilara con histories que conectaben les plantes coles persones y, el 15 d’ochobre del 1998, empezaben unos trabayos que diben tresformar un área de terrén ermu equivalente a 35 campos de fútbol nun espaciu onde ver cómo funcionen los principales ecosistemes de la Tie-

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rra y cómo les persones intervienen nellos pa bien o pa mal. Depués de cruciar l’edificiu d’acoyida, lo primero que llama l’atención son les cúpules –asemeyaes a naves llegaes d’otros planetes– qu’abelluguen la recreación de los biomes* mediterraneu y de montes húmedos. Alredor d’ellos estiéndese lo que dieron en llamar el Bioma Esterior. Nesti, les condiciones climatolóxiques son les del país, con temperatures suaves y precipitaciones constantes a lo llargo del añu. Equí pueden atopase plantes melecinables, ornamentales, güertos o árboles pa facer muebles y papel; amás d’aprender sobre la importancia de les abeyes nel procesu de polinización o la necesidá de reducir la cantidá de residuos que se producen con vezos de consumu más racionales y la práctica de la reutilización y el reciclaxe. Dientro de les cúpules del bioma de montes húmedos reprodúcense les condiciones climatolóxiques y la vexetación de sitios como les isles tropicales, Malasia, África occidental o Suramé-


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rica. Estos ecosistemes grandísimos preséntense como un recursu fundamental pa la vida nel planeta: ellí tresfórmase’l CO2 n’osíxenu, llimpien l’aire, creen agua y controlen el clima. Eso por nun falar de la cantidá d’alimentos que se producen ellí y que formen parte de la vida cotidiana: cacáu, café, zucre, mangos, cola, plátanos, bambú, piñes, especies o nuez de cola. Pero nun queda ehí la cosa, sinón que’l visitante, amás de ver les consecuencies qu’implica la deforestación nel avance del cambiu climáticu, pue conocer les condiciones llaborales llacerioses nes que trabayen miles de persones pa qu’ellos tengan en casa una tableta chicolate o un paquete zucre y les posibilidaes qu’hai de cambiar esta situación con un xestu tan cenciellu como comprar productos de comerciu xustu. Pasar al traviés del edificiu llamáu L’Enllaz hacia’l bioma mediterraneu ye como si ún se metiera dientro d’una máquina de teletresportación. De la humedá pegañoso de les selves tropicales pásase a la calor seco de la cuen-

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1. Vista xeneral, onde destaquen les cúpules de los biomes a la mandrecha. 2. Especie exótica dientro del bioma de montes húmedos. 3. Reproducción d’una corriente d’agua nuna selva tropical. 4. Viñes y escultures relatives a la cultura mediterránea. 5. Echinacea purpurea nel güertu de plantes melecinables. 6. Weeman, fechu con chatarra d’aparatos electrónicos y electrodomésticos.

ca mediterránea. Viñes, olivares, xeranios, llirios y parterres de yerba aromático dominen el paisaxe. Nesti bioma descúbrense vistes, esencies y histories del Mediterraneu, Sudáfrica y California, onde, a lo llargo de los sieglos y gracies al riegu y la fertilización del suelu, creáronse güertos pa consiguir verdura, vinu, fruta y flores. Pero les plantes propies d’estos sitios viven n’ambientes fráxiles: la ganadería intensiva erosiona’l suelu, les plantes importaes amenacen les especies autóctones y la tierra ta sometío al desarrollu industrial y la especulación urbanística. L’aspectu educativu d’Eden Project faise evidente al entrar nel edificiu llamáu The Core (El Nucleu). Equí, una esposición muestra d’una manera didáctica los servicios que les plantes presten a les persones y una serie de máquines representen procesos que faen posible tener aire llimpio o agua potable. Nel primer pisu ye onde se desenvuelven los programes pa escueles, les esposiciones temporales y la proyección

de películes. Nos paneles interiores de la terraza, arriba del too, pue observase’l ciclu del agua mentes se toma un café o un té de comerciu xustu con pasteles fechos con productos de les granxes de la redolada. El Nucleu esplora, amás, les posibilidaes d’una edificación sostenible: tien paneles fotovoltaicos y suelos fechos de material reciclao o vexetal, llevóse al máximu l’aislamientu térmicu y reducióse tolo posible la cantidá de residuos xeneraos na construcción. En palabres del so creador, Tim Smith, «Eden Project fala del optimismu y la posibilidá del cambiu. Fala de la fraxilidá de la certeza y de que toos tenemos pies de barru, pero tamién fala d’actitúes. Ven equí pa recordar la nuestra conexón cola naturaleza y cómo dependemos absolutamente d’ella pa obtener tolo que necesitamos».

*Caúna de les grandes comunidaes ecolóxiques onde domina un tipu de vexetación.

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A punto de cumplir tres décadas en activo, Jorge Martínez, líder y cabecilla del grupo asturiano, ha decidido poner el pie a tierra y finiquitar una apuesta que comenzó allá por 1981 y con la que cosechó todos los éxitos imaginables para un grupo español.

TEXTO DE VÍCTOR RODRÍGUEZ FOTOGRAFÍA DE DAVID MOREI

Ilegales fueron los roqueros más aguerridos de los primeros ochenta, en plena Movida y post Movida, los asturianos metieron miedo en el cuerpo a un público que estaba bastante poco acostumbrado a su pose macarra, bravucona e incorrectamente política. Recuerdo que entrevistaban en Radio 3 a un espectador de uno de los conciertos que en 1984 ofrecieron en Madrid durante la gira de presentación de su segundo larga duración, y reconocía haber tenido miedo. ¿Increíble, no? Mi relación con Ilegales se remonta a mi época de instituto en el Severo Ochoa de L.luarca. Pongámonos a principios de los ochenta, un guaje de provincias que vive en un pueblo de menos de mil habitantes, sin poder escuchar emisoras comerciales, sean los 40 Principales o Radio 3, y una única tienda de discos a 17 kilómetros en la que a la vez de comprarte un vinilo te podías llevar una estufa o una bombilla. La situación para un estudiante de la ESO de ahora sería dantesca. El ZX Spectrum acababa de llegar a España, Internet era un palabro inexistente y el teléfono móvil ni siquiera era un proyecto. Duros años ochenta para mí y más sin tener ningún compañero de clase con el que pudieras hablar de tus últimos descubrimientos. En aquella tienda regentada por Jesús Gasch, que en gloria esté, situada al lado del Colegio Ludus, Chomi y la confitería Oria, compré mi primer disco de Ilegales. Acababa de salir al mercado con el sello Arrebato y, no sé cómo llegó hasta el negocio de aquel buen hombre. Era el single «Revuelta juvenil en Mongolia». Me costó 125 pesetas y recuerdo como si fuera ahora mismo que el tendero me dijo con una socarrona sonrisa: «¡Ten cuidado, que son Ilegales!».

Ilegales pasarían desde entonces a formar parte de la banda sonora de mi vida. Recuperé después el elepé compartido con Rimmel, Squizo y Sombrero de Copa, donde estaban «La fiesta», «Europa ha muerto» y «Princesa equivocada», fruto de su triunfo en la 1.ª Muestra Pop Rock de Asturias. En aquel concurso, celebrado en noviembre y diciembre de 1981, actuaron de jurado clásicos de los medios de comunicación asturianos como David Serna, Alberto Toyos, Enrique Bueres o Julio César Iglesias. Seguidamente conseguí el maxisingle de preciosa portada firmada por Emilio Cueto que incluía además de «Europa ha muerto», «Princesa equivocada», dos clásicas que Ilegales no ha tocado en su gira de despedida. Jorge Martínez, Íñigo Ayestarán y David Alonso integraron la primera formación de Ilegales, la que grabó esos primeros vinilos y el álbum de debut que no tenía título pero que venía envuelto en un arte gráfico con mimbres de obra maestra firmada por Ouka Lele, la fotógrafa de la llamada Movida madrileña. El disco lo editó en su primera edición Hi-Fi Electrónica, un sello montado por Paco Martín, que luego fundaría Twins, pero lo grabaron en Estudios Norte a los mandos de René de Coupeaud y Pedro Bastarrica. Doce temas más un reprise. Doce temas imprescindibles entre las 126 canciones ilegales que el grupo deja como herencia a las generaciones futuras. Todas las conocéis ya, pero si tuviera que elegir una sería «La casa del misterio», que por otra parte era el único tema que se salía de la apisonadora rockera del trío. Ilegales triunfaron en Madrid y en el resto del Estado. Su caché se disparó. Radio 3 y Jesús Ordovás se rindieron a sus pies. Dicen que fue disco de platino

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Jorge MartĂ­nez.

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LOS ASTURIANOS METIERON EL MIEDO EN EL CUERPO A UN PÚBLICO POCO ACOSTUMBRADO A SU POSE MACARRA, BRABUCONA E INCORRECTAMENTE POLÍTICA CON EL ÁLBUM DE DEBUT –SIN TÍTULO PERO CON PORTADA DE OUKA LELE–, ILEGALES TRIUNFARON EN EL RESTO DEL ESTADO. RADIO 3 Y JESÚS ORDOVÁS SE RINDIERON A SUS PIES

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(un millón de copias vendidas), pero éste nunca se el entregó al grupo, pues tras la primera edición salió una nueva de la Sociedad Fonográfica Asturiana, que después lo licenciaría a Epic y sacaría de nuevo una última edición que es la más conocida. Eso ocurrió en 1984 y por entonces casi se había cumplido aquello que Jorge Martínez escribió en la contraportada de su álbum de debut: «Ahora queremos ser millonarios para olvidarnos de los amigos». Con una multinacional detrás, Ilegales editaron aquel mismo año Agotados de esperar el fin, otra obra maestra del rock estatal que grabaron en los estudios Audiofilm (Madrid). Íñigo Ayestarán hacía dos años que ya no estaba en el grupo, le había sustituido Willy Vijande, bajista de Suibalen y Terlenka. Y ahí teníamos a unos Ilegales en plena forma entregándonos un nuevo cancionero obrado por Jorge Martínez y dotado de la pátina ilegal acostumbrada: «Agotados de esperar el fin», «Quiero ser millonario», «La chica del club de golf», «El piloto», «Odio los pasodobles» o «Destruye», que desde aquel entonces fue el fin de fiesta de la banda. Ilegales se hincharon a hacer conciertos. No había pueblo, villa o ciudad que no quisiera tenerlos en sus fiestas patronales. E ilegales seguían teniendo uno de los mejores, sino el mejor directo, del panorama de bandas estatales, una marca de la casa que han mantenido hasta el año de su despedida, 2010, con la gira ¡Adiós amiguitos! Todos están muertos llegó en 1985. Ilegales estaban en la cresta de la ola y en vez de adocenarse se hicieron aún más duros. Rock en las tripas con temas escalofriantemente directos: «El norte está lleno de frío», «Eres una puta», «Bestia, bestia» o esa delicadeza titulada «Enamorados de Varsovia». No repitieron experiencia madrileña. Volvieron a casa para grabarlo, a los Estudios Norte, ahora bautizados Eolo, producción propia y una de las mejores portadas del rock de este país firmada por A. Mata, que simulaba una esquela. Tres años después, Ilegales volvieron reconvertidos. Ya no estaba CBS-Epic detrás de ellos, la vaca se había agotado de dar leche y no se le podía sacar más jugo. Ilegales volvían en 1988 de la mano de Hispavox y un nuevo sonido. Con nuevo batería, Alfonso Lantero, y dos incorporaciones que marcaban un antes y un después en la banda: el saxofonista Juan Flores y el teclista Antolín de la Fuente. Recuperaron «Lavadora blues», el primer tema que Jorge Martínez dijo que había compuesto. Todos están pendientes de los nuevos Ilegales. «Ángel exterminador» era el tema que servía de presentación a Chicos pálidos para la máquina, otra rodaja grabada en los Estudios Eolo de Gijón. Ile-

gales no se habían edulcorado, seguían siendo igual de fieros y el tema titular era un buen ejemplo. El álbum lo pedimos mi hermano y yo por Discoplay y venía con un 7” extra que nunca se editaron en CD hasta la publicación en 2009 de la caja recopilatoria 126 canciones ilegales: «Acabaremos mal» y «Con la niebla». Estamos en 1990 y nos encontramos con A la luz o la sombra todo está permitido e Ilegales volvía a cambiar de formación: Rafa Kas entraba por Willy Vijande y Jaime Bealústegui, por Alfonso Lantero. Un disco que no ha sido reivindicado por el grupo en esta última gira salvo por «Suena en los clubs un blues secreto», otra clásica ilegal, y «Despierta en el planeta diario», recuperada por fin en directo. Regreso al sexo químicamente puro salió el año de las olimpiadas de Barcelona. Ilegales se marcaron un sexto álbum de estudio totalmente reivindicable. Volvió Willy Vijande a coger el bajo y el grupo diversificó todavía más su espectro sonoro: del rock incandescente de «Dextroanfetaminas», el medio tiempo con vocación de himno que daba título al álbum, el psycobilly de El número de la bestia, que Ilegales ha tenido a bien tocar por primera vez en directo durante esta última gira, o esa perla titulada «Los chicos desconfían». Éste fue el último gran disco de Ilegales porque después vendrían dos trabajos que pasaron sin pena ni gloria y que llevó a la banda a la independencia. Corría 1995 y tras fichar por Avispa, Ilegales se desmarcaron con el ecléctico El corazón es una animal extraño. Un disco a explorar porque salvo el tema que le da título o la versión de «El loco soy yo» de Los Salvajes, ni el propio grupo ha vuelto a ese cancionero. Después, plantándose en 1998 llegaría El apóstol de la lujuria, un disco con dos cojones en el que Ruben Mol sustituyó en la batería a Jaime Belaústegui. Directo, potente, sin nada que perder, aquí nos encontramos con varios temas totalmente ilegales: «Saber vivir», «Perjudicial» y «Todos somos traidores». Sin nada que demostrar, aún tuvimos un último disco de estudio de Ilegales en 2003. Jorge Martínez fundó la discográfica La Casa del Misterio y con ella lanzó Si la muerte me mira de frente me pongo de lao. El álbum ganó con los años, como el buen vino, y contiene el mejor sonido grabado por la banda, ya reducida a trío con Alejandro Blanco al bajo y Jaime Belaústegui a la batería. «Vuelven los problemas», «El demonio», «Chica del Este» y el tema que le da título, además de la versión de «Motín en la prisión», cuyo vídeo fue grabado en Villabona, nos decían que Ilegales habían vuelto para quedarse al menos unos años más.


Laura Cuch (Barcelona, 1979) trabaja tanto en el ámbito del reportaje social como de la fotografía artística. Su proyecto Sense son (2008) se ha expuesto en Arts Santa Mònica (Barcelona) o PhotoEspaña (Madrid) y, junto al resto de su obra, puede verse en lauracuch.com. Colabora en publicaciones como Le Monde, Street Signs, Barcelona Metròpolis y London Independent Photography.

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS DE LAURA CUCH

No Ma es un proyecto sobre mujeres que no han sido madres (y saben seguro que jamás lo serán). Algunas de ellas tomaron la decisión de no tener hijos, otras no han podido tenerlos por cuestiones de salud o infertilidad, y también hay algunas que no han sido madres por otras circunstancias. Me pregunto: ¿qué papel juegan aspectos biológicos y aspectos culturales en el discurso de la formación de la identidad de la mujer en relación a la maternidad? ¿Cómo puede la No Maternidad generar un cierto sentimiento de falta de realización personal? O, inversamente, ¿qué potencial supone para la mujer tener una vida y una identidad desvinculadas del rol de madre?

Sally Durante su primer matrimonio, Sally tuvo un embarazo ectópico que duró seis semanas. Tenía casi 30 años. Los médicos dijeron que podía volver a quedarse embarazada, pero no lo intentaron y un tiempo después se separaron. Su marido actual, Dave, se hizo una vasectomía hace más de veinte años (tiene 22 años más que ella y dos hijos mayores). Ella recuerda una conversación con su médico de cabe-

El proyecto está hecho de forma participativa, a partir de las conversaciones mantenidas inicialmente con cada una de las mujeres. Partimos de un obstáculo conceptual: ¿qué quiere decir no ser madre? No hay ningún gesto o acción que se pueda relacionar directamente con el hecho de no tener hijos. ¿Cómo se puede fotografiar la ausencia de algo? El retrato de la No Madre es casi imposible. La no maternidad se plantea, pues, desde una vertiente poliédrica, a partir de múltiples vivencias. Mi intención fotográfica ha sido producir una serie de imágenes que expresen un sentimiento en relación a una circunstancia. Y la visibilidad de este factor común de no ser madres pasa por un gesto: el gesto de autoafirmación personal que ha hecho cada una de las personas que ha querido participar y ha dado una lectura particular de su experiencia. No Ma es el segundo proyecto de una trilogía que cuestiona la naturaleza del ser humano mediante el tratamiento de temas relacionados con la

salud y la enfermedad, la carencia como un condicionante del cuerpo humano y el imaginario colectivo alrededor del cuerpo y de su control. Uno de los retos principales de esta trilogía es explorar visualmente aspectos de la condición humana que no son visibles y que procuro que aparezcan a partir del planteamiento concreto de cada uno de los retratos, fruto de la interacción en el proceso creativo con las personas retratadas. Esta trilogía viene motivada por el interés de explorar experiencias vitales que de algún modo transgreden la idea de un individuo normal (establecido y definido por las normas sociales a partir de discursos científicos/culturales) con el objetivo de cuestionar nociones convencionales del ser humano. Mientras que estas experiencias vitales pueden generar una cierta angustia, desde el punto de vista de la disfunción respecto de un cuerpo humano definido ideológicamente, esta trilogía trata los sujetos desde una perspectiva de diferencia positiva.

cera sobre la posibilidad de que Dave se hiciera una reversión de la vasectomía. Había muy pocas probabilidades de éxito y no quiso que este tema interfiriera en su relación. Sabe que Dave accedería si ella realmente quisiera intentarlo, pero no cree que a él le hiciera feliz. Sally tiene 43 años y todavía puede tener hijos, pero para ella no tendría sentido tener un hijo que no fuera de la persona que ama. Tienen un barco de canal donde le gustaría vivir si algún día envejece sola.

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Bev

Mercè

Cèlia

Bev se siente muy afortunada. Tiene una posición excelente como académica y una vida social muy activa. Creció con su madre siempre diciéndole que tener hijos no te permite hacer otras cosas. Toda su vida se ha ido resistiendo a asumir responsabilidades y ha disfrutado de la libertad de hacer lo que deseaba en cada momento. No se ha querido casar y sólo ha permitido que la atara su trabajo. Le gustan los niños y de hecho se formó para ejercer de enfermera puericultora, pero escribir y emprender una carrera política como feminista le pareció mucho más interesante. Nos encontramos en uno de sus bares favoritos.

Un informe sobre el exceso de población en el mundo fue el detonante de la convicción de Mercè de no tener hijos. Ahora tiene 51 años y hace 30 que está con su pareja. Mercè no ha querido la responsabilidad de traer un niño a este mundo, con el panorama de hambre y de guerras... Si hubiera querido tener hijos, los habría adoptado. Lo ha tenido siempre tan claro que ya desde muy joven quiso hacerse una ligadura de trompas, pero no encontró ningún médico dispuesto a realizar la intervención hasta que tuvo 37 años (decían que podía arrepentirse). Ella cree que el hecho de ser mujer no implica necesariamente un instinto maternal, y que no hace falta que una mujer sea madre para que se sienta realizada. Mercè acostumbra a saltarse las estructuras establecidas socialmente. Según ella, mucha gente tiene hijos porque es lo que toca.

Cèlia tiene 54 años y es poeta y escritora. La vida familiar (entendida como pareja e hijos) nunca la atrajo. Tampoco las circunstancias pusieron de su parte: tres intensas relaciones de amor consecutivas han sido determinantes. La primera fue una historia de vocación mística durante siete años de juventud, y las otras, con dos hombres y también durante periodos muy largos, fueron vividas clandestinamente. Aunque no ha tenido hijos, ha proyectado un fuerte instinto maternal hacia su ascendencia: su madre y abuela, a quienes ha cuidado durante muchos años. Ha concentrado su creatividad en la escritura, pero piensa que la creatividad no es exclusiva del arte, que puede existir en casi todos los ámbitos, y que la maternidad es uno de ellos. Durante la sesión de fotos le pregunto cuántos hijos/libros tiene. Ella, mentalmente, los va contando...

Ramona

e incubadoras. Ahora, a los 84 años, ha entrado en una nueva fase: se dedica a pintar paisajes y los rostros de las personas que quiere. No ha sido madre porque, después de un desengaño de juventud, nunca encontró un hombre que la motivara tanto como para formar una familia. Sin embargo, ella cree en el amor, lo vive y ha disfrutado de la vida.

Ramona nació en mayo de 1925. La primavera, la fantasía y las flores han sido una constante en su vida. De entre las muchas actividades, trabajos y viajes realizados, lo que más la ha marcado ha sido su profesión de enfermera puericultora durante casi toda una vida. Siempre estuvo rodeada de bebés

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Fleur

Olga

Adalgisa

Fleur tiene 36 años y es de Zimbabwe, donde vivió gran parte de su juventud antes de emigrar al Reino Unido. Le horroriza la idea de tener hijos, en especial el embarazo y el parto. No le gustan los niños. Le parecen mucho más interesantes cuando llegan a la adolescencia porque empiezan a pensar por sí mismos y luchan contra la autoridad. Se identifica con el rol de la tía corrupta, aquella con quien la gente joven puede hablar de cosas ilegales como las drogas y otros temas delicados. Siendo homosexual está tranquila de que no se quedará embarazada. Si algún día decidiera hacerse cargo de un niño, haría de mentora a través de una organización humanitaria que busca hogares a menores que han sido expulsados de sus casas por motivo de su orientación sexual. Para el retrato coge un búho de bruja en sus brazos, que es la figura de su casa que mejor representa la capacidad de asumir riesgos y desafiar las normas establecidas.

Hay muchas razones por las que Olga no ha tenido hijos. Quizás la más importante es que no ha querido. Cuando era pequeña quería ser un niño y la idea del matrimonio y de tener hijos le hacía un poco de repelús. Creía que de mayor los adoptaría. Su familia era muy moderna para la época y ella, con 55 años, tiene una mentalidad muy joven. Desde siempre le ha gustado cuidar a la gente de su alrededor pero, a pesar de sentirse muy mujer, reconoce que nunca sintió el tic-tac del famoso reloj biológico de la maternidad. Habría podido tener hijos con la pareja con la que estuvo desde los 18 a los 40. Pero era necesario que ambos se implicaran al cincuenta por ciento. Con 42 años se planteó tener un hijo con su pareja actual, pero debido a circunstancias adversas no era un buen momento y, luego, ya fue demasiado tarde. Y aunque se lo había planteado, no lo necesitaba. Quizás, si no pensara tanto las cosas… habría tenido un hijo. Son razonamientos que ella se hace a sí misma.

La madre de Adalgisa trabajaba muchas horas y no podía pasar demasiado tiempo con sus hijos. Adalgisa hacía cosas que no le gustaban, como limpiar la casa o ir a misa, sólo por estar con su madre. Creció con la idea de que tener un hijo era una responsabilidad que le impediría conseguir aquello que se propusiera. Hasta que no obtuvo una posición estable como académica en la universidad no sintió que podía hacerse cargo de otro ser humano. Pero a los 40 años, Adalgisa sufrió un aborto. A partir de ese momento hizo todo lo posible por volver a quedarse embarazada y siguió una serie de programas de fertilidad hasta que su cuerpo dijo basta. Su marido no quiso adoptar. El hecho de no haber sido madre le ha permitido volcarse plenamente en su trabajo y ofrecer un gran apoyo a sus estudiantes y a mucha gente joven, de una forma intensa y especial. Para ellos, Adalgisa es una persona con la que pueden hablar con absoluta confianza.

Trudi

de vivir lo único que le gustaría del hecho de ser madre: la oportunidad de transmitir a una generación más joven su forma de pensar y ver el mundo. Pero, al final del día, reconoce que se alegra de que la niña vuelva a su casa. Trudi tiene 32 años y está muy convencida de lo que siente. Le pidió a su hermana que viniera de visita con su sobrina para hacer la foto.

Trudi se sintió muy aliviada cuando de muy pequeña le preguntó a su madre si era necesario tener hijos y ella le respondió que no. Trudi no quiere tener hijos ni casarse. Hace once años que tiene la misma pareja y él piensa como ella. A Trudi le encanta pasar tiempo con su sobrina porque con ella pue-

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EN TRÁNSITO Laboral Centro de Arte y Creación Industrial expone hasta el 21 de febrero de 2011 la muestra Pasajes. Viajes por el híper-espacio, formada por veinte obras de la colección Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, cada una de las cuales pretende provocar una reflexión sobre cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea. TEXTO DE HENRIQUE G. FACURIELLA

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1. «Esqueleto Globulos».

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Dice Daniela Zyman, comisaria jefe de ThyssenBornemisza Art Contemporary (T-B A21), que Pasajes es «una invitación a la exploración errante, a la investigación caleidoscópica», una idea en la que profundiza Benjamin Weil, comisario jefe de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial al señalar que «la idea era introducir el concepto de la visita como una divagación, por lo que montamos las piezas de forma que una llevara a la otra, creando una especie de paisaje tanto mental como físico». Bajo estas premisas funciona Pasajes. Viajes por el híperespacio, una muestra de 20 piezas de la colección T-B A21, con sede en Viena, que puede verse hasta el 21 de febrero en el Centro de Arte de La Laboral (Xixón). Según explica Francesca von Habsburg, presidenta de T-B A21, el título Pasajes hace referencia «a todos los umbrales que uno cruza a lo largo de la vida». Tal significado encuentra un referente inmediato en la primera de las obras de la exposición, Untitled (2008), del galés Cerith Wyn Evans, cuatro columnas formadas por tubos de neón que, a modo

de pórtico de un templo griego, suponen el tránsito entre el espacio exterior y el paisaje propio de la exposición. La intensidad de la luz produce el efecto de difuminar las formas, sensación multiplicada gracias al blanco que domina en la entrada del Centro de Arte. El contraste entre el exterior y el interior de la exposición se hace aún más evidente al pasar a la primera sala, que, casi totalmente a oscuras, alberga la obra Your uncertain shadow (colour) (2010), de Olafur Eliasson. La instalación del artista danés consiste en cuatro focos de distintos colores que, al colocarse delante, proyectan sobre la pared la sombra, multiplicada, del objeto iluminado en colores, intensidades y tamaños diversos, según la posición que ocupe. El objeto/observador puede jugar así con la capacidad de proyectarse como uno o múltiple y variar a voluntad las características que de sí mismo puden contemplar otros observadores a través de la proyección sobre el muro. A continuación se pasa al espacio principal de la exposición, donde las distintas piezas actúan a la manera de accidentes geográficos de un paisa-

je abierto. Así, la primera obra con la que se encuentra el visitante es Frío estudio del desastre (2005), del colectivo cubano Los carpinteros, aunque a derecha e izquierda se dejan ver la mayoría de las piezas que conforman la muestra sin que medien elementos de separación. Esta misma obra manifiesta en sí misma una relación particular con el espacio, al recrear tridimensionalmente el estallido de un muro de hormigón. La sensación es que el tiempo se ha detenido, como si caminásemos por el interior de una fotografía o un vídeo en posición de pausa. Precisamente sobre la noción de tiempo y su percepción habla otra de las piezas expuestas, Telephone (2004), de los canadienses Janet Cardiff y George Bures Miller, en la que, al sentarse en el escritorio y levantar el auricular del teléfono, se puede oír el fragmento de una conversación en la que un científico defiende que el tiempo es siempre relativo y su uniformidad, sólo una convención social. Menos teóricas y más sensuales son las piezas que se encuentran a continuación. Illusion of the First Time (2002), del turco Haluk Akakçe, muestra

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tres secuencias de vídeo que evoluciona desde la pura geometría de líneas rectas hasta formas orgánicas que asemejan flores en el mismo instante de empezar a abrirse. La pieza de Ernesto Neto (Brasil) Esqueleto Glóbulos (2001) supone casi un reto para el observador, que se encuentra con la recreación de una estructura orgánica a medio camino entre una red de ganglios y la osamenta de un animal quimérico. Si en Frío estudio del desastre parecía que el tiempo se había detenido, aquí la sensación es la contraria, como si se entrara dentro de un organismo vivo y palpitante. A través de los huecos de esta pieza llega la luz que irradia Traveling Light (2007), del artista chino Ai Weiwei. Es esta pieza una suerte de lámpara-árbol bajo la cual se crea una sensación entre la ilusión y la psicodelia conseguida gracias a las lágrimas de cristal amarillo que cuelgan alrededor de una columna central. Una de las pocas piezas situada tras un muro es la instalación Related Legs (Yokohama Dandelions) (2001), de Pipiloti Rist (Suiza). La obra funciona como un laberinto construído a base de visillos

que, en ocasiones, genera la sensación de estar en el interior de un tabernáculo y, en otras, transporta a uno a la primera infancia, cuando se escondía detrás de las cortinas para que no lo vieran. Esta sensación se ve acentuada por las imágenes que se proyectan en una de las paredes, en las que, a veces, aparece una cara pegada a un cristal que nos mira y, otras, somos nosotros quienes vemos, como por uno de los agujeros de la tela, una figura que corre fuera, en la calle. La sensación de laberinto, con todo lo que ello supone de tránsito y transformación, se encuentra también en la instalación de espejos móviles No History (2005), del estadounidense Doug Aikten, y las estancias menguantes de M10 (2004), de la polaca Monika Sosnowska, que consigue situar al espectador entre la claustrofobia y la sensación de independencia y seguridad que proporcionan los espacios mínimos que se encuentran detrás de las numerosas puertas que uno va abriendo. Puertas, tanto físicas como emocionales, como las que representan el resto de piezas de la exposición.

EN PALABRAS DE FRANCESCA VON HABSBURG, PRESIDENTA DE T-B A21, «PASAJES» HACE REFERENCIA A TODOS LOS UMBRALES QUE UNO CRUZA A LO LARGO DE LA VIDA

2. «Illusions of the First Time». 3. «Frío estudio del desastre». 4. «Your uncertain shadow». 5. «Telephone».

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I’m Still Here, de Casey Affleck, será la película que abra el 48 FICXixón, que empezará el 19 de noviembre y concluirá el 27 del mismo mes con la proyección de la cinta No controles, del donostiarra Borja Cobeaga. Además, van a poder verse otros tres filmes españoles entre los 17 que forman la Sección Oficial de esta edición del certamen.

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Del 19 al 27 de noviembre el cine independiente enfoca Xixón en una cita imprescindible; un cine sin doblez que trata de inquietar, enternecer o divertir a un público que, edición a edición y ante una programación estimulante, responde con una fidelidad activa. Durante nueve días, el 48º Festival Internacional de Cine de Xixón ofrecerá cerca de ciento cincuenta películas: un encuentro con los títulos más sugestivos del momento. La Sección Oficial incluye tres largometrajes españoles a competición y la première de

No controles, el último largometraje de Borja Cobeaga, que clausurará el certamen. Por primera vez en quince años, tres de las dieciséis películas del concurso proceden del territorio estatal: Todos vós sodes capitáns, Todas las canciones hablan de mí y La mitad de Oscar. Y junto a los representantes españoles, las últimas producciones de relevancia procedentes de todos los rincones del planeta. Cintas como Alamar o Año Bisiesto muestran el potencial del cine mexicano en una sección en la que Rumanía participa con Aurora y Tuesday after

Animal Kingdom David Michôd

Año Bisiesto Michael Rowe

Aurora Cristi Puiu

Blue Valentine Derek Cianfrance

Mammuth Benoît Delepine y Gustave Kervern

Meek’s Cutoff Kelly Reichardt

No controles Borja Cobeaga

Tilva Ros Nikola Lezaic


Christmas. Estados Unidos está representado por la polémica I’m Still Here, Meek’s Cutoff y Blue Valentine, y Francia por Mammuth. Otros títulos muestran la nueva savia del cine europeo, como The Robber, How I Ended This Summer y Tilva Ros. Completan la selección Animal Kingdom y Los Labios, títulos con los que la competición viaja a Australia y Argentina. Después de su polémico paso por Venecia, Casey Affleck llega a Xixón para inaugurar el certamen y competir con I’m Still Here, un falso documental sobre el descenso a los infiernos

del actor Joaquín Phoenix desde que anuncia su retirada del cine para dedicarse al hip hop. En esta película, Phoenix se enfrenta al papel más difícil de su carrera, interpretado 24 horas al día durante varios meses. La clausura estará al cargo de Borja Cobeaga (San Sebastián, 1977), que regresa a Xixón nueve años después de ganar el Premio del Jurado Joven, y lo hace con el estreno de su último largo, No controles, una comedia romántica con la que vuelve a la cartelera después del buen resultado de Pagafantas, su anterior película.

La mitad de Oscar Manuel Martín Cuenca

The Robber Benjamín Heisenberg

How I ended this summer Alexej Popogrebsky

I’m Still Here Casey Affleck

Alamar Pedro González Rubio

Todas las canciones hablan de mí Jonás Trueba

Tuesday after Christmas Radu Muntean

Los Labios Santiago Roza e Iván Fund

Todos vós sodes capitáns Oliver Laxe

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MIRANDO ACULLÁ TESTU* DE RICARDO SAAVEDRA FOTOGRAFÍES DE MARTA BERMEYO Y PAULA LLORENTI

Nesti llibru, Pablo Texón garra una semeya de l’actualidá inmediata y conviértela n’artefactu lliterariu, nun testu onde, como diz Martínez Bonati, les palabres esvanecen, dexen de ser llinguaxe y enaxénense en mundu: creen una imaxe nueva, plena y autosuficiente, más reveladora que la propia instantánea real. Los güeyos del autor miren llateralmente les coses, penetrándoles. Posen sobre’l documentu gráficu que-y proponen, pero en realidá tán mirando más acullá. Pue paecer, por exemplu, que ta observando una imaxe d’una manifestación pola oficialidá de la llingua cuando en verdá ta percibiendo’l sentimientu cíclicu de la vida. Quiciabes creamos que presta atención a Woody Allen

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tomando notes al pie de Santa María del Naranco, pero lo cierto ye que ta construyendo na so mente la metáfora anhedónica de l’asturianidá. Que nun-y choque. Lo qu’asocede ye que les semeyes representen la conxelación natural de les coses cuando Texón les mira, reconcentráu sobre sí mesmu, volcando la so implicación afectiva sobre lo qu’observa. El tiempu apara y nun da más el deambular cotidianu de la vida, sinón la so dimensión ficticia, la so auténtica forma, en fin. Pue construir esi mundu mediante la narración, como asocede col multidimensional casu de Paca y Tola; mediante la visión lírica, cuando, por exemplu, carga de sentíu la personificación del veranu que muerre o de la nieve que mata dulcemente; o al traviés de la reflexón ensayística y certera que desenmascara los nuevos héroes de ficción o qu’echa lluz

L’alma robada Pablo Texón Fotografíes de Marta Bermeyo y Paula Llorenti Ámbitu, adelantu editorial

sobre la paradoxa del placer del sufrimientu. Nun ye azarosa esta versatilidá. Pablo Texón ye narrador y poeta, atributos necesarios pa ser, como él, un auténticu creador de microlliteratura: columnes, lletres de canciones, comentarios de fotografíes. L’arte de la contemporaneidá. Dalguién que condensa la capacidá analítica del relatu y la visión sintética de la lírica nun pue quedar nel tópicu del prexuiciu social énte la semeya d’un obreru inmigrante, nin tampoco se conforma cola meditación al usu sobre’l consumismu y los sos monstruos habituales. En cuenta d’ello, ye a visualizar el fluir continuu de la ilusión, d’aldovinar la soledá esperanzada qu’hasta los oxetos, inertes sólo n’apariencia, poseen. *Estractu del prólogu de L’alma robada.


TESTU DE DAVID GARCÍA

Domestika ye un website creativu español creáu nel añu 2002 –un referente pal sector de magar nació–, onde s’axunten perfiles artísticos diferentes pa compartir conocimientos y interactuar na rede. Domestika apúrrenos la posibilidá de crear una cuenta y colgar el nuestru portfoliu online. Amás, tamién permite ver trabayos d’otros usuarios, participar en foros, obtener recursos gráficos y mesmamente consiguir trabayu. Domestika, como nun podía ser d’otra forma, lluz un interfaz minimalista y elegante. Pescudar nes secciones d’esti site ye fácil y cómodo. Esto, xuntao al nivel tan altu de conteníos y trabayos espuestos, fai de Domestika una de les visites indispensables pa cualquier profesional del diseñu gráficu, la comunicación o cualquier otra disciplina gráfica de nueva xeneración. Graphic Exchange ye un sitiu web con un formatu alternativu a les páxines namás links que tan avezaos tamos a ver los asiduos a los blogs y páxi-

nes web de diseñu. Graphic Exchange dedícase a mostrar una escoyeta de trabayos, sobre manera impresos, que vienen d’axencies y diseñadores gráficos internacionales, que s’actualicen cuasi diariamente y que clasifiquen con tol procuru en delles secciones como, por exemplu, packaging, identidá corporativa o interiorismu. Estos trabayos tienen una esquisitez visual poco común y quiciás por eso esti sitiu web cuenta con 15.000 visitantes asiduos de tol mundu, navegantes que pescuden regularmente na páxina en busca d’inspiración o, ensin más, quieren echar un güeyu a lo último en grafismu. Pero ta claro que l’éxitu d’esti sitiu web ye por mor de la xestión tan bona d’un diseñador gráficu de tanta sonadía como’l francés Fabien Barral, que, como él mesmu confiesa, ye un apasionáu de la fotografía y del diseñu gráficu. La máxima de Barral ye: «Los meyores diseñadores son los qu’alcuentren los meyores veceros». Y él demuéstralo firmando bien de proyectos pa grandes corporaciones como Michelín o Mc Donalds.

DOS «WEBS» DIFERENTES OFRECEN DOS PERSPECTIVES DISTINTES D’UN MESMU MUNDU CREATIVU; ¿DIFERENTES ESTÉTIQUES? NA DIVERXENCIA TAMIÉN HAI HARMONÍA Domestika http://www.domestika.org/ Graphic-exchange http://www.graphic-exchange.com/

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LO ARTIFICIAL EN EL PAISAJE NATURAL 28


El valle del río Navia, uno de los espacios naturales de más valor ecológico y paisajístico de Asturias, alberga también algunas de las obras de ingeniería de mayor envergadura del país. Las presas de Doiras, Salime y Arbón hacen que el río esté prácticamente embalsado en todo su recorrido. Al mismo tiempo, su construcción dejó obras de arte de gran valor estético.

TEXTO DE MANUEL GARCÍA ILUSTRACIÓN DE DAVID GARCÍA, LEZINK

La relación del ser humano con el paisaje tiene pocos siglos de existencia. Hasta hace no tanto, los espacios no humanos eran lugares, cuando menos, no civilizados y muchas veces peligrosos. Desde el siglo XVIII, la naturaleza se ha convertido en un refugio para una cultura básicamente urbana y a ese mundo natural se le fueron asociando valores de autenticidad, belleza, inocencia y placidez. Las distintas geografías y climas se fueron prestando a la creación de diferentes Arcadias. En nuestros entornos más inmediatos existen pocos lugares naturales, casi todo el territorio lleva soportando desde hace milenios las actuaciones humanas y en realidad casi siempre resultan paisajes antrópicos, lo que posee una lógica interna al ser el ser humanu uno más de los seres vivos, más o menos animal. En un rincón tan pequeño y con valores naturales tan destacados como Asturias es difícil encontrar un valle, por remoto que sea, cuyos bosques no hayan sido aprovechados desde hace siglos, cuyos prados tan bucólicos no provengan de antiguos desbroces, donde los caminos hayan creado promenades no intencionadas; al fin y al cabo, esos paisajes admitidos por todos como naturales y dignos de preservar tienen una intervención humana más o menos importante. De una forma ciertamente curiosa, se viene a llamar a los agricultores y ganaderos como jardineros del paraíso natural; en fin, que se van hilvanando las cosas, aunque a veces las costuras se deshagan. Si continuamos con los lugares comunes de espacios singulares, Asturias posee valores paisajísticos sobresalientes y la parte de su territorio protegida, teóricamente, por esas cuestiones u otras similares es muy amplia, independientemente del desarrollo de las normas de protección y de su eficacia real.

El valle del río Navia posee ciertas singularidades, como es ser el único río asturiano importante que tiene un curso norte-sur, por oposición a la mayoría de los otros ríos, que son oblicuos a la costa en su trazado. Esta orientación y el tamaño de su cuenca permite que la influencia marina penetre fácilmente hasta el interior, lo que, unido a otras peculiaridades, permiten o permitían un microclima suave, pero con períodos de estiaje; así encontraremos en la cuenca… alcornoques… en Asturias, además de haber sido lugar de cultivo de la vid de forma histórica. Por otra parte, la naturaleza geológica del terreno, silícea en vez de la abundancia de caliza en el centro y oriente de Asturias, hacen que las formas de las montañas y la vegetación más o menos natural que existe presenten variaciones. El resultado son siluetas más redondeadas, mayor abundancia de abedules y una ocupación del territorio de manera más extensiva que en el resto. Desde finales del siglo XIX, el jardinero fue siendo desplazado por el gran constructor y los setos naturales fueron sustituidos por el hormigón. El caudal del río y la forma del valle hicieron que pronto se planteara la construcción de presas hidroeléctricas. En el año 1934 se inaugura la presa de Doiras, que será recrecida en el año 1958, con un resultado final de un murallón de hormigón de casi 100 metros de altura. En el año 1954 se inauguró la presa de Salime, que consiguió batir diversos records españoles y europeos en cuanto a su tamaño, con una presa de 134 metros de altura y una cola de embalse de unos treinta kilómetros. El último paredón construido para embalsar al Navia es el de Arbón, concluido en 1967 y con una presa más reducida, de 32 metros de alto. La sucesión de estos tres embalses hace que el río esté prácticamente embalsado en todo su recorrido, ya que desde Arbón a la desembocadura en el mar apenas hay cuatro kilómetros y la cola del embalse de Salime queda ya cercana a las fuentes, aunque existe un proyecto de embalse aguas arriba, en Suarna, ya planeado hace sesenta años y cuya tramitación se ha retomado hace poco. Es característico de los ríos cantábricos buscar de forma rápida el mar, pero en este caso, ese viaje se realiza con paradas y bien remansado. Así que la sustitución de los jardineros por los constructores ha dejado un valle amplio cerrado por tres murallones de hormigón y unas gigantescas láminas de agua que anegaron su curso natural. El cambio ha sido radical, tanto desde el punto de vista paisajístico como desde el social y económico, al ser desplazadas centenares de familias, viendo cómo desaparecían sus pueblos y las tierras agrícolas más valiosas se convertían en los lechos de varios lagos.

Al igual que en todas las actuaciones humanas, la de los constructores suele poseer valores propios y en las tres presas podemos encontrar interesantes aportaciones artísticas o, al menos, estéticas. La más famosa es la de Salime, con el mural de su sala de turbinas, que cubre su larga pared narrando la historia (o epopeya) de acometer una obra de esa envergadura en un país que comenzaba a salir de las tremendas estrecheces de la posguerra. Las aportaciones de Joaquín Vaquero se extienden a las formas de las coronaciones de los aliviaderos o a un balcón colgado en la ladera para contemplar la mole de hormigón. En el embalse de Arbón, sobre el terreno de relleno ganado al río se construyó el edificio de la sala de máquinas, en el que intervino uno de los arquitectos asturianos más importantes, Ignacio Álvarez Castelao, y que está formada por una sucesión de bóvedas de hormigón. En el embalse de Doiras volvemos a encontrar a Castelao con el ingeniero Elorza en los espacios más emblemáticos de la obra. Así pues, dos de los más valiosos artistas del siglo XX en Asturias han intervenido en estas impresionantes obras, que, a excepción de Salime, son poco conocidas. Aún quedan otras intervenciones asociadas a esta gigantesca operación en el valle. Existen cuatro poblados cercanos a la presa de Salime, que sirvieron de alojamiento al gran número de obreros que fueron necesarios para construirla, en unos momentos en los que la mecanización era muy inferior a la actual. Algunos de esos poblados siguen en pie, pero en la parte más alta, dominando el valle, existen ya verdaderas ruinas de los pabellones de hace cincuenta años, algunos prácticamente arrasados; únicamente conserva su buen porte una curiosa iglesia de reminiscencias alpinas también debida a Joaquín Vaquero. También un recorrido completo por el valle permitirá encontrar las torres que quedan en pie del teleférico que permitía subir los materiales desde el puerto de Navia hasta el pie de la presa de Salime. En medio de la desolación de unas ruinas tan recientes, dominando el valle, el paisaje revela su potencia y la parte humana queda patente en la enorme lámina de agua y en los molinos de viento que van siguiendo la cresta de los cordales. Al fin y al cabo, el valle del Navia alberga los dos elementos claves para el siglo XXI, el agua y la energía no agotable, los que impondrán su ley cada vez más. Cualquiera pudiera pensar que esto generaría riqueza económica, social o cultural; sin embargo, la parte media y alta del valle se despuebla de forma continua y sangrante. Nos quedamos sin jardineros y los constructores se marcharon hace cincuenta años.

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Andrés Castillo nació en 1988, en Avilés. Después de tener un roce con la fotografía analógica, se adentró a estudiar el ciclo de fotografía en la Escuela de Arte de Uviéu, para cuya conclusión presentó el proyecto Los Ancianos. Terminado el ciclo, ha hecho una exposición colectiva en el certamen Tarazona Foto y se encuentra a la espera de realizar otra especialidad más en la propia Escuela de Arte. Probablemente estamos en lo cierto al pensar que este proyecto haya surgido del propio temor del autor a quedarse en soledad, sometido a una vida de espera continua. Por ello ha valorado a los ancianos y nos enseña diversas caras de este colectivo. Observamos así personas mayores con y sin cariño, ya sea familiar o en el marco de relaciones afectiva de cualquier tipo. La soledad en una edad avanzada es lo mismo que estar a la espera de un futuro incierto y, a la vez, conocido. Incierto porque se desconoce qué nos espera después, al mismo tiempo que se vive con la certeza de que, al final, está nada menos que la muerte. Por ello Andrés Castillo nos muestra las viviendas deterioradas donde viven algunos ancianos, en las que se pueden ver reflejadas las vidas de cada uno de ellos. El miedo a la muerte es algo común en casi todas las personas, pero aún más en éstas que están más cerca de ella y, en muchos casos, sin afecto de ningún tipo.

Colabora:

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Pablo Maojo (San Pedru Ambás, Villaviciosa, 1961) ye ún de los artistes asturianos con más proyección esterior. La obra de Maojo –qu’abarca dende la pintura al grabáu o la escultura– ta presente en colecciones y museos como la Fundación La Caixa (Barcelona), el Belles Artes d’Asturies o l’E.P. Alto Lindoso (Portugal).

TESTU Y FOTOGRAFÍES D’HENRIQUE G. FACURIELLA

La Fundación Muséu Evaristo Valle, de Xixón, acueye dende’l 10 d’ochobre al 10 de payares la esposición Oriental, del artista asturianu Pablo Maojo. Na muestra pueden vese 25 escultures en madera, con pieces de tamaños que van dende los 26x13,4 cm d’Acaso rojas rejas a la monumentalidá que representa una escultura como Caja encaja, onde asistimos a una especie de rompecabeces con evocaciones masóniques –por aquello de la piedra (madera nesti casu) bruto y la piedra pulío–. Esti contraste o, por meyor dicir, rellación dialéctica ente la materia al natural y la madera trabayao dase a lo llargo de tola esposición tanto ente obres distintes como dientro d’una mesma pieza –Atisbar el abismo, una de les más pequeñes, ye un exemplu d’esto último–. La mayoría de les obres d’Oriental tán colgaes de la paré, lo que-yos da un calter a mediu camín ente los cuadros y la escultura. Esti aspectu híbridu fai que, por muncho que la tridimensionalidá sía una de les característiques constitutives de la escultura, llame l’atención la cantidá de planos presen-

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tes en pieces como Caja face, Son de nozal, De carrasco o La chimenea del gaiteru está entorná. Delles d’estes obres revélense como cuartos pequeños onde l’observador pue atopar abellugu, acceder a espacios desconocíos hasta entós o perdese per llaberintos en forma de ramples que xuben y baxen. Mención aparte merez el tratamientu del color fechu por Maojo nestes pieces. La madera al natural o tratao con vinagre de sidra convive con pigmentos bien saturaos, sobre manera azul y encarnao. Una obra que representa bien esta característica ye La lucha pol azabache, onde dos güecos na madera configuren lo qu’asemeya una cara pintada parcialmente d’azul y bermeyu con manches grises poco definíes; un rostru tuertu y cansáu, cruciau de cicatrices, tayonaes feches munches d’elles con saña, como si quixeren treslladar a la madera los cortes que sufre na carne quien intenta arrincar de la tierra la piedra negro del títulu. Del esfuerzu nel trabayu fala tamién –anque con un aquel d’ironía o, polo menos, doble sentíu– la pieza Dura vida en la galería... grisú emocional, onde la galería pue ser tanto la de la mina (como parecen evocar les llinies diagonales que crucien les verticales, igual que’l corte llonxitudinal d’una esplotación soterraña) como la galería d’arte (colo que taríemos asistiendo, entós, a un exerciciu autorreferencial). El color, sumao a la multiplicidá de pla-

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nos, carga de significáu la pieza Desasosiego, onde los tacos de madera de carbayu escurecíos con vinagre de sidra parecen afogar –nuna disposición que recuerda a la de los barrotes d’una cárcel, pero tovía más tupíos– l’aliendu y la vida representaos pol color bermeyo del fondu, como un ser que namás respira, de cuando en vez, peles escases manches azules que s’abren ente’l marrón escuro del primer planu. Sobre los títulos, diz el críticu d’arte Juan Carlos Gea que son «cuasi narraciones o micropoemes tan lliterales y corpóreos como les propies pieces». Anque esto ye verdá nel conxuntu de la esposición, faise muncho más evidente en dos obres que, pola masa de color dominante y les formes esculpíes a la manera d’un baxurrelieve dotáu de movimientu internu, proporcionen un placer sensorial d’intensidá alta: Amares y Localización en el alud de las circunstancias. N’entrambes les dos pieces ye posible somorguiase, dexase arrastrar poles foles y la corriente del mar/emoción, nel primer casu; o de los argayos de nieve, nes trombes que cain de lo alto y nun respeten nada –intúyense árboles boca abaxo, miembros desengolaos, choces y cases feches estielles–, na segunda obra mentada. P’acabar, nun se pue escaecer facer una visita a los xardinos del Muséu Evaristo Valle, onde s’esponen de manera permanente trés escultures monumentales de Pablo Maojo.

1. «Son de nozal». 2. «Desasosiego».


3. «Amares». 4. «Caja face». 5. «Hexagrama al trigrama». 6. «Brecha Jurásica». 7. «Planimetría». 8. «Espacios expectantes».

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EL FECHU DE QUE LA MAYORÍA DE LES OBRES DE LA ESPOSICIÓN TEAN COLGAES DA-YOS UN ASPECTU A MEDIU CAMÍN ENTE LA PINTURA Y LA ESCULTURA

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Jueves 11 Dan Berglund’s tonbruket

Viernes 12 Tania María Quartet

Sábado 13 John Scofield Trio

Mundialmente reconocido como uno de los bajistas más completos y espectaculares del jazz, Dan Berglund (Pilgrimstad, Suecia, 1963) lleva unido a la música desde que cogió su primera guitarra a los 10 años. A principios de los 90 Esbjörn Svensson lo invita a formar parte del Esbjörn Svensson Trío (E.S.T.), el grupo de jazz europeo más famoso y «el trío de la década» según London Times. Tras siete años juntos y ventas millonarias por discos como From Gagarin´s Point of View, Good Morning Susie o Strange Place for Snown, Svensson muere prematuramente en 2008 y E.S.T., «reinventores del jazz», desaparece. Dan Berglund’s emprende entonces un nuevo proyecto con él al bajo, Johan Lindstroem (antiguo compañero en la banda Per Texas Johansson) a la guitarra, Martin Hederos (del grupo pop The Sountracks of our Live) en el piano y Werliin Andre.

Considerada uno de los grandes talentos de la escena contemporánea, el estilo musical y la particular voz de Tania María son inconfundibles. Con 20 años graba Olha Quem Chega y deja sentadas las bases de lo que será su futuro en la música: combinaciones de ritmos brasileños con armonías de jazz más un piano del que llegará a extraer sonidos increíbles. Tras abandonar su país de origen, Brasil, Tania María se instaló en París y ya, en 1980, recaló, definitivamente, en Nueva York. Es en los 80 cuando alcanza la fama con sus personalísimas interpretaciones en las que utiliza su voz para ejecutar complicadas improvisaciones de scat, técnica de la que es maestra consumada. Entre sus grabaciones figuran: Piquant (álbum que le valió en 1980 el premio que el famoso crítico Leonard Feather concede al mejor disco de jazz del año), Love Explosion (1983), Bela Vista (1990), The Best of Tania María (1993), Happiness (2002) o Intimidade (2005).

John Scofield (Ohio, 1951) es uno de esos artistas extraordinarios capaces de tocar casi todos los estilos con igual virtuosismo. A finales de los 70 su fama como guitarrista y compositor estaba más que consolidada. En sus grabaciones se rodeaba de músicos de la talla de Pat Metheny, Bill Frisell, Govermment Mule o Joe Lovano, mientras que compartía escenario con Gary Burton, Glenn Mulligan o Billy Cobhamm & George Duke Band. En 1982 empezó a trabajar con Miles Davis en una colaboración que duraría casi cuatro años y tres álbumes, donde la inimitable y prodigiosa guitarra de Scofield se deja sentir. En 1989 firma con el mítico sello Blue Note, para el que graba tres discos; tras ese periodo comienza a experimentar con el soul / jazz y las influencias de músicos como Eddie Harris y Les McCann. Es también el tiempo de sus grabaciones con Pat Metheny, uno de los grandes genios de la guitarra y favorito de Scofield. En 2002 publica Überjam, y en 2009 Piety Street, dos álbumes que confirman definitivamente a John Scofield como un guitarrista inmenso.

El Teatro Jovellanos acoge entre el 11 y el 14 de noviembre el Festival de Jazz de Xixón, con un concierto a las 20.30 horas los tres primeros días y sesión doble –matutina y vespertina– la última jornada del festival.

Festival de Jazz de Xixón Teatro Jovellanos Del 11 al 14 de noviembre

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Domingo 14 David Sanborn featuring Joey Defrancesco y Byron Landham David Sanborn afirma: «Soy un producto de mis influencias, y mis influencias son el jazz y el R&B». Si a esto se añade que todos los trabajos de Sanborn son una combinación de la libertad y espontaneidad del jazz, más soul, funk y R&B, entonces estamos ante una obra excepcionalmente rica y salida de una leyenda viva del saxo. Su primer disco, Taking Off, lleva fecha de 1975, época en la que comienza a compaginar sus propios discos y actuaciones con trabajos para Paul Simon y James Taylor; más adelante vendrían sus colaboraciones con Eric Clapton, Roger Daltrey, Stevie Wonder, Jaco Pastorius, David Bowie, Bruce Springsteen, George Benson, Carly Simon, Elton John... En el 80, su tema «Hedeaway» le da popularidad y un año después, Voyeur le vale un Grammy; esa es también la década en que su solo de saxo para el tema central de La Ley de Los Ángeles lo hace famoso. Su segundo Grammy llega en 1986 con el álbum Double Vision y en el 88 otro más por el tema instrumental «Close Up». Hasta la fecha ha publicado 24 trabajos en solitario además de una impresionante e interminable lista de colaboraciones. Joey DeFrancesco es un genio del órgano además de cantante y trompetista. Con 19 años dirigía la orquesta de Time Out, un programa de una televisión local de Fhiladelphia. Miles Davis, invitado en uno de los programas, se queda boquiabierto oyéndolo tocar. El resto es historia: contrato con Columbia en 1988, y en 1989, petición de Miles Davis para que se una a su grupo. Joey DeFrancesco está considerado como un prodigio de los teclados. Con una velocidad de vértigo, un absoluto control del órgano y un oído excepcional para los armónicos, su repertorio abarca desde el jazz al blues pasando por el gospel y el rock.


ILUSTRACIONES DE FRANCISCO PIMIANGO

Paquín y les tres bruxes bones van volver enfrentase contra la bruxa Masmala, que nesta aventura amazcárase de directora d'escuela pa esconxurar a los escolinos y volver a ser la Bruxa Suprema. Un día Paquín descúbrela y principia xunto a les bruxes y el so gatín Tiñosu una llucha máxica contra Masmala pa poder llibrar a los rapacinos de les sos prietes artes ocultes.

Paquín va a escuela Francisco Pimiango De próxima salida n’Ámbitu 32 Páxines 35


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Christian Domínguez (www.christiandf.es), aunque asturiano, nació en Barcelona en 1975. Maestro de música y profesor de piano, la formación fotográfica, ampliada con varios cursos y talleres, es básicamente autodidacta. Ha realizado las exposiciones Inner world (Galería Mediadvanced, Xixón, y Cislan, Llangréu, 2009) y Once

días de invierno (Galería 9the13, La Coruña, 2010. También ha colaborado con empresas como Schuberg Philis (Holanda), Farmboy Fine Arts (Canadá) o la propia sala Mediadvanced (Xixón). Una de sus fotografías ha sido utilizada como contraportada del disco de The Dynamites (Nashville, Tenesee) Burn it down.

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1. Oui. 2. Morning walk 3. Neighborhood. 4. 31. 5. 2+2=5. 6. Crazy.

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TEXTO DE CHARO TABERNA FOTOGRAFÍAS DE CHRISTIAN DOMÍNGUEZ

A finales del siglo XIX el fotógrafo italiano Guido Boggiani murió asesinado mientras dormía en uno de los poblados que visitaba. El explorador había registrado con su cámara las tribus angaites, leguas, sanapanás, caduveos, tobas, payaguás, bororo y chamacocos. No olvidemos que para estos pueblos primitivos las fotos representaban un verdadero peligro, pues en ese acto se "robaba" el alma o la voluntad del sujeto, que a partir de ese momento quedaba en posesión del fotógrafo. Boggiani podría ser perfectamente un antepasado artístico de Christian D.F. Cuidadoso de las formas y los volúmenes, capta milimétricamente la calidez de cada plano, el sentido de la estética y también de la evocación, el alma de los espacios. A pesar de su juventud demuestra la capacidad de plasmar la esencia de cada escenario que pisa y congela en imagen. Inquieto y en movimiento constante, disfruta y se alimenta en cada viaje. Su retina y su tarjeta de memoria se llenan con cada luz, cada olor, cada nueva composición. A diferencia de muchos fotógrafos artísticos, Christian sabe llegar al público al margen de la cultura visual del sujeto. Es mucha la gente que admira la obra de Christian en cuanto la descubre. Si es su caso: disfrútela.

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7. Everything is in its right place. 8. So what. 9. Brainstorming. 10. Citizens. 11. Eye 12. Unknown. 13. It's natural to be afraid.

CHRISTIAN DF CAPTA MILIMÉTRICAMENTE LA CALIDEZ DE CADA PLANO, EL SENTIDO DE LA ESTÉTICA Y DE LA EVOCACIÓN. MUESTRA LA CAPACIDAD DE PLASMAR LA ESENCIA DE CADA ESCENARIO


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RICARDO MENÉNDEZ SALMÓN

«Por definición, cultura y poder tendríen que llevase mal» L’escritor xixonés acaba de publicar La luz es más antigua que el amor, novela que se pue lleer como un ensayu sobre’l xeniu artísticu. La obra xira sobre tres pintores y el compromisu col arte énte’l poder. Entemedies, un novelista fala de tres momentos importantes de la so vida.

Cola Ilesia ye cenciello llevase mal. Llástima que, de una vez por toes, l’ideal ilustráu nun se cumpla y podamos falar d’ella namás en pasáu, como un cadabre embalsamáu. Discutir cola Ilesia ye, en realidá, imposible y vano. Nun se pue falar de pintura con un ciegu. Otru tipu de poderes son más delicaos y problemáticos. Por definición, cultura y poder tendríen que llevase mal, porque la cultura ye un antipoder, la crítica del poder, la sospecha ente tou poder, anque na práctica, en munches ocasiones, la cultura ye un apéndiz del poder, una paráfrasis d’él, un llacayu vergonzosu.

ENTREVISTA DE DAMIÁN BARREIRO

¿Parez-y que los políticos lleeron la so obra? N’El corrector, por exemplu, el Partíu Popular nun queda mui bien... Políticos n’activu non; políticos desactivaos, a lo meyor unos cuantos. De xuru que l’exerciciu del poder ye tan absorbente qu’ún namás tien la cabeza pa platos menos sofisticaos: Murakami, Larsson, el Zafón español del momentu... En fin, eses coses.

FOTOGRAFÍA DE DANIEL MORDZINSKI

La luz es más antigua que el amor ye la primer novela que publica tres la fin de la llamada Triloxía del mal. ¿Pero los temes, la mezcla d’historia y lliteratura, nun son de dalguna manera una continuidá? Efectivamente, nun me parez que pueda falase d’una ruptura, a pesar de les apariencies. La belleza siempre tuvo presente nos mios llibros. Ehí ta la música en La ofensa o la lliteratura n’El corrector. Precisamente, la belleza propúnxose nos mios testos como una alternativa existencial al mieu. Tamién ye verdá que nesti llibru la encarnación del mal nun ye namás esterior, como nel casu de la triloxía, sinón interior. ¿El mal nun ye equí la Ilesia, Stalin y el capitalismu? Equí la escuridá nun s’encarna namás en poderes como Ilesia o Estáu, sinón nel llabor del artista, na condena qu’implica ser un creador, nos demonios qu’alimenten el so trabayu. De vez en cuando surden polémiques ente grupos conservadores, yá sían partíos políticos o sectores relixosos, y artistes que faen obres crítiques cola Ilesia. ¿Llévanse mui mal l’arte, el mundu de la cultura, y el poder?

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Usté tocó tolos xéneros lliterarios (novela, rellatu, ensayu, poesía, teatru y traducciones). ¿Esta obra nun bebe un pocoñín de toos estos xéneros? ¿Ónde la englobaría? Na novela, ensin dulda. Esti xéneru muestra históricamente una resistencia prodixosa a ser enterráu, quiciabes porque nel so cuerpu ye capaz a asimilar tolos xéneros lliterarios mentaos. La novela ye’l gran caníbal de la lliteratura. Usté ye llicenciáu en Filosofía. La novela parez que ta mui influenciada por ello, enllena de pensamientos... Como los demás llibros míos. Ún ye lo que lleó, lo que lu formó, los llugares intelectuales de los que procede. La filosofía regalóme los sos temes y esa mezcla d’ambición y humildá que-y ye propia: ambición, porque los filósofos atrévense a cuestionalo too; humildá, porque los resultaos d’esi cuestionamientu son puestos de contino ente paréntesis.

Bocanegra, l’escritor que sal na novela, ye claramente un alter ego de Ricardo Menéndez Salmón. ¿Cuánto tien de realidá y ficción esti personaxe? En toa autobiografía hai una parte de ficción, y la más disparatada de les ficciones tamién contién muncho de la biografía del escritor. La novela diz verdaes mintiendo, así que vamos quedar con esta idea. El llibru acaba con esti personaxe del que falemos recoyendo’l Nobel de Lliteratura. ¿Aspira usté a tanto? Más d’una vez falé de la trescendencia. Precisamente, el discursu que Bocanegra pronuncia n’Estocolmo cuando recibe’l Nobel ye un discursu a propósitu de la trescendencia. A lo que yo aspiro ye, ente otres coses, a que los mis libros perduren. Vivimos arrodiaos de llibros banales, innecesarios, absolutamente continxentes. Pa qué escribir, si nun ye pa llevantar una obra que nos sobreviva. Y esa supervivencia nun tien nada que ver cola vanidá de la fama, sinón cola llucha contra l’olvidu. Pa quien nun tien una esperanza n’otra vida, como ye’l mio casu, namás existe la inmortalidá del arte. Bocanegra, nel so discursu al recoyer el Premiu Nobel, fala de La luz es más antigua que el amor como la obra pola que lu van recordar dalgún día. ¿Entiende esti llibru como la so meyor obra? ¿Podríemos dicir que siente que yá tocó techu nel mundu de la lliteratura con esta novela? Bocanegra nun diz en nengún momentu que lu vaigan recordar por esta obra. Ello ye qu’insinúa que La luz es más antigua que el amor nun ye’l so meyor llibru, pero quier recordalu porque, nun momentu difícil de la so vida, la so redacción ayudólu a sobrevivir. El mio meyor llibru son les mios ocho noveles xuntes. Yo nun soi un autor de llibros, sinón d’obra, y precisamente nun me parez que la mio lliteratura pueda entendese ensin atender al conxuntu que la forma.


Los personaxes de la novela son artistes angustiaos pola vida y buscando una salida al traviés del arte. ¿Usté concibe asina la lliteratura, una salida vital pal propiu escritor? Concíbola como una necesidá, como una forma de conocimientu y, de dalguna manera, como un consuelu. Tien más de 40 premios lliterarios y ta reconocíu como un autor imprescindible dientro de la narrativa nueva que se fai nel Estáu español. ¿Pesa too esto a la hora de ponese a escribir una obra? El mayor críticu del escritor ye ún mesmu. Nun hai meyor censor que’l propiu autor si ésti ye consciente del so llabor y cree nél. Parezme que namás eso tien que pesar: la convicción de facer una obra ambiciosa y digna nel sentíu más ampliu del términu. El so ritmu ye una novela por añu, cuando les sos noveles inclúin munchos temes históricos y otros de calter filosóficu. ¿Cómo fai pa documentase y sacar tiempu? Suel confundise’l tiempu físicu de ponete a escribir col propiu tiempu mental d’imaxinar esa escritura. Los llibros viven conmigo les venticuatro hores del día, así que, en realidá, siempre toi escribiendo. ¿Qué opina de la lliteratura que se fai actualmente n’Asturies? Como nel restu del país, y falando namás de narrativa, que ye lo que conozo, hai de too: munchu testu fácil, dalgún malditu que nun sabe cuánto aburre col so discursu, bastante previsibilidá, pocu cuidáu pol llinguaxe y, por descontao, proyectos importantes. Atrévome a mentar dos: Chus Fernández y Moisés Mori. Anque sía un escritor en castellanu, ¿ta al tantu de la lliteratura que se fai en llingua asturiana? Frecuentábala más de lo que lo faigo agora. De tolo que se fai, quedo con un nome: Xandru Fernández.

«CONCIBO LA LLITERATURA COMO UNA NECESIDÁ, UNA FORMA DE CONOCIMIENTU Y, DE DALGUNA MANERA, UN CONSUELU» 41


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La fachada gótica del palacio de la Rúa ha sido –más para los habitantes de Uviéu que para los visitantes ocasionales– un desafío a su curiosidad. ¿Qué estancias se esconden tras la ventana de la cruz? ¿Qué misterios oculta el arco de entrada de la vetusta torre defensiva? Pues bien, el enigma ha sido revelado. El edificio civil más antiguo de la ciudad abre sus puertas para la celebración de actos sociales o actividades profesionales con el nombre de Ruaquince. A través de la enorme puerta coronada por un arco medieval en la fachada, se accede a un zaguán con enormes muros de piedra y techo de antiguas vigas de madera vistas, que da paso a los dos grandes salones de la planta baja: El Patio de Columnas, un salón palaciego flanqueado por columnas renacentistas y techo acristalado de doble altura, y el Salón Comedor, antiguo comedor del palacio, con paredes recubiertas de madera, chimenea de piedra e impresionantes ventanales hacia un jardín privado de 530 metros cuadrados. La primera planta cuenta con dos grandes salones, uno en cada ala del Palacio, de estilos artísticos radicalmente diferentes. El primero es el Salón de la Cruz, llamado así porque alberga uno de los elementos más característicos del edificio, la Ventana de la Cruz, del siglo XV, situada en la fachada medieval y que ofrece espectaculares vistas a la Catedral. El interior del salón está presidido por un gran retablo policromado del siglo XVIII. El segundo de los espacios es el Salón de las Caras, una gran sala de 108 metros cuadrados en forma de L, con

grandes ventanales hacia el jardín. En las paredes, pueden contemplarse retratos en gran formato de la serie Acting, del artista británico Ian Breakwell (1943-2005), cuya obra puede verse en la Tate Modern de Londres. En la segunda planta se encuentran los espacios más reservados del palacio: las dos suites nupciales –la Suite Blanca y la Suite Gris–, lujosas estan-

cias que combinan mobiliario vintage y moderno y cuentan con vistas al jardín. Junto a ellas, se halla el Espacio Private, formado por dos salones: una gran sala de reunión con una mesa de madera, original del comedor del palacio, y la salita anexa, con techo a doble altura de vigas vistas y una perspectiva inigualable de la Catedral desde sus tres balcones.

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LA FALLERA CÓSMICA Marina Sanmartín Pla nace en Valencia, en 1977. Licenciada en periodismo, en 2001 se traslada a Madrid para quedarse. En mayo de 2009 publicó su primer libro de relatos, La vida después, y en noviembre del mismo año cuatro de sus cuentos fueron incluidos en la antología Mujeres cuentistas, editada por Baile del Sol. En agosto del año pasado, crea La fallera cósmica, que ha sido considerado por la Revista de Letras y sus lectores «Mejor blog nacional de creación literaria 2010». Baile del Sol publicará en noviembre los textos que conforman el primer año de la bitácora, dos de los cuales pueden leerse en estas páginas. TEXTO DE MARINA SANMARTÍN PLA ILUSTRACIÓN DE DAVID GARCÍA, LEZINK

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ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS El Conejo lleva el tiempo. Ana lo dice en el cambio de turno del martes o del miércoles y alguien la acusa de filosofar con cualquier tontería; pero el Conejo lleva el tiempo, esa es la verdad. Escucho las teclas del piano de Las Horas y me imagino diminuta, saltando por ellas, de una a otra, produciendo sonidos inconexos y arrolladores como ráfagas de viento, persiguiendo al Conejo Blanco, cayendo en el agujero, aterrizando en el país de las maravillas. Volvamos atrás: es el 21 de diciembre de 1983 y sólo tengo seis años. Aunque ya es de noche hay gente en mi casa, amigos de mis padres, puede que mis tíos. Vivimos en un piso de tres habitaciones y dos baños, con el suelo de cerámica y una butaquita baja y redonda en el recibidor. Los techos son altos y la colcha de mi cama, igual que la de mi hermana, es rosa y está cuajada de pequeñas cestas con flores. Las camas de mis hermanos, en el cuarto de al lado, son verdes; sobre una de ellas, recién planchado, en medio de la oscuridad y con la calle del Turia al otro lado de la ventana, mi disfraz de Reina de Corazones espera el día siguiente, con paciencia, la hora exacta de la función navideña del colegio. Nadie se ha acostado todavía. Hay ruidos en el comedor porque en la televisión España se está jugando la clasificación para la Eurocopa contra Malta, pero yo me distancio del grupo y con mis pasos pequeños me acerco hasta la puerta de la habitación de los chicos y me apoyo temerosa en el marco de madera para contemplar el vestido, que tiene la fuerza de un fantasma. No me ven. Nadie compartirá ese recuerdo conmigo. Detrás de mí, escucho la celebración de los goles, las voces jóvenes de mis padres, el tiempo discurriendo sin nudos, frío y cristalino como el agua de un arroyo aún no descubierto. Y estoy aquí; la misma niña extraña que vio a Inma, que nos ayudaba en casa, coser corazones de cartulina roja a un traje recargado con encajes dorados y gorguera; la misma niña que iba al cine con su tía todas las semanas, construyendo un ritual de lluvia y autobuses por la calle Roger de Lauria y la plaza del ayuntamiento… la misma que se escondía entre las cortinas convencida de que se le aparecía la Virgen y le contaba a su abuelo historias de una piedra mágica que se había encontrado en el patio, durante el recreo. Poco a poco se han ido callando todas las voces. ¿Cuántas veces hemos abandonado ya el país de las maravillas? ¿Cuántas lo visitamos sin identificarlo, al acariciar con la lengua el sexo ajeno en un espacio convertido en templo improvisado de lujuria, en nave espacial hacía el más insondable de los abismos? ¿Cuántos caminos? Cierra los ojos. Escucha como se rasga, hiriente, el papel pintado de la pared. Todavía estás a tiempo de no regresar.


KICK-ASS Me gustaría ser Hit Girl y manejar una navaja mariposa con la impunidad de quien se esconde detrás de una peluca violeta. La sangre a cámara lenta flotaría a mi alrededor; pequeñas gotas, como pompas de jabón, arrebatando la vida de alguien, provocando la ausencia y el silencio en esta habitación con eco de vientre de ballena. ¿Cuánto tiempo más? Hoy por la tarde, se ha desatado la tormenta e Iñaki y yo, refugiados en el kebab de Jacometrezo, justo debajo del plasma encendido en el que empezaba Amar en tiempos revueltos, nos hemos contado nuestra última semana: mi firma en la feria, al lado de Adriansens; su Día en blanco, la estela interminable de la purpurina abandonada por las antenas de Deborah… y mientras charlábamos, por encima de su hombro, veía las rachas de lluvia azotando temerarias las marquesinas de los autobuses, derrotando paraguas, apagando la luz de la sobremesa y volviendo el cielo gris, como de última hora; un cielo de fin del mundo, sin piedad para nadie, reacio como yo a otro verano. He tenido la sensación de que viajábamos huyendo, en un barco sin costa a la vista, más allá de todos los puertos, porque no iré a ninguna parte. Ayer, en el cine con Jorge, inmersa en Kick-Ass, se me ocurrió que las historias inacabadas no son más que cadáveres con los que cargamos a cuestas. Nos resistimos a enterrarlas, a escuchar el último golpe de arena sobre la tumba y salir del cementerio sin mirar atrás. Abandonados en la nieve, con las manos vacías, nos mantenemos vivos alimentándonos de nuestros recuerdos en descomposición. Son lo único que nos queda en un paraje de kilómetros y kilómetros de blanco hiriente. No resucitarán. La plaza de Callao, cuadrada y peatonal, se ha quedado desierta en segundos. La gente ha corrido a refugiarse bajo las cornisas, en las escaleras breves del cine Capitol. Mis bailarinas se han empapado al instante; el pelo, la chaqueta, la ciudad, el edificio de la Fnac, como un mascarón de proa, batiéndose contra las olas gigantescas, monstruos crueles, fauces terribles de dragón. Hay un filtro hostil en mis ojos resecos, cierta tendencia a la languidez, a dejarse morir delante de un te de hierbabuena en la plaza Matute, repasando con Silvi la misma mano de la partida, una y otra vez. Quiero salvarme. Yo soy también la que se ríe en la butaca de los Ideal, la misma que recorre el Retiro aprovechando los rayos furtivos de este esquivo sol de primavera. Soy la que vuelve a casa con Ana y Javi después de una tarde eterna en la librería; la que se toma una caña en la Cruz Blanca con Calamar. Mis días están llenos de nombres y promesas, de flores rojas. Si presto atención, si me quedo quieta, si aprendo a no esperarte, las piezas se ordenaran para mostrarme el mensaje secreto. Y me salvarán.

La fallera cósmica Marina Sanmartín Pla Baile del Sol, 2010 160 páginas

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Antony and the Johnsons, la formación liderada por Antony Hagerty, acaba de publicar su cuarto álbum bajo el título Swanlights. Transformación es la palabra clave que define un trabajo musicalmente más heterogéneo que los anteriores.

TEXTO DE MAITE FERNÁNDEZ URQUIZA FOTOGRAFÍA DE DON FELIX CERVANTES

Escuché la voz de Antony Hegarty por vez primera al otro lado de una línea telefónica. Me estaban proponiendo reseñar su último disco y lo que sonaba al otro lado me pareció una estructura de blues de los cincuenta traída hasta el presente. Dije sí. Lo bueno de tener una perspectiva outsider es que es incapaz de generar expectativas y, por lo mismo, carece de prejuicios. Entonces no sabía lo importante que iba a resultar este tipo de inocencia a la hora de introducirme en el universo Swanlights. Se ha dicho de este álbum que, viniendo de quien viene, es de una tibieza que roza el tedio. Que se recrea en una contemporaneidad entendida a lo Nyman. Que constituye un conjunto poco cohesionado. Pero, en fin, también se ha dicho que el discurso de Antony es confuso (como si religión, género, ecología, economía y política no lo tuvieran todo que ver). Y muchos se asombran de que un ser humano tan profundamente crítico con el patriarcado y el capitalismo sea capaz de construir mundos tan liberadores y bellos. Cuando lo entrevistan, suele justificarse diciendo que es un solitario, y que por eso sus respuestas parecen las de un loco. Lo que es de locos, a mi entender, es el razonamiento mainstream de quienes realizan las anteriores observaciones, incapaces de comprender la coherencia radical de quien traslada a su arte un proyecto vital, que es el de un ser humano inserto en un mundo con el que no está de acuerdo. Por eso Swanlights es un álbum que cuenta la historia de un proceso perpetuo, igual que la identidad sexual de su autor. Se trata de un álbum redondo, que comienza y termina hablándonos de algo que será nuevo para siempre (en «Everything is new», a la que se retorna sutilmente durante el último minuto de «Christina’s Farm», que cierra el trabajo). Un tipo de novedad que origina excitación y temor, lo que se refleja en el ritmo inquieto y cambiante del tema. Incluso si sólo tuviéramos en cuenta este corte ya percibiríamos que la coherencia global del trabajo se encuentra precisamente en su carácter mutante, en que consigue ser el reflejo de una transformación cícli-

Swanlights Antony and the Johnsons Secretly Canadian, 2010

ca, sin fin, en la que las dicotomías tradicionales (lo masculino y lo femenino, la vida y la muerte) se acercan para fusionarse en un todo continuo. Durante la mayor parte del tiempo, el piano construye los espacios vacíos que llenará una voz que, en palabras de Laurie Anderson, es capaz de recrear todas las emociones de este mundo y, en mis propias palabras, también las de los otros. Una voz que nos abre los ojos a todo aquello que es difícil de comprender en términos explícitos. Al asombro del propio espíritu liberándose del cuerpo en medio del estallido sinfónico de la London Symphony Orchestra (en «Ghost»). Al enigma instrumental de los poco más de 35 segundos de «Violetta», que es como una epifanía: el momento trascendente en que ese espíritu se hace visible. Pero también al misterio definitivo de la canción que da título al álbum, tal vez la más experimental (con ecos finales de nu-jazz que derivan en un tono sostenido de música sacra durante la casi totalidad del último minuto), y a la confusión y melancolía generadas por la pérdida (en «The Spirit was gone»). Y luego están los temas que son un puro acto de agradecimiento salvaje a la vida: la excitación y la alegría de sentirse tocado por el amor de «I’m in love», o el de sobra ya conocido «Thank you for your love», donde finalmente hasta las estructuras clásicas del blues que parecía que iban a ser respetadas se violentan mediante una reiteración compulsiva de palabras y ritmos que es como una declaración de independencia.

Es difícil pensar en una contemporaneidad diletante que se recrea vacuamente en estructuras melódicas experimentales ante temas tan plenos de significado, tan sinceramente humildes, como «The Great White Ocean» (que con la aplastante sencillez de su línea melódica y su sereno acompañamiento de cuerda bien podría pasar por una nana moderna para aquellos que están a punto de dormirse para siempre), o ante «Salt Silver Oxygen», que da rienda suelta a una intuitiva vinculación con lo orgánico: un corte que es una avalancha de imágenes telúricas, una corriente de conciencia plagada de metáforas visuales íntimamente vinculadas a todo lo viviente. Instrumentalmente, música popular de cámara interpretada por la Danish National Chamber Orchestra. En efecto, Swanlights constituye una exploración consciente de la vinculación de un ser humano con una naturaleza creadora, demiúrgica, en la que el tránsito entre la vida y la muerte se traduce en la posibilidad de contemplar momentáneamente lo invisible, en un acontecimiento digno de celebración y pleno de fantasía. Y así lo inevitablemente doloroso, reinterpretado, despliega insospechadas dimensiones de belleza. Nos encontramos de este modo ante una obra que, como la danza butoh de su admirado Kazuo Ohno, genera nuevos mundos que crecen desde el amor, el dolor, la melancolía y, sobre todo, desde una fantasmal inocencia. La banda sonora perfecta para pasear por un País de Oz donde el fantasma tras la máquina es un espíritu de color violeta.

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