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Seguridad con un enfoque humano
Por Mynor Roberto Orellana Colindres de Sistema de Embotelladores CocaCola Guatemala
Adoptar un enfoque humano en la seguridad implica poner a las personas en el centro de las estrategias de protección. Más allá de las medidas técnicas, es crucial comprender las necesidades del comportamiento humano para garantizar un entorno seguro.
La creación de entornos laborales seguros que prioricen tanto la salud física como la mental de los colaboradores es esencial para garantizar su bienestar y maximizar la productividad. Esto implica implementar estrategias fundamentales, como realizar evaluaciones de riesgos de manera continua, llevar a cabo controles efectivos y diseñar estaciones de trabajo ergonómicas. Además, es crucial promover la salud mental mediante programas de apoyo y capacitación. Fomentar la comunicación abierta y la participación activa en la identificación de riesgos contribuye a cultivar una cultura de seguridad sólida y duradera.
Desarrollar y mantener una cultura organizacional que valore y promueva la seguridad requiere el compromiso de toda la organización. Esto implica una comunicación constante sobre la importancia de la seguridad, la participación de los colaboradores en la toma de decisiones y el reconocimiento de comportamientos seguros en donde los líderes juegan un rol vital en este proceso, ya que su ejemplo y apoyo pueden inspirar a los equipos a adoptar prácticas seguras.
Es importante destacar que las innovaciones tecnológicas están transformando los enfoques de seguridad en las organizaciones, ofreciendo herramientas avanzadas como sistemas de inteligencia artificial y análisis predictivo de riesgos. Sin embargo, es crucial equilibrar la adopción de tecnología con la necesidad de mantener un enfoque humano y empático. La tecnología debe ser una herramienta que complemente y no reemplace el cuidado y la empatía hacia las personas.
Los retos actuales y futuros incluyen la integración efectiva de nuevas tecnologías sin perder el enfoque en el bienestar humano y la necesidad de adaptarse rápidamente a los cambios en el entorno laboral. A nivel empresarial, la brecha más relevante ha sido la falta de integración entre las medidas de seguridad y las necesidades humanas, lo que ha llevado a una desconexión entre la implementación de políticas y la experiencia de los emplea