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Hablemos de Ética
from REVISTA ABRIL 2023
by AMCP_DF
Para entender el concepto de ética, necesitamos referirnos necesariamente a la Filosofía dado que se deriva de esta ciencia (en discusión si es ciencia o no, sin embargo para cuestiones prácticas la asumiremos como tal, dado la naturaleza de su origen y la analogía con las matemáticas). Así que, de acuerdo con el diccionario de la lengua española se define como:
“Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano”
Así mismo, El término, de origen griego, se compone de dos vocablos: philos (“amor”) y sophia (“pensamiento, sabiduría, conocimiento”). Por lo tanto, la filosofía es el “amor por el conocimiento”
Una vez que tenemos las definiciones nos encontramos que para hablar de filosofía antes de abordar cualquier tema ético o no, es necesario preguntarse previamente sobre la naturaleza de la cuestión, por sus premisas fundamentales y por los presupuestos que sostienen dicha cuestión, no podemos hablar de ética sin más y ponernos a lanzarnos piedras unos a otros a abarcar cuestiones como el aborto o la estancia, o sobre el origen del bien y del mal, así que antes de hacer ética o de debatir ética, debemos aceptar que estamos asumiendo instantáneamente un conjunto de tesis acerca de temas fundamentales, tales como que la libertad del ser humano existe, que el ser humano está dotado de voluntad y algunas de las más importantes acciones que lleva a cabo son conscientes y deliberadas.
La ética no solo nos considera que somos libres, sino también racionales, por lo tanto podríamos decir que establecemos la conciencia. Siendo conscientes de nuestros actos podemos decir que se tiene la capacidad de enjuiciar, de valorar nuestros actos o los de los demás, bajo la óptica o bajo la distinción del bien y del mal.
Conceptos nucleares de la ética; conciencia, bien y mal
El foco de la ética está en la valoración, o sea la calificación a los actos que son entendidos bajo la voluntad, conciencia y libertad, por lo que podríamos decir que la ética es la ciencia de valorar, calificar y juzgar los actos humanos desde un punto de vista moral, aunque este no sea un término preciso. Sin embargo, aunque se conjuntan conceptos de ética y moral, estos tienen una gran diferencia, que se describe a continuación:
Mientras la ética es una rama de la filosofía, una disciplina técnica sometida a constante revisión, sobre leyes de justicia en sentido universal, la moral no es una disciplina filosófica, constituye solamente el conjunto de reglas y normas que una sociedad en un momento histórico determinado acepta como buenas, es decir que se van transformando conforme al tiempo y la temporalidad de estas. Para entender esto podemos ver el siguiente ejemplo:
En nuestro país a principios del siglo pasado las mujeres no podían ejercer el derecho a voto para elegir nuestros representantes gubernamentales, hasta el año de 1955 cambió esta situación. Lo anterior era aceptado y visto moralmente bien a principio de siglo y sufrió un cambio después de décadas de lucha social de valientes mujeres que coadyuvaron a la transformación moral y política en nuestro país. Lo anterior nos habla de las cualidades de la moral, es decir acota a una sociedad y a momentos históricos determinados que marcaron la moral y la transformación de ésta.
La ética en cambio busca que estas transformaciones morales se vuelvan de aplicación universal y que trasciendan temporalidades y sociedades, por lo que su estudio se esmera en que se realicen marcos normativos que agrupen conjuntos de normas morales para regir la conducta humana en sentido universal.
La Contaduría Pública y en verdad me siento orgulloso de mencionarlo, ha sido una de las más preocupadas por desarrollar códigos de ética, por colegios y asociaciones e inclusive a nivel internacional, sin embargo, como comúnmente se dice “todos los caminos llevan a Roma” es decir, contienen el marco normativo para regir el actuar profesional y moral de los profesionistas en Contaduría Pública. El presente artículo trata brevemente de dar una introducción a la ética y difundir el conocimiento de esta.
Dentro de mi análisis de los diferentes códigos existentes, descubrí que una marca distintiva de la profesión contable es la aceptación de la responsabilidad de servir al interés público, lo anterior se refiere que somos proveedores de información que resulta útil para que el público comprenda las actividades que llevan a cabo los sujetos obligados, que resulta relevante o beneficiosa para la sociedad y no simplemente de interés individual. Una vez aceptada esta responsabilidad, la carga ética se cimbra en nuestros hombros, por lo anterior nuestro actuar debe de estar regido por los siguientes principios fundamentales:
• Integridad
Ser leal, veraz y honrado en todas las relaciones profesionales y de negocios.
La palabra “íntegro” es un adjetivo que provienen del latín intĕger y que etimológicamente quiere decir lo “intacto”, lo “puro”. “entero, completo y que no le falta nada en su línea”) y dicho de una persona recta, proba, intachable.
• Objetividad
Evitar prejuicios, conflictos de interés o influencia indebida de terceros que afecten el juicio profesional o de negocios.
• Diligencia y competencia profesionales
Mantener el conocimiento profesional y las habilidades al nivel necesario, que aseguren que el trabajo o actividad que se realiza sea competente, actual y en el marco normativo profesional y legal.
• Confidencialidad
No revelar información a terceros sin la autorización apropiada y específica, a menos que exista un derecho u obligación legal o profesional de hacerlo, ni usar la información para provecho personal o de terceros.
• Comportamiento profesional
Evitar cualquier acción que desacredite la profesión. Cumplir con leyes y reglamentos relevantes. Los cinco principios ilustrados nos marcan la pauta para poder regir nuestro comportamiento y actuar profesional, sin embargo, por nuestra responsabilidad de servir al interés público, siempre estaremos sujetos a la naturaleza del ser humano, que un principio fundamental de éste es que “todos tenemos intereses” por lo que el desarrollo de nuestra profesión genera amenazas específicas al cumplimiento de los principios fundamentales, sin embargo por tratarse de un actuar social es imposible definir cada situación.
Los códigos de ética existentes establecen marcos conceptuales para identificar, evaluar y responder a esas amenazas de incumplimiento. Además de que nos ayudan a identificar si existen salvaguardas apropiadas para eliminar éstas o reducirlas a un nivel aceptable. En nuestro juicio profesional y de acuerdo con el marco conceptual, debemos considerar los factores cualitativos y cuantitativos para evaluar la importancia de una amenaza.
Se puede dar el caso de que la amenaza no puede ser eliminada o reducida a nivel aceptable, por importancia o porque no existen salvaguardas. En esta situación, se deberá declinar o suspende la actividad o servicio profesional específico.
Como les mencioné, la finalidad del presente artículo es para sembrar curiosidad e interés en adentrarse en la ética de nuestra profesión y propiciar que se introduzcan en el maravilloso mundo de la Filosofía, cabe mencionar que lo que despertó interés en mí, fue que año con año por normativa y para obtener nuestra Norma de Actualización Académica es necesario tomar un curso de ética, mismo que proporciona una seguridad razonable que el profesional en contaduría conoce y actúa apegado a las normas éticas existentes, dada mi naturaleza de investigación, me di a la tarea de ir más allá y documentar los ¿Por qué? y los ¿para qué? de la cuestión, para cuando me percaté, ya estaba inmerso en la Filosofía y leyendo a grandes personajes que han dedicado su vida a la ciencia del pensamiento y actuar humano, lo anterior acrecentó mis conocimientos en mi actuar profesional y afectó mi comportamiento, elevando mi comprensión humanística y profesional. En verdad les comento que el próximo curso de ética, con lo que aprendí, lo voy a disfrutar y a entender, más que a padecer.