PORTADA / MINERÍA
Presionada por el calentamiento global, una menor disponibilidad hídrica en zonas desérticas y la demanda de las comunidades que exigen la protección de esos recursos, la gran minería del cobre ha encontrado una solución para sus operaciones en el uso intensivo de plantas desaladoras de agua de mar, una alternativa que se proyecta que hacia 2028 alcanzará al 50% de la minería nacional. Y aunque extraer agua de mar, sacarle la sal y transportarla a cotas sobre los 2.000 metros no es una tarea económica ni sencilla, Chile parece consolidarse como líder regional de una tecnología que puede alcanzar mayor vuelo al combinarse con las energías renovables no convencionales. Solo el fantasma futuro de la necesidad de una normativa de uso de aguas continentales se vislumbra como amenaza para este gran plan B chileno.
POR GASTÓN MEZA ACUÑA Y CRISTIAN ARÁNGUIZ, SANTIAGO DE CHILE
16
AMÉRICAECONOMÍA