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Se dice que el Trinitario Juan Isidro Pérez murió de cólera

AUTOR

Dr. Rafael L. Pérez y Pérez

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General de Brigada, Médico Internista Oncólogo, E.N., Director General de Historia Militar, MIFFAA.

Luis E. Alemar en su “Mención de Próceres de la Separación” señala respecto a Juan Isidro Pérez: “Benemérito prócer de la Independencia y firmante del Manifiesto del 16 de Enero. Nació en 1811 (en 1817 la Enciclopedia Dominicana, 5ta. Edición, Enciclopédia Dominicana, Talleres Encuadernaciones Checo, Santo Domingo 1999; consigna que vino al mundo, y Rafael Leonidas Pérez y Pérez en su trabajo ¿Una neibera vió nacer La Trinitaria?, publicado en la Revista de las Fuerzas Armadas No.337 de Enero/Febrero 2004, Págs.29 y 30, indica que su advenimiento ocurrió en Santo Domingo el 19 de noviembre de 1817) y fue uno de los fundadores de La Trinitaria con Duarte en 1838, sociedad que se instaló en la morada de su madre Doña Chepita Pérez. Tomó parte principalísima en los sucesos políticos de Marzo de 1838. Fue muy perseguido por los haitianos en 1843, teniendo que embarcarse clandestinamente para el extranjero. Vivió en Venezuela y Curazao. Regresó a Santo Domingo el 14 de mayo de 1844. Fue Secretario de la Junta Central Gubernativa en 1844. Expatriado en 1844 regresó en 1848. Fueron tantos sus sufrimientos en la vida, que perdió la razón. Usaba en sus trabajos literarios el pseudónimo de Temístocles (correspondió en verdad este seudónimo, al también trinitario Juan Nepomuceno Ravelo, RLPP). Murió Pérez de cólera en 1868 (en su ciudad natal el 7 de febrero de 1868 y está sepultado en una fosa común donde estuvo o está ubicado el cementerio de la actual avenida Independencia, RLPP). Acerca de la vida de este invicto paladín de la Separación, véase la obra Juan Isidro Pérez, el ilustre loco, por Emilio Rodríguez Demorizi.”

En la obra “Cáceres frente a Cabral”, de Ramón Lugo Lovatón (Editora Montalvo, Ciudad Trujillo, 1950), se lee lo siguiente en relación con la salida de la ciudad de Santo Domingo del Presidente José María Cabral, tan pronto dimitió el poder, acompañado de todo su Ministerio y de un numeroso grupo que prefirió seguirle: “El 31 de Enero de 1868, cerca de cien individuos decíamos adiós a la patria y marchábamos al destierro, sin otra esperanza, sin otra perspectiva que la miseria y la muerte. Después de cinco días de una penosa navegación y temiendo que de un momento a otro se desarrollase a bordo de las dos goletas que nos conducían (“Dos Hermanos” y “Dos Amigos”, fueron las goletas que llevaron al exilio a Cabral y a sus numerosos amigos, RLPP) la desastrosa epidemia (de cólera que azotaba a la capital dominicana, RLPP); llegamos a Puerto Cabello (Venezuela, el 5 de febrero siguiente, RLPP) y de allí se nos envió en cuarentena al árido islote de Guaiguasa, dejando antes sepultado en el fondo del mar el cadáver de uno de nuestros compatriotas el Presbítero Dionisio V. de Moya”. “Como si fuera un triste epílogo al destierro en masa de tantos dominicanos amigos del ex Presidente Cabral, el cadáver del padre Moya se hundió para siempre en el mar Caribe, a la vista angustiada de sus compañeros de viaje, cerrándose las ondas marinas sobre su cuerpo flaco y sufrido que bajaba hacia el abismo insondable, mientras su alma generosa ascendía rauda rumbo a los ámbitos del Señor.”

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