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Construcciones y reparaciones marítimas en Rep. Dom.
Construcciones y reparaciones
marítimas en República Dominicana
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Por: Joaquín A. Peignand Ramírez, Capitán de Navío M de G, (DEM).
La ley No. 873, Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, en su artículo 7, apartado 2, dice textualmente: “2. Proteger el tráfico, industrias marítimas legales, haciendo respetar sus intereses y pabellones”. Dentro de estas industrias navales se encuentra una muy importante para el futuro del país, que es la industria de la construcción y la reparación naval y marítima que se realiza en el país. Siendo la República Dominicana una nación marítima por destino, no puede obviar la posibilidad de desarrollo de una industria de esta naturaleza, con un amplio potencial y posibilidad de crecimiento, debido a nuestra privilegiada situación geográfica y las características de nuestro comercio internacional, así como la de nuestra principal fuente de ingresos, el turismo. En lo que respecta al aspecto comercial, nuestro país realiza más del 80% de su intercambio por vía marítima, por lo que el flujo de barcos en el país es constante, creciente y acorde al desarrollo de la nación. Además de que el número de embarcaciones de crucero que por temporadas visitan nuestros puertos va en aumento. Si a esto sumamos el turismo en el país, cuyas principales actividades se realizan en las costas dominicanas, tenemos un gran flujo y movimiento de embarcaciones en actividades recreativas (pesca, navegación a vela, recorridos turísticos (tours), reconocimiento de áreas y otros similares) que se realizan en un creciente número de embarcaciones menores dedicadas a esas actividades. Cabe destacar el creciente desarrollo de las marinas deportivas y recreativas en las que personas nacionales y extranjeras además de adquirir viviendas traen sus yates, veleros y embarcaciones de recreo desde otros países. Esto los convierte en posibles demandantes de servicios de mantenimiento y reparaciones en nuestro país, lo que complementa la solicitud de servicios de esos renglones de la industria de reparación y construcción marítima. En el aspecto meramente comercial de transporte de bienes desde y hacia nuestro país, se generan rutas fijas de embarcaciones de todo tipo, que además de las ocasionales, le obligan a tocar nuestros puertos, y por ende, podrían contar con la opción de repararlos y darles mantenimiento en el país. Si un porcentaje de estos barcos descubren la capacidad que está latente en el país, y pudiera desarrollarse, de seguro preferirían programar sus trabajos de mantenimiento y reparaciones aquí, a fin de abaratar sus costos, evitándose mayores gastos de traslado de sus embarcaciones fuera del área de sus rutas habituales para realizar esos trabajos. Para ello debemos contar con un número de técnicos calificados en las diferentes áreas de los trabajos marítimos, formados en la labor alrededor de esta industria en desarrollo, y que esa calificación obtenga los niveles de aval internacional requeridos por las entidades correspondientes, que permitan reconocer la calidad de los trabajos que aquí realizamos y que en el futuro se pudieran realizar. Un ejemplo de que en el país se pueden desarrollar esas capacidades lo tenemos en la confianza depositada por una de las empresas europeas más afamadas en la construcción marítima, los astilleros Damen, de Holanda, quienes confiaron en la Marina de Guerra Dominicana y la empresa dominicana Ciramar, la elaboración de dos remolcadores y cuatro lanchas rápidas que el mismo gobierno dominicano adquirió con el propósito de ponerlas en servicio en nuestra Marina. Este proyecto fue llevado a cabo durante los años 2002- 2005 y hoy tenemos esas embarcaciones dando el servicio requerido a las mismas con los estándares de calidad óptimos. Asimismo otras iniciativas privadas están fabricando embarcaciones menores con estándares internacionales que son empleadas en la industria del turismo y la recreación, y algunas han comenzado a incursionar en mercados regionales con relativo éxito.