La evaluación de la enseñanza Ana María Teresa Lucca
Si la evaluación de los aprendizajes implica procesos sumamente complejos, es evidente que la evaluación de la enseñanza tiene connotaciones semejantes. Lo primero que surge al hablar de evaluación de la enseñanza es la referencia a la calidad educativa. Muchos foros de congresos en línea que tratan la problemática de la evaluación centran su atención en ella, entendiéndola desde diversos puntos de vista: en función del rendimiento de los alumnos, de las características propias de las instituciones educativas, desde el diseño curricular, en las características de los docentes e incluso en la gestión. Todo esto además se halla inmerso en un contexto nacional e internacional que no puede obviarse. No obstante, resulta interesante centrarnos en la problemática de la calidad de la enseñanza en los términos a los que se refieren Marchesi y Martín: “la calidad de la enseñanza ha de tener en cuenta las finalidades generales de la educación, el contexto en el que se produce y el conjunto de sus procesos” Para ello, es preciso contar con una serie de procedimientos que permitan llevar a cabo el proceso de evaluación de la calidad educativa. Este abordaje también presenta distintas perspectivas: en algunos casos indicadores de calidad propuestos por algún organismo de referencia que guían la medición, mientras que en otros casos se establecen criterios cualitativos propios de la educación que deben ser el sustento de las prácticas y guiarlas, y serán los parámetros a considerar al momento de la evaluación. Sin embargo, en este artículo prefiero centrar mi atención en la evaluación de los procesos de enseñanza, como medio para identificar y recoger pruebas a ser analizadas con el único fin de mejorar la calidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Para emprender esta tarea, en primer lugar se requiere pensar en las siguientes cuestiones: ¿cuál es el propósito de la evaluación? El producto (un curso, clase o programa) El personal (académico, tutores, personal de apoyo) La experiencia del estudiante ¿cuál es el foco de la evaluación? Los objetivos y los resultados del aprendizaje El plan de estudios presentado El desarrollo de destrezas específicas Adecuación de los métodos de evaluación ¿Quiénes serán los actores de la evaluación? Estudiantes Diferentes participantes de los procesos de enseñanza y de aprendizaje Pares académicos
Ana María Teresa Lucca
¿quiénes tendrán acceso a los resultados de la evaluación? Evaluadores y evaluados Responsables de la gestión de la calidad de la oferta educativa Teniendo en cuenta entonces estas cuestiones, podemos seleccionar la técnica más adecuada para la evaluación de la enseñanza de entre las siguientes: 1. Fuentes de información Podemos distinguir entre las de auto-monitoreo, en las que la información se recaba de manera inmediata y constante, generando información significativa para el profesor como recopilador de la misma; y las que resultan del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación como sistema de apoyo, permitiendo el registro y almacenamiento de situaciones de enseñanza que podrán ser analizadas e interpretadas. 2. Cuestionario a completar por los estudiantes o foro de retroalimentación en Entornos Virtuales de Aprendizaje Permite recopilar comentarios de los estudiantes y otros actores del proceso de enseñanza, permitiendo rapidez y anonimato de considerarlo pertinente. La aplicación de un cuestionario permite la comparación de respuestas entre distintas cohortes, y para que tengan real sentido deben ser cuidadosamente elaborados. Los cuestionarios pueden llevarse a cabo en tres momentos dependiendo de la finalidad: al inicio del curso para indagar las experiencias previas de los estudiantes, a la mitad para rectificar de ser necesario, y al final con la ventaja de que los alumnos podrán responder de manera efectiva a las preguntas respecto de la eficacia del proceso en su totalidad. Respecto de los foros, si bien no son anónimos, pueden darse una serie de preguntas a tener como referencia para centrar la atención de los estudiantes en determinados aspectos que se consideran importantes. 3. Entrevista grupal Consiste en una reunión con el grupo de alumnos en la que se les pide su opinión respecto del programa, curso o clase. Requiere habilidades especiales para conducir el debate y tornarlo constructivo, y generar un clima propicio para que los estudiantes se sientan cómodos y libres para expresarse, sin correr el riesgo de ser juzgados por sus apreciaciones personales. En grupos numerosos se pueden formar pequeños grupos para reflexionar y compartir luego sus aportes mediante un representante con el conjunto de estudiantes. 4. Observador externo Consiste en convocar a un par interno o externo o a un experto en enseñanza para que realice una observación y registro de las prácticas que tiene lugar durante uno o varias clases. Es de esperar que el convocado no tenga interés personal en el curso, clase o programa de modo de expresar libremente sus conclusiones. De entre todas las técnicas citadas, la que me parece más novedosa es la correspondiente al observador externo. Creo que exige por parte del docente una clara convicción de la importancia que esta instancia de evaluación de la enseñanza implica, y si bien estimo tendrá aportes muy valiosos, es quizás la más difícil a desarrollar en la práctica en la enseñanza superior en general.
Ana María Teresa Lucca
Fuentes consultadas: • •
Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Aptista Lucio, P. (1998), “Metodología de la Investigación”, Mc Graw Hill, México, pp. 233-339 Tessio, Noemí; Bryndum, Sonia (2010). “Evaluación de los aprendizajes y de la enseñanza.” Universidad Virtual de Quilmes.
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