Instrumentos de evaluación Ana María Teresa Lucca
Cuando se piensa en la planificación del proceso de enseñanza y de aprendizaje la evaluación es un componente del conjunto de suma importancia. Como tal, su implementación a través de diversos instrumentos de evaluación debe ser entendida como un proceso integral que otorgue luz respecto de los logros y aprendizajes de nuestros estudiantes en función de la diversidad de objetivos que nos hemos planteado. Por otro lado, el proceso de democratización de la educación en todos los niveles hace que cada vez más se busque la solución de las dificultades propias del manejo de grupos muy numerosos. “El número de alumnos ha aumentado en los niveles de educación básica, secundaria y superior, planteando el requerimiento de encontrar técnicas adecuadas para la enseñanza de grupos numerosos, así como las técnicas de evaluación que puedan acompañar adecuadamente a una enseñanza que promueva aprendizajes significativos en todos los alumnos, que evite el fracaso escolar, la repitencia y la deserción, y que permita hacer efectivo el propósito de igualar las oportunidades educativas reconociendo los derechos a la igualdad así como a la diversidad de los rasgos personales de los alumnos” (Camilloni, 1998). Siguiendo a Camilloni, “Los instrumentos de evaluación son dispositivos a través de los cuales resulta posible recabar cierta cantidad y calidad de información, en función de las evidencias que cada instrumento proporciona. Estas evidencias son objeto de interpretación por parte del docente, con la finalidad de construir juicios de valor que permitan la toma de decisiones pedagógicas.” Estos juicios de valor pueden ser entendidos desde dos perspectivas: por una lado en términos de los estados afectivos del docente, y por otro de una manera más objetiva como producto del análisis de la información recogida de modo sistemático. Si bien cada instrumento permite evaluar distintos aspectos del aprendizaje del alumno, en general la calidad de los mismos se establece en función de cuatro requisitos básicos que deben reunir, a saber: •
Validez. Un instrumento de evaluación se considera válido cuando informa acerca de los que se desea evaluar o conocer. Cabe señalar que cierto instrumento puede resultar válido en cierta circunstancia y no serlo en otra. Para determinarlo es preciso conocer los criterios que han presidido tanto su construcción como su administración. Así, si nuestro objetivo es que los estudiantes aprendan a resolver un cierto tipo de problemas, se considerará válido aquel instrumento que plantee la resolución de problemas por este tipo especial y no por otro, pues de lo contrario se le estará pidiendo al alumno la capacidad extra de identificar en qué tipo de problema se enmarca la solución buscada. Otro ejemplo ni teresante al que se refiere Camilloni está vinculado al examen oral o coloquio. Si bien en estos casos el docente podrá contar con un listado de preguntas que considera centrales, la característica propia de este instrumento de evaluación es la formulación de preguntas en función de la respuesta del estudiante que lo animen a reflexionar y profundizar sobre ellas, y a avanzar. Si por el contrario el tipo de preguntas efectuadas no inducen a la asociación ni propician la extracción de conclusiones, sino que son de carácter fragmentado, sería más acertado el uso de otro tipo de instrumento, como por ejemplo el de respuesta escrita. Por otro lado, podemos referirnos a distintas clases de validez:
Ana María Teresa Lucca