Regímenes de promoción

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Regímenes de promoción Ana María Teresa Lucca

Me referiré en esta oportunidad a los Sistemas de promoción, concluyendo así con el análisis del material de Alicia Camilloni, “Sistemas de calificación y regímenes de promoción”. Allí se cita:

“El establecimiento de un régimen de promoción es siempre una tarea delicada en la que los riesgos de adoptar decisiones equivocadas son grandes. El régimen elegido debiera hacer imposible que se impida la promoción de un alumno al curso siguiente si éste se encuentra en condiciones de proseguir sus estudios porque ha realizado ya los aprendizajes necesarios. E, igualmente, tampoco debiera permitir la promoción de un alumno que no posee los conocimientos básicos indispensables para realizar los aprendizajes correspondientes al curso superior o que no ha alcanzado las competencias que la acción escolar debe garantizar ante el propio individuo y la sociedad. La generosidad injustificada en materia de promociones es causa muy frecuente de posteriores fracasos escolares, así como el a veces injusto rechazo de promociones se produce, en ocasiones, en el sistema escolar y es causa, a su vez, de grave frustración personal, e incluso de abandonos y deserción escolar. Numerosos estudios comprueban la importancia que tienen las calificaciones obtenidas en la escuela sobre la autoestima de los alumnos. La influencia de las calificaciones es grande y tiene un doble efecto: por un lado y de manera general, sobre la construcción del "sí mismo" del estudiante, y por el otro, y más específicamente, sobre las aspiraciones que tiene frente al estudio. Si el primero es decisivo en el proceso de desarrollo de su personalidad, el segundo tiene un efecto primario en las motivaciones y los niveles de rendimiento deseados y efectivamente alcanzados por él.” Camilloni, 1997

Para reflexionar Ver el siguiente video http://vodpod.com/watch/3573621-influencia-de-las-calificaciones?u=amtlucca&c=evalua

La elección de un régimen de promoción deja traslucir la difícil tarea de asociar de manera previsible calificaciones obtenidas en distintas instancias, probablemente disímiles entre sí; de ahí que se requieran varios criterios a combinar o complementar. Camilloni cita seis criterios, por ser los más frecuentes en los sistemas escolares, que se resumen en la siguiente tabla:

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Régimen de promoción por calificación promedio

Emplea una de las medidas estadísticas de tendencia central como base para la determinación de la promoción. La medida más utilizada con este fin es la media aritmética, aunque existen propuestas tendientes a la utilización de la mediana o el modo, y la media ponderada.. Las calificaciones de bajo puntaje son equilibradas por calificaciones de puntaje más alto. En el régimen de promoción se determina el promedio mínimo que debe alcanzar el alumno para obtener esa promoción. Para que las calificaciones promedio sean confiables debe cumplirse la condición de que la escala empleada sea una escala de intervalos o una escala de razones.

Régimen de promoción por logros exigidos

Se establece sobre la base de la exigencia de un cierto rendimiento mínimo preestablecido en todas las competencias determinadas como significativas para la promoción. Intenta garantizar que el estudiante haya alcanzado todos los saberes que se consideran necesarios. Los niveles mínimos de calidad de la tarea para su aprobación son fijados previamente, por lo general, por el docente o por la institución. Si bien asegura un mejor trabajo del alumno a lo largo de todo el curso y hace inútiles las especulaciones con la calificación, tiende a fijar un tope muy bajo de rendimiento, al nivel del que se ha fijado como rendimiento mínimo aceptable. Los estándares mínimos de aprendizaje para la aprobación deben estar definidos con la mayor claridad posible, y no deben ser demasiado bajos porque anularían la eficacia del sistema, pero tampoco excesivamente altos porque se convertirían en exigencias imposibles de alcanzar.

Régimen de promoción por examen final

Se requiere que, para obtener su promoción, el estudiante apruebe una instancia de evaluación escrita, oral o de actuación, o una combinación de dos o de todas ellas. E1 examen debe estar diseñado de manera tal que permita apreciar en síntesis el aprendizaje logrado por el alumno a lo largo de todo el curso.

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Por lo general consiste en la aplicación de un régimen de evaluaciones parciales cuyas calificaciones se procesan según el régimen de promoción por calificación promedio o de logros mínimos exigidos. Una modalidad peculiar que puede adoptar es la que corresponde a un programa de evaluación continua basado sobre el análisis, interpretación y apreciación de los registros sistemáticos de las observaciones efectuadas Régimen de promoción sin examen por el docente respecto de las conductas, los procesos y las producciones realizadas por los alumnos en situaciones no puntuales de evaluación. Se trata de un trabajo de carácter clínico, muy individualizado, que se puede llevar a cabo cuando se trabaja con grupos pequeños y en el que la autoevaluación del alumno juega un papel de gran importancia, ya que no sólo es un instrumento útil de evaluación sino una meta de la enseñanza por su valor intrínseco en la formación del alumno.

Régimen de promoción por puntajes derivados

Los puntajes derivados son normas resultantes del procesamiento estadístico de los puntajes brutos obtenidos efectivamente por los alumnos del grupo que se toma como referencia. El procesamiento de los puntajes obtenidos por los estudiantes cuando les son administradas las pruebas se realiza mediante la aplicación de reglas fijas. Las normas representan construcciones de los evaluadores que indican los niveles que se ha demostrado que los alumnos pueden alcanzar de manera efectiva. Las más frecuentes son los rangos percentiles, las normas de edad y de grado y las normas de puntaje estándar.

Evaluación por portafolio

Se trata de una evaluación que se realiza sobre las producciones de los alumnos. Estos seleccionan sus mejores trabajos y los ponen a disposición del análisis del docente. La forma de presentación de los trabajos puede ser variada, incluyéndose producciones escritas, gráficas, grabadas, vídeos, objetos, etcétera. E1 alumno puede mostrar la evolución de su desempeño, su mejoramiento progresivo, discutir los problemas y aspectos que no ha podido resolver todavía.

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Si se analiza el sistema de promoción vinculado a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de la Patagonia (Lucca; 2010) se puede observar la adopción del régimen de promoción por calificación promedio en el caso en que los alumnos opten por el mismo durante la cursada de las asignaturas. La escala utilizada es de 11 grados, distribuidos de 0 a 10. Tal como indica Camilloni, este régimen no es suficiente para determinar el nivel de aprendizaje de los alumnos, debido a la variación de las distancias entre grados consecutivos en las escalas de calificación y la combinación de este sistema de promoción con escalas que poseen un número relativamente grande de grados. Además, se observa en virtud de la calificación mínima exigida para la promoción (7 en este caso) y la aprobación (6 en este caso) una zona límite ambigua, en la cual puede no haber una diferencia efectiva entre los alumnos promovidos y los no promovidos. Esta situación hace que incluso para los mismos docentes sea difícil tomar la decisión entre una u otra calificación, máxime si el trabajo se realiza con grandes grupos de alumnos en los cuales no se han establecido mecanismos que permitan analizar el rendimiento del alumno y el camino seguido durante su aprendizaje. Por otro lado, suelen observarse en estos casos las siguientes desventajas: “1. Un alumno que ha hecho un trabajo excelente y uno muy malo obtendrá la misma calificación promedio que otro que ha hecho dos trabajos pobres. Las calificaciones de uno y otro, por ser idénticas, aunque se refieren a dos situaciones sustancialmente distintas, no son útiles porque no pueden servir de base ni para una tarea de diagnóstico ni de pronóstico. 2. Por este sistema de promoción adquieren el mismo valor, respecto de la calificación promedio, trabajos de naturaleza heterogénea: orales, escritos, prácticos, teóricos, breves, extensos, menos importantes, muy importantes, etcétera. 3. Marca un tope de rendimiento para los alumnos. La calificación promedio mínima exigida para la promoción se convierte en el objetivo perseguido y en el símbolo del nivel de aspiración de una gran cantidad de alumnos, incluso de muchos estudiantes que podrían alcanzar mejores logros. 4. Crea en el docente una tendencia a cuantificar todos los comportamientos de los alumnos en clase, estereotipando las categorías de observación. 5. Se presta a las especulaciones de los alumnos con respecto a la calidad de los trabajos que presentan, funcionalizándolos en relación con su necesidad de lograr sólo el puntaje necesario para obtener el promedio requerido para la promoción. 6. El régimen de promoción por promedio facilita que la ignorancia en un tema o el mal desempeño en una tarea sea compensado por el conocimiento de otro tema o la realización de otra tarea diferente.” Camilloni, 1997 También es notorio que este tipo de régimen se convierte en una evaluación parcelada, lo que impide un análisis en su conjunto de la asignatura, lo que sí ocurre en el régimen por examen final, que es el otro tipo de régimen que se identifica en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de la Patagonia. Dentro de las distintas maneras que adopta, podríamos considerar que se utiliza combinado con otras formas de promoción en el caso del estudiante que se presenta en calidad de “libre”, o como supletorio en el caso del alumno que no ha accedido a la promoción de la asignatura durante el cursado de la misma, bajo el régimen arriba indicado. No obstante, no se considera oportuna la utilización de este tipo de régimen en forma exclusiva, dado que resulta imposible predecir el nivel de competencias de ejecuciones futuras del alumno en términos del análisis de su rendimiento en un período tan limitado y viciado por la emergencia de factores circunstanciales que implica este tipo de examen.

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Habiendo hecho entonces un recorrido por los regímenes de promoción más frecuentes, y habiendo identificado además algunos de ellos en el entorno cotidiano, rescato y valoro la evaluación por portafolio, régimen que considero bastante atractivo de ser llevado a la práctica en mi contexto profesional. Me desempeño como profesora de matemática en las carreras de Profesorado y Licenciatura en Matemática, cuyas asignaturas son cursadas por grupos sumamente reducidos de alumnos. En los últimos años las materias en las que me he desempeñado no tienen más de cinco estudiantes. Además, algunas de ellas tienen que ver con contenidos de matemática nada triviales que requieren regular el aprendizaje en función de cada alumno, y cada uno de ellos presenta características propias, así como el desarrollo de competencias matemáticas muy dispares, que van más allá del propio manejo de contenidos. Por tanto, estimo que este tipo de evaluación podría alcanzar efectos muy significativos. La cualidad de reflexión constante sobre el propio aprendizaje característica del portafolio lo convierte en un sistema de evaluación coherente en el marco de la evaluación continuada y formativa. El alumno tiene un papel fundamental como persona activa en el proceso evaluativo, que tiene que ser consciente de su progreso en el aprendizaje identificando qué aspectos domina y cuáles tiene que mejorar (Barberà et al., 2006). Esto lleva a que los estudiantes comprendan por sí mismos las competencias que deben cultivar y/o reforzar, a la vez que le permitirá y le facilitará regular su propio proceso de aprendizaje. Este tipo de régimen no ha sido implementado aún en el Departamento de Matemática al que pertenezco, por lo que el papel del docente será crucial para brindar al alumno ayudas educativas como mecanismos que faciliten al estudiante la construcción de conocimiento.

Referencias bibliográficas: •

CAMILLONI, A. (1997). “Sistemas de calificación y regímenes de promoción” En: Autores Varios: La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Buenos Aires, Paidós.

LUCCA, A.M.T. (2010). “El examen – la clave de la evaluación universitaria?” Trabajo para el Seminario “Evaluación de los Aprendizajes y de la Enseñanza”; Especialización en Docencia en Entornos Virtuales; Universidad Virtual de Quilmes. [Fecha de consulta: 08/05/10] http://issuu.com/amtlucca/docs/examen?viewMode=magazine

BARBERÀ, Elena; BAUTISTA, Guillermo; ESPASA, Anna; GUASCH, Teresa (2006). “Portfolio electrónico: desarrollo de competencias profesionales en la Red”. En: Antoni BADIA (coord.). Enseñanza y aprendizaje con TIC en la educación superior [monográfico en línea]. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC). Vol. 3, n.° 2. UOC. [Fecha de consulta: 02/05/10]. http://www.uoc.edu/rusc/3/2/dt/esp/barbera_bautista_espasa_guasch.pdf

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