Homenaje a los precursores. El hombre, ser curioso por naturaleza, estuvo siempre obsesionado por el misterio del vuelo. En las leyendas de los pueblos primitivos, en las tradiciones de las grandes civilizaciones y en el interminable proceso creativo de la humanidad, estuvo durante siglos latente el anhelo de volar. Los intentos por hacerlo fueron múltiples: desde las alas de cera de Ícaro, pasando por el vuelo experimental con cometas de los mandarines, hasta los geniales diseños de Leonardo da Vinci, que solamente en el siglo XX se demostró eran plausibles.