De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
La revista Literatura lij CONOZCAMOS A…. ENTREVISTA TRISTEZAS DE LA MUJER ... ESCRITOS DE EL PAAAPA….
POESÍA Arte POEMAS Y CUENTOS DE DICIEMBRE COMENTARIO DE LIBRO CUANDO ESCRIBIR No es... PUEBLO CHICO
INFIERNO GRAN-
DE
NUESTRO IDEARIO Sin academicismos, con nuestra desnuda maravilla ante el universo humano (épocas, geografías, pueblos, dirigencias y dirigidos, miserias y excelencias), los invitamos a recorrer el mundo y sus manifestaciones literarias, con ojos de lector, narrador, poeta, amigo.
*Decimotercer número de “Palabras al Sol”, artículos nuevos, notas nuevas. *Revista digital que desde (2006 a 2010) fue publicada online y por grupos cerrados (2007-2010). Habrá artículos cuyos autores no siguen con nosotros pero que quisimos recordar como parte del alma de la revista. 1
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 *Comité de Redacción,
*Colaboran en este número:
compaginación y corrección:
•Teresa Vaccaro •Rogelio Ramos Signes •Elisabet Cincotta •Gladys B. Cepeda •Malcolm Peñaranda •Emilio Medina Muñoz • Irene Marks
Elisabet Cincotta Emilio Medina Muñoz Ana Lucía Montoya Rendón
•Ana Lucía Montoya Rendón •Liliana Varela
Liliana Varela --ºº--
EDITADOS EN ESTE NÚMERO
*Edición de este número:
Elisabet Cincotta *Corrección de este número:
Liliana Varela --ºº-*Dirigir comentarios, sugerencias, críticas a: grupomuestrario@gmail.com
-GLADYS NOEMÍ GARCÍA -MANUEL CUBERO -EDUARDO ESPÓSITO -EMILIO MEDINA MUÑOZ -DANIEL MONTOLY -OSCAR VICENTE CONDE -MIRTA VENEZIA - MÁXIMO SIMPOM -LENY PEREIRO -DANIEL TOMÁS QUINTANA -ATAHUALPA YUPANQUI -MARIANA FINOCHIETTO -FLORA LEVI -SILVIA RODRÍGUEZ ARES -RAQUEL GRACIELA FERNÁNDEZ
-DANIEL ARIAS -BEATRIZ ARIAS -ANA LUCÍA MONTOYA RENDÓN -MARÍA INÉS GRIMOLDI -E. ANTONIO TORRES GLEZ -JOSÉ MARÍA PALLAORO -MARÍA SUELDO MÜLLER -LEONOR RODRÍGUES R. -AMADO NERVO -RUBÉN DARÍO -RAY BRADBURY -GONZALO ARANGO -PAUL AUSTER -NÉLIDA ARP
Revista en pdf ISBN: en trámite Año VI- Nº 13 grupomuestrario@gmail.com NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2019
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
LITERATURA INFANTO –JUVENIL POR TERESA VACCARO
PROMESA
quiera mucho, como su regalo del corazón. Esa tercera persona te cuidará mucho hasta que crezca y te regalará a Teresa Vaccaro otra persona, y esa persona a otra. Y a otra. Y a otra.
A María Sol le gusta tomar la merienda en su habitación. Desde allí puede ver los coches que pasan; el vuelo de los gorriones y las vecinas que hacen las compras.
ALEGRETO DE UNA ALFONSINA Teresa Vaccaro
Un día de invierno no había movimiento en la calle. Ni automóviles. Ni gente. Ni gorriones. A María Sol, que miraba por la ventana de su cuarto, le llamó la atención un objeto en la vereda. Ella se abrigó y salió a buscarlo. Era una antigua caja de música. La nena la levantó; estiró la manga hasta cubrirse la mano y con el puño la limpió. Luego se la llevó a su casa. La quiso abrir una vez, no pudo. La quiso abrir una segunda vez, tampoco pudo. Por la noche, mientras María Sol se estaba por dormir, la caja se abrió sola. La cuerda empezó a girar muy despacio. Se escuchó una música suave, delicada. - María Sol, discúlpame que te saludo recién. dijo la caja -, - estuve mucho tiempo en la vidriera del anticuario. Como nadie me compraba, salí a caminar y me encontré con vos. Dentro de mí no sólo tengo música. Guardé anillos de brillantes, fotos, cartas de amor, recuerdos alegres y lágrimas emocionadas. Me cansé de estar en la vidriera. Busco nueva dueña. - ¡Desde hoy seré tu dueña! -Anunció María Sol. Cada tarde que tome la merienda aquí escucharé tu música. Cuando yo crezca, te voy a regalar a una persona que quiera mucho, como un regalo del corazón. Te cuidará hasta que ella crezca y te regale a otra persona que ella
I Aquella mañana llamaron a su puerta. Silvia había recibido una alfonsina roja. No supo su procedencia. La colocó frente a la puerta ventana para que recibiera luz y adornara el living. No dejó de mirarla. Se sintió cautivada por aquel color y el perfume que tenía. La alfonsina estaba semiabierta, semicerrada, como si de los pétalos se asomara un bostezo. Eso no fue todo. La flor comenzó a girar sobre sí misma impulsada por la brisa que venía desde afuera. Silvia estuvo alerta para ver aquel desempeño. Un primer pétalo se desprendió y quedó suspendido en el aire. De él comenzaron a salir pequeñas luciérnagas que iluminaron su cabello. Un segundo pétalo soltó y de él salieron colores que completaron el cuadro que Silvia pintaba. 3
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 De un tercer pétalo percibió el aroma del pan caliente. De otro escuchó como si fuera caracola el sonido del mar. De un pétalo más el nombre de su enamorado. Y del último las musas de la inspiración. II La alfonsina no sabía de dónde venía. Se sentía mirada, invadida por un bostezo que brotaba del florero. A la vez observaba los movimientos de Silvia. ¡Oh! ¡Sorpresa! Se iluminó el living, cuando por primera vez se iluminó la noche, después de haberse puesto más roja de acuarela que nunca. Comenzó un pétalo a nadar en el agua del florero y se dijo - ¿A quién iré a visitar mañana?
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Mis pocos años no entendían como mamá siempre estaba de pie o cosiendo sola acompañada por el mate amargo y la pava apoyada en la posa pava de madera que le había regalado la abuela. Ellos eran compañeros infaltables de sus largas noches de costurera. Mami no siempre había sido costurera como a ella le gustaba llamarse; se defendía con algunos arreglos de bolsillos y martingalas de guardapolvos que siempre volvían colgando de un hilo arrancado en juegos de recreos. Hasta que se compró “la negrita” y ensayó ruedos y pitucones de rodillas gastadas. Hasta se animó a hacernos polleritas con una tela cuadrillé, tres iguales. En casa era así: ropa, zapatillas o escasas golosinas eran siempre para las tres o para ninguna. Un día la fábrica de juntas para autos en la que trabajaban casi todos los hombres del pueblo suspendió a casi todos los operarios por falta de pedidos. Entre ellos a mi papá y las cenas empezaron a ser escasas y silenciosas. Mi mamá hacía magia con arroz y fideos para alimentarnos a todos, pero en esas noches papá prefería salir a caminar a la hora de cenar. Mami una mañana se levantó temprano y se fue al centro de La Plata. Parada delante de la vidriera de una camisería observaba el papelito que decía "se necesita costurera-camisera experta". Ella pensaba que en realidad no era experta en nada de costura y menos en camisas, aunque algo la impulsó a entrar. Audacia, necesidad o ganas de trabajar, lo cierto es que convenció al dueño del negocio de que ella podía hacerlo. Que le diera una oportunidad, una camisa para armar y una muestra para ver el modelo. Llegó a casa con una amplia sonrisa, preparó el mate y se sentó a la Singer con cara de preocupación. Durante toda la noche desarmó pieza a pieza la camisa y volvió a armarla. Hizo lo mejor que pudo su primera camisa. Así convirtió nuestra casa en un pequeño taller de costura. A las camisas le siguieron los guardapolvos y a “la negrita”, una máquina para hacer overlock y así poder calmar los tiempos difíciles y ponernos un plato de comida cada día. Hoy que ya no está conmigo a veces cuando pienso en ella alguna mañana sintiendo el calor del sol que entra por la ventana puedo oír el arrullo, zap, zap zap, de la negrita, imaginándola pedalear mientras toma sus amargos mañaneros.
LA NEGRITA Gladys Noemí García Gladys Noemí García Las mañanas de mi infancia tenían un sonido particular zap, zap, zap… El sol asomaba en la ventana y mamá ya estaba sentada en "la negrita", así le decíamos a la máquina de coser Singer que reinaba en el living de nuestra casa. Yo me levantaba descalza y espiaba por la luz que entraba por el marco de la puerta entreabierta y pensaba que la noche anterior antes de dormirme la había visto sentada en el mismo lugar meciéndose al compás del pedal de la negrita.
Nacida en La Plata-Provincia de Buenos Aires. Narradora oral escénica. Miembro del colectivo: “La piedra sonriente”. Realiza Picnics literarios en escuelas y bibliotecas.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
JUAN EL OSO Manuel Cubero En uno de mis viajes por las ásperas montañas del norte, tuve la suerte de compartir con un viejo pastor las historias, leyendas y personajes que, tiempo atrás pasearon por aquellos andurriales. Fue al final de nuestra conversación, cuando pregunté: –Oiga, ¿y es cierto que aún queda algún oso suelto por aquí? –Pues claro. –Pero... ¿acaso lo ha visto usted? –Y tanto… Hasta he tenido mis más y mis menos con alguno de ellos... –Cuente, cuente... –¿Ha oído la historia de Juan el Oso? –Claro, es la historia de una joven que fue secuestrada por un oso y tuvo un hijo de él... –¡Quiá, quiá! Parece mentira que crean ustedes esas tonterías... Nada, hombre, nada. Una pastora, brava donde las haya, quedó viuda y con una criaturilla: un niño, puro roble, que heredó todos los rebaños de su abuelo… Y aquí va la historia como me la contó el pastor: … Hace muchos años, muchos años, una joven del pueblo se casó con un pastor de la aldea vecina. Juan, que así se llamaba el muchacho, tenía un pegujal que le bastaba para vivir dignamente. Apenas pasaron un par de años de su matrimonio, la salud del joven comenzó a ir bastante mal hasta que, una fría noche de invierno, abandonó este mundo dejando en él a su joven esposa y a un niño fuerte y bravo como su madre y con las hechuras prometedoras del abuelo. Juan se llamaba también el niño. Como la finquita quedaba algo lejos de la aldea, y no tenía con quien dejar el crío, la madre, María, decidió ir a vivir al monte, a una cabaña situada en lo más alto del cerro. Desde ella podía controlar su ganado en los duros días invernales. Merodeaban por allí varias alimañas al acecho 5
de alguna presa, pero sus dos mastines se sobraban para espantar a cualquier animal que tuviese la osadía de asomarse por los alrededores del aprisco de María y Juan. Especialmente empeñado en rondar el rebaño se mostraba un enorme oso, el cual, aunque no se atrevía a enfrentarse a los perros, sí llegaba hasta las proximidades del hato, engolosinado por la presencia de una colmena que había en el hueco del tronco de un viejo castaño. El ladrido de los animales y sus ágiles saltos molestaban de tal manera al oso, que éste acudía a todos los medios a su alcance con el fin de demostrar a los animales que su interés se limitaba a la miel, abundante y dulcísima, del castaño. Un buen día, el oso, en prueba de sus buenas intenciones, paseó durante un rato cerca de una oveja descarriada que se encontraba separada del rebaño sin hacerle el menor daño. Gracias a este gesto, los perros acabaron por comprender las buenas intenciones de la fiera y se acostumbraron a su presencia sin mostrar especial fiereza, siempre, claro está, que el oso se mostrase respetuosamente alejado del rebaño. Así fue pasando el tiempo. Nuestro niño acabó por convertirse en un mozalbete fuerte, noble y generoso como la naturaleza que le vio crecer. Y el oso pasó a ser, simplemente, un vecino. Algunos aldeanos, sabedores del asunto, concluyeron, en tono ocurrente, que el oso era uno más de la familia. Y como llegaran a hacerse famosos en la comarca los juegos y travesuras que mutuamente se regalaban ambos amigos, las gentes del pueblo terminaron por llamarles Juan el oso y el oso Juan. Todo marchaba perfectamente entre aquellos riscos hasta que llegó el invierno y el oso Juan se largó a descansar en su acogedor refugio. Al volver la primavera nuestros amigos Juan el oso y su madre, extrañaron la tardanza en volver de su amigo el oso Juan. Ya pensaban que habría sido víctima de algún cazador furtivo o de un accidente cuando, una mañana, oyeron el latir desaforado de los dos mastines anunciando la visita de algún extraño. Juan se asomó a la ventana de la cabaña y observó cómo dos osos se aproximaban, tan desafiantes y decididos, que parecían despreciar absolutamente la presencia de los perros.
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 El muchacho y su madre permanecieron quietos, acechando los movimientos de los animales. Éstos, sin demostrar la más mínima inquietud ante la presencia de los perros, seguían acercándose a la cabaña. De pronto, los dos mastines salieron disparados como proyectiles en dirección a los osos. Uno de ellos, debía de ser una hembra, se agachó y recogió del suelo una pequeña cría. El otro se dirigió decidido hacia los perros y los tres se enzarzaron en una rueda infernal. Juan y su madre salieron armados de palos para defender la vida de sus mastines, pero, al acercarse, observaron asombrados que aquel guirigay no era sino una gran fiesta. Los perros saltaban alrededor del oso y se lanzaban sobre él mientras éste se los quitaba de encima de un manotazo para, inmediatamente, volverlos a atraer sobre su cuerpo. Sus lenguas se entrecruzaban lamiendo y besando en una muestra de alegría que desbordaba sus enormes corpachones. El oso Juan, al verlos llegar, se dirigió hacia mamá osa con una expresión casi humana de felicidad, cogió entre sus manazas aquella bolita peluda, y se la ofreció a sus viejos amigos. Esa fue la primavera más feliz que se vivió en muchos años por aquellos salvajes roquedos. Los osos merodearon durante unos meses por los alrededores. Su vida era un continuo festín de miel y frutas silvestres hasta que una mañana, los mastines despertaron a Juan. Éste, alarmado ante sus ladridos, salió inmediatamente de su cabaña para encontrarse con unos cazadores armados hasta los dientes. –¿Has visto por aquí unos osos rondando? –No. Por aquí no hemos visto un oso en todos los días de mi vida –mintió. Los cazadores abandonaron el lugar no muy convencidos. Pasaron unos días. El pastor no volvió a tener noticia de los cazadores hasta que, un atardecer, una salva de disparos rompió el cielo y recorrió toda la montaña rociándola de una eternidad de ecos. Éstos fueron desapareciendo en el infinito y dejaron paso a una extraña sensación de dolor que flotó entre los ventisqueros hasta quedar colgada en el denso ramaje del bosque vecino. Al amanecer del día siguiente, Juan abandonó la cabaña y, desde el portal, esperó a los osos como todas las mañanas. Pero los osos no aparecieron. Ni aque6
lla tarde, tampoco. Extrañado al ver que no venían a recoger su ración de miel para el osezno, llamó a los perros y, acompañado por ellos, salió en busca de sus amigos. Apenas se acercaron a la cueva en que solían invernar, los perros comenzaron a latir desesperados y nerviosos. Juan los siguió a la carrera. Cuando los alcanzó observó, con el corazón encogido, cómo lamían algunas gotas de sangre sobre una roca. El pastor se sentó junto a ella, hundió su cabeza entre las manos con desesperación, y temiendo romper el silencio, llamó a su amigo en un susurro apenas audible. Mientras, los perros seguían dando una batida por los alrededores. Pasados unos minutos, apareció uno de ellos trayendo en la boca al osezno que, asustado, se debatía entre gruñidos. El mastín depositó al animalito a los pies de Juan. Éste, amorosamente, lo cogió entre sus brazos y se encaminó, llorando, a la cabaña. Allí le prepararon un tazón de leche fresca y el animal, agradecido, se quedó dormido a los pies de sus padrinos en cuanto sació su hambre. –Te llamarás Juan, como tu padre y como tu padrino –dijo María. … –Y es tan cierta esta historia –terminó el pastor–, como que el oso Juan todavía vive por aquí. –¿Lo ha visto usted? –Pregunté. –Pues claro. Pasados un par de años, Juan y su madre se fueron al pueblo a vivir. Dejaron el rebaño en el pegujar y allí vuelven, de vez en cuando, a dar una vuelta a sus ovejas que, desde entonces, pastan por el cerro al cuidado del oso Juan. –Un cuento muy bonito –comenté. –De cuento, nada. Bonito, sí. Tan bonito, como que ahora mismo, el oso Juan está detrás de aquella roca esperando su salario del día. Un cesto de frutas junto al arroyuelo es mi paga a cambio de que, cada noche, me ayude a vigilar el rebaño –dijo señalando una roca junto a la cual se divisaba una mancha que se movía suave y perezosamente. Mientras me alejaba del lugar, una inmensa cabezota pardusca acompañó mi caminar hasta que, convencida de que mi presencia era absolutamente inofensiva, se perdió detrás de una roca.
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
CONOZCAMOS A… Por Elisabet Cincotta EDUARDO ESPÓSITO
arropa formas innombrables y mezquinas Y nuestras lenguas de trapo
(Buenos Aires, 1956)
achican dos talles en invierno Y porque el sur también existe en un afiche al menos Porque soplamos semillas de amargón cada verano para que alguien se eleve liviano en sus muñones así enmohezcan los planos inclinados Porque rezamos desnudos en las playas y nadamos vestidos en nuestras sofocadas camas y vacacionamos de oído y hacemos de la fiesta una fanfarria y porque sí
Poeta. Gestor Cultural. Ha publicado. El niño que y porque el mar y la montaña jugaba a ser Rayo, 1992; Violín en bolsa, 1995. Una y estas ganas de ser otro novia para King Kong, 2005, Quilombario, 2008. Las Puertas de Tannhäuser, 2011. Poesía Completa, bajo una luna parecida. 2018. Hartó, 2018. Participó en varias antologías, destacándose entre ellas Poesía en el subte, 1999. Antes que venga Ella, 2003. Italiani d’ Altrove, 2010. Nada de poesía, 2017.
A Robert F. Young
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Traducido parcialmente al inglés, italiano y bengalí.
TODA LA CARNE ES HIERBA Un poeta que merece ser leído y escuchado, de los inolvidables. Disfruten queriUn despertar como de pájaro dos lectores. en la jaula equivocada y colas en el super
CLASE TURISTA
a la hora en que derrapan la fiebre y su museo
Porque no estamos hechos
La casa dada vuelta
de carne ni de sangre como pretendemos
uncida a los recuerdos
aunque alguno que otro traje parezca desmentirlo
(un Poseidón henchido de naufragios)
Porque la humedad bisiesta de este pueblo 7
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Con el día crujiendo en el rescoldo
hoy somos pasto
Algo en la causalidad cambia de mano
Mis manos queman cromo
Prolijas/ tempraneras
La hierba es inasible
las hormigas del patio del vecino
Y el destino amarillo.
me acercan sus carritos (en furtiva procesión la Reinas Magas)
A Ray Bradbury
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El bamboleo de la existencia continúa Como Tarzán en las lianas Nosotros en los pasamanos
PLATEA BAJA
Las culpas repartidas con cada amanecer.
A Clifford D. Simak
Los relámpagos queman la noche La tonsuran Sentados solos
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en la sala de estrenos de Dios Padre unos ojos palpitan la función
CALIDOSCOPIO Dios aspira y unos nacen Dios expira y otros mueren Me voy cayendo al sol
Dios retiene su aliento
Todos parecen darse cuenta
para batir un récord Guinness
La hierba es fina
y ocurren la resurrección y los aplausos
Mis manos transpiran soledad Lejos de la divinidad y las butacas
ingravidez La grave-edad desacelera para mí
un niño juega al avioncito con su sombra
con su manojo de arrugas
Le da vueltas al sol
No hay cremas paliativas
como si el día todavía existiese.
para el cansancio de los materiales A John Wyndham
Mi cuerpo es un satélite en desuso Me voy cayendo al sol como ellos
*******************
que encremados de espanto reparten Pancután y botiquines Ayer fuimos más que Dios 8
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 LA LUNA ES UNA CRUEL AMANTE
No son las hojas del té No es la borra del café No son vísceras de aves
La luna se aleja de la tierra a 38 milímetros por año
Es –eso sí-
3 metros cada siglo y
una torcaza que agoniza
qué esperamos Amor para dejar las matemáticas y
a un costado del asfalto
el Word
Un aleteo que ignora su destino de espejo.
y así salir a acariciarnos Para untar nuestros dedos en la brillantina Para abrir nuevos agujeros de gusano en su cárcel tormentosa hecha de tiempo
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No hay arrugas que curar
El miedo nos va tiñendo el pelo
HUMO
Nos va haciendo parecidos Esa vieja redonda guarda un luto de grullas por nosotros un milagro blando algunas noches y el sexo carcomido como un rayo secuestrado en dos espejos No nos va a esperar
Vendrá a buscarnos la ladrona y antes de retirarse a su molienda de huesos ya estaremos deshidratados y en letargo Casi hermanos de su prueba de exilio. A Robert Heinlein (De “Las Puertas De Tannhäuser”, 2011)
Está escribiendo el poema perfectito El poema huero por añadidura Ahí
parado sobre sus propios pies como un agua discutible Está escribiendo (pergeñando) un poema de llanura Su vaguedad es ley Acusa sinos de impermeable
Un poema para terceros todo silicio todo anzuelo
ANCIANO QUE MIRA SU FUTURO
todo humo.
Y TIEMBLA
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 VIVISECCIÓN
SENTENCIA Rey de los rincones
A Cristina
Príncipe
de los ángulos rectos A pecho abierto
le propinaron
masajeaba el corazón
un último castigo
de los batracios
En un centro
Quería vislumbrar
sin bordes ni paredes
los intersticios de la vida
mirar la vida
detener la creación
hasta disiparse.
en el instante supremo
del destete
DECIME DIOS
Añoraba el bisturí perfecto que la llevara de vuelta
Qué es
al caldo primigenio
este jadeo a cielo abierto
Necesitaba de esas muertes
este aleteo como el
para seguir viviendo
de un enorme colobrí
Ella quería
alrededor de tu imagen
-a pecho abierto-
privando para siempre
ordenar las rutinas de su sexo
al mundo
vengarse de las células
de su noche más fiera?
foráneas arrasar cualquier vestigio de posibles fiebres
(De “Hartó”, 2018)
entre la culpa y el perdón Ella quería un mundo sin fisuras salvo las de su propio corazón Su propio sapo.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
ENTREVISTA A VITALY MAKLAKOV Por Gladys Cepeda ENTREVISTA A VITALY MAKLAKOV
mento, llevo 20 años enseñando a los niños a dibujar. 4 ¿Qué cambios notas en la educación y el arte desde que eras niño a los métodos que se utilizan en educación para niños actualmente? En mi ciudad, todavía enseñamos de acuerdo con el sistema de educación soviético. los matices están cambiando, pero, en general, mantenemos tradiciones. Creo que esta es un buen sistema educativo. Además, yo y mis hijos participamos en proyectos creativos. haciendo un letrero de tarea en mi clase.
1 ¿De dónde eres? Soy de Kamensk-Uralsky, región de Sverdlovsk en Rusia. Esto es cercano a los montes Urales. 2- ¿Recuerdas tu infancia?, ¿te gustaba el arte y la poesía? Sí, dibujé mucho, incluso en las paredes. Recuerdo cómo dibujé una casa en la pared detrás de un sillón. Cuando mis padres movieron el sillón, vieron mi obra maestra. También disfruté escuchando cuentos de hadas en un reproductor de vinilo. Más tarde, cuando tenía entre 16 y 18 años, me familiaricé con el trabajo de Yegor Letov y sus grupos "Defensa Civil" y "Comunismo". Todavía me gusta su trabajo, poesía y música. él influyó mucho en mi trabajo.
3 ¿Cómo fue tu formación artística? ¿Fuiste a escuelas de arte, talleres de artistas o eres autodidacta? Estudié en la escuela de arte y en el instituto de la facultad de artes gráficas. Cuando cambié al segundo año de estudio en el instituto, me invitaron a enseñar en mi escuela (en la que estudié). Por el mo-
5 ¿Cómo es el sistema soviético clásico que sigues qué características tiene en la escuela? Enseño en el sistema académico. Mi tema es dibujo. Enseñamos cómo construir objetos y tramarlos en tono. Esto es trabajar con lápiz, otros materiales y técnicas, pero, la base es el realismo académico. 6 ¿Dentro de qué corriente estética se relaciona su trabajo y qué tipo de materiales le gusta usar? Utilizo muchos materiales en mi trabajo. Esta lista es ilimitada. esto es pintura, dibujo, collage, objetos confeccionados, poesía visual, arte sonoro, poesía. También publico música experimental. Tengo varios títulos.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 7- ¿Cuánto tiempo te lleva hacer un trabajo? Como estoy involucrado en diferentes actividades, el tiempo que utilizo puede variar desde unos pocos segundos para realizar un boceto a meses cuando realizo un retrato realista. También recopilo grabaciones de campo para mis trabajos de sonido, que posteriormente se procesan.
dial, esto no es suficiente. A menudo los artistas trabajan en trabajos que no están relacionados con el arte y se ven obligados a ganarse la vida en otra cosa para poder crear. Sin embargo, en las en las grandes ciudades como Moscú, San Petersburgo, etc. hay oportunidades de vivir del arte.
8-¿qué tipo de cosas te inspiran a realizar un trabajo? El mundo y la gente; la creatividad de otras personas, la comunicación, la música, la literatura, la naturaleza.
9_ ¿Qué opinas sobre la relación de arte y locura, ejemplo Van Gogh, Artaud, etc.? Las personas son diferentes. los artistas son como la gente común. todo depende del tema que estés desarrollando. Puedes encontrar un equilibrio en tu trabajo con el mundo, o puedes quemarte brillantemente. necesitas aprender y priorizar las necesidades.
10_En tu país, los artistas tienen subvenciones, becas, etc. para financiar su trabajo o son independientes y autogestivos? Sí, este es el lugar para estar. Recientemente, las residencias artísticas se han desarrollado activamente. pero, en comparación con la práctica mun-
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 11-Eres un artista que te gusta desafiarte a ti mismo? Es mi vida. de esta manera me comunico con el mundo y hasta cierto punto lo cambio. Este es un trabajo como otro, solo que especializado en un estrecho perfil.
14-Cuando creas, ¿puedes fusionar la imagen y la palabra como el único lenguaje para hacer un trabajo o prevalece uno sobre el otro? Hice esas cosas Combinar dos imágenes aleatorias y recoger una expresión aleatoria de libros o periódicos vinculándolas-
12-También eres poeta, dime cuánto tiempo ha- 15-Antes mencionas a los surrealistas que pience que comenzaste a escribir cuáles son tus in- sas sobre el legado de la vanguardia que nos fluencias y qué representa la poesía para ti.? dejaron y cómo ves el panorama del arte hoy. Empecé a escribir cuando era adolescente. pero, en un momento, me di cuenta de que todo lo que escribía era basura. Como resultado, quemé todos mis cuadernos y comencé a escribir de una manera nueva. No profundicé en la poesía y no tengo un amplio conocimiento de la poesía. Como dije, me gusta el trabajo de Yegor Letov y Daniil Da. Daniil escribe poemas surrealistas transparentes. Estoy muy inspirado por sus poemas.
13-¿Tienes libros publicados? No he publicado un libro de mis poemas. Hubo raras publicaciones de versos individuales. Soy muy crítico con mis poemas. El autorreflexión constante no me permite seleccionar poesía en un libro entero. Tal vez algún día publique un libro, pero no puedo decir cuándo será. No me muevo en los círculos de poetas. Quizás me faltan críticas y simples revisiones para percibir adecuadamente mi trabajo.
Hoy puedes encontrar lo que quieres. En el arte, todos los segmentos de la sociedad y cualquier tema y medio están representados.
Me gusta mirar y encontrar algo cerca de mí. Creo que la palabra, el sonido y la imagen son los tres componentes del ritual. Me gusta el arte primitivo, sus orígenes. A veces veo que la gente vuelve al arte popular, al folclore, a interpretándolo en el contexto del tiempo. Hoy veo el predominio del consumo sobre la "creación / desarrollo" de las emociones sobre el significado. En mi opinión, se necesita un término medio. Es necesario tener en cuenta todo lo que hay a su alrededor, algunas cosas sagradas y la naturaleza, y el mundo de las personas en ellas. El artista tiene la responsabilidad ante de su creación y ante el mundo donde lleva sus pensamientos ...
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 16-Cuéntame sobre tus últimos proyectos y sobre el arte postal Estos son algunos de mis últimos trabajos. También un proyecto de arte postal. Durante mucho tiempo no participé en la red de correo. Ahora he vuelto y he decidido hacer el proyecto del Muro. Durante mucho tiempo no participé en la red de correo. Ahora he vuelto y he decidido hacer el proyecto del Muro.
exposición en la calle, en un callejón cerca de mi casa, al lado hay un ferrocarril. Eso fue divertido. Para mi sorpresa, la gente prácticamente no dañó mi trabajo (estas eran impresiones de mis collages), encontré que solo un trabajo estaba arrugado. Los collages estuvieron allí durante dos semanas. Recibí muchas críticas diferentes, incluidas positivas. Fue una experiencia inusual. 18- ¿Cómo planeas cada trabajo como concepto? Palabras, imagen música, etc.? A veces viene a la mente espontáneamente. Es como un destello, puedes imaginarlo claramente. Y a veces comienzas a trabajar desde cero, y no te imaginas lo que sucederá al final. El sonido también sale de manera diferente. a veces escribo un álbum para una imagen o fotografía en particular. Y escribo otro álbum durante mucho tiempo, hasta que algo hace clic en mi cabeza y todos estos rompecabezas de sonido se unen. También hago muchas grabaciones en vivo para mis proyectos de ruido crudo. Pronto daré una presentación en vivo en la Bienal Internacional Ural Industrial, el 26 de octubre.
17-Los artistas qué tipo de espacios tienen para exhibiciones de arte. ¿Son privados o pertenecen al estado? Usualmente participo en exhibiciones en lugares públicos. El proyecto Wall tendrá lugar en la sala de exposiciones municipal. También participé en exposiciones en lugares privados. Una vez que hice una 14
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 19-¿Qué opina del circuito comercial de arte, como premios, galerías, bienales, etc.? Para tenerlo todo, todos deben sonreír, pasar el rato, beber champán y ser "originales". Este es un club privado. En otras palabras, es una feria de vanidades.
do personas de diferentes partes del mundo hacen algo juntas. Lo llamo verdadero internacionalismo. Gracias de nuevo por su interés. ¡Te deseo prosperidad y una explosión creativa!
Gladys Cepeda 20 -Gracias de nuevo y algo final que desea agregar o comentar? Esta entrevista es inesperada para mí. Literalmente te caíste en mi cabeza desde Facebook. Me alegro de conocerte y de tener nuestra entrevista y tu participación en mi proyecto. Es genial cuan-
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
TRISTEZAS DE LA MUJER QUE REÍA Por ROGELIO RAMOS SIGNES
TRISTEZAS DE LA MUJER
quisitos. Jimi Hendrix, por ejemplo, se convirtió en mito luego de su muerte, como James Dean o Janis Joplin. Otros, como Montgomery Clift, no llegaQUE REÍA ron a ser mitos ni siquiera después de morir trágiROGELIO RAMOS SIGNES camente y a pesar de la gran máquina publicitaria. Sin embargo, Carlos Gardel o John Lennon ya eran mitos descomunales en vida. Este es el caso de Marilyn Monroe.
Creo que Marilyn Monroe fue la mujer más hermosa del cine de todos los tiempos. La ecuanimidad de mi opinión radica en que las rubias nunca fueron mi debilidad, ni mucho menos. Creo que Marilyn fue una actriz correcta; un producto surgido de la necesidad de los empresarios de pos-guerra y también de su propia necesidad. Fue un espíritu trágico presentado en envase frívolo; una niñita En su poema ‘¿Dónde se habrán ido?’ Jorge Luis indefensa jugando a ser la súper hembra; una exBorges decía que “no hay cosa como la muerte patraterrestre, en el sentido más inequívoco del térra mejorar la gente”. Y tenía razón. A partir de ese mino. momento el muerto pasa a ser una suerte de ‘ángel’ que, por esas cosas del ‘destino’, se movía Dirigida por Howard Hawks cantó junto Jane Rusentre nosotros como ‘un humano más’. Si era un sell en ‘Los caballeros las prefieren rubias’. Acomadolescente, las necrológicas hablarán de “alumno pañada por Lauren Bacall y Betty Grable ingresó al cinemascope en ‘Cómo pescar a un millonario’. En aventajado”, aunque fuese el peor de la clase; si 1954, dirigida por Otto Preminger, actuó en ‘Almas era un hombre adúltero, quedará asentado en la perdidas’. Dirigida por Laurence Olivier bailó en ‘El crónica obituaria como “marido solícito y padre príncipe y la corista’. De la mano de Billy Wilder, ejemplar”; si murió en medio de alaridos, se dirá como tantas otras veces, hizo de ‘Una Eva y dos que “esperó la muerte con cristiana resignación”; si Adanes’ una película inolvidable, junto a un Jack era un vecino intratable, se asegurará que “supo Lemmon increíble y a un Tony Curtis que a esa algranjearse el cariño de quienes tuvieron la suerte tura ya se las sabía todas. George Cukor la convirtió en ‘La adorable pecadora’. El viento del subte de conocerlo”. Insisto: Borges tenía razón. levantó su falda en ‘La comezón del séptimo año’, Sin embargo, entre un muerto semi-anónimo y un y allí la dejó para siempre. Guionada por Arthur Mimuerto célebre hay una gran distancia. El primero ller y dirigida por John Huston, Clark Gable la besó puede ser recordado con cariño dentro de un ámbi- en ‘Los inadaptados’, y en verdad que el hombre to muy restringido; el segundo tal vez ingrese en la ya no estaba para esos trotes. categoría de ‘mito’. Pero no todos los muertos famosos se convierten en mito; eso depende de mu- Marilyn Monroe sabía que el talento se cultiva en la chos factores, entre lo que el momento de la muer- intimidad y, a juzgar por la opinión de quienes la te y el pico de la fama sólo son algunos de los re- conocieron, cumplió con ese principio a lo largo de toda su breve vida. El 5 de agosto de 1962 Norma Jean Baker, estadounidense de 36 años, es encontrada muerta en su cuarto. Ese mismo día, a la misma hora, en la misma habitación y en el mismo cuerpo, es encontrada sin vida Marilyn Monroe, estadounidense, actriz de 36 años; lo que no significa que esta última hubiese muerto. Así son los mitos.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Podía, entonces, permitirse ser banal frente a las El final es conocido por todos: una noche solitaria, cámaras. una mesa de luz repleta de barbitúricos y un teléSu triste historia siempre estuvo aguardándola: a lo fono mal colgado con el que, al parecer, no pudo largo de un oscuro pasillo, en la penumbra de su comunicarse con su ‘salvavidas’. Se habla de polítihabitación no siempre solitaria, en el caos del ca- cos muy importantes queriendo silenciarla. Conjeturas. Sólo conjeturas. Y la dama que se duerme lenmarín, en un frasco de pastillas para dormir. Eran los tristes recuerdos del tío borracho que la violó a tamente para hacerse eterna. los ocho años y le dio cinco centavos para que no lo delatara; de la abuela loca que trató de estrangularla; de su madre abandonándola en casa de unos fanáticos religiosos; de su adolescencia en un orfelinato. Era la triste historia, que había que esconder, de la pin-up americana por excelencia; de la mujer que habitaba en el sueño de todos los hombres; de la rubia superficial que nos daba a entender que la vida era linda y merecía ser vivida; de la sonrisa de plástico más falsa y encantadora del mundo.
La figura de Marilyn ha sido siempre tema de variada literatura. Todos, de alguna manera y según nuestras posibilidades, hemos querido rendirle homenaje arropándola con palabras. Quizá el extenso poema que le dedicó el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal sea uno de los puntos más altos en ese eterno homenaje. Rescatemos de él los versos que remarcan bellamente su intermediación ante Dios, en el final de esa triste vida de insatisfacción y gloria.
Sus ojos no eran los ojos de Theda Bara, ni su cara tenía la transparencia del rostro de Ava Gardner, ni los pómulos de Jennifer Jones, ni la belleza enigmática de Greta Garbo, ni la mirada profunda de Dorothy Malone, ni las redondeces de Brigitte Bardot; pero, insisto, Marilyn Monroe fue la mujer más hermosa del cine de todos los tiempos.
“Señor quienquiera que haya sido al que ella iba a llamar y no llamó... contesta Tú el teléfono.”
“Era rubia y sencilla como el trigo. Por encima de la nariz entontecida y entrañable, se asomaba a sus ojos un espejismo de asombro y desamparo -dice Juan Marsé en un breve retrato-. Había en sus hombros encogidos un frío suburbial, y en su golosa garganta una lenta combustión interna. Jamás un tubo de Nembutal mereció esa boca.” Desilusión y desencanto fueron los escalones más altos que alcanzó en su carrera. La adulación de todos los públicos y el asedio de todos los hombres fueron sueños con los que cumplió; logros que alcanzó para descubrir que no era eso lo que deseaba. Es que el miedo a la soledad la invadió poco a poco e irremediablemente, como una gangrena. Y fue su propia ansiedad la que fue arrinconándola cada vez más, ahuyentando a quienes se acercaban a conocer siempre a la gran Marilyn y jamás a la pequeña y desvalida Norma Jean. 17
ROGELIO RAMOS SIGNES
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
ESCRITOS DE: EL PAAAPA… EMILIO MEDINA MUÑOZ EMILIO MEDINA MUÑOZ
Emilio 13 enero 2018
LOA A LA PAELLA DE BEATRIZ. SONETO A penas una herida de un gran tajo, se lleva de mi vida la energía. Fue grave el asalto al ser de día, y fácil realizarlo sin trabajo. El arma recorrió de arriba a abajo, dos versos de una pobre poesía. Cambió por tristeza la alegría, que daba bienestar al duro tajo. Las letras se derraman incompletas. Las frases son tachadas de incoherencia... El verso cae rendido de impaciencia. Busco unas ideas más completas, que salven al poema con mi ciencia. Ya es tarde. El tajo me ha cortado la conciencia.
La paella que mi niña ha realizado con sabores agraciados, sustanciosos; tiene cosas a la vista deliciosos y parece por la foto buen guisado.
Almejitas, esas gambas, los pimientos, ... ¿lleva pollo o conejo tu receta? yo me quito de mi rostro la careta pues rebasas de mi ciencia los cimientos. El color amarillo en colorante hace bello el placer de la mirada, en Valencia o en la costa de Alicante. Cual manchega que aprende las lecciones del poeta que cocina en un instante, has llegado a realizar tus ilusiones.
Emilio. 23 octubre 2019
El paaapa....
EL SAN ANTÓN DE CHOCOLATE (CUENTO MANCHEGO)
19 septiembre 2010.
ANTE LA TALLA DE UN QUIJOTE EN UN ÁRBOL SECO A LA PUERTA DEL MUSEO
Fíjese vuesa mercé, como se aplica un manchego. Dando golpes con su ego, saca ese cuerpo de usté. Si no lo agobia la sed, a la vuelta de ese tronco, vera a su Sancho muy bronco en soledad, no hay madera, para el asno que hace espera enfrente de esa pared.
En tiempos de guerra en el pueblo tenían un magnífico San Antón de alabastro, pero terminó sus días, por extraño que parezca, con un fusil en las manos defendiendo el pueblo como si fuese un miliciano más. Sonará a broma, pero así fue como pasó: Unos milicianos forasteros (estas cosas siempre las hacían los forasteros) decidieron tirar las imágenes de los santos de la iglesia desde el coro. Pero daba la casualidad que la peana pesaba más que la imagen, razón por la cual algunos caían de pie. Siendo que muchos de los milicianos eran de nuevo cuño y en todos quedaba el poso milenario de la tradición católica, pensaron que no era 18
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 conveniente lanzarlos una segunda vez, y que en tenía por tanto la dirección. Decidió escribirle aperealidad querían sumarse a la lucha contra los su- lando a su espíritu cristiano. blevados contra la legalidad democrática. El pastelero catalán le mandó una figura de San Antón, que no quiso cobrar, contradiciendo así la preFue San Antón el primero que cayó de pie, sunta tacañería. El pastelero advirtió que, no obsel primero que tiraron una segunda vez y hasta una tante, tuviese cuidado de no ponerlo al sol ni cerca tercera. de las velas, sin dar la razón y que por supuesto nadie se daría cuenta de que era de chocolate. Pero el —San Antón es de los nuestros —dijo uno de los sacerdote se olvidó. cabecillas. Aquel año fue memorable, por primera vez Ni cortos ni perezosos los pusieron a cada en muchos años se celebró San Antón como Dios uno de los santos con un fusil en las manos y los manda. Las hogueras en las calles, la bendición de distribuyeron estratégicamente por las afueras del los animales y las feligresas solteras rezando y llepueblo. Cuando llegaron las tropas de Franco al nando el cepillo para encontrar pronto marido. Pero pueblo y vieron figuras humanas con fusil y pañuelo al llegar el verano, con motivo de las fiestas patronarojo al cuello, pensaron que eran milicianos arma- les, el sacristán decidió cambiar la imagen de lugar dos, les dispararon con los cañones y acabaron con y colocarla en el mechinal de una de las ventanas todas las imágenes que se habían salvado de la tira- que daba al este. San Antón se mantenía y comenda del coro. zaba a realizar los primeros milagros, algunos de los muchachos que estaban en la cárcel habían sido A San Antón siempre en el pueblo le ha- liberados y otros llegaban para la siega y comenzabían tenido gran devoción las jóvenes casaderas, y ban los noviazgos. Pero aquel día de fiesta, cuando más ahora después de la guerra en que muchos jó- un grupo de muchachas fue a darle las gracias o a venes habían muerto en el frente y otros muchos se pedir un novio se encontraron con que en el lugar encontraban en la cárcel. La verdad es que no era donde antes estaba San Antón había una masa de fácil echarse novio, a pesar de que algunas habían color marrón que parecían heces humanas en estadecidido abrazar a Cristo metiéndose a monja. A do de diarrea que pared abajo llegaba hasta el suepesar de ello, el número de mujeres era muy supe- lo. Alarmadas fueron asustadas al cura párroco. rior al de hombres. —Padre, padre, que San Antón se ha cagado y se Como he dicho, la iglesia del pueblo no ha ido. disponía de ninguna imagen de San Antón, para disgusto de las jóvenes casaderas que no tenían a quien rezarle para poder casarse con un buen marido que las hiciese feliz. Razón por la cual constantemente se quejaban al cura párroco, que hubiese dejado el santo más importante para el último. El buen hombre pidió prepuesto a un escultor, pero sus honorarios eran extremadamente caros para el presupuesto de la humilde parroquia. Recurrió, entonces, a un tallista de madera, continuaba siendo muy elevado el coste, un pintor tanto de lo mismo. Pensó hacer él un dibujo a carboncillo, pero no siendo muy diestro le salió en lugar de San Antón, la Purísima Concepción. Recordó entonces un viejo amigo que había realizado la mili con él en Melilla, era de Barcelona y recordaba que era pastelero y en alguna ocasión le había dicho que era capaz de reproducir cualquier estatua en chocolate. Además, no hacía mucho tiempo que le había mandado una postal y 19
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
POESÍA CANCIÓN DEL INSUMO Lo más terrible se aprende enseguida/ Y lo hermoso nos cuesta la vida.../ Silvio Rodríguez No piensen/ que por ser amparados por la noche/ lograrán apagar mi luz/ que por quebrarme los brazos/ aceptaré mi derrota./ Que por patearme en los testículos/ contendrán el rugido de mis días./ No seré yo./ Serán los ojos fríos de ésos otros/ los que glorifiquen su victoria./ Daniel Montoly ***************** CÍRCULO Dentro de un círculo que gira y gira enloquecido no me alcanzan las manos para sostenerme y mis ojos no distinguen los colores de la nada sin saber si la nada tiene colores o mi mente registra lo que quiere dentro de un círculo donde mis gritos se marean y transpiran un sabor agrio en mi garganta mi garganta que dice incoherencias seguramente mi mente ahora no sabe que hacer antes se ocupaba de lo que le venía en gana como un monstruo desquiciado sin amo que le dé ordenes sin un corazón con latidos en sintonía con otro dentro de un círculo ruidoso como mis huesos que se golpean entre si y la sangre revuelta como una explicación incoherente y la piel que se desgarra como las hojas de un libro envejecido dentro de un círculo y la duda que no puede salir siempre mi mente mi mente que me pregunta ¿es esto la locura? Oscar Vicente Conde 20
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 ZAPATOS ¡Oiga! ¿No se da cuenta que el mundo se desangra? ¿Qué las venas se desgarran Los zapatos que antaño compré más que nunca sin asomo de orgullo, y que sólo es el estiércol derramándose sin pensar en la forma o la medida impiadoso? los usé de perfil, a contramano, Vamos, diga. y llegué caminando hasta mi edad, No tenga miedo. desde esa tienda oscura Y no desvíe la mirada cínica, que vendía zapatos, que no conseguirá engañarse. destinos, Es hora. carreteras. Porque el tiempo corre. Y aunque adormezca las heridas, Máximo Simpson jamás aplaca la indecencia. Y usted lo sabe. Si hasta lo consiente, vea... ¡Oiga! ***************** Sí. Oiga. Dese el tiempo. Haga que valga la pena. No se escude tras argumentos fútiles. el párpado de la noche Escuche. avanza con manojos de satén Que la tierra moribunda lo reclama. oscuro Llore. casi lenguas de topacio Que la lágrima limpia, hay un aire de verano aunque no redima. que cimbra Tome la palabra. los jirones de la lluvia Que no se es dueño del silencio exudando cobardía. hay cierta beatitud Hágase cargo. en la espesura Que la simulación nunca dará lugar del silencio a las virtudes. una niña danza Y sea, por favor. entre los epitafios de los muertos Sea. el párpado de la noche De una vez por todas y para siempre. se ha cerrado Que la apatía no es mansedumbre. una niña se hace estambre Ni la desidia, decoro. nívea sombra Sólo son parodias. cala blanca Y de las formas más infames de ejercitar la muerte. Mirta Venezia Leny Pereiro DÉJEME QUE LE DIGA – 2017
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 PREGUNTITAS SOBRE DIOS
Un día yo pregunté: Abuelo, dónde está Dios. Mi abuelo se puso triste, y nada me respondió. Mi abuelo murió en los campos, sin rezo ni confesión. Y lo enterraron los indios, flauta de caña y tambor. Al tiempo yo pregunté: ¿Padre, qué sabes de Dios? Mi padre se puso serio y nada me respondió. Mi padre murió en la mina sin doctor ni protección. ¡Color de sangre minera tiene el oro del patrón! Mi hermano vive en los montes y no conoce una flor. Sudor, malaria, serpientes, la vida del leñador. Y que nadie le pregunte si sabe dónde está Dios. Por su casa no ha pasado tan importante señor. Yo canto par los caminos, y cuando estoy en prisión oigo las voces del pueblo que canto mejor que yo. Hay un asunto en la tierra más importante que Dios. Y es que nadie escupa sangre pa que otro viva mejor. ¿Que Dios vela por los pobres? Tal vez sí, y tal vez no.
Pero es seguro que almuerza en la mesa del patrón. Atahualpa Yupanqui ***************** RESACA El mar responde al influjo de la luna. Agiganta su cuerpo y devora la playa a mordiscones. Mañana, exhausto y flaco regresará a sus cuevas. En la arena quedarán sus huellas: conchillas, peces muertos, maderitas, retazos de algas, caracoles. La resaca estará llena de voces y en la ausencia se guarecerán los muertos. Daniel Tomás Quintana (Monte Hermoso – Buenos Aires)
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 AL SEÑOR DEL AUDI AZUL
Soy esa señora rubia que escribe mientras lleva a sus hijos a la escuela cuando la detiene la luz del semáforo, esa señora que vos creés que amedrentás con tres o cuatro bocinazos para que se apure un poco más. Bombón, soy el ama de casa que aprendió con la fiebre de los hijos sobre la rabia y la impaciencia y el punto exacto del arroz me enseñó a esperar. Escribir es un derecho que le gano a mi vida cada día. Bombón, no me vengas a apurar.
bajo la cálida sombra se queja, se apantalla él pasa a su lado. Canta. El abanico va y viene va y viene. Flora Levi ***************** Un vidrio nos separa de la luz, de ver la misma luz que al apagarse invita a meterse en los cuerpos, a situar en lo tuyomío un espacio en común. Se demora la boca en la imagen. No es por miedo, es mi ofrenda: esquirlas de placer. A tu lado resplandecen las palabras y aún no he dicho nada.
Mariana Finochietto. Silvia Rodríguez Ares
Bajo el sol el jardinero corta el césped, va y viene va y viene. Ella, lo mira
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VERANO.
274 DÍAS
274 días duró su matrimonio. 274 noches la tuvo en su cama, desnuda y rubia, la mujer a la que todos amaban 23
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 y él quería amar con exclusividad, la mujer del vestido blanco y las piernas del mundo. La mujer que no podía darle un hijo que lanzara al futuro, como una piedra de esperanza, su apellido italiano. 274 días duró su matrimonio. Después, ella se casó con otro pero él siguió siendo un puerto donde la niña naufragio podía atracar cuando la abandonaban sus amantes, sus psiquiatras, sus ganas de bañarse y cepillarse el pelo, sus ganas de vivir. Cuando ella murió él rugió como un león y lloró como un recién nacido. Pero tuvo el coraje para organizar su funeral, comprar las flores, vestirla, prohibir que se acercaran a su cadáver las moscas y los depredadores. Un segundo antes de que el cáncer ganara otra batalla él lanzó su nombre al más allá, como una piedra de esperanza. “Al fin voy a poder volver a ver a Marilyn” murmuró Joe Di Maggio. Al fin.
en completa perfección, el parpado abierto, las escalas del cielo, el dolor íntimo y una lágrima. La pesadilla fue entonces una nube vespertina encendida de negro. El silencio apagó toda voz y se reveló el desierto más allá de su libro de horas, más allá de su rezo hundido en la desmesura. Después, en la habitación y recorriendo el cuerpo, las repudiadas serpientes de vidrio vigilan blancas como la sal y más acá, el mar en sus ojos brilla en la medida del beso que me despierta y me lanza hacia lo alto, como una piedra lanzada contra la muerte, contra el cielo blanco y sus vientos, contra el grito y la confusión. Todavía su mano sostiene el precipicio.
Daniel Arias
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Porque volverás a los hilos del viento para tejer una noche muda, ebria de espacios infinitos. Porque sabrás los cálculos de tu esencia para renacer en la flor día tras día. Raquel Graciela Fernández Porque conocerás el preludio del alba y el sueño rojo del crepúsculo. En tu soledad, armada de mar y de lilas, sumergida en malvas, ***************** incurable de versos. Antigua habitante del milagro, ascenderás al rayo que venera la tormenta, besarás las palabras En algún lugar el grito, la confusión que vuelan como adioses. y su mano sosteniendo el precipicio. La noche viva, sus ojos y este mayo abandonado en la tristeza, el otoño Beatriz Arias y una oscuridad en el centro de su carne 24
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 ¿QUÉ ES LA PAZ?
la Paz es adulta es beso
a la Paz la pintan paloma con ramo de olivo en su pico pero es más que arrullo que ave que mensajes o nido que manifiesto o proclama mucho más que un edicto es la Doña la hembra
es coqueta y divina
es verso libre o rimado es música alegre es bruma es sepelio y tiempo cumplido es luna sensual y noche vencida aun con los ojos cerrados la encuentras
la Madre Ana Lucía Montoya Rendón
es Natura la Aurora ***************** es el vientre de Eva temblando es su gimo de hambre aplacado es paso libre y mil dientes de leche adolescente gozando sus aguas es un adulto contando quimeras muchos niños azules jugando rayuela la Paz es tu brillo o el mío es el tono verde en tu fe es tic tac armónico o cojo es espacio copado o vacío ¡qué importa! es un lecho de olas vértigo de amantes desnudos picardías cubiertas con velos y sombras la Paz es mirada de perro y balanceo feliz de su cola es ronroneo de gato y agudo alegato de aquella cotorra es la fresca de palo de mango y trazas de azúcar en vasijas repletas de ocasos es mapa calcado en arrugas de viejos es lectura en ellas de toda la historia
ENCUENTRO
Hubo una chispa. Un haz de luz. Una nota musical. Un abrazo, Un paso de baile. Un beso robado quizás deseado Un encuentro y un desencuentro. Y otro encuentro y otro desencuentro. Y otro... Y otro... Y otro más... La cornisa. El no saber. El desear a pesar de todo El rechazo. El fastidio. Y después la búsqueda Y el deseo siempre el deseo La celosía. ¿Está o no está? ¿Me ama o no me ama? La otra, las otras. ¿Soy yo la otra? ¿Quién es la otra? ¿Existe la otra o la que no existe soy yo? Mundos distintos. Ideas o sentires opuestos Ring. Ring. Ring. El teléfono Suena. No suena. Tendría que sonar Ya sonó. Nos comunicamos Nos confundimos. Nos deseamos Nos dejamos. Nos abrazamos Nos besamos. Nos deshacemos 25
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Nos succionamos Nos agotamos ¿Estamos? Y todo vuelve a empezar...
yo quería... yo necesitaba una certeza como ecuaciones en un papel cuadriculado un lenguaje que me amarrase a lo concreto María Inés Grimoldi un álgebra de mí cifrado en otro sistema numérico no binario no decimal otra cosa que me permitiera disponer números irracionales ***************** imaginarios absurdos en múltiples ejes simultáneos no en dos Como la sombra, en tres dimensiones unida con la rosa, otra cosa pegas los labios que tuviera un margen para la incertidumbre a las alas de un sueño límites indeterminados que se mira al espejo. y un conjunto de soluciones infinito y otro vacío E. Antonio Torres Glez. y otro inconcebible yo quería un lenguaje que no desembocara en la desmesura ***************** María Sueldo Müller triste se va noviembre dejalo ir, que se vaya, que se vaya y no pase nada más . (ella escribe con sus ojos un mundo -sencillamente nuevosu mundo)
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ESE AMOR II
Cada vez corres más como Cronos en el tiempo te diluyes en la brisa sin perfumar mi aliento. Eres río que se escabulle entre las rocas del mar sin dejar siquiera hueco José Ma Pallaoro para poderme mirar. Quiero darte alcance en tu remar y remar y solo encuentro la nada ***************** en tu pronto caminar. 26
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Cansada de oír el eco de tus pasos, nada más me retiro a mar abierto para mi alma descansar. Aquí en este destierro se solaza mi corazón mira al infinito del cielo que le ofrece su amor: Es un lucero radiante que ilumina mi sentir, no corro tras de nadie él, siempre está ahí. Me miro en el espejo de su mirada franca que me entrega seguridad de sentirme bien amada. Danzan los sentimientos al son del vals de las olas en conjuro de bendiciones nos acompañan las sirenas las estrellas y caracolas. Bajo un manto azul celeste
el Sol, mago de vida da floridos amaneceres arco iris a la lluvia fina; él, su cariño me entrega en bandeja de fina orfebrería donde en notas de versos dice amarme cada día ya que, en nuestros encuentros bajo la luz de la Luna, nuestras bocas enmudecen al quedarnos frente a frente, la pasión se desborda los labios se humedecen los ojos, chispeantes, risueños descubren nuestros secretos; amándonos tierna y dulcemente nos recreamos en nuestras caricias que enardecen los placeres de nuestros jardines frondosos en terremoto de vaivenes. Leonor Rodríguez Rodríguez
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
ARTE Por Ana Lucía Montoya Rendón EROTIZACIÓN DEL ARTE
Wilhelm Shenrok (Pintor ruso)
Se habla de la erotización de las imágenes, de la voz, de las palabras, de los gestos, del andar, de las siluetas, etc. Todo está teñido con la sangre de Eros. No hay actividad humana en la que el ojo interno no esté buscando vértices, falos, montes o hendiduras que le produzcan o lo lleven a la plenitud del gozo. El ojo interno sabe que hay placeres escondidos entre las líneas, las luces y las sombras; el alma intuitiva busca al fuego y su origen hasta muy adentro del mismo hielo… ¡y lo encuentra! Lo encuentra porque ese fuego es la dinamo que le provee la energía suficiente para crear y recrear, para emparejar y emparentar a aquellos dioses y demonios que cohabitan en su propio ser. Así, el creativo es uno con todos los seres, con todas esos sentires que lo desbocan, que lo empujan o lo frenan, son el eje de su vaivén, de sus viajes infinitos entre el sueño y la vigilia, solo así descubre las fórmulas exactas de los tonos de su paleta, la precisión de cada línea, la potencia de las luces y las sombras, de sus propias voces y silencios.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 He traído el tema de la erotización del Arte, porque hace algunos días en la Revista digital FronteraD, leí una gran reseña sobre la obra del pintor y dibujante ruso Wilhelm Shenrok, gran conocedor de la Historia del arte occidental: “Su obra refleja sus amplios conocimientos de la historia del arte occidental, y está al mismo tiempo impregnada de un erotismo, a menudo directo, que constituye en gran medida su propia visión distanciada, cuando no discrepante, respecto a los artistas y el arte que imita en sus pinturas: Renoir, Modigliani o Van Gogh son ejemplos de la estética clásica y surrealista.”(*) . La imitación, en su obra, es el fundamento sobre el que deja ir a “su” ojo interno hacia partes del cuerpo humano o acciones que dejaron veladas los artistas que él emula, y no porque no sea de suyo crear algo nuevo, sino por el afán placentero de quitar pañuelos, hojas de parra o sombras con las que, dibujantes y pintores se autocensuraron, claro está que no fueron todos, ejemplo de ellos, Coubert, con su “Origen del mundo”, y de tantos otros, debido, posiblemente, a costumbres puritanas de la época en que vivieron. Es verdadero placer visitar su página y quedarse observando muchas de las obras de este artista.
Fuentes: Página Web de Wilhelm Shenrok; https://shenrok.com/painting (*) Revista digital FronteraD: https://www.fronterad.com/wilhelm-shenrok-laerotizacion-de-la-historia-del-arte/
Ana Lucía Montoya Rendón
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
POEMAS Y CUENTOS DE DICIEMBRE Ana Lucía Montoya Rendón
NAVIDAD
venid, venid, a ver la anunciada Flor de David!...
Amado Nervo (México)
LOS TRES REYES MAGOS Pastores y pastoras, abierto está el edén. ¿No oís voces sonoras? Jesús nació en Belén. La luz del cielo baja, el Cristo nació ya, y en un nido de paja cual pajarillo está. El niño está friolento. ¡Oh noble buey, arropa con tu aliento al Niño Rey! Los cantos y los vuelos invaden la extensión, y están de fiesta cielos y tierra... y corazón. Resuenan voces puras que cantan en tropel: Hosanna en las alturas al Justo de Israel!
Rubén Darío (Nicaragua)
––Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso. Vengo a decir: La vida es pura y bella. Existe Dios. El amor es inmenso. ¡Todo lo sé por la divina Estrella! ––Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo. Existe Dios. El es la luz del día. ¡La blanca flor tiene sus pies en lodo y en el placer hay la melancolía! ––Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro que existe Dios. El es el grande y fuerte. Todo lo sé por el lucero puro que brilla en la diadema de la Muerte. ––Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos. Triunfa el amor, ya su fiesta os convida. ¡Cristo resurge, hace la luz del caos y tiene la corona de la Vida!
¡Pastores, en bandada 30
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
CUENTO DE NAVIDAD -¿Qué…? -preguntó el niño. El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás
Ray Bradbury
la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse
(Estados Unidos)
a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron
El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer
viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque excedía el peso máximo por pocas onzas, al igual que el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando estos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.
nos, el niño despertó y dijo: -Quiero mirar por el ojo de buey. -Todavía no -dijo el padre-. Más tarde. -Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos. -Espera un poco -dijo el padre.
El padre había estado despierto, volviéndose a un los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, ha-
-Nada, ¿qué podemos hacer?
ría que el viaje fuera feliz y maravilloso.
-¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!
-Hijo mío -dijo-, dentro de media hora será Navidad.
La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silen-
-Ya se me ocurrirá algo -dijo el padre.
che, hora terráquea según sus relojes neoyorqui-
lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en
-¿Qué haremos?
cioso.
durante el resto del primer “día”. Cerca de mediano-
-Oh -dijo la madre, consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios. -Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Sí, sí. Todo eso y mucho más -dijo el padre.
gó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.
-Pero… -empezó a decir la madre.
-Sí -dijo el padre-. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.
-Entra, hijo. -Está oscuro.
Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regre- -No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, masó, sonreía.
má.
-Ya es casi la hora.
Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría
-¿Me prestas tu reloj? -preguntó el niño.
un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por
El padre le prestó su reloj. El niño lo sostuvo entre la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin los dedos mientras el resto de la hora se extinguía aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre en el fuego, el silencio y el imperceptible movimien- contemplaron el espectáculo, y entonces, en la osto del cohete.
curidad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.
-¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo? -Feliz Navidad, hijo -dijo el padre. -Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano.
Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío
Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, por una rampa. La madre los seguía.
simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones
-No entiendo.
de maravillosas velas blancas.
-Ya lo entenderás -dijo el padre-. Hemos llegado. Se detuvieron frente a una puerta cerrada que da-
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ba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, lle32
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 ESTOY SIN CIGARRILLOS Y SIN TI Esta imagen fugitiva se ha ido contigo, y ya no estás. ¿En qué sitio del mundo cae ahora tu mirada, o hacia qué cielo se levanta? Ese cielo, sin nada mío,
Gonzalo Arango
sin una estrella, debe ser un cielo vacío. Pero aquí,
(Colombia)
las cosas permanecen en el mismo sitio, inmutables, fieles a tu recuerdo: la misma mosca pegada a la tela de araña, el polvo de una larga semana, la corbata verde colgada en el clavo. Todo vive aquí una vida embalsamada. Nadie se atreve a moverse para
La felicidad me dejaba siempre solo.
que nada cambie. Todo espera que vuelvas para
Después del amor miro el cielo raso que es el cielo de los amantes: vacío de cal blanca, ya no estás. Recuerdo... después del amor sucedía un pudor silencioso, la nostalgia del deseo, la decepción de ese sueño de absoluto.
Las cosas siguen siendo cosas, mi amor. Clea, el pájaro de mal agüero se murió de repente. Había llegado al monasterio una mañana de sol de invierno, un día de diciembre. El Monje le ofició un re-
Para disimular su derrota o su triunfo imperfecto, Sandra prefiere dormirse mientras yo fumo, olvido, y
no comprendo nada: ni la felicidad que se va, ni la que llegó. Agobiado por la extenuación me hundí en una especie de quietud mística, y ese limbo en que cayeron mis sentidos me hizo desear la eternidad. Que ese instante sin dejar de ser humano fuera eterno. Que ni la noche ni el sueño tuvieran fin. Que nuestro silencio fuera puro y durable como la nada. Que cada cosa y cada gesto permanecieran en sí, idénticos, y en su puro instante sin porvenir. Todo lo que quería en la vida era que Sandra estuviera allí callada y adorable, mía y muda para siempre.
que resuciten los objetos inanimados.
poso con música de Verdi, exactamente con el Prelude de Rigoletto. Fue una mala noticia para todos, y una nube tapó el sol brevemente en señal de duelo. Luego vino un ave de rapiña y se la llevó. ¡Adiós Clea, habitante del viento! Las rosas ya no son rojas, y se cansaron de su belleza. Las había cortado para mí en las inmediaciones de un lago. Los días de tu estancia conmigo lu-
cían bien en su frasco de aguardiente, pero ahora se acabó. Se marchitaron por mi tos, la nicotina, la luz eléctrica y los chillidos de Paul Anka. Ni el sol, ni el aire entran más aquí desde que te fuiste. Te has llevado lo mejor de mí, y las ganas de vivir. Por la mañana, el despertador agota toda su
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 cuerda y yo lo dejo, pues no tengo nada qué hacer, mosca. Sólo el reloj me habla de este minuto de la ni a donde ir. La ciudad me horripila sin nuestras eternidad en que tu párpado se cierra y la tierra citas al pie de los cines, o en los salones de té, desaparece. Sucedía cuando te besaba y éramos donde escribías mi nombre en tres idiomas, o me felices. Tal vez ahora seas feliz en otra parte, sin
hacías declaraciones de amor sobre la servilleta: mí. ¿O eres infeliz? Entonces, ¿qué hacer para se“Je t’aime”, “I love you”, “Te amo”.
guir viviendo?
—Gonzalo, ¿por qué te amo no tiene sino dos pala- En lugar del revólver voy a la tienda de la esquina y bras?
me compro un almanaque Bristol con una copia de Modigliani que se te parece, como quien compra
—No sé.
una libra de sal para la sopa. Te cuelgo de la pared y me duermo mirándote.
—Debiera decirse en miles de palabras. — ¿Para qué? —Para no terminar nunca y pasarme la vida diciendo: te amo... te amo... te amo...
Los libros siguen en el mismo sitio, sin leerlos. Las obras por escribir, que esperen. Estoy sin aliento. Las colillas amontonadas. El café frío. Las copas sin ron. La soledad en todas partes, y en el alma. Nuestra canción francesa, Sandra, gira en el mismo círculo vicioso: olor a Campos Elíseos. París canalla, hojas muertas, primavera, boulevard de los sue-
ños rotos, déjame ser la sombra de tu perro, la revolución de la belleza por un beso, tu colilla de Lucky por mi cráneo para que completes tu colección de ceniceros. No pasa nada, mi amor. Sobre la terraza vuela un helicóptero, pero no estoy seguro. Puede ser una 34
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 EL CUENTO DE NAVIDAD
bastante embarazoso. Luego, casi inevitablemente, llegó el momento en que me preguntó si estaría dispuesto a ver sus fotografías. Dado su entusiasmo y buena voluntad, no parecía que hubiera manera de rechazarle.
DE AUGGIE WREN
Paul Auster (Estados Unidos) Le oí este cuento a Auggie Wren. Dado que Auggie no queda demasiado bien en él, por lo menos no todo lo bien que a él le habría gustado, me pidió que no utilizara su verdadero nombre. Aparte de eso, toda la historia de la cartera perdida, la anciana ciega y la comida de Navidad es exactamente como él me la contó. Auggie y yo nos conocemos desde hace casi once años. Él trabaja detrás del mostrador de un estanco en la calle Court, en el centro de Brooklyn, y como es el único estanco que tiene los puritos holandeses que a mí me gusta fumar, entro allí bastante a menudo. Durante mucho tiempo apenas pensé en Auggie Wren. Era el extraño hombrecito que llevaba una sudadera azul con capucha y me vendía puros y revistas, el personaje pícaro y chistoso que siempre tenía algo gracioso que decir acerca del tiempo, de los Mets o de los políticos de Washington, y nada más. Pero luego, un día, hace varios años, él estaba leyendo una revista en la tienda cuando casualmente tropezó con la reseña de un libro mío. Supo que era yo porque la reseña iba acompañada de una fotografía, y a partir de entonces las cosas cambiaron entre nosotros. Yo ya no era simplemente un cliente más para Auggie, me había convertido en una persona distinguida. A la mayoría de la gente le importan un comino los libros y los escritores, pero resultó que Auggie se consideraba un artista. Ahora que había descubierto el secreto de quién era yo, me adoptó como a un aliado, un confidente, un camarada. A decir verdad, a mí me resultaba
Dios sabe qué esperaba yo. Como mínimo, no era lo que Auggie me enseñó al día siguiente. En una pequeña trastienda sin ventanas abrió una caja de cartón y sacó doce álbumes de fotos, negros e idénticos. Dijo que aquélla era la obra de su vida, y no tardaba más de cinco minutos al día en hacerla. Todas las mañanas durante los últimos doce años se había detenido en la esquina de la Avenida Atlantic y la calle Clinton exactamente a las siete y había hecho una sola fotografía en color de exactamente la misma vista. El proyecto ascendía ya a más de cuatro mil fotografías. Cada álbum representaba un año diferente y todas las fotografías estaban dispuestas en secuencia, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, con las fechas cuidadosamente anotadas debajo de cada una. Mientras hojeaba los álbumes y empezaba a estudiar la obra de Auggie, no sabía qué pensar. Mi primera impresión fue que se trataba de la cosa más extraña y desconcertante que había visto nunca. Todas las fotografías eran iguales. Todo el proyecto era un curioso ataque de repetición que te dejaba aturdido, la misma calle y los mismos edificios una y otra vez, un implacable delirio de imágenes redundantes. No se me ocurría qué podía decirle a Auggie, así que continué pasando las páginas, asintiendo con la cabeza con fingida apreciación. Auggie parecía sereno, mientras me miraba con una amplia sonrisa en la cara, pero cuando yo llevaba varios minutos observando las fotografías, de repente me interrumpió y me dijo: —Vas demasiado deprisa. Nunca lo entenderás si no vas más despacio. Tenía razón, por supuesto. Si no te tomas tiempo para mirar, nunca conseguirás ver nada.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Cogí otro álbum y me obligué a ir más pausadamente. Presté más atención a los detalles, me fijé en los cambios en las condiciones meteorológicas, observé las variaciones en el ángulo de la luz a medida que avanzaban las estaciones. Finalmente pude detectar sutiles diferencias en el flujo del tráfico, prever el ritmo de los diferentes días (la actividad de las mañanas laborables, la relativa tranquilidad de los fines de semana, el contraste entre los sábados y los domingos). Y luego, poco a poco, empecé a reconocer las caras de la gente en segundo plano, los transeúntes camino de su trabajo, las mismas personas en el mismo lugar todas las mañanas, viviendo un instante de sus vidas en el objetivo de la cámara de Auggie.
empezado a hacer fotos. Ése era el tema de la historia que me contó, y todavía estoy esforzándome por entenderla. A principios de esa misma semana me había llamado un hombre del New York Times, y me había preguntado si querría escribir un cuento que aparecería en el periódico el día de Navidad. Mi primer impulso fue decir que no, pero el hombre era muy persuasivo y amable, y al final de la conversación le dije que lo intentaría. En cuanto colgué el teléfono, sin embargo, caí en un profundo pánico. ¿Qué sabía yo sobre la Navidad?, me pregunté. ¿Qué sabía yo de escribir cuentos por encargo?
Pasé los siguientes días desesperado, guerreando con los fantasmas de Dickens, O´Henry y otros Una vez que llegué a conocerles, empecé a estu- maestros del espíritu de la Natividad. Las propias diar sus posturas, la diferencia en su porte de una palabras mañana a la siguiente, tratando de descubrir sus estados de ánimo por estos indicios superficiales, “cuento de Navidad” tenían desagradables connocomo si pudiera imaginar historias para ellos, como taciones para mí, en su evocación de espantosas si pudiera penetrar en los invisibles dramas ence- efusiones de hipócrita sensiblería y melaza. Ni sirrados dentro de sus cuerpos. Cogí otro álbum. Ya quiera los mejores cuentos de Navidad eran otra no estaba aburrido ni desconcertado como al prin- cosa que sueños de deseos, cuentos de hadas pacipio. Me di cuenta de que Auggie estaba fotogra- ra adultos, y por nada del mundo me permitiría esfiando el tiempo, el tiempo natural y el tiempo hu- cribir algo así. Sin embargo, ¿cómo podía nadie mano, y lo hacía plantándose en una minúscula proponerse escribir un cuento de Navidad que no esquina del mundo y deseando que fuera suya, fuera sentimental? Era una contradicción en los montando guardia en el espacio que había elegido términos, una imposibilidad, una paradoja. Sería para sí. Mirándome mientras yo examinaba su tra- corno tratar de imaginar un caballo de carreras sin bajo, Auggie continuaba sonriendo con gusto. Lue- patas o un gorrión sin alas. go, casi como si hubiera estado leyendo mis pen- No conseguía nada. El jueves salí a dar un largo samientos, empezó a recitar un verso de Shakes- paseo, confiando en que el aire me despejaría la peare. cabeza. Justo después del mediodía entré en el —Mañana y mañana y mañana —murmuró entre estanco para reponer mis existencias, y allí estaba dientes—, el tiempo avanza con pasos menudos y Auggie, de pie detrás del mostrador, como siempre. Me preguntó cómo estaba. Sin proponérmelo cautelosos. realmente, me encontré descargando mis preocuComprendí entonces que sabía exactamente lo paciones sobre él. que estaba haciendo. —¿Un cuento de Navidad? -dijo él cuando yo hube Eso fue hace más de dos mil fotografías. Desde terminado—, ¿Sólo es eso? Si me invitas a comer, ese día Auggie y yo hemos comentado su obra amigo mío, te contaré el mejor cuento de Navidad muchas veces, pero hasta la semana pasada no que hayas oído nunca. Y te garantizo que hasta la me enteré de cómo había adquirido su cámara y última palabra es verdad. 36
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Fuimos a Jack’s, un restaurante angosto y ruidoso que tiene buenos sandwiches de pastrami y fotografías de antiguos equipos de los Dodgers colgadas en las paredes. Encontramos una mesa al fondo, pedimos nuestro almuerzo y luego Auggie se lanzó a contarme su historia.
nada que hacer. Generalmente el jefe me invita a pasar el día en su casa, pero ese año él y su familia estaban en Florida visitando a unos parientes. Así que estoy sentado en mi piso esa mañana compadeciéndome un poco de mí mismo, y entonces veo la cartera de Robert Goodwin sobre un estante de la cocina. Pienso qué diablos, por qué no –Fue en el verano del setenta y dos -dijo-. Una ma- hacer algo bueno por una vez, así que me pongo el ñana entró un chico y empezó a robar cosas de la abrigo y salgo para devolver la cartera personaltienda. Tendría unos diecinueve o veinte años, y mente. creo que no he visto en mi vida un ratero de tien- “La dirección estaba en Boerum Hill, en las casas das más patético. Estaba de pie al lado del exposi- subvencionadas. Aquel día helaba, y recuerdo que tor de periódicos de la pared del fondo, metiéndose me perdí varias veces tratando de encontrar el edilibros en los bolsillos del impermeable. Había mu- ficio. Allí todo parece igual, y recorres una y otra cha gente junto al mostrador en aquel momento, vez la misma calle pensando que estás en otro siasí que al principio no le vi. Pero cuando me di tio. Finalmente encuentro el apartamento que buscuenta de lo que estaba haciendo, empecé a gritar. co y llamo al timbre. No pasa nada. Deduzco que Echó a correr como una liebre, y cuando yo conse- no hay nadie, pero lo intento otra vez para aseguguí salir de detrás del mostrador, él ya iba como rarme. Espero un poco más y, justo cuando estoy a una exhalación por la avenida Atlantic. Le perseguí punto de marcharme, oigo que alguien viene hacia más o menos media manzana, y luego renuncié. la puerta arrastrando los pies. Una voz de vieja Se le había caído algo, y como yo no tenía ganas pregunta quién es, y yo contesto que estoy busde seguir corriendo me agaché para ver lo que era. cando a Robert Goodwin. “Resultó que era su cartera. No había nada de dinero, pero sí su carnet de conducir junto con tres o cuatro fotografías. Supongo que podía haber llamado a la poli para que le arrestara. Tenía su nombre y dirección en el carnet, pero me dio pena. No era más que un pobre desgraciado, y cuando miré las fotos que llevaba en la cartera, no fui capaz de enfadarme con él. Robert Goodwin. Así se llamaba. Recuerdo que en una de las fotos estaba de pie rodeando con el brazo a su madre o su abuela. En otra estaba sentado a los nueve o diez años, vestido con un uniforme de béisbol y con una gran sonrisa en la cara. No tuve valor. Me figuré que probablemente era drogadicto. Un pobre chaval de Brooklyn sin mucha suerte, y, además, ¿qué importaban un par de libros de bolsillo?
“–¿Eres tú, Robert? -dice la vieja, y luego descorre unos quince cerrojos y abre la puerta. “Debe tener por lo menos ochenta años, quizá noventa, y lo primero que noto es que es ciega. “–Sabía que vendrías, Robert -dice-. Sabía que no te olvidarías de tu abuela Ethel en Navidad. “Y luego abre los brazos como si estuviera a punto de abrazarme. “Yo no tenía mucho tiempo para pensar, ¿comprendes? Tenía que decir algo deprisa y corriendo, y antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba ocurriendo, oí que las palabras salían de mi boca. “–Está bien, abuela Ethel -dije-. He vuelto para verte el día de Navidad.
“Así que me quedé con la cartera. De vez en cuando sentía el impulso de devolvérsela, pero lo pos- “No me preguntes por qué lo hice. No tengo ni ponía una y otra vez y nunca hacía nada al respec- idea. Puede que no quisiera decepcionarla o algo to. Luego llega la Navidad y yo me encuentro sin así, no lo sé. Simplemente salió así, y de pronto, 37
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 aquella anciana me abrazaba delante de la puerta luego fue una verdadera locura, y nunca me he y yo la abrazaba a ella. perdonado por ello. “No llegué a decirle que era su nieto. No exactamente, por lo menos, pero eso era lo que parecía. Sin embargo, no estaba intentando engañarla. Era como un juego que los dos habíamos decidido jugar, sin tener que discutir las reglas. Quiero decir que aquella mujer sabía que yo no era su nieto Robert. Estaba vieja y chocha, pero no tanto como para no notar la diferencia entre un extraño y su propio nieto. Pero la hacía feliz fingir, y puesto que yo no tenía nada mejor que hacer, me alegré de seguirle la corriente.
“Entro en el cuarto de baño y, apiladas contra la pared al lado de la ducha, veo un montón de seis o siete cámaras. De treinta y cinco milímetros, completamente nuevas, aún en sus cajas, mercancía de primera calidad. Deduzco que eso es obra del verdadero Robert, un sitio donde almacenar botín reciente. Yo no había hecho una foto en mi vida, y ciertamente nunca había robado nada, pero en cuanto veo esas cámaras en el cuarto de baño, decido que quiero una para mí. Así de sencillo. Y, sin pararme a pensarlo, me meto una de las cajas bajo “Así que entramos en el apartamento y pasamos el el brazo y vuelvo al cuarto de estar. día juntos. Aquello era un verdadero basurero, po- “No debí ausentarme más de unos minutos, pero dría añadir, pero ¿qué otra cosa se puede esperar en ese tiempo la abuela Ethel se había quedado de una ciega que se ocupa ella misma de la casa? dormida en su butaca. Demasiado Chianti, suponCada vez que me preguntaba cómo estaba, yo le go. Entré en la cocina para fregar los platos y ella mentía. Le dije que había encontrado un buen tra- siguió durmiendo a pesar del ruido, roncando como bajo en un estanco, le dije que estaba a punto de un bebé. No parecía lógico molestarla, así que decasarme, le conté cien cuentos chinos, y ella hizo cidí marcharme. Ni siquiera podía escribirle una como que se los creía todos. nota de despedida, puesto que era ciega y todo “–Eso es estupendo, Robert —decía, asintiendo eso, así que simplemente me fui. Dejé la cartera de con la cabeza y sonriendo—. Siempre supe que las su nieto en la mesa, cogí la cámara otra vez y salí del apartamento. Y ése es el final de la historia. cosas te saldrían bien. “A1 cabo de un rato empecé a tener hambre. No parecía haber mucha comida en la casa, así que me fui a una tienda del barrio y llevé un montón de cosas. Un pollo precocinado, sopa de verduras, un recipiente de ensalada de patatas, pastel de chocolate, toda clase de cosas. Ethel tenía un par de botellas de vino guardadas en su dormitorio, así que entre los dos conseguimos preparar una comida de Navidad bastante decente. Recuerdo que los dos nos pusimos un poco alegres con el vino, y cuando terminamos de comer fuimos a sentarnos en el cuarto de estar, donde las butacas eran más cómodas. Yo tenía que hacer pis, así que me disculpé y fui al cuarto de baño que había en el pasillo. Fue entonces cuando las cosas dieron otro giro. Ya era bastante disparatado que hiciera el numerito de ser el nieto de Ethel, pero lo que hice
—¿Volviste alguna vez? —le pregunté. —Una sola —contestó—. Unos tres o cuatro meses después. Me sentía tan mal por haber robado la cámara que ni siquiera la había usado aún. Finalmente tomé la decisión de devolverla, pero la abuela Ethel ya no estaba allí. No sé qué le había pasado, pero en el apartamento vivía otra persona y no sabía decirme dónde estaba ella. —Probablemente había muerto. —Sí, probablemente. —Lo cual quiere decir que pasó su última Navidad contigo. —Supongo que sí. Nunca se me había ocurrido pensarlo.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 —Fue una buena obra, Auggie. Hiciste algo muy contado y no me deberás nada. bonito por ella. —Excepto el almuerzo. —Le mentí, y luego le robé. No veo cómo puedes —Eso es. Excepto el almuerzo. llamarle a eso una buena obra.
—La hiciste feliz. Y además la cámara era robada. No es como si la persona a quien se la quitaste Devolví la sonrisa de Auggie con otra mía y luego llamé al camarero y pedí la cuenta. fuese su verdadero propietario. Paul Auster
—Todo por el arte, ¿eh, Paul? —Yo no diría eso. Pero por lo menos le has dado un buen uso a la cámara. —Y ahora tú tienes tu cuento de Navidad, ¿no? —Sí —dije—. Supongo que sí.
Hice una pausa durante un momento, mirando a Auggie mientras una sonrisa malévola se extendía por su cara. Yo no podía estar seguro, pero la expresión de sus ojos en aquel momento era tan misteriosa, tan llena del resplandor de algún placer interior, que repentinamente se me ocurrió que se había inventado toda la historia. Estuve a punto de preguntarle si se había quedado conmigo, pero luego comprendí que nunca me lo diría. Me había embaucado, y eso era lo único que importaba. Mientras haya una persona que se la crea, no hay ninguna historia que no pueda ser verdad. —Eres un as, Auggie —dije—. Gracias por ayudarme. —Siempre que quieras —contestó él, mirándome aún con aquella luz maníaca en los ojos—. Después de todo, si no puedes compartir tus secretos con los amigos, ¿qué clase de amigo eres? —Supongo que estoy en deuda contigo. —No, no. Simplemente escríbela como yo te la he 39
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
COMENTARIO DE LIBROS Por Irene Marks NELIDA ARP: UN VIAJE NOCTURNO A PARTIR DE LAS 0:30 HS
apropiada de Marcos Silber que da inicio al libro: “y entró y salió de los días”. En este 0.30 hs el yo lírico viaja por los tiempos en que la magia era moneda corriente (“Escucharé las antiguas historias del Búho Blanco del Invierno”) y lo mítico se consideraba natural (“el Pájaro Azul que anida en ramas de oro”). Para eso, se alejará de todo reflejo de la aparente realidad (“taparé los espejos”) ya que busca ahondar en otra zona para perder el “yo” y entrar en nuevas dimensiones. nuevas dimensiones.
Ya embarcada en su travesía, nos dirá que “la noche descubrirá sus habitaciones de esplendor y tragedia”. Por eso, en un espacio tiempo diferentes, a medida que la noche avanza, entrará en otra zona con imágenes simbólicas de lo siniestro y a la vez inocente: “muñecas de porcelana (en retirada) En este libro la autora se abre hacia otras di- bordan camisas de seda”. El lujo, la nostalgia y la mensiones, quiebra límites, nos recuerda que más opresión rondan a esas muñecas en el espacio nocallá del tiempo y el espacio aparentemente reales turno visitado. existen otro tiempo-espacio en el universo infinito. Pero este viaje se vuelve ilimitado y se torna Su estilo despojado y de gran lirismo, nombra con claridad el camino a trazar y los ya transitados para metafísico. Ya no es el espejo sino la “Luna de agua” que “se desploma”, o sea que desaparece pallevarnos de nuevo al punto de partida. ra dar lugar a otra realidad. Hay un extrañamiento Como parte del cosmos, la voz hurga con la total del visionario: “avanza la carroza roja, con su lucidez de una iniciada en la persistencia de lo kár- carga de esferas celestes”, donde lo onírico toma mico, el camino del sufrimiento cuya existencia ex- posesión de la palabra, porque cobra también gran plica diciendo: “aún no he saldado mi deuda”. fuerza en la vida de la poeta, que percibe la totaliEn la noche sucederá ese extrañamiento que dad “atravesando mundos desconocidos” y enumela conducirá a decir : “en metales extraños acuño ra, busca, advierte sobre los “ríos detenidos en sus cauces” que sin embargo, constatará desesperanmonedas”. zada, no proporcionan lo deseado, el fin de la rueda El tiempo kármico de la espera “de siglo en kármica: “sin bancos de arena para detener el tiemsiglo” se hace notar ante el dolor y la falta de res- po”. puestas. Esta actividad halla eco en la cita muy 40
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 todo, es “solo de ausencia”. Hay un dolor total, que la conduce a preferir las otras dimensiones porque: “No quiero que se repita la mañana”. No desea perder “el camino de piedras preciosas”, esa visualidad maravillosa que puebla este libro. Anhela vivir en lugares que ya no son, con gente que ya no es, vencer a la muerte: “Que las jarras ya no viertan cenizas”.
pueden ser obviados eternamente: “A veces, el corazón es toda la sangre y el Universo con sus espejos de plata y el tiempo sin fin”. Este último poema nos hace recordar al sentimiento vertido por un maravilloso poeta, Miguel Hernández, cuando nos dice “Me sobra el corazón”.
La poeta reconoce su condena kármica: “Uncida a mi noria de platino, sin horas (…) ando y desando el círculo donde brillan los diamantes negros”. Los símbolos del rojo, el negro, el brillo de lo nocturno y lunar, nos acompañan y muestran cómo la voz custodia lo amado, lo ya muerto, porque nada No hay más que un lúgubre futuro en el día, más hermoso habrá de hallar y lo sabe. El sol, “en porque “la madrugada es un planeta arrasado”. Ha- un horizonte en llamas” no podrá reemplazar ese brá en esa madrugada “un eco, una voz”. Sin em- brillo adorado de lo perdido. bargo, será en la noche donde descubrirá la espeHay terribles presagios que el yo lírico valienranza porque ”Un camino, sin árboles y sin luna, (…) temente mira con los ojos visionarios bien abiertos: cruza el mundo”. Los paisajes no son sonoros pero “Cruza la Luna negra por la noche harapienta”. El sí coloridos, “pájaros sorprendentes, rojos, amarillos, dolor todo lo invade, hasta las visiones: “la ceniza blancos, abren túneles en el aire espeso”. Ese aire alcanza el sol y borra una palabra”. Este último verespeso es la fuerza de lo onírico en la que el yo líri- so es desolador, porque conlleva una muerte junto co se pierde y se abandona. Abre sus túneles por- con la palabra, esa palabra que es señal de vida. que el dolor la lleva, sus pájaros son “ciegos”, o sea En la tercera y última parte hay una cita de que la búsqueda será dificilísima, heroica. Hay una luz pesadillesca de fuegos y caminos rojos, donde la una Cantaora andaluza, que vierte su lamento difalta de sonido convierte la escena en una zona fan- ciendo: “se me caen las lágrimas”. tasmal: “Avanzan hacia las hogueras callados pastores”. La tercera parte del libro será a su vez la más Hay tanta sombra, tanto dolor en este libro, metafísica y la más conectada con este Mundo:” Detanta búsqueda total como de quien todo lo ha perdilante de mí, la sombra de un lobo”. Como quien do, que nos alegramos de pronto cuando “De pronabraza su terror, le pone nombres. Así será, porque, to, un arco iris cruza la filigrana del agua”. El sacrifia mi entender, ya no solo se busca con el sentimiencio no ha sido en vano: “Una puerta se abre en la to, con lo onírico, sino con la mente. Hay una entranoche”. La voz que nos cuenta esta aventura confie- da de la razón que nos desconcierta porque torna lo sa que “Hoy (¿solo hoy?) me alejo del mundo”, y onírico aun más tangible. “En el camino, en la nonos señala que “buscaré otro Mundo”, porque el so- che, sorprende un bar azul”. Ese bar azul será todo nido de este mundo “no es canto”. un símbolo donde se cruzan las coordenadas y paDesgarramiento sin fin es la vida, cuando la reciera que lo real y lo onírico conversan (“Allí están lucidez y la sensibilidad nos condenan a ver y a sen- olvidadas las cosas del Mundo”) y se logra un nuevo tir con fuerza:”A veces, la sangre es una fina aguja nivel de conocimiento: “Sobre cristales, en silencio, en el corazón.” Porque el sentimiento, la pérdida, no rueda el sonido del Cosmos”. En la segunda parte, el dolor es abierto y el viaje se intensifica cuando “La lluvia espesa, oscura, cae en la ciudad desconocida y vacía”. A la ausencia de sonidos y la oscuridad sigue la magia del descubrimiento: “Incrédulos, los rubíes flotan en el río”.
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 El yo lírico buscará superar lo mediato, lo demasiado cercano y prosaico porque en la desaparición está la amplitud, lo abarcativo del conocimiento: “Quiero borrar mi nombre del desierto”. Su ruego netamente espiritual nos dirá sus anhelos con referencia a su nombre, que representa evidentemente a su ser: “Que habite en un pájaro desconocido” y “Que cruce inabarcables bosques de ámbar”, o sea, busca el vuelo sin límites. Su sueño es “Alcanzar el Universo y todos sus Reinos” y aun más: “Alcanzar el sueño que se oculta más allá de todos sus Reinos”. Lo inefable y oculto, lo más esquivo será la meta de su búsqueda.
La fuerza y el viaje de este libro, nacido del dolor y de la conciencia de una realidad hostil, lleva a la poeta a ahondar en dimensiones donde la palabra “cósmico “es también la ruta hacia lo oculto, y lo onírico se torna realidad palpable .
Del sufrimiento surgen las actividades donde el dolor se torna belleza: “Recolecto estrellas negras en una cesta de oro”. La búsqueda con los ojos bien abiertos no evita los malos presagios, al contrario, los persigue: “espejos partidos anticipan que la luz huye”, porque esos espejos rotos, conducen a “la noche brillante que guardás en tu corazón”. Por eso la misma pena será el camino “Espejito, espejito, quiero entrar en tu mundo”. Con el amanecer llegará la lucha, la contraposición de realidades:” se combate por decir y no decir”. Pero se advierte, que hay “negros pozos donde arde la memoria” y lo maravilloso se da “Cuando es posible pactar con un sueño, para que regrese cada madrugada”.
La palabra se convertirá en el diamante que el yo lírico guarda en la garganta, que se tornará, ya negro, ya rojo, ya azul, ya negro. El brillo de lo oscuro nos garantiza su permanencia, y además su resistencia, porque ¿puede haber un material más resistente que un diamante? La voz resiste y vence, y su victoria mostrará su trofeo: “El silencio en una caja de oro, salvado”. 42
Irene Marks
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
CUANDO ESCRIBIR NO ES UNA CUESTIÓN DE EDAD POR LILIANA VARELA grande. Ahora el joven tiene 12 años y sigue siendo conocido por ser el escritor más joven que ha publicado una obra.
CUANDO ESCRIBIR NO ES UNA CUESTIÓN DE EDAD
Muchas veces hemos escuchado decir a algún escritor: “ Comencé de grande a escribir” , “Escribo desde que era pequeño” etc.
Pero algunas webs señalan que la autora más joven es una niña de cuatro años que escribió un libro llamado “How the world started” dedicado a su abuela. Dicha niña es Dorothy Straight, quién publicó su obra en los años 60 gracias a que sus padres enviaron la obra a una editorial.
En todos los casos nos parece que el escribir tiende a construirse (o manifestarse) en una franja temporal determinada de la vida de una persona. Nos asombramos a veces cuando alguien afirma que comenzó a escribir después de los 60 o 70 años, y obviamente, no nos parece real (o verosímil) que alguien escriba como para ser publicado cuando tiene 4 ó 5 años de edad. Pero en todo caso, hay que derribar estereotipos y No nos olvidemos tampoco del genial Lope de Vepensar que la escritura no es una cuestión de ga, que se estrenó como dramaturgo con tan sólo doce años; o el caso de Anna Frank, que tenía edad; y sino analicemos estos casos: trece años cuando escribió su famoso diario (que hoy día se mantiene vivo). Christopher Beale, un niño suizo de seis años – hijo de padre novelista- escribió (a esa edad) “This and last season’s excursions”, una historia que transcurre en una ciudad inventada. Él es el protagonista y está acompañado, como todos los héroes . de los cuentos, por sus inseparables amigos: su perro y su gatita. La novela se publicó en 2006 y poco tiempo después, comenzó con la siguiente. Además, decidió traducirla al italiano. El niño es todo un prodigio: habla inglés e italiano y quiere estudiar alemán cuando sea un poco más 43
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 Otro Nobel, José Saramago, se estableció como escritor a los 60 tras un intento a los 25.
Y vayamos ahora a las antípodas de estos ejemplos: Como vemos el hecho de escribir no tiene que ver mucho con la edad, así que lo mejor será dejarnos llevar por el impulso de escribir sin detenernos a pensar en la edad.
Liliana Varela
Toni Morrison, premio Nobel de literatura, confesó una vez que le era imposible escribir de manera
regular. La escritora afroamericana tenía un trabajo más o menos convencional de nueve a cinco, daba clases y además tenía que criar sola a dos hijos. Morrison no publicó su primer libro hasta los 40, pero 22 años más tarde ya tenía Nobel y Pulitzer
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE Por Malcolm Peñaranda No pasa nada allí, ni siquiera los zancudos, Se ven
La calle que no lleva a ninguna parte
apenas un par de carros que arriman a la gasolinera y en el bar hay un par de luces que te hacen suponer que hay gente adentro. Es tierra de mormones y llego a asumir que no mucha gente va a ese bar ni
Serie: PUEBLO CHICO,
se emborracha.
INFIERNO GRANDE
En menos de diez minutos lo alcanzamos a recorrer y me llego a fijar en una calle que no va a ninguna
Infierno inspirador: Malad
parte. Tiene unas cuantas casas y un local comercial
Provincia, Estado, Región o Departamen-
que no logro identificar desde el carro. No se ve un alma. Tampoco se escucha nada, ni siquiera el ruido
to: Idaho (Estados Unidos)
de televisores que siempre se escucha en cualquier pueblo al caer la noche. Es como si el tan cacareado apocalipsis zombi fuese
Malad es uno de esos pueblos tan en medio de nin- a tener lugar allí. Una de las casas parece tener fanguna parte que te preguntás si los dioses de la mito- tasma propio. Es una casa descuidada y lúgubre, de logía griega jugaron a castigarlo por algo malo que esas en las que viven abuelos gruñones que ahuhicieron sus mortales. yentan a sus nietos y atraen a los realizadores de Para empezar, su nombre viene de la palabra fran- películas de terror.
Sus ventanas tienen cortinas
cesa “malade” pues bautizaron a su río “Rivière gruesas que no dejan ver el asesino del hacha que aux Malades” porque allí se enfermaban los trampe- Hollywood instaló en tus recuerdos para siempre. No hay signos de vida en esa calle, ni siquiera un gato
ros que llegaban desde Quebec.
Lo conocí sin proponérmelo. Fui allí a llevarle un ce-
que la atraviese.
lular que le había comprado su mamá a una de mis El tiempo parece haber dejado de correr en esa caprimitas gringas. Y pese a ser verano, el lugar pare- lle. Da la impresión de estar así desde los tiempos cía un pueblo fantasma. Muy poca gente en las ca- del salvaje oeste. El viento no corre, No hay niños ni lles, unas cuantas calles y poco qué hacer. Si no te bicicletas, tampoco vecinas chismosas. Las casas morís de aburrimiento, viene la muerte y te pellizca no tienen tapete de bienvenidos ni macetas exterpor retarla.
nas. 45
De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13 No invitan a visitarlas. Hay un carro parqueado aburrir la primita esas dos semanas de verano con afuera de una casa. Su estado es descuidado y su- su padre. Atrás queda un lugar de esa América procio. Parece que lo hubieran abandonado allí.
funda, de esa que no representa el primer mundo y que solamente se ve agradable en Google, pero
que pocos se atreven a visitar. No imagino estar allí
Diagonal a la calle vuelvo a ver la gasolinera que ya
en un invierno. Si en verano se ve tan hostil, en in-
no tiene un solo carro tanqueando. Se ve una luz
vierno seguro salís corriendo. Corriendo por esa ca-
tenue y un minimercado adyacente que tampoco
lle sin vida que no lleva a ninguna parte.
parece tener clientes. Las luces de todo el pueblo son tenues y le dan una imagen de lugar inhóspito y aterrador que te siguen recordando las películas de terror. No es uno de esos pueblos dormitorio para
© 2019, Malcolm Peñaranda.
justificar tanta soledad en verano, pues ni siquiera hay universidades o fábricas en la zona. Es simplemente un lugar que quizás nadie visita por falta de atractivos. Cuando salimos de tan fantasmagórico pueblo, le pregunto a mi prima cómo pudo vivir allí tanto tiempo mientras estuvo casada. Ella entre carcajadas me contesta que una mujer enamorada hace todo tipo de sacrificios. Volvemos a Utah comentando las singularidades de Malad y lo mucho que se va a
FELIZ NAVIDAD FELIZ NUEVO AÑO BIENVENIDO 2020
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De “Muestrario de Palabras”- Noviembre-Diciembre 2019- Año VI- Nº 13
Llegamos al número 13 de nuestra revista en este casi veranoinvierno, según donde estés, querido lector, de 2019.
GRACIAS por permitirnos contar con ustedes, por dejarnos entrar en vuestros hogares y difundir sus trabajos; por sobre todo, leernos. Palabras al Sol nació en el imaginario de un grupo de amigos de una lista de yahoo de literatura; hoy día la tecnología y el progresó superó ampliamente el alcance que poseían estos formatos digitales. Después de varios años pensamos en retomar el trabajo, porque más que trabajo, es un placer. Quedaron artífices en el camino de la vida: Carlos Adalberto Fernández, Jorge Luis Estrella, Raquel Teppich. Pero seguimos y pensamos hacerlo durante mucho tiempo o hasta que ustedes dejen de leernos. Agradezco a la comisión de la revista 2017: Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia), Blanca Barojiana (España), Emilio Medina Muñoz (España), Elisabet Cincotta (Argentina) y Liliana Varela (Argentina) y a todos los nuevos colaboradores que se sumaron a través de este 2019. Y sigamos editando! Nos vemos en febrero-marzo 2020! Liliana Varela 47