Revista awasca 26

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AWASCA 26 Revista del Taller de Escritores ISSN 0120-0186

Departamento de Humanidades y Filosofía Facultad de Ciencias Humanas Universidad de Nariño No. 26. Año, 2014


TALLER DE ESCRITORES “AWASCA” 1974 - 2014 ISSN 0120-0186 AWASCA No. 26 REVISTA DEL TALLER DE ESCRITORES JAVIER RODRIGUEZ ROSALES Director DAIRA MILENA GALEANO PALACIOS Monitora Semestre B 2013 Integrantes: GLADIS DE LA CRUZ GÓMEZ DAIRA GALEANO PALACIOS DAGGO PORTILLA RODRIGUEZ EDISSON MARTINEZ ACHICANOY DAVID EDUARDO POTOSÍ TULCÁN ALEXIS USCATEGUI NARVAEZ CESAR ELIECER VILLOTA ERASO CHRISTIAN DAVID CERON DANNER ALVAREZ AYALA ADRIANA CAROLINA GUERRERO

JUAN MANUEL ERASO CHÁVES SANDRA MUÑOZ DELGADO VIVIANA MERCHAN GARCIA DEICY MENESES REYES JORGE ERNESTO GUANCHA SOLÍS LUIS ANGEL CAICEDO - LANDO SONIA GUADALUPE ARIAS RICARDO MISNAZA SANDRA MEJIA VALLEJOS ALVARO LEON PERICO

Portada, contraportada y páginas interiores: HERNÁN CÓRDOBA. COMITÉ EDITORIAL INTERNACIONAL: FERNANDO NEIRA (Universidad Nacional Autónoma de México) ABRAHAM HUAMAN ALMIRON (Universidad Nacional de Ucayali-ESFAP “Eduardo Meza Sarabia” de Pucallpa, Perú) ANGEL HECTOR GOMEZ LANDEO (Perú) VICENTE ROBALINO (Pontificia Universidad Católica del Ecuador) NACIONAL: FABIO JURADO VALENCIA (Universidad Nacional de Colombia) BERNARDO JAVIER TOBAR (Universidad del Cauca) CARLOS VÁSQUEZ-ZAWADZKI (Universidad del Valle) JULIO CESAR GOYES NARVAEZ (Universidad Nacional de Colombia) ALFREDO ORTIZ MONTERO (Universidad de Nariño)


UNIVERSIDAD DE NARIÑO

Rector JOSE EDMUNDO CALVACHE LOPEZ Vicerrectora Académica LUZ STELLA LAGOS MORA Vice-rector Administrativo GERMAN ARTEAGA MENESES Vice-rector de Investigaciones, Postgrados y Relaciones Internacionales -VIPRIFREDY HERNÁN VILLALOBOS GALVIS FERNANDO GUERRERO FARINANGO Secretario General MANUEL ENRIQUE MARTINEZ RIASCOS Decano Facultad de Ciencias Humanas MARIA VERONICA ARIAS Directora Departamento de Humanidades y Filosofía

TALLER DE ESCRITORES “AWASCA” Departamento de Humanidades y Filosofía Universidad de Nariño Calle 8 No. 33-127 Avenida Panamericana Bloque 5 Oficina 503 Pasto, Nariño, Colombia



Revista del Taller de Escritores CONTENIDO Pág. PRESENTACIÓN JAVIER RODRIZALES

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NARRATIVA JUAN MANUEL ERASO SANDRA MUÑOZ DELGADO ALEXIS USCATEGUI NARVAEZ SOFÍA CELI RAMOS JERÓNIMO ROJAS DIAZ RUBY CECILIA SANTANDER JAVIER ROSERO CALDERÓN ALEJANDRO REYES

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ENSAYO ANDRES HERRERA FREDY PUENTES YESID NIÑO ARTEAGA JOSÉ RAFAEL MAFLA LUIS FERNANDO VEGA ROJAS – ADRIANA JULIA E. RUALES ARCOS

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POESIA LUIS HERNANDO REINOSO SANTOS JAIRO RODRÍGUEZ ROSALES SONIA GUADALUPE ARIAS GLADIS DE LA CRUZ GOMEZ DEICY MENESES REYES SANDRA MEJÍA VALLEJOS LUZ ELIDA VERA HERNÁNDEZ ALVARO LEÓN PERICO RICARDO MISNAZA VIVIANA MERCHAN GARCIA ADRIANA CAROLINA GUERRERO DANNER ÁLVAREZ AYALA CARLOS PALMA URBANO LUIS RAMON LÓPEZ MORA HÉCTOR PLINIO PANTOJA LÓPEZ

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REPORTAJE FERNANDO PALACIOS VALENCIA

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DISPERSIONES EDISSON MARTINEZ ACHICANOY

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Revista del Taller de Escritores

Presentaci贸n

Hernan C贸rdoba

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Revista del Taller de Escritores TALLER DE ESCRITORES “AWASCA” (1974-2014) En las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, se sucedieron cambios importantes en la literatura y en la cultura de América Latina, Nuestra América, como la llamara José Martí. El cambio en la noción de Literatura y el Boom traspasaron las fronteras con el Realismo Mágico, la Poesía Conversacional, la Literatura Documental, y por supuesto los Talleres Literarios, con sus antecedentes, los centros, las escuelas, las academias y las tertulias literarias. En el departamento de Nariño, a finales de los sesenta y principios de los setenta, se sucedieron hechos importantes que van a incidir de manera importante en el desarrollo literario y cultural, y en la formación de una nueva generación de escritores e investigadores. La irrupción de un grupo de intelectuales llegados de otras regiones del país y del mundo, quienes se refugiaron en diferentes programas y facultades de la Universidad de Nariño, en momentos de plena agitación del movimiento estudiantil y político que recorría las ciudades latinoamericanas. Entre ellos, se destacan profesores, escritores e investigadores de economía, ciencias sociales, filosofía, matemáticas, física, literatura, lingüística, derecho, sociología, psicología, como: Remigio Rosario Fiore Fortezza (Italia), Socorro Betancourt, José Miguel Wilches, William Uribe Parra, Alvaro Molina Mallarino, Ricardo Sánchez, Gustavo Alvarez Gardeazábal, Raúl Gómez, Humberto Márquez Castaño, Alvaro Morales Aguilar, Ricardo Cuellar Valencia, Rosa Cristina Martínez, Claude Toulliou (Francia), Alvaro Yie Polo, Víctor Paz Otero, Nelson Aníbal Gómez, Alvaro Mondragón, Harold Alvarado Tenorio, Miguel Angel Ochoa, Anne Marie Sallanave (Francia), León Zuleta Ruiz, quienes desde la academia, y junto a la intelectualidad nariñense, contribuyeron a forjar nuevas generaciones de profesionales, escritores e investigadores con una visión latinoamericana y universal.1 En referencia a la importancia de los Talleres Literarios en Colombia, el escritor Eutiquio Leal, uno de los pioneros del movimiento tallerístico, señala lo siguiente: “Esto de los Talleres de Literatura ha sido inspirado en la actividad artesanal característica de la Edad Media asiática y europea. En los Talleres de los maestros y artesanos no se teorizaba, propiamente; o, al menos, esto no era la actividad primaria y definitiva. Allí se partía del ejercicio laboral, del trabajo, de la práctica creadora, y ésta se pensaba luego o en el curso del proceso productivo. Entonces maestros y operarios decantaban ideas, conceptos, técnicas y principios generales, que asumían como leyes de la producción, de su proceso y de las obras ya elaboradas. Todo lo anterior llegaba a ser lo que hoy llamamos la teoría de cada área de conocimiento, de cada profesión u oficio, y de las obras producidas. Es decir, las teorías que iluminaba toda la práctica profesional o artesanal. En los Talleres del artesanado medieval la teoría surgió de la práctica. Se aprendía viendo al maestro y haciendo, y se perfeccionaba practicando; se

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Revista del Taller de Escritores teorizaba después o simultáneamente con el trabajo de naturaleza manual/ mental. Más o menos así mismo ocurría en los Talleres de los artistas de aquella época, y que hoy recordamos como los grandes Maestros de la pintura y la música, de la danza y la ópera, del teatro y la escultura, etc. Por supuesto con la especificidad de que estos Talleres la relación de su trabajo artístico era (y sigue siendo) mental/manual. Hoy, algunos prefieren llamar estudios a sus sitios de trabajo artístico. En lo fundamental, es cuestión de nombre, siempre que no se trate de crear en forma exclusivamente individual e individualista. Desde luego que los genios del arte nunca han necesitado concurrir a Talleres ajenos, casi no trabajaron en grupo, ni tenían por qué aceptar coordinadores o directores de su labor, de su proceso creador ni de sus obras maestras. Para ellos esto jamás será necesario ni admisible. Por algo son Genios”.2 En relación a los inicios del movimiento tallerístico literario en Colombia, Eutiquio Leal, destaca lo siguiente: “… significa referirse a un ensayo y a un período relativamente limitados, en comparación con otros países. Uno y otro, conjugados en cierta práctica y cierta teorización que se ha venido enriqueciendo y cualificando al transcurso de más de veinticinco años, con la práctica de varias personas que han partido del ejemplo y computado aciertos y desaciertos, teorías, métodos, técnicas, tendencias y crítica de todo género. Es decir, a partir de una empiria y unas ideas necesariamente en proceso de formación y de mejoramiento. En este aspecto hay que nombrar a los colegas Otto Ricardo Torres, Manuel Mejía Vallejo, Isaías Peña Gutiérrez, Mario Escobar Velásquez, Javier Rodrizales, Bruno Mazzoldi, Arnoldo Ramírez y muchos otros que vienen después. Cuando en 1961 emprendimos esta aventura en Cartagena, desde luego jamás nos imaginamos la importancia de nuestra iniciativa, y mucho menos calculamos (ninguno de estos asuntos nos preocupaba entonces) las proyecciones y el desarrollo que tal comienzo iría a lograr en el futuro de la literatura contemporánea. Parece que se trata de una ley general de la historia: quienes la construyen nunca se forman conciencia de lo que están haciendo en su presente, o al menos no lo importatizan, no les interesa ni miden sus alcances en el devenir histórico”.3 En ese contexto nace el Taller de Escritores “Awasca” en 1974, creado por el Consejo Directivo de la Universidad de Nariño, mediante Acuerdo Número 019 del 18 de enero de ese mismo año, siendo sus más destacados impulsores, los profesores del Departamento de Humanidades y Filosofía: Alberto Quijano Guerrero, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Humberto Márquez Castaño y Nelson Goyes Ortega. El Acuerdo que está firmado por el Presidente y el Secretario

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Revista del Taller de Escritores del Consejo Directivo de la Universidad de Nariño, doctores Eduardo Alvarado Hurtado y Lucio Enrique Rodríguez, respectivamente, en relación a los objetivos y finalidad del Taller, estableció lo siguiente: “ARTICULO 1º.- Crear en la Universidad de Nariño un taller de escritores, cuyo nombre será resuelto conjuntamente por los Departamentos de Humanidades y Extensión Cultural de la Universidad. ARTICULO 2º.- El taller estará dirigido y reglamentado por su Director o directores, que será designado (o designados) por el Decano de la Facultad de Educación, previa consulta al Departamento de Humanidades y a los integrantes del taller cuando los hubiere. ARTICULO 3º.- El Decano de la Facultad y el Departamento de Humanidades decidirán si el taller debe ser dirigido por un solo profesor o por varios. ARTICULO 4º.- Objetivos del taller: los principales objetivos de este taller son despertar, orientar, fomentar y formar adecuadamente todos aquellos valores que demuestren una clara vocación para el cultivo de la literatura en cualquiera de sus múltiples expresiones, obligándolos mediante el trabajo continuo a una producción permanente. ARTICULO 5º.- Para su funcionamiento y desarrollo en cuanto a los aspectos administrativo y pedagógico, el taller dependerá del Departamento de Humanidades, y para los efectos de publicaciones y extensión, del Departamento de Extensión Cultural. ARTICULO 6º.- El taller tendrá como finalidad la función literaria en su producción y publicación en forma crítica y dirigida. Para lograrlo, deberá programar conferencias, seminarios, cursos intensivos, mesas redondas, etc., que no vayan en contra de los objetivos generales.4 En referencia a los integrantes y funciones del Director del Taller, el Acuerdo dispuso: “ARTICULO 7º.- El taller estará abierto para todos aquellos escritores, sin ningún distingo, que demostraren aptitudes literarias, a juicio del o los directores del mismo. ARTICULO 8º.- Son atribuciones del o los directores: a) Reunir, mediante selección por entrevistas y trabajos presentados por los aspirantes, el personal que integrará el taller. b) Someter a la misma selección a todas las personas que sin ser previamente llamadas, solicitaren por escrito su vinculación al mismo. c) Expedir las credenciales a los aspirantes aceptados, los cuales pueden ser de dentro o fuera de la Universidad. d) Programar los cursillos, conferencias, seminarios, etc., que fueren precisos para cada semestre de trabajo en el taller. e) Dirigir toda la labor del taller y mantener la disciplina de trabajo, organización y publicación dentro del mismo. f) Dirigir la publicación del taller. g) Representar al taller ante las directivas de la universidad y los departamentos de Humanidades y Extensión Cultural. ARTICULO 9º.- El período del director o los directores será de un (1) año, contado a partir del semestre de su elección, pero podrá ser reelegido para su cargo. ARTICULO 10º.- Las horas que el director o los directores dediquen al

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Revista del Taller de Escritores taller tendrán validez para efectos de la determinación de su carga académica en el o los Departamentos o Facultades de que dependieren”.5 Respecto al funcionamiento y órgano de divulgación del Taller de Escritores “Awasca”, el Acuerdo 019 de 1974, determinó: “ARTICULO 11º.- Son normas generales para el funcionamiento del taller: a) Verificar una reunión semanal. b) El Director, o los directores, conforme con la voluntad de los miembros del taller, decidirá, al principio de cada semestre, el o los géneros literarios sobre los cuales se trabajará de acuerdo con las posibilidades artísticas de los integrantes y las necesidades más urgentes del pensamiento. Las conferencias, cursos, y concursos, etc., se irán programando según las exigencias y viabilidades que se observaren en el proceso del trabajo de cada semestre. c) El taller tendrá una publicación bimensual, y se aplicará a la divulgación exclusiva del trabajo del mismo, buscando siempre la máxima variedad temática y la mejor expresión artística, ideológica, y tipográfica. d) Sólo podrán ser incluidos trabajos de personas no integrantes del taller, cuando a juicio del Director y los miembros del Consejo de Redacción, el trabajo sean de una alta calidad y edificación benéfica para los integrantes del taller o la divulgación literaria de nuevos valores desconocidos, o de valores consagrados, cuyo pensamiento o creación sirvan de estímulo y garantía para los mismos. ARTICULO 12º.- Los candidatos a miembros del taller serán inscritos y luego citados a la entrevista, en la cual se revisará todo el trabajo realizado por el candidato hasta el momento, y se discutirá con él la calidad del mismo. ARTICULO 13º.- Los profesores del Departamento de Humanidades, y el Director de Extensión Cultural son miembros del taller por derecho propio. ARTICULO 14º.- Los miembros del taller podrán ser excluidos del mismo, cuando a juicio de o los directores no rindan los resultados literarios esperados, o cuando su disciplina de trabajo lesione los intereses de cualquier índole de los integrantes. El participante antes de ser sancionado deberá ser notificado por escrito, escuchado por el director, y tendrá la opción de recurrir al Jefe del Departamento de Humanidades y el Decano de la Facultad, para buscar su entendimiento con el taller en reunión plenaria con el director y los integrantes del taller, antes de ser readmitido y notificarle las condiciones de su reintegro. ARTICULO 15º.- La Universidad costeará la publicación del órgano de difusión del taller y garantiza su dotación en sus elementos mínimos. Su costo será imputado al presupuesto general de gastos de la Universidad. ARTICULO 16º.- El Director podrá ser removido de su cargo, cuando a juicio de los integrantes o el Departamento de Humanidades, no esté cumpliendo correctamente con el desempeño de las funciones a él encomendadas.

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Revista del Taller de Escritores ARTICULO 17º.- El órgano de publicidad del taller no podrá ser censurado respecto a los contenidos de sus publicaciones, salvo cuando carecieren de calidades literarias suficientes y su estudio y decisión corresponderán al Departamentos de Humanidades y Oficina de Extensión Cultural. ARTICULO 18º.- Los dos Departamentos mencionados fijarán el nombre de la publicación y el taller y podrá cambiarlos cuando las circunstancias lo recomendaren. ARTICULO 19º.- Los dos Departamentos de Humanidades, y Extensión Cultural, conjuntamente con el Decano de la Facultad de Educación y los miembros del taller, reglamentarán las fallas u omisiones que se observaren en el presente Acuerdo, o las modificarán de conformidad con las necesidades que surjan a lo largo de la experiencia en el trabajo”.6 En la primera edición de la revista del Taller de Escritores “Awasca” (1977), entonces dirigido por el escritor caldense Humberto Márquez Castaño, se destacan los siguientes artículos: La creación Literaria, de Manuel Martínez Riascos; Hacia Walt Whitman, de Harold Alvarado Tenorio; Por un cambio de la docencia y el aprendizaje literarios, de Nelson Goyes Ortega; los poemas de Guadalupe Patiño Meza, Silvio Sánchez Fajardo y Jorge Eliécer Bastidas; los cuentos: la encantadora historia del pueblo de los sonámbulos de Álvaro Morales Aguilar, y El ventarrón o si la joda es jodiendo de Humberto Márquez Castaño. Cierra esta primera edición, un traducción del profesor Gonzalo Jiménez Mahecha, titulada “El arte griego: los comienzos y la Grecia geométrica”. En la Presentación de este primer número de la revista del Taller de Escritores “Awasca”, Alberto Quijano Guerrero, hace una excelente disertación sobre el significado de la voz quechua Awasca, y su relación con el contexto incaico, el arte y la cultura, la lectura y la escritura; también se refiere Quijano Guerrero a las perspectivas del Taller. Veamos: “Con este vocablo, de pura estirpe incaica, se denomina el primer Taller Literario que, como iniciativa del Departamento de Humanidades de la Facultad de Educación, centraliza en la Universidad de Nariño los ideales comunes de imprimir a la lengua un contenido más allá de lo cuotidiano. Etimológicamente, Awasca significa tejido. Bien vista la palabra, se advierte en ella que con precisión artística entrelaza una vocal tres veces repetida, al principio, al centro y al final, con tres consonantes que al urdir a textura fonética, pregonan el acabado de la trama. Ahí está el sortilegio del Quechua con su antigua prestancia, con sus giros impregnados de misteriosas significaciones, con sus ricos filones metafóricos. Porque los términos no se quedan estáticos ni se anquilosan en imposibles parálisis. Son genitores de nuevos matices, de resonancias multiplicadoras, de impulsos dinámicos que vitalizan la vejez del tronco. Por eso el Quechua tuvo un poder civilizador que ni los conquistadores pudieron ocultar ni los misioneros destruir. Por eso es habla nacional en el Perú, al lado del castellano, en adstrato magnífico de conexistencia idiomática.

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Revista del Taller de Escritores Hasta el actual territorio de Nariño llegaron las migraciones de los Incas. Primero, entre 1463 a 1465, bajo la ambición de Tupac Yupanqui. Luego, entre 14809, ante los afanes expansionistas de Huayna Capac. Así se explica la herencia abundosa de los quechuismos, de hondas raíces populares, de fuerte vinculación toponímica y onomástica, de insustituible sabor vernáculo. Esto justifica las aguas bautismales del Taller sobre la pura crisma del ancestro, en legítima revaluación de las voces de ayer y de las vivencias de hoy y de siempre. Esto reafirma la preponderancia de la greda nutricia ante el vano oropel del exotismo. No hay que buscar en Awasca los primeros pespuntes de la palabra. Es preciso descubrir todo el simbolismo de la malla. Quien teje pone sus sentidos al servicio de la pieza: Trenza los hilos, organiza los puntos, zurce el encaje, adereza los tintes, enliza las orlas, enrama las hebras, desenreda las redes y remata la urdimbre. Analógicamente el quehacer literario sigue las directrices del tejido: Quien atiende al reclamo de la urgencia creadora también se enfrenta al laberinto. Debe urdir, tramar, retejer, espesar, destejer, desurdir, destrenzar, desunir, enredar, desenredar. El taller facilita los instrumentos de trabajo: La familiaridad con la autocrítica, el análisis que construye, la observación que edifica, el comentario que corrige, la discusión que enmienda. Desechado el criterio de la perfección individualista, el producto adquiere la madurez de lo logrado. El taller tiene esa virtualidad: Acostumbrada a reconocer que todo es susceptible de mejoramiento y que la decisión de someterse a un escrutinio voluntario, se compensa con el aporte de una valoración desinteresada. Llegan al taller los que apenas inician el camino. Los otros, los que ya desbrozaron sus rutas, trazan tan solo las directrices que orientan. Pero aún así, no se advierten las huellas de la artesanía. La hilaza, los filamentos y los pliegues tienen que dar la sensación del tegumento artístico. En esta labor alucinante de la imaginación, la fantasía, el sentimiento, el instinto y el subconsciente, el Taller regula la autenticidad del tejido. Como en los viejos tapices, debe esplender la plenitud adamascada sin que se note la vacilación del obrero. Surgen, de este modo, los poemas, los cuentos, las novelas, los ensayos, todo el ir y devenir de lo real y lo mítico, todo el crear y recrear de los sueños”.7 Ahora bien, el Proyecto Educativo del Programa de Licenciatura en Filosofía y Letras, formulado en 2009, estableció que el Taller de Escritores “Awasca” tendrá como objetivos, los siguientes: “Orientar, fomentar y formar adecuadamente a todos aquellos estudiantes, egresados y personas externas a la Universidad de Nariño que demuestren

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Revista del Taller de Escritores interés o una clara vocación por el cultivo de la Literatura en cualquiera de sus manifestaciones. Confrontar diferentes puntos de vista sobre la Literatura para buscar, en la diferencia, algunos puntos en común, ejerciendo, de alguna manera, el papel de la crítica y del crítico, el del lector prevenido y el del estudioso del tema. Divulgar los trabajos literarios de los miembros del Taller, tanto de creación como de crítica, con el fin de contribuir a la conformación de una Literatura Regional mediante el ejercicio de la actividad crítica.8 Según el Proyecto Educativo en mención, el Taller de Escritores “Awasca”, desarrollará actividades de formación-reflexión sobre la práctica de la escritura, de producción literaria, de divulgación-confrontación literaria, y otras actividades de cooperación, así: “Actividades de formación-reflexión sobre la práctica de la escritura: se proponen y discuten algunos principios y conceptos de Teoría y Crítica literarias, de modo que se logren aportes concernientes al desarrollo de la técnica en los escritores y a la habilidad de la lectura en los aficionados a la Narrativa y producción Poética, especialmente. Se propone, igualmente, la lectura de textos seleccionados y se llega a acuerdos interpretativos de tal modo que, con rigor, se examinen las posibilidades discursivas de esos textos estéticos y las consecuencias para el trabajo de cada uno de los participantes. Actividades de producción literaria: permanentemente se desarrolla un trabajo de revisión cuidadosa de los textos que los integrantes vayan presentando a consideración del Taller, que serán valorados por los demás participantes y sus autores podrán tener en cuenta la reacción de sus lectores críticos, llevando a cabo actividades de crítica literaria sustentada en principios teóricos convincentes adecuados a cada uno de los casos. En estas actividades también participarán los estudiantes del programa de Licenciatura en Filosofía y Letras, quienes deberán presentar a consideración del Taller los textos obtenidos en los seminarios de Lectura y Producción de Textos de Ficción y el seminario de Lectura y Producción de Textos Poéticos y Ensayos, con la posibilidad de que los textos escogidos sean publicados en la revista Awasca. Actividades de divulgación-confrontación literaria: de acuerdo con las posibilidades, se organizan eventos que permiten socializar los textos obtenidos, bien sea a través de programaciones tales como recitales, encuentros, charlas, concursos, etc., en lo posible junto con invitados especiales del país, o a través de su publicación en la Revista Awasca, órgano principal de difusión de los trabajos del Taller.

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Revista del Taller de Escritores Otras actividades de cooperación: el Taller de Escritores Awasca ofrece servicios de cooperación con entidades educativas u oficinas o centros culturales cuando requieran la presencia de jurados evaluadores en concursos literarios o se pueda servir para resolver consultas, sobre todo referentes a la literatura regional. En todas estas actividades resulta decisiva la participación directa de los integrantes del Taller, el monitor asignado por la Universidad, además del Coordinador correspondiente”.9 Según el mismo documento, respecto al perfil de los participantes del Taller, se establece que: “El Taller se dirige, en primera instancia, a estudiantes del Programa de Filosofía y Letras, a estudiantes de los distintos programas de la Universidad de Nariño, tanto de pregrado como de postgrado, pero también asisten a él egresados y personas externas que muestran interés por la Literatura. Para formar parte del Taller, los aspirantes deben poner a consideración de los miembros su producción, que se someterá a evaluación por parte de todos los integrantes.”10

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. RODRIZALES, Javier (2004). Antología de Poetas y Narradores Nariñenses. Xexus Edita. Pasto, p. 32. 2. LEAL, Eutiquio (1990). Palabras Iniciales. En Utopías. Textos en Proceso. Talleres de Escritores “Gabriel García Márquez”. Fundación Universitaria Autónoma de Colombia. Bogotá, 1990. Págs. 14-15. 3. LEAL, Eutiquio (1987). Talleres de Creación Literaria. Revista Puesto de Combate. No. 36. Bogotá, 1987. Pág. 2. 4. ACUERDO número 019 del 18 de enero de 1974. Consejo Directivo, Universidad de Nariño. Pasto. 5. ACUERDO número 019 del 18 de enero de 1974. Consejo Directivo, Universidad de Nariño. Pasto. 6. ACUERDO número 019 del 18 de enero de 1974. Consejo Directivo, Universidad de Nariño. Pasto. 7. QUIJANO GUERRERO, Alberto. (1977). Presentación. En Awasca, Revista del Taller de Escritores. Universidad de Nariño. Pasto, p. 7. 8. PROYECTO EDUCATIVO - PROGRAMA DE LICENCIATURA EN FILOSOFÍA Y LETRAS (2009). Departamento de Humanidades y Filosofía. Universidad de Nariño. Pasto. pp. 89-90. 9. PROYECTO EDUCATIVO - PROGRAMA DE LICENCIATURA EN FILOSOFÍA Y LETRAS (2009). Departamento de Humanidades y Filosofía. Universidad de Nariño. Pasto. pp. 89-90. 10. PROYECTO EDUCATIVO - PROGRAMA DE LICENCIATURA EN FILOSOFÍA Y LETRAS (2009). Departamento de Humanidades y Filosofía. Universidad de Nariño. Pasto. pp. 89-90. JAVIER RODRIZALES Director Taller de Escritores “Awasca”

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Revista del Taller de Escritores

Narrativa

Serie Ruana - CÍrculo de Luz 7 Hernan Córdoba

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Revista del Taller de Escritores JUAN MANUEL ERASO Estudiante de Lengua Castellana y Literatura, Universidad de Nariño. REGALO Miércoles por la tarde, nubes grises y frío intenso. Un joven sale del hospital con sus nuevos medicamentos, cansado por la espera. Camina un poco, una cuadra exactamente, se detiene alegre porque encontró una pequeña tienda. La tienda deja ver por sus puertas trasparentes miles de rosas, flores de todos los colores, las más llamativas son rosadas, rojas y amarillas; las últimas están al cruzar la puerta, las más vivas y frescas, luego las que carecen de un medio de vitalidad, por último las que están a punto de morir, arrugadas y opacas. Según el orden en que se encontraban desde la puerta hasta el final del cuarto se esperaba su precio. El muchacho compra las del medio, unas espléndidas pero cansadas flores rojas, con centros amarillos y un olor que hacía aborrecer el simple aire. Luego de acercar tres veces el ramo a su nariz y gozar del dulce olor, continuó su caminar sin sospechar todo lo que podría causar. Primero se topó con una pareja de ancianos, que lo miraron con lástima, “pobre chico que cree en el amor”, dijeron. Después con una niña que al parecer salía del colegio porque llevaba uniforme, ella imaginó al muchacho que le gustaba, con las flores en su mano y el olor de éstas en sus labios, proclamando amor eterno. Luego, dos amigos que al parecer estaban concentrados en su charla, pero uno de ellos dejó el espacio para especular, suspirar la utopía de que su compañero aceptara su condición, unas flores y tal vez unas caricias de su parte. La tarde caía con más amargura, más frío, más hambre. El muchacho aceleró el paso, se dirigió alegre pero meditabundo hacia aquel lugar. Se cruzó con dos adolescentes que cuchichearon, “que cursi”; en seguida, con una pareja joven, la mujer pensó que su marido nunca iba a tener flores para ella y el hombre pensó igual. Más tarde con un biólogo que acusó mentalmente por contribuir al desarraigo de la vida; con un matemático que contó las flores, miró sus características e hizo algunas cuentas de su precio. Y por último, con un desquiciado que dormía en la acera, quien envidió al muchacho al igual que los demás, por tener un amor a quien regalar flores, una persona que sonreiría al verlas y agradecería con un beso por ellas. Por fin llegó, asustado por tantas miradas y gestos raros, puso las medio vivas y rojas en la tumba de la muerta.

COBIJA El frío era despiadado. Se encontraron nariz con nariz, él empezó a besarla incandescentemente, ella correspondió a sus besos, cayeron de golpe en la cama, el subió encima, ella lo abrazó con fuerza. Se despojaron de sus ropas, el iba a entrar en sus entrañas… los tigres despertaron, pelearon por sus miembros y quedaron dormidos en una cobija roja. ¿Quién osa retozar sobre ocho tigres dormidos sin ningún respeto?

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Revista del Taller de Escritores VENGANZA Abrió su maleta, encontró todo corroído, con manchas y obsoleto por una marca negra. Sus libros, por los que más lloraba ahora eran escritos disueltos inconclusos. Sus apuntes, borrones de letras lastimeros; sus manos también sintieron la venganza y parte de su frente al lamentarse. Así concluyó el desquite del lapicero a su amo por haberle roto la cabeza a fuerza de mordiscos por casi un mes.

VIDA ETERNA Después de la tercera guerra mundial, en todo el territorio sólo quedaba polvo. La utilización de cuatro bombas nucleares ocasionó muerte, destrucción y mucho llanto. La buena noticia era que había algunos sobrevivientes, grupos pequeños, nómadas que hurgaban la tierra con la esperanza de encontrar algo de alimento; entre éstos había una pareja, dos enamorados que gracias a su amor el día del holocausto se encerraron en el sótano del edificio, de la multinacional en que trabajaban, para hacerse cositas ricas. En ese hueco les llegó poca fuerza de la onda explosiva, comparando con los que estaban en la superficie, a ellos sólo los derribó, destiño sus ropas, causó moretones, debilitando en gran medida los lentes grandes que ambos usaban, a causa del daño generalizado a los ojos que sufren las personas al estar expuestas a la luz de las microcomputadoras y máquinas. Andaban a todos lados juntos, los dos vivían mejor que los del grupo, hasta que una noche, bajo un remedo de árbol, el único que quedaba en la ciudad, se vieron las pupilas, acercándose, con ganas de unir bacterias, chocaron sus lentes haciéndolos trizas, quedando ciegos para siempre. Eran una carga para el grupo, los abandonaron, en esa inmunda situación la pareja fue aminorando, hasta que, cogidos de la mano, se miraron por última vez, desapareciendo en el aire frío que sintieron al saltar del piso doscientos en el que se habían conocido.

DISCIPLINA Esta es la historia de un hombre disciplinado, juicioso, aplicado en grado sumo, cada vez que cometía una falta se castigaba. Al principio se decía palabras como estúpido o tonto, pasó el tiempo y optó por pegarse cachetaditas, luego por convertir su mano en puño, hasta que la rojiza extremidad salió con fuerza rompiendo el cráneo.

MUERTE DULCE El nieto se despidió cariñosamente de su abuelita, ella le dio cien mil pesos para que se comprara un dulce. El niño goloso, compró el dulce, lo comió en un momento y murió de dulzura.

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Revista del Taller de Escritores CONSTRUCCIÓN Hiciste cimientos hondos, colocaste varillas y endureciste con piedra, arena y cemento. Levantaste paredes poco a poco, ladrillo a ladrillo, por último, fundiste un techo indestructible, donde no aparecía ni la mínima filtración de otras aguas. Llegaste con una máquina y de un sólo golpe destruiste hasta el terreno, dejando solamente escombros. Así fue tu amor. Ahora soy un territorio muerto, ruinas para hacer turismo.

SIGNIFICADO Universidad: universalidad, viernes por la tarde, diferentes tipos de trago, ropa, música, borrachos, felicidad, baile, besos, llanto… Guayabo.

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Revista del Taller de Escritores SANDRA MUÑOZ DELGADO

Licenciada en Lengua Castellana y Literatura, Universidad de Nariño.

PETRONILO CRESPO Sobre los albores del tiempo vivía, un señor llamado Petronilo Crespo, quien tenía una muy dura profesión, ya que era juez, vivía en un pueblo llamado Santa Clara. El señor Petronilo era sonámbulo, por lo cual, siempre caminaba de espalda, a causa de esto, se golpeaba con pollos, gansos, gallinas, pavos, conejos y hasta un avestruz en su hacienda ”La Perpetua Glorificación.” Tarde, llegaba a su despacho de cuando en cuando y esto sólo lo sabían unos pocos, cuatro era el número total entre muchos: don Justiniano, el notario del pueblo; doña Pancracia, su secretaria; don Segismundo, el alcalde encargado y don Nepomuceno, el panadero quien siempre le llevaba pan de maíz, pambazos y mogollas. El señor Petronilo era de corazón muy noble, pues entre sus semejantes siempre repartía su gran riqueza. En las mañanas matutinas solía ir al parque con menuda compañía; sí, era de raza canina muy elegante Pachón de tal fiereza heredada de riña en riña y cuya vestimenta solo traía un calzón ¡Guau, guau! –Dijo, el subscritor. Cierta noche noctambula escuchó la voz tenue de su sombra: - ¿Qué te pasa pequeño mío, por qué deambulas? Era su madre cuya voz se nombra: Jacinta. Aterrorizado se fue a su aposento donde le aguardaba su santa esposa, quien como niño lloraba en triste lamento, pobre desconsuelo, ella lo calmaba al cumplir sus deberes de señora le llevaba té de tila y faumentos de agua fría para quitarle su calentura, por concejos de matrona doña Asunta. Un día llegó a su despacho, un señor de apellido Ganso de contextura gruesa, pues era holgado y su primer nombre era Seferino llegó con un esperado suceso: -¡Arribó su prima Avaricia! Cuyo nombre nunca la favorecía, ya que de su bondad todo el mundo se percataba. Dicha inmensa fue su visita que en su banquete no cabría tanta satisfacción. Una mañana de abril cuando la primavera arribó felizmente al otro mundo partió, sin avisar sentado debajo de un cedro llevando dentro de si todo lo que amo entre el pecado y la virtud, así mismo, todo esto culminó.

IFIGENIA Quince primaveras la adornaron en su día. Dulce doncella de belleza singular al igual que su temperamento. De su cabeza le nacían dos gruesas trenzas que jugaban con su hermosura, las cuales, llegaban más allá de la cintura, cintura diminuta como lo diría Chavita, de cándida moral, igual, que su sobrina.

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Revista del Taller de Escritores Una mañana de domingo, la niña deslumbraba con su vistoso blanco delantal de magníficos bordados, que la ponían de gala en la homilía del señor párroco Evaristo Monte Sacro. En la lejanía sobre los contornos de la vereda Ifigenia corría como la brisa, del mismo modo que su pensamiento, de ojos negros como el azabache y de piel canela semejante al guarapo. Cardos, Azucenas, Claveles y Jazmines recogía junto al dulce canto del ruiseñor, llevada por los caminos estrenaba su impetuosa juventud. Muy grandiosa fue su celebración pues padres, parientes, amigos, foráneos entre otros invitados engordaron en magnifica proporción, más no, olvidemos de aquel galán tan bello y encantador como lo asiste que entre suspiros y halagos a su amada la tenía atontada: -¡Mi flor silvestre entelerida de amor! No temas por este sentir, si al igual estoy yo, ven a mi bien, bien para los dos. De esta manera le habló su príncipe azul, junto a la fuente de agua entre rosas y cerezos, bajo el crisol del firmamento a su musa empalideció, nunca sabremos lo que le respondió. Si el candor secreto del primer amor, primeros fueron únicos dueños. Quince abriles la llenaron de emoción, y es así, que llegó a su término este cuento, porque, aunque sea corto, este era el fin.

LAS CHISMOSAS MACARIA. - ¿Dime comadre mía, en qué decires andas? HIPÓLITA. - ¡Ven, acá! Cuentan las lenguas viperinas, de don Adán. MACARIA. - ¿Qué acontece de tal señor? En su oficio buen conocedor. HIPÓLITA. - Modisto acuñado por aguja fina, barata palabrería fue embaucado. MACARIA. - ¿De quién fue el bendito milagro? ¡Sobre su buena fe ha deshonrado! HIPÓLITA. - Un advenedizo, hijo de don Pepito, cogió su dinero sin permiso. En dolosa dificultad se ve ya ¡Pobre simplón! MACARIA. - Angaruta, su señora. ¡La Sagrario! Sí, en casorio bien pronunciado, su vientre de blanco deslució. HIPÓLITA. - A la hora del gallo, para que no se vea su desparpajo. ¡Pudor amañado! HIPÓLITA. -¿Qué es del hijo de doña Empera? Del viaje fijo no llegará. MACARIA. -¡Pobre desempleado! Desarrapado sin un quinto va, vergüenza ajena da. HIPÓLITA. -¿Te acuerdas de Crisanta? La mustia solterona.

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Revista del Taller de Escritores MACARIA. - No la tengo presente, aquella fulana. HIPÓLITA. - Se matrimonio con marinero, un condenado de buen parecer y a la mar un día se fue. MACARIA. - La desdichada belleza carecía, de ella todo el mundo se escapaba. MACARIA. -¡Oye, el Macrobio! Por el cementerio anduvo, en tremenda borrachera. HIPÓLITA. - ¡Benditas almas! Ni en su última morada descansan. MACARIA. - El mendigo del todo fue despojado, hasta los calzones le hurtaron. HIPÓLITA. -¡La Asunción su madre brinco de la convalecencia! Sobre la carretera destapada bajo la luna llena. MACARIA. - ¡Si los mire! De prisa corría la vieja, con un gran chal tapándole su encanto terrenal. HIPÓLITA. - Detrás de ellos ladraba el perro de don Fermín, por las ventanas todos miraron bien enfiestados. MACARIA. - Así, llegaron hasta el otro pueblo, en cofradía el trío muy amolado. HIPÓLITA. - ¡Mira a los que ya nos ven! Atiende con presteza su salutación, disimula nuestro desdén. ISIDORO. - ¡Patilargas! En situación ociosa, el tiempo bien empleado evita ser chismosas SAGRARIO. -¡Discurso banal! Ya les llegara el momento, al sentir tal padecimiento. EMPERATRIZ. -¡En el purgatorio arderán! Lapidadas por sus propias lenguas. MACARIA. -¡Aunque nos juzgan! La verdad sólo decimos, al jugar con su buen nombre. HIPÓLITA. -¡Delicioso bocado! Imposible dejarlo salir, cualquiera puede caer en pecado.

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Revista del Taller de Escritores ALEXIS USCÁTEGUI NARVÁEZ

Licenciado en Lengua Castellana y Literatura, egresado de la Maestría en Etnoliteratura; Docente del Programa de Formación Humanística, Universidad de Nariño.

SUREM Tilmambí, fue una región caracterizada por su culturalización trivial, afrodescendientes e indios poblaron la zona; todos vivían en fraternidad hasta que llegaron visitantes inesperados en barcos enormes que cambiaron considerablemente las formas de vida de sus legítimos habitantes, se trata de los colonizadores, un grupo humano que acabó con todo el legado racial, impusieron leyes esclavizando a todos para procrear su reino imperialista. Los colonos, descubrieron que estas tierras ostentaban de mucho oro, la ambición fue como una fiebre que no se puede mitigar con ningún analgésico o antigripal, sólo, las morrocotas en sus manos del invaluable esplendor dorado, los hacía respirar el aire de la gloria. A los hombres hijos de la noche, les pegaban con rejos de alambre y púas cuando no trabajaban fuertemente en las minas y los ríos, a los indios, no les daban de comer cuando no realizaban adecuadamente los oficios de la casa; todos ellos, estaban desesperados porque sus cuerpos no daban abasto para los crueles encargos, creían que estas imposiciones se presentaron por no seguir rindiendo culto a sus legendarios ancestros. Los pobladores, al no resistir más los abusos, rindieron un rito nocturno a sus ancestros para que los ayuden a salir de este inhumano tormento. Inda Jani, una lideresa de Tilmambí se dirigió hasta la colina porque los dioses Bimorí y Anam querían hablar con ella; al llegar al recinto sagrado, sucedió un insospechado prodigio: – Bienvenida a nuestro templo sagrado Inda Jani – le dijo Bimorí. – Vengo en representación de mi pueblo para suplicarles que nos ayuden, a nuestras tierras han llegado seres que nos han explotado en menesteres que no solíamos hacer. Nos han quitado las riquezas y nuestra libertad – habló Inda Jani con pleitesía a los dioses. – Por supuesto que nos hemos dado cuenta de este despiadado hecho, por ello los vamos a socorrer; pero, antes debes hacer algo por nosotros, entréganos la Yamanik que llevas puesta en tu cuello, porque sin ella no podemos utilizar nuestros poderes – agregó Anam. – La Yamanik es un valioso recuerdo que heredé de mis antepasados, esta hermosa piedra ha pasado por muchas generaciones en mi comarca, pero no importa, otorgaré mi pertenencia para que mi pueblo vuelva a ser libre. Al entregar Inda Jani la esmeralda, los dioses prepararon sus divinidades para desatar un fuerte castigo en contra los colonizadores, Bimorí dios del viento nubló todo el pueblo dejándolo en tinieblas; Anam diosa de la tierra, hizo secar las siembras dañando todos los productos. Los colonizadores al ver este inexplicable suceso, ordenaron a los negros e indios

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Revista del Taller de Escritores que detengan sus labores. Inda Jani, al regresar a su población se comunicó con el emperador, advirtiéndole que si no abandonaban sus tierras, los dioses iban a castigarlos con la muerte a él y sus legionarios. Como los colonizadores habían obtenido a costillas de sus súbditos suficiente oro, tomaron sus embarcaciones rumbo a una nueva morada, en busca de otros territorios para explotarlos y obtener así nuevos beneficios. Sin embargo, Bimorí y Anam no permitieron que los intrusos abandonen Tilmambí con todo el patrimonio, por ello, hablaron con Masawa diosa del mar, para que tome justicia frente a este inconcebible acto. Masawa desahogó todo su poder en el agua generando huracanes que hundieron todos los barcos de los colonizadores; el oro se perdió en el fondo del océano, pero la aldea de Tilmambí volvió a ser como siempre lo fue, libre…

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Revista del Taller de Escritores SOFÍA CELI RAMOS

Estudia Comunicación con mención en Literatura, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Graduada en mención Guitarra en el Conservatorio Nacional de Música del Ecuador.

SILENCIO Para David Salazar Cada tanto no existe la realidad en sí (si es realmente el en sí una palabra: muchos alemanes hablan del xxx, pero nunca se ha visto algo que la represente). Cada tanto lo único que existe es la realidad creada: la que el humano ve a través de sus ojos (como cavernas) y que Platón, acertadamente, llamó mero “mundo de las sombras”. Platón habló también acertadamente del Demiurgo, pero, sí existe o no es una cuestión que se la dejaremos a Hamlet. Lo que nos cabe decir aquí es que la realidad creada (que no debe confundirse con la realidad en sí –entiéndase, entonces y por lo tanto, que ambas no son lo mismo- solo da vueltas en torno al trencito extremo al que los apócrifos llamaron tiempo. La realidad creada solo existe en el inefable devenir de la maldad de Dios. Se duerme y se sumerge en aquello que, para no nombrarlo realmente, se llamó muerte (aunque, en algunos casos, no es más que un sueño). Escapa por unos laberintos, solo para mostrarse como un camino más de la maldad de Dios: es la carretera turbulenta que nos lleva hacia la muerte. La vida es la vida que muere. La realidad creada no es más que el reloj en que se sienta Dios cuando olvida que no es inmortal (a veces Dios se piensa infinito). Es la amapola que nos mira desde la ventana esperando a que nos suicidemos. Pero, solo algunas veces (y tal vez), espera que vivamos. Cuando se despertó sobre el frío suelo del invierno de los que tienen sed, pidió agua. Cuando se dio cuenta de que no había nadie a su alrededor, pidió ayuda. Pero cuando la ayuda le fue negada bajo la estricta mirada de cuatro paredes que solas lo oían (o tal vez y solo tal vez, en realidad, no había paredes), cesó de hablar (si es que, en realidad, existe el hablar). Y cesó también de pensar (de pensar en la forma del pobre pensamiento de los conductistas que piensan solamente con la vacuidad de las palabras), aunque no de soñar. Y un día, abrió los ojos y se supo a sí mismo como ser mortal. Supo que existía, pero no supo la realidad (nunca conoció el en sí) de su ser. Y vago solo en su pensamiento (la prisión más mortal jamás construida después de los desiertos) y no se topo con nadie. Supo del miedo que surge de la soledad y de la amarga saliva que suele recorrer la tristeza de la garganta. No supo más. Cayó en el sueño de los que no quieren recordar y espero, como aún lo hacen los monjes de Shamballa, a ser llamado (porque quién o porqué aún es una cuestión desconocida). Espero en tanto esperar es también morir. Y espero mirando de frente a la eternidad, sabiendo que es y será mirado. Cuentan los sabios (pues no podían ser otros) que el principio de los principios solía llamarse prisión. Algunos también lo llaman comienzo. En la página 20 del evangelio apócrifo de Judas, se habla de un principio donde su en sí se desdoblaba a sí mismo en una perpetua no

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Revista del Taller de Escritores temporalidad. Algunos llaman a esto Dios. Se dice, también, que fue algo (o alguien, dicen los más experimentados) el que introdujo una pequeña temporalidad caracterizada por la soledad (o el silencio, en algunos tratados). Llaman a esto el “principio” de la realidad creada. Lo llaman también con una oscura palabra que ha perdido su significado. Algunos dicen que su raíz se pierde en las profundidades de la mente de Elohim, pero otros dicen que, en realidad, no existe la palabra. Los más refinados la han compendiado en la palabra “hombre”, aunque, usualmente, solo la nombran una vez. Y cuentan también que cuando el hombre abrió los ojos por segunda vez, fue cuando sucumbió a la maldad de Dios. Cuando el hombre tendido en la prisión volvió a abrir los ojos, llamado por alguna inconsistencia del vacío (que siempre, según los orfistas, ha sido malo y siempre se lo reconoce por su silencio), no se vio solo. Una sombra lo asechaba por debajo de lo que él creía real (aunque era solo la realidad creada por Dios). Una sombra que se vino a llamar “muerte”. El primer hombre (llamado Adán por muchos, por otros simplemente “el hombre”), entonces, recuerda que la muerte lo miró (tenía en su mejilla la misma marca que Caín portaría un día). Lo miró y lo vio aún sin tener ojos. Lo miro y lo convirtió en lo más mortal que jamás ha existido (el hombre nunca fue temporal hasta el momento –sin tiempo- en que vio a la muerte a los ojos). Se recuerda de este suceso una frase: “en el principio estuvo la muerte y esta se hizo carne y habitó entre nosotros”. Y la muerte éramos todos nosotros al mismo tiempo. Y la muerte nos regaló, como regalo último, el silencio de la mortalidad: los ojos que no pueden hablar.

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Revista del Taller de Escritores JERÓNIMO ROJAS DÍAZ

(Manizales, Colombia). Ingeniero Electrónico, Universidad Antonio Nariño. Doctorando en Ciencias Biológicas y Bioingeniería, Universidad Nacional de Tucuman-Argentina.

EL ALMUERZO Salimos Andrés, Argemiro, y yo a comprar tostados y jugo para el almuerzo. En el bar pedimos tres tostados de ternera para nosotros tres y uno de milanesa para Macedonio, quien se había quedado en el laboratorio. Fuimos al comedor, calentamos la comida en el microondas y nos sentamos a comer. Con nosotros se sentaron también Lucas, el pasante llamado Trensor y Aleida. No recuerdo que llevó ella para comer pero sé bien que Lucas llevó costillas y Trensor esos feos insectos. Macedonio con su buzo café y su espesa, marrón y bien cuidada barba estaba sentado a mi derecha; a su derecha estaba Andrés, quien siempre se ve bien con sus costosas camisas, su mirada segura y su notoria musculatura resultado de horas de entrenamiento en el gimnasio; a su derecha estaba Argemiro con su saco de lana, color verde claro, y su pelo tan cortico casi hasta la piel; a su derecha estaba Aleida con su sonrisa tímida, su nariz aguileña y algo pronunciada, su esbelta figura, su pelo largo ondulado y su piel morena; ah sí; a su derecha estaba Trensor con su vestimenta blanca y su piel azulada, igual que todos los que provienen de Marte; a su derecha estaba Lucas con su delgado y alto cuerpo, su torpeza de movimientos y su pronunciada nariz, motivo por el cual quizás se entendiera tan bien con Aleida; a la derecha de Lucas estaba yo. Trensor nos convido su comida pero amablemente la rechazamos, ya la habíamos probado en otra ocasión y sabía a guacatela, tan solo recordar me da repeluz. Entiendo que allá sea una fuente de proteínas y los pobres no tengan más para comer pero aquí gozamos de alimentos ricos. Terminamos de almorzar y dejamos los platos sobre la mesa, ya que debido a los cortes no había agua para lavarlos.

LA CENA Vestido con mis zapatillas negras, mis jeans, mi camiseta blanca y oyendo la música de mi MP4 estaba sentado solo en la mesa de un restaurante comiendo ricos ravioles. Un hombre muy elegante me preguntó si podíamos compartir la mesa y yo le dije: Sí no hay problema. Mientras él comía su carne asada, yo le miraba sin que se diera cuenta y pensaba que quizás fuera un abogado, tal gente siempre viste de saco y corbata; pero este en particular, como si de una escoba o brocha se tratara, al comer movía su cómico bigote. Lo imagino limpiando antecedentes y en las cortes señalando a los culpables con su escoba, perdón con su bigote, reparo a este tipejo otra vez ¡Quien iba a imaginarse! Que compartía la mesa con el hombre, quien ordenó el holocausto. Terminé mis ravioles rápidamente. Me despedí amablemente. Salí. Me alejé tan veloz como pude.

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Revista del Taller de Escritores HISTORIA DE LA MESA QUE TENIA UNA ESQUINA MORDIDA Examino la mordida y los rasguños ¡Tan extrañas marcas! Justo en la esquina de la mesa. Alrededor: Vasos mutilados, platos desmembrados, parecía la guerra de la loza y la cerámica ¿Habría entrado un ladrón? Repentinamente veo sangre y mucha. Hago memoria y me veo preparando la mesa para el cumpleaños de Martina. Invade mi casa un gato, quizás rabioso y con púas por pelo. El gato quiere llevarse el pastel de Martina. Agarro la escoba y con esta intento alejarlo. La mesa despierta. Los dos entramos en batalla campal contra el gato. Yo lo ataco con la escoba. La mesa impulsándose con sus patas traseras da brincos y con sus patas delanteras lo ataca. Él venía con una secuaz, yo no la había visto. La cascara de banano se acomoda bajo mi zapato. Resbalo y pierdo la conciencia. Despierto y recuerdo. Todo está calmo. El pastel está sobre la mesa y en la puerta veo a Martina la enfermera. Me embriago con su sonrisa y mirada felina mientras compartimos una copa. Examino la potente imagen y con mi cuchillo escribo algo en la esquina de la mesa para no olvidar.

ALGO DE ELLA La luna llena facilita la visión. Aún así las luces rutilantes gritan en la noche como lo habría hecho la víctima horas antes. La puerta entreabierta da la bienvenida a lo macabro. Mientras algunos agentes acordonan el área, otros ingresan cautelosamente a la estancia. Afuera los curiosos observan y conversan. Si hacemos una distribución de frecuencia de las edades de los inspectores notamos como tal distribución presenta gran asimetría: Se hayan más de ellos entre los 30 y 40, sin embargo todos son expertos, incluso los más jóvenes, puesto que han pasado por 1000 horas de entrenamiento. Cada quién con sus equipos y herramientas. Si realizamos las estadísticas de las cosas adentro de la pieza, hallamos una distribución uniforme de caos. Recuerden que cada objeto es posible evidencia, que no debemos perder concentración y tampoco alterar la escena del crimen. El mayor se enfoca en algo que parece un lago de whisky. El aprendiz fija su atención en un bolígrafo de tinta rosa. Este descansa un poco tras escribir una última nota sobre un papel. El bolígrafo sería usado rutinariamente por una mujer, ya qué el material del que estaba hecho no era muy rígido y no mostraba las deformaciones pequeñas pero habituales de un lapicero perteneciente a un hombre, curiosamente la tapa estaba bastante doblada lo que requeriría de gran fuerza. En el papel había unos garabatos ininteligibles y la marca de un beso de una cautelosa amante llena de labial. En el patio, un cuerpo calcinado, tan solo un par de medios huesos sobrevivieron y el resto cenizas. Este es el cuadro en el chalette de Mr. Smith mientras dos sombras masculinas cruzan inadvertidamente la frontera... + A este régimen no le va a importar quiénes somos y nos van fusilar. - Tienes razón. + Sí y eso que no estarían aquí sin nosotros. - Saber que con tú bomba de nanoensamblaje de estructuras aisladamente inertes y mi ejercito de insectos a ordenes del comando central, ellos vencieron al enemigo e hicieron nación. + Hicimos nación querrás decir. - Pero no van a aceptar la realidad Max.

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Revista del Taller de Escritores + ¿Qué haremos Jimmy? - Vamos a Crasogrado, allí a nadie le importa que hacen los vecinos y seremos libres de expresar abiertamente nuestra relación. + Tendríamos que pasar primero por Crasovia. - Sí pero allí tengo mis contactos. + ¿Y cómo los entretenemos mientras cruzamos la línea? - Aunque la guerra terminó hace 4 días, aún queda uno que otro agente por ahí y muchos son hermosas espías. Podemos de una vez hacer la lechona que guardamos para navidad y juntar huesos de otros animales. + A brindar con whisky y nafta por Crasogrado.

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Revista del Taller de Escritores RUBY CECILIA SANTANDER

Integrante del Taller de Escritura Creativa “José Pabón Cajiao” - Ministerio de Cultura, Samaniego, Nariño, Colombia.

SEXUALIDAD ELEMENTAL Al amanecer el grupo abandonó el refugio. Pero él no. Al contacto con el prado humedecido por el rocío sintieron la necesidad de entrar en calor y, como si se tratara de un equipo de gimnasia, dieron pequeños saltos hasta lograr un estado físico aceptable. Él, todavía en lo alto del refugio, miró al grupo con inusitada curiosidad y permaneció allí durante unos minutos más. Había blancas, negras, doradas, gordas, delgadas, elegantes… pero su juventud era notoria entre todas ellas. Inmóvil, respiró profundo. En sus venas se había insuflado un gas proteico, febril, que lo volvía apasionadamente incontrolable. No lo pensó dos veces. ¡Las violaría a todas! Se lanzó tras ellas y, una por una, fueron recibiendo el holocausto de su virilidad; es más, lo aceptaron con una satisfacción que no pudieron disimular. Era, al fin y al cabo, un acto de “sexualidad elemental” con el que todo el mundo ha estado de acuerdo. Después de su plural demostración viril se acercó hasta el estanque para mitigar su sed. Con sorpresa pudo, en el espejo del agua, contemplar la hermosa cresta roja que le había crecido.

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Revista del Taller de Escritores JAVIER ROSERO CALDERÓN

Director del Taller de Escritura Creativa “José Pabón Cajiao” - Ministerio de Cultura, Samaniego, Nariño, Colombia.

CARTA JUGADA Ese día, en aquel instante, me convencí de que no podía esperar más; tenía que haber una forma de abordarla. Nuevamente ella estaba allí, como cada viernes, esperando la ruta al salir de la universidad. En aquella ocasión había demorado mi salida, a propósito, mientras fumaba un cigarro. Sólo los viernes mis clases terminaban antes que las suyas. Con pasos lentos pero fijos avancé. Al pisar el separador de la calle me detuve. Pasaron unos automóviles. Después entré en la bahía preparando unas cuantas palabras para dirigirme a ella pero usando como pretexto el del olor del extinto cigarrillo creí que no era el momento oportuno. Entonces, desvié mi marcha unos dos metros y, finalmente, me ubiqué a su derecha. Desde esa posición, de rato en rato, la miraba de reojo. Dejé pasar mi autobús dos veces. Tomé una menta y la sostuve discretamente dentro de la boca. “Si pudiera vencer mi timidez…”, pensaba y me odiaba a mí mismo. Con un suave movimiento empezó a caminar y pasó delante de mí ocupando un pequeño espacio sobrante en la acera. Me sentí flotar en un exquisito vapor de violetas. -Disculpe- pronunció con voz baja, mirándome de lado. Era la primera vez que oía su voz. Sólo acerté a cerrar los ojos y a culparme por ser tan cobarde. Después de un segundo ya era imposible seguir negándose a percibir tanta hermosura. Abrí los ojos. Su falda ancha y larga se mecía a lado y lado, al compás de las caderas llevadas por el taconeo de sus botas de cuero negro. Se acercó hasta un lujoso automóvil. Yo empezaba a detestarla. Tomando en sentido contrario se formaba la fila de buses que se acercaban al paradero. Creo que me parecía a un atleta practicando los cincuenta metros planos. Debí parecer un practicante de carrera con obstáculos al pasar sobre la registradora. Con la misma velocidad me acomodé en una silla, como de costumbre, junto al ventanal derecho. El conductor se desplazó hasta mi puesto para cobrar el pasaje y le entregué un billete de veinte mil pesos del que nunca retornó el cambio. Es que me había distraído por completo hasta que una imagen ya conocida regresó mi atención al paradero de buses. Ella estaba ahí, con su cabellera negra a merced del viento.Con sus manos delgadas y blancas ajustaba una bufanda de hilo rosado que contrastaba con la chaqueta negra de paño inglés. Los ojos cafés, perfectamente delineados, enmarcados por unas pestañas largas recubiertas de un buen maquillaje, daban un carácter tiernamente dominante a su mirada que, por un instante, se dirigió hacia mi ventana acompañada de una sutil sonrisa. Esos labios tenían el poder de hechizar. En la distancia infinita que sólo se encuentra hacia nuestros adentros los miré unas cuantas veces describir la frase: “te amo”.

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Revista del Taller de Escritores El fuerte rugir de un motor tiene la capacidad de cortar la más fantástica escena en la mente débil de un obsesionado. Miré hacia la calle pero ya estaba a varias cuadras de la universidad. “Será el próximo viernes”, me dije. Y el nuevo viernes llegó pero no como los anteriores. Después de la salida esperé durante más de una hora y ella no apareció. Yo desesperaba. Olvidé la retórica con la que me había preparado y me cansé de ensanchar los pulmones. Derrotado, abordé el autobús y ocupé un lugar junto al ventanal derecho. Aún guardaba una leve esperanza de mirarla al filo de la bahía. Cerré los ojos para imaginar que estaba allí, mientras el olor a violetas me cercaba por todos lados y esos labios rojos describieron la palabra: ¡Hola! que se hizo perceptible, sonora, real. Abrí los ojos y ella estaba allí, rozando mi costado izquierdo, sentada junto a mí. A la velocidad del rayo dudé varias veces de la autenticidad de la voz y de la imagen. – ¡Ho…hola! –Apenas sí pude balbucear. Estaba trémulo. La miré varias veces, estupefacto. Me sentí ridículo. – Disculpa, no fue mi intención molestarte. – ¡No, nnno! Para nada. – ¿Seguro que no? – Desde luego que no. Es una bonita sorpresa. Tan bonita como tú. – No me explicaba, aún, cómo estaba sucediendo ese diálogo real, ni de dónde me llegaba tanta inspiración. – Gracias por lo de “bonita”. No creo que sea tanto. ¿Siempre tomas esta ruta? – Sí. Y tú, ¿cambiaste la tuya? – A mí me sirven varias. ¿Qué estudias? – Ciencias políticas, ¿y tú? – Sicología. – ¡Qué bien! Serás una muy buena sicóloga. Y sí. Eres la más linda de toda la universidad. No soy el único que lo dice. – Yo seguía hablando ya con fluidez. Llevado por una mezcla de asombro y satisfacción, había preferido olvidar lo del auto junto al paradero de buses. No quise preguntarle. La miré mientras repasaba el lápiz carmín sobre sus labios. Luego dijo: –Eso espero. De hecho ya estoy iniciando una práctica... – lo dijo con cierta melodía. Me miró y separó sus labios para dejar escapar una risa sensual y algo burlona. Me sentí descubierto. Un calorcito emergía por cada poro de mi piel que, en ese momento, era como la de un camaleón. No pude sostener la mirada. Simulando mirar mi reloj opté por sobreponerme y me atreví a preguntarle: – ¿Qué piensas hacer esta noche? – Mm… déjame ver…no tengo programa…la noche va a estar fría… creo que voy a permanecer en casa. ¿Por qué? Pensé en mil lugares y en ninguno para intentar invitarla. La verdad era que no mucho conocía la ciudad.

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Revista del Taller de Escritores – No sé… tal vez si conoces algún lugar al que te gustaría ir… – No puedo permanecer mucho fuera de casa. Bueno, a decir verdad es un pequeño apartamento que acabo de tomar en arriendo cerca de aquí. Está ubicado en una pensión sencilla pero agradable; tú sabes, uno de estudiante… Quisiera que conozcas, ¿aceptas? – ¡Magnífico! – No pude evitar quemi entusiasmo se desbordara. Me miró sorprendida–. ¡No, no! ¡Discúlpame! Lo que quise decir es que allí podremos planear mejor una salida. En el caso de que pudieras, claro. – ¡Perfecto! – dijo, espaciando las frases con su risa sensual–. Sí que eres como un niño ingenuo–. Sí que eres como un niño ingenuo. Bueno, pero a lo mejor podamos cambiar la realidad del país con tus ciencias. – Sabes que eso es imposible pero puede que logremos darle una mejor visión con tu sicología. En la siguiente parada descendimos del bus. Las tres cuadras que restaban las caminamos lentos y nos alcanzó el tiempo para revelar nuestros nombres, nuestros gustos, aficiones, lugares de origen… Ella rodeaba mi brazo con sus manos mientras seguíamos platicando. Al cambiar de tema dijo: – ¿Estuviste en la protesta de ayer? – No. En realidad soy cobarde para esas cosas. – ¡Pero si eso es muy divertido! Muchas mujeres participamos; y eso que no ostentamos la valentía de ustedes, los hombres. – Apoyó su cabeza en mi hombro y deslizó sus manos sobre mi antebrazo hasta encontrar mi mano en señal de que no había querido ofenderme. – De todas maneras, no es bueno que lo golpeen unas bestias con escudos cuyos cascos son los que piensan por ellos – lo dije con aire de irritación a causa de un mal recuerdo de gases y bolillos. – ¿Te enojaste? – No, no. Por favor, no me malinterpretes. – No pudieron golpear a nadie, ni siquiera con los chorros de agua porque utilizamos los tableros de la construcción del bloque nuevo para protegernos y atacar al mismo tiempo. Logramos que las tanquetas retrocedieran. Fue una victoria total de los estudiantes. Tenemos que defender nuestros derechos y organizar un sólido movimiento estudiantil, ¿no crees? – ¡Claro que sí! Aunque no es fácil con esta persecución y con esta lucha desigual. – Será peor si no lo intentamos. Recuerda que un pueblo que no luche por sus derechos está condenado a vivir en la esclavitud. – Veo que eres muy decidida. – Dicen que tengo el espíritu de “La Pola”. ¿Cómo la ves? – Volvió a reír con esa risa que me envolvía en una atmósfera de ternura. – Yo creo que sí. – Ya quisiera… Después de unos veinte minutos entramos en una casona. El acceso era amplio, solado con bloques de barro cocido y desembocaba en un patio grande, recubierto con piedras perfectamente acomodadas. En el centro sobresalía una pila decorada con piedras lajas. Subimos por una escalera de madera en buen estado. El extenso pasillo del segundo piso nos condujo hasta un rincón de la casona. Una vez en la habitación me ofreció asiento mientras se dirigía a la cocina conectada por una puerta angosta. En seguida regresó a la habitación.

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Revista del Taller de Escritores Por favor, espérame un momento. Voy a la tienda. Puedes encender la radio o la tele. – ¿Puedo acompañarte? – Mejor descansa. No me tardo. Tenemos mucho de qué platicar. – Está bien.Encenderé la radio… y gracias. Transcurrió más tiempo del que puede emplearse en ir y volver de la tienda. Entonces me dediqué a detallar sus cosas. Me llamaron la atención unas artesanías en fique entre las que había un portarretrato. “¡Qué bella es!”, pensé, “pero es mucho mejor en persona. Es muy divertida y sensual”. Al fin de cuentas ya había esperado casi una hora. Entonces caminé despacio hasta el primer piso para observar de cerca la fuente, pero un murmullo que venía de la calle hizo que olvidara mi objetivo. Cuando salí, había una espesura de personas alrededor de un área acordonada que separaba a un cuerpo inerte. Algunos rumoraban que era una universitaria y que dos tipos le dispararon desde un auto lujoso.

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Revista del Taller de Escritores ALEJANDRO REYES

Estudió Artes Visuales, Universidad de Nariño.

TE HAGO MÚSICA Me acerco, suavemente me acerco, tus pupilas se dilatan, puedo ver tu respiro y como tu boca se abre con palabras a un lado, y esos labios húmedos hipnóticos, tu cabello, un pelo está en tus labios movedizos, y me acerco más, con mi dedo del centro lo retiro con nervios y agarro tu rostro, mi mano en tu mejilla y noto que tu mirada detalla mis labios, y te acercas e iniciamos el tacto de mi boca y la tuya, las lenguas se rozan. Ya hay abrigo y me devoro tu aliento, se puede escuchar el cómo nos comunicábamos a esta forma de hacer música con salivas y deseo. Toquemos los instrumentos de viento.

UN HERMOSO COMPARTIR Érase una vez unos hippies que nadaban en el río Amazonas, de pronto llegaron pirañas vegetarianas… Y sólo fueron peces contraculturales.

UN TEMOR PARA VENCER En un lejano rincón del planeta, de esos tantos escondites que tiene había un ratón, un ratón muy particular por que poseía musofobia. ¿Miedo de sí mismo? También padecía de delirio de persecución, ¡¡La gatofobia es lógica!! El ratoncito no podía comer ni queso porque tenía intolerancia a la lactosa, y por ello había optado por ser vegano el problema fue que le dio clorofobia ¡¡El verde le hizo daño!! No fue tan grave el color porque al mismo tiempo padeció de Hilofobia y no podía salir al bosque, por ello se encerró en la casa donde se hospedaba dándole claustrofobia, y por esas gradas bajaba apresurado al sótano quedándose en una esquinita, agitado, su corazoncito latía y latía, sus ojitos negros y aterrorizados caían del sueño, en un momento los abrió rápidamente y le dio Hipnofobia, ¡Ese miedito a dormir! Y aquella camita hecha de basuritas encontradas… ¡No lo puedo creer! Le dio Clinofobia el temor a su cama, más sin embargo tenía que dormir. No sin antes poner su mano y pedir dulces sueños, y despertar venciendo temores… así fue, hoy ya es un ratón de campo.

DON HERRADURA EN ESPEJO LINEAL Y ZAPATOS ANIMALES Y entonces pasó más tiempo en donde la población se desesperó por no poder leer su mente, ni el mismo demente lo soportó, ni el cura que se apartó de su templo por no escuchar a su gente. Las casas arrodilladas en las vías soportaron angustias, con ese silbido de coches de llantas, material de carne rosada que salpican agua.

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Revista del Taller de Escritores Fue ahí que las cuatro paredes parieron parias citadinos y llegando a su verdad huyeron a la granja, al poco campo que quedó, pero no viajaron en coches de llantas de carne ni en las motos monocicletas ni en buses incendiarios, se fueron corriendo con busos para el diario, chaquetas de lana, sombreros anchos y muchos machetes. Llegando al lugar respiraron y suspiraron, tratando de vivir en el tiempo que corre, pues corren las décadas, los meses, las semanas, los días, los minutos, segundos, yo y tú. ¡¡Pero sirvientes ya no habían!! Porque todos se servían. Los nuevos aldeanos de zapatos de cemento en colaboración con bestias del campo se reunieron a discutir, cada especie en su lugar de pronto en el canto manoteador alguien exclamó y solicitó: - ¿Quién me servirá una taza de café con abundante tierra? La comunidad se espantó de lo que vio, de quien le servía el café… Tan sólo era un caballo parado en sus dos patas traseras, en las delanteras un plato, en el plato una tasa, en la tasa el café, y del café salía un gatito gris que pestañeaba el café no tan café más bien azul. El caballo maulló y el gato relinchó. ¿Qué conclusión hay ahí? ¿Qué clase de conducta enseñas tú? ¿Qué cuestión es la del caballo y el gato? Si sólo el gato quería ayudar y faltan dos herraduras al caballo arañador. Y falta una casa en medio de la vía al campo de la ciudad.

BOINA SENSUAL Mis pies guían la noche, el amor, la soga que cuelga de mi cintura hacia un bar de mujeres risueñas. Hay lugares donde el alma reposa, no importa el sabor, no importa el olor, importa el amor. “Pues tu corazón late en invierno, en primavera, tu sueño, la bohemia y su dueño”. Observo las luces, el tubo excitado, empapado de jugos eróticos nostálgicos de naranja, de manzana prohibida y las mesas hermosas sudorosas y las gotas de alcohol caen de los labios embriagados y morbosos, satisfechas sin dinero, sin vergüenza. “Pieles blancas, pieles negras se aparean de belleza, la botella con su beso y esos labios en espejo. Somos tantos, tan semejantes, tantas manos caminando en sus bolsillos en los guantes” Pagaré cinco cervezas, unos tantos cigarros, con mala gana llamo al cantinero y cancelo, Gracias, bienvenidos sean Gracias, bienvenidos sean Gracias, bienvenidos sean Y gracias, bienvenidos sean

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Revista del Taller de Escritores Respondió contento el cantinero de vidrio. Doy la vuelta y la miro ahí sentada con una boina roja, un mechón amarillo y su falda del mismo color de su política, es totalmente hermosa, mi corazón se agita junto con su sexo… “Mi piel se eriza, juntemos las espinas clavándonos para amar”. Llevo seis copas, y me llegan sombras con palabras que cantan ecos religiosos, que estas bellas damas trabajadoras desde milenios son almas penando. ¡Yo no percibo eso! Creo en esa dama milenaria y ahora me desperté del tiempo y veo, y ahora siento y ahora supongo con color de ilusión política… ¿Será una boina roja con falda amarilla y cabello de sol? ¡¡Si lo es!! Y creo que esta dama es del ejército rojo que se reúne para conspirar de enamorar a los capitalistas y así dominarlos con su sensualidad y belleza, la combinación de métodos de lucha. Ahí planeaba conquistarme tal vez como camaradas, estratégicamente tomo el lugar adecuado para que yo me ilusionara, fue el plan perfecto. Y así atacan, es el ejército rojo femenino y ella es la comandante, se puede ver en su mirada de fuerza. Llega el cantinero de vidrio y empieza con su test líquido: ¿Te encantó, verdad? ¡Me encantó! ¿Se impregnó en tu corazón? ¡Sí, ella es! ¿La tienes encima de tus cejas? ¡Sí, ahí la tengo! ¿Eres un enamorado? ¡Sí, lo soy! ¿Quieres sexo? ¡No!, Quiero amarla como amar sin oxígeno. “Hora de reposar tu piel bohemia, los cabellos mojados se secan en la almohada de plumas y canciones de hadas”. Llevo más copas con anís al parque, la plata es para el hogar, me había olvidado que vivo en mi pantalón y solo vivo en el… Te veo en las botellas y creo que debo ir a preguntar por tu nombre, ya no seré tímido y sin llegar a ti tú me hablas y tu piel me habla, esos bellos senos casi descubiertos me gritan: “Mírame, tócame, bésame, acaríciame, pero no me golpees, enamórame”. Tus piernas no me hablan, te hablan a ti rosa roja ¿las escuchas?

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Revista del Taller de Escritores “Queremos dormir, esperemos que nuestra dueña tome taxi y tome agua” Y ni hablar del vientre y sus nalgas mejor no lo escribo, me sonrojo. “Azotes en tu seductor cuerpo perfilado por estrellas y te estrellas, azotes al causante, a ti no”. Recuerdas rosa roja que jugabas con muñecas, también jugamos a mamá y a papá, el triciclo era la nave y viajábamos a Venus luego A Marte o las cocinadas y comíamos tierra con azúcar o al escondite besado y yo perdía tanto… “Causando más divinidades con las diosas mitológicasque crean fantasías vivientes y sueños en perennidad de un mortal”. Ahora son las muñecas de las letras prohibidas… “Muñecas en reposo de abriltan dulces y delicadas, doy un beso en tu frente para arrullarte en tu lechoy cubrir con las nubes más espesas y te apoyas en mi pecho”. …Y ahora te vas de mí, ahora a lanzar tu boina, a lanzar mi poesía… a buscar tu verdadero perfume.

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Ensayo

Serie Ruana - C铆rculo de Luz 34 Hernan C贸rdoba

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Revista del Taller de Escritores LA CULTURA ARQUEOLÓGICA VALDIVIA Y SUS HEREDEROS ECUATORIANOS ANDRES HERRERA (Argentina) Diplomado en Antropología y Comunidades en la Universidad de Córdoba. Realizó estudios de Arqueología en la Universidad Nacional de Tucumán. Realiza investigaciones sobre chamanismo, arte sudamericano y transdisciplina. También se desempeña en la fotografía artística en temas de erotismo y estereotipos, a través de un enfoque de antropología visual fotográfica. Productor artístico de exposiciones alternativas. Co-fundador de ANKU el Infinito Ensamble Luminoso. “La théorie, c’est bon, maisçan’empêchepasd’exister” (“La teoría, eso está bien, pero no impide a los hechos existir”) Jean-Martin Charcot Allá en una de las zonas más secas de la costa ecuatoriana, entre los ríos y esteros a orillas del mar en donde una fría corriente de aguas observadas por Humboldt, que dan vida a una rica flora y fauna marina, con una gran variedad de algas, peces y mariscos, existe un pequeño pueblo hoy llamado Valdivia, heredero de un especial desarrollo histórico cultural de 5000 años, con influencias transoceánicas, desde otras tierras, tal vez. Quizás no se pueda probar que genéticamente fueron sus antepasados, pero eso no es importante, puesto que los actuales pobladores de Valdivia han heredado sus costumbres y modos de vida, de generaciones en generaciones. Estamos hablando de la “cultura Valdivia”, y nos referimos a la cultura arqueológica denominada en los años 50 por investigadores de la arqueología. Comúnmente, se usa la misma expresión para referirse a los habitantes que viven hoy en la localidad de este nombre y a sus modos de estar en el mundo. En este artículo partiremos desde la distinción para luego encontrar una conexión estratégica actual que aporte a la nacionalidad ecuatoriana. La cultura arqueológica en nuestro continente se define por los restos materiales y simbólicos prehispánicos de una sociedad en particular que han sobrevivido al paso del tiempo. La Cultura Arqueológica Valdivia data aproximadamente alrededor del 4000 AC – 1500 AC (es decir, desde hace 6000 años) y fue de las primeras sociedades del Período Formativo (concepto de la arqueología americana definido básicamente por un modo de vida que tiende al sedentarismo, acompañado de la agricultura como forma de producción de alimentos). Quizás sean descendientes de “Los Vegas”, grupos humanos preagrícolas que habitaron en la costa de Ecuador, cazando y recolectando entre la provincia de Manabí hasta la provincia de Santa Elena. En dicha cultura Valdivia se desarrolló la tecnología de la cerámica, que aplicada a la vida diaria, modifica la forma de vida de los grupos humanos. En particular, fueron de los primeros productores alfareros de nuestro continente, y a través de excavaciones arqueológicas se han hallado cientos de cuencos, ollas y escudillas que habían sido decoradas con motivos geométricos. Pero sus preocupaciones van mucho más allá de la obtención y consumo de la comida de cada día, porque, sin dudas, el rasgo cultural más notable en la cerámica de la

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Revista del Taller de Escritores Cultura Valdivia son las singulares y expresivas figurillas (las hay en piedra y cerámica) que representan al sexo femenino, con una destacada acentuación en la región púbica, que han sido conocidas como “Las Venus de Valdivia” (en un marcado reflejo eurocentrista). Se han interpretado como representaciones de la fecundidad de las mujeres y la tierra en sí misma, como fuente de la agricultura, la vida en para esta cultura. Los cultivos principales fueron el maíz, porotos, calabazas, algodón y maní; pero debido a la riqueza del tipo de casi selvática, seguramente no se limitaron a la agricultura, sino que habrán colectado también frutos silvestres como la piña, papayas y chirimoyas, etc, y por supuesto que a los frutos del mar, la pesca y la caza. Prueba de la potencia natural de la zona, lo son los asentamientos Valdivia, algunos de ellos fueron aldeas que albergaban a 3000 personas (Sitio arqueológico “Real Alto”). La economía se estas sociedades se completa con la comercialización con gran parte del mundo andino de un material especial que es originaria de la costa ecuatoriana: la concha Spóndylus. Que fuera considerada y muy apreciada por diferentes culturas vecinas, atestiguada por la presencia arqueológica a mucha distancia de su origen. En el periodo de la cultura Valdivia hay pruebas de que conocieron la navegación con balsas a vela, y cabe destacar aquí un relato histórico posterior, en momentos de contacto colonial (1526), en el cercano sitio de Salango, en donde se da un encuentro con una balsa manteña fuera de la costa de Esmeraldas, y cuya tripulación explicó que había llegado al norte para recolectar ciertas conchas (Spondylus) para llevarlas al Señorío de Salangome.

PRODUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO VALDIVIANO La cultura Valdivia, tal como la conocemos hoy, es el producto de una serie de investigaciones arqueológicas en el terreno realizadas por distintos investigadores, como Emilio Estrada, Betty Meggers, Clifford Evans, Zeballos Menéndez, Huerta Rendón, O. Holm, Jorge Marcos, Presley Norton, H. Bishchof y D. Lathrap. Siendo el ecuatoriano Emilio Estrada el primero de ellos en descubrir estos asentamientos arqueológicos, en 1953, con la colaboración de Betty Meggers y Clifford Evans, ambos arqueólogos del SmithsonianInstitute de Washington. El arqueólogo argentino Alberto Rex González, agrega, en 1980: “al principio se creyó un simple grupo humano costanero identificado en el sitio epónimo, con una economía de recolección marina y pesca, parece ser en realidad una cultura de amplia extensión en el interior del territorio. Cultura que mantuvo relaciones con los pueblos andinos, que además poseyó una economía agrícola y un alto grado de ceremonialismo. Por lo menos en algunas de sus etapas más avanzadas. Ahora bien, la alta antigüedad de la cultura Valdivia, hace que su estudio e investigación sea de primordial importancia, no sólo como una manifestación del desarrollo cultural prehispánico ecuatoriano, sino que su conocimiento contribuirá grandemente a la comprensión del proceso cultural de todo el continente. Valdivia sería junto con Puerto Hormigas las primeras culturas agroalfareras que aparecen en América.”

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Revista del Taller de Escritores Sobre la base arqueológica de similitudes en la alfarería, Donald Lathrap propuso la hipótesis de origen o relaciones con grupos anteriores ubicados en la región amazónica. Al tiempo que Emilio Estrada, luego de leer los trabajos de del arqueólogo norteamericano Kidder, publicados en el 59, sobre la Cultura Jomón del Japón, y de revisar las ilustraciones de su cerámica, la comparó con las de Valdivia y propone entonces la teoría de los Contactos Transoceánicos en su obra “Nuevos Elementos en la Cultura Valdivia: sus contactos transpacíficos”. Estas novedosas ideas fueron apoyadas por Clifford Evans y Betty Meggers, que en el año 1963 viajaron a Tokyo y Kyushi y al examinar la mencionada cerámica de la cultura Jomón, encontraron notables similitudes con la Valdiviana. “De todo esto resultó que numerosos aventureros tanto del Japón como de los Estados Unidos, organizaron expediciones marítimas para probar la factibilidad de un viaje tan largo y peligroso entre ambas costas del Pacífico, buscando respuestas para el origen de la Cerámica y los procesos Agrícolas; pues, aunque Jomón floreció entre el 8.000 y 500 A. C. estuvo formada por pescadores y cazadores sedentarios con cerámica y piedra pulida y perros domesticados pero no conocían la agricultura.”, nos dice el historiador ecuatoriano Rodolfo Pérez Pimentel. A su vez, esta teoría está basada sobre el marco conceptual de una teoría más general que fue la del etnólogo Paul Rivet, que sostenía a través de estudios lingüísticos y etnográficos un poblamiento poligenético de América, en varias corrientes migratorias provenientes de Asia, no sólo desde Behring, sino desde Australia, Melanesia y Polinesia navegando en pequeñas embarcaciones. (Los orígenes del hombre americano, 1943). Posterior a la teoría de Estrada, Evans y Meggers, unos investigadores hicieron el experimento para comprobar la teoría, tardando siete meses en cruzar desde el puerto de Shimoda hasta Guayaquil, viajando en unas réplicas estimadas de las barcas que se usaban hace 5000 años. El exitoso viaje del Yaset-go III fue auspiciado en Tokio por el Proyecto de Investigación de Culturas Antiguas del Pacifico. En síntesis, la teoría del origen transoceánico planta que hace unos 5.000 años, las costas de Japón y de América, fueron ocupadas por grupos humanos que se dedicaban a la pesca y la recolección de mariscos, aunque en Japón también ocuparon los valles de los ríos, utilizando embarcaciones para la pesca, estos grupos al entrar al mar, se encontraron con fuertes vientos y tifones que los fueron llevando hacia el este, y quizás, después de viajar 11 meses llegaron a las costas ecuatorianas, donde fueron encontrados por los habitantes de allí. Producto de ese contacto que habrá generado interesantes intercambios, los valdivianos tomaron para sí diferentes técnicas y diseños de la alfarería de los recién llegados.

LA CERÁMICA: TECNOLOGÍA SIMBÓLICA Como motivos decorativos usaron los geométricos, sobre vasijas ya pulidas. Su cosmovisión estaba más allá de dividir entre lo cotidiano y lo ritual, ya que usaban las mismas piezas cerámicas de forma utilitaria doméstica como también, posteriormente, pasaban a formar parte de ajuares funerarios. Los muertos eran enterrados en las mismas bases de las viviendas,

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Revista del Taller de Escritores lo cual asevera nuestra interpretación de la convivencia de lo cotidiano con lo simbólico ritual, o en todo caso la no división entre esos conceptos. Los animales domésticos también eran sepultados, especialmente los perros, de una forma similar a la de las personas. Se han encontrado ollas para almacenar líquidos y granos, y otras para cocinar directamente sobre el fuego. Hay cuencos y platos generalmente pintados con engobe rojo, incisos y grabados, o con bordes ondulados o calados. Los cuencos globulares suelen tener pequeñas protuberancias en la base para su equilibrio. También hay cuencos con forma de calabazas, que reflejan una marcada tendencia naturalista en la confección. Las figurillas en barro cocido representan a mujeres desnudas de busto exuberante y pubis prominente, aunque también se han hallado algunas que poseen rasgos de ambos sexos, que posiblemente tenga que ver con el concepto de dualidad andina simbólica, muy desarrollado en culturas posteriores. Otras representan mujeres en estado de gravidez (con una cámara vacía en el vientre conteniendo una o más semillas secas o piedritas), como hay otras figurando mujeres con niños en brazos. La marcada evocación a la fertilidad femenina estaría en relación con el carácter de agricultura incipiente de estas poblaciones, que necesitaba propiciar a través del ritual, la fecundidad de los campos. Además se han visto detalles de representación de tapa rabo, figurines bicéfalos y otros en posición sedentaria ¿o quizás ritual? y “banquitos de chamán” similares a los bancos de madera que aún se observan entre las tribus del bosque húmedo tropical. Un dato muy a destacar es que algunas de las figurillas parecen haber sido rotos deliberadamente en el cuello o la cintura, lo que puede implicar un solo uso en evento ceremonial o “muerte simbólica”. Cabe la hipótesis de que tenían a la vez una función sanadora, y que una vez lograda la salud del paciente, el chamán las destruía. Se cree que habrían consumido hojas de coca, ya que hay figurillas que se ven con la mejilla hinchada, y a la vez existen pequeños recipientes que podrían haber servido para guardar la sustancia que libera el alcaloide. Esta evidencia de uso de plantas psicoactivas (asi como también las probables anadenanthera y la ayahuasca o yagé) nos dan cuenta de unos muy antiguos conceptos religiosos para estas tierras, y según Baumann (1985) podrían haberse difundido desde Valdivia hacia el mundo andino. A través de algunas figurillas es que se infiere que el adorno personal era muy importante para los valdivianos, como ser los bezotes o adornos labiales, collares y orejeras. Estos adornos se elaboraron principalmente con conchas marinas Spondylus y con el caracol Strombussp., y no serían algo meramente decorativo, sino un objeto fuertemente simbólico para esta cultura. Mujeres al Poder Pareciera que la sociedad de Valdivia era matriarcal, como por ejemplo la sociedad Wayúu, en el actual norte de Colombia, o la cultura Quimbaya, en el mismo país. Se ha inferido esta característica a través de la arqueología en Valdivia, puesto que en el sitio El Alto, se encontraron los restos de una mujer en una tumba rodeada por grandes piedras y por otras sepulturas menores de hombres que fueron sometidos a sacrificios. También hay datos en el momento de contacto colonial que avalan de que en las Antillas y en Sudamérica existían sociedades de estructura matriarcal, en las que la mujer gozaba de mayores derechos que el hombre. (puntualmente, la costa del Ecuador es una de las zonas descriptas por el cronista Pedro Cieza de León como matrilineal, y que además las mujeres practicaban la agricultura y

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Revista del Taller de Escritores el comercio, en tanto que los hombres hilaban y tejían). Existen variadas piezas arqueológicas de otras culturas de la costa ecuatoriana con importantes representaciones femeninas: Cultura Chorrera (1500 a.c. – 500 a.c.): vasijas con rasgos senos y pubis marcados, con la novedad de la representación de pinturas corporales con un fínisimo acabado, y detalles de adornos o gorros para las cabezas. Cultura Bahía (450 a.c. – 80 d.c.): piezas cerámicas de importante factura, a modo de esculturas con escenas naturalistas de mujeres pariendo, a veces solas, y en otras acompañadas por ayudantes, como también mujer sosteniendo un niño en brazos. Cultura Jama Coaque (500 a.c. – 500 d.c.): la mujer es representada desnuda o con una falda corta, de pie o de rodillas. Tocados o gorros con muchos detalles decorativos, nariz con tembetá, collares. Hay figuras que combinan rasgos zoomorfos. Cultura La Tolita (600 a.c. – 300 a.c.): mujer representada con connotaciones eróticas, vinculadas con ritos de fecundidad e iniciación sexual. Hay una mujer representada en rito chamánico de transformación en animal, sentada en un taburete ritual. También ocarinas con representaciones femeninas. Cultura Guangala (300 a.c. – 700 d.c.): ocarinas con representaciones de mujeres jóvenes. Otras piezas de carácter muy realista mostrando mujeres con actitud triste. También, pinturas corporales en mujeres. El Pueblo de Valdivia y la Arqueología En el año 1981, Ángel Aquino estaba construyendo su casa en el pueblo de Valdivia, y mientras cavaba para asentar los cimientos, se dio con la sorpresa de un cambio en la dureza del suelo, y luego el hallazgo de cráneos y huesos humanos, acompañados de restos de cerámicas. La familia decide construir su casa al lado de las tumbas, que luego se identificaron como de la cultura Guangala, con la particularidad de que los esqueletos se encontraban en la famosa posición de loto (habitual en las prácticas meditativas orientales). El escritor chileno Javier Bravo visitó esa casa museo, y en una nota publicada en Julio de 2010 relata: “Lo que más me llamó la atención del museo, es que se encuentra en el patio de una casa, y que por ende está muy conectado con los lugareños, mientras que normalmente, los museos, ruinas o tumbas están administrados y protegidos por alguna institución, o gobiernos, separados de las personas. (…) En este caso, los ancestros se encuentran realmente enraizados con el pueblo, ellos los descubrieron, los cuidaron y ahora lo administran. Las cerámicas se encuentran en el comedor y en la sala de estar“. En cuanto al otro museo (institución que se encuentra en estado de semi abandono), personalmente, tuve la oportunidad de trabajar allí junto a Luis Bajaña, para esta investigación en el mismo año que Javier Bravo, y una mañana que me encontraba revisando bibliografía y piezas arqueológicas, llegó al establecimiento una persona que trabajando en una obra pública había encontrado restos cerámicos, y que había decidido sin dudar, acercarlos al museo en ese momento. Al mismo tiempo, se encontraban visitando en el museo, una delegación de docentes de Guayaquil que se mostraron muy interesados en el rescate arqueológico y la mayoría coincidió en una frase: “queremos y necesitamos capacitación sobre arqueología para enseñar en las escuelas”. Encontré mucho tiempo después un documento de 1980, del arqueólogo argentino Alberto Rex González, con recomendaciones para el museo de Valdivia, en las que destacaba: “la futura

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Revista del Taller de Escritores difusión tanto de los logros científicos que se obtengan como resultado de las investigaciones, como de los fines y propósitos de la arqueología en general. Este último en relación directa con la necesidad de hacer conocer, afianzar y concientizar el significado de los bienes patrimoniales. Bienes que forman parte de las raíces mismas de la nacionalidad. El conocerlos, estudiarlos, valorizarlos y protegerlos, significa afianzar las propias raíces nacionales y americanas. (…) Para arraigar y difundirse en su exacta medida, este conocimiento necesita ser impartido desde la escuela primaria”.

LA FIESTA DE LA VENUS DE VALDIVIA Luis Bajaña (mencionado arriba) es un investigador autodidacta residente en Valdivia, que se ha hecho cargo en silencio, de hacer funcionar el Museo de la Cultura Valdivia, abandonado por los subsidios de la academia arqueológica, mientras alberga no sólo una de las más importantes colecciones de arqueología Valdivia y Guangala, sino el perfil estratigráfico de las primeras excavaciones, ya que es un “museo de sitio” o “in situ”. En dicha institución, Bajaña nos ha guiado por el tema de la cultura Valdivia y puso a disposición el espacio para poder realizar observaciones de las colecciones. En un momento se excusó porque tenía que dirigir un ensayo, y allí fue cuando nos comentó que en el pueblo llevaba a cabo la organización año a año del Festival de la Venus de Valdivia, una celebración colectiva que lleva varias ediciones y consta de una representación teatral y de danza, representada por varias jóvenes de Valdivia, con un estudio fundamentado en la recuperación de la identidad indígena de sus pobladores, que si bien la mayor parte de la oralidad se perdió por el proceso colonial, constituye para Bajaña un desafío de posicionar a Valdivia dentro de las principales fiestas nacionales del Ecuador. Para este trabajo, el investigador recurre a un estudio iconográfico sobre la estética de las figurillas o “venus”, haciendo hincapié en los adornos y en la expresividad; como así también, un estudio sobre mitología comparada. Una de las pequeñas salas del museo, está destinada a los instrumentos musicales arqueológicos, unas muy sofisticadas ocarinas y silbatos de la cultura Guangala, posterior a Valdivia, la mayoría con formas de animales, principalmente pájaros y diversos tonos de sonido. Es sugestivo que haya instrumentos de viento ornitomorfos, si recordamos que una de las teorías del desarrollo de la música es “la imitación de los pájaros”. Cuando probamos las ocarinas y silbatos, vimos que la mayoría producen sonidos de tono alto, es decir, agudo, como los pájaros (inclusive una hipótesis de Bajaña es que se habría utilizado agua dentro de los mismos para agudizar aún más el registro, cosa que fue probada experimentalmente por nosotros). El sueño a cumplir, nos dice Luis Bajaña, “sería registrar y poder llegar a componer una sinfonía con todos estos sonidos de los instrumentos musicales antiguos, y así mostrar a todo

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Revista del Taller de Escritores el público del festival algo que suene a esos tiempos, una música imaginada”. Investigando en la música libre de la Internet, encontramos un disco grabado con instrumentos arqueológicos todos de las culturas costeñas del Ecuador, del artista e investigador Rodrigo CovacevichQowasi, llamado “Etnias, Paisaje Sonoro”, editado en 2011, que puede ser escuchado para que podamos imaginarnos la vida sonora de los Valdivia. El mismo Bajaña realiza experimentaciones fabricando réplicas de otros instrumentos conocidos como pututus o quipas, confeccionados con caracoles grandes que dan un grave sonido. Covacevich, en su “Arqueomusicología del Ecuador”, comenta científica y poéticamente que: “originalmente se utilizó con esta función el caracol marino Strombus, de simbología masculina, relacionado con el mito de la Creación y con el Primer Canto; luego, su forma fue imitada en cerámica, incluso con su columela y cámaras en espiral en el interior, horadado en el ápice para conformar la embocadura del instrumento. Fueron utilizados por los sacerdotes y curacas para la rememoración de Los mitos de origen, ceremonias de carácter militar y para la convocatoria social.” Esperamos volver al pueblo y poder concurrir al Festival de Las Venus, a ver de pie como un pueblo indaga en su propia historia, se apropia y la reinterpreta en favor de sus modos de ser en el mundo, y se consolida como los herederos de la cultura Valdivia, cuyos miembros no eran ni Ecuatorianos ni Japoneses… sino valientes hombres y mujeres del mar.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Baumann, Peter. 1985. Valdivia, el descubrimiento de la más antigua cultura de América. Planeta S.A., Barcelona. Bravo, Javier. 2010. Tumbas del Tiempo. Blog Origen Americano. http://origenamericano. blogspot.com.ar/2010/07/cultura-valdivia-ecuador.html Covacevich, Rodrigo. Arqueomusicología del Ecuador. http://arqueomusicologiaec.blogspot. com.ar Estrada, Emilio. 1980. Nuevos elementos en la cultura Valdivia: sus posibles contactos Transpacíficos. Universidad de Valladolid. Estrada, Emilio. 1980. Un sitio arqueológico formativo en la costa de la provincia del Guayas, Ecuador. Universidad de Valladolid. Evans, Clifford, Meggers, Betty J. y Estrada, Emilio.1959. Cultura Valdivia. Vida. Guayaquil. González, Alberto Rex. 1980. La “Cultura Valdivia”. Informe preparado para el Gobierno de Ecuador por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). París. Leveratto, Yury. 2010. ¿Fue Jomon el origen de la Cultura Valdivia? www.yurileveratto.com Luniss, Richard. 2011. El Centro Ceremonial de Salango. Revista Apachita n° 18. Quito. Martín-Cano Abreu, Francisca. 2000. Sociedades matrilineales de Suramérica. Vereda, Universidad de Los Andes, Venezuela. Pérez Pimentel, Rodolfo. Diccionario Biográfico del Ecuador. http://www. diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo1/m3.htm

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Revista del Taller de Escritores EL LIBRO, LA LECTURA, LA LITERATURA, A PARTIR DE JACQUES DERRIDA FREDY PUENTES Licenciado en Filosofía y Letras, Universidad de Nariño. Profesor de Filosofía, Departamento del Putumayo. Derrida había publicado en 1967 un texto intitulado “El fin del libro y el comienzo de la escritura” donde habla, antes y más allá de la tradición que hace posible -desde Platón a Saussure- que el significado sea anterior al significante, del fin de ese “modelo ontológicoenciclopédico o neohegeliano del gran libro total, el libro del saber absoluto” pero ese fin , según el pensador postcolonial judeo-hispano-árabe, era interminable. Derrida cree en su ensayo “El libro por venir“ que la unidad y la identidad del libro no son incompatibles con las nuevas teletecnologías o “tecnologías de la infocomunicación”, cree que el libro no va a desaparecer sino que en estas reestructuraciones, incorporaciones electrónicas o transmisiones telemáticas, la forma antigua “sobrevive sin fin”, lo único que cambia son los soportes que, en el caso actual, serían “dinámicos”, con o sin pantalla, “la casi inmaterialidad de las operaciones electrónicas”. Siempre será necesario y oportuno, resistiendo los imperativos de la “industria cultural” que transforma en “objetos de cultura” intercambiables “la palabra”,”el pensamiento”, “la imagen”, un lector inteligente e inventivo, que lea lo que “no habrá tenido lugar”, un escritor que escriba en el límite del pensamiento, entre la idea y la imagen, que reitere la diferencia afirmativa, no fenoménica, que invierta y desplace los predicados de la lengua, lengua que -como escribe Derrida-, no es sujeto ni objeto, lengua que no se puede separar de la gramática y de la imposición colonial, lengua que es inseparable del pensamiento. Un escritor que enseñe, como en su relación con la filosofía, a no renunciar al valor de verdad, “pensar otra relación con la verdad”, “no renunciar a tratar la verdad”, sin destrucción o negación. La lectura, como sabemos desde un singular lector de Mallarmé que era Maurice Blanchot, hace que la obra se transforme en obra y el lector libere al libro de todo autor, no es una interrogación, ni una discusión, ni una conversación, aunque uno puede “leer para conversar”: “La verdadera lectura no discute nunca el libro verdadero, pero tampoco es sumisión al “texto”. Sólo el libro no-literario se ofrece (...) como un conjunto de afirmaciones reales”(“Leer”, en:El espacio literario). Derrida, en una entrevista hecha por Derek Attridge, afirma que se puede hacer una lectura intrascendente de un discurso y que la literariedad no es una propiedad intrínseca a un texto, este carácter literario está más próximo de la estructura noemática del objeto intencional que del componente subjetivo del acto noético. Derrida hace nuevos usos de la terminología husserliana (“trascendente”, “noemático”, “noético”) y enseña que la literatura pone en crisis a la fenomenología, por ejemplo, cuando cuestiona la supremacía de la conciencia. Derrida diferencia entre una lectura trascendente, es decir, aquella que va más allá del texto en dirección del significante, la forma y el lenguaje y una intrascendente que “se queda con la

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Revista del Taller de Escritores forma y el lenguaje”. La literatura es una institución occidental moderna que surgió a fines del siglo XVII con las democracias parlamentarias y está relacionada con la democracia, libertad para decir o escribir, sólo como “principio democrático” o de libre expresión, para “realizar cualquier acto simbólico”. La literatura es inseparable de la democracia y condición de la misma. Derrida afirma que esta autorización a decirlo todo en literatura reconoce un “derecho a la absoluta no respuesta”, “allí donde no sería cuestión de responder, de ser capaz o tener que responder”. La libertad para decirlo todo en literatura significa, dice Hillis Miller siguiendo a Derrida, “el derecho a no responder, el derecho a una no respuesta absoluta, a guardar el secreto”(“Derrrida y la literatura”). En el video “De otra parte,Derrida” el argelino, difiriendo la metafísica de la presencia dice: “(…)Y naturalmente, la cuestión del secreto siempre me preocupó mucho, independientemente de mi “cuestión judía”. Me preocupó no sólo en relación al inconsciente, sino también la dimensión política del secreto, siendo el secreto lo que resiste a la política, a la politización, a la ciudadanía, a la transparencia, a lo fenoménico. Siempre que se quiere destruir el secreto hay una gestión totalitaria. El totalitarismo es siempre el secreto revelado(...). El secreto debe ser respetado. ¿Qué es un secreto absoluto? Esta cuestión me obsesionó tanto como la cuestión de mis orígenes judeo-españoles”. La literatura guarda un secreto que no puede ser revelado, ella no responde. Este derecho a la no respuesta lo asocia Derrida con la “democracia por venir”. El derecho a decir todo viene de la iterabilidad de todo lenguaje siendo la misma una característica tanto de textos constatativos como performativos, “tanto los que dicen la verdad como los que realizan actos”. Este arte de la lectura, extraño arte de “leer en voz baja”, según Jorge Luis Borges, ha dado lugar a escritores como Gustave Flaubert, Mallarmé y Joyce, quienes, según Derrida en diferentes obras, hicieron transformaciones de “formas significantes” (fónicas, gráficas). Esta idea contraintuitiva de literatura de Derrida está comprometida, como demostró Miller, con su teoría de “las manifestaciones performativas”. Podemos entender este extraño concepto de literatura de Derrida si estudiamos la relación de la literatura con el secreto(“Pasiones”) o literatura con actos performativos (“Psyché. Invenciones del otro”). En 1951, Borges, citado anterior y nuevamente, en un texto en prosa llamado “Del culto de los libros”, expresaba que en el siglo II era común leer en voz alta porque no había signos de puntuación, ni siquiera división de palabras y leer en grupo para solucionar los inconvenientes de la escasez de códices. Según Derrida hay dos formas de invención, la invención que “no inventa nada” porque es una repeticiónde lo existente e institucionalizado y la otra es una articulación entre “azar” y “necesidad”, crea y encuentra en el lugar, “produce la novedad de un acontecimiento”. Según Derrida esta novedad está “más allá del acto de habla”. El objeto literario “siempre ha estado allí”, sólo es accesible “a través de las palabras de la obra”. Este “a través de“, es lo que a Derrida le interesa cuando lee e interpreta los textos canónicos o no de la tradición occidental, cuando solicita el sistema de predicados que hace posible esos discursos. Reelaborando la

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Revista del Taller de Escritores idea austiniana de “actos de habla” Derrida invoca “una nueva noción” cuando “habla de la “invención imposible” de lo “completamente otro”. Esta invención imposible es “la única invención en el mundo, la única invención del mundo” y no hay un sujeto identificable que sea el agente de esta invención, no hay - como se dice habitualmente-“un nosotros” o “una comunidad de investigadores”. Mi trabajo, según Derrida, es “darle un lugar al otro, dejar al otro venir”, este otro que no es singular sino plural. El único acceso a una obra es a través de “las palabras de la obra”, sólo podemos saber aquello que las obras dicen. Miller afirma que: “Lo que no se dice no puede saberse por ningún medio, ni siquiera puede saberlo el autor”. Una obra literaria es un “acto de supervivencia”, “continuar viviendo después de la muerte”. “Muerte” es aquí el nombre de una “figura desplazada para el completamente otro”. Derrida hace un análisis detallado de estas cuestiones en sus lecturas de los relatos de Blanchot “La locura de la luz” y “Sentencia de muerte”. Blanchot nos había enseñado a escribir a partir de la ausencia, del no ser de la literatura, relación entre la literatura y la muerte. Puerto Limón, Putumayo, Octubre 28 de 2013.

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Revista del Taller de Escritores FLUCTUACIONES ETNOLITERARIAS: EL CONCEPTO URBANO-ANIMAL EN LA OBRA DE RAFAEL CHAPARRO MADIEDO YESID NIÑO ARTEAGA Licenciado en Filosofía y Letras, egresado Maestría en Etnoliteratura, Docente de Formación Humanística, Profesor de Literatura, Universidad de Nariño. “Señor: perdónalos porque no saben lo que dicen, pero sí saben el poder que protegen”. RAFAEL CHAPARRO MADIEDO

1. INTRODUCCIÓN Este trabajo se presenta como una propuesta que busca pensar y crear alternativas que enriquezcan el espacio de la literatura, incluyendo, por supuesto, el espacio etnoliterario, mediante lógicas constituidas en distintos textos de la cultura, que se relacionan como componentes básicos y ausentes de la realidad. Uno de esos componentes es el mito; que se va a proponer (a partir de importantes investigaciones como las realizadas por el profesor Hugo Niño), como un código de valores “duro pero necesario”, en cuanto aborda campos de la realidad misma: “la intriga, el suspenso, la truculencia, y el remate sorpresivo”1, indudablemente, rasgos esenciales de la literatura latinoamericana y, de manera inminente para la literatura colombiana, con la obra de Rafael Chaparro Madiedo, que orienta hacia una urgencia alternativa los patrones literarios más tradicionales. No será sorpresa afirmar que esos patrones literarios, al igual que las tradicionales características, que se imponen al espacio de lo etnoliterario, como el indigenismo, la etnografía, el ecologismo, la subalternidad, la descolonización del pensamiento, etc., cambian con brusquedad después de aproximarse a ciertos autores de la literatura latinoamericana. Con novelas como Opio en las nubes, y aún más, al aproximarse a la lectura de El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes, esta propuesta se hace notoria y se puede vivenciar como oportunidad literaria y epistemológica para un posible terreno investigativo (de escritura, de voces, de nuevas lógicas) para las tradicionales líneas de investigación etnoliteraria. Lo anterior, lo podemos afirmar a partir de un autor clásico de la etnoliteratura, Jose María Arguedas (2011), quien anuncia la figura del poeta-escritor, el escritor que vendrá para la literatura latinoamericana, sobre todo para el espacio etnoliterario, como una relación salvaje entre lo urbano y lo rural: Nicanor Parra, afirmará en su debido tiempo J. M. Arguedas. Entonces, ¿en esa anti-literatura, anunciada con pasión cortante por Nicanor Parra, etnoliteratura, literatura latinoamericana, para el mismo Jose M. Arguedas, no podría situarse otro autor como Rafael Chaparro Madiedo, como foco epistemológico que permita crecer y revitalizar el espacio de lo etnoliterario?

Niño, Hugo (1989). “Etnoliteratura, conocimiento y valores”. En: Revista Mopa-Mopa, N° 21, Pasto, noviembre de 2012, pp. 196-211.

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Revista del Taller de Escritores Colombiano, impuro, mestizo, cuya obra implica el pronunciamiento del exceso, que es clave en lo etnoliterario, ¿podría ser una lectura que también acompañe las tradicionales y vitales vivencias etnoliterarias, para afirmar la continuidad al derecho a la vida, el pensamiento ecológico, la vitalidad terrenal en los modos de vida y de relacionarse con el otro y con el mundo? Veamos para eso una pronta definición. La etnoliteratura es la literatura misma preguntándose por las razones y las transgresiones del ser humano en el mundo, lo inhumano, lo extravagante, lo profano, lo sexual, el horror, el mito, la montaña en la ciudad, adoptando las voces y trazos de los animales, las plantas, las rocas, las cordilleras, los niños. Fuera de la reiteración periférica, la etnoliteratura, hacer ver aún más insólita la dependencia hacia los dictados culturales eurocéntricos. Es la literatura mostrando su urgencia y su crisis. El mito en la ciudad, la ciudad en el mito, deformándose, complicándose, arruinándose, pero a la vez, visualizándose como una curación de la palabra y de la humanidad. “Conocimiento y valores” que surgen de la compleja situación y el conflicto social inoculado en los antivalores de la realidad, devastados y transgredidos en la acción literaria. La obra de Rafael Chaparro Madiedo, en este caso, está atravesada de retóricas del éxtasis que asumen la plenitud silente de lo que Ernesto Sábato denominó como “atmosferas envolventes”. Vemos en El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes cómo se muestra una dimensión compulsiva, por tanto, necesaria, para comprender la difícil dimensión de lo urbano (que en Latinoamérica, se encuentra en continua relación con lo rural), y de la literatura, que se vive, como representación de las expresiones simbólicas (culturales, colectivas, singulares) condensadas en lo urbano. Rafael Chaparro Madiedo, se presenta en este trabajo como el escritor por venir, el escritor latinoamericano en una actitud diferente a los cánones oficiales; caminante de la salvaje jungla enfermiza; “welcome to the jungle”, resuena en su estilo, al lado de la compleja situación del espacio urbano, que también es cuestión de la etnoliteratura.

2. LA ANIMALIDAD LITERARIA No se puede pensar a la literatura como algo secundario y sucesivo de la letra, asunción en el salto de lo escrito, es parecer indudable de la acción literaria desproporcionarseafirmarse incluso en las distancias orales o los testimonios acústicos. Musicalidad, desvarío, relato, chisme, habladuría, taque, joda, risa, musicalidad nuevamente, o acaso ¿qué sugiere, literariamente en su superficie, la obra de García Márquez sin el vallenato, sus compadres y la mamadera de gallo, o de Miguel Ángel Asturias sin el dialogo con los hombres de tierra y maíz? Es así como el efecto gentil y unidimensional: historia a partir de la escritura, se contrae en la posibilidad dinámica, por tanto, epistémica, que brinda la diversidad etnoliteraria al espacio del conocimiento. Escribir en acústica. (In)Ficción de y en la voz, con la voz, que y desde la irritable complicidad, eco-fisura, se a-parea con el delirio inexacto de hacerse otro(s). Relación: “distancia, diferencia, varias perspectivas”, como expresaría el profesor Juan Duchesne Winter (2013): distancia que permitirá el extraño acontecimiento de oír y también ver las otras voces, puesto que “la

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Revista del Taller de Escritores verdad literaria consiste en establecer relaciones”. El árbol, el abrazo, la caricia (que también y siempre parece (no) tener silencio) las flores, el color, las aves, sonido. Perfume Perfume Perfume de pájaro Perfume de lluvia Perfume de calle…2 Escribir para que haya enfrentamientos singulares con la estricta, y hasta feliz, formación disciplinaria: el control, la coerción, la sobreexplotación. El saber, ineludible al ser humano, debería establecer una rotunda oposición hacia los principios coercitivos de la homogeneidad. La literatura entonces no se enclaustra o capitaliza, “Capital cultural quiere decir: hay que capitalizar todas las culturas en el banco cultural. Es la memoria de la humanidad. Hay que saturar cada agencia… nada es naturaleza, todo es cultura…” (Lyotard, 1996: 12). Según este planteamiento es necesario pensar la literatura como memoria de lo no humano, es decir, memoria incierta, por lo que está en devenir, a la par que se manifiesta la posible acción del pensamiento creativo: la ruptura de una poética unidimensional. Entonces mi baby, por fin nos encontramos En el fondo del cielo, a las seis de la mañana, Nos encontramos y nos damos un beso largo, eterno, infinito Y tus labios y los míos Se convierten en dos águilas Que vuelan hacia el sol A quemarse Quemarse Quemarse Quemarse… 3 Como ya se mencionó la literatura no puede ser simplemente la proximidad con el salto escrito; sin igual también es la irregularidad del otro y del deseo, anécdota, relato, testimonio de vida, el temblor propio de la voz, que se muestra en ella como una actividad oral inmanente con la historia y que implica la deconstrucción del conocimiento histórico a la vez que le proporciona al mismo conocimiento “un soporte tanto pedagógico como narrativo”4 . La literatura pone en cuestión el campo y el modelo social. Forma focos abiertos a la propuesta y producción del deseo; según Deleuze (2007), una de las acciones del deseo es la de producir flujos del inconsciente5 en un campo social-histórico, eclosión de deseo, para hacer tambalear el sistema y/o el monopolio.

Chaparro Madiedo, Rafael. (2012). El Pájaro Speed y su banda de corazones maleantes. Zaragoza: Tropo Editores, p. 174. 3 Ibíd., p. 175. 4 Little, R. (2007). ¿Qué sería de la historia sin lo anecdótico?. Revista Credencial Historia, 209, p. 4. 5 Renovaciones de los discursos, formaciones y deformaciones de enunciados, conciencia en continua producción. 2

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Revista del Taller de Escritores Atentar rotundamente contra el “panteón humanista”: la literatura permite la “circulación intensiva de corazón y pensamiento contra todo discurso represivo, cerrado e ideológico”, definición que bien o mal podría llamarse animalidad literaria. “…No vale la pena buscar más… todo el secreto de la vida está en los árboles” (Chaparro Madiedo, 2012:206). Rotular mediante positivismos la investigación (etnoliteraria y de las ciencias humanas), las formas y deformaciones de la misma, en una sola distribución metodológica o disciplinaria implica la conveniente dispersión y resistencia de acústicas ir-razonables6. A veces y casi siempre, fuera de todo poder, disciplina u orden, concentrado en el establecimiento de modelos. Esto puede ser incontrastable al ver que en la unilógica interactiva del conocimiento: sujeto-objeto, lo cualitativo-lo cuantitativo (disfrazado muchas veces de imcomparabilidad metodológica), se dispone como posible solución al conflicto teórico, al ampliar la generalidad que aplica la unidad científica para cimentar, elucidar, las sólidas modalidades teóricoprácticas que en sí solo abordan las tendencias aprobadas por el cuerpo centralizado: el vestigio mismo que modela la investigación para su reutilización y abolengo. … Los árboles conocen los vientos el vuelo de las aves los árboles se embriagan con el olor de la hierba húmeda y a su vez los árboles embriagan al mundo a la mañana y a las nubes con su olor con ese olor fuerte a madera con ese olor que huele un poco a las mujeres……Chico cuando tu mujer se vaya de tu lado vete debajo de un árbol y seguro allí en ese árbol arbolito arbolote encontrarás el rastro de tu baby el rastro de su sonrisa intacta ente las ramas verdes chico takeiteasy respira hondo respira hondito… (Chaparro Madiedo, 2012: 207).

2.1 LAS “VUELTAS” COTIDIANAS Michel de Certeau (2000) señaló la existencia de una necesidad imperante en la producción intelectual de la cultura escrituraria que exige la imposición de una identidad a las voces que conforman el espacio del otredad; la producción intelectual se ensancha en el territorio de apropiación que se hace ante la huella desconocida, en un intento de volverse individualidad sobreimplícita o afirmación individual del “hablante divino” sobre la pluralidad, que aún se manifiesta indefinida en el contacto, en el trato sonoro de la desaparición en palabras. Por un sendero más peligroso, sucio e inocente, la etnoliteratura propone sus vestigios en la oportunidad de estar con el otro. Existe, pues, otra insinuación, erótica y filuda, inhumana, “heterológicamente insatisfactoria”, antihigiénica, por tanto bacteriana y biológica. Como se mencionó anteriormente, escribir en acústica. Translaciones y destellos contra la superficie, pliegues polvorosos o fragmentarios, choque insensato, opciones “más allá” de toda tranquilidad; allí se presenta una posible singularidad. NO sujeto-a-algo fijo o seguro-al-objeto, fuera del modelo o la modelación donde

Sin olvidar que lo irracional conduce incluso a lo racional, ir a (incluso hasta) lo racional, oportunidad revolucionaria, tal y como lo mencionó GillesDeleuze: “lo único que puede exorcizar la vergüenza o responder a lo intolerable”.

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Revista del Taller de Escritores el sistema atrae y acredita, por tanto, donde se espera la seguridad (incluso democrática) hasta en la soledad. Allí pierde la investigación natural: sonido en huida de toda objetividad, para que se artificie el rol del que se glorifica desde lo académico para canonizar, incluso hasta las formas de “hacer literatura” mediante la institucionalización sistemática de los modelos teóricos. F. Nietzsche mencionó alguna vez que el pensamiento lógico es simplemente una herramienta para la atravesar el hundimiento de la vida, lo que implica un deseo irremediable de estar con todo lo vivo. La intensión investigativa, como intensidad desprendida de lo vivo, fuera de texto, debería vivirse (antes que entenderse) como una fisura en los parámetros de la comprensión, lo que implica la multiplicidad inhumana, vegetal, mineral y animal de los ruidos vivos. Anuncio irresponsable: sacarle bocas, lenguas y saliva al trazo que parece solitario. Modificación insensible, agreste, de todo cuerpo organizado. Literatura a partir de escrituras deshechas: “Un cuerpo plural donde circulan, efímeros, rumores orales…”7, las voces (el estar con el otro en su silencio), en la etnoliteratura, en la literatura en emergencia, afirman la protesta inseparable de la testarudez de la episteme, animalidad del aliento dispuesto a, como lo mencionó M. de Certeau: hacer escritura alterada a partir de voces alteradas. … En el halo del árbol no necesitarás brandy ni pastillas ni ninguna de esas mierdas es allí en el árbol bajo su perfume bajo su sombra bajo su silencio donde tu baby te llamará y te invitará a que te lances al vértigo de sus labios rojitos y carnosos mierda chico takeiteasy solo hay que llegar hasta el árbol…(Chaparro Madiedo, 2012, 207) Instaurarse en los modos de la convivencia implica el desarraigo inconcluso hacia todo ejemplar de dicotomías o discriminaciones dogmáticas, a la par que se comprende que el espacio de la convivencia es convaleciente incluso comercializable. Elepés, cigarrillos, pastillas, alcoholes, jeringas, biblias, sanaciones, exorcismos, regeneraciones, buses, enciclopedias, botellas, papel sanitario… todo tipo de representaciones atmosféricas y corporales recorren la cáustica cronología de la convivencia de las calles. Donde cotidianidades como el LSD y también el ácido muriático en el tinto o la gaseosa pueden ser “…agua bendita del cura de su pueblo… con un poco de Colombiana… amarillo, azul y rojo. Los colores del piojo” (Chaparro Madiedo, 1989). Desprevenida cauterización a las palabras. Se puede sugerir entonces que para afirmar experiencias de conocimiento, de vida, y que puedan dar definiciones sobre el espacio de la ciudad, se hace imprescindible una dinámica investigativa y creativa que deforme los mensajes regulares establecidos como tradición intelectual, la cientificidad que vende, el supuesto “rigor” propio del realismo científico, los seniles y dicotómicos condicionamientos al pensamiento que se trastocan siempre en “microfascismos”.

De Certeau, Michel. (2000). La invención de lo cotidiano 1. Artes de Hacer. México: Universidad Iberoamericana. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, p. 175.

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Revista del Taller de Escritores J. F. Lyotard escribió: “Hay que entrar en la ciudad por los arrabales. La frase de los arrabales es la queja: no vivimos en ninguna parte, ni dentro, ni fuera… El arrabal es el después permanente de la investigación instruida por el alma occidental sobre la comunidad y el espacio-tiempo habitable… La filosofía no está en la ciudad, ella es la ciudad que piensa, y la ciudad es la agitación del pensamiento que busca su hábitat cuando lo ha perdido, cuando ha perdido la naturaleza” (1996: 21-22), Es notorio que la realidad discursiva se fije y normalice por mensajes regulares. En un importante periódico colombiano el autor Klaus Ziegler bajo claros rendimientos contra la posmodernidad y las diferentes culturas étnicas menciona: “la ciencia, en mayor medida que cualquier otro producto del intelecto humano, ha contribuido a disminuir el sufrimiento y a mejorar la calidad de vida”8, aunque otras noticias acompañan este artículo: “el Dane rinde cuentas a la ciudadanía”, “en Julio el consumo de los colombianos se elevó a U$ 28 billones”, “continúan investigaciones por las “chuzadas” del DAS, “prisión de 28 meses por crimen ecológico”, “combustibles suben para el mes de julio”, etc.; obviando el contexto vivo de la realidad urbana, lo que late, lo que padece, parece que la perspectiva que se pretende comprender a cerca del espacio vivo de la ciudad colombiana continua siendo construida por los “elegidos para estar en el panteón humanista” irónica entidad del procedimiento. No es raro advertir también en autores metódicos (al igual que en actores políticos) un desprecio senil a las manifestaciones fragmentarias del intelecto humano, entre ellas las expresiones estéticas y musicales de la juventud, como el rock, el metal pesado, el punk, sobre todo, a las expresiones simbólicas, rituales y cotidianas de las comunidades amerindias-africanas. En un artículo que pasa por una irónica verosimilitud titulado ¿Qué haríamos sin verdades?9, un reconocido pensador argentino, mediante irónicas comparaciones entre el espacio urbano y un territorio imaginario que él denomina como “Analitheia” (territorio fuera del realismo científico), establece ciertas características de lo urbano: “…seguridad y armamento… nadie acepta el debate racional… donde la gente utiliza farmacopea tradicional y tratamientos basados en hechizos y encantamientos; donde la gente dirime sus diferencias a puñetazos… donde la vida es dura y precaria; donde sólo hay cuarteles, cárceles y templos, y donde nadie en su sano juicio querría vivir allí”. Lo anterior suscita el ejemplar dicotómico del torno científico: la verdad empresarial del pensador acreditado, ciencia, método y acreditación como científico. Sectarismos dimensionales y “desarrollo” de la megápoli: palabras de dirigentes. Exponer perspectivas de lo que puede significar la ciudad desde un país tecnológicamente adecuado al modelo económico funda la seguridad (casi democrática) de hacer parte de la élite científica. El pensador acreditado se responde a sí mismo “¿qué haríamos sin verdades?”: pues abandonar la zona del conflicto, posicionarse en un pent-house fuera de Latinoamérica, con ideas a partir de la rigurosidad metodológica: el “panteón humanista”. Bolsillos llenos de epistemes en ahogo. Ziegler, Klaus. Posmodernismo y etnociencia. El Espectador, 28 de julio de 2010. Bunge, Mario. ¿Qué haríamos sin verdades? En: Mario Bunge (Filósofo), obtenido el día 22 de marzo de 2013, de: http://mariobunge.com.ar/articulos/que-hariamos-sin-verdades.

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Revista del Taller de Escritores 3. RETÓRICAS DE LA SUPERFICIE: LA CIUDAD COLOMBIANA, “CHICHA, CERVEZA Y ADOBE” Hablar de Latinoamérica así sea de manera “distópico-utópica”: comparativas con la realidad tangible, con la inexperiencia de saber estar con vida, casi siempre profundizada en la ilustración neuroclasicista, hace considerablemente difícil establecer “modelos de comprensión” sobre lo urbano o aproximaciones a los conceptos de ciudad. La ciudad está en conflicto, las compresiones de la misma implican un conflicto. No es acción de la escritura científica imponer y comparar a las territorializaciones singulares (violentas o bestiales) con esquematismos o modelos de construcción civilizatorios basados en epistemes eurocéntricas. No existe dirección inmanente en este recorrido del saber, no se conoce el sentido de la tierra ni el conocimiento insustituible del ser humano, no hay hogar, no hay familia, no hay amistad, ni comunidades. No hay estar. “El filósofo urbano hace y piensa la prueba de una instalación nunca acabada, la de Occidente” (Lyotard, 1996: 23). La ceniza ontológica de la infancia también es transformación. La experiencia es aprender a estar. Las posibilidades del arte, de la literatura y de la filosofía, se encuentran en el testimoniar que “hay algo más” que la normalización ontológica. No en el reproducir modos de convergencia técnica, ni siquiera matrices de “rigurosidad” intelectual. Cuando las metodologías acreditadas se usan para definir conceptos cotidianos (experiencias del saber), en muchos casos puede aparecer también la secuencia desagradable de la lectura colonizante. Tras leer Zoológicos Urbanos: historias mutantes de Rafael Chaparro Madiedo, se comprende que la escritura como proceso de creación de conceptos, desajusta, pero principalmente provoca sobre lo que concierne al replanteamiento de la “verdadera” historia de lo cotidiano. Variación y mudanza de conceptos. Confrontación con lo establecido que casi se muestra como “descolonización” de otra forma de escritura. Sin olvidar que “la descolonización implica superar actitudes mentales y comportamientos heredados de la esclavitud… temor a Dios; temor a la carne; temor a la responsabilidad; temor a la orfandad; temor a la desobediencia… La libertad exige mayores responsabilidades y enriquecimientos, no obediencia irrestricta a la tradición” (Zapata Olivella, 1997: 282). La deformación de conceptos a partir de la experiencia del pensamiento en la superficie fisura las competencias metodológicas de la comprensión, falsea las relaciones tradicionales del saber, es decir, permite establecer la transformación de territorios y conceptos en los sentidos y en las formas, afirma relaciones moleculares, vegetales, animales, a la vez que intenta explicar el vértigo y el aullido de las palabras en el cuerpo: conceptos en desaparición10 . “Escribir produce mareo, vértigo. Escribir es meterse en la botella rota de los significados, escribir es algo parecido a recibir un botellazo de whisky en la cabeza, produce el mismo aturdimiento lúcido… es decir una descarga eléctrica, las palabras fluyen a la velocidad de la luz, no hay nada en frente, solamente la electricidad, los sonidos de las palabras, y entonces escribir ya no es un acto de Lo que da paso a la siguiente definición: “el concepto no preexiste, no está dado: hay siempre que inventarlos, crearlos, mediante una inventiva que parezca ciencia o arte” (Deleuze: 2006, 53). 10

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Revista del Taller de Escritores construcción arquitectónica sino un acto de composición musical” (Chaparro Madiedo, 2009: 165). Pausa y Variación: un veinticuatro de diciembre nació, en una enferma camada de felina informalidad, el autor de Opio en las Nubes; 24 de diciembre 1963; contexto que no configura indulgencias o santificaciones artísticas para quien será estudiante de Filosofía de la Universidad de Los Andes, personaje solitario o lector favorecido, que en su momento afirmará la mayor intensión activa en su posición como escritor: “…La literatura también es un acto musical, un acto que implica decir las palabras en voz alta, un acto que en sí mismo es un desequilibrio de la razón. Escribir es intentar explicar el vértigo rampante que se abre más allá de nuestros cuerpos y nuestras palabras.”11 Enfrentamiento en la composición: música y poesía, rugido a la vez que carencia de fuerza y expresión, acústica intermitente y desastrosa. La intención del acto creativo sería comúnmente imprimir la fuerza histórica del conocimiento humano, pero en Chaparro Madiedo, (fragmentándose a partir de lo que Deleuze encontró en Proust), será el tropezar voluntariamente con la “hábil distribución de la locura” que permita trazar dimensiones transversales y efectos de sentido en las instancias ficcionales de la lejanía, la experiencia y la vivencia. Disociación espectral de los lugares, desplazamientos carnales, vinculación en articulaciones finitas. Motivos, extensiones, pliegues, andanzas: provocación incesante de ideas que permiten que la literatura y el hecho literario sea un intercambio, interrumpido o no, de movilidades, voces y escrituras móviles, “tela de araña”12 . “Denegación, oposición y locura”. Movimientos disímiles y atravesados que se posibilitan como transporte y salida (fuga) de las multiplicidades del anaquel estático de las ideas “equivalentes a” o verificables. Suerte de valores que se condicionan para analizar y contrarrestar la situación, lo que todavía hace literatura: “división espontánea”, “distribución abstracta”, “solidaridad implícita”. En Chaparro Madiedo existen fugacidades de sentido y constantes rupturas gramaticales, fragmentaciones y variantes del éxtasis. Timidez silenciosa: un arranque in-extático de las personalidades engendradas en la niebla, “La gente es rara” dirá Jean-Luc Nancy (2006), pero Rafael Chaparro (el que ganó el Premio Nacional de Literatura de Colcultura, el periodista, el escritor del Renault 4 beige, “siempre con la misma camiseta” y con sus dedos nicotinamente amarillos, de mitología santandereana, que cuando era niño le pidió a su padre una botas de caucho para buscar una Rana de Oro en los pantanos bogotanos, estudiante de “Gabo, Gabito, García Márquez” y compañero de las sonrisas de Jaime Garzón), era la praxis etérea de las canciones de los Rolling Stones, animal de la rareza que mientras esperaba la noche, Time waitsfornone, tiempo delirante y de metamorfosis, pensaba en el porvenir a través de silencios

Chaparro Madiedo, R. (2009). El vértigo de escribir. En: Gonzales Ochoa, A. (Compilador). Zoológicos urbanos. Historias mutantes de Rafael Chaparro Madiedo, p. 164. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia. 12 Para estudiar con mayor riesgo la anterior proposición y construir sentidos con la lectura sería necesario remitirse al texto: Mesa redonda sobre Proust. En: Deleuze, G. (2007). Dos regímenes de locos. Valencia: Pre-Textos, p. 51-70. 11

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Revista del Taller de Escritores atacantes, Temporadas en el infierno, porque, tal vez, en esa espacialidad errante que es el cuerpo del escritor, ambulante, nómada, cargada de silencios trashumantes, también está, por algún lado variante y frágil en Rafael Chaparro M., la delicada estepa silenciosa: el ruido de la Avenida Blanchot: “escribir para no morir”. “El humo de los Pielroja que le salía por la boca era una extensión de sus palabras y les daba el acento y la fuerza necesarios para ser muy claro en todo lo que me contestó esa tarde. Varias cosas más advertí durante la entrevista que le hice a Rafael Chaparro Madiedo. Una de ellas: que él sabía perfectamente de la inminencia de su muerte. Otra: que era un tipo muy talentoso y con un amplio bagaje de lecturas. Y también que su timidez podría compararse con lo medrosos que son los gatos. Después de ese día no lo volví a ver jamás. En el inicio de la entrevista fue muy difícil sacarle a Chaparro más de dos o tres palabras. Mi primera impresión fue que me encontraba ante un tipo muy tímido, que no hablaba más de lo necesario y que desconfiaba de mi presencia… que sentía una profunda admiración por los versos malditos de Baudelaire y Rimbaud y también conocía muy bien la obra de René Char, (Cesar) Pavese y (Louis-Ferdinand) Céline.” (Ramírez Ignacio, Abril 11 de 1999)13 .

4. “LA VERDAD ESTÁ EN LOS ÁRBOLES” Enfrentar las palabras con veneno indescriptible, incluso en el instante de muerte, en su comprensión y presentimiento: “El Pájaro Speed tenía cáncer o tuberculosos, o alguna mierda por el estilo. En todo caso tenía una de esas mierdas que te dan cuando andas por la calle chupando frío, chupando soledad.” (Chaparro Madiedo, 2012: 200), amplificar la canción rabiosa en el color interno de las venas, enfrentar incluso a Rimbaud “a este profeta en estado salvaje” para chocar con “el sabor salvaje de escribir”, con la tormenta, con la alucinación y con lo definitivo de la extrañeza de escribir: “el fuerte olor de las palabras lo arrastra a uno y entonces el texto se convierte en una hemorragia que nadie puede contener” (Chaparro Madiedo, 2009: 166). Escribir para Chaparro Madiedo, como en Arguedas (2011), es tratar de captar el “tono de la vida”, el “vínculo con todas las cosas”, recuperar la materia de las cosas que es transmitida a las palabras. Por eso el escritor peruano observaría en la poesía y en el poeta, transfigurado en este caso en Nicanor Parra, la sincera relación entre ciudad latinoamericana y naturaleza (el otro pueblo), y lo difícil de descifrar la ciudad latinoamericana para establecerla en una visión en su totalidad civilizatoria, comparativa, (competitiva y estandarizada). La ciudad canta y mira la montaña, la piensa, la defiende. Ecologías activas del saber estar. Se piensa la ciudad al estar en ella, estando en ella. La ciudad latinoamericana es una provincia rizomática, territorialidades entre y desde los árboles. Devenir bestial del territorio. Pensar la

Entrevista realizada a Rafael Chaparro M. por Ignacio Ramírez tras haber ganado el Premio Nacional de Literatura Colcultura. Lecturas Dominicales, El Tiempo. Abril 11 de 1999. En: Ambulancia con Whisky, obtenido el día 06 de marzo de 2013, de: http://ambulanciaconwhisky.blogspot.com/. 13

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Revista del Taller de Escritores ciudad desarrolla una in-condición vital con el contexto: vivir y pensar fuera del sí mismo como alternativa de experiencia y conocimiento, es una acción que también implica la creatividad inmanente de un pensamiento que se enfrenta a las comprensiones del estar. Por eso es válido anunciar la diferencia entre Chaparro Madiedo y el “escritor profesional” y urbanizado planteado por Cortázar; al contrario, Chaparro Madiedo expresa la intencionalidad vital de Arguedas y de la etnoliteratura: no se escribe por oficio, profesión o para “ganar plata”, se escribe por amor, por goce, por necesidad, se vive para escribir: “así somos los escritores de provincias, éstos que de haber sido comidos por los piojos, llegamos a entender a Shakespeare, a Rimbaud, a Poe...” (Arguedas, 2011: 35), animal y aldeano incurable, así se logra visualizar a Chaparro Madiedo: gato, pájaro, lluvia, flores, mujer, labios, sangre, sueños, niños, muertes, cabezas estalladas, piedras rodantes, música, brujo, tigre, mosca, piojo, árboles, árboles: como aquel y nosotros animales y plantas que leemos y existimos con los Cantos de Maldoror, con Una Temporada en el infierno, con Hojas de Hierba, con Trilce, con Sófocles, con Shakespeare, pero también con la experiencia de estar con las otras voces14 : “Antes de salir del Parque Nacional, el Pájaro Speed nos hizo sentar junto a la hoguerita y nos cogió de las manos y nos dijo que miráramos hacia los árboles, takeiteasy Pájaro, takeiteasy, y nos dijo que respiráramos el aire fresco de los árboles árbolesárboles chicos los árboles son nuestros hermanos menores los árboles tienen el perfume necesario para que tu sangre se llene de diamantes… en los árboles encuentras paz en los árboles las aves inventan el amanecer con sus alas cierren los ojos chicos y las manos se les llenaran de hojas secas cierren los ojos y un enjambre de aviones surcará la sangre y regará florecitas amarillas sobre los huesos cierra los ojos imagina que eres árbol imagina que tienes el trasero lleno de hojas y que tu boca está inundada de águilas.”15

BIBLIOGRAFÍA Arguedas, José M. (2011). El Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo. Buenos Aires: Losada. Chaparro Madiedo, Rafael. (2012). El Pájaro Speed y su banda de corazones maleantes. Zaragoza: Tropo Editores. (---) (2009). Gonzales Ochoa, A. (Compilador). Zoológicos urbanos. Historias mutantes de Rafael Chaparro Madiedo. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia. De Certeau, Michel. (2000). La invención de lo cotidiano 1. Artes de Hacer. México: Universidad Iberoamericana. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente. Deleuze, Gilles (2006). Conversaciones. Valencia: Pre-textos. ____________ (2007). Dos regímenes de locos. Valencia: Pre-textos. Lyotard, Jean-François. (1996). Moralidades posmodernas. Madrid: Tecnos.

Para reflexionar ampliamente sobre el tema es recomendable aproximarse al Primer Diario de El zorro de Arriba y el Zorro de Abajo, novela del escritor peruano José María Arguedas, publicada nuevamente y ampliada con los Diarios por la editorial argentina Losada, en el año 2011. 15 Chaparro Madiedo, R. (2012). El Pájaro Speed y su banda de corazones maleantes. Zaragoza: Tropo Editores, pp.205-206. 14

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Revista del Taller de Escritores JOSÉ RAFAEL MAFLA GUERRA

Administrador Público, ESAP; Especialista en Alta Gerencia, Universidad de Nariño. Docente Orientador ESAP. Jefe Oficina Control Interno, Universidad de Nariño. Ha publicado los libros: Hames y el Eterno Enamorado (novela), Una voz en el silencio (poesía), y Reflexiones (ensayo).

TESOROS ESCONDIDOS Es un maravilloso escrito, que devela el sueño de profesional en Derecho egresado de la Universidad de Nariño, que para la época era un estudiante de VII semestre de Administración Pública, quien con su propio esfuerzo, logró dejar su huella con el accionar de cada uno de sus pasos y de esta manera convertir sus anhelados sueños en una tangible realidad. Se puede afirmar con plena certeza que este breve escrito, muestra un proyecto de vida, donde un joven estudiante anhela con todas las fuerzas de su alma y de su corazón, construir un mundo lleno de esperanzas, donde no exista la perversidad de la injustica y el sometimiento del hombre por el hombre, de igual manera se puede advertir que es un escrito cargado de reflexiones, donde con cada pincelada literaria, invita a al lector a ser más humano, más justo, más sincero, como lo son los niños que dicen las cosas como las sientes, sin ningún rencor, sin ningún de deseo de revancha, sin deseo de herir susceptibilidades, por consiguiente este escrito muestra al hombre, pero que aún tiene alma de niño, y por eso es que se atreve a cantar tantas verdades, verdades que muchas veces se callan por temor a la crítica o por el miedo a la represión de los tiranos, que asechan agazapados en los rincones de mundos inventados… Cabe señalar que después de todos estos años, ese joven, ese hombre, estudiante, ese padre, ese profesional, después de haber transitado por tantos caminos maltrechos, con su propio esfuerzo logro conseguir su segundo título profesional y simultáneamente, sin tener ninguna maquinaria politiquera, y sin tener ningún emporio económico, logro convertirse en Alcalde, para bien de su Municipio el Departamento de Nariño y la Nación. El escrito, cuenta lo siguiente: Hay una relación entre los anhelos y los objetivos que todo hombre o mujer, procura para su futuro y su actuar, frente a entornos de riesgo para su existencia. Algunos, tienden a tener expectativas más altas que otros, por ello es que organizar nuestras vidas, nos permite enfocar de manera más clara las posibilidades de alcanzar los objetivos propuestos; la toma de decisiones, la asertividad, los valores y el amor propio, son elementos, que si son incorporados en la estructura psico-social del hombre o de la mujer, favorecerá a conceptualizar el grado de aspiraciones y de posibilidades de cumplirlas. Es por eso que mientras con mayor antelación se planifiquen las cosas, mayores posibilidades habrá de concretar los objetivos. Entonces para lograr estos propósitos es necesario fijar metas concretas y consecuentes. Hacer de cada cosa una excelente oportunidad de aprendizaje y de autoconocimiento. La motivación es la clave para triunfar día a día. Por otra parte una adecuada autoestima se asocia al reconocimiento de

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Revista del Taller de Escritores virtudes, cualidades y defectos y a una mayor conciencia de las posibilidades y limitaciones para luchar y alcanzar mejores condiciones de vida. “Es posible que mañana muera, y en la tierra no quedara nadie que me haya comprendido por completo” Unos me consideran peor, y otros mejor de lo que soy. Algunos dirán que era una buena persona; otros dirán que era un canalla. Pero las dos opiniones serán igualmente equivocadas. Mijaíl LurevitchLèrmontov (Héroe de nuestro tiempo) Al paso de los 40 años, cuando se piensa que hay que mirar atrás y ver que la mitad de este tránsito por la vida, ha transcurrido y cuando los hijos de mis hijos me devuelvan a la inocencia que alguna vez tuve y se perdió; cuando empiezo a darle sentido a las palabras de mis mayores; cuando busco los rostros vivos de tantas personas que me dejaron porque me las arrebato impunemente la frialdad de la muerte; los que se alejaron por odios envidias e insensateces; cuando busco la mano consejera de mi abuela, ensortijándose entre mis cabellos de niño inquieto, cuando he perdido mis trompos y mis cacharros de bolas, mi carro de balineras, mi rincón secreto donde derrame tantas lagrimas por impotencia; en fin cuando el paso de los años ha ensanchado mis carnes, ha blanqueado mis sienes, es menester entonces de marcar la ruta final de este camino, para virar a babor o estribor y conducir mis naves hacia el puerto que ha de recibir mis huesos y este corazón prófugo y rebelde. De niño cuando todo era sencillo, cuando todo estaba por descubrir, fueron los “sagrados libros”, los que me llevaron de la mano por un mundo de incertidumbres. Quizás fue mi abuela, a quien un montón de “cuerdos”, tildaban de estar “corrida” por enseñarme a trasegar y a descubrir los valiosos tesoros escondidos en los libros. Recuerdo que un día, engaño a mis padres, diciendo que me llevaría a la iglesia, donde un montón de santuchas y santuchos se dan golpes de pechos para disimular sus hipocresías, pero sin embargo fue una oportunidad aprovechada para hacerme conocer la biblioteca del pueblo, en donde una señora de avanzada edad, nos enseñó con la paciencia de un maestro, una serie de libros deslumbrantes donde, Julio Verne, Mark Twain, Emilio Salgari, Oscar Wilde, Hernando García Mejía, los hermanos Grim, Rafael Pombo, Perrault, Saint-Exsupery entre otros tantos, que mi memoria no recuerda, fueron mi inspiración para trasladar esas historias a mi vida de barrio, en donde todos los niños de mi edad, para la época referida, admirábamos al capitán Nemo, a Tom Sawyer, a Sandokan, al el Capitán Centella y nos reíamos de las payasadas de Capulina, el Chavo entre otros; la verdad es que fuimos tan aventureros que nuestra propia vida se había convertido en una aventura sin fin, y todo gracias al os libros; por eso creo que lo que afirmo Nietzsche, cuando sentencio que: “La madurez del hombre es encontrar la seriedad con que jugaba el niño, del cual entre otras cosas, nunca es bueno alejarse” Por eso hoy me precio, de conocer el mundo a través de las páginas, y anhelo el frio ártico de Shelley, el desierto inclemente de Saint-Exsupery, el mar bravío de Robert Louis Stevenson, el trópico de nuestro novel, el París de Cortázar y el Buenos Aires de Borges. Sé que aún no he

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Revista del Taller de Escritores leído nada, que aun soy ignorante, pero sé que hay cientos y cientos de libros, esperándome para develarme sus maravillosos secretos escondidos en los fríos pasillos de las bibliotecas públicas, en los muestrarios de las librerías, o acaso en la sala de algún amigo, o en la tolda de algún librero de la calle; sé que ellos me esperan y que poco a poco, llegare a ellos para leerlos una y otra vez hasta que sus letras desaparezcan para anidarse en mi memoria para siempre. Pues bien ese es uno de mis objetivos en la vida, leer y leer sin el compromiso de ninguna recompensa; llegar al fin de un libro con las lágrimas agolpadas, queriendo saltar sin restricciones, amar a las letras para corroer la maldad con la pureza de un buen escrito; enfrentar la mediocridad asido a un poema, entrar en batalla con una pluma y un pedazo de papel. Quizás el peor enemigo de esta pasión sea el fatuo mundo de la televisión que nos atrapa con programas vacíos de contenidos, aunque algunas cosas valen el tiempo que se pierde frente a este aparato. Por eso hoy en día he renunciado ver la televisión con la frecuencia que lo hacía de niño; ahora mis programas favoritos son los noticieros, programas de opinión (si los hay), algunas caricaturas para no olvidar que aun soy un niño, pero quiero dedicar más tiempo, a las amadas letras, al papel, a mis viejos amigos los libros, de los cuales porto uno en el bolsillo el cual me acompaña en todos mis viajes ficticios. Fueron y son los libros, los que me llevaron a comprender, que el mundo está regido por infames, los cuales ejercer el poder para su beneficio propio. También son los libros los que me han ensañado a saber que es muy raro que un hombre o una mujer que pasan por el poder, no experimente la tentación del beneficio propio y se conviertan en unos egoístas, amasadores de grandes fortunas y explotadores de los pobres esclavos del pueblo, quienes lo único que han heredado en la vida es un montón de miserias e injusticias las cuales se aferran como el mugre a las uñas. De tanto leer he aprendido que muchas veces el poder se consigue luchando con cada despuntar de las mañanas y con cada sueño de las noches, que nos anima a derrotar la injusticia y la inmundicia de tantos zánganos, que nos someten con sus políticas baratas, inventadas en cualquier café de cualquier esquina. De tanto leer, he aprendido a creer en la verdadera democracia, en aquella que nos permite ser iguales sin restringir nuestros deseos y pensamientos, aquella que posibilita la libertad de amar y a veces hasta de odiar. Por eso es que cada día supero mis “debilidades” a través de la formación académica, porque deseo hacer parte del gran ejército de “revolucionarios”, no de armas ni de luchas pasajeras, ni de filosofías e ideologías importadas, sino de pensamientos propios capaces de combatir y derrotar la soberbia, la infamia, y el sometimiento de los tiranos, que nos aplastan con su corrupta maquinaria politiquera. Por eso es que sueño y sigo soñando hasta el último segundo de mi existencia, con una patria grande, donde alcancemos todos; una patria digna y soberana, donde seamos nosotros quienes tomemos nuestras propias decisiones, sin la necesidad de tener que arrodillarnos ante los capitalistas salvajes, que subyugan y someten a los pueblos. Si, esa es la patria que deseo para mis hijos, mis nietos y toda su descendencia. Una patria donde pueda caminar de la mano de mi amada, sin temor de ser atravesado por las balas asesinas de los idiotas útiles que desangran nuestro amado país.

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Revista del Taller de Escritores Amo y sigo amando y después de muerto seguiré amando mi querido país… Quizá para muchos, este escrito les haga pensar que mi anhelo es el poder, y se equivocan de aquí a la China, pues mi anhelo más grande es poder construir desde mis debilidades un ser más humano y más digno, que posibilite reivindicar la condición humana de mis hermanos, sueño y quiero acceder al conocimiento cada día, para aprender a ser el mejor hijo, el mejor padre y por ende el mejor ciudadano, con las características propias de un líder que conduzca a mi pueblo a alcanzar el crecimiento y el desarrollo negado por los dueños y señores del poder. Por eso es que me he trasnochado leyendo y releyendo los maravillosos libros, porque quiero hacer el ejercicio profesional de mis dos carreras académicas que un buen día decidí estudiar, porque quiero evitar que cualquier mercader de la mentira y del engaño, vende mis ojos, para mostrarme sus malévolos mundos. Hoy más que nunca puedo asegurar que no en vano mis maestros, me enseñaron el verdadero conocimiento de la ética, la responsabilidad de conocer y enseñar sin esperar mezquinas recompensas, porque sin lugar a dudas el servicio desinteresado a los demás, es más importante que unas cuantas monedas. En la actualidad, hago el ejerció profesional de mi carrera de derecho, curso VII semestre de Administración Pública, estudio inglés y gerencia de proyectos, aprovechando las herramientas tecnológicas del momento, dirijo un movimiento político, soy presidente del club de ajedrez de mi querido municipio, actividades que combino con el amor que prodigo a mis hijas, con las cuales puedo abandonar este mundo sub-real para confundirme con la ternura, la sinceridad que mis hijas como buenas maestras me enseñan cada día. Aunque tengo muchas falencias como todo ser humano trato de superarlas con cada paso que doy porque sueño con un mejor mañana para mi patria amada, no tengo ningún enemigo y si los tengo es porque han sido muy cuidadosos para evitar que me dé cuenta; deseo morir de viejo, o con un buen libro entre mis manos; prefiero la tranquilidad del campo al bullicio de las contaminadas ciudades, le temo a las arañas como a la tracción. Soy un hombre que ha sabido cultivar los buenos principios inculcados por mis padres, guardo como una herencia sagrado la honradez, la pulcritud y el sentido de la verdad, la justicia y el amor toda la humanidad, sin importarme ningún distingo de raza ni de credo. Detesto la hipocresía y la falsedad. Sé que le debo años de trabajo a la gente humilde, le debo más tiempo a mi familia. Me hace falta mucho tiempo para leer mil libros, pero sé que el tiempo se acaba y por eso camino con Borges y recorro el camino de los Griegos, escucho el eco inmortal de la voz de Cortázar, soy habitante de macondo y aunque a veces no tengo quien me escriba, siempre encuentro algún amigo en quien confiar. Creo en la posibilidad de trasformar la vida, la sociedad y el destino a través del estudio. No creo en aquellos que piensan que el destino ya está descrito y que la última página de la historia ya está escrita, porque estoy convencido que el destino, es el resultado del trabajo, del

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Revista del Taller de Escritores compromiso, del saber y la razón. Creo en Dios de alguna manera y cada día trato de tener buenas relaciones con él. Pero no creo en aquellos que manipulan la fe de los más humildes, para volverse ricos. Creo en el saber cómo la herramienta más poderosa para vencer la esclavitud. Creo que las derrotas de todo hombre o e toda mujer se encarnan en sus miedos interiores. No creo en los obstáculos insalvables porque pienso que cuando se quiere o se desea algo, nada es imposible para lograrlo, porque la felicidad es un estado de todo hombre o de toda mujer que se debe buscar a toda costa, teniendo en cuenta de no pasar por encima de los demás para conseguirla. Charles Dickens (1812-1870) Escritor británico enseñaba que: “Cada fracaso enseña al hombre algo que necesita aprender”. Y, Albert Einstein (1879-1955) Científico estadounidense de origen alemán explicaba que: “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”. Que Dios se apiade de mi alma, amen…

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Revista del Taller de Escritores ANSIEDAD EN LA PRODUCCION ORAL DE LA LENGUA DE LOS ESTUDIANTES EN EL AULA DE CLASE LUIS FERNANDO VEGA ROJAS Licenciado en Educación Básica Inglés y Lengua Castellana, Estudiante Maestría en Educación, Universidad de Nariño. ADRIANA JULIA E. RUALES ARCOS Licenciada en Lengua Castellana y Literatura, Estudiante Maestría en Educación, Universidad de Nariño. RESUMEN El propósito del presente artículo, es el de identificar algunos factores que influyen en el aprendizaje y en este caso, como la ansiedad dificulta el respectivo aprendizaje en la expresión oral de los estudiantes en el aula de clases. Los objetivos en la enseñanza y el aprendizaje de la producción oral serán, principalmente, el de conseguir que el hablante exprese lo que quiere enunciar, lo haga en forma adecuada y pueda interactuar oralmente cuando lo exija la práctica comunicativa. Para el logro de este propósito se examina una buena parte de la bibliografía, la que permite acercarnos a conceptos tales como: la ansiedad evaluativa, factores motivacionales, la adquisición de habilidades comunicativas, los cuales, inciden en la superación de la ansiedad en procesos de expresión oral en el aula de clase. La ansiedad debe ser tratada como un proceso cultural-institucional, a partir de un trabajo colectivo de reflexión sobre los aspectos que constituyen el desarrollo humano. Además, se debe estudiar los niveles fonético, gramatical y pragmático en función de la fluidez de la comunicación y producción de mensajes en contextos específicos; a su vez, el léxico del docente debe adaptarse a las necesidades y expectativas de los alumnos. Palabras clave: aprendizaje, ansiedad, expresión oral, aula de clase.

ANXIETY IN STUDENTS’ ORAL PRODUCTION OF THE LANGUAGES IN THE CLASSROOM The purpose of this article is to identify some factors which influence the learning process and in this case how anxiety makes the students oral expression learning in the classroom difficult. The objectives in the teaching and learning of the oral production will basically be to make the speaker express what he wants in an accurate way and interacting orally when intended to do it. To achieve this, quite a lot of bibliography is examined which allows to understand better concepts like: Assessing anxiety, motivation factors, the communicative skills acquisition, which of course affect the anxiety overcome in the oral expression process in the classroom. Anxiety must be dealt with as a cultural and institutional process, taking as a starting point the collective work of reflection about the aspects which are part of the human development. Furthermore, the phonetic, pragmatic and grammatical levels must be studied, for the communication fluency and messages production in specific contexts; at the same time,

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Revista del Taller de Escritores the teacher’s lexicon must be adapted to the needs and expectations of the students KEY WORDS: Learning, anxiety, oral expression, classroom. El objeto del presente escrito artículo es el de identificar qué papel juega la ansiedad en la producción oral de los estudiantes en el aula de clases. Como estudiantes-investigadores, se examinaron artículos de diversos escritores y para precisar referente el tema, se citarán algunos factores que influyen en el aprendizaje sobre la ansiedad en la producción oral en el aula de clases. En ese proceso, se evidenciaron varias causas de la ansiedad, por lo cual, se formularán algunas sugerencias para superar esta situación. Muchísimo tiempo antes de alcanzar su exclusivo y característico poder de razonamiento, su reconocida impronta tecnológica y su actual estirpe científico-humanística, el hombre, como especie emergente y dominadora, desarrolló su única e incomparable habilidad para comunicarse de forma oral utilizando en este exclusivo proceso su destreza y capacidad para hacer uso infinito de medios finitos que, según Noam Chomsky, se expresa con notable creatividad en el lenguaje humano. Por esta razón es que el comienzo de toda la literatura fue oral y transmitido a través de esa vía por generaciones y generaciones desde tiempos inmemoriales. El lenguaje escrito es una invención reciente si consideramos el inmenso período del lenguaje oral que le precedió; el lenguaje oral como tal es el que da inicio justamente a la historia de la humanidad. Hay muchas teorías sobre el aprendizaje, entre las cuales tenemos las teorías conductivas; que consideran, que el aprendizaje produce cambios de conducta observable y que está determinado en gran parte por el ambiente. Las teorías cognoscitivas, que afirman, que el aprendizaje es un proceso mental, no necesariamente observable y puede ser considerado como procesamiento de la información. La teoría detrás del aprendizaje basado en la producción oral, es la del conductismo, que dice que una lengua es un sistema de hábitos formados para responder a estímulos. La formación profesional tiene mucho que ver en la actitud de diferentes docentes y estudiantes, en cuanto al rol de la aprehensión y posterior producción oral. Es evidente que los nuevos métodos (por ejemplo, el enfoque comunicativo) han llegado más a quienes los aplican, que a quienes los reciben.

DEFINICIÓN DE ANSIEDAD Según Aduna (1990), se puede definir como una intranquilidad, como un estado de tensión excesiva, acompañada de un temor inexplicable, la cual puede surgir en cualquier situación que constituya una sensación de amenaza para la persona. Brown (1994), toma la ansiedad, como uno de los factores afectivos más definitivos en la obstrucción del proceso de aprendizaje

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Revista del Taller de Escritores de una lengua, pues, está asociado con sentimientos negativos como angustia, frustración, duda, tensión, etc., en el salón de clase. Heron (1989), hace referencia a lo que el mismo llama Ansiedad Existencial, la cual lleva al estudiante a formularse preguntas como las siguientes: seré aceptado? Seré querido? (ansiedad de aceptación: voy a entender lo que me van a enseñar? (ansiedad de orientación): voy a poder realizar las actividades que requiere el aprendizaje? (ansiedad de competencia) según el mismo autor, muchos de los casos que presentan este grave problema, pueden tener su origen en eventos en los cuales, el estudiante fue ridiculizado por algún error en alguna respuesta en clase; a lo cual llama Ansiedad Arcaica, es decir angustia reprimida del pasado. La ansiedad es un fenómeno muy común en nuestro medio académico; personalmente se ha observado en ocasiones, que participar oralmente en un aula clase, es verdaderamente un “sacrificio” para muchos estudiantes, el hecho de pensar en la corrección por parte del profesor, en el caso de cometer algún error y en el comportamiento de los compañeros, en un momento de llegar a equivocarse en una determinada respuesta, esto hace que se evite la participación voluntaria; así, la ansiedad nos hace nerviosos y miedosos, lo cual genera una competencia pobre, debido a que este sentimiento está muy relacionado con el aspecto cognitivo del ser humano y con aspectos memorísticos del mismo. Según Torres (1997), “los estudiantes ansiosos son aquellos, quienes con frecuencia se muestran inferiores a sus compañeros, tímidos e indecisos ante una pregunta del profesor, además, cambian de color, aumentan su ritmo cardiaco, su piel comienza a transpirar más de lo normal, presentan sensación de ahogo y risa, no pueden ordenar sus ideas para dar una respuesta a la pregunta del profesor”. En relación al aprendizaje, Luria (1990) afirma que el aprendizaje es un proceso de apropiación de la realidad para modificarla, es un proceso de comunicación que involucra siempre dos personas: una que enseña y otra que aprende. Lightbown P. and Spada N. (1999) afirman, “que las actitudes desarrolladas por los niños, en el ambiente de aprendizaje y en el ambiente afectivo socio-familiar, son resultado de las actitudes demostradas por sus padres, maestros y compañeros; además, estas actitudes forman parte de la percepción que se desarrolla de sí mismo y de los otros gracias a los determinantes de la cultura en la que se está viviendo”. García Arretio (1986, 1989), señala que el estudio de la lengua materna requiere el desarrollo de lo que se denominan “cuatro destrezas”: “la expresión oral, la expresión escrita, la comprensión oral y la comprensión escrita” y es necesario mantener un equilibrio entre ellas, para obtener una competencia lingüística adecuada. Hay muchos factores que influencian en el nivel de ansiedad, por ejemplo, el nivel educacional del estudiante, el profesor, la metodología, género, edad del estudiante; tomando todo en consideración, este articulo acentúa la importancia del papel del profesor en el aprendizaje de la lengua materna, hay personas que son ansiosos en el discurso, también se siente igual en la escritura, pero, se ve que éstas son dos construcciones relativamente independientes; sin embargo, comparten varias asunciones. Por ejemplo, el miedo de la evaluación es común

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Revista del Taller de Escritores en ambos. Es nuestra firme creencia, que la ansiedad afecta nuestras vidas físicamente y psicológicamente; cuando nos enfrentamos con una situación difícil sentimos nuestro golpeo del corazón más rápidamente y por lo tanto nos asustan, el pensamiento y la falta de conocimientos nos hace mucho más nerviosos. Debido a ese hecho, a veces no somos capaces de controlar nuestros comportamientos, y sin duda, esto afecta la capacidad de discurso y por lo tanto se prefiere el mantener silencio más bien que el ser activos en el aula de clase. Según MacIntyre (2002:46), las metas concretas que un aprehendiente quiere realizar, forman parte de la motivación. Dornyei (2005:77), afirma que el aprendizaje de una lengua, debe ser, de una manera divertida, entusiasta, estimulante, lo cual llevará a un mejoramiento y aprovechamiento de una buena competencia. Según (Mitchel&Myles2004: 26), afirma, que “una persona con buena autoestima tendría pocos problemas en comunicarse en el idioma”. Brown, Gardner y Mclntyre (1993), afirman al respecto, que la ansiedad a veces aparece como respuesta a una situación, o evento en particular, a lo cual llaman situacional, o state Anxiety; pero que ésta, en ocasiones puede ser una característica principal del carácter como episodios transitorios de miedo en una situación, en la cual, el estudiante debe desempeñarse, es así que la ansiedad es simplemente un estado pasajero y disminuye con el tiempo, afirman los autores anteriormente citados. Para Habel (1960),citado por Scovel (1978) en el libro de Brown (1994), explica la distinción entre la Ansiedad debilitativa y facilitativa, de la siguiente manera: mientras la ansiedad facilitativa, es una aprehensión por cumplir con una tarea específica y es considerada como un factor positivo que impulsa al individuo a superarse; la ansiedad debilitativa, es un factor negativo, factor que se debe evitar a toda costa, porque impide el óptimo desarrollo de la tarea a cumplir; esta clase de ansiedad es perjudicial y puede estar relacionada con la motivación, con actitudes, creencias negativas y con las dificultades en el desempeño del lenguaje. Según MacIntyre (2002:67) los estudiantes con alto grado de ansiedad son propensos a subestimar su proficiencia oral, mientras que los aprendices extrovertidos exageran su nivel de aprendizaje; de igual manera, varios estudios (Gardner 1985, Krashen 1981:30, Larsen, Freeman& Long 1994:169) han intentado medir la relación entre la angustia y el aprendizaje, sin llegar a conclusiones definitivas. Según Young (1991), explica que a veces este factor (ansiedad), presenta relaciones negativas con una sola habilidad y no con otra, es decir no necesariamente con todas a la vez. Otros autores como Anderson, Javorsky, Skiller, patton, Ganschow y Sparks (1994), indican que un alto grado de ansiedad podría ser el RESULTADO de problemas en el aprendizaje más que la CAUSA. El nivel de ansiedad es un factor motivacional de tipo afectivo, en el cual, se involucra unos factores como la auto evaluación de las habilidades y esta correlacionada con la confianza que se tiene en relación con el aprendizaje del idioma; además, “la ansiedad es un factor motivacional de tipo cognitivo” (Muñoz 2000:84-85). Según Malmberget al. (2000: 28), “si un estudiante se siente poco motivado, no presta atención a la asignatura, con resultados peores como consecuencia de dicha situación”.

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Revista del Taller de Escritores Howard Garner, R. & al (1979) afirma, que la motivación se puede observar desde dos puntos de vista; El primero nos presenta la motivación intrínseca, en la cual quien aprende lo hace por su propia necesidad, es decir, el placer que proporciona el aprendizaje o la adquisición de nuevos conocimientos, lo cual lleva a sentimientos de logro. (Lepper 1988, p. 292, citado por Spaulding, 1994, p. 218) afirman, en otras palabras, que una motivación intrínseca centrada en la satisfacción personal, es obvio que la motivación intrínseca necesita una personalidad interna (aquella que percibe los reforzamientos medioambientales, producidos o son consecuencia de su propia conducta, es decir que ésta, no es derivación de la acción del azar o de otros) con un éxito académico de alta predictibilidad; Mientras que en la motivación extrínseca el aprendiz persigue una meta únicamente por obtener el reconocimiento externo y de ser aceptado en una determinado sociedad. Horwitz y Young (1986), hacen evidente este hecho, pues muchos estudios muestran, que los individuos ansiosos son menos exitosos en el aprendizaje del lenguaje. Por su parte, Oxford (1990) dice que “el estudiante es una persona integral”, que emplea recursos intelectuales, sociales, emocionales y físicos y por lo tanto, no es simplemente una máquina cognitiva o meta cognitiva que procesa información. Krashen (1998) afirma, que el “affective filter´´ actúa como un bloqueo mental, que evita la adquisición completa del input, al que se expone el adolescente o adulto en el proceso de aprendizaje. Este filtro puede estar alto o bajo según la situación. Se debe favorecer que los filtros afectivos estén bajos, es decir que no haya nada de ansiedad, ya que de lo contrario el “input” no es asimilado, dificultando de esta manera el proceso de aprendizaje. Tarone (1997) sugiere el uso de técnicas y actividades que desarrollen la comunicación, ya que esta debe tener un sentido claro, por consiguiente, el hablante, necesita recibir “feedback” de los oyentes, para así, poder evaluar si su objetivo ha sido logrado (a través de la comunicación o producción oral). Según Young, Dolly & Jesusita (1990), la ansiedad no se manifiesta porque le corrijan el error, sino por “estar expuestos al frente de la clase”, teniendo en cuenta esta consideración, el fenómeno deja de llamarse “ansiedad” para denominarse “miedo escénico”. Otros autores, también se refieren al tema de la ansiedad, tales como: Arnold, J. (2006), afirma que los factores afectivos influyen de manera determinante en los procesos de adquisición y producción de la lengua materna. Rinaudo, de la Barrera, Donolo (2006) afirma, que el desarrollo de la afectividad, comienza en la manera, como la persona recibe los estímulos que le envía el entorno y del grado de conciencia de su recepción. Candlin, N. (1990), afirma que la seguridad en sí mismo se deriva de la acumulación de experiencias consigo mismo y con otros, así, como con la valoración del mundo que gira a su alrededor. Scovel (1978), define la ansiedad como “a state of apprehension, a vague fear” y es generalmente producida, por un estado de duda frente a un hecho, palabra o circunstancia, por ejemplo, la aprehensión en la comunicación que impide expresar con claridad los pensamientos e ideas. Según Brown (1994), la empatía se relaciona con el lenguaje y la sociedad, es decir, “empathy is the process of putting yourself into someone else`sshoes”.

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Revista del Taller de Escritores Hay factores que influyen de manera determinada en el aprendizaje como son: la motivación, la actitud, la autoestima, el conocimiento previo, el propio estilo cognitivo de aprendizaje. La producción oral es una de las llamadas destrezas o artes del lenguaje; es uno de los modos en que se usa la lengua, junto a la producción escrita, la comprensión auditiva y la comprensión lectora. Este modo de usar la lengua, además, tiene una naturaleza productiva o activa, como la producción escrita, que se distingue del carácter supuestamente receptivo o pasivo de los procesos de comprensión. Este artículo parte de la idea de que la producción, la expresión y la interacción oral reflejan un proceso en cuya explicación han de intervenir la psicolingüística, la lingüística, la etnografía de la comunicación y la didáctica. Por lo tanto, cuanto mejor se entiendan algunos elementos fundamentales de estas disciplinas, en mejores condiciones se estará de comprender cómo es, cómo se usa y cómo se aprende la oralidad de una lengua En la actualidad, existen diversas teorías que explican tanto la adquisición como el aprendizaje del lenguaje, tal es el caso de Chomsky (1965), quien a partir de investigaciones previas introduce el término competencia comunicativa, el cual abarca la competencia sociolingüística, contextual y gramatical, que son componentes de conocimientos que los individuos poseen. Savignon (1972) amplia el concepto de competencia comunicativa, la cual define como la habilidad que tienen los individuos de interactuar en ambientes realmente comunicativos. Ella destaca que el éxito de lograr la comunicación dependerá también de los individuos y del ambiente donde estos se desenvuelvan además de los conocimientos que ya poseen acerca del idioma. Aunado a esto, distintos factores intervienen en el proceso de aprendizaje de un idioma que puede afectar el éxito de alcanzar dicho proceso, entre estos agentes se encuentran las diferencias individuales de cada sujeto, el ambiente donde se desenvuelven, los conocimientos previos que cada individuo posea; de igual manera, los factores internos de cada persona, los factores sociales como edad, genero, clase social, etc., los factores afectivos dentro de los que se encuentran la motivación, la autoestima, la ansiedad, entre otros. Para (Schwarz, 1997 citado en Messadh, 2006) la ansiedad en el aprendizaje en el contexto del aula está ligada a la causa de fracasos, a la producción de errores tanto en gramática como en pronunciación, así como también a dificultades para entender al profesor, a recordar vocabulario, etc. Cada individuo posee una serie de rasgos que lo hacen reaccionar ante ciertas situaciones de una forma única y personalizada, donde los factores afectivos permiten a los aprendices estar conscientes del entorno donde se desenvuelven, y ellos generan respuestas emocionales y actúan de acuerdo a las exigencias del mismo. En el dominio de una lengua extranjera (LE) surgen en los estudiantes diferentes respuestas afectivas tales como la autoestima, que tiene que ver con la forma como una persona se siente consigo misma; la motivación, la cual está relacionada a la emoción o el deseo que impulsa a una persona a realizar o no una acción; la actitud, relacionada a la forma de actuar de una persona o su manera de hacer las cosas. Además de estas características, las diferencias individuales de cada aprendiz cualidades como la aptitud, edad, género, creencias, estilos de aprendizaje y la

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Revista del Taller de Escritores ansiedad, entre otros, son algunos de los factores afectivos que juegan un papel importante en el aprendizaje de una lengua. Por ser la ansiedad una de las variables que ha llamado la atención de estudiosos en el campo de la educación y la psicología, son diversos los estudios que se han realizado para identificar los efectos que ésta tiene en las personas. De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicología (2001), el término ansiedad puede ser definido como “una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, pensamientos de preocupación y cambios físicos como el incremento de la presión sanguínea”. En sus trabajos de psicología general Scovel (1978) define” la ansiedad como un estado emocional, una especie de miedo que sufren los individuos, ligado a una situación o a un determinado objeto”. No obstante, Brown (1980) argumenta que “el término ansiedad es difícil de definir, puesto que está asociado a sentimientos de inquietud, duda, miedo o preocupación”. En los últimos años los avances en estudios relacionados a este tema han generado literatura productiva que explican el vínculo existente entre la ansiedad y el aprendizaje de un idioma extranjero. La ansiedad en el aprendizaje de una LE es categorizada como una ansiedad especifica (Horwitz y otros, 1986). Por esta razón los objetivos en la enseñanza de la producción oral en el aula de clases serán, principalmente, el de conseguir que el hablante exprese lo que quiere expresar, que lo haga de forma adecuada y que pueda interactuar oralmente cuando lo exija la práctica comunicativa. Así, el nivel fonético, debe orientarse en lo posible a hablantes de orígenes lingüísticos específicos; el nivel gramatical destacará la importancia de la fluidez de la comunicación y la inteligibilidad de los mensajes; en el nivel pragmático hay que centrarse en la comunidad de habla específica y, por último, en el nivel léxico el enseñante debe adaptarse a las necesidades y expectativas de los alumnos.

ANSIEDAD EVALUATIVA El temor a ser evaluados negativamente, hace referencia al temor que sienten los individuos al ser evaluados por otros o ser evaluados negativamente, lo que trae consigo evadir la exposición a cualquier situación evaluativa. Este tipo de ansiedad puede ocurrir en contextos sociales y en situaciones de evaluación (Horwitz y otros, 1986). Con respecto a ambientes de aulas de clases, los estudiantes que padecen este tipo de ansiedad son pasivos, lo que dificulta el desarrollo de sus destrezas en el lenguaje, trayendo como consecuencia el abandono de los estudios para evitar situaciones que le generen ansiedad (Aida, 1994). Se han elaborado varios modelos teóricos para explicar la relación entre la ansiedad ante los exámenes y la ejecución en los mismos. Desde un modelo conductual se supone una inhibición de conductas académicas bajo una situación de castigo, con los componentes condicionados o emocionales habituales en una situación de ansiedad. Desde una perspectiva cognitiva se incluyen la existencia de pensamientos negativos, dificultades en la resolución de problemas,

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Revista del Taller de Escritores déficits atencionales y baja autoestima como causas de esta problemática (Gutiérrez-Calvo, 1984, 1986; Krampen, 1988). La ansiedad evaluativa puede ser “anticipatoria”, si el sentimiento de malestar se produce a la hora de estudiar o al pensar en qué ocurrirá durante el examen, o “situacional” si ésta acontece durante el propio examen. En resumen, encontramos que la ansiedad puede darse antes, durante y/o después de finalizado el examen. En cualquiera de estos casos, puede asociarse con consecuencias a tres niveles: - A nivel fisiológico: pueden aparecer síntomas como taquicardia, tensión muscular, náuseas, sequedad de la boca o sudoración, hiperventilación. - A nivel psicológico: se puede producir una imposibilidad de actuar, tomar decisiones, expresarse o manejar situaciones cotidianas. Como consecuencia, se puede tener dificultad a la hora de leer y entender preguntas, organizar pensamientos o recordar palabras o conceptos (concentrarse). También es posible experimentar un bloqueo mental (o “quedarse en blanco”), lo que se manifiesta en la imposibilidad de recordar las respuestas pese a que éstas se conozcan (parálisis). - A nivel emocional: pueden darse sentimientos de aprehensión, inquietud, tristeza, enfadado o soledad. En último término, ubicándonos en el extremo más alarmante, el malestar que se experimenta puede llevar a la parálisis y/o la evitación del propio examen. La respuesta de ansiedad, en sí misma, no es algo negativo, a niveles óptimos, puede ayudar a focalizar la atención o a realizar una ejecución más veloz; el problema sobreviene, como anunciaba hace tiempo María Paz García-Vera, directora de la Unidad de Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad Complutense de Madrid, cuando esta ansiedad se da a niveles muy elevados, o con una frecuencia excesiva, llegando a interferir en la ejecución del examen o en la situación concreta a la que se enfrenta. Pero, ¿por qué aparece la ansiedad ante los exámenes? en la mayoría de las ocasiones existe un agente real o percibido que activa la ansiedad. En el caso de la ansiedad ante los exámenes, además, el miedo no es del todo irracional, puesto que la ejecución en las pruebas determina, en buena medida, el futuro académico de la persona. Por tanto, el agente real o percibido puede ser una experiencia anterior de bloqueo en un examen, o de haber sido incapaz de recordar respuestas que se conocían. En el caso en que la preparación para el examen haya sido adecuada, la ansiedad puede deberse a que aparezcan pensamientos negativos o preocupaciones (¿”qué pasará si hago mal el examen?” ¿Cómo lo están haciendo los demás?”); en otras ocasiones, es posible que surja debido a una falta de preparación para el examen, en cuyo caso, es lógico que se presente la preocupación y es en estos casos, los errores en la distribución del tiempo y malos hábitos de estudio hacen que se presente este tipo de inconveniente.

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Revista del Taller de Escritores Para afrontar la ansiedad ante los exámenes, pueden utilizarse diversas estrategias orientadas a reducirla, donde la efectividad y eficacia de las mismas, depende de la adecuación de su uso y del grado en que el estudiante se compromete con esas estrategias. Dos aspectos a tener en cuenta en la ansiedad evaluativa son: Exposición: es importante procurar exponerse ante las situaciones que producen ansiedad. Este paso es necesario para abordar la ansiedad en general, y con ello ir aumentando día a día las habilidades para manejarla. No hay que evitar asistir a un examen por el miedo a quedarse en blanco, el desarrollo de habilidades para afrontar la ansiedad es un proceso gradual, que se irá afianzando en los sucesivos exámenes. Autoconocimiento: Intentar reconocer las emociones que acompañan la respuesta de ansiedad en las situaciones críticas es fundamental, donde el objetivo es el de detectar con la mayor premura posible la aparición de la ansiedad, y poner así en marcha estrategias para impedir que ésta aflore. De manera más específica, algunas indicaciones útiles se recogen en la siguiente tabla: Tabla 1. Indicaciones

Mientras se estudia:

Antes del examen:

- Asignar el tiempo necesario de estudio para hacer todas las cosas necesarias antes del examen (revisar material de estudio, hacer esquemas, repasar los temas...). - Aumentar la confianza en uno mismo revisando frecuentemente el material. - Establecer metas de estudio y afrontarlas de una en una para que no se produzca saturación. - Si uno se siente nervioso, tratar de relajarse con alguna técnica. - Llegar pronto para sentarte en un sitio en el que uno se encuentre a gusto. - Evitar encontrarse con gente que pueda hacer dudar a uno sobre su preparación. - Cuando se reciba el examen, leer las instrucciones un par de veces y organizar el tiempo de forma eficiente. - No apresurarse si uno ve que sus compañeros acaban antes, trabajar tranquilamente al ritmo de uno.

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Revista del Taller de Escritores

Durante el examen:

- Algunas de las técnicas de relajación que pueden usarse durante la fase de estudio también pueden servir durante el examen, se puede tomar un par de minutos de descanso si se cree necesario. - Empezar con las preguntas más sencillas, reforzará a la persona y hará que se afronten con mayor seguridad las preguntas más difíciles. - Preguntar al profesor aquellas dudas que surjan durante el examen. - Pensar en cosas positivas que ayuden a mantener la concentración durante el examen, como “esto es sólo un examen”, “Estoy familiarizado con el material”...

Después del examen:

- No ir corriendo a seguir estudiando, darse un premio por el esfuerzo realizado. - No darle más vueltas a las respuestas ni intentar comprobarlas.

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Revista del Taller de Escritores

Poesia

Serie Ruana - C铆rculo de Luz 27 Hernan C贸rdoba

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Revista del Taller de Escritores HERNANDO REINOSO SANTOS

Licenciado en Lingüística y Literatura, Universidad de la Sabana, Especialista en Gerencia y Gestión Cultural, Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Especialista en Didáctica del Arte, Fundación Universitaria Los Libertadores. Profesor de Literatura Colegio Nuestra Señora del Rosario, Chaparral, Tolima, Colombia

PÁJARO Ese pájaro diluyendo su cabeza en la música, borda el tiempo y se deslíe en transparencias,imágenes y metáforas de la sensualidad. Su pico estripa cárceles de cristal ensangrentadas y regresa a la esencia del movimiento tambaleando embriagado en poesía. (Sinuosa permanencia del instante entre tus manos) I Arboles de silencio abren los picos de los pájaros Y un perpetuo rumor de hojas armoniza la penumbra La llamarada del Sol funde la música En un rito de blancura deslumbrante La quietud extasiada teje las sombras Se desdoblan guitarras en la piel de las arenas Y como un canto tronchado en el asombro Las orquídeas silvestres acogen las gotas de la belleza II Un pájaro se ahoga en el hilo de este espejo Y descienden hojas de música Abriendo de par en par Este charco como un arcoíris que incendia El follaje o el silencio Esquirlas de la piel fabulan la sensualidad Se desgajan laberintos sutiles Surcando un Sol de temblores embriagados III Un pájaro bebe la imagen de sí mismo en el rumor del agua Y se atraganta de luz embebida en la desmesura del sueño Su canto es un violín apretando los límites de la belleza Mientras mariposas azules saborean La sabia del Sol embadurnado en el silencio

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Revista del Taller de Escritores IV Teñida por el rojo de la flor que su corazón bebe La mariposa se postra alucinada Ante el esplendor sublime Que la tarde ensancha en sus sentidos extasiados V El canto de los pájaros incendia el atardecer y se enhebra la aguja que teje la penumbra Petrificado por el sueño El silencio se recuesta en la sombra del paisaje VI Lámparas crepusculares cubren el silencio Rumores de antorchas melancólicas encienden laberintos Precipitados por el viento Un piano de sonatas golpea los cristales estacionados en el tacto Un hilo sutil desenreda el follaje de la música Un tempano de sol satura la fluidez del vértigo Quenas adormecidas por la tarde incineran la quietud De jardines fragantes Y esa totalidad efervescente de los ríos Trae un rumor de campanas dilatadas Peces estacionados se convierten en fogatas que iluminan El crepúsculo Presurosa el agua derrama el arco iris de su voz Tambalea la luz dosificando las luciérnagas de la tarde Ungida por el rumor se desata una flor derramando Su cáliz en el agua El asombro quebró todos los límites del sueño Serpientes blancas anudan el rito del abismo Y el chapuzón de la luz moja las sombras dilatadas Y emergen cristales que agonizan en el fragor del silencio

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Revista del Taller de Escritores CONCIERTO Modula el concierto un hilo intemporal que desdobla el crepúsculo Violines desmadejados cantan entre espejos de luces embriagadas Una guitarra tibia por el atardecer enciende arboledas de silencio El grito sostenido en el instante abre parcelas enarboladas en la Luna Con toda la tristeza el tiempo siembra regatas sostenidas en clavicordios Y la abrupta emanación de un aletazo corrige el sueño En sus manotadas de asombro VII Resplandece el azul de un charco iluminado por peces Deshojados Danzas rituales abren un horizonte invadido de caracolas Embriagadas en la luz En espejos que imaginan el concierto sembrado en los Ríos de abrazos despedidos El silencio es un témpano que riega la música Tocando un sendero de mariposas que iluminan el sol Una nota desmadejada del absoluto desborda el verde Desparramando armonías que viajan en la embriaguez Sueños de guitarras palpan la pulpa solitaria de la lucidez Y presienten las sombras un canto de colibríes alumbrados Por tu voz Descienden cabelleras blancas rompiendo el infinito En cristales que se evaporan en el viaje Acompañado por un fuego sutil de traviesas manos El tiempo sonríe divagando en las rosas dormidas Sutilísima plegaria el viento deshoja las llamas Acostumbradas al ardor Un ala de sueño toca olas que convergen en la placidez Y hay un violín temblando en el follaje VIII Un pájaro rasga la tarde desorbitada Y es su canto una oleada sensual que taja la luz del crepúsculo Y siembra repentinos parpadeos del instante Mientras el relámpago fluye como un río desgajado por el tiempo Y hay una nota arcoirisada en el pentagrama de la luz Que invade de gozo la siesta del asombro

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Revista del Taller de Escritores IX Un espejo refleja la imagen de golondrinas tocadas por el sueño Crepita una fogata de azules armonías La reverberación de las manos señala un estanque Donde bebe la embriaguez su rito noctambulo en la desmesura Picos de torcazas tristes tejen un arpa maravillada en la claridad El éxtasis sonríe parapetado en el gozo conmovido Oleadas de placer cubren el rostro de la luz Desde el copo de un árbol se desgaja una lluvia de sinfonías Hay sensaciones que palpan la premura del relámpago Rasga una cigarra el cristal que divide sus alas asombradas Todo el absoluto vibró en la fugacidad de su llanto Esquirlas del tiempo tañeron la belleza Laberintos del verde que descansa en placidez Lentos violines que alumbran los colores o el instante Despedazada por el ritmo se desmorona la pupila de la luz Un tentáculo violeta recompone otra armonía en el horizonte Hay cantos que exorbitan los círculos de fuego de la tarde Y se mece enternecida por el aire Una orquídea enquistada en el pico del sinsonte Ramilletes de pájaros opacan el sol del mediodía Y una frugal sensación que rompe el río Mientras parpadea el infinito deshojada por las sombras Y un celeste vaivén de temporales se quiebra en el filo de las notas.

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Revista del Taller de Escritores JAIRO E. RODRÍGUEZ ROSALES

Licenciado en Filosofía y Letras, Magister en Etnoliteratura, Candidato a Doctor en Ciencias de la Educación. Profesor Departamento de Humanidades y Filosofía, Universidad de Nariño. ATARDECER… Estuve allí, Cuando silenciosa E imperceptible la flor Abrió sus pétalos Y se entregó Embriagada de estrellas Estuve allí Cuando sus pétalos aurorales me regalaron un exquisito aroma, Que me hizo soñar Danzar, volar… Estuve allí Cuando la flor implacable Se entregó al abrazo Salvaje del tiempo, A la caricia del crepúsculo Al beso sediento y voraz de la noche Estuve allí Cuando el galopar Oceánico de sus caderas Estremecieron al universo Y entre mis manos Escapaban pececillos de mil colores Estuve allí cuando La flor

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Revista del Taller de Escritores Regaló sus pétalos al mar Y las estrellas extasiadas Aspiraban El aroma virginal De una mañana Estuve allí Cuando todo empezó Cuando todo acabó Allí estuve…

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Revista del Taller de Escritores SONIA GUADALUPE ARIAS

Licenciada en Artes Visuales, Magister en Etnoliteratura, Universidad de Nariño.

COMARCA PRISIONAL, 2.052 D.C. Esta vez puedo comprobar la veracidad de mi palpitante corazonada. En el mismo instante, cuando los gatos empiezan a manifestar insinuantes su pasión lujuriosa y a exacerbar cualquier ser viviente que pudiese estar cerca escuchándolos, en medio del viento que pulula por doquier y renombra no se qué acertijo generacional; un frío salino, azulado, emerge por mis poros y me recorre el cuerpo hasta hacerme perder todo control sobre mis miembros, caigo de bruces sobre la pútrida tierra fangosa, con olor a excremento y mortecina de aquellos que han tenido peor suerte que la mía; siento el fluido carmelita hirviente circulando vertiginoso por todo el torrente… de momento creo que estoy alucinando, a no ser por el flagrante retumbar de las bocinas de todos los días y a la misma hora. Puedo volver sobre mis pasos, gritar, aullar para que los centinelas acudan en mi auxilio, pero en lugar de ello y en un esfuerzo infinito, aprieto los dientes y doy un giro bestial en dirección a la guarida que durante tanto tiempo he preparado para este momento; ¡aquello a lo que tanto había temido y anhelado, estaba ahora emergiendo en mí!… ya a punto de llegar, mi respiración se torna demasiado agitada como para continuar; no entiendo cómo, ni por qué, pero de mis poros empieza a brotar algo así como nervaduras de alas insectívoras… ¡el pánico me invade por completo! Sé que no puedo emitir el menor quejido pues en tal situación y de percatarse sobre lo sucedido, los bioprogramadores energéticos me harían víctima de las más atroces experimentaciones y cuestionamientos acerca de mi vida y mis contactos. Muy a pesar mío las nervaduras continúan emergiendo desde el omoplato hasta cubrir progresivamente la totalidad de mis brazos. ¡El dolor es insoportable, creo desfallecer!, mi guarida aún se encuentra espaciada mil pasos de mí y ya en este punto no me importa más llegar hacia ella. Ya mi mente ha concebido un segundo plan: en medio de este estrépito gatúbelo, me liberaré del dolor que me provoca esto que parece ser una transmutación y exhalaré un gemido infernal, entonces los centinelas no sabrán desde dónde procede, si de los felinos o a partir del timbre gutural emanado por cualquier animal salvaje ... así que, con la profundidad de mi cavernosa voz, emito el quejido más espeluznante que rememora generaciones tras generaciones de seres vivientes sumidos en el averno de su existencia, en la oscuridad de sus días con sus noches de incertidumbre y desasosiego al preguntarse infinitas veces los por qué y no obtener respuesta… jadeante y en reposo, mi cuerpo se desvanece y mi corazón se aquieta.

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Revista del Taller de Escritores Pero ¡no comprendo! mi cuerpo reacciona a un llamado que no advierto de dónde emerge; es una frecuencia extraña, nunca antes percibida por mí… me llama, me invoca, acudo hacia ella; aquel sonido sublime transporta todo mi ser y me dejo llevar por una dama verde azulada semejante a una lejana ilustración que rasgase de un tomo enciclopédico siendo niño, algo así como una musa paradisíaca portadora del elixir que sublima todo cuanto existe; se acerca sutil hacia mí afirmando con su voz cantarina que todo ha sido parte de un proceso, asegura que el fragmento que me ha correspondido vivir es sólo una pieza del gran rompecabezas que todas las humanidades protagonizarán algún día y que ella misma ha sido atravesada por circunstancias similares a las mías. Es una voz de aliento, es… un elixir prodigioso en medio de esto que pareciera ser el final de mi existencia…ahora el dolor es prodigioso, lo comprendo y lo acepto como parte mía, de mi personal proceso de regeneración (es algo así como saber que los días se suceden a las noches). Ahora, ¡emprendo el vuelo!, no siento miedo ni extrañeza por mi aspecto, pero sé que los habitantes de la comarcan no podrán aceptarme, pues ante los ojos de ellos yo soy una especie de bestia inacabada o de humanoide insano, presa de la beligerancia y orgullo de quienes dominan las mentes y los cuerpos (nunca sabrán mi verdad) tampoco sé hacia qué lugar dirigiré mis pasos, pero tengo la certeza que me encontraré con los míos, con aquellos que son semejantes a mí, porque sé que existen, lo siento en el lugar donde mi corazonada sentía corresponder desde siempre; debo recuperar el aliento para luego continuar; permaneceré un tiempo solo… ¿pero qué es el tiempo? ¿No ha sido acaso una sucesión de acontecimientos encadenados a las decisiones volitivas de los seres? mi voluntad decide estar por un espacio, sólo y meditando sobre lo sucedido. Entretanto, este mensaje es para ti, hijo mío. Lo envío a través de tu madre, pues en estas extrañas circunstancias es ella la única depositaria de mis más íntimos secretos y ha sido cómplice silente de mi enigmática transformación, logrando escabullirse a través de los pasadizos de la comarca en pos de mí, tan suave y vaporosa que… en medio del dolor puedo observar con total claridad: la dama verde azulada que me extiende su mano para guiarme hacia este nuevo capítulo en mi vida. Ya los gatos han cesado su perturbador concierto reproductivo, ya el viento no viene más… ya, aquello a lo que tanto temí y añoré, se ha hecho presente, ¿qué más me queda? Esta prisión hoy ya no me inunda ni me hiere, ni me toca, se ha convertido en mero reducto de lo que no se puede encasillar ni doblegar. Mi lugar ya no está aquí. Desde el mismo momento de la Creación y dondequiera que te encuentres, sabe que Tú eres el aspecto más noble de mi existencia y que te amo entrañablemente. Sé que al reunirme nuevamente contigo y tu madre, seremos Uno en la Trinidad. Amorosamente. Tu progenitor.

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Revista del Taller de Escritores TE PERTENEZCO Y ME PERTENECES Habitas en mí como yo en ti Entretanto, te cubro con mis alas Te presto el resplandor de mis ojos Que te revelan quiénes somos Te regalo el viento para que cantes a la vida Para que vueles lento sobre esta tierra Desde tus confines de nido. Te obsequio el fluido más precioso de estas humanidades Que surca por mis venas hacia las tuyas Con las memorias generacionales De los guerreros del tiempo. Juntos hacemos parte del propósito universal Que acopla las almas en un vínculo supremo de armonía perfecta Tu latir en sincronía con el mío Proporciona a la raza La esperanza que la vida posee sobre la vida… Cada momento a tu lado me hace saborear la eternidad, El sosiego de saber que en presencia tuya Todo es posible… cualquier quimera, cualquier sueño ¡Todo prodigio!... Porque tu esencia misma es prodigiosa. Te ama, tu madre.

COMO SEAS Como seas te palpito en todo mi Ser Ángel caído por el olvido Cicuta salvadora de existencias Gratificante martirio Enervado en mi pasión. Como seas te venero Culpa que trae la salvación Despreciable aroma suspendido Entre tu tiempo y el mío En oración refulgente Ante el divino sabor.

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Revista del Taller de Escritores Como seas te perdono una y mil veces Y otras mil veces más Porque no sabes lo que me haces Y lo que me haces No te hace recordar. Como seas te espero Aunque otros colores se deslicen por mis manos Pintando mil y una historias De excitante exaltación Y otras latitudes atraviesen tu cuerpo Y otras distancias se interpongan en tu viento. Como seas te adoro Aunque la flama de tu haber Se deshaga en otro cuerpo Y entregues y sustentes y sientas a medias Con un dolor quedo, muy quedo Que te regala culpa y resignación Y expreses que todo va bien Mientras ahogas el grito del laberinto interno Cuando las hojas se esparcen al viento Buscándome a través de este mundo de ilusión En efímeras realizaciones Que anhelan completar la obra Donde todo es y no es… ¡Como seas… como seas… como seas! Porque seas como seas Llevas irremediablemente Una parte mía Enredada en el océano de tu corazón.

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Revista del Taller de Escritores GLADIS DE LA CRUZ GOMEZ

Licenciada en Inglés-Francés, Universidad de Nariño.

MELANCOLÍA El aroma que habita este lugar, Es el recuerdo de tu cansada presencia, De tus ojos llenos de frialdad, Que con paciencia esperan El Inevitable día… Este aroma del silencio, Hoy son tus voces, Que como espinas Se refugian en mi memoria.

OCULTO La suavidad de tu nombre Es música que abraza Mis momentos… Eres el lugar perfecto Para morir, Seré tú imborrable recuerdo. Serás el amor que no ha de fue, Que de sueños e ideas nutre, Mi imperfecta realidad.

¿QUÉ ES EL AMOR? Testigo del dolor desgarrador, Sombra de la muerte, Noche abrazadora, Palabras silenciosas, Locura y tristeza, Abismos del alma, Respiración anormal, Alucinación perpetúa, Un tú y yo, Beso definido, Despedida insospechada.

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Revista del Taller de Escritores EQUIVOCO Amor ¡equivoco eres! Me atas a invisibles cadenas, De sentimientos no correspondidos, No sé cuantas veces, Con temor he de vivir Esta frase que nace y muere En un te amo sin respuesta. ¡Equivoco eres amor! Por que de mí esperas indiferencia, A un ideal sentimiento Que se oculta En turbios colores de olvido…

ILUSION Con ilusión viajo, En busca de un lugar perfecto. Para arrullar tu espíritu, Tu abandono… Es inútil grita la sombra, Que acompaña mis pasos, En el infinito encierro, De soledad y desesperanza, Que se oculta bajo el papel, Con deseo de borrarte, Como oscuro silencio, De indiferencia.

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Revista del Taller de Escritores DEICY MENESES REYES

Estudiante de Filosofía y Letras, Universidad de Nariño.

SIN SENTIDO Duele ver tus deseos Entre juegos pueriles, Entre infames sonrisas Y apáticas caricias. Duele sentir, Tu voz en el viento, Pura, Incauta, Maldita… Duele el amor, Duele. Duele la inepcia de este corazón, Duele inhibir los encuentros, Las miradas profundas, El vuelo de mis sueños Hacia otra existencia. Duele ceñir, Esta palpitar a la antorcha, Y encender La hoguera de la muerte. Duele acostarse, Y no perderse con las fantasías, Duele comenzar, Una nueva infancia, Sin ti. Duele cuando las estacas, Confunden mi pecho, Escondiendo el dolor y mis besos Entre tu ego. Duele aún más, Cuando percibo,

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Revista del Taller de Escritores El entierro de este sentir, Cuando mi carne, Labra un epigrama, Con tu nombre entre grises rosas.

A LA MUERTE Me encanta ver la luna, Colgada de tus suelas, Observar, Ese cárdeno impulso en tus dedos, Ese caminar sin prisa, Ese palpitar sin alma. Me encantan, Tus luchas y juicios, Tus sentencias y carisma, Tu pueril eternidad, Y tu sepulcral sonrisa. Amo, Cuando te arrodillas en mi cama, Esperando, Mis agonías y mis ruegos. Amo, Sentirte cerca, Y descifrar, Un futuro a tu lado.

SEPULCRAL Convertido en polvo, Así me encuentro, Desenterrando recuerdos y fotografías perdidas, Inhalando soledad y sollozos, Transformando el ingenuo aire, En amorosa morfina, Que embriaga el alma de quienes me visitan, En este sepulcral abismo. Así me encuentro.

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Revista del Taller de Escritores CABALLERO DE LA NOCHE Caballero, ¡Oh hermoso caballero! Roza mi fantasía con tun espada lujuriosa, Plasma tu nombre entre siete odas, E incrusta tu figura en mis frías pupilas. Diluye tu cuerpo entre las células, Enfureciendo hasta el más ufano deseo, Convierte los crepúsculos en primavera, Y enséñame que el amor, Diseña con cien pinceles, Los matices de tu anochecer.

PRIMAVERA DEL 97 El jazmín, Expande su aroma febril, Las rosas inquietas, Juegan con las fantasías, Mientras el quimérico néctar, Recorre sus pétalos. Nuevamente, Rozo aquella dulce partitura. El alba, Narcótica y nebulosa, Desaparece, Cargada de suplicios y sueños. Subyugada, A un latido agonizante, Padre de mil desdichas Y episodios. Con la mirada Fija en la ventana, Evoco La primavera de mi infancia.

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Revista del Taller de Escritores La danza pueril sobre los prados, El trémulo silbido del viento, La experiencia de la locura, Adalid de mi corazón. Todo se ha incrustado En las alas de aquel laúd, Que me anuncia El momento. Tocan la puerta. La tumba está lista.

ASESINANDO CADÁVERES El alma de mi pluma agoniza, La melancólica vela observa, Como su virtud se desborda Por el tapiz, Cargado de cadáveres, De lujurias y desvelos. La sangre Se esparce en el espejo, Ella labra las huellas De su próximavíctima. El labial se desliza Entre sus muslos, En sus ansias, En su soledad rotunda. Acaricia cada célula, Me seduce, Me domina, Maltrata mi sombra, Escupe en mis sentidos, Inyecta un beso en mis abismos, Y finalmente… Caigo

En su lecho.

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Revista del Taller de Escritores SANDRA MEJIA VALLEJOS

Licenciada en Filosofía y Letras, Universidad de Nariño.

CELULAR La llamada es asombro, No sabe qué hay en las palabras, Tal vez exhortaciones a estar juntos O a decirle que no ama. De pronto, voces de auxilio Confiesan deseos ocultos O promesas encumbradas. O, tal vez, dejar atrás el miedo Para no sentirse solo en la distancia, Para decirse cuánto se extrañan Y celebrar juntos la complicidad que falta. Vibra el celular y el corazón se exalta Simultáneamente para deslizar Del otro lado el sobresalto y esperar Salir del consciente ensimismado. De repente un ¡aló! en los oídos Tranquiliza el alma Y se inventa un beso Suave, dulce y eterno Hasta que dura la llamada Y, luego, se vuelve efímero Como el viento que golpea su cara.

VACÍO Seis de noviembre, Cinco y diez de la tarde, Ha volado el alma la más Infinita de las agonías. Transparentes recuerdos, El pasado termina, El futuro es incierto Y el presente es eterno.

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Revista del Taller de Escritores Crepita un corazón dolido, En el aire abre sus alas, Recorre el cielo inmenso. Lo acaricia, hasta beber La sangre sacra de un ángel Caído en la eternidad. Vacío tras vacío, Día a día, De semana en semana, De horas y minutos perpetuos, Aun sabiendo que el tiempo Se esfuma como agua Entre los dedos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… Hasta el infinito, así deambula Un ser frágil vacío.

RECUERDOS En la fría y desolada ausencia del silencio Crepitan los recuerdos como ecos: Perturban, hieren, Corroen entraña adentro, Cual filosos cuchillos Desgarran el corazón, Que ahora yace en jirones En un viejo y desolado sepulcro. Desechos de osamenta putrefacta Envenenan el alma evocadora. ¡Ah! Recuerdos sutiles, Fácilmente se impregnan en la piel Cual fino perfume que por doquier Se dispersa y penetra más allá de la carne, El hueso o el espíritu; Flotan en el aire, son de múltiples colores, Algunos de ellos monocromáticos, Los más tristes y nostálgicos. Inundan el torrente de la sangre, Se mezclan y danzan en la ignota y roja fuente, Algunos de ellos invaden las pupilas, Los tímpanos y el corazón.

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Revista del Taller de Escritores LOCURA Dama disfrazada de verdad Deambula por calles de silencio, Agotada del murmullo de la ciudad Cuyas fauces devoran sus entrañas. Sin aliento, con las alas rotas, Su rostro se refleja en una charca. En ocasiones se la ve cabalgar en el viento, Su mirada extraña y desorbitada Se proyecta en los demás rostros: Locos, vagabundos, poéticos… El loco es morada, Germen de una nueva vida, La exclusión es parte de la ausencia, Allí donde todos vuelven a encontrarse.

INDIFERENCIA Duele tu indiferencia y me matas lentamente Cuando pasas junto a mí Y en el viento Se desvanece tu mirada.

CIUDAD Lúgubre, asfixiante, Paisaje de asfalto, Imponente cual dios devorador. Masas que anulan la razón, El rostro se confunde en calles y más calles. Entre las tapias vacuas se pierden los sentidos Y va quedando el juicio Como aquel afiche pegado en un rincón. Ahora me desconozco Y ya no sé quién soy.

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Revista del Taller de Escritores LUZ ELIDA VERA HERNÁNDEZ

Licenciada en Lengua Castellana y Literatura, estudiante de Maestría en Etnoliteratura, Universidad de Nariño. Corrector de Estilo, Editorial Universidad Mariana.

AROMA Siento tu aroma respirar despacio, con aliento a batalla fingida y a una que otra mentira extasiada, que expiran de tus labios en silencio. Siento tu aroma dibujarse en la brisa, en danzas de siluetas ajenas, en cuyo tacto invisible arden las penas, de quien invoca el fuego y la ceniza. Siento tu aroma perderse en la lluvia, lenta, casi seca y fragmentada, como el sosiego en el pecho de la amada. Siento tu aroma fundirse en la niebla, unirse a la esencia de la ínfima aurora, lápida oculta, cruel y segadora.

MÍRAME Mírame en tus sombras, cuando la fría madrugada toque tu mente, mírame ausente pero sin prisa, al calor de un cálido lienzo, mírame siempre así, con un aliento de tenue calma, y deja que mi alma sea ella, sea viento, sea mar, luz de oscuridad, dogma y seducción, del tiempo que se ancló en el puerto donde pereció vuestra libertad.

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Revista del Taller de Escritores SENSACIONES Me observas, y tu mirada aún no me encuentra, me niego a seguir esa esencia que prolifera del arte, me niego a liberar mi ser y prefiero el abismo. Me detallas, y me encuentro encerrada, enjaulada por dos perlas amarillentas, envejecidas por la fe, pero fijas y sedientas de inspiración. Me deseas, y el roce de bocas mortíferas, parecen ser un templo de infinita paz, que sucumben ante un inesperado frenesí. Me abandonas, y soy aliento, suspiro, silencio, soy resistencia, que se pierde en breves instantes de libertad. Soy el eterno retorno, el punto de encuentro, donde coexisten dos viejos amantes, que en el tiempo se vuelven uno más. Me recuerdas, y soy la mujer detrás de la esencia, soy el antes y el ahora, soy el retrato que deseas pintar.

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Revista del Taller de Escritores ALVARO LEON PERICO

Ha publicado los libros: Lunas de la calle caliente, etnografías de los actos de habla escolar.

EL AMANECER ALEGRE DE LA ESCRITURA Atrás cae la tarde, con sus racimos de uvas exprimidas por catadores invisibles, tengo ahora sólo sus pétalos de amapola polvorienta entre los dedos y el tremor de un viento irreverente; sobre los bordes de una copa de silencio fermentada por los años sin rastro del olvido, rebota la perturbable imagen de la noche con su arco de sombras. Desciendo Desciendo hacia la medianoche, ya rozan mis pies la aurora de las palabras alegres, bordeo la línea del alba, algunas se clavan sobre mi cuerpo como estalactitas de luz, sangran y forman cardúmenes cristalinos entre los borbotones de la sangre. Se han derretido las luminarias del día, las que enceguecen a los que han olvidado las estrellas y los cantos del destino. En las oficinas los amos se regodean con los senos contrahechos de la estupidez burocrática, los fulmina el ojo del huracán de la palabra vacía mientras recuestan sus cabezas sobre el trasero de sus secretarias creyendo que es el altar de la patria. Avanza la noche y los señores de la muerte duermen a pierna suelta y se quejan de la gota, y consumen viagra mientras sus amantes se quejan de no saber acariciar sus senos y confundirlos con la doble cara de las monedas falsas. Se escucha el campanilleo del roció del silencio, es la medianoche balanceándose en su cuenco de sombras. Cruza y envuelve mis sienes el arrebol de la aurora, respiro el aire puro de los heliotropos que crecen en los bordes de las colinas de la escritura. El silencio se convierte en aguijón entre la piel y la carne, está camino al habla: siento el desgarrón de la palabra mañanera. Existo: mi grito invoca una oreja sideral donde el infinito es su espejo que lo multiplica hasta borrarlo. La pregunta me doblega: ¿Qué veneno contiene la tinta de mi escritura? Busco y no encuentro la palabra que busca el instante de la ensoñación sin temor a que la dilapide un viento huracanado o la convierta en pesadilla.

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Revista del Taller de Escritores La palabra gotea de los labios de los dioses que siguen soplando el globo del infinito y solo quieren acompañar al que brinda sin sonrojos por la eternidad humana, la que nos hace mortales antes de que la muerte sea la figura de una guadaña oxidada y Dios la piedra donde hay que afilarla. Y todo puede suceder en la medianoche del silencio sobre el desfiladero del amanecer alegre de la mañana por donde se va la vida. ¿Dónde encontrar a la invisible, invisible mariposa agorera que enciende sus alas y se posa silenciosa en el corazón de la palabra? Tal vez, en el vientre milagroso de la oruga. ¿Dónde escuchar su ascenso leve de heliotropo soñoliento cuando dobla sus pétalos entre la piel de la caricia del instante fugaz? Suenan entre mis dedos de olivar en flor las caracolas lentas por entre los ríos de la página borroneada. Dejan sus huellas las venas rotas cuando el grito rompe los labios de la palabra imposible. Entre las hierbas que empujan la mañana hacia los despeñaderos de la alegría se quiebran las letras que se niegan a tejer una palabra. Arden y se retuercen como crótalos venenosos en las arenas calientes de mis desiertos interiores. ¿Dónde seguir el rastro de la que todo lo adivina y sólo entrega su verdad en copas de vino reverberantes de veneno a quien se deja acompañar hasta el supremo instante de su muerte? ¿Para qué seguir su huella debajo de la arboleda de la Rosa de los Vientos con los pies los píes huracanados y heridos por los alacranes del destino? ¿No será acaso, la invisible, invisible mariposa agorera, aquella callada mujer que pasa y teje su ausencia con hilos del ovillo del deseo en el telar de los cuatro puntos cardinales? ¿Será, ella, la que nos persigue desde el alba hasta la hora vespertina en el falso jardín de las delicias que inventamos bajo el sol canicular y nunca lo regamos? ¿Será, ella, la imperceptible estela de agua y ecos de sones de marimba que dejan los barcos como signo de desafió a las tormentas de los mares hiperbóreos? ¿Es, ella, la innombrable, el acallado silencio de las horas cabizbajas, apostando minuto a minuto lo que hay de fantasmal sobre la cara de los dados en el juego de la ausencia y la presencia?

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Revista del Taller de Escritores Ella, se enreda a mis sienes como un arco iris que regala vibraciones de color entre las altas montañas de la ensoñación. Y como volcanes de tamarindo estallan sus colores entre mis labios y corre la lava sobre la piel amenazando con sus silencios quemantes. Y, a la hora del alba suenan sus marimbas y sus ecos sonoros invitan a la danza. Es el canto premonitorio del ave agorera que invita a la reflexión temprana donde toda incertidumbre se deslíe como gota de roció entre las palmas del olvido. Coloco mis manos sobre su espalda tibia, la froto como un rayo de luz en la pupila ciega. Siembro madreselvas diminutas entre los poros de su piel y espero el milagro del silencio… Coloco mis manos sobre su boca de ébano y soplo sobre los tallos verdes esperando el otoño de las palabras que retoñan y espero, que el eco de la voz vaya y retorne como un mensajero fatigado que se ahoga entre balbuceos ininteligibles desprendidos del último suspiro de la vida. ¿Qué vestido luce a la hora en que el pétalo de la flor de la cicuta golpea sobre el rostro del fatal instante de las premoniciones? ¿Qué máscara desfigura su rostro en la mañana y cuál a la hora en que la tarde se recoge en un ovillo de sombras desleídas? En el umbral del crepúsculo: un gesto indescifrable enciende el mohín de su rostro frente a la penumbra del ensueño. Y, a la medianoche cuando todos los silencios se arremolinan como un grito entre la piel y la carne, la risa juega con su eco anonadado frente a la nada de su espejo. Y, más allá del espejo se fragmenta en mil pedazos, hasta encontrar el sollozo de su nombre. ¿Y, si no es de ella, de quién hablo? ¿Sobre quién escribo cuando todos los fuegos del mundo se han apagado y sólo queda la medianoche de mi silencio? ¿Entre qué vaho de nubes indecibles entibia su cuerpo de agorera si no retorna el origen de la palabra en el momento soberano de las voces sin eco entre la multitud de gritos sin escucha? ¿Acaso, no es ella, la sopladora, la atizadora, la avivadora, de los fuegos que sollaman los cardos resecos del corazón cuando se apagan los claroscuros de la voz? ¿Y, si desaparece la golondrina en el tejado, a qué hora empezará la madrugada? ¿Y sin ella, dónde encontrar el otoño, a la ahora en que mi cuerpo es solo caricias entre sus senos, de las ensoñaciones entre las cenizas de la carne olvidada? ¿Si, es ella, la que nutre el eterno insomnio de la palabra que vela, de la palabra que dibuja claroscuros sobre la sombra que los cuerpos no pueden saltar para volver a encontrar el grito originario de la infancia? ¿A dónde encontrar a la invisible invisible mariposa cantora de los secretos que sólo la risa de la muerte sabe celebrar? ¿Por qué suele aparecer como una fragancia primaveral, a la ahora en que mi cuerpo es sólo una osamenta que suena como un cascajal a la hora del mediodía? ¿Por qué sólo hace presencia cuando sentado en mi silla estercolera me creo rey de los humanos y apenas soy un simple príncipe idiota que me embriago con mi propia podredumbre? ¿En qué hendidura de mi palabra se esconde? En qué momento doblo su pétalo de amapola como se dobla una caricia perdida en el abismo del adiós?

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Revista del Taller de Escritores Y, cuando la invisible agorera de los caminos que no conducen a ninguna parte, gesto de un acróbata sobre la cuerda floja que une los abismos y no nos atrevemos a dar el primer paso por temor a traicionar nuestros propios deseos de guerreros apostándole a la vidamuerte, volvemos la mirada y se escapa la invisible agorera del fondo de los pensamientos que inventamos como trampa para no saltar los cabellos de la estupidez que nos aprisionan. ¿Dónde quedan las fuerzas guerreras que dan vueltas como una guirnalda de olivo verde sobre las sienes y sólo queda la redondez reseca del tallo sin hojas y sin flores? ¿Dónde se han cortado las hojas del ramo que sólo es alucinación depravada de un momento etílico, producto del brindis socarrón de la delirante idea de poder entre soberbios y embrutecidos burócratas del discurso? ¿Y, si ella pasa y no escucha mi canto y sigue su andadura y se pierde por entre la maleza de los brazos de las multitudes que han perdido su voz? ¿Dónde sentarme a escuchar el canto de la rana que solitaria se desmaya debajo de una gota de roció? ¿Y, si el canto de la rana no es mi canto y se cruzan nuestras soledades entre los ramajes, donde encontrarla para que su presencia nos llene de melodías a la hora vespertina? Las horas que gastamos buscando en los bolsillos la última moneda que nos queda para jugarla por ganar un último instante en el mercado de la fantasía humana, esa moneda no ha pasado por la fragua del herrero que llevamos dentro, porque desde antes de nacer ya se han apagado todos los fuegos del universo y los dioses siguen tras de las montañas descansando de los errores cometidos por fabricar hombres de barro.

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Revista del Taller de Escritores RICARDO MISNAZA

Licenciado en Lengua Castellana y Literatura, Universidad de Nariño.

EXILIO Y FATALIDAD Afrodita en la taberna sonreía Cinco dados, dos tabacos y su chica, Temeraria señorita que apostaba sin medida Cinco besos, dos caricias y su huída. Frente a ellas un rival sin corazón Alguacil mezquino de sombrero azul Pusilánime señor, astuto hablador. Al galope de las horas, Azar y ron se hicieron contra el amor, Un te quiero de sus bocas Al alguacil enfureció, Empuñó su revólver y sentenció su voz... ¡Esta apuesta la gano yo! ¡Oh pérfida noche de disparos sin nombre! De juegos y amores sin justicia, De guitarras sin cuerdas que lloran... La sonrisa de Electra y Afrodita, En los tiempos en que amar Era una apuesta de exilio y fatalidad.

ARCAICO PALPITAR Epidermis caoba extendida en la penumbra, Colosal navío agitado por olas, Así yaces en el puerto de Pandora, Aguardando por mí, otra vez a solas. Nubes tormentosas nos despiden de lejos, Y los gritos se desatan igual que cabos, Al fin los años, nos hacen para el mar, extraños. ¡A la mar! ¡A la mar! Mi arcaico galeón de exilios y olvidos. !A la mar! !A prisa! Juanita aguarda en su balcón caribeño, Fecunda en caricias de ensueño,

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Revista del Taller de Escritores Divertida y expectante por mi regreso. Atrás he dejado mis inciertos, Mi juventud estremecida por desaciertos, El olvido de mi olvido y sus lamentos. ¿Ah, sí? el viento... Y la nívea arena y las palmeras negras, Juanita y sus canas bellas, Otro viaje a solas, para morir en ellas. ¿Qué le diré al verla? Confidente, amiga, sonrisa mía; ¿Hace cuánto no te veía?, ¿Sigues cantando tus dichas a la vida? Tu juventud ha cambiado de color, Matices de un horizonte infinito casi sol, Ahora el rojo beso tuyo dice de amor, El blanco esplendor de tu voz, tú mi corazón. Volveré Juanita a tus exhalaciones, A habitar contigo tus canciones, A la última morada de mis pasiones, Allí en tus notas y tachones. ¡A la mar! ¡A la mar! Mi arcaico sueño de quietud y recuerdo.

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Revista del Taller de Escritores VIVIANA MERCHAN GARCIA

Estudiante de Derecho, Universidad de Nariño.

EXISTIR, SIN SER Sin ilusión para que llorar sin amor, para que sufrir sin muerte para que vivir. ¡Ansió la muerte sin vivir ¡ O Vivir sin vivir la muerte. Jugar a la paz y a la caridad Pero, para qué existir si no estás tú, Para qué llorar si no es por ti, Para qué luchar si no es contigo, Para qué morir si no es por ti. Sin ti o sin mí, Mi existir quiere morir.

PIEL DE EXISTENCIA La vida se ha hecho carne, carne bella, carne amable, carne viajera va y viene entre centenarios años viejos y amargos como un solsticio de angustia como carne sin nombre. Llega con desdichas y dichas. Hijas del recuerdo son, pasan sin sentido son experiencias son visiones distantes Iluminadas de existencia a carne viva.

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Revista del Taller de Escritores DESDÉN ¡Civilización! Entonadora de escombros ¡Busco la bondad del corazón! ¡Misericordia en la canción! al tenor de tu arpa viaja mi llanto y en la melancolía danza tu ritmo. ¡Civilización! llevas sobre papiro la sangre con mapas tristes y líneas grises. Cambia este cuento carnavalesco narra la historia sagrada sin laureles pisa las venas del egocéntrico, que nos deja sin salida.

6 PM. Después, de un otoño, una primavera, un invierno, y muchos veranos. Volvieron sus miradas. Surgió un abrazo, con temores de arrimo. La sinfonía del viento nos cobijaba y abandonó con su llegada. Así fue como Caía la tarde y dijo: ¡Me piensa! mi corazón se sorprendió. ¿Me piensa? ¿Así como usted a mí? pregunte al silencio. Y se marchó aquel 16 de septiembre. Con la angustia entre manos, El rubor en mis mejillas, Y una sonrisa de astucia, mi cordura giró

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Revista del Taller de Escritores tras la conjugación . Me piensa. Había tenido un día agitado, La primera cita con la mendigada justicia. El martes como los martes de guerra, cual asombro para mí desdichado corazón. Estaba ahí. ¿Cómo va? Pregunto. Bien, pero está muy lenta. Dije, Haciendo referencia a la máquina resucitadora de historias. Vine a decirle que de dejos se la ve muy bella, Y de aquí cerca mucho más. Mi alma anonada no respondía señal alguna a lo que muchas veces, añoraba escuchar. Con delirante pasmo, Dije: ¡gracias! Entonces, la locura floreció en mí, el plan salió casi perfecto a no ser porque, la soledad llegó. El minutero descansaba, o iba sin apuro tal vez. Envuelta en hojas, las unía como deseaba que se junte mi existencia con la suya. Llegó la luna y el sol volvió a su morada, el transeúnte trato de frenar mi misión. Salió, al punto que las coincidencias se crean; pues, también yo salía. Aunque él dijera que, salía más de prisa. Respiraríamos juntos el frio de la noche sin renunciar al me piensa. Cerré la oficina y como torpe enamorado

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Revista del Taller de Escritores ¿Qué creen? Lo hice mal, entonces de escapo la frase Usted que viene a distraerme Él aprovechó tal lapsus Y vociferó: ¡A! ¿ yo la distraigo? ¡No. Claro que no! Respondí sin esperar. El evento de mañana me distrae. ¿Cómo tapar algo tan evidente? ¿Irías conmigo a realizar una compra? Preguntó. Con la voluntad de cortesana que me acompaña. Sujetada de su brazo, divagaba. Íbamos por la calle central; en compañía del embrujo de la lluvia, el frio fundía mis pensamientos mi cuerpo no era otro, que el suyo la parálisis del viento, confundía mi apetito para acariciar su voz, Su piel, Su calor, Su ser, Su palabra, que emergía suave y confiable. Cada verso era mágico, cada verbo una realidad sin nombre. ¿Qué decir de su sonrisa? cual maravilla de venus. Escuchar sus fatigas y ser parte de ellas, fue perderme en su ser . Cuando desperté estaba entre la multitud agitando pasos hacia el mismo mundo, hacia el mismo universo, sola en la nada del olvido.

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Revista del Taller de Escritores ADRIANA CAROLINA GUERRERO

Licenciada en Lengua Castellana y Literatura, Universidad de Nariño.

LA APARIENCIA DE LA NOSTALGIA Las voces de la lluvia, Que errantes van por la plaza oscura, Recitan las dimensiones de las tragedias ajenas, En melodiosas ondas de desolación. Veo tu rostro que llora, Y lo pierdo en mi quietud extraña Las voces de la lluvia Repiten tu nombre en la tristeza, En el abandono de amor, Que no terminó de escribir. Tantas veces la lira Se ahogo en tu ausencia, El retrato de mis palabras de amor, Ahora son solo inertes retazos Suspendidos en la contemplación Del miedo lejano, De las sombras de la misma tragedia. La apariencia de la nostalgia, Es la lluvia, mis letras, tu canción, Tus acordes, mis palabras, el sol, La niebla, mis frases, tu voz, Tus ojos, mis libros, tu traición.

TUS MIEDOS, TU DESAMOR He pasado tantas tardes llorando, Volviendo en la memoria, al día en que te amé. Ya dispuestas mis palabras, mi nostalgia, mi locura, ¡Qué armas eran para sobrellevar las tinieblas! A veces me rendía a tus excesos, Subía hasta tu pensamiento y bajaba hasta la tierra Que mimaban tus pies.

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Revista del Taller de Escritores Hasta que un día llegue a tu corazón, Ansié en ese balcón, encontrarme escribiendo algún soneto, Hasta que una noche, dormí en el lumbral de tus artes, Una a una su maestra, Fueron destruyéndose los miedos. Me vi corriendo entre volcanes, Llevando el fervor de salvarte, Palpitando tu distancia, tu abandono, Despertando y soñando… He pasado mil amaneceres preguntando, ¿Por qué no pudiste amarme un poco?

NO EVITE DECIRTE ADIOS La lluvia fue el lapso parpadeante, Que distanció al corazón de las palabras, El lenguaje fue, Oscura mirada de la madrugada. Un día te llore una lluvia, Que olvidó llevarse, El cuerpo plateado de mi poesía. Lluvia oculta en la tristeza, Por tu frenética traición. Una mañana, un atardecer, Entre tantos sucesos borrascosos, No evite decirte adiós. Yo volveré al abrazo firme de la lluvia, A las dunas perfectas de mi soledad, A la nostalgia que solo es… extrañarte demasiado, Volveré al azar, a la noche, a lo incauto, Volveré en el encuentro de tantas angustias Y de tantos sueños que evitaran llamarte otra vez.

DELIRIOS NOCTURNOS Una perturbada viajera que busca tus besos, La apacible certeza de un te quiero, El único mar bajo tu noche eterna, Que canta en la distancia o en tus besos la misma promesa.

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Revista del Taller de Escritores No me culpes por desearte, Si en el frio de la noche, Tan solo quisiera abrazarte No pidas que olvide nuestro amor, Pues el tiempo contigo me ha hecho inocente de esta ilusión. Si mañana me vez llorar, Si la lluvia, el sol, el viento, No quiero contemplar, Si te digo que no valoras mi amor, Nunca te apartes de mi corazón… Y perdona que a veces me olvido que en esto, Estamos juntos Tú y yo.

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Revista del Taller de Escritores DANNER ALVAREZ AYALA

Estudiante de Filosofía y Letras. Ha sido Monitor del Taller de Escritores “Awasca” y de la Maestría en Etnoliteratura, Universidad de Nariño.

REENCUENTRO No solamente he tenido el placer de contemplarte, Sino la delicia de besarnos, Siempre he pensado que desnudar lo sentimientos, Es mostrar tu punto débil, Es difícil creer que te amé, Pero aún más, saber que todavía te amo, Cada recuerdo anterior de ti, Me somete a lineamientos en mis nuevos amores, ¡Es por eso que hoy! Quiero decirte a dios para siempre, No un simple te vas de mi vida, Sino un rotundo vete, No por temor a quererte, Ni menos porque te amo, Sino porque simplemente, Prefiero amarte toda mi vida, En mi silencio y mi soledad.

ALEVOSÍA Traicioné mis raíces, El albergue que me dio la vida, Al lugar que me ha enseñado el conocimiento, El recinto donde aprendí la estructura de las letras, El no lugar de mi vida incandescente, Ese discurso de Foucault que me reprendió, Así como ese regaño atrevido que sondeó Zuleta sobre mí, Sí… Aquella bofeteada lírica que me enseñaron, Dulce poesía que me conquistó, Aquel discurso Lorcano… Que me llevó a repensar la vida misma, De repente toda esa prontitud Novana… De amores misteriosos, de coyuntura rebelde, Aquella gallardía bohemia de mis noches, Acechaban en aquella marcha de estudiantes,

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Revista del Taller de Escritores A quienes abandoné debajo de la lluvia, Una mañana. En el corte “Cooperativa” asechaba aquel enemigo, Escondido, dispuesto a atacar, Un sentimiento, vertía de mis ojos, Era tarde… Me di cuenta que mis utopías; Nacieron cuando traicioné mi mundo.

A TRAVÉS DE LA NOCHE En pocas palabras te quiero conocer en la noche, He escuchado que la noche le da sentido al día Además, la noche es soledad para ti y para mí, Silencio que se perfecciona a cada caricia, Meter las manos al fuego es sentirse vivo a cada instante, A veces necesito estar despierto, Y caminar sobre lo que me da vida, A eso le llamo amor. Existen experiencias que sólo pueden pasar una vez, Me atrevo a tocar el agua glaciar por sentir sensaciones, En la pureza de tu hermosura, Sólo puedo encontrarme a mí mismo. Tus labios exentos en mis sueños, Portan la piel de mis sentimientos, Así como el agua recae sobre las rocas, Así mismo, mis sentimientos hacia ti.

EL SECRETO No puedo explicar el secreto de querer a una persona, Me siento desconcertado del ir y venir de sentimientos, Aún sin ser parte de lazo afectivo de mi familia, Te llegué amar, más que a ellos, Puedo dar mi vida por tus consuelos, Puedo sentir agonía dentro de mi estómago, Mariposas que estrujan cada párpado de mi ser, Linces que aniquilan mis percepciones. Ahora me pregunto ¿Qué es ser amado? Si es aquella dulzura de sensaciones que provocan vacíos O aquella fusión cuerpo a cuerpo, O más aún, las emociones o descargas eléctricas…

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Revista del Taller de Escritores O será aquello que me redime y me deja sin suspiros. Que sólo siento bajo la cobijas, Pero, cada vez que toco tu cuerpo, Siento que tú dejas de existir, ¿O es acaso qué? Tú eres yo, y yo soy tú, No entiendo, a veces siento que tu cuerpo nieva, O en media noche veo que llega la primavera, Y en las mañanas es el sol quien toca la puerta, Mira… aquel sentimiento, Es pasión o es amor?

VERSO A cada paso que doy, Me doy cuenta que la naturaleza camina, Siento el crujir de las quebradas, El bramido del viento que baña, El dolor de los pies que tropiezan con las piedras, Y puedo oír como la poesía recorre los acantilados; Perfuma montañas y bosques, Rosa pájaros y animales…

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Revista del Taller de Escritores CARLOS FRANCISCO PALMA URBANO

(La Guayacana, Tumaco, Colombia) Autor de los libros: Tiempo sin memoria, Espejismo y En nombre del amor (inéditos).

PARÁBOLA DEL PERRO Justificarme ahora que he vívido es arrinconarme el alma en los excesos o voltear la página escondida que guarda lo inmostrable. La máscara es el edén a donde todos llegamos, Piroteándonos, uno sobre el otro, Formándonos mansos como los perros cultos, Esculpiendo la gran efigie del futuro, Allá en la cima Donde la carne se deshilacha Y es fresco el aire que asciende por los genitales Y la rosa es un paraíso intocable Que adorna la memoria. Te buscaré aquí, detrás de cada puerta Que muestra los desiertos. A mi generación le amputaron sus sombras: Las colocaron al frente, Surcaron sus sueños de principio a fin. Yo simplemente aré junto a la casa Y encontré a la noche vestida de tristeza, Caída junto al árbol del último verano, Mambeando coca Y sin afeitarme desde hace siglos. Voy miro que el trigo aun es trigo, Que a las iglesias las pueblan las aves Cuando duermen Y que el viejo color ocre de cada atardecer, Muere en mis manos En el huerto donde los gallos cantan Junto a los niños que arrebate A la gran ciudad de los vitrales Y pontífices, De hacedores de músculos que en línea recta , Riegan ceniza donde escribió la piedra, Salgo a la puerta árido Donde unos ojos vuelcan sus imágenes de sombra

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Revista del Taller de Escritores Y bofetean éste maltrecho ser. Sobre la gran silla vacía de los espectadores muertes, Desgasto la risa que se resiste A su eterno viaje y hacia adentro Donde lo inasible corroe el tiempo intacto Y el adiós es otra forma de engañar al corazón con su nostalgia. Bajo el designio de tus ojos, abro la puerta Y mis manos aún suplicantes, Vuelan con la brisa, Como sábanas colgadas en otros patios Y mi yo, condenado a la ebriedad Y a la densa atmósfera Del sueño, Cierra sus párpados inextinguibles Antes de salir de estas rejas que llamamos casa O que mi perro me olisqué por todas partes Y le dé por levantar su pata O decida más bien con lástima, Sacarme a pasear tirando su cadena.

SI EL AMOR A VECES NO DOLIERA TANTO Si el amor a veces no doliera tanto, Volverían a ser tal vez, Sin ninguna mezquindad Y como una página en blanco, Me asomaría a los ritos mortecinos de las adulaciones; Al espejo interior que carcome Y fustiga delirante Con sus ojos desiertos. Si el amor a veces no doliera tanto, Tu cuerpo seria otro templo Donde mis manos libres Buscarían la ternura dormida de tu almohada; El cariño que regañadientes Se trunca en cada puerta Y mis ojos dispersos por el aire, No hostigarían la eternidad de esta espera. Si el amor a veces no doliera tanto No escribiría con una mano cubriéndome la boca Para que la desnudes no salte de su asombro Ni se contradiga. Si el amor a veces no doliera tanto,

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Revista del Taller de Escritores No me asomaría a la ventana oscura de las murmuraciones, Ni irritaría el blandir De corazón apretados de rencores; Te mostraría la voluptuosa apariencia de mi cuerpo Y estas tartamudas palabras Serian un canto matinal a tus oídos. Si el amor a veces no doliera tanto, Ensayaría mil vuelos a tus brazos Y la ternura redonda como el trigo, Saciaría su hartazgo en cada mesa; Los ojos de la bruma del pasado Le cantarían toda su sal Sobre este mar De lágrimas voraces. Si el amor a veces no doliera tanto, Atracarían tus besos Y tus ojos apacibles, Observarían absortos al niño Que juega feliz bajo la lluvia. Si el amor a veces no doliera tanto, Mitigaría un poco de esa risa interior, Que me lastimo tanto Y que aún me duele Bajo la telaraña insoportable del olvido.

OSADÍA Yo soy esa sombra que grita. Las moscas zumban dentro De las ruinas que de mi quedan Y buscan el sonido estridente de mis labios Y hacia adentro. La lluvia cae con insistencia Y gota a gota, Perfora mis oídos, Lava mi boca putrefacta y abierta; Mi lengua, Partida por un rayo, Aún quiere salir de su soberbia Y escupir las cicatrices Que curaron los años y el olvido Y mi alma aún adolorida, Sigue dispersa

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Revista del Taller de Escritores Buscando entre las cruces de oscuros cementerios, Palabras nuevas Y en el gesto redondo de cada amanecer, Encuentra su consigna: Vencer y Amar!

RASTRO DE AGUA En la crepitación ruidosa de las sombras, Cantamos bajo el agua constante del riachuelo, Nuestras almas inmersas en su frescura, Transgreden las infamias, Los oscuros laberintos de la desesperanza Y el aire arrulla el agua Y dispersas las memorias del fuego en su dialogo De piedra y de silencio. En los territorios del conflicto, Arrullamos también La parcela y su faena Con un canto sagrado y solidario Y el maíz, Grano a grano Potencia los saberes del espíritu. Respiramos este aire Otra vez nuevo Donde la vida crece Y transforma la dignidad y su tejido. En el muladar de las ambigüedades, Vuelve la sombra, Guarda en su espejismo La referencias del agua y del olvido Sin rastro ni rencores.

PACTO No voy a alterar en la memoria El inventario de los sueños, Ni en el cuerpo, La frágil caricia que trajo el viento Alguna noche de verano. No escogeré Ni la lluvia ni el sol, Entraré como vine

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Revista del Taller de Escritores Por una inmensa puerta Sin aldabas ni bisagras. Me expondré a la intemperie que dejan las palabras Cuando no dicen nada Porqué aún hay gorriones en las ramas. Tornaré finito lo invisible Y caminaré sobre las piedras Para probar los cimientos Que calcinó el olvido. Te entregaré mis manos silenciosas Para que aun así, disperses, Horaden tu piel Y te estremezcan en otro amanecer Y no haya prisa ni vacíos Y el tiempo no tenga tiempo Y el deseo, sea más deseo Porque esta nueva pesadilla ¡Solo a mí, A mí, Me pertenece !

SOMOS Dos niños arrancándonos la piel más allá del deseo y el asombro, un coagulo lunar que protege toda luz y toda sombra. somos dos necios invitados a una fiesta de sordos donde el amor no existe y donde aún, la indiferencia crece.

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Revista del Taller de Escritores LUIS RAMON LOPEZ MORA

(Ipiales, Colombia) Estudios en Filosofía y Letras, Universidad de Nariño. Autor del libro “Desde las lomas ipialeñas”.

EL HOMBRE OLVIDADO Detuvo su andanza y se posó sobre la roca, se despojó de sus trajes frente a un reloj intencionalmente abandonado, un viento alborotó su blanca cabellera y desparramó su barba cana sobre su pecho. ¡Olvido! Gritó al espacio infinito, y olvido era una palabra que se repetía en el eco. Transcurso del tiempo inmedible, florecieron en todo su cuerpo vellosidades como delgadas e innumerables raíces al aire y otras penetrando la tierra, era un monstruo de vellosidades. Sus cabellos armoniosos fluían al centro de la tierra, emergían brillando con la frialdad de metálicos cabellos. La luna distante lo mira, los paisanos por acá cuando bajan con sus recuas lo llaman: “Musgo de las pendientes rocosas”.

BAJO LA LLUVIA Roca de cristal milenaria donde el tiempo trazó el fósil de un liquen, su informidad rodeábase de neblina, caía lluvia y nieve. Un día sin sol y sin luna cayó una tormenta, de pronto llegó el lento amanecer vestido de violeta y en lugar de roca milenaria apareció una niña de cristal, sus cabellos transparentes caían a su espalda, al interior de su pecho habitaba una caracola que era su corazón. Esto lo sabe un hombre que gusta bañarse bajo la lluvia en el preciso momento que todos huyen a protegerse bajo los techos de sus casas y cierran las ventanas por temor a los truenos, él la ha visto correr por la avenida mojada donde no queda la huella de ninguna pisada, ha escuchado la música que interpreta la lluvia al caer sobre la niña de cristal.

RETIRO TEMPRANO A CASA La bohemia con su aroma y humedad de oscuras noches se despoja para dejar caer el cuerpo, sumergirse en la densa negrura, tirado allí en la inmensidad. De pronto despierto a media noche: perro negro (Black Dog), blancura de colmillos y aullido en la noche negra, a mi lado una mujer yace derrotada por un sueño, un profundo respiro y ante la vista una lenta sombra, la sombra se agiganta, es inmensa, es negrura, ya no es sombra.

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Revista del Taller de Escritores HOY SUEÑO LO QUE ANOCHE ME NEGO LA PESADILLA Entrada la tarde que empuja las pesadas manecillas de un viejo reloj de rumbroso bronce, un viento toca un rizo de tus cabellos, respiro lo que aún queda de respirable, mientras el mundo se mueve en los ejes de una bicicleta conducida por una adolescente. Si, hoy un alguien entre un bosque imaginando como recuperar el mundo, ese alguien vagabundo y príncipe de sueños con su larga cabellera ondeando como una negra bandera izada allá en una colina.

KUNDERSON SE BAÑA Kunderson camina por las riberas del río Guáitara, llega hasta una cascada de unos cien metros de alto, busca una pequeña caída de agua para bañarse. El día dora la piel de Kunderson que la frota con aceite de coco, de la mochila rueda una mandarina. Se oye la voz de la cascada al bajar vertiginosa por las rocas, a lo lejos un ave silba repetidamente sobre una gran piedra, olvidadas están las gruesas botas, un blue jeans, una camiseta roja y otras leves cosas. Mariposas blancas se dispersan, una lagartija huye por entre los matorrales, el agua cae sobre su cuerpo atlético, una fragancia de moras se filtra por la nariz de Kunderson; él habita allí como en otras épocas sobre verdes montañas entre bosques de árboles gigantes habitaron dantas y venados.

LA MUJER SIN ROSTRO Un coro de ebrios balbucean unas palabras pretendiendo un poema a la habitante de la noche, la de largos cabellos como enredaderas negras, la que manda a su Atila negro a blandir su espada relampagueante como astro. Ya quisiéramos quitarnos su abrazo de bestia o taparnos los oídos para dejar escuchar su estrepitosa risa, aquella que se arropa con el viento y pasa sobre el cuerpo de los durmientes sumergiéndolos en sueños de presagios terribles, esa la que venció a Eloisa y a la Monalisa ahuyentándolas de donde jugaban con saltos de locas a la rayuela, esa la cíclope con una luna por ojo, la que no queremos ver y nos tapamos con las cobijas, la que quisiera convencer con mis estúpidos lirismos; el día no ha llegado, ella está detenida en mi ventana a punto de romperla.

LA CARCAJADA PERPETUA Un grupo de niños juega a la ronda, una calavera de buey yace en la hierba sembrada de hongos y olvido. Calavera al pie del árbol, un haz de luz ilumina sus oscuros cuencos, una brisa se filtra por su perpetua carcajada, mientras los niños elevan globos de colores.

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Revista del Taller de Escritores TÚ Y EL AIRE Caen las hojas de los árboles en el piso del parque, voy indiferente; de ti ha quedado el aire y los caminos que trazaste cuando a mi encuentro venias. Recuerdo el verde de sus ojos como el prado de este parque iluminado por el sol y habitado por las sombras de los árboles; miro como el tiempo en el transcurso de las noches y los días no dejan nada de nosotros, sólo queda el aire. Tú y yo sabemos dónde queda el paso de nuestras vidas, pisadas que yacen fosilizadas en los caminos andados. El tiempo apolilló tus trajes, el cansancio ató tu andar e inmóvil la vida te tomó por el cuello, el pavor dibujó una mueca en tu rostro e indefensa te deshizo hasta no dejar nada de ti; sólo el aire por todos los espacios donde tú habitaste. Tú y yo ya no estamos en los parques de aquellas tardes, nadie ocupa nuestro lugar, es posible que retornen nuestras voces fantasmas cuando todos se hayan marchado. De ti y de mi sólo queda el aire en esa banca desocupada.

A LOS AMIGOS NOCTURNOS La noche se arrastra en un hombre que el alcohol derrota. Son las noches negras y frías aquí en la provincia. El frío afloja los huesos, humedece la nariz, en las calles hay un grosero murmurar, un tosco insulto. La noche un techo oscuro. En la provincia no soñamos porque aspirar a soñar en estos pueblos es peregrinar a la pesadilla. Si hay algo maravillosos en las noches de provincia es quedarse anclado en un aire de neblina, el humo helado que te sumerge en un sueño polar, tal vez como un esquimal. El delirio que produce la embriaguez nos hace locuaces fantasmas. La llovizna asalta como un gato blanco, cae suave delante de nosotros. De pie estamos en la noche sin querer renunciar, como si aspiráramos a un acontecimiento que nunca llega, pero siempre firmes hasta tarde de la noche, hasta que en ella sopesa la culpa, el cansancio, o simplemente el volver por entre enlodadas calles que parecen inundadas de coronas plateadas, calles enlutadas, fango y soledad. Un aullido, unos ladridos, tras tu andar sombras de la noche vas dejando, vas entrando a esas calles de bombillas quemadas.

RELATANDO UN PRESENTIMIENTO Todos han muerto en este pueblo que ha quedado en obra negra, ratas corren despavoridas, no he muerto y soporto este horror, un súbito vaho de muerte me rodea, presiento que este monstruo mineral sobre el que piso un día dilate uno de sus poros y me engulla, allí mis parientes pondrán una cruz y un epitafio con una inscripción banal, la noche me asaltará como la ballena a Jonás, la vida cuestión de vida o muerte.

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Revista del Taller de Escritores Hoy todo se niega en este trémulo atardecer, vaga pelusa en un remolino de aire, remolino de nubes por donde navega el planeta con un mar turbio por ojo, un pelambre de hierba y una piel de polvo. Hoy todo se niega, voy por un desolado camino, las manos en los bolsillos, un viento toca mis cabellos, mi bufanda ondeando como bandera sin patria, el poema se ha marchado, volverás algún día en una blanca página. Halcón o paloma volverás a posarte en mi hombro o en mi mano que ahora escribe esta esperanza.

VAGAR Frente a mí la montaña duerme en la inmensidad como una gran bestia alucinada por un sueño eterno de fiestas y sacrificios, bebo una pócima de agua para calmar la sed y cruza vertiginosa la memoria de un rio por donde navegó un apache en su kayak, una mujer me acompaña, en ella la visa se asoma sonriente por entre el ramaje de sus cabellos que le cubren el rostro, a la deriva, sentados en la banca de un parque el mundo se mueve imparablemente.

OCURRE UN POEMA Algo curioso ocurre, el ocaso es un voraz incendio de nubes, a lo lejos en el horizonte pasa cabalgando un jinete, portando una bandera blanca que es un mensaje, los vientos cruzan mi quietud, me digo para sí: Alrededor del mundo cielo. Arriba, abajo, al este, oeste hay cielo. Se cae al cielo, se sube al cielo. Toda esta visión ocurre desde el balcón de mi casaen un humilde barrio del sur, lugar que puede ser el fin del mundo, el centro del mundo, el orificio por donde el viento infló el globo terráqueo, el sur distante y paralelo del norte donde creo habita un amigo que no conozco, es posible que allá alguien me sueña como soy sin conocerme, donde existe alguien que sueño sin conocerlo. Aún sigo sentado en el balcón de mi casa que es la proa de un barco que navega el mar del cielo, porque hoy lunes del ochenta y cinco los mares de la tierra están heridos de guerra.

TARDES EN LA MONTAÑA En la montaña los rayos me derrotaban, tendido sobre un lecho de hojas vivía la oscuridad de mis ojos dormidos, el calor de la tarde me abrazaba y de pronto un dorado brillo relampagueaba y una y otra vez me despertaba y una y otra vez los rayos del sol me derrotaban. Inmerso en el sueño dorado sentía el viaje sideral del planeta.

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Revista del Taller de Escritores PERRO HIRSUTO DE LA NOCHE A un perro hirsuto de la noche ilumina un relámpago, lánguido y herido, dolorido por la mordedura de otros lobos, con la cola entre las patas, las costillas se dibujan en la piel de este perro de ojos tristes, gimes, hueles la mierda, huyes de los pasos que se acercan, habitante de los basureros, tu ave es un buitre que sobrevuela la podredumbre, patadas de asco recibes en tu cuerpo disecado sobre tus huesos y tu respuesta es la mordedura infecciosa que inocula veneno de rabia, tus víctimas gritan delíricas su cólera y muerden con sus colmillos, asesinan de ira y te pierdes en las sonoras para lamer la herida infecciosa del loco que yace tirado en el pavimento en su lecho de latas y cartón.

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Revista del Taller de Escritores HÉCTOR PLINIO PANTOJA LÓPEZ

(El Vergel, Corregimiento de Bolívar, Sandoná, Colombia). Autor del libro “El sueño de vivir”.

EL CAMPESINO AGRICULTOR Teniendo en cuenta la vida de pobres y afortunados, unos hacen sus salidas y otros vamos arruinados. La vida del campesino es una vida muy triste, así ha sido aquel destino trabajar hasta la muerte. El lunes por la mañana salimos a trabajar, Pensando con mucha gana la forma de progresar. Nuestras pobres mujercitas pues tienen que madrugar a cocinar las papitas y el algo pa´ merendar. Voliamos pala y machete hasta sudar gota a gota, a veces falla la suerte Que no sobra para la sopa. A veces nos conformamos, ¡Que más tenemos que hacer! Pero lo que trabajamos ya no alcanza pa´ comer Hablando de agricultura, hoy me dijo don Arcadio, esta vida está muy dura todo es para el intermediario.

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Revista del Taller de Escritores Cuando nos organizamos para pensar en proyectos, todos nos entusiasmamos pensando que va a ser cierto. Luego pasan muchos años esperando tener suerte, y al fin de los desengaños sólo alcanzamos la muerte.

LA CANASTA FAMILIAR La canasta familiar me tiene muy preocupado, con lo que voy a trabajar no alcanza para el mercado. Con esta gran carestía ya no se puede vivir, trabajo todos los días para poder subsistir. Compro una parte de arroz y algo igual para las papas, ¡Hombre no entiendo por Dios, La vida está muy verraca! Antes usaba costal para llevar el mercado, hoy sólo llevo un morral yaún así no lo he llenado. Todo el mercado es muy caro, casi nada ya hay barato. ¡Todo esto está tan raro Ya estoy como un garabato! La carne comen los ricos, el pobre se hace ilusión, nos toca es hacer pericos de lechuga con limón.

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Revista del Taller de Escritores La canasta familiar ahora está muy complicada, si alcanza para el desayuno entonces no almuerza nada. Los que siempre trabajamos casino ganamos nada, nos toca de rebuscarnos con la ayuda de la cuñada. Uno se pone a pensar qué hacer el día del mercado, nadie ya le quiere fiar, todo le toca al contado. El plátano y la papaya que sacamos al mercado, uno casi se desmaya vendiendo tan regalado. Los jovencitos de ahora que se juntan con mujer, sólo aguantan unos días y la van a devolver. Por la triste carestía nadie se quiere casar, para que no llegue el día de tener que ir a mercar.

AQUELLA INFANCIA Aquella infancia que recuerdo dulcemente cuando yo de niño, solo pensaba en mis juguetes, anhelando con ello las ideas de aquel ambiente sin pensar en la vida, que los años son frecuentes. Como niño recorrí todo aquel campo de mi tierra bella que asemeja un paisaje; donde conocí las flores que anhelaba tanto y que acaricié con ansias de las aves su plumaje.

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Revista del Taller de Escritores Tiernamente pensaba en las cosas de las que llevamos siempre en mitad del corazón; y que corriendo a prisa, con aire de mariposa se alejaron de mi mente las ideas de aquel tiempo sin razón. En los brazos de mi madre me dormía ella sin fingir me acariciaba; como dulce prenda madre mía todo lo que le pedía ella me daba. Muchas veces con razón me regañaba por ser necio en las cosas que incitaba, pero con calma sus consejos me los daba con la voz dulce de una madre buena y pura. Hoy te digo adiós infancia mía porque no volverás nunca a mi sendero; lleva contigo el alma mía también mi corazón que es verdadero.

CUANDO MUERA Cuando muera y deje de latir mi corazón que ya no pueda descifrar mis sentimientos: madrecita de mi alma dadme tu bendición aunque por mi has tenido sufrimientos. Presintiendo que voy a mi partida dejo escrito aquí estas palabras; porque a la hora fatal de mi fatiga la muerte ronde con risas muy macabras. He vivido pendiente de tus ansias y sentí en mi pecho tu cariño maternal; como el aroma suave perfumado de acacias como el agua pura y cristalina del manantial. En estas líneas descifro lentamente aquella historia que he pasado en mis años; de amores, de esperanzas que impaciente he esperado a sufrir mis desengaños.

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Revista del Taller de Escritores Yo confío en dios que es verdadero y en María Santísima que es nuestra esperanza: pues ellos son para mí, mis compañeros y por eso dejo escrito esta plegaria.

EL JUEGO DE CHAZA En la vereda El Vergel se juega el juego de la chaza, por eso el viejo Leonel ya no almuerza ni en su casa. Viernes, sábado y domingo corremos hacia la cancha, unos de lo más viringos se van a desbastar panza. Nadie lo habla de su nombre, todos tenemos apodos, allí no se siente ni hambre a pesar de que hay de todo. Las líneas y la tranquilla son miras de un buen cordón, y aunque parezcan sencillas las consiguió Pedro León. La gente es muy alegre muy honesta y divertida, por eso es que en otras partes su fama ya es conocida. Mi amigo el Hocicón a él jugar le fascina, por eso con Pedro León jugaron en Argentina. A la estrella del deporte, Isidro el viejo liso, como va a salir del corte que lo reemplace el Chorizo.

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Revista del Taller de Escritores La chaza es un juego sano, evita tantas maldades, conoce muchos paisanos y se gana amistades. Tenemos un buen equipo para competir con cualquiera, y si incluimos a Quico pues queda una verraquera. El sueĂąo de Federico es tener cancha adecuada, para que pobres y ricos estĂŠn siempre en la jugada. AhĂ­ no se siente ni penas, ni mucho menos tristeza, el juego es nuestro lema, la barra tiene princesas.

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Revista del Taller de Escritores

Reportaje

Serie Ruana - C铆rculo de Luz 32 Hernan C贸rdoba

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Revista del Taller de Escritores ENTREVISTA AL ESCRITOR ALEJANDRO GARCÍA GÓMEZ, AUTOR DE LA NOVELA “EL TANGO DEL PROFE” FERNANDO JAVIER PALACIOS Estudios de Filosofía, Universidad de Caldas. Especialista en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Nariño. Maestrante en Antropología Social, Universidad de Buenos Aires, Argentina. La presente entrevista hace parte de la investigación desarrollada para la Tesis de Grado SENTIDOS DE LO POLÍTICO EN LA NOVELA NARIÑENSE DEL SIGLO XXI: “EL TANGO DEL PROFE” DE ALEJANDRO GARCÍA GÓMEZ, que el Profesor Fernando Javier Palacios Valencia presentó para optar el título de Especialista en Estudios Latinoamericanos en el Centro de Estudios e Investigaciones Latinoamericanas -CEILAT- de la Universidad de Nariño. Pasto, 2012. I 1.- Fernando Palacios.- La pregunta obligada para ingresar en el tema literario: ¿cómo llegó usted a la escritura? ¿Cómo descubre usted esta pasión? A.G.G. Toda mi vida me gustó leer. Creo que esta es una de las principales características, a mi modo de ver, indispensables en ese misterioso deseo. Quizá ayuda a llegar o lo lleva a uno a esa gran compuerta. Comencé leyendo las llamadas “revistas de aventuras”, conocidas también como cómics. Me los prestaba un compañero de escuela, Guillermo Delgado. Nos trepábamos al soberado de su casa y las sacábamos de varios cajones con llave, donde las mantenía almacenadas su hermano Benigno, porque eran de su propiedad: Santo, El Enmascarado de Plata; Tarzán, El Charrito de Oro, etc. Nos las encaletábamos entre la camisa, el pantalón y nuestro cuerpo. Así salíamos de su casa y así llegaba yo a la mía. A mi padre le disgustaba que las leyera en tiempo escolar. Me permitía hacerlo sólo en vacaciones, porque consideraba que me distraían de mis estudios. Para leerlas, me iba a la casa de unos tíos abuelos -más abuelos que tíos en el afecto-, Pina (Josefina) y Genaro López y como ellos tenían una casa humilde pero inmensa (con una gran huerta con café, plátano, frutales y arbustos que produce el clima de Sandoná, que se comunicaba sin linderos con las de sus otros vecinos), me trepaba a un naranjo que ya lo tenía adaptado para pasar largo tiempo leyendo. Cuando mi padre llegaba a buscarme, La Pina se hacía la que no me había visto y jamás se le ocurrió a él mirar hacia la parte alta de mi naranjo. Transcurrido un tiempo en mi lectura, ella me llamaba para que bajara a tomar café con plátano verde o maduro, asado en la ceniza de su fogón. En mi vida inicial de colegio -Seminario Conciliar de Pasto-, leí a Julio Verne, Emilio Salgari, biografías de santos (a escondidas novelas de vaqueros de Marcial Lafuente Estefanía, las de James Bond) y otras obras que no recuerdo. El Seminario tenía dos bibliotecas para los estudiantes del Seminario Menor (o bachillerato), una de libros que entonces se denominaban “edificantes” y la otra, la de los “profanos”. Provocaba particular interés en mí el Apocalipsis

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Revista del Taller de Escritores bíblico, que lo poseíamos todos los estudiantes (del “Nuevo Testamento”). Creo que lo leí varias veces, quizá porque despertaba mi imaginación, no sólo hacia lo terrible, sino también hacia lo grandioso. ¡Todo tan real dentro de ese tan particular mundo! También leí algunos libros que, a manera de fábulas o de historias biográficas, tiene la Biblia. En los dos últimos años de mi bachillerato (ya en el colegio de Sandoná, Instituto Santo Tomás de Aquino) empecé a sorprenderme a escondidas con “El origen de la vida” del ruso Alexander Oparín, con sus planteamientos químicos para formular hipótesis biológicas sobre los orígenes de las células, que eran la vanguardia de la ciencia de ese final de la década del sesenta e inicios de la del setenta, acá en Colombia, no sé si en toda Latinoamérica. Aunque yo había buscado ese libro para satisfacer mis preguntas de adolescente, lo que conseguía era llenarme de más interrogantes. Disfrutaba con “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano, indignándome en todos sus pasajes, tanto como cuando a escondidas leía “Petróleo colombiano, ganancia gringa” del ingeniero Jorge Villegas, por el descaro que mi mente juvenil descubría en nuestros gobiernos de todos los tiempos, que siempre habían feriado sin vergüenza nuestros recursos naturales renovables y no renovables. Dos folletos me había deslizado la mano amiga de Luis Alberto y los leía con sigilo; esos folletos clandestinos, que hoy se los consigue hasta en las bibliotecas de los centros religiosos, eran el “Manifiesto del Partido Comunista”, de Karl Marx, absolutamente prohibido entonces, y el texto del discurso “La Historia me absolverá”, que fue la defensa que el abogado Fidel Castro hizo de sí mismo ante el tribunal de justicia de la Habana por su osadía de haber planeado, organizado, ejecutado y comandado el Asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 contra la dictadura de Fulgencio Batista. Disfruté mucho con el inmenso poema –en extensión y calidad- “Boletín y elegía de las mitas”, del ecuatoriano César Dávila Andrade, que me había deslizado la misma mano de Luis Alberto con otros poemas, y desde entonces se convirtió en otra de mis obsesiones conocer algo más de este poeta suicida. Ya desde tercero o cuarto de bachillerato, hoy octavo y noveno grados, había leído “Crimen y Castigo” y otras novelas de la biblioteca de mi tío Miguel Santacruz, quien me permitía hacerlo en la casa de su madre –la mencionada Pina-, o en la nuestra. Gran revuelo en mí causó Sidharta, de Herman Hesse; ante todo, la humilde figura del barquero que lleva a las personas a lado y lado del río. En la biblioteca de mi padre -además de su rebeldía, que ya me la había engendrado-, encontré temas de mitología, arqueología y antropología y, en alguna medida, libros de áreas relacionadas con las ciencias médicas, que los leía con el diccionario en la mano, y que me interesaron finalizando el bachillerato. El resto eran asuntos demasiado densos para mí entonces, de economía macro, de economía política, textos en francés de áreas relacionadas con la Biología que también los intentaba diccionario en mano, y obras de autores clásicos griegos y latinos, que sólo los miraba. Mi padre fue escritor. Conservo mínima cantidad de textos de él. Casi todo se perdió. Escribió poesía (conservo algunas decenas de poemas inéditos suyos), ensayo (con dos primos míos, sobrinos de él, publicamos “EL CUYANACENTRISMO (Teoría social pacifista con base en el pensamiento milenario del ‘homo americanus’”. Editorial Lealón. Medellín. 1992. 74 pp., del mismo que lo publicado es sólo su introducción. Yo conservo el total del original, bastante extenso, a máquina de escribir. El resto de sus ensayos también se perdieron. Me hablaba de algunas novelas suyas jamás publicadas, también perdidas. Publicó textos en periódicos y

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Revista del Taller de Escritores revistas. No se conserva nada, porque ni de niño ni de joven me di cuenta a tiempo de su carga de valor. Era un hombre supremamente preparado e inteligente. Por sus estudios secundarios, dominaba el latín, griego y francés y tenía conocimientos del inglés. Por su cuenta estudió el quichua y de la misma manera traducía jeroglíficos egipcios. Comenzaba a comprender el lenguaje de las esculturas mayas, también por su cuenta. Conocía la literatura y la mitología. Había hecho estudios formales de agronomía en Ecuador, pero era un autodidacta de las otras disciplinas. Con el tiempo he llegado a descubrir y entender su rebeldía que, de alguna manera, me la engendró también a mí. Una rebeldía en búsqueda de la paz y la convivencia, dentro de la justicia y la libertad en la relación entre los hombres, que es el objeto de su Cuyanacentrismo, última obra de su vida, a la que le dedicó varios años. El no sólo merece mi respeto sino mi cariño de hijo que lo ama y admira. Sin proponérselo, se convirtió en mi ejemplo de lector y escritor del que no me di cuenta sino sólo hasta mi edad adulta. Jamás pretendió la más leve insinuación para que yo siguiera sus pasos. Pero ese ejemplo fue suficiente y ya no se libró de tener un hijo escritor. Aquí me voy a permitir referirle una anécdota que jamás he contado en público. En sus últimos meses decidimos llevarlo con mi familia a Bogotá por lo grave de su enfermedad, a la postre, incurable. Allá murió en horas de la tarde-noche del 1° de julio de 2001. Al día siguiente madrugábamos en el vuelo hacia Pasto para su funeral en Sandoná. La colonia sandoneña en Bogotá se comportó con gran aprecio por su memoria, y siempre viviré agradecido. Estuvimos con ellos hasta la medianoche. Como el vuelo era a primera hora de la mañana, y nos habíamos retirado desde la funeraria a la madrugada, decidimos descansar sin dormir esperando partir, por lo de nuestro desplazamiento hasta Eldorado. Entre la confusión y la oscuridad, al vestirnos nuevamente para emprender el viaje, me di cuenta de que no tenía los zapatos que mis hijas y mi esposa me habían regalado dos o tres días antes de ese reciente día del padre, que fue el último que pasé con él. Sólo encontré los suyos del mismo color café de los míos. Mi hermana mayor, Laura -a quien está dedicado El tango del profe- por equivocación se los había calzado a su cadáver, a la hora en que lo llevaron los de la funeraria Gaviria en la tarde-noche anterior. Él fue enterrado con mis zapatos y me dejó los suyos. Mi madre sentenció: “él quiere que sigas sus pasos”. Ella sabía que yo ya me había jugado mi vida por la escritura y comenzaba con mis escarceos literarios y mi columna de opinión en el Diario del Sur, siendo el periodista Miguel Garzón Arteaga el director que me abrió las puertas de nuestro Diario para mi Desde Nod desde 1989. Obvio que para desear ser escritor no basta con gustar de la lectura y con tener como referente a sus padres o familiares. Estoy de acuerdo cuando Vargas Llosa afirma que escribir es un acto de rebeldía (“Cartas a un joven escritor”). Estoy de acuerdo en que ahí está lo más íntimo del acto de escribir. Pero también pienso que quizá la escritura es otra forma más de manifestar un impacto ante la sociedad mediata e inmediata que nos rodea, es decir, escribir es un acto de rebeldía sí, pero un acto de rebeldía que a la vez trata de llamar la atención de los demás, un volverse centro, para que vean esa rebeldía, para que impacte, aunque esto no lo asegure el maestro peruano. Otras personas intentan impactar, es decir, ganarse un puesto social o llamar la atención con dinero, belleza, atracción sexual, etc.

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Revista del Taller de Escritores Ahora sí vamos a lo mío: Es posible que toda mi vida haya querido ser escritor y no lo supe sino muy al final de mi juventud o en el inicio de edad adulta. Me explico: fíjese que mi estudio profesional no fue la Literatura ni la Filosofía ni el Derecho ni el Periodismo, que son las carreras que, generalmente, han estudiado quienes luego se vuelven escritores. Además, en Pasto, en ese tiempo no había Periodismo. Yo estudié una licenciatura de educación en Química y Biología y, por eso, toda mi vida profesional fue ser un docente de Química, Biología y Ciencias Naturales. Al comienzo trabajé en el Colegio San Luis Gonzaga de Túquerres (Nariño, 1975 a 1979) y luego me trasladé al INEM de Medellín, desde 1979 hasta hoy. De estas situaciones me serví para ambientar las locaciones y atmósferas en donde ocurre mi novela “El tango del profe”. Como le señalé antes, en mi vida de estudiante de colegio, de la universidad y en la profesional, siempre me di cuenta de que fui más lector que mis compañeros en general. Pero todavía no pretendía volverme escritor; ni siquiera lo soñaba. Situaciones personales de amor, desamor, derrota, injusticias a mi alrededor, etc., me llevaron a cometer mis primeros versos. De éstos no subsiste ninguno, ni siquiera en mi primer poemario (Transparencias, Medellín, 1991). Pero algunas personas que los leyeron o escucharon, gustaron de ellos, gustaron mucho. Muchas de esas personas, por su procedencia, no tenían ningún compromiso conmigo. Quizá eso para mí fue la mano en el hombro que necesita el novel escritor para continuar, porque yo aún no sabía que siempre lo había deseado con toda mi alma, pero ni siquiera lo pensaba como posibilidad, todavía. En marzo de 1979, ya casado pero aún sin hijos, decidimos con Ligia, mi esposa, buscar nuevos horizontes en Medellín. En esta ciudad empecé a contemplar seriamente la posibilidad de estudiar la carrera de las letras. Charlas con amigos me hicieron cambiar esa decisión por la asistencia a unos talleres literarios que, en ese tiempo, dictaban Manuel Mejía Vallejo -más que todo narrativa- y X-504, Jaime Jaramillo Escobar, -poesía- en la Biblioteca Pública Piloto, punto de encuentro cultural en Medellín; Mario Escobar Velásquez hacía otro de narrativa en la Universidad de Antioquia y de manera simultánea alterné los tres en la semana. (Al final, en el Anexo 1, hay un artículo de mi columna Desde Nod, de 2002, sobre este tema). Creo que ahí empecé a tomar conciencia de mi responsabilidad de hacer de la literatura mi otra profesión. Guiado por manos amigas, comencé un estudio pormenorizado de las obras esenciales de la historia de la literatura y el arte, desde los antiguos, en el que tardé unos seis años quizá, aunque no ha terminado porque aún sigo en mi brega autoformativa. Había decidido jugármela, no trabajaría de maestro simultáneo en otras jornadas y colegios, que es lo usual en nuestra profesión, como usted lo sabe. Para ser escritor necesitaba tiempo de preparación, pero para mi joven hogar necesitaba de mi sueldo -y me gustaba, me gusta, y he disfrutado mi profesión docente- pues ya teníamos a María Angélica, nuestra primera hija, entonces. Tuve siempre la comprensión y el apoyo de mi esposa, sin lo cual habría sido imposible. Pero entonces me perseguía la angustia que genera el inicio, la expectativa: “¿serviré o no serviré como escritor?” “¿Seré capaz?”. De ahí en adelante, mi vida se fue centrando cada vez más en esta mi profesión alterna, con la que también me estreso, sufro y disfruto.

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Revista del Taller de Escritores 2.- F. P. En mi actual investigación sobre los sentidos de lo político en la novela nariñense de la primera década del siglo XXI he tenido la posibilidad de acercarme aproximadamente a 14 novelas, de las cuales, en nueve reconozco un fuerte eje temático o eje de pensamiento y es precisamente lo político. Sin más detalles, y reconociendo su conocimiento de la literatura nariñense contemporánea, ¿considera usted que se puede hablar de lo político como uno de elementos constitutivos de la narrativa nariñense? A.G.G. Si abordamos como objeto la primera década del siglo XXI, encontramos que quienes tienen mi edad, o un poco más o menos, y estamos escribiendo literatura no sólo en Nariño sino en Colombia y en general en Latinoamérica, en política, somos hijos de la utopía que representó para nosotros la Revolución Cubana y el Mayo francés del 68 (y las víctimas de la Plaza de Tlatelolco -México-, proceso hijo también de ambos hechos mencionados, descendientes ambos de hechos mundiales que no cabrían aquí -ver “Historia del Siglo XX” de E. Hobsbawm-), que a nuestro país trajo el más grande movimiento estudiantil que viviera Colombia en toda su historia hasta entonces (1971), superado sólo por el de 2011, cuarenta años después. Varias similitudes y diferencias se observan entre ambos movimientos, pero quizá la más importante es que el paro del 71 lo perdimos -por razones que no vendrían del caso comentar o analizar en este trabajo- y el del 2011, hasta la fecha en que escribo esto, los estudiantes lo van ganando. Pero la pérdida política del paro del 71 no fue obstáculo para la ganancia ideológica de quienes participamos en él. Otra fue la Colombia de la clase media profesional que como estudiantes generó ese movimiento social, y ésta marcó el desarrollo o desenvolvimiento de todo el resto de nuestro siglo XX que empató con el XXI. De esa clase media se desprendió la mayoría de los grandes intelectuales, de los grandes delincuentes, de los grandes deportistas, etc., de los no tan grandes y del resto que fueron llenando todas las capas de la actividad humana de Colombia y las páginas de la prensa internacional. Concretamente, a la Universidad de Nariño llegó una gran cantidad de profesores “expulsados” o “fugitivos” de otros centros universitarios del país, debido al clima político controversial de entonces. Llegaban a la conventual Pasto y traían con ellos un espectro renovado de la cultura de esas décadas. Alguna noche de ron le señalé al escritor Xavier Rodrizales que la palabra sagrada de las voces que por años habían resonado entre los salones y la campana anunciadora de clases de nuestra universidad, se vieron sorpresivamente controvertidas -¿escandalizadas?- después de no sé cuántos años y desde entonces cambió para siempre la historia de la ciudad. Obvio que muchas voces de esa Pasto de entonces, desde sus púlpitos, desde algunas radioemisoras que hacían de prolongación de éstos; en los cenáculos de los partidos tradicionales, también con radioemisoras, desde donde se dirigiría y administraba el bucólico redil, se escucharon los rayos y las centellas que intentaron conjurar y contener la tormenta de la avalancha renovadora que ya no pudieron parar. Otros docentes no llegaron ni “expulsados” ni fugitivos sino a estrenar sus profesiones en la docencia universitaria, como es el caso del entonces joven escritor Gardeazábal, bautizado “Trapito” como en la tira cómica, por los estudiantes, debido a su cabello largo, su mochila del Putumayo y su impecable traje, camisa blanca y almidonada y corbata debajo de una ruana, que, entre Torobajo y su residencia, terminó de pensar y teclear su novela Cóndores no entierran todos los días y escribió otras y algunos cuentos o los ambientó desde allá. Fue él el primero en promover, organizar y dirigir

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Revista del Taller de Escritores en Pasto un taller literario. La ciudad nunca había contado con un taller de escritores. Hasta ese momento nadie sabía qué era. (Aquí me permito una digresión: Él fue quizá la primera persona de valía literaria que me “develó” ese rincón de escritor que yo jamás había percibido. Como esta entrevista se está prolongando, intentaré ser breve. Como parte de su taller, había organizado un Concurso de Cuento con sus fechas, como cualquier concurso. Yo jamás había tenido ese conocimiento y me aparecí con uno mucho después del cierre. Me dijo que no podía concursar, pero que si quería que él me daría su concepto. Después de su lectura me animó a seguir formándome, “porque tenés madera de escritor”, me dijo y me regaló “Los funerales de la Mama Grande”, “para que lo estudiés”. Pero le repito, no fue sino hasta mi vida en Medellín donde me animé a cumplirlo). Desde ese año 1971 y los inmediatamente siguientes, junto a literatos -Gardeazábal, Harold Alvarado Tenorio, y otros que no recuerdo-, llegaron filósofos -William Uribe, Álvaro Molina, José Miguel Wilches y otros que se me escapan-, antropólogos -Hernán Henao (asesinado varios años después en la Universidad de Antioquia)-, economistas -Ricardo Sánchez-, teatreros -Phánor Terán, doña Emilia de Jokin (no sé si se escribe así)- y varios otros que en general escapan de mi memoria. Édgar Bastidas Urresty llegaba desde la Sorbona a estrenar las tesis literarias europeas. Lo excepcional es que cada uno llegaba representando un sector, una corriente o una vertiente de las políticas de la izquierda colombiana, que eran la representación en el país del muestrario mundial. Algunos de esos reconocidos profesores personajes son: del Bloque Socialista (despectivamente denominados troskistas o troskos): el teatrero Phanor Terán, Ricardo Sánchez, profesor de la entonces naciente Facultad de Economía, Wilches, A. Molina. Comunistas (llamados también mamertos): Álvaro Mondragón y otros que no recuerdo, con su Juco -Juventud comunista-. Entre los estudiantes de la Juco, el más popular era el eterno Negro Richard, quizá de Tumaco o de sus alrededores. Del ML o partido Marxista-Leninista: William Uribe (qepd). Había representantes del Moir –Movimiento obrero, independiente y revolucionario- (quizá el grupo más grande) con su JUPA -Juventud Patriótica-. También liberales y conservadores que habían quedado de la nómina -que no eran minoría de número sino de ideas- y que no se atrevían a proponer nada en las Asambleas, en las que participaban, muchas veces, profesores y estudiantes, nunca los del bipartidismo. Siempre he sostenido que fue una época realmente valiosa desde el punto de vista cultural. Veamos uno de tantos ejemplos: había dos grupos de teatro: uno socialista, Teatro Universidad de Nariño –Teunar-, dirigido por Phanor Terán; el otro, Brigada de Teatro, dirigido por doña Emilia de Jokin, que a la vez era la encargada de Extensión Cultural o Bienestar Universitario –no recuerdo muy bien-, del Moir. Ambos rivalizaban en hacer las mejores presentaciones. Los grupos eran subvencionados por la universidad y participaban estudiantes de cualquier carrera y tendencia, aunque generalmente allí decantaban y, obvio, la entrada a las presentaciones era gratuita. En el ’73 o ’74, no recuerdo bien, estuvo visitando la universidad el Dr. Richard Evans Shultes, quizá el más grande etnobotánico del siglo XX, invitado y presentado por su exdiscípulo el Dr. Luis Eduardo Mora Osejo, rector, entonces, de la Universidad de Nariño (cuya biografía se encuentra bellamente relatada en la crónica “EL RÍO. Exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica”, en un paralelo entre la vida del río y la del DrShultes. Ancora editores, Bogotá, 2009). Entre el ’71 y ’73 dio dos o tres conferencias Diego Montaña Cuellar, considerado entonces la palabra mayor del Moir, en el Paraninfo universitario.

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Revista del Taller de Escritores Todo este cambio, esta nueva vida cultural del Pasto de antes, creó profesionales con nueva mentalidad, como lo señalo en mi novela. Pero hay algo más. Como la mayoría de estudiantes en ese tiempo éramos de la Facultad de Educación, los nuevos maestros con una la nueva mentalidad (o ideología, si prefiere) cambiarían y cambiaron para siempre la mentalidad de los futuros educandos, la mayoría de los cuales corresponden a la clase media del cercano ayer y de hoy. Esto dio cara nueva a Pasto y a Colombia. Pero volviendo a su pregunta, digamos que el encanto y posterior desencanto de las utopías, así no se conviertan en objeto literario directo, se transforman en las rebeldías de las que nos habla Vargas Llosa y enmarcan cualquier postura ante la vida, que es la que se convierte en posición política, no sólo de la literatura y del arte sino de lo humano en general, considero yo, ahora que usted me ha puesto a pensar en esto. Por mi ubicación geográfica desde hace tiempos, no conozco mucho la literatura que se está escribiendo en Nariño (y que no me atrevería a llamarla Literatura Nariñense aún, a no ser como necesaria manera de clasificarla regionalmente por razones de trabajo). Es posible que la mayoría de los autores de las nueve novelas de eje político de entre las 14 que usted me dice que leyó, es posible -repito- que todos tengamos la común procedencia política de la segunda mitad del siglo XX, procedencia política vista ante todo como una utopía de libertad y justicia, enmarcadas en un accionar que “aseguraba” que era posible conseguirlas, “jugándosela”. Algunos o muchos de ellos también habrán hecho militancia en grupos de izquierda democrática y aun de lucha armada. Otros, por desencanto o por intereses personales, o por ambas cosas, cayeron en el bando contrario. La posición de rebeldía de los autores de las 9 novelas (rebeldía de la que el mismo Vargas Llosa es un curioso ejemplo de ambas situaciones: encanto y desencanto o si se quiere, izquierda y derecha extrema) quizá sea la misma, así como en cuanto a la utopía buscada y, posiblemente, también al desencanto o al interés personal. Esta procedencia puede ser el lazo común que nos liga a quienes usted leyó y nos encontró amarrados por el mismo eje. De todas maneras, toda posición ante el devenir de la vida, incluido el escritor o el artista, es una posición política. Contradictoriamente, si se quiere, también el no asumir una posición política es un hecho político. 3.- F. P. Qué opinión le merece: “Una novela de periferia provoca un sentido político desde la periferia”, y qué comprende usted como novela de periferia y política de periferia. A.G.G. Como es la primera vez que escucho (o leo) el entrecomillado suyo, es posible que mi respuesta sea un despropósito. Pero como de lo que se trata es de contestar su entrevista le diré: para mí, de lo que trata la literatura es de convertir en universo el sol, la luna y el propio suelo de cada uno de nosotros. Eso intento hacer en mi trabajo. El centro y la periferia, como objetos sociopolíticos, o mejor humanos, son diferentes entre sí, y más entre nosotros, por las odiosas discriminaciones de siempre. Esto también ocurre en la relación de nuestro país (y en los latinoamericanos con respecto a los grandes poderes internacionales) y en la de nuestra región sur con el centro del país, en nuestro caso aumentado con el infame señalamiento jocoso y necio a nuestro ser inteligente y racional, debido a una venganza histórica que no

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Revista del Taller de Escritores es del caso tratar acá. Pero Pasto también es un centro para el resto de regiones en nuestro Departamento de Nariño. Y también se presenta discriminación en las relaciones entre Pasto y sus diferentes regiones, más con unas que con otras. Mire por ejemplo la diferente dotación de medios de comunicación y servicios públicos esenciales entre los que hay en Pasto y sus alrededores con los de otras partes alejadas de nuestro centro capitalino. Y entre más alejamiento, más carencias. Esta pirámide se reproduce incluso en las pequeñas poblaciones. ¿Maldición, indiferencia, desgreño u odiosa discriminación? ¿O todas las anteriores? Pero volviendo a su acepción “literatura de periferia”, digamos que todo este tipo de relaciones sociales –políticas, económicas, culturales, etc.- también están cobijadas por el SER LITERARIO (llamémosle así). Pienso que en el contexto nacional, nuestra región es y fue una frontera no sólo geográfica sino cultural, porque hasta ahí llegó el imperio incaico –como invasor- y hoy le sirve a dos países que, guardadas las proporciones, también tienen sus diferencias. Las fronteras tienen características propias. En dimensiones mucho más grandes, claro, Turquía es la frontera entre Europa y Asia, pero más, entre la cultura de Oriente y la de Occidente. Ese es otro de los elementos que hacen bella la literatura del escritor turco OrhanPamuk (Premio Nobel 2006), que yo me he atrevido a llamarla como Literatura de Frontera. Regresando a lo nuestro, agreguemos que cuando los narradores y todos quienes cultivan las letras en nuestra tierra no sólo la trabajen valiéndose de nuestros elementos, sino que además vayan (o vayamos) formando una escuela propia, podríamos decir que tenemos literatura nariñense, pienso yo, y, obvio, esa literatura de periferia sería diferente de la que se escriba otros sitios. No sabría decir si ya comenzó –así sea incipientemente- esta fiesta. 4.- F. P. Como usted sabe, en la segunda mitad del Siglo XX, la novela colombiana es criticada por su alta dosis de violencia, olvidando por momentos su esencia ficcional y remitiéndose a la realidad sin escrúpulo alguno, describiendo o relatando escenas de crueldad sin el “sabor” o la técnica propia del escrito literario. ¿Considera usted, que la literatura nariñense en la primera década del siglo XXI aborda de esta manera el asunto de la violencia? A.G.G. Creo que por mi respuesta de alguna de las preguntas anteriores debo repetirle que por mi ubicación geográfica en 33 años de ausencia con temporales retornos, no conozco mucho la literatura que se está escribiendo en Nariño. En cuanto a la novela, llamémosla, colombiana, las hay lo que se podría decir finas y no finas. Quizá dependa del autor o autores. P. Ej., “La casa grande” (Cepeda Samudio), tiene un excelente tratamiento de la violencia. Para no hablar de las de García Márquez, “El coronel no tiene quien le escriba”, “Los funerales de la mama grande” (cuento largo o novela corta), “El general en su laberinto” y su obra cumbre, “Cien años de soledad”. El poema colombiano sobre la primera violencia, más conocida como La Violencia (con mayúsculas) que, a mi modo de ver, es “Cóndores no entierran todos los días”, de Gardeazábal, “Los ejércitos” y, en cierta manera, “En el lejero”, de Evelio Rosero, son otro ejemplo de fina literatura. Para no seguir, concluyamos: las novelas colombianas de violencia –igual que las de autores nariñensespueden ser o no buenas, conservar su “esencia ficcional”, en sus palabras, dependiendo de

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Revista del Taller de Escritores quién o como las escriba, es decir, como en todo, hay buenos y malos narradores también en Nariño como en Colombia y en todas partes. Y los seguirá habiendo ahora y siempre. O sea que hay y seguirá habiendo novelas del montón y buenas, afortunadamente. 5.- F. P. Y si existe una especie de evolución, en la que la novela reflexiona el fenómeno mismo de violencia, como lo veo en su novela “El tango del profe”, ¿a qué se debe ese nuevo tratamiento de la violencia y cómo cree usted que se expresa en la narrativa regional actual, las décadas de violencia a la que ha sido sometido el Departamento de Nariño? A.G.G. La violencia del Departamento de Nariño es actual. Quizá, y respetuosamente le señalo, nuestro Dpto. no ha tenido “décadas” de violencia. Tan infame y crítica, sólo llevamos una y apenas comienza, apenas comienza -repito- la segunda. Así lo veo yo. Que nuestra violencia va a durar por mucho tiempo, de eso sí estoy seguro, como también de que va a marcar y cambiará nuestra historia como pueblo. Hasta hace muy poco, Nariño fue uno de los lugares más pacíficos de Colombia, acompañado sólo del “natural” conflicto de la convivencia humana de cualquier sitio y de cualquier época. En ese idílico sur, casi ni se escuchaban los bombazos ni el tableteo ni las balas del norte y centro de Colombia. La violencia se la conocía por los medios de comunicación. Así se vivió allá. Nuestra maldición llegó con el llamado Plan Colombia en el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) que produjo lo que los sociólogos llaman el “Efecto globo”; plan que fue dado a conocer por el gobierno Clinton el 11 de enero de 2000 y aprobado por el Congreso de los E.U. el 13 de julio del mismo año. No es del caso tratar más de esto acá, porque creo que ese no es el objeto de la pregunta. Si le interesara, por cualquier razón, conocer mi pensamiento lo remito a mis artículos periodísticos de opinión en mi columna DESDE NOD: Tumaco y Costa Pacífica Nariñense (1ª, 2ª y 3ª entregas o partes, 03.II.12., archivo NOD 41, en copias de columnas que envié a usted hace unos días (Aquí Anexo 2). Ahí comenzó la violencia de este siglo en nuestro departamento. Hasta ahora no la hemos digerido, que yo sepa, como para afirmar que ya estamos haciendo literatura con este hecho histórico. Puede que me equivoque en esto último, porque le repito que conozco poco lo que se escribe en nuestro allá y, es posible, que algunos escritores ya podrían haberla abordado de manera seria como objeto literario. Pero es posible que también se presente la buena y no buena literatura en esto. Sea como sea es muy importante que ya son varias personas quienes se entregan a las labores literarias y que ya no tenemos sólo uno o dos o muy pocos referentes como ocurría hasta no hace mucho hablando de nuestra vida cultural; referentes en algunos casos grandiosos como es la obra de nuestro máximo poeta Aurelio Arturo y otros no tanto en la misma y en otras disciplinas. Para concluir en esta respuesta podría decirle, esperemos. Estoy seguro de que, con el desarrollo cultural que voy percibiendo allá, vendrán quienes destaparán el torrente y llegarán las obras artísticas y literarias. 6.- F. P. Quisiera que me cuente cómo nació su novela: “El tango del profe”. A.G.G. Me permite a hacer usted un trabajo de reflexión retrospectiva con esta pregunta y se lo agradezco. Muchas veces, uno no llega a hacerse este tipo de preguntas y menos a

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Revista del Taller de Escritores escribir sobre ellas. Considero, atando cabos con las mismas herramientas que usted me ha permitido descubrir, que todo parte en mi inconsciente de mi posición política, postura que también, como es lógico, abarcaría a mi profesión como docente de secundaria. Mis estudios de maestría en educación, en la Universidad de Antioquia, me permitieron teorizar mejor esa rebeldía engendrada por mi padre, quizá notoria en mí, pero sin disciplina teórica. Algunas materias del pensum, las lecturas guiadas por mis profesores que debía hacer para llenar los requisitos académicos, me llevaron a serias reflexiones y a más lecturas y análisis. Ya entonces empezaba a reconocer en mí el gusto por la vida literaria en las etapas de las que le hablé antes, y quizá de ahí nació mi reflexión y mi incipiente escritura sobre el asunto educativo, que lo empezaba a abordar ante todo como tema en los artículos de mi columna de opinión Desde Nod. Hasta ahí, podríamos decir, que empezaba un trabajo en mi inconsciente, porque no había concebido nada formal con respecto a mi novela. Seguramente usted ha visto el sufrimiento de muchos de sus estudiantes y de sus familias en aspectos ya no sólo de la vida académica sino de la situación en que los ha puesto nuestra sociedad extremadamente inequitativa, injusta y violenta, que se reproduce como tal, sin mayores esperanzas para los desesperanzados, la inmensa mayoría de los colombianos. Yo también la veía así y a veces ante la impotencia de no ser más que su profesor, sentía ganas de llorar y lo hice algunas veces. En “El Tango del profe”, personajes como La Chinguita-un niño de entre 10 y 11 años, más o menos- y otros, parten de la vida real, así como algunas de las situaciones injustas que se desprenden de la distribución y manejo del poder en ese ficticio colegio. Los hilos de la distribución del poder en las instituciones, distribución que casi siempre se convierte en su manipulación abusiva por parte de quienes lo ostentan, han sido temas que me han llamado la atención y los he observado y reflexionado. Las instituciones educativas no se salvan de este abuso como empresa humana. Usted quizá haya sufrido alguna forma de estos excesos en algunos de los sitios donde ha trabajado como docente y, especialmente con algunas personas, a las cuales no sé si se los pueda llamar compañeros. Por fortuna no siempre es así. Todas estas situaciones injustas, inequitativas y a veces estrambóticas hasta lo dantesco, siempre se encuentran enmarcadas dentro de relaciones de una gran (grande por extensión, no por magnanimidad) política, también de injusticia, de inequidad y hasta de estupidez, por quienes nos gobiernan desde las diferentes instancias del Estado, a su vez obsecuentes ante los poderes internacionales. El poder es una pirámide: quienes lo ostentan en nuestras escuelas, lo sufren de quienes los mandan a ellos y éstos a su vez de otros. Una pirámide y cadena, hasta la solitaria cúspide, soledad que se convierte en premio y castigo. Lo uno lleva a lo otro. Y también en “El tango del profe”, lo uno me llevó a lo otro. Pero como además, mi novela pretende presentar la visión política y pedagógica de dos generaciones muy diferentes de maestros, los antiguos -anteriores y contemporáneos al Frente Nacional- y los “nuevos”, los de la generación posterior al Paro estudiantil de 1971 -ya reseñado-, me enfrentaba a mostrar este conflicto, que debía resolver sin que fuera explícita mi visión “filosófica” o política -escójala, por favor- de las posturas de cada generación, cosa que creo, la supe resolver con alguna fortuna, modestia aparte. Pero además se presentaba otra situación. Jamás he olvidado ni olvidaré a la tierra que me vio nacer, crecer, estudiar, enamorarme por primera vez, sufrir el desamor, sentir la derrota, acostumbrarme a sus

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Revista del Taller de Escritores comidas, a protestar, etc., con todas las características sociológicas que parten de nuestra historia y de señalamiento y abandono que lleva nuestra tierra. Todo esto me dio la redondez de mi novela, teniendo en cuenta siempre que mi visión de la educación en Colombia sería como la columna que soportaría los conflictos a novelar. Generalmente de estas cosas no hablan los autores; prefieren que cada lector haga su lectura. Usted tiene la culpa y se lo agradezco. Para la fecha cuando empiezo a tomar apuntes para la novela y a ficcionar algunos hechos que se iban dando en mi entorno, yo ya había publicado mis tres poemarios –“Transparencias”, “Cartas de Odiseo” y “Alfabeto de sombras”- y mi libro de cuentos, “No es por azar que nacemos”. Escribía semanalmente mi columna Desde Nod y había publicado textos literarios en algunos periódicos y revistas. La decisión de escribir la novela la tomé en la segunda parte de la década del noventa y creo que la estuve terminando en 2002 o 2003, y con todos “los acabados de obra blanca”, como dicen los albañiles, en 2004. Pero para ser más concreto con mi respuesta a su pregunta, puedo manifestarle que el primer personaje que tuve claro en mi novela fue La Chinguita (“chinga” en Medellín y Antioquia significa alguien pequeño y enclenque, chinguita es un niño), así apodaban algunos malevos de su barrio a mi estudiante de 10 u 11 años de edad que me puso a sufrir, y llorar algunas veces, por lo terrible de su vida. 7.- F. P. ¿Considera que su novela hace parte de un grupo en las que el tema político es una reflexión esencial? A.G.G. La pregunta que me hace pienso que debería ser respondida por quienes han leído mi novela y los que en el futuro se interesen en hacerlo (si es que queda con algún valor para el futuro), porque creo que es una respetable pregunta de crítica literaria, y aquí, con todo el respeto, el crítico es usted -con mi agradecimiento por haberse tomado la molestia con este trabajo mío-. Sólo le agregaría algo que ya señalé antes: toda posición humana ante el devenir, ante la ocurrencia es política. Yo me considero un ser político, aunque jamás he militado en ningún partido ni de izquierda ni de centro ni de derecha. En los años por venir, creo que tampoco lo haré, aunque respeto profundamente a quienes han pertenecido o pertenecen a alguno de ellos. Sí he participado en grupos pequeños. 8.- F. P. En ciertos círculos literarios contemporáneos, se ha criticado al autor nariñense de esa tendencia a “justificar” o a centrar las reflexiones, de una u otra manera, en la oposición histórica que ha tenido la gente de Pasto ante la campaña de Independencia, ante las políticas de centro, ante los ideales políticos de la mayoría, situación reflejada en varios comicios electorales pasados… ¿Qué opina de esta crítica, y qué intención tuvo usted al hacer referencia explícita de esto en su novela? A.G.G. Todos los seres humanos hablamos desde nuestra historia y los nariñenses tenemos esta y no otra, y la estamos volviendo a conocer desde la fría distancia del tiempo. Conocemos cada vez más la postura política realista de nuestra región frente a la campaña libertadora. Elaborar juicios de valor ahora, ante los hechos cumplidos y a una distancia bicentenaria,

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Revista del Taller de Escritores es fácil pero injusto. Todo este camino a contracorriente de la campaña libertadora seguido por la región llamada Pasto entonces (hoy la mayor parte del territorio del Departamento de Nariño) fue poniéndola a la contraparte no sólo de los desafectos sino del rencor del resto de las regiones de la Colombia de entonces en todo el proceso emancipador. Si a esto se une la soberbia insigne de Bolívar que jamás pudo militarmente contra ella, es más fácil comprender por qué el rencor se transformó en odio y el odio dio origen a la infame caricatura burlesca actual. Pero además están el vocabulario, la fonética, los modismos y en general la forma de hablar de nosotros. Existe una innumerable cantidad de términos quichuas (ante todo del quichua ecuatoriano) y de los pastos y quillacingas que se traspasaron idénticos al habla cotidiana nariñense, p. ej.: nuestros Achichuy, achichay, que denotan calor o frío. Otros sufrieron algún proceso de transformación p. ej.: la actual palabra locro (una deliciosa sopa de papas, legumbres y carne que aún consumimos) proviene del quichua llukru, que es la misma sopa de origen incaico. Así, muchas más. Los accidentes geográficos al norte (valle semidesértico del Patía y precipicios del Juanambú); al oriente la Amazonía inmediatamente pasados Los Andes; al occidente la selva pacífica, también inmediatamente traspuesto el otro marco de Los Andes, y al sur los precipicios del Guáitara y más al sur el desierto de El Chota, nos llevó a ser una región geográfica, antropológica y sociológica insular durante mucho tiempo, además de frontera hasta hoy, como le dije. Esto nos permitió guardar también arcaísmos castellanos que, muy pocos, se han atrevido a señalar como verdaderas joyas lingüísticas, p. ej: la palabra chirle, mezcla líquida muy aguada o “delgada”; chirlo por bofetada; soberado por desván, en desuso hasta en la región de Andalucía de donde proviene, según la RAE; el calificar un verbo en modo imperativo con un adjetivo y no con un adverbio, p. ej: ¡siéntese bonito! por ¡siéntese bien! Conjugaciones como lo vide, por lo vi, truje por traje (forma de conjugación verbal que tiende a desaparecer, lamentablemente), el uso de diminutivos en las conjugaciones verbales imperativas (quizá para matizar la orden, en vez del estandarizado por favor) como velitico, por véalo, por favor o véanlo, p. f., imperativo en tiempo futuro: traeralo, o mejor, traeralo, ¡verá (en donde, en la segunda forma ya hay una advertencia implícita), etc. Sé que me estoy saliendo del tema, que daría para otro trabajo antro y topo lingüístico. Este particular vocabulario cotidiano unido a la mezcla de fonéticas incaica -predominante como invasora prehispánica-, pasto y quillacinga, fonéticas que se han formado como con un gran número de notas en un pentagrama ideal, si se pudiera hablar de ello, que denotan diferentes estados de ánimo, diversos efectos buscados en el contertulio, etc., además de una comunicación sin palabras, compuesta sólo de gestos, de facciones, de actitudes y de miradas (a veces, sin mirar), diferencian mucho la comunicación del nariñense con la del compatriota de interior del país y quizá, en algunos eventos, la dificultan. Esto también ha sido objeto de oprobiosa e infame burla. Conocido fue el camino de una Acción de Tutela interpuesta por el docente y abogado Pablo Emilio Obando, mi amigo, que dio hasta para un libro de su autoría, como usted seguramente

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Revista del Taller de Escritores sabe. El nariñense de hoy, generalmente desde el de mediana cultura en adelante, que empieza a conocer la historia de la tragedia, comienza a también a aprender a enfrentarla. Lo hace de diferentes maneras, según su propio carácter y sentir; desde una forma muy, muy violenta a veces, hasta no darle ninguna importancia otras, y entre ambas los matices. Las personas de menor nivel cultural –incluso con estudios- aún sienten temor o vergüenza de darse a conocer como nariñenses en los medios de su trabajo o estudio en el interior del país donde se desempeñan, y procuran aprender muy pronto las costumbres de donde viven y olvidar por completo lo que fueron, comenzando por la fonética en el acento y las erres, quizá porque esa fue la enseñanza hogareña que recibieron. Hay algo que es muy visible en este proceso últimamente: así sea lentamente, más se ha desarrollado la situación mental del nariñense en cuanto al cambio en lo que podríamos llamar nuestro “orgullo de suelo”, orgullo quizá acicateado a causa de la estulta discriminación en el interior del país, quizá en parte debido a nuestros logros y a la publicidad que los medios de comunicación actuales permiten. Aunque también, todo hay que decirlo, los mismos medios se han encargado de estandarizar unas formas de dicción y fonética más acomodadas a las de la televisión nacional. Ahí nos queda un gran trabajo por hacer. Quizá esta posición la van tomando los escritores actuales y quizá esa sea la razón para que esa situación se refleje en la novela actual que se escribe desde allá, como usted lo señala. Hablando de El tango del profe, específicamente -y ya para redondear la respuesta-, las escenas en las que recurro a nuestra historia, concretamente a la masacre de la navidad de 1822 perpetrada por los llamados ejércitos libertadores o patriotas, son las del inicio de la huelga estudiantil de 1971, y la utilizo no sólo como recurso de atmósfera y ambientación, sino como uno de los hechos históricos símbolos de nuestro ser como pueblo. No es que sobrevalore la acción reaccionaria de la ideología realista pastusa (si se me permite el término) contra un menosprecio de la revolucionaria, en ese momento representado por la campaña libertadora. No. Lo que destaco, o intento destacar, es el valor, el coraje y la lealtad de esos antecesores nuestros, de quienes descendemos, así ellos hubieran estado equivocados, desde nuestro punto de vista actual. He presenciado y participado en varios mítines y huelgas de diferentes clases en otros sitios del país. Los que viví en Nariño (Pasto, Sandoná y Túquerres) merecen capítulo propio. Creía que, después del paso del tiempo, de todo el tiempo que no he vivido allá, las cosas habían cambiado. Luego me di cuenta de que no. Percibo que nuestros movimientos de protesta social siguen teniendo un sello propio que sería extenso entrar a detallarlo y explicarlo aquí y quizá no sea el sitio adecuado. 9.- F. P. El maestro Edgar Bastidas Urresty en una presentación que hace de “El Tango del profe”, la cataloga como una novela histórica, ¿cómo interpreta usted esta caracterización? A.G.G. Aunque creo que esta podría ser una pregunta más para ser respondida por el escritor Edgar Bastidas que por mí, trataré de interpretarla, así haya hablado ya de algunas cosas que quizá sonarán repetidas. El escritor Xavier Rodrizales, también habla de mi novela como histórica (Revista Carnaval 1, xexus edita. Año 1. N° 1. Edinar. Pasto, Colombia, 2008).

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Revista del Taller de Escritores Para comenzar, diré que pienso que, en un sentido amplio, toda novela es histórica. De muchas de ellas se han valido los intelectuales de diferentes disciplinas humanas en diferentes tiempos, para conocer los intríngulis del desarrollo de las sociedades y pueblos: sicólogos, sicoanalistas, antropólogos, sociólogos, etc., e historiadores. En el Tango del profe intento abordar la mirada pedagógica y política de dos generaciones de maestros, como le dije, los contemporáneos y anteriores al Frente Nacional, esencia y summun donde se eleva a alta categoría jurídico-administrativa-estatal el ogro de la corrupción, con la imposición de la llamada alternancia en el poder -inevitable según muchos, para parar el baño de sangre-, maestros que transmiten los valores de esa sociedad que permitieron llegar a los límites que llegó, causa de lo que hoy ocurre, a su vez (no ahondaré más sobre esto). La otra generación fue la de los profesores posteriores a las nuevas utopías mundiales, concretadas en Colombia en su paro estudiantil de 1971, como una de sus manifestaciones, pero no la única. Para ser no sólo justos sino más precisos, habría que tener en cuenta otros aspectos de la vida de los colombianos, principalmente la de los de la clase media, o sea la que trabaja y realiza la riqueza de la nacional; p. ej.: la vida sindical –que toma cierto auge desde el primer mandato de López Pumarejo- que se reorganiza más tarde, después de la llamada Violencia, por el crecimiento de las ciudades debido al desplazamiento forzoso y a la consolidación de lo que yo llamaría nuestro nuevo capitalismo urbano, debido a la industrialización, aprovechando esa nueva mano de obra temerosa y empanicada, ociosa, hambreada y llena de necesidades que fue llenando los villorrios que se transformaron en las inmensas y caóticas urbes actuales de Colombia. Esto también trajo otras consecuencias, una de ellas es el narcotráfico, alimentado con las necesidades que produce la sempiterna inequidad social y con el comercio informal o ilegal de armas que quedaron después del final de la guerra fría, pero me alargaría inmensamente en este argumento. Habría que tener en cuenta también otras manifestaciones, p. ej.: el desarrollo de una incipiente tecnología; el de los medios de comunicación como la televisión que empezó a borrar algunos y estandarizar otros de los aspectos culturales regionales y las costumbres; la radio, que comenzó a formar cadenas nacionales y que junto con la televisión eran, además, la nueva forma de perpetuar una ideología política (y religiosa, Radio Sutatenza, p. ej.), encargada antes a la prensa escrita; la popularización del servicio telefónico, como nueva necesidad creada, prebenda y a su vez aprovechamiento de los sueldos y salarios de la nueva e inmensa clase media urbana; el golpe mortal a los ferrocarriles, para dar gusto a las transnacionales gringas que en la segunda guerra mundial habían descubierto el nuevo e inmenso negocio del caucho y su aplicación en el transporte, desplazando para siempre nuestro iniciante servicio de trenes y cambiándolo por el de las carreteras. Terminada la segunda guerra, los gringos no sabían qué hacer con las inmensas fortunas invertidas en el estudio, suelos de cultivo, empresas y depósitos del producto de los árboles de Hevea y, como ellos eran la nueva potencia a la que pertenecíamos de este lado occidental en la nueva repartición del mundo, nos la impusieron, como siempre, a costa de migajas a nuestra clase dirigente o pudiente. Para eso era imperioso abandonar los ferrocarriles a su suerte para que murieran, cosa que fue fácil. Hay todavía un etcétera de manifestaciones que me alargaría en temas que quizá no son del caso tratar aquí.

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Revista del Taller de Escritores Los profesionales en general y los maestros en particular, fruto de esas universidades posteriores al paro estudiantil del 71, cambiarían para siempre los cimientos de los valores sobre los cuales se había apuntalado la sociedad colombiana hasta entonces: los partidos políticos tradicionales, las relaciones personales religiosas -ambos empezaron a perder su autoridad, indiscutida hasta ese momento- y el cambio por la nueva visión de las ciencias naturales, humanas y sociales, como autoridad en todos los campos de la nueva sociedad, teniendo como eje central el respeto por los derechos y las libertades del ser humano y su aplicación en las nuevas tecnologías. Usted dirá, pero si eso fue el período del Renacimiento combinado con el Siglo de las luces en Europa. Recuerde el verso “[aquí] todo nos llega tarde, hasta la muerte” (Julio Flórez). He sido un enamorado del estudio de la Historia de Colombia quizá porque descubrí con desagrado que la que aprendí no era la real sino una amañada. Quizá la que los maestros de mis maestros quisieron que aprendieran para que me la enseñaran a mí y a mis contemporáneos y que yo la siguiera reproduciendo. En mis proyectos de nuevas obras de narrativa y en mis cuentos, veo que es imposible descartar la historia como elemento. Estas podrían ser -quizáalgunas de las razones para que “El tango del profe” sea considerada novela histórica. 10.- F. P. ¿Considera su novela una especie de “ensayo histórico-político” de la realidad del país? A.G.G. Pienso que el género novelístico en la actualidad es tan maleable -así lo han vuelto muchos grandes autores- que a la novela, le cabe mucho, quizá todo. Jamás pretendí escribir un ensayo, pero es obvio que me valí de él como recurso, cuando fue necesario. Cuando fue necesario, y ahí quizá está la clave de mi respuesta a su pregunta. Siempre tuve claro que lo que pretendía escribir era una novela, así fuera ayudándome con lo que pudiera. Ustedes, los lectores y críticos, sabrán juzgar si lo logré o no. 11.- F. P. Cuando leí su novela recordé la de Héctor Rojas Herazo, “Respirando el verano”, por el juego de saltos que sufren el tiempo, el espacio y los personajes. ¿Este juego tiene una intención puramente estética o podríamos definirlo como un recurso para afianzar el sentido de la misma? A.G.G. Cuando me siento a escribir no busco teorizar acerca de preguntas como ésta que usted me hace, y que me parecen muy interesantes. Cuando lo hago es como si tuviera una mesa llena de materia prima (mis imágenes, mis ideas, mi ideología, mi propio yo, etc.) revuelta con utensilios de trabajo (técnicas, etc.). Y al comienzo, el trabajo es como si se llevara a cabo a oscuras, sólo guiado por unas cuantas imágenes e ideas, pocas en realidad, que son las que empiezan a soltar una lumbre a veces más a veces menos intensa. Algunas veces, materia prima y utensilios pueden parecer lo mismo, sin diferenciación alguna. Ante esa mesa, yo voy organizando, armando, ensamblando y “ensartando” una escena tras otra, cuidando que cada una sea verdadera y lógica dentro de mi mentira, la que estoy urdiendo. Sufro y disfruto haciéndolo. Esto le cuento para que vea qué difícil sería para mí darle una respuesta plenamente satisfactoria a esta pregunta. Lo que sí le puedo decir es que cuando estoy “inventando mis

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Revista del Taller de Escritores mentiras” -o si prefiere, “creando”- el sufrimiento viene cuando observo algo que no se ajusta a lo que traigo hasta el momento –que no es una mentira creíble- y que no se me ocurre cómo solucionar la dificultad. El goce llega cuando descubro cómo solucionar el “impasse”. Es un goce efímero, porque tengo la certeza de que debo continuar. Y hacerlo solo, porque también sé que nadie me puede ayudar. Para redondear la respuesta a su pregunta, podría decirle que es posible que a veces lo haga por una de las alternativas que usted señala y otras por la otra. Todo depende de lo que yo en ese momento necesite pero no tengo conciencia de hacer, o esperar hacer, lo uno o lo otro; sí tengo la conciencia de que DEBO LLEGAR al punto ideado, que muchas veces no es del todo claro, tampoco. No sé si queda clara mi respuesta. 12.- F.P. Finalmente quisiera algunas apreciaciones sobre su visión política del Departamento de Nariño (algunas, claras en la lectura de su Columna DESDE NOD), sin embargo, quisiera esas impresiones generales o ideas claves acerca de este asunto. A.G.G. Por mi lejanía, me es difícil armar un discurso político específico sobre ella. No estoy enterado de cómo se mueven esos hilos hoy. Hablar así sería especular sin bases. Como mi novela fue un texto escrito durante un lapso de tiempo bastante extenso, como le señalé, me dio espacio para la investigación de hechos que allá habían ocurrido y que se encontraban ligados con personas que representan personajes en mi novela y que pueda que usted, ellos u otras personas encuentren que no son del todo reales. Obvio. Pero sé que después de escritas, las verdades literarias se imponen sobre las reales. Lo sabía y soy consciente de ello. De todas maneras, así hayan cambiado los actores de la política nariñense, las líneas deben seguir iguales. Para complementar la respuesta a su pregunta, en general he considerado que en Pasto y Nariño, siempre su clase dirigente o pudiente ha estado por debajo de su pueblo y de sus gestas, de nuestro pueblo. No ha cambiado eso hoy, estoy seguro. En lo personal sentí decepción grande cuando el candidato Pedro Vicente Obando no triunfó en las elecciones de 2011. No lo conozco personalmente sino por referencias de prensa y por el referido de su obra como rector de nuestra Universidad de Nariño. Eso era suficiente, a mi modo de ver. También supe que él cometió un inmenso error político de alianzas con quienes representaban las viejas formas de la política corrupta, según me dijeron y no sé hasta dónde sea verdad esto. Cuando lo supe, también sentí decepción. Y aclaro, no es que tenga nada en contra del mandatario que venció a Obando, ni siquiera lo conozco y menos su procedencia política. Sobre la violencia actual, que también es un hecho político, de macropolítica si se quiere, ya me referí a ella en algunos puntos anteriores y le adjunto los artículos de mi columna como anexo 2, a esta respuesta: Tumaco y Costa Pacífica Nariñense, 1ª, 2ª y 3ª entregas, de 03.II.12, como le señalé antes. Es obvio que un hecho tan decisivo, esta violencia actual, es una situación que partirá en dos y para siempre nuestro ser cultural, es decir, nuestra Historia.

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Revista del Taller de Escritores Nota de F.P. Maestro, agradezco la gentileza de la entrevista, hubiese deseado una conversación cara a cara para poder conocerle y nutrir esta grata experiencia. Si usted tiene a bien tratar otros asuntos tanto estético-literarios como de sentido de su novela “El tango del profe”, sería magnífico. Su aporte es fundamental para esta puerta que deseo abrir en cuanto a la promoción de la lectura, estudio y estructuración de unas posibles categorías de comprensión de nuestra literatura regional. A.G.G. Respetuosamente pienso que fue mucho más productivo el hacer esta entrevista en la forma como se realizó porque me permitió reflexionar sin apresuramiento, detenerme y ahondar cuando notaba que no había llegado al meollo de sus preguntas. Le repito que le agradezco que me haya puesto a pensar retrospectivamente no sólo sobre mi trabajo sino sobre mí mismo. Conocernos personalmente vamos a conocernos, estoy seguro, porque ahora nos une esta liga (y no es que me ponga trascendental, sino que es como lo veo). Quedamos por dentro de mi Tango, también estoy seguro. No me resta sino volverle a agradecer la molestia que se dio en hacer esta excelente lectura de EL TANGO DE ESTE PROFE. Si algo nuevo se me ocurre, ya se la comunicaré por este mismo medio. Lo mismo usted, si tiene algo que repreguntar o similar. Un abrazo: Alejandro García Gómez. Agradecido, Fernando Javier Palacios Valencia Lic. en Filosofía UPB Medellín. II Maestro enorme y cálido saludo... hemos reiniciado nuestras labores y se de sus ocupaciones, sin embargo, me es necesario molestarle por lo siguiente (disculpe si no lo hice antes pero me encontraba en la ciudad de Buenos Aires adelantando trámites para mis estudios en esa ciudad): He leído varias veces su novela... tomado apuntes sobre varios aspectos, los cuales entrelazo con otros de otras novelas de autores nariñenses, que el objetivo de esta investigación, y encuentro un elemento, que no logro detectar en la entrevista, tal vez, no pensé en éste en las preguntas realizadas. En fin, el asunto es el siguiente, es muy posible y por eso la consulta que el capítulo de mi investigación referido a su novela tenga el siguiente título:

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Revista del Taller de Escritores Hacia una política de la desesperanza: “El tango del profe” de Alejandro García Gómez. Para esto preciso dos razones fundamentales: 1. Las novelas seleccionadas para la investigación dejan este sabor, un sabor a desesperanza, a impotencia, las pequeñas batallas ganadas dentro de las mismas es sólo un aliento para el paso siguiente, pero al final pareciese decretarse la incertidumbre, la ausencia de actuales utopías, parece que esta violencia nos ha dejado cansados y esto se constata en ellas, incluida la suya, me atrevo a afirmarlo, aunque me considere usted un mal lector. 2. “El tango del profe” me ha permitido como “novela síntesis”, es decir, una novela que recoge las categorías que planteo en el segundo capítulo sobre aspectos como: la violencia y el conflicto, el sentido de periferia y la internalización de estos fenómenos en la vida particular del sujeto. Al ser una novela que me permite aunar estos elementos reconozco en ella, en cada uno de sus capítulos una especie de sin sabor, no de amargura, sino de cierto desahogo frente a la impotencia que ha traído estas múltiples situaciones de injusticia, marginalidad, corrupción, etc., pero leo un desahogo que no me lleva a pensar en la esperanza, que me cuestiona profundamente, pero que no presenta caminos (considero que no es esta la intención de la novela), por eso el título del capítulo. Maestro, lo expuesto anteriormente es una visión particular que puede ampliarse y transformarse pero requiero su colaboración frente a lo planteado... es clave para mi trabajo su apreciación sobre este concepto de “la política de la desesperanza”... que evidentemente no desarrollo plenamente con lo planteado pero si le he presentado los ejes de la reflexión, cabe aclarar que este título no corresponde de manera exclusiva a su novela, pero es el referente fundamental como lo he dicho anteriormente. Espero su respuesta y agradezco su valiosa colaboración en el proceso y en esta etapa de cierre de mi reflexión. Fernando Palacios.

Respuesta de Alejandro García Gómez. Se dice que cada lector es otro creador y quizá en eso estriba nuestro gusto por la lectura, a quienes todavía la utilizamos para disfrutar de ella. Es muy posible que el escribir este trabajo académico quizá le haya deparado a usted goce, además del estrés que todo trabajo agradable debe tener para que verdaderamente sea trabajo y para disfrutar más del goce. Ahora me referiré al tema que me plantea en esta segunda parte de su entrevista. Considero que una de las funciones primordiales de la Poesía -o quizá la más importante y por eso nos atrapa- es revelar el misterio de lo real. El poeta devela el misterio de lo real y lo

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Revista del Taller de Escritores enseña a sus congéneres. Casi podría señalar que la Poesía es Poesía porque nos devela ese misterio al resto de los mortales. Ese es el don del poeta, y por eso se lo considera como un profeta moderno. Una novela, un o unos versos, un cuadro, una escultura, etc. si son artísticos verdaderamente, deben ser Poesía. Al develar el misterio de lo real entre sus congéneres, el poeta, el escritor, entrará -como ineludible consecuencia- a enfrentar el poder, porque necesariamente lo va a desmitificar. Desmitifica el poder, es decir, al o a los poderosos que lo encarnan. Desmitificarlo, independientemente de cualquier ideología. Quizá ésta sea una de las razones por las cuales los poetas sólo son admitidos en los círculos del poder, cuando se venden o cuando mueren. Entonces esos mismos círculos los tratan de convertir en mitos, en figuras inofensivas, y vienen a formar parte del Olimpo de dioses afectos y necesarios a ellos, a los dueños de esos círculos. Incluso pueden llegar a convertirse en producto de consumo de su gusto. Y su muerte puede ser real, o simbólica por medio de una canonjía (venderse). Esta consideración que se la estoy compartiendo la he tenido presente siempre que escribo un texto literario o un artículo periodístico desde que tengo conciencia de mi profesión de escritor. La considero mi compromiso, mi obligación y mi oficio. Tratar de lograrlo, considero que es mi lucha. Todas las utopías se podrían resumir en una sola: Felicidad. El hombre, como hombre y como humanidad, siempre ha buscado felicidad, que quizá puede llamarse también Bienestar. Ese es el destino y el deber del humano, pienso yo: ser feliz. La Libertad y la Justicia se las busca para lograr la felicidad de todos, de la humanidad. El Amor para la personal. La Muerte se contrapone al Amor. Quizá por eso será que toda la literatura –y quizá todo el Arte- tengan como única temática el Amor y su antagónica la Muerte, tratados de diferentes maneras y bajo diversos ropajes. Sería un espejismo y no una utopía, pienso –y con todo mi respeto-, proponer en un texto literario, u otra obra artística, una receta para obtener el logro definitivo de la Felicidad, de la Libertad, de la Justicia, del Amor, de lo que llamamos completo Bienestar. En mi trabajo, espero lograr por lo menos algo de lo que señalé arriba y que considero como el propósito de mi lucha. Esto es lo que quizá usted ve como desesperanza. Yo respeto su punto de vista. Usted es un lector, a mi modo de ver, muy responsable, acucioso, meticuloso. Un lector a consciencia, si me permite. Como le señalé antes, hay quienes consideran que un lector es otro creador y si fuere así, entre mejor lector sea, devendrá en mejor creador. Respetuosamente, déjeme decirle que no me creo ni me veo como un desesperanzado, ni en mi obra ni en mi persona. Pero también pienso que no tendremos un mundo mejor si no luchamos por tenerlo. Y en la lucha se gana o se pierde, a veces más lo primero que lo segundo y otras al contrario. Pero también sé que jamás se gana del todo y que nunca se pierde del todo. En la victoria algo queda por lograr siempre, y en la derrota algún logro, así sea mínimo se obtuvo, el necesario para que uno mismo u otros continúen la brega. A pesar de que la Historia la escriben los triunfadores, en los hechos de la humanidad tenemos los ejemplos. Pero no crea que soy guerrerista, soy pacifista, siempre me he preciado de serlo. No soy un hombre de guerra. Espero no serlo jamás.

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Revista del Taller de Escritores Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, quisiera manifestarle lo siguiente: No sé qué interpretación ha dado usted a una metáfora que aparece al final de mi novela (pg. 142 y 143), la del azulejo que se enfrenta al tórtolo por unos tragos de agua de un charco en una mañana que ha soportado una noche lluviosa. Alguna vez observé este enfrentamiento pero antes había hecho varias observaciones sobre los tórtolos. Me parecen agresivamente acaparadores. Todo lo quieren para ellos. Ni ellos mismos se toleran entre sí frente a un recurso, alimento o agua. Los azulejos, a los que no he visto jamás en manada sino de a uno o máximo en pareja, buscan lo suyo y no más. Comen o beben y no más. Cuando al parecer se sacian o no desean más, se apartan o alzan el vuelo. Como le decía, alguna vez observé este enfrentamiento. No recuerdo cómo terminó, pero no importa para la metáfora de esta parte final de la novela. El azulejo, a diferencia del tórtolo, no busca pelearse con quien se le atraviese, es prudente, pacifista. Pero también conoce que hay situaciones decisivas, donde definirse por la lucha es la única opción y por eso termina cuadrándose para la defensa en la parte final de la novela. Y aunque el profesor llamado Alejandro -que mira esta escena- no emite comentario ni pensamiento alguno, ni el narrador mismo se atreve a hacerlo, su comparación Alejandroazulejo parece ineludible. Quizá por eso se ha quedado mirándolos cuando Sofía, la diminuta y dinámica profesora le requiere con la insistencia de su pregunta “-Que qué opinás, entonces, te estoy preguntando”. “-Ojalá- responde sin convicción el hombre que mira con ojos de vacío a los pájaros”. “Sin convicción”, quizá porque Alejandro es de la opinión que la esperanza de esperar no existe, no ha existido ni existirá jamás. Existe la posibilidad de cambiar las cosas pero sólo buscando cambiarlas, luchándolas. Esa es la Esperanza en la que yo, como persona o como autor, creo, también. (Ésta también creo que es una posición política).

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Revista del Taller de Escritores

Dispersiones EDISSON MARTINEZ

Serie Ruana - C铆rculo de Luz 18 Hernan C贸rdoba

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Revista del Taller de Escritores SENSACIONES Te miro, toco tu cabello y me finges no sentir nada, aunque presiento a veces que la saliva se multiplica entre tus mejillas y deseos. Observo tu boca que me mira con ganas, con motivos, con dulzura implacable. Te encuentro en ese instante, la mujer más sublime de todas, te acaricio, mis dedos se regocijan de alegría, quieren encaminarse hasta tu rostro. Mi ser no se conforma con mirarte, quiere poseerte de otra manera, tal vez inocente, incesante, duradera. Mis ojos te empiezan a descubrir y no encuentro la manera de pronunciar palabra alguna, sólo caricias a tu pelo, deseando probar tus besos, añorando decirte y que me digas, te quiero.

OJOS SECOS Quiero curarme de tu ausencia y de tus labios, De tus lunas y atardeceres, De tus recuerdos y del ayer. Curarme sin medicinas, Sólo con la razón, Curarme de tus besos y miradas, Pero sobre todo de ti.

NADA IMAGINARIO Navego y me vienen ansias locas de ti, Tu mi puerto, mi aroma, mi luz. Donde anhelo con mis verdades y pasiones, Mi puerto tú, tú mi puerto. Donde escojo llegar y quedarme Donde me quedo y huyo de mi fragilidad. Eres puerto audaz, Sin barco, sin agua, sin arena, sin faro. Única como este puerto imaginario Que lleva tu nombre Y no necesita de nada Tú mi puerto, mi aroma, y mi luz.

ASALTO I Desearía tener el valor para decirle que la odio. Odio la forma en que me ha hecho amarla, que ahora odio todo lo que se llama amor. Detesto plenamente que me ame como lo hace; porque así, difícilmente puedo amarla como quiero, de a pocos. Como quisiera decirle a veces que este amor me asfixia, que pretendo huir de esta situación pero me da miedo lastimarla. Quisiera que me ame menos, con sencillez, sin alardeos, sin problemas; sin nada, ¡Nada!

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Revista del Taller de Escritores Escribo, no encuentro la manera de decirle que la odio; el silencio se empieza a apoderar de mis sentidos (odiar a veces es querer o amar un poco menos) se puede odiar la vida, la muerte, se odia el odio, en fin; la noche empieza a aparecer cada vez más clara, mis ojos se cierran, se me hace difícil poder abrirlos. Me apresuro, pienso, no imagino cómo. ¡Ella! ¿Cómo decirle? Sí, que la odio por haber llegado a amarme de esa manera, por hacerme sentir amor y haberlo descubierto desde el primer día. Las horas siguen corriendo, aumenta el sonido del reloj, sigo pensando, no me imagino nada, sigo escribiendo y todavía la odio ¡A ella la que tanto me ama!

SIN POESÍA Me imaginé el mundo sin poesía y todos empezaron a caminar como lo establece la norma de la idiotez. El cielo se tornó oscuro y las montañas se empezaron a desmigajar como un grano de café atravesando un molino; sólo lo imaginé y las aves empezaron a cagarse sobre mi cabeza, los latidos del corazón me engañaron y mis suspiros dejaron de ser eternos. Nada que hacer, me imaginé el mundo sin poesía y la vida me abandono en mi propia cara.

T+ U Me rodean inercias, Que logran encadenar, Mi verdad más volátil. Me rodean arboles, piedras, huecos y nubes, Pero solo he llegado a enfatizarme en la T y la Ú tildada…

LOCURA ENAMORADA Las manos entretenidas en sus mejillas me hacían enamorar más de ella. Sus pómulos rojizos y el cabello recogido de tal forma que su diadema daba con su fin único: resaltar la belleza de sus ojos. Tal vez no era única, tal vez no era virgen, ni siquiera creyente, tal vez no era buena, quizá mucho más que mala, pero para mis ojos, ella era la locura enamorada hecha mujer.

JESSI ¡Amor!, quiero tenerte cerca Palpar con la yema de mis dedos Tus sueños, tu vida, tu boca. Tu mirada, es una bala para mi corazón Un delirio para esta locura enamorada Que no distingue piedras, ni nubes. Muero por ti, sin qué decir Eres tú, es tu amor de juventud Mío, tuyo, de los dos.

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Revista del Taller de Escritores ¡Amor!, en tu pecho funde mi pueblo, Y en tus pies mis raíces, Quiero tenerte, mirarte. Dejarte en mi piel, impregnarme de tu escalofrío, De tu deseo, ¡de ti amor, de ti!

SUTILEZA II Te extraño solo mediante tres palabras: Todo, El, Tiempo.

LAPSUS ¡Silencio! Puedo oír la voz del deseo, de esta niebla que huele a sensibilidad infinita, reencarnada en nuestros cuerpos. No intentes deshacer el mundo con una sonrisa simple, ni con una lágrima dulce ¿Acaso no percibes que huele a minutos candentes, a instantes furtivos? No te preocupes, extenderé la mano dos veces y dos veces te quedarás junto a mí, recorreré tu espacio con mis ganas, para sentir que muere ese fardo maldito llamado tiempo, aunque sea por un instante. ¡Tómalo y vete¡ he recordado el hastío absoluto de mi cama y de mi silencio. Completamente sólo, seguiré desmintiendo tu nombre, tus caricias y tu cuerpo. Al fin no me perteneces, al cabo, tampoco a ellos.

INFINIDADES ¿Qué es el silencio? Tal vez, la suave entrega de una mirada, La pausa entre dos palabras. ¿Qué es una mirada? Sino un silencio infinito, lleno de sensaciones perceptibles desde adentro. ¿Qué es una palabra? Quizás, la ineludible esperanza de una respuesta inmediata. ¿Quién soy yo? Sin tu mirada, sin tus palabras, sin tu silencio, sin tus respuestas más inmediatas. ¡Quién soy yo! Sin saber quién eres tú.

LA NADA Estuve triste el día en que deje de soñar, pues tú dejaste de existir y te viniste al piso, con tu belleza, glamour, altivez y puteria.

HOJAS SIN ÁRBOL

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Revista del Taller de Escritores No logro encontrarte, no veo tus pasos, ni siquiera tus huellas. ¿Acaso te fuiste sin decir adiós? O acaso ¿Por fin logré olvidarte?

ASALTO II No soportaba verla con alguien más, yo parecía de aquellos locos que sin importancia alguna dejan de lado la vergüenza y siguen como si nadie los estuviera mirando. Mi cólera se derramaba de a pocos, gota a gota, como la vida misma; ella feliz, sonriente, esplendida, mujer. Al fin y al cabo ¿Quién era yo para reclamarle? Ni siquiera la almohada que baboseaba en la noche, mucho menos el polvo que levantaba al caminar. Ella en mi espacio y yo fuera de ella, como un reloj sin tiempo, como una caricia sin tacto. Cerraba mis ojos, no soportaba verla coger otro nombre. Pasaba a mi lado, me moría de sed, de esos labios formados con fuentes infinitas, de sus senos como brisas fantasmales que pretenden no morir jamás. La veía, me encantaba verla, sentirla, saborearla, escucharla, pero de repente, como una nube letal se evaporó de mi espacio, de mi tiempo. Se fue entre sonrisas, para mí, indicios letales de un amor corrosivo, delirante, de una fiebre repentina y de un masoquismo estéril. En mi cuerpo ella lo era todo, mi vida, mi muerte, mi paz y delirio, aunque yo en su vida era un saludo. Un saludo, nada más.

VAIVÉN Tú eliges:

Te pierdo, Me pierdes,

Nos pertenecemos para siempre.

NADIE, EL SABIO DE LA NADA Nadie sabe de la muerte más que un frio posado sobre los huesos de la vida. Todos hemos llorado por su culpa en momentos inesperados y segundos repentinos, cuando nos arranca de las manos la felicidad tan efímera. ¡Muerte! Esa utopía frenética que pretendemos resolver creyendo en el cielo y en el infierno, tapándonos los ojos, escondiendo el infierno donde vivimos, añorando quizás lo que nos han pintado como cielo. Nadie sabe de la muerte, más que un esqueleto sombrío que nos apuñala por la espalda y nos deja un sinsabor inmediato. Nadie sabe de la muerte, ni siquiera la muerte misma. Muchos en el afán de describirla, le han llamado descanso, enfermedad, retorno a la vida, gota de espanto, sangría, efeméride, viaje; pero nadie ha podido saber de esa muerte, más que la vida.

LOS MUERTOS No quiero ser un muerto. A los muertos los velan, les rezan, los dejan solos, los llenan de flores negras, de cobardía, oscuridad, de lágrimas, de penas; a muchos los olvidan y sólo a unos pocos los dejan habitar las buenas memorias, aunque a la gran mayoría los encierran entre cuatro tablas. Además, a ellos se les olvida mirar, leer, sonreírle al viento, saborearlo, enloquecer; se les olvida todo y todos piensan que es normal. Quisiera mejor perderme,

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Revista del Taller de Escritores esconderme, camuflarme pero nunca morir, nunca ser un muerto. A los muertos les quitan los sueños, la boca, la saliva, los empujan a la nada, al destierro, a la oscuridad; les prometen paraísos, luz, divinidad. A ellos los engañan, los torturan, los esclavizan a escuchar letanías, los obligan a hacerse de oídos sordos, a recibir lagrimas de extraños falsos y a aguantar en vela toda la noche, sin recibir siquiera una taza de café.

UN PISO MÁS ARRIBA, FRENTE A LA VENTANA Ya se calmó todo, la muerte se ha ido y la vida ha hecho una pausa. Estoy tranquilo, con el azul del cielo sobre mi cabeza y los pasos bajo la mirada. En silencio porque el lugar también lo está. Sólo, acompañado de la soledad, que me regala un aire monótono y un delirar crónico.

ADICTIVA Bebo un sorbo de café y te encuentro en el fondo. El café tiembla y yo te beso, entras en mí, enjuagando mi lengua, mis ansias, mi boca. Eres dulce pero a la vez amarga, como este café que pruebo y enaltece más mis ganas. Te miro, te reconozco en el reflejo de mis labios, de mi boca. Espero en silencio y mi cuerpo pide otro sorbo, te pide a ti, que eres aire, café, cadenciosa. De nuevo estás en mi boca, fantaseo con tu sabor en mi garganta, vuelvo a querer más de ti. Me vuelvo en ese instante, alguien que piensa –te piensa-, alguien que ama –te ama-, quien poco a poco se va adhiriendo a ese sabor dulce que sueña. Así, entre sorbo y sorbo, tu recuerdo se vuelve cafeína adictiva para mi pecho.

TRANSEUNTES Soy un transeúnte más que se absorbe entre el humo de los carros, en el silencio de tu voz. Alguien deseando llegar sin prisa, que se choca contra otros y fantasea con tu sonrisa. Un transeúnte que odia los edificios nuevos y las demoliciones, tolerante y desengañado. Quien te recuerda y te desea. Un transeúnte que atrapa brisas, sueños y luces, Que mira, habla y pisa. Un transeúnte que aspira polvo, se molesta y a veces se enfada, alguien normal como todos, pero extranormal por ti. Yo, un simple transeúnte, y tú, mi amor. “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos” Julio Cortázar Paso a paso mirábamos cómo se nos iba la vida¬, me daba la mano, yo le respondía con una sonrisa trémula en mi rostro. Caminábamos sin rumbo pero de la mano, ella a mi lado y yo pegadito a su extremo derecho, como aquel niño que no desea desprenderse del brazo de su madre.

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Revista del Taller de Escritores Caminábamos, rompiendo el esquema habitual de los enamorados, porque tan sólo con el cruce de nuestros dedos hacíamos que todo se vea diferente. Paso a paso, a tan sólo centímetros del acoplamiento total. Yo, en su vida, pero lo más importante, ella en la mía. Todo en nuestro alrededor era distinto. De la mano, enamorados, sin rumbo pero con un fin compartido, el de ir juntos, por las calles de la vida, hasta más allá de la muerte.

EN LA LEJANÍA ¿Dónde estás? Presiento que me esperas, mis pasos se dilapidan con cada suspiro y en tu ausencia, he sabido entretenerme gracias a tu nombre; te amo, absolutamente. Te llevo pegada como mi piel, mi ropa, mis sueños. Aún no logro verte, pero intento mantenerme siempre impregnado de ti, de tus besos grabados en mi cuerpo, de tus palabras que cruzan el viento. Dicen que no hay distancia para amar y hoy lo compruebo. Vuelvo y digo ¿En dónde estás? Tal vez muy lejos de mi carne pero impregnada en mis huesos.

SIN PRETENCIONES Nada quiero, sino tus besos, Nada pretendo, sólo tu amor. Me entretengo en cada poro de esa tu piel, Desde tu pelo, hasta tus sueños, Desde tu mirada, hasta mi sonrisa. Eres tú, tu cuerpo, tu boca, tus adentros. Nada quiero, nada pretendo, Sólo tu amor.

DE MI VIDA Y EN MI MUERTE De todo un poco amor, te miraré, de a pocos, En todo un rato amor, te besaré lentamente, De mi vida, te recordaré con mis ganas, En mi muerte, te llevaré en mis ansias.

SUEÑO TU NOMBRE Eres mi aire, mis anhelos, Mi pasión y vida, Deseo verte, morir en ese dulce instante Cuando nos pertenecemos…

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Revista del Taller de Escritores Eres mi esperanza, mi suerte, Mi tiempo hecho mujer, Mi sueño hecho tu nombre… Eres y serás mujer del viento, Has abierto tus alas, Para amarme, A tu amor, a mi amor.

SÓLO INDICIOS Trato de alegrarte cómo puedo, Nada vale la pena ya, Ni tiempo, ni espacio, Ni noche, ni día. Solo importa este amor, Importas, importo, De eso se trata, Sentirte mía, Aunque sé que tu aire, No me pertenece.

AMORES FURTIVOS A esos amores que se conocen En un momento inadecuado, Pero que se llevan todo de ti. Amores que te entran de lleno, Y se van evaporando poco a poco En un instante furtivo. A esos amores imprevistos, Quizá inadecuados, A esos amores, A ti...

EDISSON MARTINEZ Estudiante de Licenciatura en Lengua Castellana- Inglés, Universidad de Nariño.

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Impresión y Encuadernación MUNDIGRAFICAS DE NARIÑO Carrea 21 No. 14-02 Esquina Teléfono 7207373 Pasto, Nariño, Colombia Diseño y Diagramación: Daniela Delgado. Este libro se terminó de imprimir en el mes de marzo de 2014 Impreso y hecho en Colombia Printed and made in Colombia UNED Editorial Universitaria Universidad de Nariño



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