Antilha N° 19 REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA

Año 7

N°19

Enero-Abril 2018


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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

El contenido de los artículos y opiniones expresadas en Antilha son responsabilidad exclusiva de sus autores.

Editores América Malbrán Porto Ana Igareta Enrique Méndez Torres

Antilha es una publicación cuatrimestral editada y publicada por el Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C.

Diseño editorial América Malbrán Porto

Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educación Pública, número (en trámite). Certificados de licitud de título y de contenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números (en trámite), ISSN (en trámite).

Portada, cenefa y viñeta: Ilustración de Arthur Rackham, del libro "Peter Pan in Kensington Gardens", J. M. Barrie. London: Hodder & Stoughton, 1906.

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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

Comité Editorial Dr. Jorge Angulo Villaseñor Dra. María Elena Ruiz Gallut Dr. Enrique Tovar Esquivel Dr. Daniel Schávelzon Dra. Ana Igareta Mtra. América Malbrán Porto Mtro. Alfredo Feria Cuevas Arqlgo. Enrique Méndez Torres

DEA-INAH, México. IIE-UNAM, México. INAH, México. CAU-UBA, Argentina UNLP, Argentina. FFyL-UNAM, México. INAH-México. ENAH, México.

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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

CONTENIDO Editorial

P. 7

Dos altares de Dolores en el Norte de la ciudad de México: una tradición virreinal que logra perdurar Ivon Cristina Encinas Hernández, Noé Campos Campos y Jorge Arturo Montero Arízaga

P. 9

Sociedad, azúcar y café en Parras, Santa Rosa de Lima, Guatemala Byron Francisco Hernández Morales

P. 25

Reflexiones en torno a población negra en la capital de la Nueva España América Malbrán Porto P. 39

Álbum fotográfico de unas pinturas a la entrada del cañón del Sumidero, Chiapas Enrique Méndez Torres P. 57

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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

EDITORIAL

Es un gusto empezar otro año, para nosotros el séptimo. Es grato saber que seguimos en el interés de la gente. Empezamos nuestro número 19 con tres artículos y un álbum fotográfico. Ivon Encinas, Noé Campos y Arturo Montero no solo nos describen la ornamentación de un par de altares de la virgen de Dolores en la Ciudad de México, sino que nos explican la concepción religiosa de ellos y de ésta manera entender mejor el significado de dichos elementos

del mundo cristiano traídos desde España como estrategia evangelizadora. Byron Hernández nos hace un recuento de las actividades principales por la que pasó la finca El Recreo y cómo pasó de producir panela a café. Ello como ejemplo de un proceso social e histórico guatemalteco regido por el mercado internacional y nacional. América Malbrán nos hace una propuesta reflexiva de la tercera raíz en el nacionalismo mexicano, los negros, y como fueron tratados a su llegada, nos presenta datos que no está por de-

más a tener en cuenta para cuando se trabajen algunos contextos arqueológicos y buscar indicios de ellos. Enrique Méndez nos presenta una serie de fotos de pintura rupestre, que junto con varios colaboradores han registrado en las paredes del cañón el Sumidero en el estado de Chiapas. A través de ellas se puede apreciar algunas mejoras en la manera de registrarlas gráficamente.

Los Editores

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DOS ALTARES DE DOLORES EN EL NORTE DE LA CIUDAD DE MÉXICO: UNA TRADICION VIRREINAL QUE LOGRA PERDURAR Ivon Cristina Encinas Hernández1, Noé Campos Campos2 y Jorge Arturo Montero Arízaga3

E

l Altar de Dolores es una de las tradicio-

nes

religiosas

católicas

mexicanas,

que surgieron en la época del Virreinato

con la llegada de los evangelizadores, y que se convirtió, como otras conmemoraciones de igual índole, en una celebración sincrética mexicana, donde conjuraron elementos del

culto prehispánico a las diosas madres primordiales y deidades agrícolas principalmente, con la parafernalia cristiana traída por los evangelizadores hispanos, específicamente los franciscanos en el siglo XVI, para mostrar la empatía y consuelo del

pueblo fiel hacia la Virgen María, ante el dolor que sufrió al ver sacrificado y crucificado a su hijo Jesús. Al iniciar la época del virreinato en México, los altares para la conmemoración comenzaron a elabo-

rarse al interior de las iglesias y conventos, altares dedicados a la Virgen de los Dolores como apoyo a la evangelización, y se colocan desde entonces el Viernes de Pasión o el Sexto Vier-

1. Textos y fotografías. Arqueóloga egresada de la Escuela Nacional de Antropología Historia. Profesora de la Universidad del Tepeyac. 2. Textos. Centro de Educación Artística Luis Spota Saavedra (Cedart). 3. Fotografías e Ilustraciones. Facultad de Artes y Diseño, Universidad Nacional Autónoma de México. 9


nes de Cuaresma, cambiando el día de

ce pocos años en la Antigua Basílica de

la semana e incluso el mes de un año a

Guadalupe, de notables dimensiones, y

otro, dependiendo de la fecha de inicio

el pequeño Altar de Dolores que se po-

de la Cuaresma, marcada por el Miérco-

ne tradicionalmente al interior de la Ca-

les de Ceniza. Poco a poco se volvieron

pilla de la Universidad del Tepeyac (Fig.

muy populares, e incluso se comenzaron

1), en la Colonia Lindavista. Ambos

a realizar pequeños Altares de Dolores

ejemplos se ubican en la Delegación

al interior de las casas, como aún suce-

Gustavo A. Madero.

de en la capital y diversos pueblos de algunos Estados (dónde cada región ha enriquecido con manifestaciones propias ésta tradición) como San Luís Potosí, Puebla, Jalisco y Chiapas, destacando San Cristóbal de las Casas en este último, donde llevar en procesión en andas recorriendo las calles la imagen de la Virgen de Dolores, es parte importante de las actividades tradicionales religio-

sas de Semana Santa. No obstante, esta tradición que aún puede considerarse común en provincia, ha ido desapareciendo en la Ciudad de México, sobre todo en la zona norte. Por ello, nos pare-

ce importante registrar los elementos que aún los conforman, recabar información, reproducirlos y generar una continuidad a dicha tradición, que es el principal objetivo de este artículo. Del norte de la Ciudad de México, se toFig. 1. Altar de Dolores. Universidad del Tepeyac. Foto, Ivon Cristina Encinas Hernández, 2017.

maron como base para esta investigación, el Altar que se colocaba hasta ha10


Cabe señalar, que es recurrente y co-

lo convierte en una lectura iconológica

mún la presencia de esculturas e imáge-

por sí mismo y qué logran para la fe y

nes de la Virgen de Dolores en los tem-

vocación del creyente dar un mensaje

plos católicos (mismas qué son tomadas

específico que le recuerda el sacrificio

como punto de referencia para la cons-

de Jesús para el perdón del hombre, co-

trucción simbólica del Altar de Dolores,

mo se refiere a continuación:

con colores en la vestimenta que van

De inicio, los Altares, por lo regular se

desde el blanco en el pañuelo y uno de

instalan en una mesa con gradas, qué

los velos, símbolo de pureza; azul ma-

tiene cómo elemento principal la imagen

rino en el vestido qué representa el ma-

de la Virgen Dolorosa con las siete da-

trimonio, o morado que referencia el luto

gas clavadas en su corazón (para el

o tiempo penitencial y el sufrimiento, en

cristianismo, uno de los significados del

algunos casos el cambio de vestido se

número siete es infinitud, cómo el dolor

hace al color negro por la tarde del Vier-

causado a su amor de madre) (Fig. 2),

nes Santo en señal de luto por la muerte

en escultura o imagen que recuerdan los

de su hijo, dónde se hace la advocación

siete grandes dolores sufridos por Ma-

mariana de la Virgen de la Soledad) no

ría, que son:

sólo de la zona trabajada, sino a lo largo

1) La profecía de Simeón, narrada

y ancho del País, sin embargo, los alta-

por San Lucas en los Evangelios, cuan-

res colocados en honor a la Virgen de

do la Virgen presenta al niño Jesús en el

Dolores, al menos en la Ciudad de Méxi-

templo como lo manda la tradición judía,

co, son cada vez menos comunes. Di-

un anciano llamado Simeón profetiza “su

chos altares, cuya preparación no es in-

cuerpo será para la salvación o conde-

mediata (al menos por la germinación de

nación de muchos pecadores y a tí, una

las semillas qué son utilizadas en el

espada te atravesará el corazón para

montaje y qué conlleva un tiempo espe-

que se descubran los pensamientos de

cífico), tienen un profundo significado

muchos corazones” (Lucas 2, 34-35, Bi-

religioso qué con un simbolismo y signifi-

blia de Jerusalén, 1993:1461); 2) la hui-

cado teológico, integrado al proceso ar-

da de Egipto; al ver a su hijo perseguido

tístico y artesanal dónde cada elemento

y tener que abandonar su lugar de ori-

articulado visualmente en la instalación,

gen; 3) el niño perdido en el templo, el 11


siete, en recuerdo de los siete dolores sufridos por la Virgen, o incluso catorce,

como señala José Vergara, investigador del Centro INAH-Hidalgo: …en estos espacios La Dolorosa se coloca en la parte más alta y céntrica de los altares, los cuales están cons-

tituidos por 14 escalones que representan las estaciones del Viacrucis; atrás de éstos se cuelgan cortinajes morados que significan luto y penitencia, y la imagen se acompaña de siete velas o sirios encendidos que aluden a los siete dolores de la Virgen y la luz de Dios (INAH, 2017). Para recordar los siete momentos de

Fig. 2. Escultura de la Virgen de Dolores. Se observan las siete dagas clavadas en su corazón. San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Foto, Ivon Cristina Encinas Hernández, 2012.

aflicción sufridos por la Virgen antes mencionados, se colocan los Altares

buscando consolarla y acompañarla en gran dolor de una madre al perder a su

su dolor. Cada Altar es diferente, sin

hijo; 4) la calle de la amargura, donde

embargo, en esencia, los altares antes

María se encuentra con Jesús cargando

mencionados como ejemplos de la Ciu-

una pesada cruz y es humillado; 5) la

dad de México, poseen elementos re-

crucifixión de Jesús y la agonía de éste;

presentativos en común, como son los

6) el descenso de la cruz, cuando María

siguientes:

recibe a Jesús muerto en sus brazos (imagen conocida como La Piedad) y 7)

Papel picado color morado

la sepultura de Jesús.

En general, durante la Cuaresma, veremos

El número de gradas de los Altares de

el color morado (el color litúrgico para sim-

Dolores es variable, pueden ser tres, re-

bolizar el luto), tanto en la decoración al

presentando a la Santísima Trinidad;

interior de los templos, como en los orna12


mentos de los sacerdotes, recordando

Quintanar y Meeren, 2009:11).

con ello la preparación espiritual y peni-

La ofrenda de banderas confeccionadas

tencia, así como el luto por la muerte de

con papel, también pertenece a las prác-

Cristo. En el tiempo histórico de Jesús,

ticas religiosas de algunas culturas anti-

el color morado utilizado para teñir texti-

guas. Las esculturas de los dioses eran

les, por su dificultad para conseguirlo y

ataviadas con papel amate y a las dei-

alto costo, sólo era usado por los reyes

dades del agua se les ofrendaba papel

(Ball, 2004:257–262). Así, como señala

goteado con hule. Las banderas se cla-

el Evangelio de San Marcos, cuando los

van sobre naranjas, qué para algunas

soldados romanos se burlaron del Salva-

lecturas

dor, le pusieron un manto color morado

amargura qué causa el dolor de la pérdi-

diciéndole “rey de los judíos” (Marcos

da del ser amado, aunque habrán otras

15, 16-18, Biblia de Jerusalén, óp.

interpretaciones.

iconológicas

representan

la

cit.:1454). Por otra parte, ofrendar papel es una

Doce velas o veladoras

costumbre de origen prehispánica. De

Estas velas recuerdan en número a los

acuerdo con distintas fuentes históricas,

apóstoles qué conformaron, en primera

el papel amate se empleaba de manera

instancia, el legado doctrinal de Jesús y

común en el siglo XVI.

en el momento de mayor dolor y sufri-

Se utilizaba como producto tributario,

miento acompañaron a María. Se colo-

para elaborar vestimenta civil y cere-

can doce velas moradas, que pueden ir

monial, códices, ajorcas para juego

envueltas en una corona, recordando

de pelota, cordones y una gran di-

también que las velas son la luz, y Cristo

versidad de papeles de uso ritual.

es la luz del Mundo. El murmullo de las

Por ejemplo, en todas las celebracio-

velas al consumirse la cera es parte del

nes se esgrimían los amatetéuitl, tra-

consuelo que se ofrece a María.

mos de papel recortados en forma

Las velas encendidas también nos ha-

de banderas grandes o trapezoides

cen reflexionar sobre nuestra vida (Fig.

pintados con manchas negras de

3), esto, como señalan Serrano y Pas-

caucho que describían los símbolos

cual, al “Centrar la atención en el inevi-

característicos de cada dios (López,

table proceso de agotamiento de la lum13


Fig. 3. Velas y papel picado. Detalle del Altar de Dolores. Universidad del Tepeyac. Foto, Ivon Cristina Encinas Hernández, 2016.

bre y en el carácter ascensional de la

de papel blanco, lila, morado, negro o

llama. Bajo este prisma la vela se con-

metálico (en los tonos anteriores o pla-

vierte en alegoría de la vida y de la

teado), principalmente, y estar decorada

muerte, relacionando en ocasiones la

con motivos como un corazón atravesa-

ascensión de su llama al viaje que harán

do por 7 espadas (Fig. 9).

las almas” (Serrano y Pascual 2005:

Por su dulzor, las naranjas también se

304).

asemejan al corazón de María, ya que, a pesar del dolor por la muerte de su hijo,

Naranjas con banderitas de papel de

su corazón se mantiene dulce. Además,

colores

la Virgen tuvo la dicha de ser madre.

Cada naranja lleva clavadas siete ban-

Las naranjas, de acuerdo con Serrano y

deras, y cada bandera puede estar reali-

Pascual, al igual que otras frutas como

zada con papel de china picado en dise-

la granada, al contener abundantes se-

ños propios de la celebración, o bien ser

millas, se han considerado también co14


mo símbolos de fertilidad con la que nos

los recortes necesarios, representan-

favorece la tierra, la naturaleza (Ibíd.:

do, por ejemplo, a los dioses del

217).

maíz, jitomate, cacahuate o a la per-

Las naranjas, de origen asiático, fueron

sona a curar. El color del papel y por

traídas por los españoles, mientras que

lo tanto de la corteza es muy impor-

la elaboración de banderas de papel y

tante en la identificación de las deida-

su colocación como ofrenda en los alta-

des o espíritus representados por las

res, tiene profundas raíces mesoameri-

figuras. Los pliegos de papel oscuro

canas, como ya se mencionó, y gracias

tienen una connotación amenazante,

al mestizaje cultural se mantienen aún

mientras que el papel blanco es be-

en nuestros días, con otras significacio-

néfico (López, Quintanar y Meeren,

nes, mismas que podemos interpretar

óp. cit.:11).

cómo evoluciones culturales.

Aunque la connotación de los papeles

Por otro lado, el papel, ya confeccionado

de amate de San Pablito Pahuatlan no

como parte de las pequeñas banderas, y

está relacionada con los Altares a la Vir-

picado o decorado, muestra con ello raí-

gen, es para este caso importante su

ces de su sacralidad al haber sido ma-

mención, ya que reiteran la ritualidad

nufacturado con fines religiosos específi-

qué algunas culturas le confieren al pa-

cos. Retomando los usos rituales del pa-

pel, y que aún subsiste en algunos gru-

pel amate, López, Quintanar y Meeren,

pos etnolingüísticos mexicanos.

refiriéndose a comunidades como los otomíes de San Pablito Pahuatlán, Pue-

Las “coronitas de espinas”

bla, señalan que:

Hechas tanto con plantas con espinas,

…El papel por sí mismo no posee un

como tejidas con palma comúnmente de

valor sagrado. Solamente lo adquie-

tule, simbolizan la Gloria de Dios y la

re cuando el chamán, a través de la

glorificación de la Virgen.

técnica de picar el papel y mediante

Las espinas […] De manera general

su palabra, le confiere una fuerza

se interpretan como símbolo de los

capaz de hacer surgir a la divinidad

obstáculos, los sufrimientos, defensa

simbolizada. Dependiendo del tipo

exterior, hostilidad, dificultad, etc. En

de ceremonia y propósito, se hacen

las tradiciones semíticas y cristianas, 15


la espina evoca la tierra salvaje, vir-

y Miranda Colín, 2008), por su pequeño

gen, no cultivada […] ofrece rechazo

tamaño y gozar de gran veneración y

y dolor” (Serrano y Pascual, óp. cit.:

ser de mucha utilidad en la época

111).

prehispánica4, fue tomada por los frailes

Al respecto de la corona, Serrano y Pas-

como un elemento ideal para comparar-

cual, mencionan que “toma sentido por

la

ser un tocado que realza la cabeza (no

(conocida y utilizada desde la época de

solo permite destacar al individuo, sino

los romanos) que no encontraron en la

que propicia su contacto con lo celeste)

Nueva España.

y por la forma circular que adopta

Cabe recordar las parábolas:

(símbolo

de

la

perfección

con

las

semillas

de

mostaza

divi-

“El reino de los cielos es semejante

na)” (Ibíd.:70). Además, por supuesto,

al grano de mostaza, que un hom-

es un símbolo de la pasión de Cristo, y

bre tomó y sembró en su campo […]

su presencia en el Altar de Dolores, re-

el cual a la verdad es la más peque-

mite a la reflexión de su dolor al ser con-

ña de todas las semillas; pero cuan-

ducido al Gólgota por la calle de la

do ha crecido, es la mayor de las

amargura, para ser muerto en la cruz.

hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cie-

Las macetas con semilla de chía

lo

y hacen nidos

en sus ra-

Representan las lágrimas de la virgen.

mas” (Marcos 4.30-32; Lucas. 13.18

Estas semillas son presentadas y ben-

-19, Biblia de Jerusalén, óp. cit.).

decidas el Día de la Candelaria, y plantadas desde entonces, junto con semi4. La palabra chía es un vocablo náhuatl que agrupa varias especies botánicas de los géneros Salvia, Hyptis, Amaranthus y Chenopodium; su cultivo y utilización como alimento fueron considerados como un elemento esencial de las culturas mesoamericanas, que aprovecharon sus semillas, su harina y aceite, mismos que fueron apreciados por sus usos y cualidades medicinales, alimenticios, artísticos y religiosos (Cahill, 2003). Actualmente, su semilla entera se usa en la preparación de bebidas (destacando el agua de limón con chía); y con el aceite extraído de sus cotiledones se elaboran lacas artesanales (Hernández Gómez y Miranda Colín, 2008:105).

llas de trigo y alpiste. Para tener distintos tonos en las plantas, algunas macetas con alpiste se dejan crecer en la sombra, y otras al sol directo, práctica que da como resultado una variedad cromática. La chía (Salvia hispánica L.),

nativa del centro y sur de México, así como de Guatemala (Hernández Gómez 16


También es muy conocida la frase: “Si

Al dejarse en agua durante varios días,

nuestra fe fuera del tamaño de una se-

las semillas comienzan a germinar, y

milla de mostaza, moveríamos monta-

estos animalitos (patos, bueyes, galli-

ñas”.

nas, cerdos, carneros, etc.), se convier-

Sobre las semillas o granos, Serrano y

ten en adornos que solo duraran los

Pascual, señalan lo siguiente:

días que logren conservarse con agua

“El grano representaría las vicisitudes

en los Altares. Generalmente, los anima-

por las que atraviesa la vegetación

litos tienen la cara decorada con un vi-

en general y la cosecha en particular.

driado verde, propio de las técnicas arte-

Su siembra, germinación, desarrollo,

sanales de lugares como Santa María

reproducción y muerte han sido com-

Atzompa, Oaxaca (Figs. 4 y 5).

parados frecuentemente con los procesos vitales. Pero el grano es princi-

Plantas medicinales

palmente semilla, potencialidad, por

Las macetas con manzanilla son las más

tanto, y con ese sentido aparece en

comunes. Su sólo aroma es un consuelo, y

casi todas las representaciones. Por

la infusión de su flor se ha utilizado en mu-

último, como germen de cultivo que

chos lugares a lo largo de la historia para

será, puede recibir su simbolismo y

distintos malestares. Se ofrenda su olor, se

aparecer como alegoría de la prospe-

adorna con sus flores, y se ofrece calma a

ridad y fertilidad” (Serrano y Pascual

la Virgen.

óp. cit.:135).

Serrano y Pascual, mencionan que:

Hay artesanías de barro que se elaboran

esta planta aromática ha sido muy em-

específicamente para colocar la chía,

pleada como eficaz remedio medicinal.

pero aunque se pueden adquirir en algu-

Pese a su aspecto de debilidad, por sus

nos mercados populares de la Ciudad

poderes medicinales ocultos tras ese

de México, provienen de Oaxaca. Se tra-

aspecto discreto, se la consideró como

ta de pequeños animalitos de barro que

símbolo de la humildad y la fortaleza

tienen surcada su superficie para intro-

oculta. Como tantas otras hierbas medi-

ducir en ella las semillas de chía que, al

cinales, se asimiló a la Virgen en nume-

humedecerse y separarse el mucílago

rosas representaciones cristianas (Ibíd.:

del grano, se adhieren muy fácilmente.

205). 17


Fig. 4. Animalitos de barro para chía y macetas con alpiste. Proceso de germinación. Universidad del Tepeyac. Oficina de Cultura. Foto, Ivon Cristina Encinas Hernández, 2017.

Fig. 5. Virgen de Dolores en un altar de tres gradas adornado con velas, tibores de talavera y esferas de vidrio soplado, y animalitos de barro para chía y macetas con alpiste al pie del altar, sobre tapetes de aserrín. Altar de Dolores en la Antigua Basílica de Guadalupe. Fotos, Ivon Cristina Encinas Hernández, 2011.

18


Otras plantas aromáticas y medicinales

sangre derramada por Cristo para el per-

que suelen colocarse en los Altares a la

dón de los pecados de la humanidad (Fig.

Virgen de Dolores son la menta, yerbabue-

6).

na, albahaca y romero, mismas, que, en

El agua, alegoría del llanto de María, se

conjunto, representan el renacer en Cristo

ofrece a los peregrinos que acuden a ver

y son símbolos de resurrección.

los Altares y se reparte también el Viernes de Dolores entre los visitantes al Templo.

Los vitroleros de aguas frescas De limón, jamaica, horchata y tamarindo,

Las flores

simbolizan también las lágrimas de María,

Que se colocan en el altar, tradicionalmen-

que a pesar de su inmenso dolor son dul-

te moradas, lilas y blancas, simbolizan la

ces y agradables. La más importante de

alegría con la que los devotos consuelan a

ellas es la de limón con chía, la cual no de-

la Virgen Dolorosa. Flores como los crisan-

be quedar muy dulce, ya que encarna el “trago amargo” por la muerte de Jesús. Las semillas de chía también representan las lágrimas de la Virgen. Cuando se colocan cinco vitroleros, éstos

representan los Misterios Dolosos del Santo Rosario. Al respecto de las diferentes aguas, éstas, en general, aluden a lo siguiente: El agua de horchata, por su color blanco simboliza la pureza de la Virgen; el

agua de limón, por el verde de la fruta, simboliza la esperanza de María en la resurrección; el agua de naranja, por el simbolismo de la fruta, como ya se ha mencionado, representa el dulce corazón de María, y por su color, hace referencia al atardecer Fig. 6. Vitroleros y vasos con aguas frescas. Detalle del Altar de Dolores, Capilla de la Universidad del Tepeyac, Ciudad de México. Foto, Ivon Cristina Encinas Hernández, 2011.

del calvario durante la Crucifixión; finalmente, el agua roja de jamaica, alude a la 19


temos blancos y nubes se utilizan como representantes de la pureza de la Virgen.

Las flores, en general, como sugieren Serrano y Pascual: “…evocan una actitud pasiva, receptora de la acción de la lluvia y el Sol, por lo que se consideran como símbolo de su-

misión. Por otra parte, aunque reflejan la llegada de la Primavera (de la que son atributo) y la vitalidad, son un esplendor fugaz: enseguida se marchitan” (Ibíd.: 122). Tapetes de aserrín Estos tapetes se realizan con aserrín multiFig. 7. Tapete de aserrín con el diseño del sol, la corona de espinas y rosas; sobre él diversos jarrones y tibores de talavera poblana, se coronan con esferas de vidrio soplado. Detalle del Altar de Dolores, Antigua Basílica de Guadalupe, Ciudad de México. Foto, Ivon Cristina Encinas Hernández, 2011.

color en el piso de los templos o lugares donde se coloca el altar, exprofeso para poner sobre ellos todos los elementos an-

tes mencionados (Fig. 7). Recuerdan distintos caminos similares que hacen como ofrenda para que pasen sobre ellos las

Santa van más allá de una tradición, ya

procesiones que llevan a la Virgen, como

que son parte de la memoria histórica y

por ejemplo, en Huamantla, Tlaxcala.

religiosa de los pueblos y barrios de las

ciudades, y de la cohesión social de sus Gotas y esferas de vidrio soplado

habitantes, y que al irse perdiendo, al

En general, representan las lágrimas cris-

menos en la Ciudad de México, también

talizadas de María.

se llevan con ellos otras muestras del

Con base en lo anterior, es posible des-

folklore mexicano, en este caso artesa-

tacar que los Altares que se colocan tra-

nal, por ejemplo, como son los diseños

dicionalmente a la Virgen de Dolores, en

específicos de papel picado elaborados

la celebración de Pascua y Semana

para la ocasión con un arraigo cultural 20


significativo, los animalitos de barro

mo se va enriqueciendo de nuevos ele-

creados para que la chía germinada,

mentos, así como las distintas conferen-

brote de ellos, y demás adornos de pa-

cias impartidas al respecto, que apoyan

pel con los colores respectivos.

la difusión del conocimiento de esta y

Hoy en día el mayor esfuerzo de conser-

otras tradiciones5.

vación de esta tradición lo lleva a cabo

Otro recinto que se ha sumado a este

el Instituto Nacional de Antropología e

rescate de tradiciones en la Ciudad de

Historia, que coloca Altares de Dolores

México es el Museo Dolores Olmedo,

en los Museos bajo su resguardo y ges-

con bellísimos montajes y gran acepta-

tión, que se alojan en construcciones

ción por parte de los visitantes, no obs-

conventuales, como en el Museo Nacio-

tante, al igual que los demás museos de

nal de las Intervenciones y el Museo de

la entidad antes señalados, se ubica al

El Carmen, al sur de la Ciudad de Méxi-

sur de la Ciudad. Y como señalábamos

co; el Ex Convento de Acolman en el Es-

al inicio del artículo, en el norte la pre-

tado de México; y el Ex Convento de

sencia de estos altares se está perdien-

San Nicolás de Tolentino en Actopan,

do cada vez más, por lo que creemos es

Hidalgo.

necesario desarrollar vínculos con las

Además de los Museos del INAH involu-

instituciones educativas como actual-

crados en este programa, cabe mencio-

mente lo lleva a cabo la Universidad del

nar otros recintos como la Casa del Ris-

Tepeyac, dónde autoridades, docentes y

co – Centro Cultural Isidro Fabela, que

alumnos, asuman su papel, que es de

anualmente coloca un majestuoso Altar

vital importancia, de la preservación de

a la Virgen que es ya hoy un emblema

tradiciones y costumbres que nos signifi-

cultural y tradicional de San Ángel. De

can y son parte de nuestra identidad,

igual forma destacan otras acciones

con la consigna de mantener una me-

concretas como el registro documental y

moria que nos vincule desde el proceso

fotográfico en diferentes regiones por

de investigación histórica necesario en

parte de los investigadores que nos permiten entender la apropiación que se

5. Instituciones como el Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. (CESUA) y la Universidad del Tepeyac, realizan conferencias cada año para compartir tanto la historia como la celebración de esta tradición.

hace de esta conmemoración religiosa en muchas comunidades actuales y có21


el desarrollo académico. El Altar que se colocaba en la Antigua

Basílica de Guadalupe, por ejemplo, lo vimos por última vez en 2015, y no se ha vuelto a poner, a pesar de que muchos vecinos de las colonias aledañas a la Basílica, como los habitantes de la Colo-

nia Lindavista, siguen preguntando por él, refiriendo incluso que no hay “otro” así en este rumbo6. Y aunque se colocan esculturas de la Virgen de los Dolores (Fig. 8) y algunos detalles de papel picado morado, se siente ese vacío, pues el Altar que antes se colocaba era muy hermoso, de gran tamaño y muy valorado.

Fig. 8. Virgen de los Dolores. Antigua Basílica de Guadalupe. Foto, Jorge Arturo Montero Arízaga, abril de 2018.

El montaje del Altar de la Antigua Basílica lo realizaba el Padre Pedro Agustín

Rivera Díaz, pero al ser trasladado a

su registro y su difusión, que también

otra Parroquia, ya no se continuó con

son vitales para su estudio y resguardo.

esta tradición7. Finalmente cabe reiterar la importancia

Bibliografía

no sólo de la conservación de las tradi-

Ball, Philip

ciones que son parte de nuestra memo-

2004 La invención del color. Turner-Fondo

ria histórica, sino la gran importancia de

de Cultura Económica Madrid; México.

6. Comunicación personal Familia Martínez Hernández, 10 de abril de 2017, Universidad del Tepeyac – Oficina de Cultura, Callao 842, Col. Lindavista. 7. Comunicación personal, P. Adrián Huerta. Antigua Basílica de Guadalupe. De acuerdo con el Padre Huerta, el Padre Rivera Díaz se fue a la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima en la Colonia Progar.

Biblia de Jerusalén

1993 Colección Sepan Cuantos Nº 500, Editorial Porrúa, México.

22


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SOCIEDAD, AZUCAR Y CAFÉ EN PARRAS, SANTA ROSA DE LIMA GUATEMALA Byron Francisco Hernández Morales1 Introducción La historia en Guatemala se enseña desde una posición oficialista, la cual deja de lado algunos contextos y momentos provocando una pérdida de identidad y memoria colectiva; tal es el caso del departamento de Santa Rosa. Desde hace años se inició un acercamiento a esta zona, empezando en el municipio de Santa Rosa de Lima, con el fin de conocer a partir de la memoria popular algunos aspectos de su pasado. Dentro de ellos destacan el cultivo y proceso de caña de azúcar y café, siendo estos los puntos específicos a tratar en este artículo.

Dentro de las actividades económicas de este municipio han destacado el cultivo de caña de azúcar y café, los cuales están ligados por los procesos sociales e históricos que han circundado las alzas y desplomes de los precios del mercado internacional y nacional. En el afán de comprender estas dinámicas, se inició con un reconocimiento del lugar, tratando de localizar los trapiches y beneficios que se encuentran en la zona, en funcionamiento o no, para ubicarlos en un mapa y conocer su distribución espacial. En este trabajo se muestran los avances obtenidos a la fecha en la reconstrucción histórica de la región, poniendo de ejemplo los centros industriales que forman parte del Patrimonio Nacional y que permiten entender estas interacciones que muchas veces quedan de lado en las investigaciones de Patrimonio Industrial, sin embargo son indis-

pensables para la comprensión de los contextos históricos y sociales. Se tomó como referente el caso del trapiche y beneficio de café ubicados en la aldea Parras, del citado municipio, por tratarse de un caso característico de las recomposiciones económicas que muchos productores han experimentado en la zona y por la apertura de su propietario hacia la investigación. Los datos recopilados de esta aproxi1 Escuela de Historia Universidad de San Carlos de Guatemala. Programa de Maestría en Antropología Social. Centro Universitario de Occidente. Universidad de San Carlos de Guatemala. Organizador del Congreso de Folklore y Tradición Oral en Arqueología. 25


mación se compararán con los obteni-

ambas en jurisdicción de Santa Rosa de

dos en la Finca el Recreo, cuyo propie-

Lima; al este con Aldea Belén y al oeste

tario aun se dedica a la operación de su

con el Caserío El Sombrerito de la aldea

beneficio.

Concepción Pinúla, Guatemala. El relieve de la aldea es bastante acci-

Contexto geográfico

dentado por encontrarse en la cordillera

La aldea Parras es una de las varias co-

montañosa de la Sierra Madre. Según

munidades localizadas al norte de Santa

los mapas geofísico y geológico del MA-

Rosa de Lima, se encuentra cercana al

GA2, es un deposito piroclástico com-

límite territorial con Jalapa y Guatemala

puesto por rocas ígneas y metamórficas.

(Fig. 1) a una altura aproximada de 1300

Esta área está constituida por colinas y

msnm

barrancas con taludes bastante pronun-

con

coordenadas

de

latitud

14º28’12” y longitud 90°19’35”.

ciados. Esta topografía propicia la exis-

La aldea colinda al norte con el munici-

tencia de pequeñas plataformas natura-

pio de Mataquescuintla, Jalapa; al sur con las aldeas Sabanetas y La Brea,

2. Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Fig. 1. Ubicación de Parras, Santa Rosa de Lima. Tomado de Google Earth, 2018. 26


les que son aprovechadas por los habi-

algunas plantas comestibles como el

tantes principalmente para la ubicación

Izote, una variedad de Chile llamada

de sus viviendas.

Chiltepe, Malanga y Manzana Rosa.

El conocimiento de la disponibilidad del

Por las características, tanto hidrográfi-

recurso hídrico de una región es esen-

cas como climáticas, la región es apta

cial para el desarrollo de las intervencio-

para el desarrollo de especies de fauna

nes del sistema socioeconómico en el

menor constituida principalmente por

sistema natural. Las características oro-

venados, armados, conejos, serpientes,

gráficas favorecen la evacuación tanto

lagartos menores, anfibios puercoespín,

de aguas pluviales como causes natura-

coyote, diversas aves, por mencionar

les para los que destacan los dos ríos

algunas de las especies que actualmen-

que atraviesan la región o más bien, sir-

te están desaparecidas según Eduardo

ven de límite entre las aldeas y caseríos

Solares3, por causa de la cacería.

colindantes. El río Pinula se encuentra al oeste de la

Contexto histórico

aldea, corre en dirección Norte-Sur y se

Desde el año 2007 se inició un acerca-

encuentra con el río Belén o Negro que

miento a Santa Rosa de Lima con la fi-

serpentea en una dirección Este-Oeste,

nalidad de conocer su historia, oculta en

recibe su nombre por ser de esta aldea

gran parte por los discursos oficialistas

de donde viene su cauce. El punto de

desde donde se refieren los datos del

encuentro de estos dos recursos hídri-

pasado.

cos es llamado por los locales como Los

Este interés nace a partir de las obser-

Encuentros, en algunos casos también

vaciones de campo efectuadas en el

es conocido como La Sirena, esto último

casco municipal, el cual se encontraba

por una coloración marrón en una peña

en condiciones deplorables (Figs. 2, 3 y

donde se da la unión de los ríos, la cual

4), un evidente abandono que llamó la

aparenta tener forma de este ser mítico.

atención dado que los pocos datos co-

La vegetación se compone por bosque

nocidos de este pueblo, hacen notar que

húmedo subtropical templado, caracteri-

se trataba de un lugar de gran importan-

zado por la presencia de pino, encino, ciprés, entre otros. Crecen naturalmente

3. Comunicación Personal 2007. 27


Fig. 2. Palacio municipal. Se observa la condición de la calle de tierra luego de un día lluvioso. Imagen captada el 24 de junio de 2006 por el autor.

Fig. 3. Panorámica del parque central del pueblo. Iniciaban los trabajos de reconstrucción. Imagen captada el 5 de agosto de 2006 por el autor. 28


Fig. 4. Detalle de personas trabajando en la pileta del parque central como parte de la reconstrucción. Imagen captada el 5 de agosto de 2006 por el autor.

cia social y política en la región y el país.

mencionó que el valle de Santa Rosa

Para hacer referencia de esto, se mues-

estaba a 2 leguas de distancia, contan-

tra un breve recorrido histórico para su

do 28 familias con 250 personas (Gall,

comprensión.

200:645).

El arzobispo doctor don Pedro Cortés y

Aquí se emplazó la cabecera del depar-

Larraz visitó su diócesis entre 1768 y

tamento de Santa Rosa la cual se trasla-

1770, habiendo llegado a la Parroquia

da a Cuajiniquilapa en 1852 cuando el

de Los Esclavos, que se componía del

territorio es elevado a esta categoría. En

pueblo Cuajiniquilapa, de Los Esclavos,

1910 la cabecera iba a ser devuelta a

Jumay (hoy Jumaytepeque) y de 39 ha-

Santa Rosa de Lima, por intervención de

ciendas. Agregó que "aunque el pueblo

Manuel Urias y Pablo Dávila, alcalde de

de Los Esclavos es la cabecera, pero

ese momento, sin embargo no pudo dar-

como está muy extenuado y el de Cuaji-

se debido a la epidemia de fiebre amari-

niquilapa era el más cómodo para la feli-

lla y según otros, viruela (Hernández,

gresía, en éste hice la visita". También

2010:214). 29


Tres años después, 1913, se produce un

Toda la mercadería era transportada en

terremoto que vuelve a provocar migra-

bestias hasta la aldea Concepción Pinú-

ciones locales, con lo que algunas per-

la, comunidad hasta donde llegaban

sonas regresan a ocupar Santa Rosa de

vehículos automotores para trasladar la

Lima (Mejía et al., óp. cit.:163).

panela al mercado de La Terminal, ubicado en la zona 4 de la ciudad de Gua-

El trapiche de Parras

temala.

Fundado por el señor Silvino Santos en

Este trapiche era operado en sus dife-

el bosque de Parras (Fig. 5), inició sus

rentes facetas por 10 personas las cua-

operaciones en 1942, momento en el

les no siempre tenían una función espe-

cual la fuerza motriz era proporcionada

cífica ya que se podían rotar en sus la-

4

bores. Este personal devengaba un sa-

por bueyes . Para entonces se cultiva5

ban una extensión de 10 manzanas con

lario de cincuenta centavos de Quetzal

la caña que servía de materia prima pa-

por un día de trabajo.

ra la producción.

Cabe hacer mención de la importancia

A partir de lo cosechado en esta superfi-

de la relatoría del señor Cesar Lemus,

cie, se conseguía un volumen de cin-

pues él laboró en este lugar por varios

cuenta a sesenta cargas de panela a ra-

años y con el tiempo toma el control ad-

zón de una carga diaria, según las equi-

ministrativo del mismo ya que el propie-

valencias de la Tabla 1:

tario primigenio (Silvino Santos) era su abuelo.

Tabla 1

Don César refiere que cerca de 1970 le

Equivalencia en la producción de panela

insistía a don Silvino que podían optimi-

del trapiche de Parras 1 carga

32 mancuernas

1 mancuerna

4 tapas

2 tapas

1 atado

zar la producción si se introducía un motor diésel al sistema de producción, sin embargo fueron reiteradas las ocasiones

6. La panela es un dulce producido a partir de la caña de azúcar, a la cual se le extrae el jugo, posteriormente es sometida a procesos de cocción hasta conseguir una miel muy espesa que se coloca en moldes de forma circular o cuadrada (generalmente) para que enfríe y endurezca. También es conocida como Raspadura.

4. César Lemus, comunicación personal 2010. 5. Una manzana ocupa un área aproximada de 7,000 metros cuadrados. 30


Fig. 5. Panorámica de la ubicación del trapiche de Parras. Foto, B. Hernández.

en las que su abuelo manifestó su nega-

vos cada uno por carga producida, es

tiva a la propuesta.

decir, un quetzal con cincuenta centavos

En 1976 finalmente se logra la imple-

diarios cada uno. Los acarreadores y

mentación de un motor de combustión

cortadores llegaron a ganar tres quetza-

interna de un cilindro (Fig. 6), producto

les diarios.

de esto la fabricación de panela aumen-

Esta dinámica productiva seguiría hasta

tó en el triple produciendo marcados be-

finales de la década de 1980, cuando

neficios económicos para el propietario y

nuevamente la rentabilidad de este ne-

los trabajadores pues se necesitaba de

gocio se vería afectada y se comienzan

más empleados para satisfacer estos

a observar las ventajas del cultivo de

nuevos niveles ya que el promedio de

café, por lo cual, paulatinamente se em-

producción era de 3 cargas diarias sin

pieza a introducir este último producto

embargo aumentó a 7 en algunas oca-

como cultivo principal, junto al maíz y

siones según la demanda del mercado.

frijol, y ya se piensa en la construcción

En esta nueva etapa se necesitó de die-

de un beneficio para maquilar las cose-

ciocho personas para la operación, los

chas de café en el mismo lugar. Para

cuales llegaron a ganar cincuenta centa-

1990 se tenía la plataforma industrial 31


El beneficio de café de Parras Con el cierre del trapiche se da una re-

configuración de los modos y medios de producción en Parras, como se mencionó antes, por iniciativa de don César se dispone transferir su capital al cultivo de café, tomando en cuenta a todo el per-

sonal que laboraba con anterioridad. La fuerza necesaria para impulsar la maquinaria era proporcionada por un motor de cuatro cilindros, diesel, contaba con una pileta de agua, tres despulpadoras y cuatro patios de secado, actualmente las instalaciones se encuentran abandonadas y gran parte de la maquinaria fue desmantelada y vendida (Fig. 8). Fig. 6. Motor utilizado en el trapiche de parras y posteriormente puesto en función en un molino de nixtamal. Foto, B. Hernández.

La época de cosecha es de octubre a

para dicho proceso, por lo cual se cie-

obra foránea, la cual consiguen por la

rran las operaciones del trapiche. El mo-

contratación de cuadrillas que general-

tor que funcionara en este lugar por ca-

mente son indígenas provenientes de

torce años, fue trasladado a la casa de

Quiché.

los propietarios para hacer trabajar un

El maquilado se hacía por medio de una

molino de nixtamal; en este lugar se en-

maquina despulpadora, marca Penagos,

cuentra actualmente. La maquinaria se

procesaba tanto la cosecha de don Cé-

desmontó y se resguardó en una bode-

sar como de otros agricultores del lugar,

ga junto a los remanentes de los basa-

para lo cual existían dos maneras de ha-

mentos de las mismas, lugar en ruinas a

cerlo: la primera, comprando el café en

la fecha (Fig. 7).

cereza (maduro con cáscara) o bien

marzo para lo cual, varias personas en la comunidad requieren de mano de

32


Fig. 7. Restos del trapiche de Parras, en Santa Rosa de Lima. Foto, B. Hernández.

arrendando las instalaciones.

al respecto refiere:

Durante las operaciones del Beneficio,

__…el café es un mal negocio porque

un trabajador podía llegar a ganar de cin-

es una cuestión demasiado cambiante,

cuenta a doscientos quetzales semana-

a mí me dejó mala experiencia.

les, lo que evidentemente demuestra la

A pesar de haber cerrado su Beneficio,

mejora económica respecto de la panela.

don César mantiene su producción agríco-

La vida del beneficio no fue tan prolonga-

la de café, únicamente vende el producto

da como la del trapiche, la crisis financie-

en cereza a COEX7 a través de un inter-

ra suscitada en el año 2000 produjo que

mediario.

muchas personas dejaran de trabajar en este negocio, en 2002 don César dispo-

ne el cierre de sus instalaciones por la baja rentabilidad y las deudas adquiridas,

7. Comercial Exportadora S.A de C.V, grupo dedicado a la exportación de Café en Centro América. 33


buenas condiciones de trabajo. Aunque el chance era pesado pero por

el tipo de trabajo, pero que ellos nos explotaran, eso sí no se dio, es más, se puede decir que al cerrar el beneficio no se vio afectada ninguna persona de los que trabajaron allí

porque César siempre mantuvo a toda la gente en sus terrenos, aunque haciendo cualquier otra cosa, pero no despidió a nadie y siempre les pagaba igual, como cuando estaba el Beneficio… el único afectado directamente por el fracaso del Beneficio fue César. Para tener otro punto de vista sobre estos acontecimientos, se recurrió a la versión de don Marcedonio Arada, propieta-

rio de un Beneficio en la aldea la Laguna

Fig. 8. Se observa la polea que recibía la fuerza del motor diésel que en su momento se localizaba debajo de la misma en el espacio que muestra la imagen. Foto, B. Hernández.

del mismo municipio. __La producción de café en Guatemala es de mucha importancia a nivel mundial pues es considerado uno

Además, se contó con la colaboración

de los mejores cafés del Globo, sin

de Rosalío Solares, quien trabajó en el

embargo, los precios son determina-

trapiche y el Beneficio. Desde su pers-

dos por el mercado mundial puesto

pectiva cuenta:

que el mayor productor de café en el

__Trabajar en los dos lugares fue

continente es Brasil, por tanto, si este

algo muy bueno, don Silvino y César

país puede surtir el mercado interna-

siempre se preocuparon por que a sus empleados no les faltara su sala-

8. Rosalío Solares, comunicación personal, 2016.

rio y porque en lo posible, tuvieran 34


cional, los precios en el país son

mientos estas dinámicas. Aunque cabe

bajos pues ya no hay demanda

enmarcar que en ningún momento se

para el producto, por el contrario,

observa que este autor analice y discuta

si el vecino del sur no alcanza a

la situación de clase social específica-

cubrir las solicitudes, el café de

mente, sin embargo, esto puede inferir-

nosotros vuelve a subir… otros

se desde la base de la diversidad del

beneficios han sido llevados a la

trabajo y del control de los medios de

quiebra por los préstamos que los

producción y subsistencia, y las relacio-

propietarios adquieren pero no

nes sociales que surgen a partir de esta

toman en consideración estas

dinámica con los vendedores de fuerza

fluctuaciones de los precios.9

de trabajo: De esta manera, trabajando los hom-

Análisis y comentarios finales

bres unos para otros, sus obras pri-

En esta aproximación se pueden apre-

vadas revisten, por esa sola razón,

ciar diferentes dinámicas sociales, sin

un carácter social; pero tales obras

embargo, se quiere hacer hincapié en

también tienen un carácter social por

dos en particular: la primera consiste en

su semejanza en concepto de traba-

las relaciones socioculturales que se van

jo humano en general, apareciendo

articulando, dependiendo de las configu-

la semejanza nada más que en el

raciones económicas de las dos indus-

cambio, es decir, en una relación so-

trias abordadas, fluctuaciones de precios

cial que los coloca frente a frente y

entre otros, y la segunda las consecuen-

en una base de equivalencia, a pe-

cias que éstas tienen en el cierre de los

sar de su diferencia natural (Marx,

citados centros de producción y su refle-

2010:9).

jo en la sociedad como en la conserva-

Para que el dueño del dinero en-

ción del patrimonio industrial.

cuentre fuerza de trabajo que com-

En el primero de los casos, es inevitable

prar, es preciso que el poseedor de

que Marx y Weber lleguen a la mente

ella, desprovisto de medios de sub-

para comprender desde sus plantea-

sistencia y producción que le permi-

tan satisfacer sus necesidades, vendiendo las mercancías que constitu-

9 Marcedonio Arada, comunicación personal, 2016 . 35


yen el producto de su trabajo, esté

cia, en tanto que tal componente esté

obligado a vender su fuerza de traba-

representado exclusivamente por in-

jo como mercancía por no tener otra

tereses lucrativos y de posesión de

que vender ni otro modo de que vivir

bienes en las condiciones determina-

(Ídem.).

das por el mercado (de bienes o tra-

Estos conceptos son fundamentales

bajo) (“situación de clase”) (Weber,

considerando las configuraciones que

2014:1117).

existen intra y extra muros de los benefi-

A partir de esto se puede considerar di-

cios de café y los trapiches, en conse-

cho componente al café por ser éste

cuencia, partiendo de la posición marxis-

producto el eje alrededor de donde giran

ta, puede comprenderse el fenómeno

estos interese lucrativos tanto con el tra-

laboral de estos complejos.

bajo como un bien de posesión, mercan-

En los casos en particular en que los

cía al igual que la fuerza de trabajo im-

productores de café venden su cosecha

plícita por diferentes esferas o clases

a Beneficios dominantes en la región,

dentro de la producción.

puede considerarse lo que Weber define

Este análisis se considera fundamental

como acción social, caracterizada por

pues comprendiendo estas relaciones

utilizar las expectativas generadas por el

de poder y clases, ya que con el ejerci-

comportamiento de las otras personas y

cio de la dominación puede generarse

de las cosas del mundo exterior como

las presiones necesarias para el cierre

un “medio” o como una “condición” para

de Beneficios más pequeños que no im-

los fines de uno mismo, fines predeter-

portando su tamaño, son competencia

minados y considerados racionalmente

para los productores mayores, por lo

como un resultado a conseguir (Weber,

que, al momento de colapsar un Benefi-

2010).

cio, se podrían garantizar ingresos ma-

Todo lo anterior lleva a pensar y tener

yores a los dominantes.

en consideración que las clases se dan

Consecuencia de lo anterior, las infraes-

cuando:

tructuras caen en desuso, y la misma

Es común a cierto número de hom-

necesidad de recuperar parte de las per-

bres un componente casual especifi-

didas, obliga a los propietarios de estos

co de sus probabilidades de existen-

caídos complejos a vender los restos, 36


desmantelando lo que en el pasado for-

datos aquí vertidos se constituyen en un

mó parte de la historia económica de la

primer paso (no por ello menos impor-

región y espacio de interacciones socia-

tante) al conocimiento de los procesos

les.

de industrialización de esta zona del

Estos abandonos y desmembraciones

oriente guatemalteco y a su historia en

son consecuencia de la perdida de la

general, la cual desde diferentes enfo-

memoria y el des interés por la conser-

ques es desconocida y la historia de la

vación de estos espacios por tanto, las

producción de caña y café no escapan a

nuevas generaciones muestran una total

esto.

indiferencia a los aspectos ligados a la

Como ejemplo de lo anterior puede

salvaguarda de su historia material.

mencionarse a una autora que suele to-

Lo anterior pudo ser inferido a partir de

marse como referente en los estudios de

la observación participante y entrevistas

estos contextos, Regina Wagner quien

con personas ajenas a estas infraestruc-

en sus dos famosas obras referentes a

turas, al cuestionarles sobre su conoci-

la historia del azúcar (2007) y el café en

miento de antiguos trapiches y benefi-

Guatemala (2001), hace referencia de

cios, era recurrente la actitud y expre-

manera icónica a la finca Cerro Redon-

sión de desconocimiento.

do, ubicada en lo que actualmente es el

Por el contrario, los emplazamientos que

municipio de Barberena, Santa Rosa y

al momento se encuentran en operacio-

no hace mención de ningún otro produc-

nes sí se encuentran presentes en la

tor de esta envergadura, lo que genera

mente, lo que hace pensar que al mo-

la duda si la misma Wagner los deja al

mento que uno de estos llegara al colap-

margen con alguna intención o simple-

so, correría con la misma suerte que los

mente no encontró en su momento refe-

demás, no solo en sentido material, tam-

rencias de más productores.

bién caerían al olvido y con ello la histo-

De manera general y para finalizar este

ria articulada a los procesos industriales.

trabajo, se hace la acotación de la im-

Todos estos son aspectos que con el

portancia de la aproximación antropoló-

tiempo se podrán aclarar a profundidad

gica hecha en el proceso de investiga-

ya que este trabajo es derivado de un

ción pues los objetivos no han sido ex-

corpus mayor de la región, por tanto, los

clusivamente el abordaje de la caña y el 37


café como sistemas productivos aisla-

Wagner, Regina

dos; éstos forman parte de un corpus

2001 Historia del Café de Guatemala,

más amplio, como un fenómeno en parti-

Benjamín Villegas & Asociados,

cular, el cual fue abordado por ser un

Bogotá, Colombia.

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38


REFLEXIONES EN TORNO A POBLACIÓN NEGRA EN LA CAPITAL DE LA NUEVA ESPAÑA América Malbrán Porto Durante las últimas tres décadas ha existido un considerable incremento de los trabajos arqueológicos relacionados con la llamada Arqueología Histórica, lo cual nos ha permitido ampliar nuestro universo de investigación, así como nuestros conocimientos sobre la vida cotidiana del periodo colonial y los siglos posteriores. Sin embargo existe un sector de la población que nos dejó un tipo de contexto poco trabajado arqueológicamente en la Ciudad de México, generalmente por el desconocimiento de los usos y tradiciones que los acompañaron hasta este lugar de la Nueva España, nos referimos a los contextos que dejó la población negra esclava, quienes, a escondidas de sus

amos, debieron mantener sus formas de vida, ritos, ceremonias y ofrendas a sus dioses como una manera de rebeldía, para recordar su lugar de origen y mantenerse como grupo social. Este conjunto de actividades están manifestadas a través de evidencias arqueológicas a las que hasta ahora, según los informes de campo, no se les ha prestado la debida atención, dada la magnificencia de las culturas prehispánica y la suntuosidad de la vida colonial, en este trabajo proponemos una visión de registro contextual enfocado a la presencia de población africana en contextos arqueológicos de tipo históricos en la Ciudad de México. Hasta hace unos años era extraño que se hablara de población negra en México y más raro aún que alguien se refiera a la presencia de habitantes negros en la Ciudad

de México, a tal grado que han sido prácticamente excluidos de la historia oficial ¿Quién recuerda haber leído en los textos de historia de la primaria o la secundaria que a partir del momento mismo de la conquista de México Tenochtitlan ya había población negra? ¿Y que en algunos casos llegaron a ser aceptados como vecinos de la ciudad? (Motta Sánchez, 1997:6). Como se puede apreciar en el Códice Azcatitla don-

1. Profesora del Colegio de Estudios Latinoamericanos, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. 39


de se observa un personaje de color en-

senta una interrogante mayor ¿Por qué

tre los soldados de Cortés, es probable

no encontramos nada que nos remita a

que este esclavo perteneciera a Hernán

esa población? ¿Acaso no poseían una

Cortés pues conduce al único caballo

cultura material que pueda ser recupera-

que aparece en la pintura, que podemos

da a través del registro arqueológico?

suponer es del conquistador (Fig. 1).

¿O quizás lo que sucede es que nos he-

¿Quién recuerda que en la espléndida

mos dejado llevar por el esplendor de

“Ciudad de los Palacios”, cada familia

las culturas prehispánicas y la suntuosi-

rica tenía esclavos negros a su servicio,

dad de la vida colonial olvidando el ter-

que les eran más preciados que los indí-

cer elemento de nuestro mestizaje? ¿Se

genas, ya que estos últimos no les cos-

trata acaso de un olvido intencional y

taban dinero? Sin embargo se nos pre-

sistemático?

Fig. 1. Códice Azcatitla donde se observa un personaje de color vistiendo sombrero, jubón y pantalón amarillo y medias rojas, entre los soldados de Cortés, lám. 23, Códice Azcatitlan, 1501-1600. 40


Si bien es cierto que la población africa-

traordinaria colección en México, donde

na en México no alcanzó las elevadas

se representan en primer lugar a los gru-

cifras del Caribe o Brasil, sabemos que

pos español, indígena y africano, enton-

hubo esclavos de color desde el mo-

ces ¿Cómo es que los hemos pasado

mento de la Conquista y que en algunos

por alto si nos miran desde ahí? (Fig. 2).

casos se los envió a las costas donde

De acuerdo con Aguirre Beltrán “esta

fueron utilizados como mano de obra

población decreció al advenimiento del

especializada en los ingenios azucare-

híbrido libre que hizo incosteable la

ros o en Tierra Adentro donde se los uti-

mano de obra esclavista desaparecien-

lizó en la explotación de las minas; su

do, por mestizaje, en el correr de la eta-

número creció cuando el imperialismo

pa

español estructuró la explotación de la

1989:7).

Colonia a base de una sociedad dividida

Es durante el siglo XVI que la extracción

en castas, definidas por su color de piel,

de hombres del continente africano se

no olvidemos los maravillosos cuadros

incrementa, debido a la gran demanda

de Castas, de los cuales existe una ex-

que generó la necesidad de obtener

independiente”

(Aguirre

Beltrán,

Fig. 2. De español y negra, produce mulato. José de Páez 1750-1790. Colección particular. Tomado de García Saiz, 1989. 41


mano de obra para trabajar las nuevas

mejor de todos los mercados coloniales

tierras conquistadas en América. Debido

de

a esto, se tuvo que regular el tráfico de

1976:76-77), precisamente debido a es-

esclavos provenientes del Sur de África,

to es que existe hoy en día una gran po-

específicamente de Senegal y Nueva

blación de descendientes africanos en

Guinea. Para ello la Corona española

toda la región del Golfo. Es también en

implementó diferentes medidas que re-

esta zona que, hacia 1609, un esclavo

glamentaban el tráfico, entre las cuáles

negro llamado Gaspar Yanga se escapó

se encuentra la Casa de Contratación,

hacia las montañas veracruzanas dando

fundada en 1503 en Sevilla, lugar que

origen a uno de los primeros palenques

fungía como único puerto para el inter-

o pueblos cimarrones de México, aspec-

cambio de mercancías que venían de

tos de esta historia nos ha dejado nove-

África y que se dirigían hacia América

lados Vicente Riva Palacios, en El Libro

(Feria y Malbrán Porto, 2010).

Rojo.

mercancía

humana”

(Faulhaber,

Según Vila Vilar, la trata de esclavos se

Aquella extraña tropa estaría com-

dividía en dos partes: la primera corres-

puesta de más de cien hombres, y á

pondía a la importación de negros desde

su cabeza, con todo el aire de un ge-

África al continente Americano y la se-

neral en jefe, caminaba un negro al-

gunda parte se relacionaba con su distri-

to, fornido, de abultadas y toscas

bución dentro de todo el nuevo continen-

facciones, que vestía con alguna

te (Vila Vilar, 1977:18-25).

más propiedad que los otros, y que

El puerto de Veracruz fue la entrada de

estaba también mejor armado, pues

este comercio esclavista, que se inició

mostraba una luciente coraza de

durante el siglo XVI, aquí se establecie-

acero, ceñía un largo estoque y em-

ron los primeros “asientos”, barracones

puñaba una buena escopeta.

en

la

Trepando por aquellas escabrozas

“mercancía” hasta el momento de ser

veredas y atravesando angostos y

vendidos y desde este punto se distri-

peligrosos desfiladeros, llegó por fin

buían las llamadas “piezas de indias” al

la tropa á una espaciosa meseta que

resto de la Nueva España; “México

coronaba una de las más elevadas

constituyó uno de los mejores, sino el

serranías.

los

cuales

se

almacenaba

42


Allí estaba situado un campamento de negros, era el cuartel general de

todos los esclavos que habían huido de la crueldad de sus amos buscando la libertad que iban á defender con las armas y á costa de sus vidas (Riva Palacios, 1905:356-357).

Hoy en día es posible ver la estatua que se erigió en honor de este esclavo en el Municipio veracruzano que lleva su nombre y cuyo escudo representa a este personaje, y hasta se llegó a celebrar, en Veracruz el “Festival anual de Yanga” para recordar su lucha por la libertad (Fig. 3). Ya establecidos en la Nueva España, los africanos y sus descendientes, fueron un

Fig. 3. Estatua de Yanga en la localidad del mismo nombre, en Veracruz. Foto, América Malbrán Porto, 2009.

elemento de importancia en el surgi-

miento de la naciente sociedad colonial, al mismo tiempo que ésta iba modificando la cultura de la población esclava,

cualquier rastro de su vida anterior.

tanto indígena como africana. Los ne-

Para justificar los terribles sufrimientos

gros en la América esclavista no pudie-

de la vida esclava, la ley española insis-

ron reconstruir las culturas africanas de

tía en que los negros fueran bautizados

las que procedían ya que eran conside-

en la fe católica como una condición pa-

radas bárbaras y primitivas, y sus for-

ra su entrada legal a las Indias. Los ju-

mas religiosas demoníacas y heréticas.

ristas españoles y portugueses argüían

Los españoles trajeron a los africanos

que la vida de esclavitud era un peque-

no sólo dentro de un modo de produc-

ño precio a pagar por la oportunidad de

ción sino también como parte de su mo-

la vida eterna junto a Cristo (Murphy,

do de vida, intentando eliminar de tajo

1988:27). Un ejemplo de ello nos lo pro43


porciona el jesuita Antonio Vieira en su

más privilegiada que los indígenas.

decimocuarto sermón en el que justifica

Antonio Rubial nos habla de estos privi-

la esclavitud haciendo una analogía con

legios que les fueron otorgados teniendo

el sufrimiento de Cristo en la cruz y las

la oportunidad de fungir como:

bondades de la evangelización:

“…capataces, artesanos o trabajado-

Así, comenzando por las obligacio-

res domésticos, los esclavos disfruta-

nes derivadas de vuestro nuevo y

ban de libertades e incluso del dere-

tan alto nacimiento, la primera y ma-

cho de quejarse a las autoridades por

yor de todas es que debéis dar infini-

malos tratos. Por medio del ahorro o

tas gracias a Dios por haber tenido

gracias al testamento de un amo dadi-

conocimiento de vos y por haber si-

voso, muchos fueron liberados y pro-

do tomados de vuestras tierras, don-

curaron asimilarse al resto de la po-

de vivieron vuestros padres y vos

blación” (Rubial, 1994:70).

como gentiles, y haberos traído a

Debido al rápido crecimiento de la ciu-

esta, donde, instruido en la Fe, vivís

dad dentro de los ámbitos económico,

2

político y social, se introdujo una canti-

como cristianos y os salvasteis (Vieira, 1954:24).

dad considerable de negros para que

Podemos pensar que los esclavos afri-

desempeñaran diversas actividades co-

canos y asiáticos se encontraba en peo-

mo cocheros, zapateros, tejedores, pa-

res condiciones que los indios, ya que

naderos, herreros, lavanderos, capata-

llegaron a América en calidad de mer-

ces, cargadores, carpinteros, cantores,

cancía, sin embargo esto significaba un

músicos, mayordomos, criados, cocine-

alto costo de adquisición, por lo cual

ros, sastres y como acompañantes

dentro de la ciudad vivieron de manera

(Mondragón, 1999:51) este aspecto lo podemos encontrar plasmado en los cuadros costumbristas de la época o

2 Traducción de la autora. En el original: “Começando pois pelas obrigações que nascem do vosso novo e tão alto nascimento, a primeira e maior de todas é que deveis dar infinitas graças a Deus por vos ter dado conhecimento de si e por vos ter tirado de vossas terras, onde vossos pais e vós vivíeis como gentios, e vos ter trazido a esta, onde, instruídos na Fé, vivais como cristãos e vos salvéis” (Vieira, 1954:24).

bien en algunos biombos (Fig. 4). Los esclavos, incluso llegaron a participar en la construcción de obras impor-

tantes, como la catedral de la Nueva España, hecho que se puede corroborar 44


gracias a la Real Cédula en la que se le

una parte de su cultura. Aunque en Mé-

dio licencia a fray Juan de Zumárraga,

xico esta presencia es mínima existen

obispo de México:

un sin número de vestigios culturales

…para que de estos reinos le pueda

que se relacionan con la cultura africana

llevar a la Nueva España, Antón Gó-

en la Nueva España, “todavía persisten

mez, clérigo, tres esclavos negros,

en el país elementos culturales transmi-

oficiales aserradores, para que en-

tidos por los primeros portadores negros

tiendan en la obra de la iglesia cate-

inmigrados a México, y es posible identi-

dral de dicho obispado y una esclava

ficar estos elementos al observar que se

negra para servirle en su casa, libres

carga un niño sobre la cadera o el de

de todos derechos… (Archivo Gene-

cargar pesos sobre la cabeza (Fig. 5).

ral de Indias, 1538).

También es demostrable la asignación

Los esclavos negros, en el Nuevo Mun-

de un origen africano al tipo de casa-

do, no hicieron otra cosa que sincretizar

habitación llamada redondo, que toma-

su religión y cosmovisión con la religión

ron en préstamo los grupos indígenas

impuesta por el nuevo orden, para salvar

amuzgo, mixteca y trique” (Aguirre Bel-

Fig. 4. De Lobo, y Negra, nace China. Ignacio de Castro. Tomado de García Saiz, 1989. 45


Fig. 5. Mujeres africanas llevando el peso sobre la cabeza. Mujeres Cabocles, lavanderas en la villa de Río de Janeiro. Lámina 22. Debret, 1876.

trán, 1989:12).

tando asignados a los hombres las fun-

“A diferencia del indígena, que rein-

ciones de cocineros, caballerizos y ma-

terpretando sus viejos patrones abo-

yordomos.

rígenes dentro de los moldes de la

Por otro lado a las jóvenes se les fijaban

cultura occidental, logró reconstruir

actividades relacionadas con la limpieza,

una nueva cultura indígena, el negro

mientras que las mujeres de edad avan-

sólo pudo, en los casos en que al-

zada fungían como amas de llaves,

canzó un mayor aislamiento, conser-

amas de cría o cocineras. Los esclavos

var algunos rasgos y complejos cul-

niños tenían una función de ornato y

turales africanos…” (Aguirre Beltrán,

constituían una especie de mascotas

1989:10).

(Fig. 6). Esta serie de actividades de

Relacionando a los negros con los traba-

servicio que realizaban los esclavos ne-

jos domésticos, éstos contaban con me-

gros se encuentra presente aún en la

jores condiciones de vida que muchos

casa del virrey, en donde contaba con

de los indígenas, aunque dentro de la

más o menos sesenta sirvientes y escla-

casa existían jerarquías entre ellos, es-

vos a su servicio así como el de sus invi46


Fig. 6. Señor con su esclavo. Biombo con escenas de la Plaza Mayor de México. Siglo XVII. Museo de América, Madrid.

tados y huéspedes (Ainton en Mondra-

ción del Concilio Provincial Mexicano de

gón, 1999). Sabemos que el Duque de

1555 de asistir a este tipo de ceremo-

Albuquerque trajo a la Nueva España

nias religiosas.

por lo menos tres esclavas negras para

…y todos los españoles no permita,

su servicio (Archivo General de Indias.

que los negros, y pajes, que traen

1653, E.1123, ES.41091).

configo ala yglesia, se queden fuera

Por otro lado Aguirre Beltrán (1994:57-

haziendo ruydo: antes les manden

59) nos dice que los negros adultos, co-

entren en las yglefias, y eften en

mo un elemento de prestigio, escoltaban

ellas alos diuinos officios, con toda

a sus amos en diversas procesiones y

reuerencía y filencio, y mandamos

que también los acompañaban a la igle-

alos alguaziles, recojan alos tales

sia, ya que se contaba con la autoriza-

dentro delas yglefias haziéndoles 47


callar,y que eften con toda reueren-

algunas de las casas de elite de la

cía, y oygan la missa y el fermon

Nueva España, además de que se co-

quando lo ouiere (Concilio Provin-

noce que a partir de 1545 en adelante,

cial, 1561: XIIv.).

existió un número mayor de contratos

De igual manera los infantes de color se

de compra-venta de esclavos (Zavala,

encargaban de llevar la alfombra o cojín

1988:27).

donde su ama se arrodillaba en el tem-

Esta opulencia y abundancia de escla-

plo (Fig. 7), además de cargar el libro de

vos, sin duda escandalizó al viajero do-

misa y el abanico llegando a ser, en al-

minico Thomas Gage y, sobre todo, de-

gunos casos hasta 5 pajes.

bió causarle gran impresión, de modo

Doris Ladd (1991:34) menciona que lle-

tal que nos dejó una detallada descrip-

garon a requerir de 10 a 20 criados en

ción de la actitud de los señores de la

Fig. 7. Los esclavos, y sobre todo siendo niños, acompañaban a sus amas al templo, eran los encargados de llevar la alfombra o cojín donde la señora se arrodillaba ya que hasta entrado el siglo XVIII, en muchas partes de Latinoamérica no se usaban los bancos. A) La porteña en el templo o La porteña en la iglesia o Retrato de Rosa Lastra, Raymond Auguste Monvoisin, 1842. Óleo sobre tela, Colección Bonifacio del Carril, Buenos Aires. B) Interior de la catedral de Buenos Aires, litografía, Juan León Palliere, Museo Histórico Nacional, Buenos Aires, Argentina. 48


Nueva España al pasear con sus escla-

a contar con los servicios de negros

vos:

(Ladd, óp. cit.:27).

Los caballeros llevan su séquito de

Se tienen datos de que en 1560 la po-

esclavos (paseando por la Alameda)

blación mestiza era de casi 2,000 perso-

para que los atiendan, quién una

nas de los cuales 1,000 eran negros y

docena y quién media, con elegan-

mulatos (Mijares, 1993, en Mondragón,

tes libreas cargadas de encajes de

óp. cit.:49), diez años después, 1570, el

oro y plata, con medias de seda en

virreinato contaba con 20,569 individuos

sus piernas negras, rosas en los

pertenecientes a la población negra, re-

pies y espada a un lado. Las damas

sidiendo en la Ciudad de México 11,736

también llevan, andando junto al co-

(Mondragón, óp. cit.:49).

che, su acompañamiento de damiselas color carbón, similares a las

Los esclavos en los espacios priva-

que he descrito antes en el atavío,

dos

que con sus alardes y sus mantillas

En toda América Latina la casa colonial

blancas parecen, como se dice en

posee una distribución característica, los

español, “moscas en leche” (Gage,

amos habitaban en la parte del frente

2002:158).

mientras que los servicios y dependen-

Además de realizar las actividades men-

cias se encontraban en la parte poste-

cionadas en espacios domésticos, se

rior, era este el espacio propio de los

sabe que gran cantidad de monjas po-

indígenas y los negros esclavos, este es

seían esclavas en los conventos, a pe-

el ámbito que nos interesa, ya que aquí

sar de que solo se les permitía tener una

es donde se desarrollan las actividades

sola de ellas, estando especificando

de los esclavos negros y donde pudie-

dentro de las ordenanzas de cada con-

ron llegar a realizar sus breves rituales,

vento. Existen datos de que el número

debemos suponer que en ausencia de

excedía por mucho esta orden, realizan-

los amos o en momentos oportunos co-

do actividades domésticas y participan-

mo la noche; por supuesto existen ritua-

do como ayuda en algunas actividades

les de cierta complejidad que debieron

religiosas de sus amas, como la flagela-

ser realizado en sitios fuera del alcance

ción. Algunos clérigos también llegaron

del blanco, en la espesura del bosque, 49


en los cerros o en otros espacios como

ligiones son, ante todo, animistas, donde

los palenques donde se refugiaban los

los elementos de la naturaleza poseen

negros cimarrones, en las regiones de la

una carga divina, por lo mismo cualquier

Costa Chica de Guerrero y Oaxaca o

espacio puede ser adaptado para la rea-

Veracruz.

lización de ceremonias, la mayoría de

Las religiones africanas, que vinieron

las cuales implican toques de tambores,

con estos grupos, poseen rituales com-

danzas o bembés, la preparación y con-

plejos en los que se utilizan elementos

sumo de alimentos rituales y sacrificio

que parecieran ser simples. En estas

de ciertos animales. De la misma mane-

concepciones se pueden identificar va-

ra en que en la fe Católica a los santos

rios aspectos comunes como creer en

se les dejan velas, en las religiones afri-

espíritus naturales, el culto a los antepa-

canas se les ofrendan alimentos que se

sados y a los Orishas, deidades que

depositan en jícaras o vasijas de corteza

posteriormente fueron llamadas Santos

de calabaza. Aguardiente, tabaco, pipas,

por el influjo católico, sobre todo en la

collares de colores que tienen relación

región del Caribe; así como prácticas

directa con los atributos del Orisha, ju-

mágicas y la interpretación del Ifá, los

guetes, etc. todos ellos elementos que

cocos y los caracoles, especies de

pueden resultar cotidianos. Por otro la-

oráculos a los que se consulta para

do, en la interpretación de los oráculos

comprender las causas de lo que nos

se utilizan cáscaras secas de coco cor-

ocurre y saber si los dioses están con-

tadas a manera de pequeñas “fichas”,

tentos o no. “La religión estaba vincula-

caracolillos o fragmentos de hueso y en

da al concepto de familia, que engloba

el caso de la lectura del Ifá, este consis-

tanto a vivos como a muertos surgidos

te en una tabla redonda con uno de sus

de un ancestro común. A estos antepa-

bordes labrado, en la superficie tiene

sados se les atribuía el control sobre de-

cuatro puntos marcados en sus extre-

terminadas fuerzas naturales y funda-

mos que representan las cuatro esqui-

mentalmente el conocimiento de las pro-

nas del mundo (Íbid.:13).

piedades de la plantas, que representan

Todas estas prácticas llevaron, durante

la única medicina” (Caunedo, 1984:8).

la época colonial, a que al ser descu-

Debemos tomar en cuenta que estas re-

biertas se las relacionara de inmediato

ligio 50


con “obras demoníacas” y por lo mismo

los negros e de sus amos por que

existe una gran cantidad de actas y do-

proueyendose e castigandose lo su-

cumentos inquisitoriales, en toda Améri-

so dicho zesara todo daño e yn-

ca Latina donde se acusa y juzga a los

conbeniente que podria suceder so-

esclavos negros de “Brujería”. De ahí

bre ello (Acta del 15 de septiembre

que estos rituales se desarrollaran en

de 1544, Espinoza de los Monteros,

secreto, en muchos casos tenemos noti-

1862:63).

cia de que los indígenas llegaron a apo-

Los estudios sobre población afro-ame-

yar y esconder las actividades de los ne-

ricana han cobrado impulso durante los

gros, por lo cual no debe sorprendernos

últimos años en toda Latinoamérica y tal

que no los denunciaran. Probablemente

vez no sería erróneo comenzar a reali-

esto se debiera a que ellos mismos, al

zar comparaciones con otras partes del

estar sometidos, por los conquistadores

Continente para tener un punto de parti-

españoles, comprendían la terrible vida

da concreto. Esto mismo se ha hecho en

que llevaban los esclavos negros por lo

Argentina donde el uso de analogías

mismo, en varias ocasiones el Cabildo

con Estados Unidos, Brasil y el resto del

de la ciudad de México acordó, “que se

Caribe han servido para iniciar la investi-

evite el que algunos negros que se han

gación en el tema (Schávelzón, 1999a,

ido de sus amos, los indios los encubran

1999b). En las excavaciones realizadas

y ayuden, para evitar mayores ma-

en la Ciudad de Buenos Aires, por el Dr.

les” (Acta del 15 de septiembre de 1544,

Daniel Schávelzón y su equipo, particu-

O´Gorman, 1979).

larmente en la “Casa Ezcurra” ubicada

Otro si dixeron questa cibdad esta

ésta en pleno centro de la ciudad colo-

informada que algunos negros se an

nial, se han encontrado gran cantidad de

hido de sus amos e andan alzados

elementos que en un principio nos resul-

entre los yndios los cuales los encu-

taban fuera de contexto o aislados y cu-

bren e dan de comer y por que desto

ya interpretación inicial fue errónea, mu-

y no se prouer en se tomen poder an

chos de los cuales fueron incluidos den-

de suzeder otros mayores inconbe-

tro de los grupos de miscelánea (Schá-

nientes y tomarse esta en que su se-

velzon y Malbrán 1998). “Lo que primero

ñoria mande asy con efeto a costa de

sirvió de disparador del tema fueron las 51


pipas de formas u ornamentos africanos,

La resistencia al blanco se dio de forma

o de tradición africana; más tarde surgie-

diferente que las maneras violentas de

ron las piedras adivinatorias, los basto-

otras regiones; aquí se hizo silenciosa-

nes serpentiformes, cerámicas de uso

mente, manteniendo las tradiciones al

cotidiano, en especial para cocinar si-

cocinar, hacer cerámicas para su propia

guiendo patrones africanos, esculturas,

vajilla, al dibujar sus símbolos mágicos

muñecos de vudú, instrumentos de corte

en las bases de los recipientes para sus

hechos en vidrio y hueso incluso en el

propias medicinas, en su manera de fu-

siglo XIX, marcas de propiedad y cos-

mar, en el sarcasmo y en el idioma usa-

mogramas mágicos en las bases de pla-

do en los bailes frente al blanco (Ídem.).

tos, en pipas y ollas, entierros rituales,

Es llamativa la ausencia de este tipo de

collares y un largo conjunto de objetos

cultura material en los contextos urba-

típicos de la cultura de la diáspora afri-

nos de la Ciudad de México, probable-

cana en América. Y por supuesto lo

mente se deba a que al no prever la pre-

mestizado, con lo indígena en la cerámi-

sencia africana, como un elemento de la

ca y con lo blanco, incluso en casas en

cotidianeidad en la ciudad colonial, di-

que población Afro usó lozas y porcela-

chos contextos se pasan por alto, son

nas aunque dejando su impronta en una

obviados, ignorados, desconocidos por

selección peculiar de objetos, decoracio-

lo que consideramos importante que re-

nes y formas de uso” (Schávelzón,

flexionemos en la necesidad de trabajar

1999a) (Fig. 7).

con cuidado los espacios susceptibles

Fig. 7. Objetos de origen africano hallados en diversas excavaciones en la Ciudad de Buenos Aires, tomadas de Schávelzon, 2003. 52


de encontrar algunas de las evidencias

1653 Catálogo de Pasajeros a Indias,

ya mencionadas en los espacios comu-

Volumen XII, E.1121, ES.41091,

nes a los esclavos, como pueden ser las

Contratación, 5539, L.5, F.372v.

áreas de servicio, los traspatios, cuartos de herrajes, área de lavado, talleres, co-

1653 Catálogo de Pasajeros a Indias,

cinas, panaderías, cuarto de amasijo,

Volumen XII, E.1123, ES.41091,

bodegas, patios de horno, galerías, cu-

Contratación, 5539, L.5, F.372v.

bos de escaleras, entrepisos, baños y lavaderos, entre tantos otros espacios

Caunedo, Silvia

en donde posiblemente se hayan desa-

1984 “Sincretismo y religiosidad en la

rrollado las actividades relacionadas con

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ÁLBUM FOTOGRÁFICO DE UNAS PINTURAS A LA ENTRADA DEL CAÑÓN DEL SUMIDERO, CHIAPAS Enrique Méndez Torres1 El río Grijalva nace en las montañas de los Cuchumatanes, República de Guatemala, atraviesa la Depresión Central del estado de Chiapas en la República Méxicana de suroeste a noroeste hasta llegar a las Montañas del Norte y atravesar esta formación caliza que surgió en la era Cenozoica a través de casi 10 kilómetros de lo que se conoce como Cañón El Sumidero, y tras recorrer más de 700 kilómetros desemboca en el Golfo de México. Antes de internarse en el cañón pasaba por la antigua capital Chiapaneca y antes de eso ciudad zoque, la actual Chiapa de Corzo (Orozco, 2003). El cañón debe su nombre a la creencia de que existía un sumidero, adelante del sitio

arqueológico homónimo existían unos saltos y el estruendo daba a pensar de la existencia de un sumidero, donde las aguas del río se iban, pero era parte de una leyenda, del mismo modo de lo que sucedió al momento de la conquista de los chiapanecas,

Fig. 1. Vista de la entrada al cañón El Sumidero desde el puente Belisario Domínguez. Foto, EMT, 2011. 1. Investigador del Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. vengati@hotmail.com 57


que se refugiaron en el sitio arqueológi-

región Frontera Sur, a cargo de la Direc-

co y que al llegar los españoles escala-

ción de Parques Nacionales de Chiapas

ron las cercanas paredes y cometieron

(Diario Oficial, 1980). Abarca práctica-

suicidio antes de ser conquistados (Lee,

mente desde el puente Belisario Domín-

1996).

guez, resguardando no solo flora, fauna

En 1974 se comienza a construir la pre-

sino varios sitios arqueológicos, tanto

sa hidroeléctrica Belisario Domínguez,

con basamentos o como simples abri-

haciéndose trabajos de Salvamento Ar-

gos, alerones o rocas con pinturas ru-

queológico por parte del Instituto Nacio-

pestres de época prehispánica.

nal de Antropología e Historia, registrán-

El Sumidero fue un espacio de culto pa-

dose varios sitios de tipo ceremonial,

ra zoques y chiapanecos prehispánicos,

principalmente, y habitacionales. Se re-

donde celebraban a sus dioses en cue-

gistran 54 cavidades y muy pocas de

vas (Aramoni, 1992), un lugar sagrado al

ellas contaban con vestigios arqueológi-

cual solo poca gente ingresaba. En sus

cos, entre cerámica, lítica y pintura ru-

paredes se han encontrado materiales

pestre. Al terminarse la cortina de la pre-

líticos, cerámicos y gráfico-rupestres

sa en 1979 y comenzarse a inundar su

que no fueron registrados en el Salva-

vaso de captación y el nivel del río sube

mento, hecho que nos viene a llamar la

considerablemente haciéndolo transita-

atención, pues aún este espacio sigue

ble en lancha en menos de una hora,

cumpliendo con su original función, la de

donde se puede apreciar la majestuosi-

resguardar en un lugar especial sus cos-

dad de sus paredes de hasta 500 metros

tumbres y creencias bajo la protección

de altitud (Martínez y Navarrete ,1978).

de sus deidades.

El actual Parque Nacional Cañón del Su-

Lo que me parece más significativo es el

midero posee un decreto expropiatorio

hecho de que en la actualidad dicho uso

del 8 de diciembre de 1980, con una su-

sacro se sigue apreciando a través de

perficie de 21,789 ha. Abarca parte de

ofrendas que se hacen, como el ofreci-

los municipios de Tuxtla Gutiérrez, Chia-

miento de cigarros de hojas de tabaco,

pa de Corzo, Osumacinta, San Fernan-

que se consiguen en el mercado de

do y Soyalo; forma parte de la Comisión

Tuxtla Gutiérrez, y de veladoras.

Nacional de Áreas Naturales Protegidas, 58


Fig. 2. Vista desde la lancha el basamento principal del sitio arqueológico El Sumidero a través de los árboles. Foto, EMT, 2007.

Fig. 3. Vista del sitio El Sumidero después de su mantenimiento menor en el 2002. Foto, EMT, 2002. 59


Fig. 4. Llegando en lancha a la caseta de la CONAMP. Foto, EMT, 2008.

Fig. 5. Vista de las paredes del caùón desde uno de sus miradores. Foto, EMT, 2011. 60


Fig. 6. Señora lavando ropa y niños chapoteando antes del puente a la entrada del cañón. Foto, EMT, 2007.

Fig. 7. Estratos horizontales interrumpidos por la cimentación del puente Belisario Domínguez. Foto, EMT, 2007. 61


Fig. 8. Vista frontal en picada de un agrietamiento vertical, derrumbe parcial y exfoliaci贸n de una secci贸n de la pared del conjunto 4. Foto, EMT, 2009.

Fig. 9. Vista lateral del agrietamiento vertical soportando el conjunto 4 y la ampliaci贸n natural de un balc贸n. Foto, EMT, 2011. 62


Fig. 10. Vista particular de una sección del conjunto 5, nótese el extraplomo de la pared. Foto, EMT, 2009.

Fig. 11. Vista general de la pared extraplomada donde se ubican la mayoría de los conjuntos pictóricos. Foto, EMT, 2009. 63


Fig. 12. Espacio donde han colocado veladoras en la entrada del cañón. Foto, EMT, 2007.

Fig. 13. Cigarro de hojas de tabaco en una pared a la entrada del cañón. Foto, EMT, 2007. 64


Zoque y chiapas

terreno para no agotar la tierra, bajo

Los zoques no fueron un grupo aislado

su sombra y alrededor de su cuerpo

de sus vecinos, mames, olmecas y ma-

los recibía como el fundador de esa

yas, se asentaron en lo que hoy es la

nación, para que continuaran sus

ciudad de Chiapa de Corzo para el 1150

tradiciones. Los somiques eran afa-

a.C. (Bachand, 2013:18) y el intercambio

nosos, para obtener sus alimentos,

cultural debió de haber circulado en to-

y celosos del secreto de su princi-

dos los sentidos, que tomó o aportó es

pio, que conservaban en un Kopac-

difícil de explicar, sin embargo, al igual

mooyí – nak (cáscara para guardar

que sus vecinos fueron politeístas, tuvie-

los pensamientos), y que pasaba

ron un urbanismo y manejaron los cono-

en custodia el hombre principal

cimientos arquitectónicos, astronómicos,

cuando recibía la responsabilidad

hubo intercambio comercial con otros

dentro de la profundidad de la Kot-

pueblos a corta y larga distancia, fueron

su – koa – tsayukí – jucotó, que es

productores de una cerámica negra con

la “cueva de la piedra negra que da

bordes blancos característica de su cul-

lumbre”, después de pasar el kupak

tura y también fueron lapidarios, aunque

– no, que es el agua que da al pe-

se tienen pocos ejemplos de estos últi-

cho; por ese camino seguían las

mos.

luces apagadas de los muertos, pa-

Para los zoques de los valles, la ceiba y

ra obtener la limpieza de las man-

las cuevas fueron un lugar de importan-

chas adquiridas durante la vida, y

cia, y dentro de sus creencias se mane-

volver a participar de su pueblo, pe-

jaba que este grupo procedía de una

netrando por las profundas raíces y

cueva:

ascendiendo por el tronco y las ra-

Respetaban y tenían en gran apre-

mas, hasta el follaje y las inconta-

cio a un gran árbol, la Ceiba, quien

bles flores algodonosas de la gran

les aconsejada, alumbraba, alimen-

pochota (Pavia, 1986:148-150).

taba y les enseñaba que unidos po-

Y se asentaron a un costado del Sabi-

drían sobrevivir. La Ceiba les indi-

nal:

caba cuando no sembrar en un te-

Era tradición entre los antiguos zo-

65


ques, oír hablar al Kopak – jayá

de vasijas, unas conteniendo diversos ma-

(hombre principal), o a los Tzamu –

teriales, perecederos y no perecederos, en

jayapá (hombres viejos), relatar co-

pocas ocasiones objetos de adorno perso-

sas de su pasado, de tiempos antes

nal, entre otras cosas. También las empleó

de que los Popo – jayapá (hombres

para depositar a familiares, gentes impor-

blancos) les quitaran su voluntad y

tantes, de alto rango o prestigio social

esfuerzo, al igual que sus tradicio-

acompañado de un ajuar funerario, entre

nes y costumbres, sus alimentos y

otros interesantes objetos que se han lo-

animales; cuando se habían agru-

grado recuperar y documentar.

pado a la orilla del Quisimbac (arro-

Para el 900 d.C. ven su espacio arrebata-

yo Sabinal), porque todos los Soqui

do por un grupo cultural diferente en cos-

habían salido de la agua limpia que

tumbres, habla y fisonomía, los chiapa,

brota de la cueva (kotsekoa – na),

que les quitan las tierras fértiles del valle

se habían convertido en jayapá

del Grijalva y apropiándose del sitio de

(hombres) y yommopá (mujeres);

Chiapa de Corzo.

pero los tyoytyoy – soquí (caracol

Es probable que también otros espacios

de río chico), habían sido destina-

geográficos hayan quedado divididos, co-

dos para darles alimento y energía.

mo las paredes del cañón y unas partes de

Es por eso que eran conocidos co-

las paredes de la meseta de Copoya. En la

mo SOQUI (Pavia, 1986:236).

parte superior de esta meseta se quedaron

Si el mito de origen refiere que los zo-

grupos zoques ocupándola y usando sus

ques provienen de una cueva, es de es-

espacios sagrados (Lee, comunicación

perarse que buena parte de sus rituales

personal).

hayan estado vinculados a este elemen-

Por desgracia después de la Conquista

to paisajístico de su entorno.

española en el actual estado chiapaneca,

Una de las razones por la que los zo-

1523 d.C., estos espacios, aunque siguie-

ques visitaron las cuevas que hay en su

ron funcionando como lugares sacros tam-

entorno geográfico fue con fines rituales,

bién fueron visitados por personas con

y cuando lo hicieron, dejaron dentro de

otras creencias ideológicas y han tocado,

ellas algunas formas y tamaños variados

movido y extraído cosas. Algunos espacios

66


resultan más accesibles que otros pero

ese entonces ya había cámaras digitales

desde finales del siglo pasado activida-

con respaldo de disket de 3.5, la cual

des de los llamados deportes extremos

use en el 2002 prestada por el centro de

2

como escalísmo y espeleísmo llegaron

trabajo. También usaba cámaras réflex

a otros espacios que poca gente visita-

con rollos de 32 exposiciones, sobretodo

ba, pero sabía que existían, unos sa-

por el juego de óptica que tenía, pues usa-

quearon antes de la llegada de arqueó-

ba una Miranda Sensorex II y después una

logos privándonos de algunos contextos.

Nikon D50 con telefoto, bastante ligera a comparación con la anterior; el DStrech

Las pinturas

aún no se inventaba. En esas paredes

En 2003 el grupo de escaladores chia-

aprendí a distinguir entre los trazos con

panecos, Grupo ESCALA, con quien

pintura contra los estratos férreos que a

aprendí las técnicas, me reportaron la

veces resultan engañosos. Algunas pintu-

presencia de una pintura cerca del lugar

ras dejan una delgada capa, pero aun así

donde fuimos a practicar en el cañón El

hay algunos tintes que están más diluidos

Sumidero, la cual es su logotipo, repre-

que otros y a veces la capa es impercepti-

senta una imagen de Tlaloc. Se exploró

ble, pero si el trazo, y en algunas ocasio-

el lugar y se encontraron asociadas más

nes hay que tratar de distinguir los trazos,

pinturas, en el recorrido de salida se en-

ya sean curvos o rectos, otras veces hay

contró otro panel con más pinturas. Para

que valorar una mancha y a veces es ne-

entonces no tenía el ojo educado para

cesario alejarse un poco para poder distin-

distinguirlas y sabía poco del tema.

guir una imagen al negativo, que la mayo-

Regresé otro par de ocasiones desde

ría de las veces puede tratarse de una

temprano y comencé a buscar pinturas y

mano o una gran mancha producto del es-

apreciar con detenimiento las paredes y

cupido sencillo o repetitivo.

a ubicar los conjuntos pictóricos. Para

Estas pinturas están en paredes extraplomadas, de alguna manera protegidas de la sedimentación del polvo, no así de los rayos solares matutinos, la lluvia y mucho

2 Términos para designar dichas actividades sin fines recreativos, deportivos ni científicos y que tienen la intención de ubicar sitios con las técnicas propias para saquear piezas arqueológicas.

menos de los temblores que han llegado a

67


las paredes y en ocasiones el intempe-

sentativo y el color más abundante en éste

rismo exfolia la roca y se llegan a des-

grupo, 4 metros abajo hay un punto ovala-

prender bloques pequeños o colapsa

do en color rojo. La sección de pared que

grandes tramos y en algunos casos se

sirve de soporte está en malas condiciones

han formado balcones que también sir-

por el intemperismo y para llegar a éstas

vieron como soporte de éstas manifesta-

pinturas hay que pararse sobre unos gran-

ciones. Hasta la fecha la paleta cromáti-

des bloques colapsados.

ca que ha sobrevivido al paso del tiempo

El tercer espacio es un balcón de 10 me-

nos muestra los colores rojo u ocre,

tros de largo a 6 metros de altura del nivel

siendo el más abundante; naranja, verde

del piso, este espacio es el que peores

y en menor uso el color blanco.

condiciones de conservación presenta.

Dentro de los motivos gráficos se apre-

Conformado por 31 impresiones, se apre-

cian manos al negativo y positivo, junto

cian 13 manchas irregulares; 9 impresio-

con algunas huellas de dedos, puntos,

nes de manos al positivo, 6 derechas y 3

círculos, cartuchos, algunas líneas y

izquierdas; 4 pares de impresiones dactila-

manchas de los pigmentos. Solo se han

res al positivo; unas líneas y otra pintura

detectado tres grafitis vinculados con las

con 3 círculos concéntricos con líneas rec-

pinturas y se sospecha que sea de ma-

tas. 5 metros abajo del balcón hay una

nufactura reciente.

mancha circular de color verde. Para llegar

Se numeraron los grupos conforme es-

a éstas pinturas es necesario escalar un

tán ubicados desde la entrada hacia co-

poco y el lugar ya había sido visitado por

rriente abajo, el primer grupo consta de

algún escalista, deducción hecha porque

un par de pinturas al negativo en un rojo

aunque no es complicado bajar éste visi-

algo velado, una mano y una mano con

tante colocó un anclaje para sujetar una

parte de un brazo en el pequeño techo

cuerda y auxiliarse para bajar o que subie-

del abrigo.

ra más gente, el grupo ESCALA descono-

El segundo grupo de pinturas consta de

cía éstos tres primeros paneles.

20 grafismos, entre puntos, líneas, man-

El cuarto espacio es un balcón de unos 22

chas y una pequeña mano pintada en

metros de largo a una altura de 3.5 metros

color verde, que es el dibujo más repre-

del nivel del piso, se observan 21 man-

68


manchas, una de ellas en verde, 7 ma-

donde hay 6 trazos de líneas curvas y 2

nos al positivo, 3 de ellas derechas, las

líneas rectas, 4 son círculos.

otras indefinidas, una mano asemeja te-

El quinto espacio no se encuentra en un

ner 3 uñas. Tres círculos rojos y tres

balcón, esta a la vista y bastante accesible.

círculos verdes. Hay una pintura fitoo-

31 Pinturas en tinta roja, algunas líneas

morfa y un grafiti de un cráneo. Tres me-

curvas, algunos puntos cercanos a un

tros debajo de las pinturas se localiza un

circulo, a manera de una numeración y un

gran circulo en color rojo. A lo largo de la

esgrafiado reproduciendo la pintura del

parte baja y sin robar atención al círculo

cercano Tlaloc y dos 2 grafitis actuales.

se ubican 11 pinturas más en color rojo,

Fig. 14. Primeras exploraciones en el 2003 buscando pinturas en balcones un poco elevados. Foto, EMT, 2003. 69


Fig. 15. Líneas curvas. Foto, EMT, 2003.

Fig. 16. Impresiones al positivo de pares de dedos. Primeras fotografías para el registro usando cámara analógica y como escala un flexómetro como referencia. Fotos escaneadas. Foto, EMT, 2003. 70


Fig. 17. Manos al positivo, escaneada de impresiรณn en papel. Foto, EMT, 2003.

Fig. 18. Misma foto procesada con el DStrech, nรณtese la exfoliaciรณn de la piedra y como son afectadas las pinturas, con todo e intemperismo estรกn en regulares condiciones de preservaciรณn. Foto, EMT, 2003. 71


Fig. 19. Espacio donde han colocado veladoras en la entrada del cañón. Foto, EMT, 2007.

Fig. 20. Cigarro de hojas de tabaco en una pared a la entrada del cañón. Foto, EMT, 2007. 72


Fig. 21. Espacio con pintura verde velada por el sol, nótese que algunos arácnidos han aprovechado el espacio para elaborar sus telarañas. Foto, EMT, 2003.

Fig. 22. Misma foto procesada con el DStrech, nótese que aparte de resaltar la pintura verde dejó entrever unos trazos en tinta color blanco. Foto, EMT, 2003. 73


Fig. 23. Pintura en color verde simulando una impresiรณn de mano al negativo, nรณtese que estรก constituida por cuatro dedos. Foto, EMT, 2009.

Fig. 24. Aparente numeral. Foto, EMT, 2007.

74


Fig. 25. Posible numeral, foto procesada don DStrech. Foto, EMT, 2007.

Fig. 26. Posible numeral, foto procesada con DStrech. Foto, EMT, 2007. 75


Fig. 27. Trazo curvilĂ­neo en tinta roja bastante velada. Foto, EMT, 2007.

Fig. 28. Grafiti . Foto, EMT, 2007. 76


Fig. 29. Panel con diversos motivos en tinta roja. Foto, EMT, 2007.

Fig. 30. Misma foto procesada con DStrech. Foto, EMT, 2007. 77


Fig. 31. Imagen de Tlaloc afectada por la exfoliaciรณn de la pared caliza. Foto, EMT, 2009.

Fig. 32. Dos grafitis modernos. Foto, EMT, 2007. 78


Observaciones finales

recuperados de exploraciones arqueoló-

El espacio donde se encuentran estas

gicas (Mota, 1992) y no se encontraron

pinturas estuvo ocupado primeramente

similitudes.

por gente de filiación cultural zoque y

El lugar fue aprovechado por quien suscri-

para el 900 d.C. la parte Este del río les

be para algunas clases en campo y formar

es arrebatada por los chiapanecas, en

alumnos, y cuando se tuvo una cámara

1486, durante el reinado del mexica

digital, que fue hasta el 2006, se fotografia-

Ahuizótl, conquistan el territorio zoque,

ron digitalmente los grafismos, y cuando se

no así con los chiapanecos. Podemos

comenzó a emplear el DStrech se refoto-

pensar, que como menciona Aramoni

grafiaron a alta resolución y se procesaron

(1992), las paredes del cañón pudieron

sin encontrar algo significantemente nue-

seguir siendo usadas por los zoques tras

vo. El espacio se continuó trabajando y

la conquista de los chiapa, aunque tam-

explorando y en la exploración del lugar

bién pudieron llegar en algún momento

participaron distintos alumnos, colegas

comerciantes mexicas con los zoques o

profesionales y amigos. También ha servi-

chiapa y haber plasmado algún grafismo

do de prueba para hacer ejercicios con el

a manera de encomendarse a alguna

Arc Gis y valorar el pronóstico de presen-

divinidad o para pagar un favor. Bajo és-

cia de espacios propicios culturales, pero

te contexto social nos ha costado trabajo

esto fue en compañía de otros investigado-

fechar los grafismos a pesar de que he-

res del Instituto de Investigaciones Antro-

mos pensado en varias opciones direc-

pológicas, de la UNAM, para otros estu-

tas o indirectas, pues no hay material

dios.

cerámico en el lugar y tampoco sobreim-

Dentro de mi desconocimiento éste espa-

posiciones. Tampoco por estilos compa-

cio sirvió para aprender técnicas y tratar de

rándolos con otros previamente registra-

resolver algunos problemas respecto al

dos en el cañón y publicados por Gus-

registro gráfico de los mismos.

sinyer (1976, 1980), o Navarrete y Martí-

En el 2011 la CONAMP instaló una malla

nez (1960), excepto la imagen del Tlaloc

ciclónica que restringe el paso y se desalo-

que puede ser ubicada para el Posclási-

jaron a habitantes irregulares y aunque

co. Se hizo una comparación con sellos

hay poca vigilancia permanente quizás los

79


Fig. 33. Dando plรกtica a alumnos. Foto, GAO, 2007

Fig. 34. Explicando los procesos de registro grรกfico. Foto, AMP, 2011.

80


Fig. 35. Con alumnos en lancha para explorar paredes del Sumidero. Foto, EMT, 2009.

Fig. 36. Alumnos auxiliando en el proceso de topografiado con estaciรณn total de la secciรณn con pinturas. Foto, EMT, 2009. 81


Fig. 37. Alumnos elaborando croquis del panel 5. Foto, EMT, 2011.

Fig. 38. Revisando el panel cuatro desde el balcรณn. Foto, EMT, 2009.

82


Fig. 39. Redibujando sobre plรกstico cristal elementos pictรณricos en el panel 4. Foto, EMT, 2009.

Fig. 40. Proceso del calcando, sobre plรกstico cristal, de las impresiones rupestres. Fotos EMT, 2009. 83


Fig. 41. Calcado de Grafiti moderno como parte del registro. Foto, EMT, 2009.

Fig. 42. Extendido de una calca en plรกstico cristal para dibujo del conjunto 5. Fotos, EMT, 2011. 84


Fig. 41. Calca del Tlaloc. Foto, EMT, 2011.

Fig. 42. Calcas extendidas para su dibujo en papel milimĂŠtrico. Foto, EMT, 2011. 85


lugareños tengan por donde entrar,

Aramoni, Dolores.

también se ha visto a algunos pescado-

1992 Los refugios de lo sagrado. Reli-

res en la cercanía, los cuales pueden

giosidad, conflicto y resistencia

entrar por el río en lancha. Sin lugar a

entre los zoques de Chiapas, Mé-

dudas para algunos moradores que

xico, Consejo Nacional para la

usan ritualmente el cañón una malla ci-

Cultura y las Artes, Serie Regio-

clónica no es un impedimento, pero si

nes. México.

restringe el acceso a otro tipo de personas.

Bachand, Bruce R.

Quedo agradecido a una infinidad de

2013 Las fases formativas de Chiapa

personas y cometo el pecado de listar a

de Corzo: Nueva evidencia e in-

unas, la omisión de otras es por falta de

terpretaciones, en Estudios de

nombres y cuestiones de memoria. Al

Cultura Maya. Núm. XLII. UNAM.

grupo ESCALA por mostrarme la pintura

Instituto de Investigaciones Filoló-

y lo aprendido, Quiara Baldini, Irma Je-

gicas, Universidad Nacional Autó-

sús, Adolfo Alegría, Alma Aguilar, Gui-

noma de México, México. Pp. 11-

llermo Acosta, distintas generaciones de

52.

alumnos que auxiliaron en el registro y

exploración y alumnos oyentes de clase

Diario Oficial

in situ, guías e informantes anónimos

1980 Decreto por el que se declara Par-

que no quedó registro de sus nombres.

que Nacional, con el nombre de

Si bien éste trabajo es corto no es el úni-

Cañón del Sumidero el área des-

co y ha habido más exploraciones con

crita en el Considerando Quinto, y

otros productos finales que se han ido

se expropia en favor del Gobierno

sumando al igual que los esfuerzos con

Federal una superficie de 217.

otros amigos a quienes reconozco por

894,190.00 M2., ubicada en el Es-

su tiempo y la alegría del trabajo inter-

tado de Chiapas. Diario Oficial 8

disciplinario.

de diciembre 1980.

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87


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89


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